1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“ROMULO GALLEGOS”
DOCTORADO EN CIENCIA DE LA EDUCACIÓN
CATEDRA: METODOS Y METODOLOGIA EN LAS Cs DE LA EDUCACIÒN
REFLEXIONES SOBRE LA
PROBELAMATICA EDUCATIVA
VENEZOLANA
(Las demandas de la sociedad y las ofertas del sistema
educativo)
FACILITADOR:
Dra. Susna Gomez
INTEGRANTES:
Arana , Oswaldo
Arteaga, Yoli
Avila, Eduardo
Barrios , Argel
Barrios, Juan
Padilla, Jenny
Perez, Yoletzi
Palacios, Yuseth
Tovar, Edgar C.I. 9.883.586
San Juan de los Morros, Abril 2009
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2. Problemas de la educación en Venezuela
Las demandas de la sociedad y las ofertas del sistema educativo
Los ciudadanos que habitan en Venezuela, aspiran a que sus hijos reciban
una educación de calidad, que sean atendidos dentro de un sistema educativo que
los forme para el ejercicio de la ciudadanía y para el disfrute de una vida cada vez
más satisfactoria, que llegue a proporcionarles mayores niveles de libertad y de
felicidad. Para hacer de este sueño una realidad, el Estado venezolano debe
encontrar el camino de la equidad del sistema escolar, profundizando en la
calidad. Este propósito es imposible de lograr si no se acude al consenso entre el
Estado y la Sociedad Civil, es decir, si no se logra construir las bases de un
Proyecto Educativo Nacional en el cual se establezcan las prioridades, la
continuidad de las políticas en el tiempo y la evaluación permanente de la calidad.
Es importante destacar que cualquier esfuerzo que se haga desde los espacios
oficiales o privados para apoyar la educación es loable, pero la reconducción del
sistema educativo con la mira hacia el 2015 y como un problema de todos, es una
tarea impostergable.
Las políticas dirigidas a compensar las desigualdades económicas y
culturales son competencia del Estado con la cooperación de los diferentes
sectores que integran el país. Es innegable, que muchos venezolanos no tienen
acceso al sistema educativo por falta de recursos económicos de sus familias o por
la ubicación geográfica de sus hogares con respecto al lugar donde está escuela, y
cientos de niños y niñas fracasan por falta de adaptación a la cultura escolar. Se
requieren entonces, acuerdos que ayuden a delinear la escuela que queremos y
necesitamos en Venezuela.
Desde el Ministerio de Educación deben surgir políticas que garanticen la
educación gratuita y de calidad a toda la población en edad escolar, estimulando
la permanencia de los estudiantes dentro del sistema y facilitando una educación
integral que brinde formación a la persona en concordancia con el Proyecto
Educativo del país. Como dice Victoria Camps (1993): "La función de la
educación no es sólo instruir o transmitir conocimientos, sino integrar una cultura
que tiene distintas dimensiones: una lengua, unas tradiciones, unas creencias, una
forma de vida. Todo lo cual no puede ni debe transcurrir al margen de la
dimensión ética que es, sin duda el momento último y más importante, no de ésta
o aquella cultura, sino de la cultura humana universal."
Una arteria política de alta prioridad es la referida a la atención de los
docentes. Para alcanzar mayores y mejores resultados en el proceso de enseñanza
y aprendizaje es necesario impulsar desde el Ministerio de Educación, algunas
líneas políticas que contribuyan a reducir el empirismo en los docentes, porque es
cierto que el éxito en la ejecución de las políticas educativas descansa en gran
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3. medida en las competencias de los docentes. Por ello es fundamental, entre otras
tareas:
· Descentralizar el sistema educativo, hasta el nivel municipal, otorgándole
responsabilidades sobre la calidad de la educación a las comunidades y a las
autoridades locales.
· Controlar el uso del sistema educativo como instrumento para el clientelismo
político.
· Conceder prioridad a los niveles de educación inicial y básica desde dos
perspectivas: educación de calidad, con énfasis en la formación del sujeto, y
educación para la participación democrática.
· Definir un perfil de competencias que responda a la realidad social, económica y
cultural de Venezuela y Latinoamérica.
· Diseñar líneas pertinentes para la formación de los docentes en universidades e
institutos universitarios.
· Crear un sistema de actualización permanente para los docentes en servicio que
responda a las necesidades evidenciadas en los procesos de acompañamiento
realizados por los coordinadores, directivos y supervisores y, a las preferencias de
los propios docentes.
· Poner en práctica un sistema de evaluación de la eficiencia docente que sirva de
base a las mejoras salariales y otros reconocimientos que reciba el docente.
· Impulsar la creación de un cuerpo colegiado de supervisión educativa que vele
por la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, con énfasis en la calidad de la
educación como política pública.
Es cierto que el Estado venezolano, la Sociedad Civil organizada y el
Ministerio de Educación tienen mucho por hacer en pro de la educación en el país,
pero lo que resultará crucial para la transformación de la educación en Venezuela
ocurrirá en las aulas de los diferentes niveles del sistema. Es en el aula, donde se
estimula la construcción del comportamiento social y del conocimiento
académico, donde se fortalece la autoestima y se desarrollan la relaciones sociales.
Pero sobre todo, la escuela es el espacio por excelencia para sembrar la esperanza
y el porvenir, para impulsar el deseo de superación y la alegría de vivir.
Esta forma de entender la educación compromete a los países de América
Latina a crear espacios de formación para que los docentes reflexionen y razonen
sólidamente acerca del aprendizaje y la enseñanza y su actuación en estos
procesos. Sobre este punto dicen Vailant y Marcelo (2001): "… Se está
planteando la necesidad de incorporar en los programas de formación de
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4. profesores, conocimientos, destrezas y actitudes que les permitan comprender las
complejas situaciones de enseñanza. Se insiste particularmente en fomentar en los
profesores actitudes de apertura, reflexibilidad, tolerancia, aceptación y atención a
las diferencias individuales y grupales: de género, clase social, ideología".
El proceso de formación inicial de los profesores en la mayoría de los
países latinoamericanos no sólo está aislado de la realidad que viven las escuelas,
sino que además transmite concepciones erradas acerca de la escuela actual. En
general presenta a la escuela como un espacio poco problemático donde las
relaciones sociales son naturales, neutrales, legítimas. Los docentes en formación
también llegan a tener la falsa creencia de que los componentes teóricos son
importantes para aprobar, pero la práctica es lo que los transformará en
verdaderos profesores. En términos generales la formación inicial del profesorado
consiste en presentar el conocimiento como algo ya acabado, objetivo, absoluto,
indiscutible, frente a una concepción del conocimiento en permanente
construcción, provisional, sujeto a influencias políticas, sociales y culturales.
En el milenio que iniciamos será absolutamente necesario revertir esta
situación en la formación del profesional de la docencia. Es imposible continuar
con un proceso formativo esquemático, restrictivo, economicista, asignaturizado,
tecnicista, objetivizado. Llegó la hora de ceder el paso a un diseño más humano,
más global y sociofuncional en el cual se conciba la formación como un proceso
complejo de construcción de conocimientos en el que el futuro docente adopte un
rol activo y protagónico. Señala Imbernón (1998): "En este sentido es importante
que la institución de formación inicial se replantee tanto los contenidos de la
formación como la metodología con que éstos se transmiten, ya que el modelo de
formación actúa siempre como currículum oculto de la enseñanza. Es decir, estos
modelos con los cuales los alumnos aprenden se extienden con el ejercicio de la
profesión, pues se convierten incluso de manera involuntaria en modelo de su
actuación".
La transformación esencial del proceso de formación inicial
El primer paso será lograr un consenso sobre lo que es realmente relevante
en la formación del profesional de la docencia en el tercer milenio. Comenta
Braslavsky (1999), que ya existe un acuerdo respecto a que los docentes tienen
que ser facilitadores de procesos de aprendizaje cada vez más autónomos, y no
meros expositores que repiten información para que los alumnos la aprendan más
y mejor. Ya aparecen luces en el camino que proceden de investigaciones
importantes y recientes (Jolibert y otros, 1996); (Sola, 1999); (Montero, 2001);
( Fierro y Carvajal, 2003), las cuales apuntan hacia la construcción de un currículo
crítico y reflexivo donde se supere el listado de asignaturas inconexas y se dé paso
a la manifestación de lo real del saber entendido como totalidad. Un currículo que
responda a las realidades económicas, políticas, sociales y culturales de los países
latinoamericanos, que atienda con prioridad los elementos esenciales del ser y se
fundamente en teorías innovadoras acerca del aprendizaje y la enseñanza.
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5. ¿Hacia dónde deben apuntar los cambios?
Es absolutamente indispensable pasar de un modelo de currículo centrado
en la noción instrumental, atomizado en planes y programas a un modelo
reflexivo, crítico que dé lugar a seminarios y talleres con una visión de totalidad,
diseñados para profundizar en la teoría y la práctica que envuelve el quehacer
diario de los docentes en la actualidad. En este sentido es necesario:
· Pasar de un currículo diseñado a partir de áreas y asignaturas a un currículo más
integral, diseñado sobre la base de ejes transversales que sirvan de andamiaje y le
den sentido a las áreas del saber. Entendiendo la transversalidad como las grandes
arterias sociales que contextualizan y le dan integralidad a la formación de un
docente que aspira desempeñarse en un mundo violento, lleno de obstáculos y de
luchas sociales por el poder y la sobrevivencia..
· Superar los supuestos teóricos sustentados en la industria (1950), los cuales
sirvieron de base a la práctica docente durante medio siglo, a teorías más justas y
humanas: el cognoscitivismo, el constructivismo, el aprendizaje significativo, la
teoría comunicacional, que dan respuestas más acertadas acerca de cómo se
aprende.
· Abandonar el tecnicismo que logró atomizar a todos los elementos de la
educación para ceder el paso a una educación sustentada en lo axiológico que
garantice el fortalecimiento del ser del docente y que le corresponderá
desempeñarse en un espacio y un tiempo complejos. Un mundo que el propio
humano ha complejizado y que de no realizarse un cambio drástico conducirá a su
propia destrucción.
· Modificar la práctica profesional, incluida en el Currículo de Formación Docente
por un proceso de apropiación a partir de la reflexión sobre el proceso de
investigación social que el futuro docente debe realizar en forma paralela a la
discusión sobre la teoría que sustenta su práctica.
· Cambiar la concepción de evaluación practicada por las instituciones de
formación sustentada en pruebas y trabajos de recopilación teórica, por
producciones escritas que brinden evidencias del proceso de reflexión que hace el
estudiante de docencia sobre la realidad social y cultural de las escuelas, sobre los
resultados de la intervención pedagógica de los docentes y en relación con su
propio proceso de formación en cada uno de los campos en los cuales les
corresponda intervenir. (Ver modelo transversal en Pág. 5)
Las instituciones de formación de docentes en el nuevo milenio tienen el
mandato por parte de la sociedad de transformarse en lugares para el análisis,
más que de clases sistemáticas donde se aprende lo que los formadores opinan o
dicen. Deben pasar a ser lugares para el descubrimiento sobre el ser y el deber ser
de la escuela en nuestros tiempos, lugares para identificar las causas del
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6. subdesarrollo de nuestros pueblos y encontrar alternativas para revertirlo en el
marco de la democracia y con el debido respeto a todos. Lugares donde se le da
sentido a la vida, es decir, vivir para vivir, para convivir y para descubrir.
La formación del docente está incompleta si no está preparado para la
reflexión a partir de nuestra historia y nuestra realidad actual. Es cierto que le
hemos venido pidiendo demasiado a la educación, porque en el campo político y
social tienen su origen fuerzas superiores a la capacidad de los sistemas
educativos, encargadas de desviar, frenar y aun hacer la educación contraria a sus
propios principios. Las fuerzas político-económicas y los medios de comunicación
instantáneos y cautivantes son dos buenos ejemplos del poder distorsionante de
algunas fuerzas que actúan en nuestros pueblos compitiendo con una escuela que
se ha quedado en la retaguardia, ignorante de lo que acontece a su alrededor.
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