1. Cultura y Pedagogía Audiovisual · Mención TICE · 3º Grado Educación Primaria · Lara Rojas Escalada
PRÁCTICA 1: ANÁLISIS FOTOGRAFÍA
1. ANÁLISIS DENOTATIVO:
El primer y principal punto de atención en la fotografía es sin duda el niño en movimiento
que se ve al fondo de la calle y que está corriendo de espaldas, lo que aporta cierto
dinamismo a la instantánea. Aunque también destacaría otro segundo foco de atención, las
manos pintadas de rojo sobre la pared a la izquierda que las va alejando en perspectiva
y dibujando una línea imaginaria hacia la figura del niño.
Las grietas de la pared a la derecha también señalan al niño como principal centro de
interés. Las otras líneas que nos fuerzan a dirigir la mirada al foco de interés principal, son
las líneas oblicuas de la base de la pared izquierda y de la parte superior de ésta, así
como también las dos líneas oblicuas de la pared azul del fondo comenzando desde el
suelo, que ayudan a dar una sensación de profundidad y continuidad de la calle.
Podríamos incluso trazar una línea oblicua imaginaria en el suelo partiendo de la parte
derecha en la fotografía, que desemboca en los pies en el aire del niño, también en
oblicuo. La línea vertical de la pared derecha encuadra al niño, ubicado ligeramente a la
derecha de la imagen, casi ocupando la zona central con la porción de pared que tiene
detrás de sí.
En lo que al encuadre de la imagen se refiere, se trata de un plano general, para
transportar al espectador al contexto fotografiado y comprender mejor la intencionalidad
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de su creación. Por otra parte el ángulo es ligeramente picado porque se aprecia
profundidad en el recorrido que hace el niño. El formato es largo, ya que no posee las
mismas dimensiones en cada uno de los laterales de la fotografía.
La luz empleada es plana, aunque la pared del fondo azulada parece tener más luz al ser
un azul claro y evocar el cielo y por la cualidad que tiene el azul de alejar visualmente. El
tono ocre de la pared vertical derecha es cálido, y al ser un tono de la gama tierra
infunde cierta estabilidad acompañado del marrón oscuro del suelo que se contrapone a la
pared azul. La pincelada de color chocolate la aporta la piel del niño vestido en tonos
beis y blanco más neutrales. La pared descolorida de la izquierda resulta fría y
desoladora por el mal estado de la pintura blanca y por la oposición con el rojo sangre de
las manos. Por tanto, los colores utilizados son una mezcla entre fríos en su mayor parte y
cálidos.
En cuanto a su lectura, es una imagen sencilla pero polisémica, pues puede tener distintas
interpretaciones y significados. Tampoco es una imagen original, sino más bien redundante
ya que estamos habituados a contemplar este tipo de composiciones. Por último, la imagen
tiene un alto grado de iconicidad, un nivel 8, al ser una fotografía en color que reproduce
la realidad fielmente.
2. ANÁLISIS CONNOTATIVO:
Significado y recorrido visual:
El recorrido visual que hacemos al ver esta fotografía siguiendo las líneas que convergen
en el foco de interés, es en forma de triángulo abierto. Partiendo de la figura del niño, que
sería el vértice, para después retroceder la mirada hacia atrás, como si el triángulo fuese
abriéndose y observar las paredes a ambos lados del niño y sus características.
Realidad y concepto:
La fotografía reproduce un tramo de una calle en un país en vías de desarrollo, con un
suelo sin asfaltar, paredes en mal estado y un niño corriendo descalzo.
¿Qué pretende el creador de la imagen?
En principio puede parecer que el creador o creadora de la imagen pretende inmortalizar
el momento exacto en que las piernas del niño están suspendidas en el aire mientras corre
con ligereza para imprimir dinamismo a la imagen y hasta cierta frescura al contemplarlo.
Además, asociado al candor e inocencia infantil, se contrapone la imagen de la pared
plasmada de manos rojas, con las que el autor quiere llamar la atención del espectador y
originarle distintas emociones y reflexiones.
Por otra parte, creo que intencionadamente el autor ha jugado con el contraste de colores
en la instantánea porque resulta estéticamente interesante y llamativa. La pared
pigmentada de azul al fondo, junto al contraste de la ocre craquelada a la derecha y la
pared descolorida con las manos, hacen un interesante juego cromático que enmarca la
figura del niño vestido en tonos beis con su tono de piel chocolate. Es como si quisiera
transportarnos al país o al lugar exacto en el momento en que ha tomado la fotografía. De
hecho, diría que pretende mostrar una ventana en un contexto creado para espectadores
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preferentemente occidentales. Puesto que como digo más arriba, el autor busca la
reflexión en el espectador.
¿Qué recibe quien la ve?
Al ver esta imagen se pueden sentir distintas sensaciones dependiendo, claro está, de la
interpretación que cada uno le dé. En concreto a mí, me produce como una sacudida
emocional, porque por un lado veo vida y esperanza en la figura del niño que aparece al
centro de la imagen corriendo ágilmente y por otro lado, veo muerte reflejada en las
manos rojas alejándose en perspectiva en la pared medio encalada de la izquierda.
Es como si estas manos de adulto enturbiasen en cierto modo la parte positiva de la imagen
haciéndonos recapacitar sobre las injusticias que se cometen a diario en este mundo
nuestro. Para mí, simbolizan la sangre derramada de forma injusta, bien sea por motivos
de etnia, políticos o lo que fuera, pero muertes en vano al fin y al cabo. Las manos rojas
son un intento desesperado de plasmar y expresar lo que probablemente no puedan
hacer ni por vía verbal ni escrita en ese país, bien pudiera ser Marruecos o India. Me
inclino a pensar en cualquiera de estos dos últimos países por los pigmentos empleados en
las paredes encaladas, el suelo de tierra, el trazado de la calle y el niño descalzo.
No obstante, creo que la figura del niño es muy representativa y hasta cierto punto
consoladora. Se le ve como suspendido, corriendo ágilmente, expresando salud y mucha,
mucha vida. Aunque sólo se le vea de espaldas me atrevo a decir que va contento y
satisfecho, a pesar de que sus pies desnudos y su vestimenta manchada reflejen una cierta
precariedad económica. Ahora que me fijo bien podría ser un niño que corre contento
porque ha recibido alguna propina en forma de moneda o de comida, ya que lleva la
mano izquierda, detrás de su espalda, apretada como si guardase algo en ella. Incluso
podría ser que está jugando al escondite y el fotógrafo ha aprovechado la ocasión para
inmortalizar el momento en que da la zancada. Pero también podría ceñirme al estereotipo
y creer que es como una huida en la que el niño corre porque es pobre y ha hurtado algún
alimento u objeto y teme que le alcancen.
Otra posible interpretación, aunque como digo prefiero más la descrita arriba, sería que la
pared de la izquierda pertenece a algún edificio oficial ya abandonado, donde en su día
se cometieron crímenes e injusticias y alguien ha aprovechado a pintar las manos para no
olvidar a las víctimas. No obstante podría ser tan sólo una expresión artística y bien por
propia elección o por falta de recursos, se haya empleado únicamente el color rojo en las
manos.
Referente a la figura del niño corriendo cabe igualmente la posibilidad de que esté
huyendo de su propia familia porque lo maltrata.
De todas formas al ser una fotografía polisémica creo que caben muchas más
interpretaciones que las que aquí expongo y esto es simplemente lo que se me ha ocurrido.