La mosca de la fruta es una mosca originaria de África occidental que se ha extendido a otras zonas templadas, subtropicales y tropicales debido al transporte de productos por el hombre. Llegó por primera vez al Perú en 1956 en Huánuco en un huerto de cítricos desde Brasil, estableciéndose en frutos silvestres y encontrando condiciones apropiadas. Posteriormente se detectó en Ica en 1958, donde ocasiona daños severos en la hortofruticultura a nivel regional.