Carta de Sabrina Shorff enviada al juez Kevin Castel
Peña nieto se rajó
1. PEÑA NIETO SE RAJÓ, TUVO MIEDO
Yuri Serbolov
¿Por qué se rajó Peña Nieto?
El dice que porque el movimiento #YoSoy132 se manifestó anti-Peña.
Pero Peña había hecho el compromiso de hablar con los jóvenes y los estudiantes
“Quiero ser quien realmente interprete fielmente lo que los jóvenes del país quieren para México”
Esto lo dijo en Puebla, Puebla, el 27 de abril de 2012.
En Twitter dijo:
“Jamás rechazaré la oportunidad de escuchar a la sociedad, mucho menos a los jóvenes. De mi
parte, reciban mi respeto ante todas las posturas”.
“El diálogo y el debate son ejercicios que enriquecen la democracia. Agradezco a los estudiantes
que esta tarde privilegiaron la apertura”.
Aquí puede verificarlo:
http://www.youtube.com/watch?v=1sGxKgEERD4&feature=player_embedded
¿Qué pasó?
¿Por qué se echó para atrás?
¿Por qué le dio miedo?
1. Está violando su palabra, su compromiso. Esto está filmado y está por escrito.
2. Está despreciando a la juventud, a los estudiantes, al futuro. ¿Así piensa gobernar?
3. Está manifestando miedo.
Josefina pasó la prueba y fue a la Ibero a pesar de que sabía que ahí la esperaba un escenario
difícil.
AMLO fue a Tercer Grado de Televisa aunque sabía que ahí se estaba metiendo a la “cueva del
lobo”.
Peña no pasó la prueba.
A Peña le dio miedo.
Peña se rajó.
2. Peña no cumplió su palabra.
Le puede pasar lo mismo que a Andrés Manuel de perder la elección por no ir a su primer debate
presidencial en 2006.
Peña tampoco va a ir pero a su último debate, al debate convocado por los jóvenes para el 19 de
junio.
No puede excusar razones de seguridad, porque va a ser en un foro cerrado, donde los candidatos
estarán protegidos y las preguntas las recibirán sólo por internet.
No puede excusar que son anti-Peña, porque también Tercer Grado es anti-AMLO y la Ibero no era
precisamente pro-Josefina.
Si algo desprecian los mexicanos es a un político miedoso, que no se enfrenta al reto.
Tesis-Antítesis y Síntesis
Peña tiene su tesis, los jóvenes tienen la antítesis, pero sólo si estas se confrontan puede salir algo
nuevo, mejor, algo de valor, una síntesis.
No es huyendo, no es dando la espalda y mucho menos si él mismo ya había hecho el compromiso.
El movimiento #YoSoy132 creció precisamente porque la gente que rodea a Peña (Pedro Joaquín,
Gamboa, etc.) llamaron a los jóvenes fascistas, manipulados, intolerantes, infiltrados, etc. Eso
despertó las conciencias de los jóvenes, tuvieron su despertar político y eso desató una serie de
movilizaciones en todo el país.
Peña acaba de cometer su tercer gran error en esta elección.
Su primer error fue el de los libros en la feria de Guadalajara.
Su segundo error fue el 11 de mayo en su visita a la Ibero.
Su tercer error y el que puede ser su suicidio político es no haber aceptado la invitación de los
jóvenes para ir a debatir con ellos y con los otros candidatos.
Esto, a 20 días de la elección presidencial es un error irreparable, más cuando él está cayendo en
las encuestas y AMLO está subiendo y Josefina ya se desplomó.
En esta etapa en que estamos entrando a la recta final, a la liguilla, cuando se pasa de lo
cualitativo de la primera fase que duró los primeros 70 días de campaña, a la segunda fase de
carácter cuantitativo, de los últimos 20 días, donde los indecisos se deciden participar o no y a
favor de quien, cuando cambiamos de paradigma y todos los candidatos retornan a cero y cambia
3. la correlación de ganadores y perdedores, un error de la magnitud que acaba de cometer Peña
puede ser fatal.
Es cierto que él entró a la recta final arriba en las encuestas por 12 puntos (promedio de encuestas
publicadas en junio) pero con tendencia a la baja. Es cierto que Andrés Manuel entró segundo,
pero con tendencia a la alza y es cierto que Josefina se coló a la liguilla porque revivió en la Ibero,
cuando arriesgó el pellejo, cuando decidió asistir a pesar de que iba a un escenario adverso
(demostrando que tiene más valor y pantalones que Peña). Ahí Josefina se vio por primera vez
humana, vulnerable, pidiendo perdón, cercana a los jóvenes, corrigiendo errores, como el correr a
Molinar Horcasitas de su campaña por el asunto de los niños muertos de la guardería ABC.
Peña se ve soberbio, distante, juzgando a los jóvenes, marcando una línea de separación,
incumpliendo su compromiso de diálogo, de escucharlos, se ve con miedo, temeroso, queriendo
flotar como corcho hasta el día de la elección, sin arriesgar el pellejo, administrando su ventaja en
las encuestas, nadando de muertito, sin involucrarse, sin mancharse... Una decisión temeraria,
suicida políticamente. Quizá nunca vio ni conoció el discurso que dio Mahatma Gandhi ante el
Parlamento Inglés. Gandhi si no tuvo miedo. Pero Peña no es Mahatma, no es Grande, está
demostrando con esta decisión ser muy pequeño y los miedosos jamás han entrado por la puerta
grande de la historia. Gandhi si se enfrentó a sus enemigos y los derrotó con una estrategia
magistral. Peña prefiere huir, darle la espalda al toro, salir corriendo. Y eso no le gusta al pueblo de
México. Los políticos que han actuado así no han sido los protagonistas de la historia. Se les ve
como cobardes, maricones, rajones, miedosos y eso el pueblo de México no lo perdona.
Quizá el juicio es muy duro, lapidario, pero hay muchas evidencias históricas, hay muchos
antecedentes. Las consecuencias se verán el día 20 de junio, pero ya será demasiado tarde.
Apenas quedarán 10 días para la elección presidencial. Demasiado poco tiempo para rectificar,
para reparar la falla. Peña tuvo su oportunidad histórica y la dejó ir. Durante 70 días encabezó las
encuestas, pero una mala decisión de último minuto le costó el triunfo... ¿O tendrá el valor de
rectificar y regresar nuevamente a la contienda? López Obrador no lo hizo hace 6 años y pagó muy
caro el error, aún hoy todavía se habla del mismo. Seguramente dentro de 6 años vamos a seguir
hablando de este grave error que acaba de cometer Peña... incluso aunque llegara a ganar, pues
quedará marcado para siempre.