Durante años, gestos específicos que se realizan con las manos, como pedir la factura en un restaurante con un lápiz imaginario, o golpear ligeramente la muñeca para preguntar la hora, se han convertido en universales. Pero ahora, con la proliferación de tablets y smartphones, el lenguaje gestual ha cobrado una nueva dimensión. Un gran número de nuevos gestos, comúnmente utilizados para activar comandos en los propios dispositivos digitales, se mezclan con la comunicación tradicional y superan cualquier barrera idiomática.
Durante años, gestos específicos que se realizan con las manos, como pedir la factura en un restaurante con un lápiz imaginario, o golpear ligeramente la muñeca para preguntar la hora, se han convertido en universales. Pero ahora, con la proliferación de tablets y smartphones, el lenguaje gestual ha cobrado una nueva dimensión. Un gran número de nuevos gestos, comúnmente utilizados para activar comandos en los propios dispositivos digitales, se mezclan con la comunicación tradicional y superan cualquier barrera idiomática.