El documento argumenta que no son las personas las que están discapacitadas, sino la sociedad que las discapacita al no ser inclusiva. Luego hace una serie de preguntas sobre quién puede ayudar a mejorar la calidad de vida y autonomía de personas con discapacidades o problemas de salud como embolias, movilidad reducida, salud mental o adicciones, para concluir que la respuesta es cualquier persona que colabore para crear una comunidad más inclusiva.