El Renacimiento se introdujo en España en el siglo XVI durante el reinado de Carlos I. Se desarrolló en dos etapas: primero adoptando formas decorativas renacentistas en edificios góticos, conocido como estilo Plateresco, y luego incorporando completamente las formas arquitectónicas renacentistas a través de los estilos Purismo, Herreriano o Escurialense, y el estilo Cisneros que combinaba elementos gótico, renacentista y mudéjar.