EL CATEQUISTA, LA CATEQUESIS Y EL KERIGMA. A LA LUZ DE LA EVANGELII GAUDIUM.pdf
1. 1
EL CATEQUISTA, LA CATEQUESIS Y EL KERIGMA.
A LA LUZ DE LA EVANGELII GAUDIUM
LA FORMACIÓN DE LOS CATEQUISTAS
DISCÍPULOS MISIONEROS
2. 2
Habla Señor que tu siervo escucha”. (1 Sa.3,9)
Vengan y vean (Jn 1, 39)
“Yo soy el camino la verdad y la vida” (Jn 14,6)
MARCO DEL ENSAYO
Llamado a ser Discípulos Misioneros de Jesús. La formación de los catequistas.
1. Introducción:
- Un Ambiente desafiante
2. ¿Qué modelo de catequistas hoy necesita nuestra Iglesia?
3. ¿Qué ejemplo de formación necesita? ¿Cómo hacerlo?
- Iniciación cristiana, modelo catecumenal
4. Proceso de formación
- ¿Cuáles son los aspectos del proceso de formación?
- Formación integral, kerigmatica y permanente
5. Conclusión
6. Bibliografía
3. 3
1. INTRODUCCIÓN
Ante la realidad pastoral que nos interpela, como catequistas y como “catequistas que acompañamos” en
su proceso de formación a “otros catequistas”, siento la necesidad de reflexionar, como también
adentrarme en el tema de la formación y preguntarme: ¿Qué perfil de catequistas hoy necesita nuestra
Iglesia? ¿Qué tipo de formación requiere? ¿Cómo hacerlo? ¿Cuáles son los aspectos del proceso de
formación? Y profundizando un poco más tomaré también una de las preguntas planteadas como
disparadores en esta propuesta de trabajo: ¿Qué catequista puede llevar adelante un proceso de
formación integral en sus catecúmenos?
En fin, estos interrogantes y algunos más me llevan a realizar este trabajo de reflexión invitándome a
bucear en distintas bibliografías. Comienzo el mismo poniéndome en disposición de escucha… ver que
me quiere decir el Señor a través de esta propuesta, como lo hizo en su momento con Samuel “Habla
Señor que tu siervo escucha”. (1 Sa.3,9), que al principio sintió el llamado pero necesito de la ayuda de Elí
, para poder discernirlo y así encontrar respuestas. Como así también a reflexionar en la figura de Elí,
aquel profeta, que acompaña a su discípulo a encontrarse con Dios como catequistas, discípulo
misionero, que trata de acompañar a otros.
Un Ambiente desafiante
La realidad de hoy nos desafía a todos, es algo que ya, a estas alturas, no lo podemos obviar, o dejar de
tomar en cuenta. En el 2003, nuestros obispos argentinos en el documento “Navega mar adentro”
reflexionaron al respecto. Le han dedicado un capítulo entero al planteamiento de esta problemática
que nos sirve hoy a nosotros de gran ayuda para reconocerla e interpretarla: …”Con oído atento y
sensibilidad pastoral queremos mirar desde la fe la compleja realidad del mundo que nos toca vivir para
discernir los signos de los tiempos como reclamos de evangelización.”, “nos apremia tanto como
acercarnos al corazón de esta realidad para transformarla desde sus raíces con la novedad del
Evangelio”1
.
Posteriormente en el documento de Aparecida, los obispos latinoamericanos resaltaron que, “La
novedad de estos cambios, a diferencia de los ocurridos en otras épocas, es que tienen un alcance global
que, con diferencias y matices, afectan al mundo entero. Habitualmente se los caracteriza como el
fenómeno de la globalización. Un factor determinante de estos cambios es la ciencia y la
tecnología...”,…“Como suele decirse, la historia se ha acelerado y los cambios mismos se vuelven
vertiginosos, puesto que se comunican con gran velocidad a todos los rincones del planeta”2
.
Esta trama nos interpela y hace que tengamos que revisar la manera de educar en la fe, y por
consiguiente, de la formación de los catequistas. Urgiendo plantear una educación en la fe que
establezca una identidad cristiana concreta, con una conciencia clara de ser discípulos misionero de Cristo
en la comunidad3
.
2. ¿QUÉ PERFIL DE CATEQUISTAS HOY NECESITA NUESTRA IGLESIA?
Hoy más que nunca necesita nuestra Iglesia un catequista discípulo misionero:
• Conscientes de su misión: que se sienta convocado y enviado a llevar la Buena Noticia y
anunciarla para que todos la puedan escuchar.
• Puentes al servicio del diálogo entre Dios y los hombres.
• Servidores y testigos de la Palabra de Dios en la comunidad bajo la acción del espíritu
comunicando su experiencia de Dios4
.
1
NMA 22
2
DA 34
3
Cf. SDLAC 70
4
Cf. Lc 24, 48
4. 4
• Pregoneros que haga resonar en el hoy y aquí la Palabra de Dios5
.
• Renovados… encontrados con Cristo, e intentarlo cada día de sus vidas, sin descanso6
.
• Alegres, audaces, arriesgados.
• Abiertos sin temor a la acción del Espíritu7
.
• Acompañantes del proceso de crecimiento de sus catecúmenos. Donde prevalezca la
prudencia, la capacidad de comprensión, el arte de esperar…8
.
• Formados pedagógicamente. Atendiendo la pedagogía propia de un proceso catequístico.
3. ¿QUÉ EJEMPLO DE FORMACIÓN NECESITA? ¿CÓMO HACERLO?
La formación del catequista discípulo misionero encuentra su modelo, su punto de referencia en el
testimonio del Maestro en la actuación, gestos y palabras de Jesús al acompañar, como maestro,
pedagogo, amigo y hermano a sus apóstoles y discípulos9
.
Es Cristo el que enseña, “es la comunicación del Misterio vivo de Dios10
”. Estas enseñanzas la podemos
encontrar claramente en los Evangelios: “Todos los días se sentaba a enseñar en el templo”, (Mt 26,55);
“Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la
palabra y comenzó a enseñar…” (Mt 5,1-2).
Y mirando a Jesús, el Maestro, podemos encontrar el método de cómo llevar a cabo este proceso de
formación: “Vengan y vean” (Jn 1,39), “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). 11
Podemos, así, ver y seguir su itinerario formativo como modelo:
Descubre las potencialidades e inquietudes que están en el corazón de la persona.
Invita a su seguimiento.
Introduce al Misterio (Proyecto) del Reinado de Dios.
Envía a anunciar la Buena Nueva.
Siguiendo los pasos de Jesús y como lo hacían los primeros discípulos, la catequesis de hoy, necesita un
proceso de formación que inicie o re-inicie verdaderamente a las personas en el misterio de Dios.
Iniciación cristiana, modelo catecumenal
“La iniciación cristiana es la manera práctica de poner en contacto con Jesucristo e iniciar en el
discipulado”12
. La iniciación cristiana se refiere a la primera iniciación en los misterios de fe (catequesis
kerigmatica) –sea en forma de catecumenado bautismal para lo nos bautizado, sea en la forma de
catecumenado pos-bautismal para los bautizados no suficientemente catequizados o evangelizados13
Para asumir esta iniciación cristiana exige una renovación de la modalidad de dar la catequesis, en
consecuencia de un proceso que inicie o reinicie efectivamente a las personas en el misterio de Dios, “o
sea, un modelo catecumenal, y un cambio de paradigmas que tiene tanta influencia sobre la catequesis
como en toda la acción de la Iglesia Local”14
.
Para lograr esta renovación la formación de los catequistas ha de ser guiada por este modelo catecumenal
para que, una vez convertidos y evangelizados, se conviertan ellos mismos en discípulos y misioneros.
5
Cf. Hch 4,20
6
Cf. EG. 3
7
Cf. EG 259
8
Cf. EG169, 171
9
Cf. Consejo Episcopal Latinoamericano. Departamento de Misión. “Testigos y Servidores de la Palabra”Cap.7
10
CT 7
11
DA 276
12
DA 288
13
DA 288.293
14
3SLAC 71
5. 5
Este modelo se verá enriquecido si los catequistas, discípulos misioneros, profundizan en conocer y
aprender la estructura pastoral del RICA15
asumiéndolo como un proceso de Iniciación Cristiana integral.
Este modelo implica:16
• Educación en la fe: que lleve a un encuentro vivo con Jesucristo a través del testimonio del
catequista y de la comunidad.
• La lectura orante de la Palabra de Dios. Introducción a la Lectio Divina.
• La experiencia litúrgica y vida sacramental.
• La profundización en la doctrina evangélica: con la Biblia como texto por excelencia de la
educación en la fe.
Donde la catequesis no sea solamente una mera enseñanza de conocimientos, sino convertirla más en
mistagógica que lleve a la interiorización del misterio, valiéndose del lenguaje de los símbolos, de los ritos
y de las celebraciones.
Ahora bien, para lograr esta formación es necesario velar por la buena formación de los formadores de
catequistas promoviéndolos no solamente con excelencia apostólica y académica, sino también
ayudándolos a asumir el itinerario catecumenal que le facilitará impregnarse de manera total y vivencial
del misterio cristiano.17
4. ¿CUÁLES SON LOS ASPECTOS DEL PROCESO DE FORMACIÓN?
Los Obispos latinoamericanos en el documento de Aparecida18
destaca cinco aspectos fundamentales
para formar discípulos misioneros que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí:
1) El Encuentro con Jesucristo: Encuentro que debe renovarse constantemente por el testimonio
personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad.
2) La Conversión: una etapa de discernimiento personal y comunitario, de respuesta al Señor, de
cambio aceptando la propuesta de Él.
3) El Discipulado: El discípulo ya con cierta madurez profundiza en el misterio de Cristo.
4) La Comunión: participando de la vida de la Iglesia y en el encuentro con los hermanos
viviendo el amor de Cristo.
5) La Misión: experimentar la necesidad de compartir con otros la alegría de ser enviado: “vayan,
pues, y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28, 19) .Participando de la acción pastoral y
solidaria.
Formación integral, kerigmatica y permanente
La catequesis de hoy, necesita para cumplir su misión “de poner a uno no solo en contacto sino en
comunión, en intimidad con Jesucristo”19
tener en cuenta de manera especial la formación integral de sus
catequistas.
Definiendo la Formación Integral como el proceso continuo, permanente y participativo que busca
desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las dimensiones del ser humano. Es decir,
ver al ser humano como uno y a la vez pluridimensional, bien diverso como el cuerpo humano y a la vez
plenamente integrado y articulado en una unidad.
Encontrando en este proceso de formación las siguientes dimensiones:
15
RICA Ritual de Iniciación Cristiana para Adultos.
16
3SLAC 72. DCG 84-85.
17
3SLAC 96.
18
Cf. DA 278
19
DCG. 80
6. 6
Dimensión, humana y comunitaria20
(Ser)
Dimensión espiritual21
(Trascender)
Dimensión intelectual, 22
(Saber)
Dimensión pastoral y misionera 23
(Saber hacer)
En la base a estas dimensiones, está la fuerza del anuncio kerigmático. Anuncio “que es el primero en un
sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas
maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis,
en todas sus etapas y momentos”24
. Y no olvidarnos que, “toda formación cristiana es ante todo la
profundización del kerigma que se va haciendo carne cada vez más y mejor. Que nunca deja de iluminar la
tarea catequística…”25
.
Y al mismo tiempo como muy bien lo expresa Aparecida, la formación tiene que “ser permanente y
dinámica”26
. Esta no puede constituirse de otra forma que enlazando las dimensiones y criterios de la
formación personal, comunitaria, familiar, laboral y social, de quienes anhelan a continuar la formación.
Con respecto a la responsabilidad de la formación permanente no se le atribuye solamente a los
organismos centrales sino que los catequistas, discípulos misioneros, como a cada uno de las
comunidades les corresponde asumirla.
5. CONCLUSIÓN
Concluyo este trabajo con algunas certezas, necesidades y anhelos que, en sí, son grandes desafíos.
El catequista de hoy tiene que ser un catequista discípulo misionero. Necesita una formación integral.
Este proceso de formación lo puede llevar a cabo aquel que ha realizado la experiencia de re-inicarse en
la vida de Cristo, teniendo que vivir un proceso de formación de tipo catecumenal para poder, de esta
manera, acompañar a otros a recorrer este camino:"lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también
a ustedes.." (1Jn 1,3). En consecuencia para lograrlo se necesita incentivar y promover la creación de
seminarios de catequesis con una formación integral que tengan, entre sus prioridades, la persona del
catequista y el Encuentro de éste con el Resucitado siendo el modelo catecumenal una opción válida.
Amanda Paula M. Lubo
Bibliografía:
- Pablo VI Exhortación Apostólica “Evangelii Nundiandi”. Ed. Don Bosco. Bs. As. 1977.
- Juan Pablo II. Exortación Apostólica “Catechesis Tradendae”. Ed. Paulinas. Bs. As. . 1992.
- Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Conferencia Episcopal Argentina. Oficina del Libro. Bs. As. 2013
Congregación para el Clero:” Directorio Catequístico General”. Conferencia Episcopal Argentina. 1997.
- Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, ”Aparecida” Documento conclusivo. Conferencia Episcopal Argentina. Oficina
del Libro. Bs. As. 2007.
- Conferencia Episcopal Argentina “Navega Mar Adentro”. Oficina del Libro. Bs. As. 2003.
- Conferencia Episcopal Argentina “Lineamientos y Orientaciones para la Renovación de la Catequesis de Iniciación Cristiana”, Caminando hacia el
Directorio Catequístico Argentino. Oficina del Libro. Bs. As. 2010
20
Cf. DCG. 238; DA 280ª:3SLAC 87.
21
Cf. DCG 238; DA 280b.
22
Cf. DCG 238: DA280c
23
Cf. DCG. 238; DA 280d
24
EG 164
25
EG 165
26
DA 279
7. 7
- Consejo Episcopal Latinoamericano, Sección de Catequesis, Departamento de Misión y Espiritualidad. Tercera Semana Latinoamericana de
Catequesis, “HACIA UN NUEVO PARADIGMA DE LA CATEQUESIS”, Bogotá. 1 al 5 de Mayo de 2006. (http://www.cenacat.org/uploads/4_-
_iii_semana_la_de_catequesis.pdf)
-Consejo Episcopal Latinoamericano, Departamento e Misión y Espiritualidad. Sección Catequesis. “Testigos y Servidores de la Palabra”, Manual de
Catequética. Pastoral para la Evangelización Liberadora en América Latina. Ed. Ágape. Bs. As. 2005
- Congregación para las Evangelización de los pueblos. “Guía para los catequistas”. Documento de orientación de formación y de promoción del
catequista. Ed. San Pablo. Bs. As. 2001.
- Hno. Balbino Juárez fms, PROPUESTA DE ITINERARIOS FORMATIVOS A LA LUZ DE LAS ORIENTACIONES DE APARECIDA Y LA TERCERA SEMANA
LATINOAMERICANA DE CATEQUESIS , Bogotá, 18 de Octubre de 2010 .
(http://www.celam.org/Images/img_noticias/doc44d934bc4ba56b_30032011_1027am.pdf)