1) Dios nos ama incondicionalmente y nos ve como hijos amados, aceptados y valiosos para Él. 2) Podemos vernos a nosotros mismos con ojos de Dios en lugar de basarnos en nuestro desempeño, apariencia o importancia ante los demás. 3) Juan el apóstol es un ejemplo de alguien que aprendió a ver su identidad a través del amor de Dios, incluso cuando pasó por soledad y dificultades.