1. Hola soy Purificación de la Haba Uclés y tengo que admitir
que me gusta el arte. Desde muy pequeña he admirado
cualquier obra ya fuera de pintura, escultura o cualquier
representación artística.
Así en mi casa desde que entras por la puerta puedes ver
infinidad de obras de arte conocidas u obras de artistas
desconocidos.
Aunque no son adquisiciones originales hay multitud de
copias muy buenas, dignas de admirar y que nos recuerdan a
la obra del artista originario.
Haremos un recorrido por las estancias de mi casa y os
mostraré todas las obras de arte que poseo algunas
conocidas y otras no tanto.
3. La original
La Venus de mi zaguán, es una reproducción de una de las
Venus del Ánfora que a la vez está inspirada en la Venus
semidesnuda de Milo de autor desconocido, aunque se piensa
que fue Praxíteles y que creada en el siglo II a.c.
Actualmente la Venus de Milo se encuentra en el Museo
Louvre en París, Francia. Es la diosa romana del amor y
representa todo lo femenino, es afrodita.
Es una escultura muy famosa de la antigua Grecia. Se
consideró como el paradigma de la belleza femenina elegante.
En aquella época era un gran avance porque mostraba a la
mujer desnuda y bella. Intentaron acercarse lo más posible a la
perfección del cuerpo humano de la mujer. Fue un elemento de
erotismo para aquella época.
He elegido esta escultura porque me relaja la naturalidad de
las Venus y me inspiran pureza.
5. El original
El Discóbolo que luce en mi chimenea es una replica del original Discóbolo que esculpió
Mirón de Eleuteras en el año 455 a.c. De origen griego representa a un atleta en el momento
justo del lanzamiento del disco en los juegos olímpicos.
El cuerpo del lanzador está en máxima tensión y se pueden admirar su músculos y su cuerpo
vigoroso. El rostro es bello y pensativo, concentrado en la tarea que está realizando.
El Discóbolo que yo poseo tiene la base de mármol con una inscripción ”Discobolo” en el
pie de la figura. Es de color oscuro realizada en un material muy pesado que le da bastante
solidez, posiblemente alguna aleación de bronce. La original está tallada en mármol y es de
colores claros.
La pieza original tiene el cuerpo más flexionado y cabeza más ladeada; y los rasgos faciales
están más acentuados.
Se puede apreciar como la replica tiene como especie de un tronco en la parte de atrás como
punto de apoyo, mientras que la original tiene como una roca y en la parte delantera.
Aunque la obra original no se ha conservado y posiblemente fuera de bronce, una de las
réplicas “Lancelotti”del año 1781, que proviene de la Villa Palombara, se encuentra en el
Museo Nazionale Romano.
He elegido esta obra porque me encanta la naturalidad de los cuerpos al desnudo.
7. La original
Esta reproducción es obra del pintor cordobés Ángel de la Haba Uclés. Fiel
admirador de Vermeer siempre le ha seducido la idea de reproducir sus obras
siempre con su toque particular.
La original La Lechera (De Melkmeid), es una pintura del artista holandés
Johannes Vermeer, y se puede admirar en el museo Rijksmuseum de
Ámsterdam.
Aunque el óleo original tiene dimensiones reducidas (44,5 cm por 41 cm), el
cuadro que luce en mi salón tiene unas medidas de 1,00 cm por 70 cm).
He elegido esta obra por que el pintor Ángel de la Haba Uclés además de ser
mi hermano es un estupendo artista.
8. Las comparaciones, juzguen ustedes mismos.
Figura primera: Ángel de la Haba Uclés
Figura segunda: Johannes VermeerJohann
10. La original
La Chiquita Piconera está expuesta en el Museo Julio Romero de Torres en la
capital cordobesa.
Esta obra fue pintada por el pintor cordobés Julio Romero de Torres, en el año
1930 y se inspiró en la belleza de la mujer cordobesa de la época.
La obra en sí tiene su toque de erotismo como es habitual en las obras de Julio,
pero no vulgarmente sino con mucha belleza. Además hay mucha naturalidad,
realismo y sentimiento en todas sus obras.
Esta reproducción es del pintor cordobés Ángel de la Haba Uclés y la he
elegido porque me apasionan las obras de Julio Romero de Torres, como se
puede comprobar en el trabajo que realicé en el 1º curso de Historia del Mundo
Contemporáneo, además de los parentescos que tenía mi abuela con la musa
del pintor Maruja López.
Ver en este enlace:
http://www.slideshare.net/Inmadonado/la-chiquita-piconera-23276041
11. Comparaciones, dos artistas cordobeses
Primer retrato: Ángel de la Haba Uclés
Segundo retrato: Julio Romero de Torres
12. Arte abstracto, su verdadera
dedicación.
Cómo hemos visto anteriormente, el desconocido pintor Ángel de la Haba
Uclés, se ha dedicado a reproducir obras de artistas conocidos; pero Ángel
tiene su sello propio, su propia forma de “sentir el arte”.
En sus obras se reflejan sus diferentes etapas o vivencias a lo largo de los años.
Enemigo de nombrar estas obras me he permitido poner el título teniendo en
cuenta la explicación que el artista me dio de ellas.
A continuación os mostraré una pequeña selección de cuadros que visten las
paredes de mi casa.
13. Ciclista por el puente de Triana.
Ángel pintó este cuadro cuando estudiaba en la Universidad de Bellas Artes en
la capital hispalense, en 1998.
14. Las avejas
Este cuadro de aspecto abstracto está colocado en mi habitación, y creo que
tiene un mensaje claro de que debemos ser constantes en nuestro trabajo como
lo hacen las avejas.
15. La soledad
De grandes dimensiones ocupa el pasillo central de mi casa. Tiene vivos
colores, y manifiestan el dolor y el sufrimiento que pudo padecer el artista en
momento duro de su vida.
16. El recuerdo de una amiga
Esta bombonera la decoró para mí una amiga muy especial que
me regaló justo el día de mi boda.
La pintó con unos colores muy elegantes azulados, verdosos y
rosa brillante.
En la base tiene los dioses del Olimpo y en la tapa un angelito
tocando un instrumento de aire.
17. La maestra en la escuela.
Este cuadro que decora mi pasillo, lo bordó mi hermana en punto de cruz. De
estilo clásico tiene miles y miles de puntadas al ser de gran proporción. Tiene
muchas horas de trabajo y está bordado con mucho esmero.
Me gusta además el mensaje que transmite, porque me recuerda que la educación
es la base de todas las cosas.
18. La lámpara de mi abuela.
Recuerdo que en mi infancia, las fotos que se hacían en casa de mi abuela
Rosario tenían que hacerse delante de la lámpara dorada.
Esta lámpara deberá tener noventa y tres años de antigüedad. Mi abuela la
tuvo como ajuar de casamiento. Pero la lámpara estuvo antes en casa de la
bisabuela, por lo que tiene más de tres generaciones.
Después de la abuela la tuvo mi madre y ella cansada de darle brillo al dorado
la trajo a mi casa.
Tuve que arreglar los cables eléctricos y ahora funciona perfectamente.
Tiene unos leones que decoran la base sujetando las bombillas,
Y en la parte superior también se pueden apreciar pero en
menor tamaño. Cuelgan de ella unos accesorios que parecen
ser llavecitas.
Esta lámpara parece de estilo granadino porque tiene parecido
al patio de los leones de la Alhambra de Granada.
Para mí tiene mucho valor sentimental y como pieza de arte.
20. Restaurando…
La máquina de coser de la abuela es muy antigua, tiene ochenta años y fue un
regalo de la bisabuela cuando la abuela cumplió quince años.
Estaba en muy mal estado y quise restaurarla. Usé decapantes y la volví a
pintar dándole un estilo más actual pero sin perder el aire retro.
La pinté de un color oscuro y el tablero de color beige, respetando los
mosaicos que tiene incrustados en la base superior.
El mosaico está formado por más de doscientas piezas de madera recortadas
todas al mismo tamaño.
Para los cajones he elegido unos tiradores de cerámica que he pintado con
mucho esmero.
23. Mi amuleto de la suerte.
Este espejo lo hizo mi tía como trabajo de manualidades en el colegio. Esto
hace más de cincuenta años.
Antiguamente en las escuelas se aprendía la conocida “alpaca cordobesa”.
Tiene el fondo en terciopelo rojo, y está decorado con unos preciosos
ramilletes.
También tiene incrustadas unas piedras de color verde muy decorativas.
Es un recuerdo de familia que no tiene valor en el mercado pues mi tía falleció
hace ya veinte años, y ha pasado a ser una reliquia de familia.
Para mí tiene una valor sentimental incalculable y lleva ya quince años
colgado de las paredes de mi casa, seguramente a modo de amuleto de la
suerte.
24. El arte en la infancia.
Este dibujo lo ha hecho mi hijo de ocho años Ángel.
Representa un policía(el personaje de bigote), y otro viandante es un
muchacho que está fumando un cigarro.
Para mi hijo este dibujo representa las normas de civismo que están
aprendiendo en la escuela. Me alegro que fumar sea para él una
conducta prohibida incluso poniendo como medida de prohibición a un
policía.
25. La prehistoria vista por los peques.
Estas figuras las hicieron mis dos hijos Juan y Ángel, de ocho y
nueve años respectivamente. Fue en una visita a las cuevas de
Piñar, y en la granja escuela que hay muy cerca de allí, donde los
invitaron a ser “prehistóricos”; y ellos se pusieron manos a la obra.
Utilizaron barro cocido , piedras de pizarra y trocitos de palos de
madera.
Como se ve en la imagen hicieron vasijas, como especie de un
mortero, una lanza y pintaron en las piedras como hacían los
prehistóricos en el arte rupestre.
Fue para ellos un día inolvidable y por eso he elegido este estante
en mi salón para dedicarlo al arte prehistórico.
26. Un poema para el día de Andalucía.
Este poema lo escribió mi hijo Juan con ocho años. Fue un trabajo
para el colegio, y estaban haciendo una elección del mejor poema
de la clase, como conmemoración del día de Andalucía.
Eligieron el suyo y lo pudo leer delante de todo el alumnado del
colegio y a continuación soltaron más de trescientos globos
blancos y verdes. ¡Fue precioso¡
28. Este antiguo molino fue una manualidad de mi hijo Ángel en clase de plástica.
Recuerdo que tuve que ayudarle porque era muy pequeño y no conseguía
pegar las aspas.
Es muy original, porque las aspas son palillos de madera y están pegados con
plastilina a una pajita que puede dar vueltas.
La base es la tapa de una caja de zapatos y el molino está hecho con el cartón
de un rollo de papel higiénico.
¡Todo reciclado¡
29. El arte de la fotografía.
Esta fotografía la hizo un hermano dedicado al mundo de la fotografía a mis
hijos Juan y Ángel para su primera comunión.
Fue un regalo precioso.