Según el relato de Juan, Jesús explica que para tener vida eterna los discípulos deben alimentarse de su carne y beber su sangre a través de la Eucaristía. Jesús enfatiza que la Eucaristía es fundamental para la vida de los creyentes y que aquellos que se alimentan de él habitarán en él y él en ellos. El documento también reflexiona sobre cómo la Eucaristía puede transformar la fe de los creyentes al establecer una unión íntima con Jesús.