2. 2
El término taurodontismo describe una aberración de la raíz dentaria caracterizada por un
alargamiento ápico-oclusal de la cámara dental acompañada de una alteración de la morfología
externa radicular. Es una anomalía de la forma dentaria en la cual, clínicamente, la morfología externa
es convencional, sin embargo la posición de la furca está situada más hacia apical que en condiciones
normales
4. 4
La tendencia hereditaria, en la mayoría de los casos aceptada como autosómica dominante, parece
estar bien establecida.
5. 5
El término “taurodontismo” deriva del término latino tauro (toro) y del griego donto (diente), por lo
que también son conocidos como “dientes-toro”
6. 6
Fue introducido en 1913 por Sir Arthur Keith, cuando comparó las formas de los dientes de hombres
modernos con fósiles de hombres prehistóricos.
8. 8
Sin embargo, fue Gorjanovic-Kramberger, en 1908, el primero en describirlos tras descubrir esta
anomalía en el 50% de un grupo de fósiles preneandertales descubiertos en Kaprina (Croacia).
16. 16
Sin embargo, es conveniente darle más relevancia clínica ya que facilitaría un mejor diagnóstico,
permitiría sospechar patologías asociadas, ver las implicaciones clínicas y hacer el diagnóstico
diferencial con otras alteraciones
17. 17
El taurodontismo es una alteración de la fase de morfodiferenciación ocasionada por un fallo en la
cronología de la invaginación de la vaina radicular del epitelio de Hertwig
18. 18
En los dientes que presentan taurodontismo, la invaginación de la vaina radicular de Hertwig ocurre
cerca del ápice. Se produce una invaginación horizontal de la vaina más tardíamente que en un diente
sin esta anomalía, por lo que resulta un diente en el cual la furca está situada más hacia apical. De
esta forma, aunque exista una alteración en la vaina radicular que produzca la aparición de
taurodontismo, la función de los odontoblastos no se ve modificada y la dentinogénesis sigue su cur-
so normal.
19. 19
Son numerosas las hipótesis relacionadas con los posibles factores etiológicos de estas alteraciones;
desde las hipótesis de los trastornos hereditarios y genéticos, causas locales como el trauma físico, la
radioterapia, alteraciones por trastornos sistémicos como la fiebre o la ingesta de fármacos durante
las diferentes fases del desarrollo dentario.
24. 1:100.000
24
La frecuencia de taurodontismo es muy variable según los diferentes
estudios. En un estudio realizado en España por Sáez y cols., estiman
que esta anomalía se presenta en aproximadamente un 1:100.000 de la
población y según García Ballesta y González Sequeros, entre el 0,5 y el
5% de la población.
Gedik y Çimen,3 en un estudio realizado en Estados Unidos, refieren
una prevalencia de 2,5 a 3,2% de la población. Shifman y Chananne
evaluaron la prevalencia de taurodontismo en 1.200 niños israelíes,
encontrando que el 5,6% del total de la muestra tenía esta anomalía.
25. 25
El diagnóstico de taurodontismo se realiza radiográficamente. La exploración clínica no es suficiente
para diagnosticar esta anomalía, puesto que la corona no se encuentra alterada.
26. 26
Los autores coinciden en que es más habitual encontrarlo en molares seguido de premolares. Se
puede presentar tanto en dentición temporal, como permanente) aunque la mayoría de los autores lo
observan más en temporales y de forma unilateral o bilateral. No existe predilección de género.
27. 27
Durante décadas se ha investigado para poder establecer una clasificación de taurodontismo adecuada
que ayude al profesional a catalogar esta anomalía dentaria en varios grados de forma sencilla. Hay
varios estudios recogidos en la literatura, entre los que existen diferencias tanto en la metodología de
medida empleada como en la categorización del taurodontismo.
28. 28
La primera clasificación de taurodontismo fue propuesta en 1928 por Shaw. Midió el desplazamiento
apical del suelo de la cámara pulpar y dividió el taurodontismo en 3 grados: hipotaurodontismo,
cuando la raíz se divide en la parte superior del tercio medio del diente; mesotaurodontismo, cuando
la raíz se divide en la parte inferior del tercio medio; el último grado es el hipertaurodontismo, en el
que la raíz se divide en el tercio apical o no se divide. La clasificación de Shaw ha sido la más
extendida pero es subjetiva,
29. 29
por lo que sucesivos intentos de clasificación han sido realizados a posteriori, como el de Keene, en
1966 , que analizó dos variables para clasificar el taurodontismo: la altura del techo al suelo de la
cámara pulpar (A) y el tamaño del diente, medido hasta la raíz más larga (B). Según Keene, un diente
es taurodóntico cuando al dividir A entre B y multiplicar por 100 se obtiene un porcentaje mayor del
25%. De esta forma, los grados de taurodontismo determinados por este autor son: diente normal,
rango 0-24,9%; hipotaurodontismo, rango 25- 49,9%; mesotaurodontismo, rango 50-74,9%; e
hipertaurodontismo, rango 75-100%.
30. 30
Una década después, Feichinger y Rossiwall, consideraron que para definir un diente como
taurodóntico, únicamente hay que medir la distancia desde la furca a la unión amelocementaria, que
debe ser mayor que la distancia cérvico-oclusal.
31. 31
Sin embargo, Shifman y Chanannel, en 1978, analizaron cuatro variables: el punto más bajo del techo
de la cámara pulpar (A), el punto más alto del suelo de la cámara pulpar (B), el ápice de la raíz (C) y la
unión amelocementaria (D). Examinando estas varia- bles, concluyen que un diente es taurodóntico
cuando la distancia de A a B, dividida entre la distancia de A a C, es igual o mayor que 0,2 mm. La
fórmula es:Distancia de A a B ≥ 0,2 mm
Distancia de A a C
De esta forma, los grados de taurodontismo de- terminados por estos autores según la primera
fórmula son los siguientes: hipotaurodontismo, entre 0,2-0,29 mm; mesotaurodontismo entre 0,3-
0,39 mm; hipertaurodontismo entre 0,4-0,75 mm.
32. 32
Una de las clasificaciones más conocidas es la de Seow y Lai en 1989, los cuales analizaron dos
variables: la corona y cuerpo del diente (CB) y la raíz (R). Estas variables están determinadas por las
siguientes líneas y medidas: 1) Una línea que pasa a través del surco más profundo por oclusal,
paralela a una línea que una las cúspides más altas. 2) Una línea vertical trazada en ángulo recto de la
línea oclusal. 3) La distancia entre la mayor profundidad del surco y la furca, medida a lo largo de la
línea vertical (altura CB). 4) La distancia desde la furca al ápice radicular medida a lo largo de la línea
vertical (altura R). Una vez hallados los valores CB y R, se dividen entre sí (CB/R), estableciéndose, en
base al valor obtenido, los grados de taurodontismo: CB: R< 1,10, diente normal; CB:R= 1,10-1,29,
hipotauro- dontismo; CB:R= 1,30-2,00, mesotaurodontismo; CB:R> 2,00, hipertaurodontismo.
33. 33
PATOLOGÍAS ASOCIADAS
El taurodontismo se puede encontrar aislado, asociado a otras anomalías dentarias (como agene- sias
o amelogénesis imperfecta) o formando parte de diferentes patologías y síndromes, muchos de los
cuales involucran un defecto del ectodermo.
34. 34
La aparición conjunta de hipodoncia y taurodontismo fue examinada por Seow y Lai media te un
estudio en el que los resultados muestran que un 34,8% de los pacientes con hipodoncia mostraban
también taurodontismo al menos de un molar. Proponen que la asociación es más probable en casos
de severa agenesia y sugieren origen ectodérmico para taurodontismo e hipodoncia.
35. 35
La correlación entre oligodoncia y taurodontismo fue estudiada por Schalk-Van Der Weide y Bosman,
los cuales analizaron las radiografías panorámicas de 91 pacientes, para comprobar la asociación
entre oligodoncia y taurodontismo. Concluyen que en pacientes con oligodoncia, el 29% mostraban
taurodontismo en uno o dos primeros molares mandibulares.
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Al igual que podemos observar taurodontismo junto con hipodoncia u oligodoncia, pueden existir
otras anomalías dentarias asociadas, como demuestra el caso clínico publicado por Milazzo y
Alexander donde se combina la fusión, geminación, oligodoncia y taurodontismo.
37. 37
Por otro lado, existen anomalías dentarias que manifiestan aumento de la distancia del techo al suelo
de la cámara pulpar, con las que habría que realizar un diagnóstico diferencial. De esta forma,
debemos prestar especial atención y realizar pruebas diagnósticas adecuadas en casos de
globodoncia, dentina opalescente hereditaria u odontodisplasia.
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Laatikainen y Ranta realizaron un estudio pa- ra determinar la frecuencia de taurodontismo del primer
y segundo molar permanente en gemelos con labio y/o paladar hendido. De las 39 parejas de gemelos
estudiadas, tenían taurodontismo (41%). La frecuencia más alta de esta asociación fue encontrada en
sujetos con paladar hendido aislado, y menor en sujetos con labio y paladar hendido. Taurodontismo
concomitante con hipodoncia fue observado en 8 de los 16 pares de gemelos con taurodontismo.
39. 39
IMPLICACIONES CLÍNICAS
El procedimiento para realizar la terapia pulpar es similar al llevado a cabo en
un diente sin esta anomalía de forma. Sin embargo, la extensa longitud y la
forma rectangular de la cámara pulpar puede crear dificultades en la
localización de los conductos radiculares, en la limpieza y obturación de la
cámara pulpar y en el posterior aspecto radiológico del molar.