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Desigualdades de la sociedad
1. Nombre: Bocanegra Saavedra, Rodolfo Antonio
Curso: Historia, Geografía y Economía
Tema: Arte Barroco
Año: 3 “A”
2014
2. EL PROBLEMA DE LAS FUENTES:
Los gobernantes se dieron cuenta de la importancia que tenía el
conocer la realidad de la nación, y con fines fiscales y de
reclutamiento militar. Había grandes problemas para la
recopilación de información: ocultamiento de información,
técnicas rudimentarias, criterios distintos... Los historiadores
tienen muchos problemas. Una de las fuentes más fiables era la
parroquia ya que todo el mundo se bautizaba. Aparecen nuevas
fuentes históricas para la contabilidad de la población:
1. Censo (de Floridablanca): recuento con el objetivo de conocer el
crecimiento y la distribución de la población.
2. Catastro (de Ensenada): registro para la recaudación de un
impuesto proporcional de la riqueza.
3. LA POBLACIÓN ESPAÑOLA DEL SIGLO XVIII
El siglo XVIII es un periodo de crecimiento demográfico sostenido aunque no
uniforme en el tiempo ni en las regiones: Altas tasas de natalidad. Hijos como
necesidad económica para las familias de campesinos .Bajas tasas de
mortalidad. Causas:
Retirada de la peste
Disminución de epidemias
Ausencia de guerras
Saneamiento urbano
Difusión adelantos médicos
El celibato, causa de la presión religiosa, distorsiona el crecimiento. A finales
de siglo se produce un estancamiento en el crecimiento vegetativo. Que dará
lugar al malestar social que hará al pueblo revelarse. Las Causas:
1. Guerras contra Francia e Inglaterra, especial repercusión en las fronteras
2. Desestabilización política y económica interior que aumenta los impuestos y
retrae la tasa de fecundadas
3. Alteración de los circuitos comerciales esenciales para la alimentación, el
trigo, alza de los precios.
4. DESIGUALDAD SOCIAL
1. Las clases privilegiadas.
La sociedad del Antiguo Régimen se basaba en la más profunda desigualdad ante
la ley y sobre todo ante el impuesto. Se hallaba dividida en tres clases,
"órdenes" o estamentos dos clases privilegiadas (nobleza y clero) y el estado
llano, que formaba la inmensa mayoría de la nación.
2. El Clero.
En razón de su función sagrada, el clero formaba la clase más importante. Era
dueño de la quinta parte del suelo de Francia, sin contar con la inmensa riqueza
representada por los inmuebles, el oro y las obras de arte. Percibía el diezmo
sobre los productos agrícolas y además los derechos feudales.
El alto clero (obispos, arzobispos y abades) percibía la mayor parte de las rentas
de la Iglesia, a pesar de que su número apenas alcanzaba a 6.000 personas. En su
mayoría se reclutaba entre los nobles y muchos de sus miembros ni siquiera eran
sacerdotes, pues el rey solía atribuir a los laicos las rentas de las abadías a título
de pensión.
El bajo clero (curas y vicarios) tenía a su cargo las parroquias y llevaba una vida
de privaciones a causa de que las rentas parroquiales pasaban casi íntegras al
alto clero. Se reclutaba en las distintas categorías del estado llano y vivía en
contacto con el pueblo. Su número alcanzaba a unos 70.000 individuos.
5. 3. La nobleza.
La nobleza de espada era la nobleza de sangre, descendiente de los antiguos
señores feudales y formados por los que ostentaban los títulos de condes,
duques y marqueses. Era dueña de gran parte de las tierras, gozaba de los
derechos feudales y de las pensiones reales y poseía además los privilegios
honoríficos, que consistían en el derecho a ocupar los altos cargos, los comandos
militares, las embajadas y las intendencias de las provincias.
Se dividía a su vez en alta nobleza y baja nobleza. La alta nobleza vivía en
Versalles, al lado del rey, lo que le permitía obtener de él toda clase de favores
y donaciones con que sostener la vida de lujos y de placeres en que pasaba su
tiempo. La baja nobleza, en cambio, era relativamente pobre y vivía en las
provincias dedicada al cultivo de sus tierras.
La nobleza de toga la constituían las familias de origen burgués que habían sido
ennoblecidas por los reyes por sus servicios, especialmente en la administración
y en los parlamentos o cortes de justicia.
6. 4. Los no privilegiados
Aunque sobre el estado llano caía casi todo el peso de los impuestos, había
entre sus miembros una gran desigualdad, por lo cual se distinguían en él tres
clases perfectamente separadas: los burgueses, los artesanos y los campesinos.
Los artesanos. Se daba este nombre a la categoría social formada por los que
vivían del trabajo de sus manos, es decir, de trabajadores manuales:
mueblistas, sastres, etc. Esta organización en gremios sometidos a estrictos
reglamentos, había sido muy útil en la Edad Media; pero en el siglo XVIII era una
verdadera rémora para todo progreso económico.
Los campesinos. No obstante el desarrollo industrial experimentado en los
últimos decenios del siglo XVIII, Francia continuaba siendo un país de tipo
agrícola. Los campesinos formaban pues, la inmensa masa de la población,
veintitantos millones de personas, entre propietarios, jornaleros y medieros.
A fines del siglo XVIII, el campesinado francés se hallaba ya en una situación
muy superior al de los otros países. Los campesinos poseían la mitad del suelo
cultivable, el que trabajaban por los métodos más económicos y anticuados.
Como los impuestos rurales se cobraban basándose en los signos exteriores de la
riqueza, los propietarios aparentaban la mayor pobreza posible ante los agentes
fiscales a fin de pagar menos contribuciones. Ellos debían hacer pagos en dinero
y en especies.