1. EL DIARIO DE GEMA
Día 17 de junio de 1981
Hola:
Hoy empiezo a escribir en este diario para poder desahogarme, para poder expresar lo
que siento ya que no me gusta hablarlo con ninguna persona.
Hoy hace un mes de ese día tan trágico que viví y que aún no he podido superar ni
olvidar.
Hoy ha sido un día pésimo ya que se cumple justo un mes de lo ocurrido. Todavía tengo
todo tan presente, como si hubiera sido ayer cuando ocurrió.
Había sido una mañana perfecta al igual que la tarde, pero por desgracia la noche
terminó siendo trágica.
Ese día, 17 de mayo, me levanté muy temprano, a las siete, para poder ayudar con los
preparativos a mi abuelo ya que el año pasado murió mi abuela de un ataque al corazón.
La recuerdo todos los días con mucho cariño, me hace mucha falta, ella era como mi
madre y además fue la que más me ayudó a superar la muerte de mis padres.
Toda mi vida ha sido muy trágica y llena de muertes, ¿por qué no puede parar esto?
¿Por qué no puedo ser totalmente feliz?, en cuanto estoy superando una cosa y empiezo
a ser feliz ya está ahí otra que me hunde aún más. Todo esto parece como si fuera una
maldición, ¿pero a quién le he hecho yo algo tan malo para merecer esto?
Bueno, a las nueve cuando ya habíamos terminado con todos los preparativos me llamó
Guillermo, mi novio, para decirme que estuviera arreglada a las ocho de la tarde porque
iba a pasar por mi casa a recogerme para irnos a las fiestas de Cartagena, también me
dijo que tenía una pequeña sorpresa para mí.
Yo me quedé muy intrigada, tenía mucha curiosidad por saber qué era ese pequeño
regalo. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza como unos pendientes, un collar,
algo de ropa, una bonita cena en un restaurante con vistas a todas las barcazas…
También pensé que un anillo no iba a ser ya que hace unos tres meses, cuando
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2. cumplimos un año, me regaló uno y muy bonito, todavía no me lo he quitado, no soy
capaz y aquí, tú, mi diario de testigo, prometo no quitármelo nunca y siempre llevarlo
conmigo.
Esa mañana se me pasó bastante rápida, no podía quitarme de la cabeza la sorpresa.
Cuando llegó la tarde, a las seis o así, empecé a ver qué vestido me iba a poner, estaba
entre el azul oscuro, pero ese ya me lo había puesto, y entre el rojo que me había
comprado hace poco; finalmente me decidí por el rojo ya que me sentía mejor con él y
parecía que le sentaba mejor al tono de mi piel. Ya elegido el vestido que me pondría
posteriormente me metí a dar un baño para que no se me hiciera tarde. Al salir me
arreglé el pelo haciéndome un moño, me maquillé, me puse el vestido, los zapatos, los
complementos... Justo cuando acababa de terminar llamaron a la puerta, era Guillermo,
justo a las ocho, ni un minuto más ni un minuto menos, esa era una de las cosas que me
gusta mucho de él, su puntualidad, con él no había que estar esperando porque siempre
llega a su hora, era como un reloj.
Efectivamente, como una de las cosas que yo había pensado, me llevó a un restaurante
muy elegante y romántico, pero esa no era la sorpresa, la sorpresa llegó después cuando
al terminar de cenar me pidió matrimonio, fue el mejor momento de mi vida, yo no le di
mi respuesta inmediatamente aunque sabía que iba a ser que sí, lo hice sufrir un poco
pero finalmente le di mi sí. El resto de la cena estuvimos hablando de la fecha, de los
preparativos y todo eso. Pusimos como fecha el 24 de septiembre para que lo
pudiéramos preparar todo muy bien.
Al terminar la cena nos fuimos a la barcaza de mi abuelo que iba a salir en unos
minutos, nos subimos en ella para pasar allí el resto de la noche acompañándolo para
que no se sintiera solo. En la barcaza se subió mucha gente, estaba muy llena, nunca se
había subido tanta gente, era la más llena de todas.
A la media hora de estar encima se escuchó un ruido muy raro, todos nos asustamos
mucho pero finalmente no pasó nada, mi abuelo dijo que sería algún adorno que se
había caído, pero al cuarto de hora de ese ruido extraño se escuchó otro y esta vez se
percibió que se había roto parte de un lado de la barcaza; entonces a ésta le empezó a
entrar agua, toda la gente estaba muy asustada, algunos saltaron, otros permanecían ahí
quietos, paralizados. A mí entre tanta gente se me había perdido Guillermo, así que me
quedé para buscarlo, pero unos segundos después la barca se rompió por la mitad y todo
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3. el mundo cayó al agua. Había bastante gente que no sabía nadar así que los que sí
sabían, como Guillermo y yo, nos pusimos a intentar rescatar a la gente, sobre todo a los
niños pequeños, que eran bastantes. A los veinte minutos ya estaban casi todos fuera, en
el agua quedaba poca gente, uno de ellos era Guillermo. Yo estaba muy nerviosa quería
que saliera ya del agua y tenerlo junto a mí, pero lo dejé porque estaba salvando a un
niño de tres años, pero desgraciadamente en eso que estaba salvándolo, una de las cosas
que quedaban fuera del agua de la decoración le cayó en la cabeza, yo muy asustada me
tiré a salvarlo pero me cogieron ya que iban a ir los bomberos. Cuando salió del agua, él
todavía estaba vivo pero el niño había muerto. Guillermo estaba inconsciente, tenía una
gran brecha en la cabeza, los médicos temían por su vida, así que se lo llevaron al
hospital, pero allí desgraciadamente no pudieron hacer nada.
Bueno, hoy ha sido un día muy duro, como he dicho antes, porque por la mañana le han
hecho a todos los fallecidos en esta tragedia una misa. Yo tuve que salirme a mitad de
ella porque ya no aguantaba más, no podía seguir allí, intenté ser fuerte pero todo eso
pudo conmigo.
Luego por la tarde todos los allegados de los fallecidos fuimos a hacer un acto en el que
todos tiramos un clavel en su memoria. En el acto habló el alcalde y nos dio todo su
apoyo pero eso para mí no es suficiente, de qué me sirve su apoyo si eso no puede
devolverme a Guillermo.
Bueno, me despido, mañana será otro día. Espero estar más tranquila.
Vanessa M. Romero León. 4º ESO A
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