Perú, la republiqueta de la impunidad. El genocidio de El Frontón
Municipalidad de san juan de lurigancho 1
1. Municipalidad de San Juan de Lurigancho: afrenta
pública y vergüenza
En Perú, existe un distrito llamado "San Juan de Lurigancho". Su
alcalde: Carlos Burgos: el de la foto.
Las calles del distrito, han sido convertidas en mercados, por los
comerciantes informales ambulantes. Éstos recorren las calles
del distrito, a bordo de camionetas o triciclos, sea vendiendo
artículos, u ofreciendo comprar chatarra. Llevan a bordo, potentes
equipos de amplificación electrónica, cuya parte visible es un
enorme parlante. Estos mal-nacidos, a través de un micrófono,
ofertan su mercadería. Desfilan por las calles: no bien acaba de
pasar uno ofertando sus mangos, se escucha las voces
altisonantes de otro miserable que ya se aproxima ofertando sus
tazas. Desaparece ese, y a los pocos minutos se aproxima el
comprador de chatarra, ofreciendo comprar fierros y lavadoras
malogradas...Esto desde las nueve de la mañana, hasta las once
de la noche, como por ejemplo, a lo largo de la calle
Tahuantinsuyo, en la Urbanización Zárate. El bullicio que
producen, no deja conversar ni escuchar, leer ni dormir: es decir,
perturba la tranquilidad de la gente. Este bullicio estressante,
ocasiona daños irreparables en la integridad emocional del
sujeto: lo estressa, lo pone irritable, lo hace sentir infeliz.. Es una
incursión en la integridad de la conciencia, del contenido mental
de la persona; altera la integridad emocional de la persona.
Constituye esta brutalidad, no solamente contaminación
ambiental, sino además, una verdadera agresión acústica
La Municipalidad de San Juan de Lurigancho, no expresa la
menor voluntad política por reprimir estos abusos criminales;
menos la Policía Nacional. Si usted cree que exagero, visite la
calle Tahuantinsuyo en la Urbanización Zárate, cualquier
mañana, o el cruce de la Av. Gran Chimú con la calle Lanzón.:
hallará vendedores de CDs con sus equipos a todo volumen.
Las ordenanzas municipales, prohiben terminantemente el uso de
megáfonos callejeros. La Constitución Política del Perú, garantiza
al ciudadano, un medio ambiente sano, saludable. Es más: el
vecino, por pagar sus arbitrios municipales, tiene derecho a la
residencialidad, es decir, a calidad de vida. Este maldito de
2. Carlos Burgos, y todo su equipo de regidores, se ríen de estas
directivas. Si no reprimen la contaminación acústica que
producen los comerciantes ambulantes, no es porque no puedan
(para eso tienen a la ley y a la policía a su servicio). No lo hacen,
porque no les da la gana.
Lo que ocurren en la cuadra 2 de la calle Wirakocha en la
Urbanización Zárate, es para no creerlo:
En la segunda cuadra de la calle Wiracocha, usted puede hallar
un testimonio patético y evidente de la mugre moral que es el
estado peruano y todas las instituciones que lo conforman: en el
número 209, funciona un burdel, con la fachada de "discoteca" .
Los niños y escolares que tienen que transitar por la acera, vénse
obligados a mirar a las prostitutas en la puerta del burdel,
luciendo sus desnudas piernas. Al costado, existe el "Hostal
Wirakocha": jamás se ven viajeros con maletines: no es más que
la fachada de una casa de citas. Hay, en el número 205, un salón
de recepciones nocturno. Por las noches, especialmente los fines
de semana, ponen sus equipos de sonido a todo volumen: son
unos amplificadores de sonido gigantescos, y los vecinos no
pueden descansar debido al bullicio que estos equipos producen
durante toda la noche. En esa cuadra hay muchos bares
nocturnos, peñas nocturnas con karaoke: allí se expende
cerveza, y el bullicio que producen sus equipos de sonido es
insufrible. También hay discotecas. todos estos negocios,
congregan a gentes disolutas, de vida licenciosa, de mal vivir. Los
parroquianos, en grupos, toman cerveza inclusive en la
calzada, con las botellas de cerveza en el piso, protagonizan
grescas en la vía pública, y hasta corre bala. Por la mañana
siguiente, aparecen en las aceras, botellas de cerveza rotas. De
tal manera, resulta peligroso transitar por esa arteria por las
noches. El ensordecedor ruido procede de los muy potentes
equipos de música de estos antros, ubicados a ambos lados de la
calle. es un escándalo insufrible, al punto que los transeúntes
tienen que taparse los oídos con sus manos.
El alcalde Carlos Burgos, últimamente ha cambiado la condición
de la zona, que era "residencial": para el efecto de su cometido,
convirtió la calle en una "alameda", sin consultar a los vecinos:
colocó bancas y postes de alumbrado, pero esto, obviamente,
para implementar los negocios, en lugar de erradicarlos. Los
únicos que hacen uso de esas bancas son, los beodos que salen
3. de los bares a tomar sus cervezas al aire libre, o a tenderse en
las bancas. Obviamente, esa "alameda" se implementó
solamente con la non sancta intención de favorecer a los
propietarios de esos ilícitos negocios.
Los bullicios que producen estos negocios, atentan contra la
integridad emocional de los transeúntes y vecinos, dado que el
bullicio estressa.
Por las noches, hay puestos de comida: se vende por ejemplo,
anticuchos y pollo broaster: estos puestos tienen sus mesas y
sillas, o bancas, donde se sientan los parroquianos a servirse sus
viandas. Esto, ocupando la vía pública, en la calzada. Las aguas
servidas, con restos de fideo y de cebolla, son igualmente
arrojadas por estos malos comerciantes al pavimento de la vía
pública.
A la vuelta, en la cuadra 4 de la calle Tahuantinsuyo, existen dos
bodegas que venden licor. Hay unos orates alcohólicos que son
sus consumidores. Toman el aguardiente ahí en la vía pública, y
hasta se quedan dormidos borrachos en la acera. Cuando tienen
la necesidad de miccionar, se sacan su miembro viril a plena luz
del día, y se orinan en la vía pública, en presencia de las señoras
o los niños que obligadamente tienen que transitar por el lugar.
El funcionamiento de todos estos negocios, es contrario a la ley:
las ordenanzas municipales prohiben la instalación de este tipo
de negocios bulliciosos en las arterias transversales de la zona
(Urb. Zárate). La constitución Política del Perú, garantiza para
cada ciudadano, la preservación de su derecho a vivir en un
ambiente ecológicamente sano. Empero, la ley en Perú es letra
muerta.
El alcalde, es un tal Carlos Burgos. Este miserable, tiene
conocimiento de todos estos escándalos y desórdenes en su
distrito; este miserable, gana como dieta nueve mil quinientos
soles, y algo similar gana cada uno de sus regidores. Este
miserable Carlos Burgos, no hace nada por clausurar
estos establecimientos, pese a las quejas de los vecinos. Se ha
instalado en la municipalidad hace cinco meses, una comisión del
medio ambiente presidida por el ignorante de Burgos,, y hasta
ahora no hace nada: todo sigue igual.
4. Y lo que es peor: no existe en Perú, ninguna institución ante la
cual uno pueda quejarse por la inconducta funcional de un mal
alcalde. El Ministerio Público no puede intervenir, porque la ley
contempla estos casos como "faltas" y no como delitos. La
Defensoría del Pueblo tampoco puede intervenir, porque el
ordenamiento jurídico no le da potestades de carácter coercitivo:
sólo le permite suplicar: suplicar a un alcalde cara-dura al que le
resbalan las censuras y quejas.
En cuanto al Poder Judicial: es otro disparate: primero exige que
se agote la "vía administrativa": si no lo esconden el expediente,
hay que hacerle un seguimiento por años en la municipalidad,
incluidos los "recursos impugnatorios". Iniciada la demanda en el
juzgado, en lo "contencioso-administrativo", hay que esperar
otros largos años hasta que el magistrado emita sentencia. Más
aun: dicha sentencia es apelable. Total, este trámite dura por lo
menos ocho años. Pe or aun: vamos a suponer que la resolución
judicial final es favorable a los vecinos quejosos: si al alcalde no
le da la gana de cumplirla, no la cumple, y no le pasa nada.
Perú es tierra de nadie, y no tenemos dónde quejarnos. La
comunidad internacional debe estar informada de lo que es el
Perú: desgobierno y vacío de autoridad, incompetencia
administrativa; las calles, son tierra de nadie; la ley y las
ordenanzas municipales, están pintadas en el papel. Las
instituciones del estado peruano, son burocráticas, formalistas e
ineptas. Las autoridades, aspiran al cargo solamente para
servirse del mismo y robar. Por eso, este miserable, Carlos
Burgos, se siente protegido por un ordenamiento jurídico
corrupto. Por eso la desfachatez de su sonrisa. Vea estos
reveladores videos.