La ley especifica que las personas con discapacidad tienen derecho a disfrutar del turismo, la educación y la religión. Para poner esta ley en práctica en el ámbito del turismo, las empresas deben equipar sus instalaciones con baños accesibles, rampas y completa accesibilidad a los atractivos turísticos para que las personas con discapacidad puedan disfrutar de un servicio agradable.