1. MISION SAN ANTONIO
PEREGRINO
TEMA 13
LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARÍA
2. ORACIÓN INICIAL
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios
mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo
había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su
descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio
ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
3. LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
I. LA PALABRA DE DIOS
Ap 11,19a; 12,1.3-6a.10ab: "Apareció en el cielo una
mujer vestida del sol, la luna bajo sus pies y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza"
«Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer,
vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza; Y
apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón
rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre
sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la
tercera parte de las estrellas del cielo y las
precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo
delante de la Mujer que iba a dar a luz, para
devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz. La
mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir
a todas las naciones con cetro de hierro; y su
hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar
preparado por Dios. Oí entonces una fuerte voz
que decía en el cielo: "Ahora ya ha llegado la
salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios
y la potestad de su Cristo, porque ha sido
arrojado el acusador de nuestros hermanos, el
que los acusaba día y noche delante de nuestro
Dios"».
4. • San Juan refiere una visión, un fenómeno
cósmico extraordinario (1ª. lectura): «una
Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus
pies, y una corona de doce estrellas sobre su
cabeza». También aparece la figura de un
gran dragón rojo, símbolo de un poderoso
imperio antagónico a Dios (ver Jer 51,34; Is
51,9-10; Ez 29), que desencadena su furia
contra los elegidos, «los astros del cielo» (ver
Dn 8,10).
• El dragón se detiene delante de la Mujer, con
la intención de devorar al Niño que está a
punto de dar a luz. Esta evidente actitud de
confrontación y oposición trae a nuestra
memoria el pasaje del 'protoevangelio':
«Enemistad pondré entre ti y la Mujer, y
entre tu linaje y su linaje» (Gén 3,15).
• La muerte intenta devorar al Niño, mas Dios
lo "arrebata" hasta su trono, haciéndolo
partícipe de su poder y gloria. Es Cristo, a
quien la muerte no pudo retener en su
dominio. Resucitado de entre los muertos,
ascendió a los Cielos. Su victoria es total, y
con su triunfo se anuncia la salvación para
toda la humanidad
5. 1 Cor 15,20-27a: "Cristo resucitó como
primicia de entre los muertos"
«¡Pero no! Cristo resucitó de entre los
muertos como primicias de los que
durmieron. Porque, habiendo venido
por un hombre la muerte, también
por un hombre viene la resurrección
de los muertos. Pues del mismo
modo que en Adán mueren todos, así
también todos revivirán en Cristo.
Pero cada cual en su rango: Cristo
como primicias; luego los de Cristo en
su Venida. Luego, el fin, cuando
entregue a Dios Padre el Reino,
después de haber destruido todo
Principado, Dominación y Potestad.
Porque debe él reinar hasta que
ponga a todos sus enemigos bajo sus
pies. El último enemigo en ser
destruido será la Muerte. Porque ha
sometido todas las cosas bajo sus
pies.»
6. • San Pablo (2ª. lectura) explica la
íntima conexión que existe entre la
resurrección de Cristo y la nuestra. Si
por Adán nos vino la muerte, por
Cristo nos viene la resurrección. Su
Victoria sobre el mal y la muerte es
también nuestra victoria. Él ha
resucitado como primicia, y en Cristo
y por Él también nosotros
resucitaremos cuando Él vuelva
glorioso al final de los tiempos.
• Mas la resurrección ha sido ya
anticipada en el caso de la Mujer: "la
Asunción de la Santísima Virgen
constituye una participación singular
en la Resurrección de su Hijo y una
anticipación de la resurrección de los
demás cristianos" (Catecismo de la
Iglesia Católica, 966).
7. • ¡Por algo María es llamada "bendita entre
todas las mujeres"! (Evangelio) Ella es la
Mujer anunciada desde el principio, Mujer
cuya descendencia pisaría la cabeza de la
serpiente como signo de triunfo sobre el
poder del mal y de la muerte. Ella es
llamada "feliz", y lo es verdaderamente,
no sólo por haber sido elegida por Dios y
regalada con gracias especiales para
realizar su vocación y llevar a cabo su
misión de ser «la Madre de mi Señor»,
sino también por su libre cooperación y
respuesta generosa a Dios y a sus
designios reconciliadores: «he aquí la
sierva del Señor, hágase en mí según tu
palabra.»
• En su favor el Poderoso ha hecho grandes
maravillas. También ha obrado esas
maravillas en favor nuestro por medio de
María. Es por ello que todas las
generaciones la llamarán bienaventurada,
rindiéndole agradecidas un filial y
amoroso homenaje.
8. • Santa María asunta a los Cielos es
para nosotros, hijos de la Iglesia
peregrinante, un signo de esperanza
que brilla intenso en el horizonte,
signo que nos atrae, nos alienta y
anima a seguir sus huellas y caminar
juntos y confiadamente hacia donde
Ella se encuentra gloriosa junto a su
Hijo resucitado.
• ¡El triunfo de María nos llena de
esperanza! Sí, al mirarla gloriosa
tenemos la certeza confiada de que
también nosotros, bajo su guía y
cuidado maternal, avanzamos hacia
la transfiguración gloriosa de
nuestras existencias, hacia la plena
participación del amor y comunión
de Dios, hacia la gloria definitiva y
máxima felicidad que sólo Dios puede
dar al ser humano.
9. • Pero María, asunta a los Cielos, no se
desentiende del destino terreno y eterno de
sus hijos e hijas. ¡Todo lo contrario! Ella,
desde el Cielo, ejerce activamente su misión
maternal. Enaltecida y glorificada al lado de
su Hijo, nos acompaña intercediendo por
nosotros, alentando nuestra esperanza y
confianza en las promesas de su Hijo,
invitándonos a vivir con visión de eternidad,
cuidándonos, protegiéndonos, educándonos
con sus palabras y el ejemplo de su vida
entregada al amoroso y servicial
cumplimiento del Plan divino.
• La Mujer que ahora y por toda la eternidad
ve plenamente colmada las esperanzas de su
terreno peregrinar, nos invita también a
nosotros a ser hombres y mujeres de
esperanza para tantos que en el mundo de
hoy carecen de esperanza. De este modo,
todo hijo/a de María esta llamado/a a ser
signo de esperanza para muchos, apóstol que
lleve a cuantos más pueda al encuentro con
el Señor resucitado.
10. • ¿Qué afirma el dogma de la asunción de
María?
• 966: «Finalmente, la Virgen Inmaculada,
preservada inmune de toda mancha de
pecado original, terminado el curso de su
vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma
a la gloria del cielo y enaltecida por Dios
como Reina del universo, para ser
conformada más plenamente a su Hijo, Señor
de los Señores y vencedor del pecado y de la
muerte» (LG 59). La Asunción de la Santísima
Virgen constituye una participación singular
en la Resurrección de su Hijo y una
anticipación de la resurrección de los demás
cristianos».
• María y su relación con los demás miembros
de la Iglesia
• 967: «Por su total adhesión a la voluntad del
Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda
moción del Espíritu Santo, la Virgen María es
para la Iglesia el modelo de la fe y de la
caridad. Por eso es "miembro muy eminente
y del todo singular de la Iglesia", incluso
constituye "la figura" ["typus"] de la Iglesia».
11. • 968: «Pero su papel con relación a la
Iglesia y a toda la humanidad va aún
más lejos. "Colaboró de manera
totalmente singular a la obra del
Salvador por su fe, esperanza y
ardiente amor, para restablecer la
vida sobrenatural de los hombres.
Por esta razón es nuestra Madre en el
orden de la gracia"».
• 969: «"Esta maternidad de María
perdura sin cesar en la economía de
la gracia, desde el consentimiento
que dio fielmente en la Anunciación,
y que mantuvo sin vacilar al pie de la
Cruz, hasta la realización plena y
definitiva de todos los escogidos. En
efecto, con su asunción a los cielos
no abandonó su misión salvadora,
sino que continúa procurándonos con
su múltiple intercesión los dones de
la salvación eterna... Por eso la
Santísima Virgen es invocada en la
Iglesia con los títulos de Abogada,
Auxiliadora, Socorro, Mediadora" (LG
62)».
12. • Dogma de la Asunción de Santa María
• El dogma de la Asunción se refiere a que la
Madre de Dios, luego de su vida terrena fue
elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.
• Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío
XII, el 1º de noviembre de 1950, en la
Constitución Munificentisimus Deus:
• "Después de elevar a Dios muchas y
reiteradas preces y de invocar la luz del
Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios
omnipotente, que otorgó a la Virgen María
su peculiar benevolencia; para honor de su
Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor
del pecado y de la muerte; para aumentar la
gloria de la misma augusta Madre y para
gozo y alegría de toda la Iglesia, con la
autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los
bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y
con la nuestra, pronunciamos, declaramos y
definimos ser dogma divinamente revelado
que La Inmaculada Madre de Dios y siempre
Virgen María, terminado el curso de su vida
terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la
gloria del cielo".
13. • Ahora bien, ¿por qué es importante que los
católicos recordemos y profundicemos en el
Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen
María al Cielo? El Nuevo Catecismo de la
Iglesia Católica responde a este interrogante:
• "La Asunción de la Santísima Virgen
constituye una participación singular en la
Resurrección de su Hijo y una anticipación de
la resurrección de los demás cristianos"
(#966).
• La importancia de la Asunción para nosotros,
hombres y mujeres de comienzos del Tercer
Milenio de la Era Cristiana, radica en la
relación que hay entre la Resurrección de
Cristo y la nuestra. La presencia de María,
mujer de nuestra raza, ser humano como
nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya
glorificada en el Cielo, es eso: una
anticipación de nuestra propia resurrección.
• Más aún, la Asunción de María en cuerpo y
alma al cielo es un Dogma de nuestra fe
católica, expresamente definido por el Papa
Pío XII hablando "ex-cathedra". Y ... ¿qué es
un Dogma? Puesto en los términos más
sencillos, Dogma es una verdad de Fe,
revelada por Dios (en la Sagrada Escritura o
contenida en la Tradición), y que además es
propuesta por la Iglesia como realmente
revelada por Dios.
14. • "Contemplando el misterio de la Asunción de la
Virgen, es posible comprender el plan de la
Providencia Divina con respecto a la humanidad:
después de Cristo, Verbo encarnado, María es la
primera criatura humana que realiza el ideal
escatológico, anticipando la plenitud de la
felicidad, prometida a los elegidos mediante la
resurrección de los cuerpos" (JP II , Audiencia
General del 9-julio-97).
• Continúa el Papa: "María Santísima nos muestra
el destino final de quienes `oyen la Palabra de
Dios y la cumplen' (Lc. 11, 28). Nos estimula a
elevar nuestra mirada a las alturas, donde se
encuentra Cristo, sentado a la derecha del
Padre, y donde está también la humilde esclava
de Nazaret, ya en la gloria celestial" (JP II, 15-
agosto-97)
• Los hombres y mujeres de hoy vivimos
pendientes del enigma de la muerte. Aunque lo
enfoquemos de diversas formas, según la
cultura y las creencias que tengamos, aunque lo
evadamos en nuestro pensamiento, aunque
tratemos de prolongar por todos los medios a
nuestro alcance nuestros días en la tierra, todos
tenemos una necesidad grande de esa
esperanza cierta de inmortalidad contenida en
la promesa de Cristo sobre nuestra futura
resurrección
15. • Mucho bien haría a muchos cristianos oír y
leer más sobre este misterio de la Asunción
de María, el cual nos atañe tan directamente.
¿Por qué se ha logrado colar la creencia en el
mito pagano de la re-encarnación entre
nosotros? Si pensamos bien, estas ideas
extrañas a nuestra fe cristiana se han ido
metiendo en la medida que hemos dejado de
pensar, de predicar y de recordar los
misterios, que como el de la Asunción,
tienen que ver con la otra vida, con la
escatología, con las realidades últimas del ser
humano.
• El misterio de la Asunción de la Santísima
Virgen María al Cielo nos invita a hacer una
pausa en la agitada vida que llevamos para
reflexionar sobre el sentido de nuestra vida
aquí en la tierra, sobre nuestro fin último: la
Vida Eterna, junto con la Santísima Trinidad,
la Santísima Virgen María y los Angeles y
Santos del Cielo. El saber que María ya está
en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como
se nos ha prometido a aquéllos que hagamos
la Voluntad de Dios, nos renueva la
esperanza en nuestra futura inmortalidad y
felicidad perfecta para siempre.
16. • La celebración de la Fiesta de la Asunción
• La fiesta de la Asunción de la Santísima
Virgen María, 15 de agosto; también llamada
en los viejos libros de liturgia Pausatio,
Nativitas (por el cielo), Mors, Depositio,
Dormitio S. Mariae. Esta fiesta tiene un doble
objetivo: (1) la feliz partida de María de esta
vida; (2) la asunción de su cuerpo al cielo. Es
la fiesta principal de la Sagrada Virgen.
EL HECHO DE LA ASUNCIÓN
• En relación al día, año, y modo en que murió
Nuestra Señora, nada cierto se conoce. La
referencia literaria más antigua de la
Asunción se encuentra en un trabajo griego,
De Obitu S. Dominae. De todos modos, la fe
católica siempre derivó su conocimiento de
este misterio de la Tradición Apostólica.
Epifanio (m. 403) reconoce que no sabe nada
definitivo sobre el tema (Haer., lxxix, 11). Las
fechas asignadas varían entre 3 y 15 años
luego de la Ascensión de Cristo. Dos ciudades
proclaman ser el lugar de la partida:
Jerusalén y Éfeso. La opinión general
favorece a Jerusalén, donde se muestra su
tumba; pero algunos argumentan a favor de
Éfeso. Durante los seis primeros siglos nada
se supo sobre la tumba de María en
Jerusalén.