El documento enumera lo que Dios necesita en el mundo: más personas que mejoren el mundo en lugar de condenarlo, más trabajadores que habladores, más personas que inspiren confianza en lugar de desalentar, más gente que haga algo en lugar de buscar faltas en los demás, y más gente que enfatice lo bueno en lugar de gritar lo malo. Finalmente, el documento concluye que Dios necesita gente como el lector.