Un niño se perdió en el bosque y encontró una choza abandonada con un espejo en buen estado. Al anochecer, el niño se acostó junto al espejo y este lo transportó a un bonito reino dentro del espejo con un gran castillo y dragones. A la mañana siguiente, el niño vio que los dragones habían destruido parte del reino. Finalmente, el niño comprendió que el reino era peligroso, encontró la salida y destruyó el espejo para regresar a su casa.