1. Información de la charla de la Dra. Luisa Villanueva Casado
XLV Encuentro De Primavera NATC (Santi Ibáñez del Toral) Bembibre
INTESTINO E INMUNIDAD
El proceso digestivo puede comparase con la línea de un montaje de una fábrica. En cada
sección hay un trabajo de se hace, y al final se obtiene un producto, que en este caso sería la
heces.
Cuando en la cadena todo va bien, el producto final será de buena calidad. Si no es esto lo que
obtenemos, habrá que analizar en qué punto de la cadena de montaje está el problema.
Este es el recorrido que vamos a hacer, a lo largo de todo nuestro tubo digestivo, para
identificar algunos fallos de fácil solución. Y otros más complicados, que ya requieren
asistencia médica. Pero una buena parte de los problemas son fácilmente identificables, y
corregibles. Vamos a ver cómo funciona nuestro sistema, para entender en qué puntos
interferimos tanto como hábitos erróneos, que no le damos oportunidad de funcionar.
LA MASTICACION
La mayor parte del tubo digestivo tiene un funcionamiento automático, en el que no
interviene la voluntad, ni la consciencia. Y menos mal, porque los pocos en los que tenemos
posibilidad de intervenir a diario, son las principales fuentes de problemas. La masticación es
un buen ejemplo de ello, a pesar de que tiene una parte automática.
Nuestra mandíbulas empiezan a triturar cualquier cosas que entre en la boca, aunque no se lo
ordenemos. Es el reflejo de masticación. También es automático el reflejo de deglución. O sea,
que aunque no estemos atendiendo a la comida, masticamos y tragamos. Si permitiéramos
que ocurriese de forma natural, no tendríamos problemas. Pero como queremos que la
comida dure menos, o que nos dé tiempo a tragar más, masticamos poco la comida. Y el
problema es que no hay ningún método que sustituya a la masticación. Ni siquiera triturar los
alimentos que vamos a comer, ya que no irán cubiertos de la suficiente cantidad de saliva. Y
aún menos una vez tragados. Trozo de comida que llega sólidos al estómago, trozos que
pasarán sin digerir del todo. Por eso los chinos dicen que de la garganta para abajo, no debe
pasar nada sólido, lo que tragamos debe ser siempre líquido. Y esto se consigue masticando la
comida el tiempo suficiente para que todo alimento esté en formada de papilla, y se haya
mezclado con saliva suficiente.
PERMEABILIDAD INTESTINAL
Uno de los problemas que nos podemos encontrar en el intestino, con una gran frecuencia, es
un aumento de permeabilidad intestinal. Cuando la mucosa se irrita, y se lesiona, las uniones
entre las células que forman las vellosidades, de los enterocitos, se alteran. Al alterarse esta
2. unión, moléculas demasiado grandes pueden pasar a la sangre. También pueden atravesar
bacterias y tóxicos, provocando una respuestas de sistema de defensa.
El 80% de nuestro sistema inmunitario está en el intestino. Si hay una alteración a este nivel, el
sistema inmunitario se alterará, pudiendo provocar reacciones autoinmunes de distintas
intensidad.
Una de la vía de mejorar nuestro sistema inmunitario más eficaz, es cuidar nuestro sistema
digestivo. Y una de las formas de testar cómo está es controlar la calidad del producto, las
heces. Del mismo modo, debemos observar también si hay malestar, digestiones lentas o
pesadas, gases….
LAS HECES
Las heces ideales son ce color marrón, forman tubular, recubiertas de moco y apenas huelen.
El moco que la envuelve tiene la función de impedir que el ano se ensucie al defecar. Si hay
suficiente moco, apenas necesitamos papel. Si nos hace falta medio rollo, nuestro intestino no
está bien.
Frecuencia: Damos por bueno evacuar una vez al día, pero no basta. Desde luego que al menos
tiene que ser una vez al día, pero tenemos que fijarnos en más cosas. Por ejemplo si
evacuamos tres veces al día, color, olor y consistencia, mejor aún. Sin embargo, si evacuamos
tres veces pero muy poca cantidad y con esfuerzo, es que estamos estreñidos. Si evacuamos
tres veces y muy blando, podría indicar infección bacteriana, o que no digerimos algunos
azucares, como la fructosa de la fruta o la lactosa de la leche. Si esto ocurre, se fermentarán
estos azucares y esto irritara tanto la mucosa intestinal, que la heces no se podrán moldear.
Si evacuamos cada tres o cuatro días, desde luego tenemos estreñimientos, fuente de
problema. Pero aunque vaciemos a diario, si el olor es muy fuerte, putrefacto, vamos con un
retaso importante.
Siempre que huela a podrido, deberíamos acelerar el ritmo, y procurar vaciar mejor el
intestino. Podemos regularlo bebiendo mucha más agua y comiendo frutos secos durante una
semana.
Color: Las cacas normales tienen un color entre marrón claro y marrón oscuro, en diferentes
tonalidades.
Unas heces blanquecinas, indican problema con la bilis.
Unas heces negras, indican un sangrado digestivo alto, en estomago o duodeno, o también
que hemos tomado carbón activado o suplementos de hierro.
Una heces rojizas, o sanguinolentas, indican sangrado en colon o recto o también sangrado
hemorroidal. A no ser que el día anterior hayamos comido remolacha roja, en este caso sería
normal que las heces fueran rojizas.
Podemos utilizar este cambio normal de color para testar nuestro tránsito intestinal. Si
comemos una remolacha roja hoy a mediodía, las heces de mañana deben aparecer de color
3. rojizo. Esto indicaría que el ritmo es bueno, y que nuestro intestino elimina la comida en un
tiempo adecuado. Pero si aparece pasado mañana, o el siguiente día, llevamos un retraso en la
eliminación. Si no aparece, o hemos comido muy poca cantidad de remolacha o tenemos gran
retraso.
PAUTAS PARA UN INTESTINO SANO
-Escoger bien la comida: debemos empezar por el primer punto de la cadena de montaje, la
materia prima. De buena calidad, fresca, sin químicos añadidos, de proximidad, de temporada.
Con un buen balance entre proteínas (yang) y verduras (ying). Priorizando verduras,
legumbres, cereales integrales, frutas, frutos secos, germinados. Y cuidando la cantidad de
carnes rojas, harinas blancas y azúcares refinado, entre otros. Cuidando especialmente con
llamar comida a lo que no lo es, como los productos utraprocesados.
-Aumentar el consumo de alimentos prebióticos, como los germinados, pickels, el chcucrut, el
miso etc.
-Masticar bien la comida, hasta que sea papilla ligera y sin grumos.
-Permitir una digestión tranquila, sin prisas ni activación inmediata después de comer.
Descansar después de la comida.
-Hacer una limpieza hepática en primavera, por lo menos. Hay mucha formas, pero uno suave
sería 10 gotas de extracto de Boldo con una cucharada de aceite de oliva en presión en frio y el
zumo de 1 limón, tomado en ayunas durante 10 días. Conviene sobre todo en primavera, pero
podemos repetirlo más veces en el año.
-Cuidar la defecación. Concederle el tiempo y espacio que necesite, y cuidar la posición, que
debe ser en cuclillas. Para conseguirlo con nuestros baños modernos, poner una banqueta
para apoyar los pies.
-Suplementación importante:
> Omega 3
>Glutamina
>kuzú
>Probióticos
>Factores de Tranferencia, o calostros
>Cúrcuma
>Magnesio
>Zinc
>Vitamina B
>Insulina