Este documento describe la interpretación de rostros como un estudio sistemático de las formas de la cara que pueden indicar el carácter, pasado y futuro de una persona. Explica que el rostro refleja nuestra vida y personalidad, y que aunque podemos acumular cosas materiales, al nacer y morir no nos llevamos nada excepto lo aprendido espiritualmente. También señala que la lectura del rostro implica interpretar las señales y huellas dejadas por los eventos de la vida.