3. EPÍGRAFES
• El macho es superior por naturaleza y la hembra inferior; uno gobierna y la otra es
gobernada; este principio de necesidad se extiende a toda la humanidad.
• -Aristóteles-
• No se nace mujer, llega una a serlo.
• -Simone de Beauvoir-
• La sexualidad es al feminismo lo que el trabajo es al marxismo: cuanto más es de
una, más se la arrebatan […] La sexualidad es el proceso social que
crea, organiza, expresa y dirige el deseo, creando a los seres sociales que
conocemos como mujeres y hombres, mientras que sus relaciones crean a la
sociedad […]. Así como la expropiación organizada del trabajo de algunos en
beneficio de otros define a una clase –los trabajadores–, la expropiación
organizada de la sexualidad de algunas para el uso de otros define el sexo de la
mujer.
• -Catherine MacKinnon-
• La identidad representa un acto creativo y no una realidad objetiva que se ha de
aprehender.
• -Medina y Rodrigo-
4. INTRODUCCIÓN
• Se me encargó leer y dar una exégesis del texto:
“Cuerpos, interrogaciones y relecturas locales” de Sonia
Montecino. El mentado articulo más parece una
presentación que en si mismo un ensayo. Sin
embargo, sacándole el jugo pude encontrar algunos temas
que están involucrados en él. En lo que sigue desarrollaré
algunos de estos tópicos, tomando ideas de otros trabajos
que se consignan en la bibliografía.
• Temas:
• Cuerpo, Sexo, Género y Cultura
• Estudios de género y Queer
• Escuela como reproductora de las desigualdades de género
5. PRELIMINARES
• Lo que hace que tejer canastas sea una actividad de
mujeres o de hombres no son cuestiones inherentes a
la diferencia sexual, sino al género: que esa canasta sea
utilizada en tareas consideradas femeninas o
masculinas.
• Si los papeles sexuales son construcciones culturales,
¿por qué las mujeres siempre están excluidas del poder
público y relegadas al ámbito doméstico? Y si los
papeles sexuales son determinados biológicamente,
¿qué posibilidades hay de modificarlos? El nuevo
feminismo lo formuló acertadamente: ¿por qué la
diferencia sexual implica desigualdad social?
6. PRELIMINARES
• Cuando una mujer se quiere salir de la esfera de lo natural, o
sea, cuando no quiere ser madre ni ocuparse de la casa, se le tacha
de antinatural. En cambio, para los hombres “lo natural” es rebasar
el estado natural: volar, sumergirse en los océanos, etcétera.
• Que la diferencia biológica, cualquiera que ésta sea
(anatómica, bioquímica, etcétera), se interprete culturalmente
como una diferencia sustantiva que marcará el destino de las
personas con una moral diferenciada es el problema político que
subyace a toda la discusión académica sobre las diferencias entre
los hombres y las mujeres.
• ¿por qué, aun en sociedades realmente igualitarias en casi todos los
aspectos, las mujeres seguían marginadas o rezagadas respecto del
poder político?
• A partir de la diferencia biológica entre los sexos se explicaba la
subordinación femenina en términos “naturales” y hasta
“inevitables”
7. PRELIMINARES
• Inclusive una corriente feminista postulaba que la “tiranía de la
reproducción” era la causante más significativa de la desigualdad
entre los sexos y planteaba la reproducción artificial como la
condición previa y necesaria para la liberación de las mujeres.
• Si lo biológico es inmutable, vayámonos a lo social, que es
transformable. Se debe aceptar el origen biológico de algunas
diferencias entre hombres y mujeres, sin perder de vista que la
predisposición biológica no es suficiente en sí misma para provocar
un comportamiento. No hay comportamientos o características de
personalidad exclusivas de un sexo. Ambos comparten rasgos y
conductas humanas.
• En la actualidad, como dice Sullerot “es mucho más fácil modificar
los hechos de la naturaleza que los de la cultura”. Es más fácil librar
a la mujer de la necesidad “natural” de amamantar, que conseguir
que el marido se encargue de dar el biberón.
8. PRELIMINARES
• Si en una cultura hacer canastas es un trabajo de mujeres
(justificado por la mayor destreza manual de éstas) y en otra es un
trabajo exclusivo de los varones (con la misma justificación)
entonces es obvio que el trabajo de hacer canastas no está
determinado por lo biológico (el sexo), sino por lo que
culturalmente se define como propio para cada sexo, o sea, por el
género. De ahí se desprende que la posición de la mujer no está
determinada biológica, sino culturalmente. El argumento
biologicista queda expuesto: las mujeres ocupan tal lugar en la
sociedad como consecuencia de su biología, ya que ésta determina
que serán —antes que nada— madres; la anatomía se vuelve
destino que marca y limita. Pero ¿es el hecho biológico de tener
vagina lo que genera la discriminación, o lo es la manera en que ese
hecho es valorado socialmente, o sea, la pertenencia de las que
tienen vagina a un grupo diferente del de las personas que no la
tienen?
9. PRELIMINARES
• El cuerpo es el punto de referencia a través del cual se articula el
mundo, en donde se ponen en juego toda la constelación de las relaciones
subjetivas e intersubjetivas del ser humano en la sociedad. El cuerpo es el
campo primordial donde confluyen y se condicionan todas las
experiencias, las situaciones vividas a través del cuerpo. El cuerpo como
ser en el mundo, es la estructura fundamental de la realidad humana.
• La sociedad contemporánea construye un rol para las mujeres que les
impide tomar conciencia y vivir su propio cuerpo, que atribuye valor a los
aspectos exteriores del cuerpo. Por eso la reconstrucción de la historia del
cuerpo de la mujer es fundamental para la recuperación del sitio que
verdaderamente les pertenece a las mujeres
• Pero, el mito del “instinto maternal” sigue operando. El cuidado de los
hijos y las tareas domésticas siguen estando, en su mayoría, en manos de
las mujeres estableciéndose de esta forma la doble jornada laboral
femenina. ¿Ser madre es un trabajo o mas bien algo instintivo?
10. LA ESCUELA
• El estereotipo social sobre la mujer que se reproduce
en la escuela indica que ella tiene menor
protagonismo, esta muy presente en las tareas de la
casa y el cuidado de los hijos, participa en actividades
de tiempo libre (esparcimiento) y tienen un importante
papel como objeto de consumo erótico
• El estereotipo sicológico de la mujer la presenta
alterando estados de alegría y tristeza, muestra
actitudes de dialogo, dependencia y receptividad, tiene
rasgos de un ser débil y coqueto que desea agradar al
hombre.
11. LA ESCUELA
• La escuela es una organización ritualizada. En su cultura se
instalan muchas formas de actuación que la rutina
convierte en ritos. Las formas de saludo son diferentes. Se
repiten en el caso de las mujeres, expresiones alusivas a su
belleza, a su vestidos, a su corte de pelo; en el caso de los
varones se utilizan otro tipo de claves: notas
obtenidas, victoria o derrota de su equipo favorito. Las
canciones, los juegos, los refranes, los chistes, etc.
reproducen pautas sexistas de forma velada e inconsciente.
Es el caballero valiente el que salva a la hermosa dama, es
el principe poderoso es que despierta a la bella
durmiente, es el hombre fuerte el que protege a la mujer
débil. Impregnándolo todo está el lenguaje como un clima
omnipresente.
12. SISTEMA SEXO-GÉNERO
• Rubin examinó la «domesticación de las mujeres», en la cual
hembras humanas constituían la materia prima para la producción
social de mujeres; esto tuvo lugar, durante el nacimiento de la
cultura humana, en sistemas tribales organizados según el
parentesco, a través del intercambio de mujeres controlado por
hombres. Rubin definía el Sex-Gender-System como una forma de
relaciones sociales en las que se transforma la sexualidad biológica
en un producto de la actividad humana y en la que se sosiegan las
así resultantes necesidades sexuales históricamente específicas. Ella
veía en la división sexual-genérica del trabajo y en la construcción
psicológica del deseo (sobre todo la formación edípica) las bases de
un sistema de producción de seres humanos que inviste a los
hombres con derechos unilaterales sobre las mujeres. Donde
hombres y mujeres, en la lucha por la supervivencia material, no
pueden hacer el mismo trabajo, y donde estructuras profundas de
deseo tienen que ser satisfechas en un Sex-Gender-System en el
cual los hombres intercambian mujeres, la heterosexualidad
13. SISTEMA SEXO-GÉNERO
• Dentro de las teorías de género constructivistas y deconstructivistas son
centrales los conceptos en los que el género se entiende como «doing
gender». A este respecto han sido determinantes especialmente los
estudios etnometodológicos de Harold GARFINKEL (1967). En estos
estudios se hace visible la construcción social de la pertenencia de género
como un sinnúmero de interacciones cotidianas, en las cuales el género de
una persona es producido por ella misma y por otros (cfr. LINDEMANN
1993; HIRSCHAUER 1993). Pero aún mayor trascendencia tuvieron las tesis
de Erving GOFFMAN (1977) que, como punto de partida, cuestionó cómo
era posible que la mayoría de las personas recurriera a diferencias
biológicas sexuales mínimas para explicar las grandes desigualdades
sociales entre los géneros. Para suponer que eso es plausible se requeriría
«de un cuerpo de creencias y prácticas sociales vasto e integrado». Aquí el
sexo funcionaría como «base de un código fundamental según el cual
están construidas las interacciones y estructuras sociales; un código que
también influye determinantemente sobre las ideas que tienen los
individuos sobre su naturaleza humana fundamental» (302).
14. SISTEMA SEXO-GÉNERO
• Judith BUTLER parte de la crítica a la naturalidad con la que, dentro de la teoría y
política feminista, se construyen argumentos usando la categoría ‹mujer› o
‹mujeres›. Este uso sienta algo anterior que, supuestamente, todas las mujeres, en
sus calidades de ser-mujer, compartirían entre sí. Pero en fin de cuentas eso sólo
es posible bajo recurso a un cuerpo sexual natural común a todas las mujeres. A
esto se asocia por otra parte la idea metafísica de un sujeto substancialmente
dado que se representa en sus exigencias. Y no en último lugar se supone una
identidad homogénea de las mujeres. Pero para Butler tanto el sujeto, como la
identidad, como el cuerpo no son hechos o esencialidades que presuponer sin
vacilación o duda alguna. Como lo formula desde la perspectiva de la teoría del
discurso, hay que designarlos como efectos de prácticas discursivas. Así el
concepto de género debería designar «el aparato mismo de producción a través
del cual (whereby) se establecen los sexos» (11). Y, en consecuencia, también
debería abarcar «los medios discursivo-culturales a través de los cuales la
‹naturaleza sexuada› o ‹un sexo natural› es producido y establecido como
‹prediscursivo›, anterior a la cultura, una superficie políticamente neutral sobre la
que actúa la cultura.» (ibid.) La importancia de esta óptica radica en que sólo así se
torna visible la vinculación constitutiva del sexo y la heterosexualidad en el
discurso hegemónico del sexo. La relegación de «la dualidad del sexo a un dominio
prediscursivo» se evidencia como un aseguramiento de la estabilidad interior y del
marco binario para el concepto del sexo (ibid.). Esta es la razón por la cual, según
BUTLER, hay que entender al género / sexo expresamente como «efecto de una
práctica reguladora que puede ser identificada como heterosexualidad de coerción
15. SISTEMA SEXO-GÉNERO
• Esta insistencia en el nexo entre sexo y organización heterosexual del deseo que es
constitutivo para el orden actual de géneros / sexos es de seguro otro de los
aspectos de importancia en la obra de Butler (cfr. HARK 1993; HENNESSY 2000). La
figura en que se plasma la idea del sexo como efecto discursivo es para BUTLER el
travestismo. Éste es, en su forma «más compleja, una doble-inversión que dice: ‹la
apariencia es ilusión›. Por un lado afirma: mi apariencia ‹externa› es femenina, mi
esencia ‹interior› (el cuerpo) es masculina; y simboliza al mismo tiempo la
inversión contraria: mi apariencia ‹externa› (mi cuerpo, mi género) es
masculina, en cambio mi ser interior (myself) es femenino.» (NEWTON
1972, 103, según BUTLER 1999, 174) En la manifestación de que «la apariencia» es
una «ilusión» se aclara del todo el nexo imaginario entre cuerpo y género / sexo. El
mismo cuerpo aparentemente auténtico, aparentemente real, natural, es visible
como un efecto (178). En ella se hace patente además que no se trata de una
coerción natural, sino de una coerción social, perteneciente al actual discurso
heterosexual del género / sexo, la que demanda la unificación de los distintos
pensamientos, sentimientos, formas del deseo sexual y prácticas genéricas en una
identidad genérica, como también la identidad / correspondencia entre cuerpo
anatómico sexual e identidad genérica. Mucha de la explosividad y de la
fascinación que ejerce la concepción de Butler tiene sin lugar a dudas su origen en
la comprensión que ella nos brinda de estas complejas coerciones identitarias, y
especialmente de las concernientes a la unificación de cuerpo genérico e identidad
genérica. Hay que anotar además la radicalidad con la que ella nos permite pensar
al género como relación imaginaria.
16. SISTEMA SEXO-GÉNERO
• Los individuos aprenden desde pequeños a «representar» el propio género del
modo más convincente que se pueda y a «identificar» en lo posible de un modo
certero e inmediato la «pertenencia de género» de los otros. Al mismo tiempo las
situaciones sociales están organizadas de manera tal que ponen a disposición de
los individuos los medios para ello necesarios e incluso sugieren directamente los
modos de acción genéricos de cada vez. De este modo se produce y
certifica, siempre de nuevo, la creencia en la naturalidad de las diferencias de
género. A esta circularidad de interacciones sociales, Goffman la denomina
«reflexividad institucional»(302 ss). Como ejemplo remite entre otras cosas a la
división institucionalizada –en las sociedades occidentales– de los excusados según
el sexo, a la segregación específica del género en el mercado de trabajo y también
a la forma usual de la elección de pareja que conduce casi siempre a la misma
constelación: hombre de mayor tamaño y edad, mujer más pequeña y más joven.
A través de esta elección, mujeres y hombres crean la base óptima para
presentarse mutua y convincentemente el ejercicio de sus «naturalezas»
supuestamente diferentes (319 ss). La estructura de las interacciones sociales
garantiza, por lo tanto, no sólo una permanente construcción de la diferencia de
géneros, sino que al mismo tiempo también su naturalización, la creencia en que
ella se basaría en la naturaleza humana. Dicho en pocas palabras, para
Goffman, «Gender, not religion, is the opiate of the masses.» (315).
17. GÉNERO Y SEXO
• Ahora bien, respecto de las personas, ¿qué diferencia
hay entre el concepto de sexo y el de género? ¿A qué
nos referimos cuando hablamos de los varones como
género masculino en vez de sexo masculino? ¿No
corresponde siempre el género femenino a las
hembras de la especie, las mujeres, y el masculino a los
machos, los varones?
• ¿Qué hace femenina a una hembra o masculino a un
macho?, ¿su anatomía, su sexo? ¿Existen hembras
masculinas y machos femeninos? ¿Qué es lo femenino
y qué lo masculino? ¿Por qué lo que se considera
femenino en una cultura en otra es visto como
masculino?
18. GÉNERO Y SEXO
• Esos casos hicieron suponer a Stoller que lo que determina la
identidad y el comportamiento de género no es el sexo
biológico, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las
experiencias, ritos y costumbres atribuidos a cierto género. Y
concluyó que la asignación y adquisición de una identidad es más
importante que la carga genética, hormonal y anatómica.
• Por ejemplo, después de establecida la identidad de
género, cuando un niño se sabe y asume como perteneciente al
grupo de lo masculino y una niña al de lo femenino, ésta se
convierte en un tamiz por el que pasan todas sus experiencias. Es
usual ver a niños rechazar algún juguete porque es del género
contrario, o aceptar sin cuestionar ciertas tareas porque son del
propio género. Ya asumida la identidad de género, es casi imposible
cambiarla
19. GÉNERO Y SEXO
• En 1964 el término género propiamente dicho fue acuñado por un
psiquiatra, Stoller, quien lo hizo, con el ánimo de poder diagnosticar
a aquellas personas que aunque poseían un cuerpo de hombre, se
sentían como mujeres.
• ¿Qué sucede con aquellos individuos en los que las características
de sexo y género no son correspondidas? Dado el fuerte dispositivo
de poder que supone dicha consistencia entre el sexo y el
género, éstos serán sin duda etiquetados como desviados.
• Si la identidad entendida como coherente es la identidad de
sexo, entonces la persona deberá alterar su subjetividad, y por
tanto, sus deseos, a fin de adecuarlos a su cuerpo.
• Pero también cabe otro punto de vista según el cual lo concebido
como coherente es la identidad de género; entonces el/la
individu@ debe transformar su apariencia física, y la solución a
adoptar es el cambio de sexo - su apariencia corporal.
20. GÉNERO Y SEXO
• Según Butler, la categoría sexual y natural "mujer", es construida a partir y
a través de un dispositivo de relaciones sociales dadas. Es el otro el que
participa en la construcción del sexo como algo natural y dado de
antemano; sin el otro, no habría tal categoría "natural“.
• “Si se impugna el carácter inmutable del sexo, quizá esta construcción
llamada “sexo” esté tan culturalmente construida como el género; de
hecho, tal vez siempre fue género, con la consecuencia de que la
distinción entre sexo y género no existe como tal. (…) Cómo resultado, el
género no es a la cultura lo que el sexo es a la naturaleza; el género
también es el medio discursivo/natural mediante el cual la “naturaleza
sexuada” o “un sexo natural” se produce y establece como
“prediscursivo”, previo a la cultura, una superficie políticamente neutral
sobre la cual actúa la cultura.”
• Quizás deberíamos plantearnos preguntas como las siguientes:
¿Realmente el sexo ha sido siempre de la misma manera? ¿He sido mujer
desde el mismo momento en que nací, o he necesitado un arduo
trabajo, mío y de los que me rodean, para convertirme en ella?
21. PERFORMATIVIDAD
• Un acto performativo es una práctica discursiva,
en el sentido de qué se trata de un acto
lingüístico, que por lo tanto está constantemente
sujeto a interpretación. El acto performativo debe
ser ejecutado como una obra de teatro,
presentándose a un público e interpretándose
según unas normas preestablecidas; el acto
performativo produce a su vez unos efectos, es
decir, construye la realidad como consecuencia
del acto que es ejecutado
22. PERFORMATIVIDAD
• Butler considera que el género sexual es un acto
performativo, que se construye en función de los diferentes
comportamientos en los que el individuo actúa de una
forma sexuada. Por ello, no tiene una base natural, sino
que depende de la interacción con los demás. Pero ese
carácter teatral, según Butler, afecta igualmente a cualquier
aspecto identitario, independientemente de su cariz ; por
eso, la identidad surge más bien como un juego
posmoderno, en el que el se crea un flujo inestable de
adopciones personales. Algo que ya Goffman había
apuntado al afirmar que, en el momento de relacionarse
con otros, el individuo, a caballo entre la consciencia y el
hábito, ejecuta una representación de sí mismo en función
de sus intereses.
23. PERFORMATIVIDAD
• El género es performativo porque constituye la identidad
que se supone que es desde un principio. Ahora bien, esta
necesidad de agencia por parte de los sujetos a la hora de
"performar" para construir la identidad de género no
deberá nunca atribuirse a un sujeto previo a la acción:
• “Así, dentro del discurso heredado de la metafísica de la
sustancia, el género resulta ser performativo, es decir, que
constituye la identidad que se supone que es. En este
sentido, el género siempre es un hacer, aunque no un hacer
por parte de un sujeto que se pueda considerar
preexistente a la acción.”
• “No hay ningún “ser” detrás del hacer, del actuar, del
devenir”
24. PERFORMATIVIDAD
• Por esta misma razón el sexo siempre ha sido género; nosotr@s
performamos nuestra identidad a partir de estas categorías sexuadas que
nos subordinan, y sin embargo para que éstas funcionen se requiere de un
arduo trabajo de repetición. Además, cuando repetimos también tenemos
la posibilidad de desplazar las categorías, y por lo tanto, de
transgredir, como en el ya clásico ejemplo de la drag que expone Butler: la
drag se siente más mujer que las propias mujeres, y reproduce la categoría
de mujer tan fielmente, tanto, que no deja de desplazarla, puesto que
existe un "fallo" en su cuerpo, en el que no dejan de recordarse atributos
de hombre. El hecho de que, sin embargo, se pueda interpretar tan
fielmente la categoría de mujer no deja de sugerirnos, nos guste o no, que
quizá ser mujer sea tan sólo una máscara… y es que necesitamos
performar continuamente (representar, interpretar, como en el teatro)
nuestras categorías sexo / género… pero ¡ay! Es que a veces sin querer, al
repetir lo que hemos aprendido que hay que hacer, metemos la pata… y
repitiendo, y muchas veces incluso sin quererlo, subvertimos.
25. PERFORMATIVIDAD
• Para Butler el ser es un efecto del lenguaje. Para trabajar esta idea, hay
que intentar comprender el espacio interior como el efecto de una
metáfora inscrita en la superficie del cuerpo: la metáfora que supone el
"yo" como lugar del sujeto en el lenguaje, lugar que debe ser ocupado
para poder construir la distinción entre lo interior y lo exterior (cómo
cuando digo "yo" para decir "Eva", ocupando así la posición de sujeto).
• Y es que tod@s cuando nacemos somos bautizad@s con un nombre, y
este nombre nos inaugura como sujetos sociales, aún cuando el efecto de
este espacio interior todavía no ha llegado a producirse. Después, cuando
nos iniciamos en el habla, el pronombre que en un principio utilizamos
para referirnos a nosotros mismos es el de la tercera persona, puesto que
aún no somos capaces de distinguirnos a "nosotros" de "los otros". El uso
del pronombre "yo" inaugura más tarde la posibilidad del espacio
interior, a la vez que será entonces cuando quedarán inaugurados también
todos aquellos procesos clásicamente pensados como exclusivamente
psicológicos, cuando no son sino productos eminentemente sociales y
lingüísticos
26. PERFORMATIVIDAD
• El hecho de que el cuerpo con género sea performativo indica que
no tiene una posición ontológica distinta de los diversos actos que
constituyen su realidad. Esto también indica que si dicha realidad se
inventa como una esencia interior, esa misma interioridad es un
efecto y una función de un discurso decididamente público y
social, la reglamentación pública de una fantasía mediante la
política de superficie del cuerpo, el control fronterizo del género
que diferencia lo interno de lo externo, y así instituye la integridad
del sujeto. En otras palabras, los actos y los gestos, los deseos
articulados y realizados, crean la ilusión de un núcleo de género
interior y organizador, ilusión mantenida mediante el discurso con
el fin de reglamentar la sexualidad del marco obligatorio de la
heterosexualidad reproductiva.
27. PERFORMATIVIDAD
• Que una identidad sea un efecto significa que ni está fatalmente determinada ni es
plenamente artificial y arbitraria. El hecho de que el carácter constituido de la
identidad haya sido malinterpretado a lo largo de estas dos líneas incompatibles
sugiere las maneras mediante las que el discurso feminista sobre la construcción
cultural queda atrapado dentro del binarismo innecesario de libre albedrío y
determinismo. La construcción no se opone a la capacidad de acción; es el
escenario necesario de esa capacidad, los términos mismos en que ésta se articula
y se vuelve culturalmente inteligible.
• Estamos construid@s, pero no determinad@s. En nuestras prácticas se encuentra
la posibilidad de transformación social, y sin embargo no existimos previamente a
esas mismas prácticas. Paradójicamente, en las mismas categorías sociales que nos
subordinan esta nuestra posibilidad de transformación, ya que al tiempo que éstas
nos son impuestas nosotr@s las aceptamos - dado que nos garantizan la existencia
y nos producen como sujeto con capacidad de acción. Y es que sólo repitiendo
podemos transformar, puesto que repitiendo las mismas categorías que
reproducimos acaban, en un momento u otro, fracasando
28. HETERONORMATIVIDAD
• La norma sexual naturalizada, que se ha mantenido vigente hasta hoy gracias a su
vigencia institucional, implica, pues, que la heterosexualidad y su codificación
binaria de género son la única variante afectiva aceptable.
• Butler destaca que el esquema reproductivo del acto sexual se ha impuesto como
esencia natural del individuo, por lo que la dualidad de género masculino/femenino
se ha convertido en dominante. Así, sexualidades de diferente orden, como la
homosexualidad o la bisexualidad, quedan fuera de esta norma y relegadas a los
márgenes sociales.
• La heteronormatividad es un proceso por el cual las instituciones y las políticas
sociales refuerzan la idea o creencia de que los seres humanos están divididos en
dos categorías distintas. La consecuencia directa es la creencia de que estos dos
sexos (o géneros) existen con el objetivo de complementarse mutuamente.
Y, así, todas las relaciones íntimas deben ser entre hombre y mujer.
• La descripción de una institución como heteronormativa viene dada por la
aceptación de las normas visibles u ocultas, algunas de las cuales son vistas como
normales para los hombre y otras normales para mujeres. Los individuos que no se
ajustan a este sistema o que rechacen pertenecer al mismo son callados o
invisibilizados. Las instituciones heteronormativas bloquean el acceso a la
participación legal, política, en la educación... de estas personas.
29. HETERONORMATIVIDAD
• Tal y como afirman Berlant y Warner (2002: 230):
• Por heteronormatividad entendemos aquellas instituciones,
estructuras de comprensión y orientaciones prácticas que hacen no
sólo que la heterosexualidad parezca coherente –es decir,
organizada como sexualidad- sino también que sea privilegiada (…)
Pasa desapercibida como lenguaje básico sobre aspectos sociales y
personales; se la percibe como un estado natural; también se
proyecta como un logro ideal o moral. No consiste tanto en normas
que podrían resumirse en un corpus doctrinal como en una
sensación de corrección que se crea con manifestaciones
contradictorias –a menudo inconscientes, pero inmanentes en las
prácticas y en las instituciones.
• Es decir, el modelo normativo de sexualidad entre hombre y mujer,
con su descentralización de lo homosexual, perpetúa unas
estructuras donde se fortalece lo heterosexual.
30. TEORIA QUEER
• La palabra inglesa queer tiene varias acepciones. Como
sustantivo significa “maricón”, “homosexual”, “gay”; se ha
utilizado de forma peyorativa en relación con la
sexualidad, designando la falta de decoro y la anormalidad
de las orientaciones lesbianas y homosexuales. El verbo
transitivo queer expresa el concepto de
“desestabilizar”, “perturbar”, “jorobar”; por lo tanto, las
prácticas queer se apoyan en la noción de desestabilizar
normas que están aparentemente fijas. El adjetivo queer
significa “raro”, “torcido”, “extraño”. La palabra queer la
encontramos en las siguientes expresiones: to be queer in
the head (estar mal de la cabeza); to be in queer street
(estar agobiado de deudas); to feel queer (encontrarse
indispuesto o mal); o queer bashing (ataques violentos a
homosexuales)
31. TEORÍA QUEER
• El vocablo queer no existiría sin su contraparte straight, que
significa “derecho”, “recto”, “heterosexual”. Queer refleja la
naturaleza subversiva y transgresora de una mujer que se
desprende de la costumbre de la femineidad subordinada; de una
mujer masculina; de un hombre afeminado o con una sensibilidad
contraria a la tipología dominante; de una persona vestida con ropa
del género opuesto, etcétera. Las prácticas queer reflejan la
transgresión a la heterosexualidad institucionalizada que constriñe
los deseos que intentan escapar de su norma
• El vocablo queer no tiene traducción al español. La Teoría Queer se
ha intentado traducir como teoría torcida, teoría marica, teoría
rosa, teoría “entendida”, teoría transgresora; sin embargo, casi
siempre se pierde el sentido preciso de la palabra inglesa.
32. TEORÍA QUEER
• Los estudios de género han sido emparentados con la Teoría
Queer, pues ambos discuten las identidades (mujeres en el primer
caso, gays y lesbianas en el segundo), reformulando nuevos
procesos de identificación y de diferenciación en torno a la
sexualidad. Judith Butler ha ejercido una gran influencia dentro de
la teoría feminista y en los estudios queer por proponer una
concepción del género imitativa y representativa.
• Los feminismos queer buscan una comprensión del cuerpo como
efecto de dispositivos de poder que tejen una trama productora de
la coherencia entre sexo, sexualidad, deseo y género. Este proceso
de producción de los cuerpos, se da a través de efectos de sujeción
y de subjetivación en los que la identidad de género cobra
especificidades étnicas, sexuales, clasistas, nacionales, religiosas…
• Un postulado básico de la teoría queer: nada en la identidad es fijo
33. PERFORMATIVIDAD QUEER
• Butler en Gender Trouble señala que el género es
esencialmente identificación, que consiste en una
fantasía dentro de otra fantasía: El género se define, de
acuerdo con Butler, en lo que denomina el
performance, esto es, la repetición que imita
constantemente la fantasía que constituyen las
significaciones de manera encarnada. Bajo esta
visión, los comportamientos tan criticados como el
amaneramiento de algunos gays y transexuales, o las
relaciones butch (camionera)/feme con su imitación
particular del género revelan, según Butler, la
estructura imitativa propia del género.
34. PERFORMATIVIDAD QUEER
• Judith Butler asegura que el homosexual es el sujeto
que se niega a sí mismo, para quien permanece
prohibido describirse a sí mismo. El término
“homosexual” tiene que ser atribuido por otras
personas. La autonegación es el requisito indispensable
para su ejercicio y la sobrevivencia. Hacer referencia a
la propia condición es caracterizado como conducta
homosexual. No es posible concebir la idea: “soy
homosexual, pero no ejerzo”. Para Butler, la
autodefinición homosexual es interpretada
explícitamente como una conducta contagiosa y
ofensiva.
35. PERFORMATIVIDAD QUEER
• La frase “soy homosexual” no sólo es descriptiva, sino que también
demuestra la conducta homosexual. La enunciación de la propia
homosexualidad atribuye precisamente aquello que dice. Es
más, para Butler, la afirmación “soy homosexual”
es, pues, increíblemente malinterpretada como “te deseo
sexualmente”. La expresión que se realiza en primera persona y de
manera introspectiva se toma por una afirmación que anuncia el
acto en sí mismo, la intención de actuar: el vehículo de la
seducción. Si la frase “soy homosexual” se tomara como lo que
realmente es, se consideraría como la manifestación pública del
significado cultural y político del deseo entre personas del mismo
sexo. La práctica de la homosexualidad no es la experiencia sexual
en sí misma, sino el ejercicio discursivo que le confiere significado.
36. LA FAMILIA
• A partir de los aportes de los Estudios de Género y de la teoría
feminista, la familia va a ser cuestionada y denunciada como ámbito
de dominación masculina por excelencia dónde el mandato
patriarcal de ser madre opera como eje organizador de la vida de
las mujeres. Las relaciones de poder, las jerarquías por edad y
sexo, la Heterosexualidad Obligatoria, la división sexual del
trabajo, el trabajo doméstico no remunerado, la transmisión de
valores patriarcales, la producción del binarismo sexual y la
reproducción de los estereotipos de género en el proceso de
socialización, son algunas de las categorías producidas por la teoría
feminista para visibilizar los mecanismos de subordinación de las
mujeres. Lejos de considerar a la familia como una unidad armónica
con intereses comunes, esta perspectiva pone de manifiesto los
conflictos y las tensiones existentes en la misma.
37. LA FAMILIA
• La familia continúa siendo una institución medular del sistema
patriarcal, reproductora del orden heteronormativo. Con esto, nos
referimos a un orden construido a partir de un sistema sexual
binario y jerárquico: mujeres / femeninas / inferiores y varones /
masculinos / superiores, reforzado, a su vez, por la esencialización
de la sexualidad a través de la imposición de la Heterosexualidad
Obligatoria. En definitiva, este sistema sexo-género como lo
denominó Gayle Rubin, no sólo limita la definición de lo humano a
dos categorías genéricas, varones y mujeres, sino que también
disciplina el deseo sexual para que los sexos opuestos se atraigan
mutuamente. Resulta de suma importancia para nuestro análisis,
señalar que la heteronormatividad del patriarcado conduce a la
discriminación e inferiorización tanto de toda orientación sexual
disidente, como de cualquier identidad genérica que no respete la
dicotomía varón-mujer –léase: travestis, transexuales,
intersexuales, transgéneros, lesbianas, bisexuales, gays.
38. HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
• Desde una perspectiva construccionista de la
sexualidad, y posicionada ideológicamente en el
feminismo lésbico, Adrienne Rich sostiene que la
Heterosexualidad Obligatoria necesita ser
reconocida y estudiada como una institución
política. Con dicho planteo la autora ataca dos
prejuicios persistentes relacionados con la
sexualidad de las mujeres: en primer lugar, que
éstas se hallan orientadas sexualmente hacia los
varones de manera innata; y, en segundo
lugar, que el lesbianismo es una representación
de recelo hacia los hombres.
39. HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
• Rich enumera un amplio número de prácticas en las cuales se expresa la manera
en que opera la Heterosexualidad Obligatoria.
• La primera de ellas es negar a las mujeres el desarrollo de su sexualidad, y se
refleja en prácticas tales como la ablación de clítoris o su negación psicoanalítica;
la negación de la existencia lesbiana a través de
asesinatos, persecuciones, expulsión de la historia; restricciones contra la
masturbación, entre otras.
• La segunda práctica que disciplina y somete a las mujeres es la imposición de la
sexualidad de los varones, reflejado en prácticas tales como las violaciones
(incluida la marital) y maltratos a las esposas; en el incesto padre-hija, la
prostitución, el harén, la ideología del idilio heterosexual; en representaciones
pornográficas de mujeres respondiendo positivamente a la violencia sexual y a la
humillación, cuyo fundamento es la noción de que el impulso sexual masculino
equivale a un derecho inviolable que, una vez desatado, no admite un “no” por
respuesta.
• Otra práctica es la de disponer y utilizar el trabajo de las mujeres para controlar su
producción que tiene lugar en el matrimonio y la maternidad en tanto producción
no remunerada, el control masculino del aborto, la contracepción y el parto.
40. HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
• Gayle Rubin define al sistema sexo / género como el ...conjunto de
disposiciones por el cual la materia prima biológica del sexo y la
procreación humanas son conformadas por la intervención humana
y social y satisfechas en una forma convencional...
• El sistema sexo-género disciplina los cuerpos y el deseo a través de
la heteronorma. La conceptualización de lo humano sólo va a ser
inteligible dentro del dimorfismo sexual. Varones y mujeres agotan
el universo de lo humano desde esta perspectiva binaria. Los
mecanismos de disciplinamiento y control genérico operan incluso
antes del nacimiento de lxs niñxs. Se suele preguntar a las
embarazadas con panza de varios mesas ¿ya sabés qué es? ¿es
nena o nene? La genitalidad observada por el médico determina el
sexo. Sexo masculino o sexo femenino son los protagonistas del
orden heteronormativo. Todo cuerpo que no se ajuste a estos
códigos jerárquicos y binarios va a sentir sobre su existencia la
despiadada y muchas veces bendecida violencia de género.
41. HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
• El vestirse como mujer, maquillarse y probarse medias y tacos es un recorrido
solitario, a escondidas de la mirada de los otros. Hay algo de ese juego solitario
que los demás perciben pero callan o nominan de modos que resuenan. Y
así, durante mucho tiempo, quizá toda la adolescencia [y también la infancia] , el
tema permanece silenciado. ¿Qué es ser travesti? ¿Vestirse como tal, transformar
el cuerpo, sentirse de una determinada manera?¿Desde cuándo se es travesti?
¿Siempre? (...) La escuela, como la familia, no aparece como un lugar en donde
poder plantear estos interrogantes. Las dificultades de transitar el travestismo en
estos espacios conducen, en muchos casos, a optar por migrar a grandes ciudades
en las cuales el anonimato y el contacto con otras travestis permiten, tal vez, dar
una respuesta a aquellos interrogantes.
• Que una mujer desee a otra mujer sexual, erótica y afectivamente implica un acto
de independencia respecto de la sexualidad masculina. La consecuencia política
del deseo lésbico es la pérdida de privilegios de los varones sobre el cuerpo y la
sexualidad de las mujeres. Esto debilita el consenso que habilita el
heterosexismo, necesario para perpetuar la dominación sobre el grupo oprimido.
42. HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
• El lesbianismo, entonces, amenaza la raíz de la dominación
masculina que utiliza la erotización para someter a las mujeres. Si
éstas desean a su amo- marido/ novio/ amante -alias príncipe azul-
, facilitan la subordinación al patriarca. La invisibilización es el
mecanismo característico de violencia contra las lesbianas. Cuando
la lesbiana pronuncia su deseo dentro de la esfera familiar las
manifestaciones de violencia son múltiples. Desde la expulsión de la
casa, hasta la negación sistemática a través del silencio, o incluso en
la discriminación implícita de la tolerancia.
• Hace solamente 19 años que la Organización Mundial de la Salud
(OMS) reconoció que la homosexualidad no era una enfermedad. Si
bien esto fue un avance en el plano formal, la realidad es que esta
construcción histórica que identifica la homosexualidad como una
perversión aún se hace eco en la sociedad.
43. BIBLIOGRAFÍA
• GIL RODRIGUEZ, Eva Patricia. (2002) ¿Por qué le llaman género cuando
quieren decir sexo?: Una aproximación a la teoría de la performatividad de
Judith Butler
• CALVO ANORO, Javier. (2012) El cuerpo vampírico: la apertura de la
dualidad identitaria de género en True Blood
• GUERRA, Luciana (s.a.) Familia y heteronormatividad
• LAMAS, Marta. (1986) La antropología feminista y la categoría “género”
• Programa Arce: convivir, compartir, conciliar. (s.a.) El currículo oculto y el
lenguaje como factores de discriminación
• SAENZ, Margarita (2003) Cuerpo y Género
• FONSECA, Carlos y QUINTERO, María Luisa (2009) La Teoría Queer: la
de-construcción de las sexualidades periféricas
• DICCIONARIO HISTÓRICO-CRÍTICO DEL MARXISMO. Género/sexo