El poema describe la pérdida del amor y la soledad que esto trae. El yo lírico ya no comparte la luna, los jardines o las manos con su amada y sólo le queda la memoria de los tiempos felices. Aunque intenta convencerse de que nadie pierde lo que nunca tuvo, el dolor de la separación es profundo y basta una canción o una flor para recordarle lo que perdió. Aunque la vida sigue y hay otras cosas en el mundo, la muerte es la única que puede liberarlo del dolor del amor y
2. I Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. Ya no compartirás la clara luna ni los lentos jardines. Ya no hay una luna que no sea espejo del pasado,
3. cristal de soledad, sol de agonías. Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desiertos días.
4. Nadie pierde (repites vanamente) sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra y te puede matar una guitarra.
5. II Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta
6. y aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna
7. y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada. Sólo que me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina. ERA Producciones