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TEMA 1: HISTORIA DE LA PREHISTORIA ESPAÑOLA
LOS INICIOS DE LA PREHISTORIA
Durante la Edad Media: el marco teórico sobre el pasado era el Creacionismo (el mundo es como lo ha
creado Dios), la historia del mundo aparecía descrita en la Biblia, especialmente en el Génesis.
Siglos XVI-XVIII: los naturalistas, mediante la observación de la naturaleza, (superposición de niveles
estratigráficos, presencia de fósiles marinos en el interior de los continentes...) llegaron a la consideración
de que la tierra tenía una gran antigüedad.
Finales del siglo XVII: el Catastrofismo y las teorías diluvianas intentaron conciliar los hallazgos de los
naturalistas con el Génesis. G. Cuvier sostenía que sucesivas catástrofes (inundaciones) habían provocado
la extinción masiva de especies que habían sido substituidas por otras nuevas mediante creaciones
independientes.
Los primeros estudios paleontológicos basados en estudios estratigráficos sacaron a la luz las primeras
piezas líticas de supuesta manufactura humana y dieron lugar a especulaciones sobre la antigüedad de la
especie humana. Durante mucho tiempo las hachas talladas o pulimentadas y las puntas de flecha se
consideraron piezas mágicas.
En la Edad Media las puntas de flecha se confundieron con dientes de tiburón y se usaron como
talismanes.
M. Mercati (1541-1593) fue el primero que considero estos objetos fabricados por el hombre. Su trabajo
no se publicó hasta 1717.
Antoine de Jussieu compara estos objetos con las armas de pueblos sudamericanos recientemente
descubiertos. La etnografía permitió por primera vez plantear hipótesis sobre los objetos prehistóricos.
El Romanticismo en Inglaterra y Francia y la corriente panceltista propiciaron la vinculación de objetos
prerromanos con los Celtas.
A finales del siglo XVIII estas piezas líticas se asociaron a restos de fauna extinta lo que incitó a plantear
la gran antigüedad del hombre. Numerosos estudios y clasificaciones corroboraban este hecho.
C. Picar es el primero que intenta aplicar el método estratigráfico, usado por los geólogos y
paleontólogos, a la investigación arqueológica (1835) en el valle del Somme.
Perthes (1788-1868) fue su discípulo, investigó los hallazgos líticos en relación con la fauna extinta y
publicó Antigüedades Celtas y Antediluvianas donde defiende la gran antigüedad de los hombres
prehistóricos.
En 1859 la Sociedad Geológica de Londres encarga a Pengelly excavaciones en Brixham Cave donde
encuentra útiles líticos junto a fauna extinguida. También se encontraron hallazgos similares en Abbeville
y Hoxnes mismo año en la Royal Society de Londres. Ese mismo año Darwin publica El Origen de las
Especies y Lyell pronuncia un discurso que definitivamente abre el camino para la aceptación del hombre
prediluviano.El binomio actualismo-evolucionismo tuvo gran influencia en la Prehistoria del s XIX,
concretándose en el evolucionismo unilineal según el cual las sociedades humanas han pasado por
diferentes etapas evolutivas o niveles de complejidad cultural: salvajismo, barbarie y civilización.
En España, en 1850, Mariano de la Paz Granells, a instancias de Casiano de Prado y Vallo (ingeniero de
minas), había exhumado restos de elefantes en el arenero del Cerro de San Isidro en Madrid, lo que es
considerado como la primera excavación paleontológica española. Por entonces los hallazgos europeos
que relacionaban fauna extinta con útiles líticos no eran desconocidos en España pero el catolicismo y el
conservadurismo que imperaban en nuestro país no permitieron un desarrollo de estas ideas. Casiano de
Prado sí había tenido contacto con estas ideas y en 1862, junto a otros geólogos franceses, descubrió en el
arenero de una serie de útiles líticos vinculados a restos de elefante. Dos años más tarde se publicaron los
descubrimientos en la obra Descripción Física y Geológica de la Provincia de Madrid, lo importante es
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que es la primera vez que se cita en España la existencia de útiles líticos junto a fauna extinta. Los
ingenieros de minas y los geólogos tuvieron un papel muy importante en el inicio del estudio de la
Prehistoria, coincidiendo con el desarrollo urbano y de la minería.
La Prehistoria española nació al margen de transformismo biológico (así se llamaba al evolucionismo en
la época) y de la Arqueología tradicional, durante estos años estuvo vinculada a las cátedras de Geología
y Paleontología y al Museo de Historia Natural, mientras que la Arqueología, que se interesaba sólo por
las etapas históricas o a lo sumo protohistóricas se desarrollaba en las Facultades de Letras, en el Museo
Arqueológico Nacional o en la Real Academia de la Historia. Este hecho dificultaba en gran medida el
avance de las investigaciones.
Las teorías de Darwin tuvieron una escasa difusión en España antes de la Revolución de 1868. Los
introductores fueron el antropólogo físico Tubito y sobre todo los fisiólogos e histólogos Peregrin
Casanova, Simarro y Ramón y Cajal.
Durante el Sexenio Revolucionario se aumentaron en número las conferencias y se tradujeron las obras de
Darwin. Sin embargo, la llegada de la Restauración borbónica en 1875 conllevó la expulsión de muchos
catedráticos por difundir las ideas de Darwin, lo que supuso un frenazo a este avance en la investigación
y se impidió el avance en la prehistoria, a pesar de que ya había sido aceptada por la Real Academia de la
Historia. Fue la Institución Libre de Enseñanza la que se encargó de difundir estas ideas. Aún así, hay que
destacar que en 1894 la Real Academia de la Historia hizo su única investigación en el ámbito de la
Prehistoria lo que dio lugar al descubrimiento del Vaso Campaniforme de Ciempozuelos.
Tras la muerte del Casiano del Prado, Juan Vilanova y Piera, catedrático de Geología y Paleontología, se
limitó a realizar un trabajo divulgativo de la Prehistoria, sin llevar a cabo investigaciones de importancia,
y siempre dentro del paradigma creacionista tan del agrado de la iglesia católica. Sus clases se
impartieron en el Ateneo de Madrid, única institución que acogía esta disciplina al quedar fuera del
sistema educativo.
Mientras, en Francia los descubrimientos realizados durante el siglo XIX permitieron a los geólogos
interpretar los tiempos antiguos de la humanidad y sustituir los conceptos Precéltico y Antediluviano por
Prehistoria. Gabriel de Mortillet, bajo el paradigma evolucionista-unilineal, dividió el periodo
prehistórico en Edad de Piedra Tallada, Pulimentada, del Bronce y del Hierro. También planteó una
clasificación basada en la evolución de la industria lítica, reconociendo fósiles directores y basándose en
la nomenclatura de los yacimientos epónimos; Saint Acheul para Achelense: Le Moustier para
Musteriense, Solutré para Solutrense, La Madelaine Magdaleniense, etc. Vilanova considera que la
evolución del hombre prehistórico peninsular había tenido otra evolución y españoliza estos términos.
Lubbock en 1868 divide la Prehistoria en Paleolítico, Neolítico, Bronce y Hierro, siguiendo el esquema
establecido en 1819 por Thomsen para ordenar los instrumentos del Museo Nacional de Antigüedades
Danesas de Copenhague (Edad de la Piedra, Edad del Bronce, Edad del Hierro).Volviendo a España, el
descubrimiento en 1879 del arte Paleolítico en Altamira por Marcelino Sanz de Sautuola, chocó con las
instituciones arqueológicas españolas y con las tesis evolucionistas de los franceses que no admitían un
desarrollo artístico tan depurado para el “hombre salvaje de las cavernas”, sin embargo este hecho si
encajaba en la tesis creacionista de Vilanova (gran antigüedad del hombre que fue creado tal y como es en
la actualidad. El reconocimiento de Altamira en 1902 llega después de la muerte de su descubridor. Su
reconocimiento precisó de los trabajos de Tylor y Morgan que consideraban a los hombres prehistóricos
“salvajes” capaces de crear algún tipo de arte sencillo pero no el encontrado en Altamira, y sobre todo de
los trabajos etnológicos que demostraron la complejidad de algunas de estas sociedades y de los
hallazgos de enterramientos del Paleolítico Superior que evidencian prácticas de tipo simbólico, suponen
un cambio en la visión de estos hombres “salvajes”.
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A partir de 1903 Hermilio Alcalde del Río y el Padre Lorenzo Sierra realizan numerosísimos
descubrimientos de estaciones rupestres; Covalanas, El Castillo, El Pendo, El Pindal, etc.
La reactivación minera española que se llevó a cabo durante la Restauración propició la llegada de
eruditos decisivos para el avance de la Prehistoria en España.
Los más importantes fueron los hermanos Siret (ingenieros de minas) estudiosos de la cultura argárica
Las primeras edades del Metal en el Sudeste de España 1897 recoge los hallazgos de más de 20
yacimientos, de gran impacto nacional e internacional y obra de referencia hasta nuestros días.
L´Espagne préhistorique 1892 propone una división tripartita del Cuaternario y divide el Neolítico en
Antiguo (Neolítico actual) y Reciente (Calcolítico actual) destacan especialmente los realizados en el
Argar. Estos estudios suponen para muchos un punto de partida en el estudio científico de la Prehistoria
en España. Fueron también los pioneros en el empleo de técnicas de arqueología experimental.
LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA PREHISTORIA (1900-1936)
La prehistoria alcanzó la categoría universitaria en 1917 con la cátedra de Historia Primitiva del Hombre
en Barcelona ostentada por Pere Bosch Gimpera (fueron discípulos suyos Lluis Pericot, Maluquer,
Martínez Santa Olalla y Colominas i Roca) y años más tarde, en 1922, en Madrid a cargo de H.
Obermaier. La institucionalización universitaria se enmarca en la clausura de la Escuela Superior de
Diplomática y el traspaso de alumnos y profesores a la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad
Central de Madrid, controlada por la Real Academia de la Historia. Este hecho supuso el alejamiento de
la arqueología de los estudios de la Historia del Arte y el acondicionamiento a infraestructuras
investigadoras nuevas.
En este periodo se creó un marco legislativo para regular las actividadarqueológicas y parar la venta de
objetos artísticos y arqueológicos fuera de España (dama de Elche al Louvre, objetos de las excavaciones
de los hermanos Siret), Ley de 7 de julio de 1911 de excavaciones y antigüedades. También se creó la
Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades dedicada al control de la arqueología y del Patrimonio
Nacional.
Junto al marco legal se crea un marco académico y una estructura científica en tres niveles (nacional,
regional y local) que deja poco margen a la iniciativa privada. Entre las instituciones regionales hay que
mencionar el Servei d´Investigacions Arqueològiques de l´Institut de Estudis Catalans, el Servicio de
Investigaciones Prehistóricas de Madrid o el Servicio de Investigaciones Prehistóricas de la Excma.
Diputación Provincial de Valencia.
El verdadero avance en el conocimiento de la Prehistoria española vino, sin embargo, de las influencias
extranjeras. En 1907 se funda la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, JAE,
con el objetivo de becar la formación en otros países a investigadores y docentes (Bosch Gimpera
pensionado en Alemania). En 1912 se funda la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, dirigida
por el Marqués de Cerralbo, la cual excavó los yacimientos paleolíticos de Ambrona y Torralba. Esta
institución promovió el estudio de la Prehistoria y contó con la participación de investigadores españoles
como E. Hernández-Pacheco, J.Cabré, el Conde de la Vega del Sella, y extranjeros como Paul Wernet,
Hugo Obermaier o Henri Breuil que ayudaron a superar las reticencias que había hacia la Prehistoria en
los ambientes académicos españoles. Desde 1916,
Obermaier y Wernet empiezan a trabajar en Madrid. Este periodo, hasta 1924, fue el más intenso de la
Prehistoria madrileña hasta la década de los 80, un balance de los resultados está en El Hombre Fósil de
Obermaier.
Las instituciones extranjeras también forman parte de este impulso. El Instituto de Paleontología Humana
de París financió excavaciones paleolíticas en la cornisa cantábrica (El Castillo) dirigidas por Obermaier
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entre 1910-14. También mencionar la Hispanic Society of America y la École Française o Casa
Velásquez.
Una vez que la prehistoria fue admitida en los ámbitos académicos europeos, la Historia reclamó esta
disciplina, los materiales prehistóricos pasan de los museos de Ciencias Naturales a los Arqueológicos y
la Facultad de Filosofía y Letras crea la cátedra de Historia Primitva del Hombre como se ha mencionado
anteriormente
A principios de siglo, el esquema evolucionista unilateral de Mortillet aplicado por Vilanova y Pera o L.
Siret, entra en crisis y se sustituye por el difusionismo. Según el cual el desarrollo cultural sólo se produce
una vez, en un lugar, y se transmite a los demás territorios por difusión. También aparece la Escuela
histórico-cultural alemana, basada en el normativismo.
Bosch Gimpera es uno de los mejores ejemplos de la visión normativa de la cultura (formación académica
en Alemania). Realizó la primera sistematización del Neolítico de la Península Ibérica, identificando
cuatro círculos culturales identificados en otras tantas áreas geográficas y con estratos étnicos diferentes
(Cultura de las Cuevas, Cultura de Almería, Cultura Pirenaica y Cultura megalítica portuguesa) Esta
división ha llegado prácticamente intacta hasta nuestros días. También aporta una nueva periodización de
tipo realista a la Edad del Bronce en Eneolítico y Edad del Bronce, durante los cuales se desarrollan
cuatro grupos culturales continuadores de sus homónimos del Neolítico. Gimpera y su discípulo L.
Pericot fueron los máximos exponentes de la Escuela Clásica o Escuela de Barcelona.
En el estudio del Paleolítico no hubo ruptura radical con el evolucionismo unilineal, Breuil, el estudioso
más importante del Paleolítico durante la primera mitad del s XX, fue el autor de uno de los paradigmas
paleolíticos de corte evolucionista más duraderos. Tampoco Obermaier prescindió de los principios
evolucionistas en sus interpretaciones.
LA PARALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN (1940-1960)
La Guerra civil española paralizó totalmente este impulso en las investigaciones. Los principales
prehistoriadores del momento se exiliaron, esto junto con el aislamiento internacional propiciaron una
arqueología de provincias y poco dinámica, estancada en propuestas teóricas.
Desaparecieron las instituciones creadas, como la CIPP, que hasta entonces controlaban la investigación
arqueológica, y fueron sustituidas por otras como el CSIC o la Comisaría General de Excavaciones
Arqueológicas, que estuvo dirigida por J. Martínez de Santa Olalla que controló la labor investigadora
organizada en Comisiones Provinciales, Insulares y Locales.
En lo académico sí se implantó la Prehistoria como asignatura obligatoria en la Licenciatura de Filosofía
y Letras. La llegada de nuevas generaciones a la universidad, facilitó la introducción de nuevas técnicas
que llegaban del resto de Europa (dataciones absolutas, estudios faunísticos, etc.). En Barcelona L.
Pericot y J. Maluquer, discípulos de Bosch Gimpera impulsaron la creación del Instituto de Arqueología
y Prehistoria, la revista Pyrenae y se reformó el plan de estudios para incluir la especialidad de
Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua.
En Madrid se individualiza la Prehistoria dentro del Instituto Diego Velásquez (CSIC)y se constituye el
Departamento de Prehistoria, posteriormente llamado Instituto Español de Prehistoria bajo la dirección de
M. Almagro, alumno de H Obermaier que ostentó los más altos cargos académicos del momento y
publicó las monografías Biblioteca Prehistórica Hispana y la revista Trabajos de Prehistoria.
Los Congresos Arqueológicos Nacionales, las reuniones científicas y las publicaciones fueron
importantes pero carecieron de la imprescindible proyección científica. La escuela histórico-cultural
alemana continúa vertebrando la interpretación de la prehistoria en un momento en que la investigación se
estanca.
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En estos años las excavaciones son muy escasas; la excavación de un elefante en Orcasistas en Madrid en
1959 es relevante por el empleo de nuevas técnicas (análisis palinológicos) pero la trascendencia es
escasa. En el resto se realizan diversos trabajos, en Andalucía y el Levante se centraron en el Musteriense,
en la cornisa cantábrica fueron importantes los trabajos de L.Pericot y D. Fletcher; J. Corominas en
Cataluña, y J. M. Barandiarán en el País Vasco. La tesis doctoral de F. Jordá Cerdá centrada en el
Solutrense en España, fue muy importante la investigación.
Hasta 1956 se creía que el origen del Neolítico en España era africano, la necesidad de vincular esta zona
con nuestra historia (últimas colonias españolas) influyó en las interpretaciones. Con la publicación en
1956 de las excavaciones de Arene Cándide se cambiaron los planteamientos; se constató que la cerámica
cardial localizada en Arene Cándile se localizaban también en los niveles más antiguos de los yacimientos
de la cuenca mediterránea. El Próximo Oriente se convierte ahora en el origen del Neolítico español, justo
en el momento en el que se produce la independencia de Marruecos y la anexión del protectorado
español.
En los años 50 se intensifican los estudios del Neolítico, aunque están centrados básicamente en el área
valenciana donde Fletcher propuso la típica clasificación de los yacimientos según los círculos culturales
de Bosch Gimpera. El I Symposium de Prehistoria Peninsular que se celebró en 1959 sirvió para revisar
conceptos y crear nuevas propuestas para este periodo.
Entre los años cuarenta y mediados de los cincuenta, el matrimonio Leisner llevo a cabo la investigación
sobre el Megalitismo del sur peninsular y recopilan numerosos datos. A ellos se debe ladenominada
“transición al modelo colonial”, le dan mucha importancia a los influjos étnicos por lo que su modelo
interpretativo merece el calificativo de “difusionista orientalista” ya que recurren a relaciones externas
étnicas o comerciales para su desarrollo. La cultura del Argar, en cambio, la explican mediante teorías o
difusionistas. Las interpretaciones de los Leisner se abandonaron en los años 80, tras estar vigentes
durante 40 años.
LA REACTIVACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA
En los años sesenta aparece la Nueva Arqueología como nuevo modelo teórico metodológico de la
Prehistoria impulsado por los investigadores anglosajones. Este nuevo modelo empezó a aplicarse a el
Paleolítico ya en la década de los sesenta cuando se estable conexión entre la investigación paleolítica
cantábrica y la francesa con la participación de Bordes y Leroi-Gourham. Esta colaboración se encuadró
en el llamado Programa de Investigación Cuaternarista que tienen todos los elementos del nuevo
paradigma de la Nueva Arqueología que tuvo tal impacto que a casi se llegó a tildar de acientíficos a los
investigadores que no se ajustaron a él. Los principios básicos de este modelo neoevolucionista fueron
formulados por F. Bordes y se basan en: la formulación de una lista tipológica de los útiles del Paleolítico
inferior y medio que permitía comparar conjuntos industriales de diferentes yacimientos, y la
investigación pluridisciplinar que tenía por objetivo la elaboración de un marco cronoestratigráfico.
Howell plantea una intervención sistemática en Torralba, con características similares a las que se estaban
realizando en África Oriental. Freeman (Universidad de Chicago) entra en contacto con J. González
Echegaray, y colabora en Cueva Morín (Cantabria) entre 1966 y 1969.
Las monografía publicadas de estos trabajos se convirtieron en todo un referente, y este yacimiento
cantera de los paleolistas más relevantes de los setenta (Moure, Corchón, Querol).
Los estudios de E. Ripoll, casi exclusivamente con la metodología de Bordes, también influyeron en la
renovación del Paleolítico español, que a principios de los setenta habían alcanzado un nivel equiparable
al de otros países. Realizó una síntesis del Paleolítico catalán a partir del yacimiento del Paleolítico medio
de El Abric Romani.
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En los años 70 y 80 es cuando se renuevan los estudios del Paleolítico de la Meseta gracias a los trabajos
de Pérez-González, Querol y Santonja.
En cuanto al Neolítico, la modernidad de los planteamientos metodológicos llegó en los sesenta. A.
Hernando distingue 2 posiciones: las clásicas y las difusionistas. En las clásicas encuadra a Almagro y a
Pellicer que a finales de los 70 diferenciaba a partir de la tipología cerámica 7 civilizaciones hispánicas
en la línea de la escuela alemana y defendía que el Neolítico era el inicio de la civilización. Las
posiciones difusionistas tenían por objetivo demostrar que en el Mediterráneo occidental el horizonte
cardial fue el primero en fabricar cerámicas y desarrollar una economía de producción. En esta posición
habría que enmarcar entre otros a Maluquer en los años 60 y 70 y a Martí en los 80. En los años 70 hay
que destacar también el desarrollo de disciplinas auxiliares como la palinología o la arqueozoología.
Mención aparte merece el trabajo de A. M. Muñoz Amilibia, catedrática de la UNED, en el conocimiento
del neolítico catalán de los sepulcros de fosa y del andaluz con excavaciones en la cueva de los
Murciélagos de Zuheros.
En las décadas de los setenta y ochenta aumentó la información de las excavaciones, sin embargo, según
A. Hernando el marco interpretativo seguía siendo el del difusionismo y el normativismo. La tipología y
la estratigrafía se convirtieron en la metodología básica. En esta etapa la tesis interpretativa fue el modelo
dual de J. Fortea, el cual propuso para el levante peninsular un grupo de
“Neolíticos puros” y otro de “epipaleolíticos” locales que sufrieron un “progresivo proceso de
aculturación”
En el estudio de las edades de los metales, el modelo colonial es el paradigma de la interpretación del
Calcolítico. Según planteaban Almagro y Arribas, el colonialismo fue el motor de la transformación
cultural.
La década de los setenta es un momento importante en la historiografía de la Prehistoria de la Península
Ibérica, ya que se lleva a cabo un relevo de los arqueólogos de la posguerra por una nueva generación de
investigadores que se caracteriza por la especialización geográfica según un reparto territorial tácito entre
las distintas universidades (A. Hernando)
La década de los sesenta y setenta supusieron una renovación metodológica y teórica (en menor medida).
La I Reunión de Antropólogos españoles, 1973, pone de manifiesto las carencias de la arqueología
española: falta de orientación teórica, de un esquema historicista, de programas coherentes de
investigación, una obsesión manifiesta por la descripción, desinterés por la interpretación y la escasez de
estudios medioambientales e interdisciplinares.
LA RENOVACIÓN DE LA PREHISTORIA ESPAÑOLA
La nueva situación historica tras la aprobación de la Constitución Española de 1978 y la sensibilidad
social por el patrimonio cultural, se vio reflejado en la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985. La
descentralización propició la transferencia de competencias culturales a las Comunidades Autónomas,
facilitando así el estudio regionalizado de la arqueología.
La investigación en la década de los ochenta se caracterizó por el desarrollo de la teoría arqueológica. En
1981 tuvieron lugar dos coloquios muy significativos. El primero se celebró en Soria, Metodología de la
Investigación Prehistórica, planteó un estructuralismo neopositivista en contraposición a la arqueología
tradicional, y el segundo en Cáceres, II Jornadas de Metodología y Didáctica de las Historia, que propuso
un enfoque de la prehistoria desde una perspectiva epistemológica.
También fue importante el papel del Departamento de Antropología y Etnología Americana de la
Universidad Complutense de Madrid por traducir los textos de Binford, Steven, Clarcke y otros
prehistoriadores.
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En la segunda mitad de los ochenta se incorporaron gran cantidad de propuestas teórico-metodológicas,
reflejo de una mayor sensibilidad por la reflexión prehistórica según Lull, que se tradujo en la aparición
de numerosos seminarios.
Además de estas reuniones y coloquios se introdujeron artículos en muchas revistas y se organizaron
congresos internacionales de Teoría y Método. También comenzaron a publicarse tesis doctorales y de
licenciatura. En este contexto Martínez Navarrete plantea 4 perspectivas sobre las que abordar la
Prehistoria peninsular: la arqueología económico-social y ambiental, la inspirada en la antropología
cultural estructuralista, el materialismo histórico y el estudio de la Prehistoria desde la filosofía de la
Ciencia. En el ámbito del Paleolítico, en los años 80 el esquema neoevolucionista de Bordes entro en
crisis, abriéndose camino otras vías de investigación como la paleoeconomía, traceología, tecnología
experimental y los estudios taxonómicos del registro arqueológico.En el estudio del Neolítico, los ochenta
estuvieron influenciados por investigadores anglosajones como Gilman, Mathers o Chapman. En sus
estudios se centraron en las razones de los cambios culturales del Sudeste Peninsular y en concreto en el
periodo Calcolítico, pero no abordaron una renovación del marco teórico del Neolítico. Esta renovación
llegó en la década de los 90.
En los 80 el colonialismo dejó de considerarse como el elemento motor del desarrollo de la metalurgia,
apareciendo el llamado modelo mixto, basado en la convergencia de un sustrato indígena y otro foráneo.
En RESUMEN;
Hasta el franquismo, en el estudio de la Prehistoria española se asumen los paradigmas predominantes en
Europa: creacionismo, actualismo, evolucionismounilineal y difusionismo.
Hasta los años 80 predominan las tesis difusionistas, y en muchos casos siguen predominando hasta la
actualidad.
Desde los 90 a la actualidad: las tesis difusionistas conviviendo con enfoques materialistas, positivistas y
procesuales
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TEMA 2: EL CUATERNARIO: PALEOAMBIENTES Y PAISAJES
INTRODUCCIÓN
Actualmente nos encontramos en el Cuaternario, último período geológico que supone una breve etapa
de 2,58 Millones de años en una larga historia geológica de 5,5 Ma. Es la etapa mejor conocida desde los
puntos de vista geológico y geomorfológico, y se caracteriza por:
Variaciones climáticas con alternancia de períodos fríos y secos (glaciares) y períodos templados y
húmedos (interglaciares), que han dejado múltiples testigos geomorfológicos que permiten reconstruir
los paleoambientes del pasado. Aunque esta alternancia climática no es exclusiva del Cuaternario, la
“juventud” geológica de los testigos sedimentarios y geomorfológicos, que aún no han sido borrados por
los procesos erosivos modernos, permite un mayor conocimiento de estas etapas que de otras más
antiguas.
Sistemas morfogenéticos y formaciones vegetales, resultado de los distintos ambientes climáticos del
Cuaternario, diferenciándose claramente los depósitos sedimentarios cuaternarios menos consolidados y
litificados que los terciarios. A las etapas frías se asocian los sistemas morfogenéticos glaciar y
periglaciar; los períodos cálidos han dejado huellas sedimentarias como travertinos; y los cambios
pluviométricos se reflejaron en las variaciones de caudal y la morfogénesis fluvial.
Evolución humana: aunque el comienzo del proceso de Antropogénesis (configuración el ser humano) se
sitúa temporalmente fuera de los límites del Cuaternario, tiene su culminación en el mismo; por ese
motivo, se le ha denominado en ocasiones Era Antropozoica. Es en el Pleistoceno Superior cuando
aparece nuestra especie, y en el inicio del Holoceno (última época cuaternaria) cuando la capacidad
tecnológica del hombre e intervención de los ecosistemas, dio lugar al desarrollo de la agricultura y
ganadería.
DEFINICIÓN, CRONOLOGÍA, DELIMITACIÓN Y SUBDIVISIÓN DE CUATERNARIO
Definición
El término fue acuñado por J. Desnoyers en 1829 para denominar al conjunto de materiales sedimentarios
con escaso grado de litificación y diagénesis que se apoyaban sobre los estratos datados en la Edad
Terciaria. En un principio, se siguió un criterio geomorfológico pero no se establecía de un modo claro la
separación entre el Terciario y Cuaternario.
Actualmente hay un consenso científico que define el Cuaternario como un Sistema dentro de la Era
Cenozoica y que, a su vez, queda dividido en las series Pleistocena y Holocena, cuyo inicio según las
últimas actualizaciones apuntan a 2,6 Ma. Es necesario tener presente la correlación entre el criterio
cronoestratigráfico y las unidades de tiempo geológicas.
Cronología del Cuaternario
Los distintos criterios seguidos (estratigráficos, geológicos, palinológicos, polaridad magnética, etc) han
dado lugar una serie de subdivisiones cronológicas:
Cronología glaciar clásica
La existencia de depósitos sedimentarios asociados a la acción morfogenética del hielo, llevó a científicos
franceses y suizos de finales del s. XVIII, a plantear la posibilidad de que los glaciares alpinos hubiesen
tenido una mayor extensión en un pasado geológico reciente. En 1840, Louis Agassiz estableció una Edad
del Hielo pretérita que explicaría la existencia de esos depósitos sedimentarios encontrados en los valles y
circos de los Alpes. Años después, James Croll estableció que ciertos cambios en la geometría de la
órbita terrestre implicaban una sucesión de etapas frías y cálidas (idea que retoma el serbio Milankovitch
en los ‘20), dejando sobre la mesa la idea de una alternancia climática aunque no se supiese su causa.
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A partir de estudios geomorfológicos de las terrazas fluviales en Europa, A. Penck y E. Brückner
establecen cuatro grandes etapas glaciares (y sus estadios interglaciares) que se denominaron siguiendo
los nombres de los ríos alpinos: Günz, Mindel, Riss, Würm. Habría un período de glaciación anterior,
que supuso la etapa de transición entre el Plioceno y el Pleistoceno, que es la peor desde el punto de vista
geomorfológico y se denomina Donau. La secuencia glaciar alpina ha podido reconstruirse gracias a
vestigios geomorfológicos en el paisaje centroeuropeo, poco perceptibles debido a la impronta de los
períodos glaciares recientes que han borrado los anteriores (esto no ocurre en sedimentos de fosos
marinos).
Hoy sabemos que en el transcurso de los períodos dominados por condiciones frías y secas, se produjeron
oscilaciones climáticas con períodos más cálidos y húmedos. Así, en la Glaciación Würm, se identifican
cuatro períodos con diferentes condiciones de frío y aridez, entre los que se intercalan tres breves
períodos de atemperamiento climático. Por otra parte, los sedimentos marinos indican que en los lapsos
glaciares se desarrollaron pulsaciones más templadas y en los cálidos, pulsaciones frías. Desde 12.000
BP, el registro terrestre y marino ofrece vestigios de un proceso de deglaciación previo a la fase post-
glaciar actual, con oscilaciones de menor intensidad que las pretéritas y que caracteriza al Holoceno.
Las manifestaciones más importantes de ciclos fríos son las grandes acumulaciones de hielo en latitudes
septentrionales de Europa y América. En las fases de máximo glaciar, el inlandsis escandinavo se
extendía desde las llanuras del Volga hasta las Islas Británicas, alcanzando el norte de los Cárpatos. Se ha
podido determinar la existencia de tres inlandsis, e incluso uno más antiguo. De este modo, podemos
establecer una relación de la denominación del Norte de Europa con la alpina, aunque no existe una
exacta correspondencia cronológica entre ambas secuencias, debido a distintas tasas de glaciación.
Los científicos estadounidenses se basaron en datos geomorfológicos de Norteamérica, adoptando otra
terminología. Tampoco existe un perfecto ajuste cronológico, debido a factores locales y a la extensión y
características de las masas de hielo.
La secuencia paleoclimática del continente africano es importante a la hora de reconstruir los ambientes
donde tuvo lugar el origen de la Evolución Humana, especialmente en el Pleistoceno inferior y medio. El
glaciarismo no tuvo tanto protagonismo como en Europa y Norteamérica, por lo que aquí la secuencia
climática cuaternaria se establece por medio de la determinación de fases húmedas/pluviales y
áridas/interpluviales. Las pluviales estuvieron caracterizadas por precipitaciones más abundantes y
mayor productividad del medio, tal y como se documenta en los sedimentos lacustres (Este de África); los
períodos interpluviales se caracterizan por aumento de sequías, empobrecimiento de la cobertera vegetal,
menos productividad del medio y un aumento de la erosión eólica. Las condiciones climáticas
establecidas en función de la circulación de las masas de aire, la influencia de las corrientes marinas y
factores como la latitud, hacen difícil asumir que estos fenómenos fueran sincrónicos a los identificados
en la geomorfología europea y norteamericana.
Existen otras nomenclaturas de carácter más local como el caso de las Islas Británicas.
Terminología Glaciar Interglaciar Glaciar Interglaciar Glaciar Interglaciar Glaciar
Alpina Günz Günz/Mindel Mindel Mindel/Riss Riss Riss/Würm Würm
Norte de Europa Menapian? Cromer Elster Holstein Saale Warthe/Eem Vistula
Norteamericana Nebraska Afton Kansas Yarmout Illinois Sangamon Wisconsin
Africana Kanguriense Interpluvial Kamusiense Interpluvial Kanjeriense Interpluvial Gambiliense
Los estudios isotópicos del oxígeno (OIS)
El análisis de sedimentos depositados en los fondos marinos iniciados a mitad del s. XX por Emiliani
(Universidad de Chicago) han permitido establecer un nuevo método terminológico-cronológico de la
variedad climática del Cuaternario comúnmente aceptada por las distintas ramas científicas, sustituyendo
a la tradicional alpina. El método se basa en el estudio de la masa atómica de los isótopos del oxígeno
18
O/ 16
O. Las moléculas cargadas de 18
O tienden a condensar/precipitar mientras que el isótopo 16
O, más
10
ligero, se evapora con más facilidad. El resultado es que el agua oceánica es más rica en 18
O que las aguas
continentales.
Durante una etapa glaciar, las aguas continentales se hielan dando lugar a glaciares e inlandsis que
interrumpen el retorno del ciclo hidrológico, se produce una menor evaporación relativa de moléculas de
agua marina que contienen el isótopo pesado 18
O. Este hecho implica un incremento de la proporción de
18
O en aguas oceánicas en períodos fríos. Por el contrario, en etapas templadas, al restablecerse el ciclo
hidrológico y aumentar el nivel del mar, aumenta la adición de 16
O y disminuye la abundancia relativa del
isótopo 18
O.
El análisis geoquímico e isotópico de oxígeno contenido en la caliza de foraminíferos fósiles
(microorganismos que forman parte del zooplancton marino) depositados en el fondo del mar y el agua
del hielo, permite determinar oscilaciones en el tiempo, de la concentración de 18
O y deducir la evolución
de las temperaturas marinas y atmosféricas. Emiliani estableció en la década de los ’70, 16 estadios
isotópicos del oxígeno -OIS (Oxigen Isotopic Stage)- aunque posteriormente su tabla cronológica fue
completada y recalibrada, gracias al estudio de los foraminíferos bentónicos de las profundidades
oceánicas. A cada fase se le asignó un número del 1 al 6, correspondiendo los impares con estadios
cálidos y los pares a los de características frías y secas. (La cronología del OIS 16 se corresponde con los
659 Ka BP).
Cabe señalar que, en el estudio paleoclimático del Cuaternario, no sólo hay una variación estadial –
etapas glaciares e interglaciares- sino que además en cada uno de los OIS, se asiste a variaciones
climáticas interestadiales.
¿Cuándo empieza el Cuaternario?
El Cuaternario, desde junio de 2009, ha pasado a ser un
Periodo/Sistema cuyo inicio ha sido fijado en el paso de la
polaridad negativa Matuyama a la positiva de Gauss, lo
que ha acaecido hace 2,588 Ma BP; abandonándose la
convención del INQUA de 1973, que había fijado el
origen del Cuaternario en el inicio del momento de
polaridad de Olduvai (1,82 Ma BP).
En 1948, se estableció el límite inferior del Cuaternario
coincidiendo con el primer enfriamiento de clima que se detectó a partir de faunas neógenas
mediterráneas. El cambio coincidía con el Piso Calabriense (facies marina) y Villafranquiense (facies
continental), con numerosos elementos adaptados a ambientes fríos respecto a comunidades de períodos
anteriores. Desde su definición hasta finales de los ’80, el Villafranquiense, fue el estratotipo continental
(unidad estratigráfica de referencia) de la transición pliocena/pleistocena. Se dividía en Villafranquiense
inferior y el superior, que conformaba el piso basal del Pleistoceno.
La Comisión Estratigráfica Internacional dependiente de la IUGS, había definidon el límite
Plioceno/Pleistoceno en el estratotipo definido por el corte geológico de Vrica (Italia), conformado por
estratos margosos de escasa potencia y restos paleontológicos que denuncian la presencia de una fauna
adaptada a condiciones microtérmicas o frías. Esto supondría una edad oficial de 1,84 Ma. Este límite
cronológico indica un cambio hacia condiciones frías, tanto por fauna como por condiciones de
sedimentación. Se relaciona con la magnetoestratigrafía, por debajo del techo del episodio magnético
denominado Olduvai. Es importante debido a que se trata de fenómenos que pueden identificarse a escala
planetaria, sin tener que limitarnos a unos estratos concretos que pudieron ser erosionados por procesos
posteriores.
En la actualidad, la comunidad científica ha establecido llevar el inicio del Pleistoceno, y por tanto del
Cuaternario, a los 2,6 Ma. Su estratotipo está en el Monte San Nicola Lo que coincide con la base del
11
piso Gelasiense y el límite paleomagnético Gauss/Matuyama. En esta misma cronología, se han
constatado cambios palinológicos y faunísticos, que indican transición hacia condiciones frías (registro
continental de regiones loéssicas chinas y en los fondos marinos y márgenes continentales). Además, en
esa época se aprecian considerables cambios en las paleoformas vegetales de Europa.
Subdivisión del Cuaternario
Existe una gran variedad de cronologías cuaternarias y sus consiguientes subdivisiones: la
magnetoestratografía cuaternaria, la cronología isotópica, los ciclos de loess, las series climáticas, el
registro glaciar, la clasificación de tecnocomplejos industriales usada por los prehistoriadores. Todas
ellas, tienen una cronología absoluta numérica. Desde el punto de vista cronoestratigráfico, y con absoluto
consenso científico, el Cuaternario se divide en dos series Pleistoceno y Holoceno (si el criterio es
geológico se dice épocas).
2.4.1. La división del Pleistoceno
Actualmente las divisiones del Pleistoceno reconocidas por la comunidad científica tienen categorías de
subseries y sus límites se han definido utilizando en la mayoría de casos los criterios
magnetoestratigráficos (cambios de polaridad).
Pleistoceno inferior (2,588 Ma): se inicia en el límite entre los crones Gauss (+) / Matuyama (-) y se
divide en dos pisos marinos:
• Gelasiense: límite inferior es el límite del Cuaternario definido en el estratotipo del Monte
San Nicola (Sicilia).
• Calabriense: límite inferior situado en la sección de Vrica (Calabria) en 15 ka por
encima del inicio del subcrón de Olduvai hace 1,806 Ma.
Pleistoceno medio (0,781 Ma): se inicia en el límite entre Matuyama (-) / Brunhes (+), que coincide con
el inicio de OIS 19. Contiene un único piso marino, Ionense, que coincide con el interglaciar
Günz/Mindel de la tradicional división alpina.
Pleistoceno superior (0,126 Ma): corresponde con el piso marino Tarantiense, definido por criterios
climáticos, que coincide con la base interglacial Eemiense o inicio del OIS 5e y con la base del piso
marino Tirreniense definido en el Mediterráneo.
La división del Holoceno
Corresponde con la última serie cuaternaria y momento en el que nos encontramos; desde hace 11.784
años (inicios de estadio isotópico OIS 1). La transición al Holocenose corresponde con el último
episodio frío y seco del Tardiglaciar, Dryas reciente.
La principal característica ambiental del Holoceno (o Postglacial) ha sido el incremento
termopluviométrico en los climas de las zonas templadas. Las principales consecuencias son la
colonización vegetal de frondosas, el retroceso de bosques de coníferas y la retirada paulatina de inlandsis
con la práctica desaparición del casquete Finoescandinavo. El retroceso de masas de hielo implicó una
variación del gradiente latitudinal del Frente Polar y la morfología de las corrientes marinas.
Los estudios palinológicos y sedimentológicos de los depósitos glaciares han permitido establecer una
alternancia de fases húmedas con otros de recrudecimiento térmico y aridez:
• Preboreal (11.784-10.189 BP) Clima frío con tendencia sostenida al atenperamiento.
• Boreal (10.189 —8.776 BP) continuación del calentamiento climático.
• Atlántico (8.776-5.728 BP), óptimo climático holocénico, con temperaturas medias globales e
índices de precipitación más altos que los actuales (3ºC), que supuso un aumento de la cobertera
vegetal (sabana y desarrollo de lagos y sistemas fluviales); excepto el evento 8,2 ka, con un
mínimo térmico provocado por una brusca entrada de agua dulce fría en el Atlántico Norte de
agua de deshielo y que disminuyó la circulación termohalina.
12
• Subboreal (5.728 -2.728 BP) período menos cálido y más seco que el actual (Neoglaciación). El
Sahara se convirtió en un desierto. El nivel de agua del Mar Negro aumentó por las aguas del
Mediterráneo tras la apertura del estrecho del Bósforo, inundando extensas superficies den
Bulgaria, Rumanía y Ucrania.
• Subatlántico (2.728- ) fase climática actual. Se constata en múltiples estudios geomorfológicos
oscilaciones. En el Pequeño Óptimo Climático Medieval (750-1.300 d. C), se produjo la retirada
de los glaciares alpinos, los vikingos se establecieron en Terranova y aumento de cultivo de vid en
Inglaterra. La Pequeña Edad del Hielo (1560-1860 d. C.), etapa fría y seca, tuvo claras
repercusiones agrícolas en Europa y supuso un ligero avance en ciertos glaciares. Es necesario
precisar que desde las dos últimas décadas del s. XX se han precisado años con temperaturas
medias excepcionalmente altas.
• (También se han establecido otras divisiones: Holoceno inferior, medio y superior).
Durante el Holoceno (o Postglacial), el desarrollo de la agricultura y ganadería contribuirán al aumento
de los gases de efecto invernadero (metano, CO2), invirtiendo la tendencia natural al enfriamiento
determinada por los parámetros orbitales. El consumo de combustibles fósiles a partir de la RI conlleva
un aumento generalizado de las temperaturas y un ascenso global del nivel de océanos desde finales del
XIX.
CAUSAS DE LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA DEL CUATERNARIO
Los ciclos de Milankovitch
Este astrofísico serbio fue el autor en los ‘20, de la teoría de los ciclos astronómicos y su influencia en el
clima terrestre, partiendo de los presupuestos enunciados por el británico J. Croll en 1864. Este modelo
sostiene que la alteración más acusada de la cantidad de radiación solar recibida por la Tierra, es la
causada por los cambios de la órbita terrestre en su movimiento de traslación alrededor del Sol. De ahí
que decidiera cuantificar el impacto de los cambios astronómicos sobre la insolación solar. Será en los ’80
cuando se compruebe con sondeos oceánicos y en los casquetes de hielo, la correlación entre las
periodicidades descritas por Milutin Milankovitch y las etapas glaciares e interglaciares del Cuaternario.
Según el modelo planteado por el serbio, hay tres factores astronómicos que, combinados, explican las
variaciones en el transcurso del tiempo de la insolación solar recibida por la Tierra: del momento
astronómico, la estación anual y la latitud.
La precesión de los equinoccios
Hace 11.000 años el perihelio (distancia mínima de la Tierra con respecto al Sol), coincidía con el verano
del Hemisferio Norte y el afelio (distancia máxima de la Tierra respecto al Sol), con el invierno. Los
veranos debieron ser más calurosos, con una mayor fusión de hielos y los inviernos más fríos y secos
(menor aporte nival). El resultado fue una deglaciación generalizada (Holoceno).
Además de los movimientos de rotación y traslación, el eje de la Tierra está sometido al movimiento de
precesión que varía el punto estelar hacia el que señala. Actualmente señala a la Estrella Polar (N) pero
en el pasado lo hacía a la Estrella Vega. Se produce un balanceo del eje de la Tierra, describiendo un
cono imaginario respecto al plano de la órbita terrestre, con una variación máxima de 47º que se produce
cada 22 ka. Este movimiento se debe a que la Tierra está sometida a fuerzas gravitatorias de otros cuerpos
celestes, variando su posición.
Variación de la inclinación del eje terrestre (ciclo de la oblicuidad)
El imaginario eje sobre el que gira la Tierra en su movimiento rotatorio, que origina la sucesión de días y
noches en los distintos puntos del planeta, presenta una inclinación respecto a su eje vertical teórico. En la
actualidad es de 23º27’, mudando a lo largo del tiempo. Esta inclinación marca la latitud de los trópicos y
círculos polares.
13
Cuando la inclinación del eje alcanza su valor mínimo de 21º06’, el círculo polar se sitúa a 68º54’
(resultado de restar a 90º el ángulo de inclinación). Es decir, las zonas frías del planeta se reducen en
extensión y las áreas templadas aumentan su extensión zonal. En cambio, cuando la inclinación del eje
alcanza su valor máximo (24º30’), los trópicos se ubican en la latitud más elevada. Cuando el valor del
ángulo entre el eje geométrico y el de rotación es alto, la diferencia de insolación estacional es grande y
viceversa.
Esta variación de inclinación del eje de la Tierra se produce en un ciclo de 41.000 años.
La excentricidad de la órbita terrestre
La tierra en su movimiento de traslación, dibuja una órbita ligeramente elíptica, no siempre está a la
misma distancia del Sol, variando entre los 147 millones de km (perihelio) y los 152 km (afelio) Pero la
órbita no siempre dibujó el mismo trazado, de modo que en un ciclo de 96.000 años pasó de una
geometría marcadamente elipsoidal a una tendencia más circular; esta variación implica una diferencia en
la energía interestacional recibida de un 30% al 3,5% actual. Además debemos tener en cuenta que los
momentos de perihelio (3 de enero) y afelio (4 julio) varían en el tiempo, entre otros factores, por la
precesión equinoccial.
El análisis de estos complejos y sincronizados movimientos astronómicos indica que:
• En el HN el máximo calentamiento por distancia, perihelio (3 de enero), se compensa con la
estacionalidad (invierno), mientras que el afelio coincide con el verano boreal, compensando la
menor energía recibida por la distancia.
• En el HS, la mayor o menor energía recibida en función de la distancia solar, coincide con la
estacionalidad. Por este motivo, los inviernos serían más fríos y los veranos más calurosos, si no
fuera por el carácter eminentemente oceánico y la función termorreguladora del agua.
• La intensidad energética varía en función de la excentricidad de la órbita, además de la
coincidencia del afelio/perihelio con las estaciones. Todo ello supone múltiples variables que,
unidas a la inclinación del eje terrestre y precesión equinoccial, da lugar a una gran complejidad
de situaciones.
• En los inicios de la última glaciación (OIS 5d/ 115.000 años BP), la excentricidad de la órbita era
mayor y el grado de inclinación menor respecto al actual, pero el afelio/perihelio coincidían con
los actuales. El contraste estacional sería menor al actual y, sobre todo, los veranos tendrían menor
insolación en latitudes templadas. El resultado es una menor fusión de las nieves y una mayor
acumulación nival que dio lugar a la formación de glaciares.
Además del factor astronómico intervienen elementos geográficos y oceanográficos que determinan la
variabilidad climática de la Tierra.
La circulación oceánica y su influencia en el clima terrestre
La circulación oceánica del Atlántico en la actualidad.
La circulación oceánica se manifiesta en dos niveles: uno superficial y otro en profundidad; ambas tienen
sentidos de trayectorias opuestas y compensatorias. Además, el agua oceánica tiene una ordenación
batimétrica, estratificándose en función de la densidad, determinada por la temperatura y salinidad.
• A mayor temperatura, menor densidad. La temperatura depende de la insolación, siendo el
calentamiento máximo en la zona intertropical (30º C en ciertos mares tropicales como el Mar
Caribe y el Mar de Bengala) y mínimo en las zonas polares (el punto de congelación de las aguas
oceánicas es -2º C debido a las sales)
• A mayor salinidad, mayor densidad. El Mar Rojo es uno de los mares con más salinidad (42 %0),
debido a que está situado en una zona con tasa de evaporación altas; mientras que las
desembocaduras de los grandes ríos registran menor grado de salinidad (32%0) debido al aporte de
agua dulce. La salinidad se incrementa de modo muy rápido hasta los 700 m.
14
Las Corriente del Golfo, situada en el Atlántico, permite el trasvase de ingentes volúmenes de agua, de
hasta 20 Hm3
/s, transfiriendo el calor acumulado en el Mar Caribe hacia la zona subpolar de
Escandinavia, con notables incidencias en el clima terrestre. Por un lado, se produce una suavización
térmica, de tal modo que la temperatura media de la costa noruega en los 60ºN se sitúa unos 10-12ºC por
encima de la que se registra en la misma latitud al otro lado del Atlántico. Esta corriente se va enfriando
en latitudes más altas, lo que conlleva una densificación y hundimiento hacia capas más profundas que se
denomina Corriente NADW (Aguas Profundas del Atlántico Norte) y cuyo caudal es de unos 13 Hm3
/s.
Avanza en profundidad hacia el sur, siguiendo el margen occidental del Atlántico hasta latitudes
subpolares del HS, en donde inflexiona con el Océano Índico y pasa al Pacífico.
Esta circulación termohalina (determinada por temperatura y salinidad) del Atlántico, tuvo importantes
modificaciones durante las etapas frías del Pleistoceno, lo que ayuda a comprender los cambios climáticos
Cuaternarios.
La circulación atlántica durante las etapas frías pleistocenas y variaciones del nivel marino.
En las etapas frías pleistocenas, ante el avance del inlandsis escandinavo, disminuía la producción de agua
profunda (NADW) y la Corriente del Golfo circulaba por latitudes más meridionales, lo que
disminuía su influencia térmica y pluvial sobre el Norte de Europa (mayor impacto de las glaciaciones) y
se desplazaba hacia los márgenes atlánticos ibéricos que se beneficiaban de la llegada de agua
relativamente cálida.
El incremento de la Criosfera (totalidad de hielos continentales y marinos), supuso un descenso en las
reservas de agua en estado líquido. Durante el Cuaternario se produjeron constantes variaciones del nivel
marino: en períodos fríos la acumulación de agua en inlandsis y glaciares produjo una regresión marina
(descenso de nivel de aguas). Por el contrario, en los templados, la deglaciación produjo una liberación de
aguas y una transgresión marina.
La relación entre los isótopos de oxígenos y otras variables de sedimentos marinos como la proporción de
carbonatos, permite una aproximación a las cantidades de hielo acumuladas en los glaciares durante
cada estadio isotópico. La comparación de registros detallados del último ciclo glaciar, a partir del estudio
de los foraminíferos bentónicos y planctónicos nos muestra en durante OIS 1, OIS 5e, OIS 9 y OIS 11 el
nivel del mar habría sido semejante al actual. Se ha podido detallar el descenso del nivel de las aguas en
OIS 2 o Último Máximo Glacial (LGM) entre 120-150 m. por debajo del nivel actual, quedando en
posición emergida la práctica totalidad de las plataformas continentales, lo que facilitó la dispersión por
vía terrestre de grupos humanos y faunas continentales. En Europa emergieron importantes plataformas
costeras en torno al Estrecho de Dardanelos, las Cícladas, el Peloponeso, los mares Adriático y Jónico y
el Golfo de León.
Los Eventos Heinrich y las Oscilaciones cálidas Dansgaard-Oeschger
A lo largo del OIS 3 o Interpleniglaciar (59.000-24.000 BP) y OIS 2 o Último Máximo Glaciar (24.000-
12.000 BP) hubo una fuerte variabilidad climática debida a extensos inlandsis y la circulación
termohalina. Conforme se conocen más registros paleoclimáticos, se pone en evidencia que la
variabilidad climática del último ciclo glaciar-interglaciar es más compleja de lo que asumen las
teorías clásicas. Así, la curva de variación de isótopos del oxígeno encerrados en los hielos groenlandeses,
ha permitido identificar 40 cambios bruscos de temperatura (de hasta 10º C) durante los últimos 123.000
años. Había períodos de frío intenso (estadiales) y periodos de elevación de temperatura (interestadiales o
Oscilaciones D-O).
La explicación a esta rápida alternancia climática, décadas de transición, está en la masiva liberación de
icebergs desde los inlandsis que estudió H. Heinrich. Este investigador constató la presencia de
sedimentos en el fondo oceánico atlántico entre los 40-50ºN, cuya composición mineralógica
correspondía a los roquedos del zócalo Laurentino o canadiense. Con la máxima acumulación de hielo en
15
el inlandsis, se producía la fragmentación y liberación de icebergs, que fueron transportados por
corrientes y deriva marina y que, al fusionarse, liberaban los sedimentos (disminuyendo el número de
sedimentos de oeste a este). Heinrich detectó seis capas de sedimentación que se corresponden con
episodios del final de un intenso período frío o estadial. (65 ka, 45 ka, 38 ka, 30 ka, 22 ka, 17,5 ka).
La fusión del agua dulce de los icebergs provocaba la disminución de la salinidad y, por tanto, disminuía
la densidad, interrumpiéndose el hundimiento de agua superficial. De este modo, se reducía la producción
de agua profunda (NADW) drásticamente y se modificaba la circulación termohalina atlántica. Al
producirse el rápido incremento de temperaturas (Oscilaciones D-O), cesaba el aporte de agua dulce al
reducirse la liberación de icebergs, recuperándose la densidad de agua y el hundimiento de esta. La
reducción de icebergs se explica por un equilibrio tectónico, cesando los mecanismos mecánicos y
microsísmicos que los producían.
LOS BIOMAS DE LAS ETAPAS FRÍAS Y CÁLIDAS
La distribución de los grandes biomas terrestres se establece según la latitud, debido al que desarrollo de
una comunidad concreta de especies vegetales y animales está condicionada básicamente por la
climatología.
Contamos con numerosos yacimientos paleontológicos y registros paleobotánicos (especialmente pólenes
fósiles) que permiten aproximarnos a las diferentes especies animales según la época.
Es necesario destacar que las respuestas de las especies animales y vegetales ante los cambios
medioambientales no son inmediatas, existiendo una desincronización entre cronología de sucesiones
climáticas y la recolonización de las comunidades vegetales y especies animales asociadas a ellas.
Las variaciones latitudinales de los biomas europeos durante el Cuaternario
Los biomas actuales han variado su posición durante el Cuaternario en función de las variaciones
climáticas, existiendo en períodos fríos descenso latitudinal y longitudinal de biomas fríos que se
establecieron en latitudes medias, frente al ascenso de otros como el bosque caducifolio, debido a la
reducción de inlandsis en períodos cálidos. Esta variación ha sido estudiada a partir de los testigos de
sondeos marinos, de lagos, turberas y otros análisis.
Durante las fases frías los desiertos polares ampliaron sus superficies, desplazando los biomas de tundra
su gradiente latitudinal hacia el sur, aumentando su rango de distribución. Al mismo tiempo, los biomas
de taiga y boscosos se retrajeron hacia áreas de refugio, localizadas en la zona meridional, penínsulas
Balcánica, Itálica e Ibérica. Estos entornos geográficos ofrecieron mejores condiciones para algunas
masas forestales, debido al atenperamiento climático ejercido por el desplazamiento meridional de la
Corriente del Golfo y al efecto “calefactor del Mediterráneo”. Se produjo una retracción meridional de
determinadas especies vegetales, poco tolerantes al frío extremo y la aridez y los animales vinculados a
ellas. Desde estas zonas y aprovechando los períodos más cálidos, estas comunidades faunísticas y
vegetales recolonizaron los espacios ocupados por biomas esteparios durante fases frías (pudiendo
existir filtros biogeográficos como los Alpes). Algunas áreas de refugio pudieron localizarse en valles,
protegidos de factores de modelación climática, como los vientos dominantes y la influencia glaciar y
periglaciar; o en superficies de la plataforma continental mediterránea emergidas durante las regresiones
marinas.
El espacio abandonado por biomas boscosos durante las fases frías fue ocupado por diferentes tipos de
estepa: estepa loessica en los márgenes de la tundra y estepa templada, con áreas de transición hacia los
bosques en retroceso. La estepa loessica es un ecotono de transición entre la tundra y la estepa continental
(en Asia Central, China, Mongolia, desierto Gobi). Se caracteriza por una cobertera vegetal herbácea de
poco desarrollo vertical, sin masas arboladas o monte bajo. La estepa continental arbolada sería el
ecotono de transición entre la estepa y las masas forestales relictas, que estaría dominado por prados y
16
pastos, ofreciendo algunas masas boscosas de perennifolias y monte bajo, de escaso desarrollo superficial
y vinculado a cursos de agua.
Por último, en las zonas montañosas existiría el bioma de roquedo (vegetación rala de herbáceas y
ocupado por cápridos) que descendería en cota, como el resto de franjas ecológicas de los ambientes de
montaña.
La vegetación durante las oscilaciones del Pleistoceno superior
Las columnas sedimentarias del registro continental, que albergan el registro polínico terrestre son
obtenidas en turberas, sedimentos lacustres (Padul, Granada) y yacimientos arqueológicos. Suelen ser
pobres y poco fiables, ya que sólo son representativas de los biomas circundantes; no pudiendo extrapolar
sus datos botánicos a escala general. Para paliar esas carencias, en los últimos años se ha desarrollado el
análisis polínico de columnas sedimentarias marinas, concretamente en sondeos cercanos a los
márgenes continentales (aporte de aguas fluviales que contienen pólenes de ecosistemas interiores).
Gracias al análisis de pólenes sedimentados, isótopos marinos, carbonatos y estructura del sedimento; se
ha podido deducir las oscilaciones térmicas de la superficie marina y reconstruir las variaciones de la
vegetación ibérica (IMAGES: Estudio Internacional del Cambio Marino Global):
150-130 ka (OIS 5e). Ultimo Período Interglacial. Condiciones frías y áridas.
130-115 ka. Deglaciación. Condiciones cálidas y más húmedas. Recuperación de biomas de bosque
caducifolio templado: enebros, abedules y regeneración del robledal (126 ka). Máxima extensión del
bioma mediterráneo, con formaciones arbóreas: olivos, encinas
• 115-105 ka. Descenso térmico y de humedad, aumento de la aridez. Las condiciones de
predominio del bosque se mantuvieron hasta 110 ka. (6-5 años después de iniciarse un nuevo
proceso de acumulación de hielo), produciéndose una asincronía debido a que las temperaturas
atmosféricas de la región se mantuvieron estables hasta esta fecha.
• 105-75 ka (Glaciar inicial; OIS 5d a OIS 5b). Inestabilidad de condiciones climáticas con cuatro
pulsaciones frías (desarrollo de formaciones esteparias de gramíneas y ericáceas) y cuatro cálidas
(avance de masas boscosas abiertas: roble y carpe al N. y roble y encina al S.)
• 75-57 ka (Peniglaciar; OIS 4). Oscilación especialmente fría (65 ka). Máxima extensión de
casquetes polares e intensa regresión marina (unos 100 m por debajo de nivel actual). Los testigos
polínicos indican un amplio desarrollo de especies vegetales semidesérticas en el sur penínsulas y
vegetales estépicos en la franja septentrional.
• 57-25 ka (Interpleniglaciar; OIS 3).
 Fases templadas (oscilaciones Dansgaard-Oeschger): alto grado de correspondencia con
las respuestas de la vegetación. Desarrollo de masas arbóreas con robles y pinares en el
norte y pinos, melojos y encinas en el Sur.
 Fases frías (5 eventos Heinrich): en el Sur hubo una pérdida de masa arbórea y desarrollo
de comunidades semidesérticas sobre los bosques mediterráneos poco densos. En el norte,
predomino de especies vegetales estépicas.
(En el transcurso del Interpleniglaciar (OIS 3), el LGM y el Tardiglaciar (OIS 2) el clima fue
diferente de lo que la sedimentología y palinología continentales muestran. De modo que, los
datos obtenidos en yacimientos franceses y belgas, no se ajustan a los obtenidos en sondeos
marinos y del hielo de Groendlandia). Esta diferencia se explicaría, siguiendo a MªF. Sánchez
Goñi, a que los datos continentales representarían oscilaciones climáticas locales.)
• 25-15 ka (OIS 2 / LGM). Descenso térmico y de humedad importante (pequeños reductos
boscosos en montañas del S europeo),
• 14,7-12,6 ka (Tardiglacial). Aumento térmico y de humedad. Sustitución de comunidades
herbáceas por arbóreas. La estepa del entorno mediterráneo fue sustituida por bosques,
17
persistiendo especies boreales como abedules y sauces (Salix) en Pirineos, desarrollo de bosques
densos de pinos y hayas en los piedemontes pirenaicos y expansión de bosques mediterráneos con
encinas y herbáceas como Artemisa.
• 12,6-11,8 ka (Younger Dryas). Corto período muy frío y seco. Desaparición de bosques,
sustituidos por estepa seca al S y tundra al N.
• 11,8- (OIS 1 / Holoceno). Aumento de temperaturas, incluso superiores a actuales. Desarrollo de
vegetación mediterránea. Deforestación por fuego debido a agricultura que se intensificó entre 3,5
y 2 ka. Especies resistentes: alcornoque (Quercus suber).
Los mamíferos del Cuaternario en Europa
A partir de los restos óseos pueden deducirse diferentes aspectos sobre las características físicas y
conductuales de los animales, basándose en estudios etológicos (comportamiento de los animales
actuales). Además, la observación de la morfología de su aparato masticador, los desgastes dentales, y de
otros aspectos como la longitud de sus extremidades o la composición química de sus huesos; permite una
aproximación razonadamente fiable a los hábitos alimenticios y características locomotrices, pudiendo
deducir el nicho ecológico que ocuparon y ecosistemas que habitaron estos animales, al contrastar estos
datos con los sedimentológicos y paleobotánicos asociados a los registros paleontológicos. Con todo ello,
se pueden realizar estudios paleoecológicos, que ayudan a determinar posibles interrelaciones entre los
distintos animales que integraron las paleocomunidades y el medioambiente en que se desenvolvieron.
Los cambios climáticos que repercutieron en la composición faunística tuvieron relación con el
enfriamiento del clima acontecido a comienzos del Pleistoceno (2,5 Ma.), que condujo a una
aridificación general de los paleoambientes continentales.
En algunos casos se produce una adaptación a las nuevas condiciones, mecanismo que afecta en mayor
medida a microvertebrados con tolerancia reducida a variaciones medioambientales y ciclos biológicos
cortos con tasas de reproducción alta. En cambio, las especies de mayor talla, tienen un rango de
tolerancia más amplio a variaciones medioambientales y ciclos biológicos más lentos, que implican tasas
lentas de reproducción y, por tanto, de cambio evolutivo. En este caso su respuesta hacia las oscilaciones
climáticas está más relacionada con la retracción hacia áreas refugio, la disminución de efectivos y, en
ocasiones, la extinción de taxas (especies). En estos casos, nuevas especies, mejor adaptadas, ocupan
nichos ecológicos que quedan libres
Los taxa que permiten conocer mejor las condiciones medioambientales de cada momento, son los más
sensibles a las variaciones (moluscos y microvertebrados), constituyendo excelentes herramientas de
datación bioestratigráfica y de reconstrucción paleoambiental. Sin embargo, serán los meso y
macromamíferos, los que mejor ayudan a determinar el tipo de bioma de un lugar/época y a reconstruir
los modos de vida de las comunidades humanas.
Las faunas terrestres de la transición Plioceno-Pleistoceno
En ese momento, tiene lugar un proceso continuado de reemplazo de fauna en Europa, relacionado con
transformaciones de clima y de comunidades vegetales,que culmina en 1,5 Ma con la plena configuración
de los ecosistemas que caracterizaron Europa hasta unos 900 ka.
En torno a 2,5 Ma, tiene lugar una primera etapa que se correspondería, siguiendo el proceso de
formalización estratigráfica internacional, con el piso basal del Pleistoceno, el Gelasiense. El
paleontólogo A. Azzaroli ha denominado a este episodio como Evento Elefante-Caballo, haciendo
alusión a especies representativas que comienzan a aparecer en los ecosistemas europeos. Ya desde hace
3,5 Ma., se aprecia un retroceso generalizado de los ambientes forestados, en favor de ecosistemas
abiertos de herbáceas de tipo sabana. Comienzan a proliferar representantes de mamíferos modernos
(leones, caballos, bisontes, gamos) que conviven con géneros arcaicos (mastodontes, perros-mapache,
18
felinos con dientes de sable Homotherium, gacelas de cuernos en espiral o guepardos gigantes). Este
proceso se puede documentar en yacimientos peninsulares como Las Higueruelas (Ciudad Real).
El reemplazo de faunas supuso por un lado, la desaparición de numerosos mamíferos que estaban
adaptados a medios forestales y, por otro, la penetración y aclimatización de especies africanas y
americano-asiáticas hacia Eurasia, debido al proceso de aridificación detectado en los ecosistemas del
este y sur de África en esta época. Esta situación obligó a estas especias a ampliar sus áreas de
dispersión, debido al descenso de productividad del medio, y favorecida por el descenso del nivel del
mar (regresión Aquatraversan 2,5 Ma).
Eventos Elefante-Caballo y Lobo: mamíferos del Pleistoceno Inferior
Estos cambios en las faunas euroasiáticas en el paso del Terciario al cuaternario se conocen como Evento
Elefante-Caballo. en 2,5 Ma. Durante el Pleistoceno inferior, la fauna de mamíferos del continente
europeo se configuró con especies que habitaban Europa en el Plioceno Superior a las que se unieron
especies de procedencia africana y asiática. Uno de los mejores marcadores biológicos de las condiciones
medioambientales que caracterizaron el Pleistoceno inferior (Calabriense) fue el Allophaiomys
pliocaenicus, roedor arvicólido del linaje evolutivo de los actuales topillos europeos. Su amplia
dispersión geográfica abarcó el Dominio Holártico o Paleártico (Europa y latitudes altas y medias de Asia
y Norteamérica), es indicativo bioestratigráfico del comienzo del Cuaternario en el HN.
En 2,5 Ma. estaban asentadas en Europa dos especies originarias de África:
• Mamut meridional (Mammuthus meridionalis). Estos proboscídeos ocuparon el nicho ecológico
que dominaran los mastodontes (Anacus).
• Caballo de pequeña alzada (Equus stenonis) que evolucionaron hacia las cebras y asnos. Su
penetración europea supuso la sustitución de los équidos tridáctilos terciarios (Hipparion) por los
monodáctilos (género Equus).
En esa misma época y procedentes de Asia se instalaron también distintos cérvidos (Eucladoceros, Alces
y Dama)
Cara a 1,8 Ma, coincidiendo con la regresión Aullan, tiene lugar un 2º intercambio faunístico entre
Eurasia y África, el Evento Lobo, que transformación de la fauna europea.
Desde Asia llegaron especies herbívoras
• Bóvidos: los primeros bisontes europeos (género Eobison), con menos alzada y corpulencia que
los bisontes actuales.
• Cápridos: el género Praeovibos y Sorgelia, a partir de los cuales evolucionó el género
Hemitragus, representado actualmente por el robusto thar en el Himalaya.
• Cérvidos: ciervos Megaceroides de gran talla y gran envergadura de astas que les impedía habitar
ambientes forestados, evolucionó al ciervo gigante/alce irlandés (Megaloceros giganteus). Los
gamos evolucionaron, apareciendo el gamo de Vallonet (Dama vallonetensis).
• Cánidos: lobo etrusco (Canis etruscus) antecesor del lobo europeo. Sus restos óseos y la etología
de sus descendientes actuales, indican que estaba caracterizado por hábitos sociales, especialmente
por el desarrollo de estrategias de caza cooperativa.
• Suideos: jabalí arcaico (Sus strozzii)
Desde África se desplazaron los carnívoros más característicos:
• Hiénidos: hiena gigante de hocico corto (Pachycrocuta brevirostris)
• Félidos: tigre de colmillos de sable (Megantereon withei)
• Cánidos: perro salvaje (Canis falconeri) con hábitos de vida más individuales.
• Hipopotámidos: el hipopótamo antiguo (Hippopotamus antiquus)
• Équidos: caballo de pequeña alzada (Equus altidens)
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• Primates: gelada gigante que es un cercopitecode gran porte (Theropithecus oswaldi) y los
primeros homínidos del género Homo en Europa. De este género se han encontrado restos
fósiles en Dmanisi (Georgia) con una antigüedad de 1,8 Ma que corresponde a una especie
intermedia entre Homo Habilis y H. Erectus, así como en la Sima del Elefante (Atapuerca) con
una edad superior a 0,8 Ma clasificados como Homo Antecessor.
Especies europeas del Plioceno final con continuidad en el Pleistoceno. Algunos taxa se aclimataron a las
nuevas condiciones, pervivieron en los relictos de ambientes forestales y evolucionaron, conviviendo con
las especies de origen afroasiático:
• Primates: macaco de bosque (Macaca sylvana) que pervivió hasta hace 500.000 años.
• Úrsidos: el oso etrusco.
• Rinoceróntidos: rinocerontes de pradera de pequeña talla (Stephanorhinus etruscus)
• Cánidos: antecesores de los zorros (Vulpes alopecoides); cánido de pequeño tamaño (Canis
arnenesis) emparentado con los chacales actuales que desapareció en torno a 1,5 Ma.
• Felinos: linces (Lynx issiodorensis); variante arcaica de felino de dientes de sable (Homotherium
crenatidens) que sufrió la competencia del africano Megantereon withei.
Biomas del Pleistoceno inferior en Europa meridional
Los datos paleoambientales y faunísticos de la Europa mediterránea, indican que durante los primeros ¾
del Pleistoceno inferior predominaron biomas de herbáceas tipo sabana. El clima era más cálido y
húmedo, existiendo numerosas cuencas palustres y lacustres.
Los datos sedimentológicos, paleobotánicos y antracológicos (carbón vegetal) de yacimientos como la
Sima del Elefante en Atapuerca, indican que el ciclo anual estuvo marcado por una estación estival muy
seca, con episodios de incendio natural como en la sabana actual. El impacto de las oscilaciones
climáticas de Günz no debió de ser significativo en las comunidades de macromamíferos y sus nichos
ecológicos pues se mantuvieron muy estables hasta finales del Pleistoceno inferior.
Los mamíferos del Pleistoceno Medio (Ioniense) 780.000-120.000 BP
Poco antes del comienzo del Pleistoceno medio, sufrieron la extinción algunas especies como el
Mammuthus meridionales, el gran felino Megantereon y la hiena gigante. A la vez aparecen nuevas
especies procedentes de Eurasia y zona subsahariana de África y evolucionan algunos taxones
establecidos en Europa. Estos reemplazos acontecidos en las poblaciones mamíferas y las
transformaciones de ecosistemas europeos, se denominan Evento Galeriense. El resultado es el
desarrollo de la Estepa del Mamut, bioma más característico de Europa en el Pleistoceno medio y buena
parte del superior.
En los micromamíferos, importantes marcadores cronológicos, se produce la sustitución de la rata
acuática Mimomys savini por Arvícola terrestres cantiana, que coincide con el inicio de la fase final del
reemplazo Galeriense que puede dividirse en dos fases: inicial (900.000-650.000 BP) y final (650.000-
550.000 BP).
Mamíferos que evolucionaron in situ
• Cánidos: el lobo etrusco dio lugar al lobo de Mosbach (Canis mosbachensis) que mantuvo los
hábitos de caza cooperativa y que evolucionó al lobo actual (Canis lupus). Los cánidos más
grandes y de hábitos individualistas (Canis falconeri), evolucionaron hacia Canis lycaonoides.
Desaparecieron posiblemente por la competencia que supuso la llegada del cuón (Cuon priscus)
desde Asia. La línea evolutiva de los zorros evolucionó localmente hacia Vulpes praeglacialis que
dio lugar a los actuales zorros polar (Allopex lagopus) y zorro rojo (Vulpes vulpes) que
aparecieron a finales del Pleistoceno.
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• Úrsidos: el oso etrusco se dividió en dos líneas, la espeloide que manifiesta un progresivo
aumento de tamaño y adaptado a un hábitat más abierto y frío y cavernario (Ursus deningeri,
Ursus speleaeus); la segunda línea, arctoide vivía en masas más forestadas (Ursus dolinensis) que
desembocó en el actual oso pardo europeo (Ursus arctos).
• Felinos: el felino con colmillos de sable, Homotherium latidens, desapareció hacia 500.000 años
que fue sustituido por leones y leopardos similares a los actuales. El lince redujo su tamaño (Linx
pardina) y a partir de este surgió el lince actual (Lynx Lynx).
• Cérvidos: el gamo evolucionó localmente, el gamo de Clacton (Dama clactoniana) se refugia en
las penínsulas. El ciervo actual (Cervus elaphus priscus) aparece en 550.000.
• Bóvidos: en los bisontes aparecieron dos variedades. El Bison schoetensacki estuvo adaptada a
ambientes más abiertos y fríos y evolucionó hacia el bisonte de estepa (Bison priscus). El Bison
voigtstedtensis se dispersaría en las fases templadas en los refugios meridionales europeos.
• Cápridos: el género Praeovibos evolucionó hacia el buey almizclero (Ovibos moschatus), especie
propia de biomas periglaciares como la tundra y la estepa loéssica. El thar evolucionó a
Hemitragus bonalis y, más tarde, a Hemitragus cedrensis.
Mamíferos extraeuropeos durante el Evento Galeriense
• Mustélidos: los ejemplos más antiguos de nutrias (género Cyrnaonyx) procedieron de Asia y
evolucionaron hacia la nutria común (Lutra lutra) plenamente configuradas a finales del
Pleistoceno medio. Las comadrejas y martas también fueron introducidas desde Asia y en
momentos fríos. En un momento más tardío, aparecieron los primeros ejemplos europeos de
glotón o carcayú (Gulo gulo), de gran tamaño y voracidad, asociado a biomas de taiga.
• Hiénidos: la actual hiena manchada (Crocuta crocuta) llegó de África, vía Próximo Oriente. Otra
especie (Hyaena hyaena), adaptada a consumo de nutrientes en los huesos.
• Félidos: los panterinos ocupan el nicho ecológico llegando desde África, como el leopardo de
Gombaszoegen (Pantera gombaszoegensis) que desaparece en 600.000 BP, siendo sustituido por
el león de las cavernas (Panthera leo speleaeus), mayor que el león actual.
• Proboscídeos: el nicho ecológico del meridionalis fue ocupado por Mammuthus trogontherii, un
inmigrante asiático mejor preparado para fases frías. (En Asia evolución al mamut lanudo).
También en el Evento Galeriense se difundió otra especie (Elephas antiquus), variante arcaica del
actual elefante asiático, bien adaptado a los biomas de estepa cálida.
• Équidos: procedente de América vía asiática, llegan los primeros representantes europeos de los
caballos modernos (Equus caballus) desde 600.000 BP.
• Rinoceróntidos: en Europa permaneció una variedad adaptada a biomas esteparios
(Stephanorhinus hundsheimensis). Desde Asia, en las fases cálidas avanzaron los rinocerontes de
Merck (Stephanorhinus kirchbergensis), de gran tamaño y con hábitos alimenticios centrados en
arbustos y matorrales. Además, la aparición de restos del rinoceronte lanudo (Coelodonta
antiquitatis) procedente de Aisa, nos indica una distribución durante OIS 16, cada vez más amplia
de los biomas de estepa fría.
• Bóvidos: el búfalo enano (Bubalus murriensis), de procedencia asiática penetró en Europa
occidental durante momentos cálidos del OIS 9 y OIS 5.
• Suideos: el jabalí moderno (Sus scropha), procedente de Asia, dio lugar a diferentes variantes
domésticas del cerdo.
• Hipopotámidos: como fruto de una evolución paralela o bien resultado de una dispersión desde
África, apareció el actual hipopótamos (Hippopotamus amphibius).
21
• Cérvidos: el corzo de Suessenborn (Capreolus suessenborniensis) es de origen asiático y se
dispersó a Europa a inicios del Evento Galeriense. Sufrió una progresiva reducción de tamaño
(Capreolus priscus) hasta generar a finales del Pleistoceno medio el corzo actual. El reno
(Rangifer tarandus) se originó en el ámbito periglaciar asiático, introduciéndose en Europa
durante OIS 16 (poco antes de 620.000 BP), manteniendo sus adaptaciones a ambientes de tundra
y estepa loessica.
• Cápridos: Praeovibos derivó hacia Ovibos, especie típicamente glaciar; el nicho ecológico dejado
por Soergelia fue ocupado en Europa meridional y central por el carnero arcaico (Ovis antiqua) y
las dos variantes del rebeco que perviven en Europa (Rupicabra rupicabra alpina y Rupicabra
rupicabra pirenaica). Hacia 600.000 BP desaparece el thar (Hemitragus) en los ecosistemas
montañosos europeos, en beneficio del íbice (Capra ibex) y en el Pleistoceno superior, la cabra
montés (Capra pirenaica).
• Antilopinos: durante las fases frías penetra hasta los sectores septentrionales de la Península
Ibérica el antílope saiga (Saiga tartárica) de las estepas centroasiáticas.
• Primates: al inicio del Evento Galeriense, el género Homo aumenta con una población que podría
tener su origen en Asia; restos fósiles en la Gran Dolina de Atapuerca (Burgos) y Ceprano (Italia
central). Homo antecesor. Homo Heildebergensis.
Las faunas europeas del Pleistoceno superior (Tarantiense)
En el Pleistoceno superior se producen ligeros ajustes en las faunas europeas de la Estepa del Mamut,
que amplía sus áreas geográficas de dispersión en función de la climatología (complejo Würmiense). Así,
las especies esteparias del norte y centro de Eurasia adaptadas al frío, llegaron a alcanzar la Península
Ibérica: el rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis), el mamut lanudo (Mammuthus primigenius), el
glotón (Gulo gulo) o el antílope saiga (Saiga tartárica). Durante los momentos fríos del Pleistoceno
superior se constata la presencia de focas en las costas mediterráneas europeas, la del Atlántico Norte
(Phoca vitulina) y la foca monje (Monachus monachus); ambas detectadas en el S de Iberia en el LGM.
Las condiciones ambientales frías y secas hicieron que diversos taxa experimentaran modificaciones
anatómicas para mejor adaptación al clima y condiciones de vida. Así el aumento de tamaño como
adaptación a un medio más frío, pues permite conservar mejor el calor corporal, parece ser una tendencia
generalizada entre los macromamíferos europeos (Ej. ciervo gigante Megaloceros giganteus), mayor
cérvido de la historia o hiena manchada (Crocuta crocuta spelaea).
Durante el Pleistoceno superior tiene lugar en Europa la llegada del Homo sapiens, humano
anatómicamente modernos de procedencia africana, cuyo origen se remonta a 200 ka. A finales de esta
subserie se extingue H. neanderthalensis.
El registro paleobiológico conservado coincide en muchos casos con yacimientos arqueológicos que no
representan fielmente el bioma en que se encuentran las distintas especies, debido a que están
condicionados por la creciente actividad depredadora humana. Cada registro local muestra el
predominio de una especie de rumiante sobre las demás, debido a la abundancia de unas especies sobre
otras, la presencia de poblaciones en el entorno inmediato del asentamiento humano, la estacionalidad de
la ocupación de los homínidos, el desarrollo de estrategias específicas de caza.
Holoceno: Desaparición de especies frías y configuración de las faunas holocenas caracterizadas por la
presencia de especies actuales. La domesticación por los grupos humanos da lugar a la aparición de
animales domésticos como el asno (Equus asinus), caballo (E. caballus), toro (Bos taurus), oveja (Ovis
aries), cabra (Capra hircus) cerdo (Sus domesticus), perro (Canis femiliaris), distintas especies de aves.
La especie humana fue clave en la extinción de numerosas especies de vertebrados y en la modificación
de los paisajes vegetales naturales, siendo un factor que interviene en la evolución del clima de la Tierra.
22
La Estepa del Mamut: bioma predominante en la Europa templada y meridional durante el
Pleistoceno medio avanzado y el Pleistoceno superior.
Desde hace 900.000 años las oscilaciones cuaternarias adquirieron una pauta diferente, pues comenzaron
a sucederse ciclos cada vez más largos, regulares y contrastados entre si; condicionando intensamente el
paisaje y hábitat de los mamíferos de la época. Si en el Pleistoceno inferior, la mayoría de los
yacimientos se localizan en depósitos palustres, lacustres y fluviales; durante el Pleistoceno medio y
superior hubo un clima más variable que durante la subserie precedente, constatándose hábitos
cavernícolas parciales o totales en los mamíferos de la época. Son numerosos los yacimientos en
ambientes kársticos: Atapuerca (Burgos), Villacastín (Segovia), Congosto (Guadalajara); mientras
disminuyen los depósitos paleontológicos fluviales, lacustres y palustres (Torralba en Soria).
El cambio en las pautas de las oscilaciones climáticas está relacionado con un cambio en la ciclicidad
astronómica dominante. Desde 2,6 Ma-900.000 BP, el ciclo de la oblicuidad o inclinación del eje
terrestre (41.000 años) que repercute más en las variaciones de estacionalidad, es el factor dominante en
la sucesión de oscilaciones climáticas cuaternarias. A partir de ese momento, el ciclo de la excentricidad
de la órbita terrestre (96.000 años) que afecta más intensamente al clima global, se vuelve predominante.
El registro isotópico marino muestra claramente como desde hace 900.000 años esa variación se tradujo
en unas temperaturas progresivamente más bajas, con mayor número de oscilaciones frías, lo que
supuso una acumulación de hielo mayor en glaciares e inlandsis y un proceso menor de deglaciación en
los estadios cálidos.
Las comunidades vegetales, fueron volviéndose progresivamente más esteparias, reduciéndose la sabana
y las masas boscosas. A nivel faunístico, las especies se adaptaron a los biomas estepario o
desaparecieron, dejando paso a otras mejor capacitadas para estos ambientes. Las faunas que aparecen
en Europa desde 650.000 BP en adelante son netamente glaciares, quedando las regiones meridionales del
continente como áreas de refugio de especies vegetales y animales de ecosistemas templados desde los
que recolonizarían espacios de Europa central y septentrional durante fase cálidas.
Desde finales de OIS 12 (423.000 BP), en Europa central y occidental aparecen unos biotopos
denomiandos por R. Guthrie como Estepa de Mamut, que albergan comunidades diversificadas de fauna
con el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) como especie representativo; aunque la especie más
numerosa fue el reno (Rangifer tarandus). Durante las fases templadas, estos animales glaciares se
extinguían hasta que en las fases frías se recolonizaba el territorio con poblaciones procedentes de las
estepas orientales.
La alternancia de estos procesos de retracción y expansión y la mezcla de elementos procedentes de
estepas y bosques dio lugar a coexistencias extrañas. En los lugares próximos a las zonas de refugio, la
recolonización era más rápida; así como en la zona occidental debido a un menor impacto de
estacionalidad derivado del efecto atemperador oceánico. Por tanto, los biomas boscosos y esteparios
templados del oeste se recuperarían ecológicamente de forma más rápida, al estar menos amenazados por
un descenso de poblaciones de animales.
La Estepa de Mamut estaría compuesta por mosaicos de vegetación ecológicamente complejos, que
albergaban comunidades diversificadas de fauna, dominada por herbívoros con una alimentación de tipo
generalista. Su estabilidad dependía de la duración de estaciones que variaría en función de la latitud,
longitud y altitud.
Este “mosaico de ambientes” produjo una estructura muy productiva y con un alto grado de flexibilidad
ecológica. La alternancia de ciclos fríos y cálidos alteraría el tamaño y disposición de las “cuadros” de las
diferentes plantas y animales que componen el mosaico.
El proceso de deglaciación y el desarrollo del Holoceno supusieron el establecimiento de biomas que
caracterizan la Europa actual. Con la introducción y desarrollo de los sistemas agropecuarios, los grupos
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humanos han ejercido un creciente influjo en la modificación de estos biomas, al ampliar las zonas de
pasto y áreas agrícolas. La Revolución demográfica e Industrial supuso una modificación antrópica más
intensa de los paisajes europeos hasta la situación actual.
TEMA 3: PALEOLÍTICO INFERIOR (I). EL PALEOLÍTICO INFERIOR ARCAICO Y LOS
PRIMEROS POBLAMIENTOS PENINSULARES
PALEOLITICO INFERIOR: PROBLEMAS, LÍMITES CRONOLÓGICOS, SUBDIVISION
INTERNA:
El paleolítico inferior se define por la presencia de instrumental tallado en piedra y ausencia de objetos
cerámicos y de metal.
Problemática del estudio del Paleolítico Inferior: El paleolítico inferior abarca el 96% de la historia de la
humanidad con diferentes especies humanas, tecnologías y comportamientos esto unido a los pocos restos
encontrados en relación al extenso tiempo que abarcó y a las diferentes métodos de datación algunos de
ellos relativos hace que no tengamos un conocimiento extenso de este periodo.
Límites cronológicos:
• Primeros datos de presencia humana en la península ibérica datan 1,5-1,25 Ma BP. Cronologia
de Fuente Nueva-3, Barranco-León (Granada) y en los niveles inferiores de Atapuerca Sima del
Elefante (Burgos).
• Final del Paleolítico inferior final del pleistoceno medio 300-250.000BP(OIS8) y comienzo del
medio. Utilización de lascas Levallois y generalización de lascas retocadas.
Subdivisiones internas del Paleolítico Inferior: Según las industrias líticas.
• Paleolítico inferior arcaico
• Vacio arqueológico en Europa.
• Paleolitico inferior clásico.
• Paleolítico Inferior Arcaico: Conjunto de cantos trabajados (choppers -por una cara-, chopping tools
-por 2 caras-, poliedros y discoides) y ausencia de bifaces. Talla por medio de percusión bastante
elemental. Se delimitan así filo, puntas y escotacuras.
Esquema de los modos tecnologicos: Propuesto por Desmond Clark 1977.
24
• Modo 1: Conjuntos con sistema de explotación de materias primas poco complejo basado en el
aprovechamiento oportunista de la materia prima. Industrias de cantos trabajados.
• Modo 2: Conjuntos líticos con mayor complejidad de los sistemas de talla y desarrollo de la
estandarización y repetición de una misma secuencia de trabajo. El Achelense.
• Modo 3: Aparición de procesos mentales más complejos que se manifiestan con la preparación del
núcleo orientados a la producción de talla con una morfología determinada. Sistema Levallois y
discoides.
• Modo 4 y 5: Aparición de procesos de resolución de problemas y la expresión externa de la
individualidad. Complejos de talla laminar y con microlitos del Paleolitico Superior y
Epipaleolitico.
Paleolítico Inferior Clásico: Presencia de bifaces y un utillaje técnicamente más elaborados. Desde
600.000 Bp. Persisten industrias de cantos trabajados.
Se divide en industrias con bifaces (Achelense) e industrias SIN bifaces.
Las industrias con Bifaces (Achelense): Se caracteriza por:
• Un porcentaje elevado de útiles en núcleo (bifaces, triedros, hendedores)
• Mayor abundancia de formas retocadas (raederas y raspadores) ausentes en el p.i arcaico.
• Frecuencia alta de lastas utilizadas sin retocar.
Las industrias SIN bifaces: Sin estos o con presencia residual de los mismos. Tampoco son habituales los
hendedores aunque el resto de los elementos coinciden a grandes rasgos, con los del Achelense. Los mas
conocidos son: Clactoniense y Tayaciense.
EL PRIMER POBLAMIENTO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA:
Actualmente se data al 1º poblamiento de Europa y concretamente en la Península Ibérica con fechas
de1,5 - 1,25ma BP. La datación Africana de las primeras industrias líticas es de 2,6 -2,5 Ma BP.
Hipótesis:
Hipotesis de las cronologias antiguas (Investigadores Karel Valoch o Eugene Bonifay).
Se desarrolló durante los años 1970-80. Decían que los 1º vestigios de presencia humana en Europa eran
las fechas situadas entre 2 y 1,5Ma BP (anteriormente a lo establecido hoy) tras descubrir conjuntos
líticos de cantos trabajados en lugares como el Macizo Central Francés, las terrazas fluviales del
Guadalquivir, el litoral atlántico andaluz o las terrazas marinas del centro y sur de Portugal datados a
finales del plioceno y diferentes momentos del Pleistoceno inferior (entre 2 y 1,5ma BP).
Argumentos:
1º: Compararon el tipo de útiles con los africanos y decían que si eran similares deberían tener una
cronología similar.
2º: Era la evaluación de la geología de los lugares en los que aparecían los conjuntos, que proporcionaban
fechas relativas. Pero no fueron muy críticos a la hora de analizar si estos conjuntos europeos tuvieron un
origen intencional (fabricado por homínidos) o fueron fracturados por causas naturales. Tampoco en si
eran contemporáneos a los contextos geológicos donde se documentaban las supuestas herramientas
líticas o, por el contrario, estas pudieran depositarse en fechas posteriores.
Hipótesis de las cronologias recientes:( Clive Gamble, Will Roebroeks y Thijs Van Kolfschoten)
En la década de los 90 algunos autores revisaron yacimientos y datos supuestamente antiguos.
Concluyeron que Europa no tuvo un poblamiento anterior a unos 550.000 BP coincidiendo con la
introducción del Achelense en Europa. También cuestionaron el origen humano de los conjuntos líticos
más antiguos, así como el carácter intacto de los contextos sedimentarios con los que se relacionaron.
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En la península ibérica también se dieron dos buenos ejemplos de desmentido de datación de fósiles y
restos líticos atribuyendo algunos de los restos que se habían catalogado como homo a algún resto de
animal inmaduro (bóvido, equino, etc).
Actualmente estamos en disposición de afirmar que Europa Meridional contó con población en fechas
bastante anteriores al 500.000 Bp. Otra cuestión es si este poblamiento fue continuado o intermitente.
.
El Impacto del Estrato Aurora 1994.
La publicación del registro arqueológico y paleontológico del Estracto Aurora (Atapuerca) a finales del
Pleistoceno inferior (800-850.000 ma BP, desmentía las propuestas básicas de la hipótesis de las
cronologías recientes de que la primeros habitantes de Europa lo hicieron en torno al 500.000 ma BP
(pleistoceno medio).
EL POBLAMIENTO MÁS ANTIGUA DE LA PENINSULA IBERICA
Son el complejo inferior de Atapuerca Sima del Elefante (Burgos) y los yacimientos de Fuente Nueva-3 y
Barranco León-5 (Guadix-Baza, Granada).
• Sima del Elefante (Atapuerca): es un relleno con una dilatada secuencia, cuyos niveles del
pleistoceno inferior han proporcionado conjuntos líticos, aún pendiente de publicación detallada.
Se cree que son de origen antropico(humano) y se asocian a restos de fauna con marcas de corte
realizados por instrumental lítico.
• Fuente nueva-3y Barranco León5 (Guadix-Granada): Conjuntos líticos numerosos, asociados a
restos de fauna muy variada en la que fue la orilla de un antiguo lago.
Tuvieron un clima más cálido y húmedo que el actual. Aún no hay dataciones radiométricas o paleo
magnéticas concluyentes que permitan precisar su cronología. Los datos paleo ambientales y
bioestratigraficos en especial los fósiles de roedores situan los yacimientos en el 1,5 - 1,25 Ma BP.
Subsistencia:
No se puede establecer si su medio de vida estuviera basado en la caza o en el carroñeo. En estos
yacimientos encontramos restos de herbívoros que han sido intervenidos por humanos y carnívoros, pero
no se puede asegurar en qué orden.
Hay autores que creen que cazaban después de comparar los restos de fauna de aquel periodo con los
despojos abandonados por carnívoros actuales. Dicen que los restos alimentados serian tan pocos que no
hubieran tenido suficiente para alimentarse así que debieron cazar. En cambio, existen otros autores que
creen los contrario basándose en las características físicas de los carnívoros que abundaban en aquel
periodo (felino de dientes desable y la hiena gigante) Dicen que los felinos de dientes de sable
abandonarían importantes porciones de carne por la forma de su dentición y que las hienas y los humanos
las aprovecharían. Ademas las hienas gigantes se alimentaban de los nutrientes encerados en el hueso
(médula ósea y tuétano) así que se habría concentrado en esas partes dejando el resto para los humanos.
Rutas migratorias del poblamiento más antiguo de la península ibérica:
Los reemplazos de fauna: Se produjo un reemplazo de fauna durante la transición del plioceno final/
pleistoceno inferior. El felino de dientes de sable como la hiena gigante formaron parte de estos cambios
de fauna documentados en Europa.
Antonio Azzarali llamó Episodio Elefante-Caballo y Episodio lobo a este cambio ecológico que se
caracteriza por la desaparición de especies adaptadas a paisajes más arbolados, que abundaban en
Europa. Esta extinción estuvo acompañada por la dispersión y aclimatación a Europa de otras especies,
con un origen último en el de Africa subsahariana (elefante, caballo y una variante antigua del
hipopótamo) y Ásia Oriental (antepasado del lobo y algunos herbívoros). La penetración en Europa de
estos mamíferos se había visto favorecida por la expansión en Eurasia de ecosistemas similares a los
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entonces imperantes en Africa subsahariana y algunas zonas de asia. Estos medioambientes herbáceos
habían sido poco propicios para las comunidades de fauna autóctonas de Europa, mejor adaptadas a los
medioambientes más forestados, en retroceso desde finales del terciario.
Como parte de esta dispersión de faunas pudo penetrar desde África hacia Europa el ser humano, una vez
alcanzado el próximo oriente y el Caucaso.
Los escasos datos que documentasn este poblamiento más antiguo de Euorpa, por el momento aparece
únicamente en la P.I. pero existen algunas razones para desestimar la posibilidad de que a la misma se
accediera desde el Norte de África por medio del cruce del estrecho de Gibraltar.
El estrecho no fue un ruta de acceso desde áfrica a Europa desde 5 Ma BP por en ella varias razones.
• Los descensos marinos documentados no llegaron a eliminar la barrera marítima que continuaría
siendo muy profunda. Y el Estrecho seria una serie de canales con islas intermedias lo que
provocaría corrientes marinas entre el Mediterráneo y el Atlántico más fuertes que las actuales que
solo podrían haber sido traspasado con una tecnología de navegación imposible en aquel periodo.
• Las comunidades de mamíferos a un lado y otro del estrecho son significativamente diferentes.
Así que fueron barreras infranqueables, también para los homínidos.
• Industria lítica diferente en ambos lados: El 1º poblamiento del Norte de Africa dispuso de
industrias líticas similares a las del próximo oriente (conjuntos preolduvaienses o Achelense
antiguo caracterizado por bifaces esporádicos y una mayor presencia de choppings tools) y en la
P.I. industrias similares al yacimiento Dmanisi (Caucaso) conjuntos pre-olduvayense.
Las industrias líticas arcaicas de la Península Iberica en el contexto de Eurasia:
Fuente nueva-3 y Barranco Leon-5 se asemejan a Dmanisi.
• Características del Pre-Olduvayense: lascas sin retoque, núcleos y choppers y el empleo de
sistemas de talla definidos como básicos o simples. Filos retocados y chopping-tools son escasos.
• Características del Olduvayense clásico: ofrece técnicas de talla algo más sofisticadas. En especial
la explotación multidireccionals de los núcleos, frente a única dirección preferente de golpeo o
lascado que predomina en el Pre-Olduvayense. El Olduvayense también se caracteriza aunque en
menor medida por el aprovechamiento recurrente de los núcleos.
• Características del Oduvayense evolucionado o Achelense Antiguo: (1,6 y 1,5 Ma Bp en África y
1,4 Ma BP en el próximo oriente): se caracterizaría por una mayor incidencia del utillaje retocado
y la presencia esporádica de bifaces y hendedores. Se considera, por tanto, que se trata de la
manifestación más antigua de las industrias Achelenses.
La similitud de los conjuntos penínsulares con el de Dmanisi y los del Pre-Olduvaiense africano invita a
pensar que fueron producidos por poblaciones con un origen común en África Oriental. Su expansión
haciá Eurasia se había iniciado en fechas anteriores a la aparición del Olduvayense.
La encrucijada del próximo oriente y la ribera septentrional del mediterráneo:
Se sabe que el Valle del Nilo no constituyó una vía de salida desde áfrica oriental hasta comienzos
del Pleistoceno medio (750.000 años). Y que el poblamiento más antiguo de Europa se dio en el
Pleistoceno inferior 1,5 a 1,4 Ma después hubo un vacio arqueológico y a los 900.000 años existe el 2º
poblamiento. La pregunta es: ¿por dónde entraron fauna y homínidos Europa y de dónde procedían?
Lo más factible es, que desde su foco originario en el Este de África, las poblaciones humanas y las
faunas africanas se difundieron hacia Eurasia a través de las riberas del Mar Rojo, posiblemente
ocupado la Península Arábica. A comienzos del pleistoceno el medio ambiente era similar al de África
Oriental. Tanto Arabia como Próximo oriente ofrecen algunos conjuntos líticos datados en torno a 2 m.a
Bp ( Erg ELAhmar y Yiron (Israel).
Este primer poblamiento de Europa, así como la difusión de mamíferos originarios del áfrica subsahariana
en el límite del Plio-pleistoceno podría haber sido impulsado por dos factores:
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  • 1. 1 TEMA 1: HISTORIA DE LA PREHISTORIA ESPAÑOLA LOS INICIOS DE LA PREHISTORIA Durante la Edad Media: el marco teórico sobre el pasado era el Creacionismo (el mundo es como lo ha creado Dios), la historia del mundo aparecía descrita en la Biblia, especialmente en el Génesis. Siglos XVI-XVIII: los naturalistas, mediante la observación de la naturaleza, (superposición de niveles estratigráficos, presencia de fósiles marinos en el interior de los continentes...) llegaron a la consideración de que la tierra tenía una gran antigüedad. Finales del siglo XVII: el Catastrofismo y las teorías diluvianas intentaron conciliar los hallazgos de los naturalistas con el Génesis. G. Cuvier sostenía que sucesivas catástrofes (inundaciones) habían provocado la extinción masiva de especies que habían sido substituidas por otras nuevas mediante creaciones independientes. Los primeros estudios paleontológicos basados en estudios estratigráficos sacaron a la luz las primeras piezas líticas de supuesta manufactura humana y dieron lugar a especulaciones sobre la antigüedad de la especie humana. Durante mucho tiempo las hachas talladas o pulimentadas y las puntas de flecha se consideraron piezas mágicas. En la Edad Media las puntas de flecha se confundieron con dientes de tiburón y se usaron como talismanes. M. Mercati (1541-1593) fue el primero que considero estos objetos fabricados por el hombre. Su trabajo no se publicó hasta 1717. Antoine de Jussieu compara estos objetos con las armas de pueblos sudamericanos recientemente descubiertos. La etnografía permitió por primera vez plantear hipótesis sobre los objetos prehistóricos. El Romanticismo en Inglaterra y Francia y la corriente panceltista propiciaron la vinculación de objetos prerromanos con los Celtas. A finales del siglo XVIII estas piezas líticas se asociaron a restos de fauna extinta lo que incitó a plantear la gran antigüedad del hombre. Numerosos estudios y clasificaciones corroboraban este hecho. C. Picar es el primero que intenta aplicar el método estratigráfico, usado por los geólogos y paleontólogos, a la investigación arqueológica (1835) en el valle del Somme. Perthes (1788-1868) fue su discípulo, investigó los hallazgos líticos en relación con la fauna extinta y publicó Antigüedades Celtas y Antediluvianas donde defiende la gran antigüedad de los hombres prehistóricos. En 1859 la Sociedad Geológica de Londres encarga a Pengelly excavaciones en Brixham Cave donde encuentra útiles líticos junto a fauna extinguida. También se encontraron hallazgos similares en Abbeville y Hoxnes mismo año en la Royal Society de Londres. Ese mismo año Darwin publica El Origen de las Especies y Lyell pronuncia un discurso que definitivamente abre el camino para la aceptación del hombre prediluviano.El binomio actualismo-evolucionismo tuvo gran influencia en la Prehistoria del s XIX, concretándose en el evolucionismo unilineal según el cual las sociedades humanas han pasado por diferentes etapas evolutivas o niveles de complejidad cultural: salvajismo, barbarie y civilización. En España, en 1850, Mariano de la Paz Granells, a instancias de Casiano de Prado y Vallo (ingeniero de minas), había exhumado restos de elefantes en el arenero del Cerro de San Isidro en Madrid, lo que es considerado como la primera excavación paleontológica española. Por entonces los hallazgos europeos que relacionaban fauna extinta con útiles líticos no eran desconocidos en España pero el catolicismo y el conservadurismo que imperaban en nuestro país no permitieron un desarrollo de estas ideas. Casiano de Prado sí había tenido contacto con estas ideas y en 1862, junto a otros geólogos franceses, descubrió en el arenero de una serie de útiles líticos vinculados a restos de elefante. Dos años más tarde se publicaron los descubrimientos en la obra Descripción Física y Geológica de la Provincia de Madrid, lo importante es
  • 2. 2 que es la primera vez que se cita en España la existencia de útiles líticos junto a fauna extinta. Los ingenieros de minas y los geólogos tuvieron un papel muy importante en el inicio del estudio de la Prehistoria, coincidiendo con el desarrollo urbano y de la minería. La Prehistoria española nació al margen de transformismo biológico (así se llamaba al evolucionismo en la época) y de la Arqueología tradicional, durante estos años estuvo vinculada a las cátedras de Geología y Paleontología y al Museo de Historia Natural, mientras que la Arqueología, que se interesaba sólo por las etapas históricas o a lo sumo protohistóricas se desarrollaba en las Facultades de Letras, en el Museo Arqueológico Nacional o en la Real Academia de la Historia. Este hecho dificultaba en gran medida el avance de las investigaciones. Las teorías de Darwin tuvieron una escasa difusión en España antes de la Revolución de 1868. Los introductores fueron el antropólogo físico Tubito y sobre todo los fisiólogos e histólogos Peregrin Casanova, Simarro y Ramón y Cajal. Durante el Sexenio Revolucionario se aumentaron en número las conferencias y se tradujeron las obras de Darwin. Sin embargo, la llegada de la Restauración borbónica en 1875 conllevó la expulsión de muchos catedráticos por difundir las ideas de Darwin, lo que supuso un frenazo a este avance en la investigación y se impidió el avance en la prehistoria, a pesar de que ya había sido aceptada por la Real Academia de la Historia. Fue la Institución Libre de Enseñanza la que se encargó de difundir estas ideas. Aún así, hay que destacar que en 1894 la Real Academia de la Historia hizo su única investigación en el ámbito de la Prehistoria lo que dio lugar al descubrimiento del Vaso Campaniforme de Ciempozuelos. Tras la muerte del Casiano del Prado, Juan Vilanova y Piera, catedrático de Geología y Paleontología, se limitó a realizar un trabajo divulgativo de la Prehistoria, sin llevar a cabo investigaciones de importancia, y siempre dentro del paradigma creacionista tan del agrado de la iglesia católica. Sus clases se impartieron en el Ateneo de Madrid, única institución que acogía esta disciplina al quedar fuera del sistema educativo. Mientras, en Francia los descubrimientos realizados durante el siglo XIX permitieron a los geólogos interpretar los tiempos antiguos de la humanidad y sustituir los conceptos Precéltico y Antediluviano por Prehistoria. Gabriel de Mortillet, bajo el paradigma evolucionista-unilineal, dividió el periodo prehistórico en Edad de Piedra Tallada, Pulimentada, del Bronce y del Hierro. También planteó una clasificación basada en la evolución de la industria lítica, reconociendo fósiles directores y basándose en la nomenclatura de los yacimientos epónimos; Saint Acheul para Achelense: Le Moustier para Musteriense, Solutré para Solutrense, La Madelaine Magdaleniense, etc. Vilanova considera que la evolución del hombre prehistórico peninsular había tenido otra evolución y españoliza estos términos. Lubbock en 1868 divide la Prehistoria en Paleolítico, Neolítico, Bronce y Hierro, siguiendo el esquema establecido en 1819 por Thomsen para ordenar los instrumentos del Museo Nacional de Antigüedades Danesas de Copenhague (Edad de la Piedra, Edad del Bronce, Edad del Hierro).Volviendo a España, el descubrimiento en 1879 del arte Paleolítico en Altamira por Marcelino Sanz de Sautuola, chocó con las instituciones arqueológicas españolas y con las tesis evolucionistas de los franceses que no admitían un desarrollo artístico tan depurado para el “hombre salvaje de las cavernas”, sin embargo este hecho si encajaba en la tesis creacionista de Vilanova (gran antigüedad del hombre que fue creado tal y como es en la actualidad. El reconocimiento de Altamira en 1902 llega después de la muerte de su descubridor. Su reconocimiento precisó de los trabajos de Tylor y Morgan que consideraban a los hombres prehistóricos “salvajes” capaces de crear algún tipo de arte sencillo pero no el encontrado en Altamira, y sobre todo de los trabajos etnológicos que demostraron la complejidad de algunas de estas sociedades y de los hallazgos de enterramientos del Paleolítico Superior que evidencian prácticas de tipo simbólico, suponen un cambio en la visión de estos hombres “salvajes”.
  • 3. 3 A partir de 1903 Hermilio Alcalde del Río y el Padre Lorenzo Sierra realizan numerosísimos descubrimientos de estaciones rupestres; Covalanas, El Castillo, El Pendo, El Pindal, etc. La reactivación minera española que se llevó a cabo durante la Restauración propició la llegada de eruditos decisivos para el avance de la Prehistoria en España. Los más importantes fueron los hermanos Siret (ingenieros de minas) estudiosos de la cultura argárica Las primeras edades del Metal en el Sudeste de España 1897 recoge los hallazgos de más de 20 yacimientos, de gran impacto nacional e internacional y obra de referencia hasta nuestros días. L´Espagne préhistorique 1892 propone una división tripartita del Cuaternario y divide el Neolítico en Antiguo (Neolítico actual) y Reciente (Calcolítico actual) destacan especialmente los realizados en el Argar. Estos estudios suponen para muchos un punto de partida en el estudio científico de la Prehistoria en España. Fueron también los pioneros en el empleo de técnicas de arqueología experimental. LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA PREHISTORIA (1900-1936) La prehistoria alcanzó la categoría universitaria en 1917 con la cátedra de Historia Primitiva del Hombre en Barcelona ostentada por Pere Bosch Gimpera (fueron discípulos suyos Lluis Pericot, Maluquer, Martínez Santa Olalla y Colominas i Roca) y años más tarde, en 1922, en Madrid a cargo de H. Obermaier. La institucionalización universitaria se enmarca en la clausura de la Escuela Superior de Diplomática y el traspaso de alumnos y profesores a la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, controlada por la Real Academia de la Historia. Este hecho supuso el alejamiento de la arqueología de los estudios de la Historia del Arte y el acondicionamiento a infraestructuras investigadoras nuevas. En este periodo se creó un marco legislativo para regular las actividadarqueológicas y parar la venta de objetos artísticos y arqueológicos fuera de España (dama de Elche al Louvre, objetos de las excavaciones de los hermanos Siret), Ley de 7 de julio de 1911 de excavaciones y antigüedades. También se creó la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades dedicada al control de la arqueología y del Patrimonio Nacional. Junto al marco legal se crea un marco académico y una estructura científica en tres niveles (nacional, regional y local) que deja poco margen a la iniciativa privada. Entre las instituciones regionales hay que mencionar el Servei d´Investigacions Arqueològiques de l´Institut de Estudis Catalans, el Servicio de Investigaciones Prehistóricas de Madrid o el Servicio de Investigaciones Prehistóricas de la Excma. Diputación Provincial de Valencia. El verdadero avance en el conocimiento de la Prehistoria española vino, sin embargo, de las influencias extranjeras. En 1907 se funda la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, JAE, con el objetivo de becar la formación en otros países a investigadores y docentes (Bosch Gimpera pensionado en Alemania). En 1912 se funda la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, dirigida por el Marqués de Cerralbo, la cual excavó los yacimientos paleolíticos de Ambrona y Torralba. Esta institución promovió el estudio de la Prehistoria y contó con la participación de investigadores españoles como E. Hernández-Pacheco, J.Cabré, el Conde de la Vega del Sella, y extranjeros como Paul Wernet, Hugo Obermaier o Henri Breuil que ayudaron a superar las reticencias que había hacia la Prehistoria en los ambientes académicos españoles. Desde 1916, Obermaier y Wernet empiezan a trabajar en Madrid. Este periodo, hasta 1924, fue el más intenso de la Prehistoria madrileña hasta la década de los 80, un balance de los resultados está en El Hombre Fósil de Obermaier. Las instituciones extranjeras también forman parte de este impulso. El Instituto de Paleontología Humana de París financió excavaciones paleolíticas en la cornisa cantábrica (El Castillo) dirigidas por Obermaier
  • 4. 4 entre 1910-14. También mencionar la Hispanic Society of America y la École Française o Casa Velásquez. Una vez que la prehistoria fue admitida en los ámbitos académicos europeos, la Historia reclamó esta disciplina, los materiales prehistóricos pasan de los museos de Ciencias Naturales a los Arqueológicos y la Facultad de Filosofía y Letras crea la cátedra de Historia Primitva del Hombre como se ha mencionado anteriormente A principios de siglo, el esquema evolucionista unilateral de Mortillet aplicado por Vilanova y Pera o L. Siret, entra en crisis y se sustituye por el difusionismo. Según el cual el desarrollo cultural sólo se produce una vez, en un lugar, y se transmite a los demás territorios por difusión. También aparece la Escuela histórico-cultural alemana, basada en el normativismo. Bosch Gimpera es uno de los mejores ejemplos de la visión normativa de la cultura (formación académica en Alemania). Realizó la primera sistematización del Neolítico de la Península Ibérica, identificando cuatro círculos culturales identificados en otras tantas áreas geográficas y con estratos étnicos diferentes (Cultura de las Cuevas, Cultura de Almería, Cultura Pirenaica y Cultura megalítica portuguesa) Esta división ha llegado prácticamente intacta hasta nuestros días. También aporta una nueva periodización de tipo realista a la Edad del Bronce en Eneolítico y Edad del Bronce, durante los cuales se desarrollan cuatro grupos culturales continuadores de sus homónimos del Neolítico. Gimpera y su discípulo L. Pericot fueron los máximos exponentes de la Escuela Clásica o Escuela de Barcelona. En el estudio del Paleolítico no hubo ruptura radical con el evolucionismo unilineal, Breuil, el estudioso más importante del Paleolítico durante la primera mitad del s XX, fue el autor de uno de los paradigmas paleolíticos de corte evolucionista más duraderos. Tampoco Obermaier prescindió de los principios evolucionistas en sus interpretaciones. LA PARALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN (1940-1960) La Guerra civil española paralizó totalmente este impulso en las investigaciones. Los principales prehistoriadores del momento se exiliaron, esto junto con el aislamiento internacional propiciaron una arqueología de provincias y poco dinámica, estancada en propuestas teóricas. Desaparecieron las instituciones creadas, como la CIPP, que hasta entonces controlaban la investigación arqueológica, y fueron sustituidas por otras como el CSIC o la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, que estuvo dirigida por J. Martínez de Santa Olalla que controló la labor investigadora organizada en Comisiones Provinciales, Insulares y Locales. En lo académico sí se implantó la Prehistoria como asignatura obligatoria en la Licenciatura de Filosofía y Letras. La llegada de nuevas generaciones a la universidad, facilitó la introducción de nuevas técnicas que llegaban del resto de Europa (dataciones absolutas, estudios faunísticos, etc.). En Barcelona L. Pericot y J. Maluquer, discípulos de Bosch Gimpera impulsaron la creación del Instituto de Arqueología y Prehistoria, la revista Pyrenae y se reformó el plan de estudios para incluir la especialidad de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua. En Madrid se individualiza la Prehistoria dentro del Instituto Diego Velásquez (CSIC)y se constituye el Departamento de Prehistoria, posteriormente llamado Instituto Español de Prehistoria bajo la dirección de M. Almagro, alumno de H Obermaier que ostentó los más altos cargos académicos del momento y publicó las monografías Biblioteca Prehistórica Hispana y la revista Trabajos de Prehistoria. Los Congresos Arqueológicos Nacionales, las reuniones científicas y las publicaciones fueron importantes pero carecieron de la imprescindible proyección científica. La escuela histórico-cultural alemana continúa vertebrando la interpretación de la prehistoria en un momento en que la investigación se estanca.
  • 5. 5 En estos años las excavaciones son muy escasas; la excavación de un elefante en Orcasistas en Madrid en 1959 es relevante por el empleo de nuevas técnicas (análisis palinológicos) pero la trascendencia es escasa. En el resto se realizan diversos trabajos, en Andalucía y el Levante se centraron en el Musteriense, en la cornisa cantábrica fueron importantes los trabajos de L.Pericot y D. Fletcher; J. Corominas en Cataluña, y J. M. Barandiarán en el País Vasco. La tesis doctoral de F. Jordá Cerdá centrada en el Solutrense en España, fue muy importante la investigación. Hasta 1956 se creía que el origen del Neolítico en España era africano, la necesidad de vincular esta zona con nuestra historia (últimas colonias españolas) influyó en las interpretaciones. Con la publicación en 1956 de las excavaciones de Arene Cándide se cambiaron los planteamientos; se constató que la cerámica cardial localizada en Arene Cándile se localizaban también en los niveles más antiguos de los yacimientos de la cuenca mediterránea. El Próximo Oriente se convierte ahora en el origen del Neolítico español, justo en el momento en el que se produce la independencia de Marruecos y la anexión del protectorado español. En los años 50 se intensifican los estudios del Neolítico, aunque están centrados básicamente en el área valenciana donde Fletcher propuso la típica clasificación de los yacimientos según los círculos culturales de Bosch Gimpera. El I Symposium de Prehistoria Peninsular que se celebró en 1959 sirvió para revisar conceptos y crear nuevas propuestas para este periodo. Entre los años cuarenta y mediados de los cincuenta, el matrimonio Leisner llevo a cabo la investigación sobre el Megalitismo del sur peninsular y recopilan numerosos datos. A ellos se debe ladenominada “transición al modelo colonial”, le dan mucha importancia a los influjos étnicos por lo que su modelo interpretativo merece el calificativo de “difusionista orientalista” ya que recurren a relaciones externas étnicas o comerciales para su desarrollo. La cultura del Argar, en cambio, la explican mediante teorías o difusionistas. Las interpretaciones de los Leisner se abandonaron en los años 80, tras estar vigentes durante 40 años. LA REACTIVACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA En los años sesenta aparece la Nueva Arqueología como nuevo modelo teórico metodológico de la Prehistoria impulsado por los investigadores anglosajones. Este nuevo modelo empezó a aplicarse a el Paleolítico ya en la década de los sesenta cuando se estable conexión entre la investigación paleolítica cantábrica y la francesa con la participación de Bordes y Leroi-Gourham. Esta colaboración se encuadró en el llamado Programa de Investigación Cuaternarista que tienen todos los elementos del nuevo paradigma de la Nueva Arqueología que tuvo tal impacto que a casi se llegó a tildar de acientíficos a los investigadores que no se ajustaron a él. Los principios básicos de este modelo neoevolucionista fueron formulados por F. Bordes y se basan en: la formulación de una lista tipológica de los útiles del Paleolítico inferior y medio que permitía comparar conjuntos industriales de diferentes yacimientos, y la investigación pluridisciplinar que tenía por objetivo la elaboración de un marco cronoestratigráfico. Howell plantea una intervención sistemática en Torralba, con características similares a las que se estaban realizando en África Oriental. Freeman (Universidad de Chicago) entra en contacto con J. González Echegaray, y colabora en Cueva Morín (Cantabria) entre 1966 y 1969. Las monografía publicadas de estos trabajos se convirtieron en todo un referente, y este yacimiento cantera de los paleolistas más relevantes de los setenta (Moure, Corchón, Querol). Los estudios de E. Ripoll, casi exclusivamente con la metodología de Bordes, también influyeron en la renovación del Paleolítico español, que a principios de los setenta habían alcanzado un nivel equiparable al de otros países. Realizó una síntesis del Paleolítico catalán a partir del yacimiento del Paleolítico medio de El Abric Romani.
  • 6. 6 En los años 70 y 80 es cuando se renuevan los estudios del Paleolítico de la Meseta gracias a los trabajos de Pérez-González, Querol y Santonja. En cuanto al Neolítico, la modernidad de los planteamientos metodológicos llegó en los sesenta. A. Hernando distingue 2 posiciones: las clásicas y las difusionistas. En las clásicas encuadra a Almagro y a Pellicer que a finales de los 70 diferenciaba a partir de la tipología cerámica 7 civilizaciones hispánicas en la línea de la escuela alemana y defendía que el Neolítico era el inicio de la civilización. Las posiciones difusionistas tenían por objetivo demostrar que en el Mediterráneo occidental el horizonte cardial fue el primero en fabricar cerámicas y desarrollar una economía de producción. En esta posición habría que enmarcar entre otros a Maluquer en los años 60 y 70 y a Martí en los 80. En los años 70 hay que destacar también el desarrollo de disciplinas auxiliares como la palinología o la arqueozoología. Mención aparte merece el trabajo de A. M. Muñoz Amilibia, catedrática de la UNED, en el conocimiento del neolítico catalán de los sepulcros de fosa y del andaluz con excavaciones en la cueva de los Murciélagos de Zuheros. En las décadas de los setenta y ochenta aumentó la información de las excavaciones, sin embargo, según A. Hernando el marco interpretativo seguía siendo el del difusionismo y el normativismo. La tipología y la estratigrafía se convirtieron en la metodología básica. En esta etapa la tesis interpretativa fue el modelo dual de J. Fortea, el cual propuso para el levante peninsular un grupo de “Neolíticos puros” y otro de “epipaleolíticos” locales que sufrieron un “progresivo proceso de aculturación” En el estudio de las edades de los metales, el modelo colonial es el paradigma de la interpretación del Calcolítico. Según planteaban Almagro y Arribas, el colonialismo fue el motor de la transformación cultural. La década de los setenta es un momento importante en la historiografía de la Prehistoria de la Península Ibérica, ya que se lleva a cabo un relevo de los arqueólogos de la posguerra por una nueva generación de investigadores que se caracteriza por la especialización geográfica según un reparto territorial tácito entre las distintas universidades (A. Hernando) La década de los sesenta y setenta supusieron una renovación metodológica y teórica (en menor medida). La I Reunión de Antropólogos españoles, 1973, pone de manifiesto las carencias de la arqueología española: falta de orientación teórica, de un esquema historicista, de programas coherentes de investigación, una obsesión manifiesta por la descripción, desinterés por la interpretación y la escasez de estudios medioambientales e interdisciplinares. LA RENOVACIÓN DE LA PREHISTORIA ESPAÑOLA La nueva situación historica tras la aprobación de la Constitución Española de 1978 y la sensibilidad social por el patrimonio cultural, se vio reflejado en la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985. La descentralización propició la transferencia de competencias culturales a las Comunidades Autónomas, facilitando así el estudio regionalizado de la arqueología. La investigación en la década de los ochenta se caracterizó por el desarrollo de la teoría arqueológica. En 1981 tuvieron lugar dos coloquios muy significativos. El primero se celebró en Soria, Metodología de la Investigación Prehistórica, planteó un estructuralismo neopositivista en contraposición a la arqueología tradicional, y el segundo en Cáceres, II Jornadas de Metodología y Didáctica de las Historia, que propuso un enfoque de la prehistoria desde una perspectiva epistemológica. También fue importante el papel del Departamento de Antropología y Etnología Americana de la Universidad Complutense de Madrid por traducir los textos de Binford, Steven, Clarcke y otros prehistoriadores.
  • 7. 7 En la segunda mitad de los ochenta se incorporaron gran cantidad de propuestas teórico-metodológicas, reflejo de una mayor sensibilidad por la reflexión prehistórica según Lull, que se tradujo en la aparición de numerosos seminarios. Además de estas reuniones y coloquios se introdujeron artículos en muchas revistas y se organizaron congresos internacionales de Teoría y Método. También comenzaron a publicarse tesis doctorales y de licenciatura. En este contexto Martínez Navarrete plantea 4 perspectivas sobre las que abordar la Prehistoria peninsular: la arqueología económico-social y ambiental, la inspirada en la antropología cultural estructuralista, el materialismo histórico y el estudio de la Prehistoria desde la filosofía de la Ciencia. En el ámbito del Paleolítico, en los años 80 el esquema neoevolucionista de Bordes entro en crisis, abriéndose camino otras vías de investigación como la paleoeconomía, traceología, tecnología experimental y los estudios taxonómicos del registro arqueológico.En el estudio del Neolítico, los ochenta estuvieron influenciados por investigadores anglosajones como Gilman, Mathers o Chapman. En sus estudios se centraron en las razones de los cambios culturales del Sudeste Peninsular y en concreto en el periodo Calcolítico, pero no abordaron una renovación del marco teórico del Neolítico. Esta renovación llegó en la década de los 90. En los 80 el colonialismo dejó de considerarse como el elemento motor del desarrollo de la metalurgia, apareciendo el llamado modelo mixto, basado en la convergencia de un sustrato indígena y otro foráneo. En RESUMEN; Hasta el franquismo, en el estudio de la Prehistoria española se asumen los paradigmas predominantes en Europa: creacionismo, actualismo, evolucionismounilineal y difusionismo. Hasta los años 80 predominan las tesis difusionistas, y en muchos casos siguen predominando hasta la actualidad. Desde los 90 a la actualidad: las tesis difusionistas conviviendo con enfoques materialistas, positivistas y procesuales
  • 8. 8 TEMA 2: EL CUATERNARIO: PALEOAMBIENTES Y PAISAJES INTRODUCCIÓN Actualmente nos encontramos en el Cuaternario, último período geológico que supone una breve etapa de 2,58 Millones de años en una larga historia geológica de 5,5 Ma. Es la etapa mejor conocida desde los puntos de vista geológico y geomorfológico, y se caracteriza por: Variaciones climáticas con alternancia de períodos fríos y secos (glaciares) y períodos templados y húmedos (interglaciares), que han dejado múltiples testigos geomorfológicos que permiten reconstruir los paleoambientes del pasado. Aunque esta alternancia climática no es exclusiva del Cuaternario, la “juventud” geológica de los testigos sedimentarios y geomorfológicos, que aún no han sido borrados por los procesos erosivos modernos, permite un mayor conocimiento de estas etapas que de otras más antiguas. Sistemas morfogenéticos y formaciones vegetales, resultado de los distintos ambientes climáticos del Cuaternario, diferenciándose claramente los depósitos sedimentarios cuaternarios menos consolidados y litificados que los terciarios. A las etapas frías se asocian los sistemas morfogenéticos glaciar y periglaciar; los períodos cálidos han dejado huellas sedimentarias como travertinos; y los cambios pluviométricos se reflejaron en las variaciones de caudal y la morfogénesis fluvial. Evolución humana: aunque el comienzo del proceso de Antropogénesis (configuración el ser humano) se sitúa temporalmente fuera de los límites del Cuaternario, tiene su culminación en el mismo; por ese motivo, se le ha denominado en ocasiones Era Antropozoica. Es en el Pleistoceno Superior cuando aparece nuestra especie, y en el inicio del Holoceno (última época cuaternaria) cuando la capacidad tecnológica del hombre e intervención de los ecosistemas, dio lugar al desarrollo de la agricultura y ganadería. DEFINICIÓN, CRONOLOGÍA, DELIMITACIÓN Y SUBDIVISIÓN DE CUATERNARIO Definición El término fue acuñado por J. Desnoyers en 1829 para denominar al conjunto de materiales sedimentarios con escaso grado de litificación y diagénesis que se apoyaban sobre los estratos datados en la Edad Terciaria. En un principio, se siguió un criterio geomorfológico pero no se establecía de un modo claro la separación entre el Terciario y Cuaternario. Actualmente hay un consenso científico que define el Cuaternario como un Sistema dentro de la Era Cenozoica y que, a su vez, queda dividido en las series Pleistocena y Holocena, cuyo inicio según las últimas actualizaciones apuntan a 2,6 Ma. Es necesario tener presente la correlación entre el criterio cronoestratigráfico y las unidades de tiempo geológicas. Cronología del Cuaternario Los distintos criterios seguidos (estratigráficos, geológicos, palinológicos, polaridad magnética, etc) han dado lugar una serie de subdivisiones cronológicas: Cronología glaciar clásica La existencia de depósitos sedimentarios asociados a la acción morfogenética del hielo, llevó a científicos franceses y suizos de finales del s. XVIII, a plantear la posibilidad de que los glaciares alpinos hubiesen tenido una mayor extensión en un pasado geológico reciente. En 1840, Louis Agassiz estableció una Edad del Hielo pretérita que explicaría la existencia de esos depósitos sedimentarios encontrados en los valles y circos de los Alpes. Años después, James Croll estableció que ciertos cambios en la geometría de la órbita terrestre implicaban una sucesión de etapas frías y cálidas (idea que retoma el serbio Milankovitch en los ‘20), dejando sobre la mesa la idea de una alternancia climática aunque no se supiese su causa.
  • 9. 9 A partir de estudios geomorfológicos de las terrazas fluviales en Europa, A. Penck y E. Brückner establecen cuatro grandes etapas glaciares (y sus estadios interglaciares) que se denominaron siguiendo los nombres de los ríos alpinos: Günz, Mindel, Riss, Würm. Habría un período de glaciación anterior, que supuso la etapa de transición entre el Plioceno y el Pleistoceno, que es la peor desde el punto de vista geomorfológico y se denomina Donau. La secuencia glaciar alpina ha podido reconstruirse gracias a vestigios geomorfológicos en el paisaje centroeuropeo, poco perceptibles debido a la impronta de los períodos glaciares recientes que han borrado los anteriores (esto no ocurre en sedimentos de fosos marinos). Hoy sabemos que en el transcurso de los períodos dominados por condiciones frías y secas, se produjeron oscilaciones climáticas con períodos más cálidos y húmedos. Así, en la Glaciación Würm, se identifican cuatro períodos con diferentes condiciones de frío y aridez, entre los que se intercalan tres breves períodos de atemperamiento climático. Por otra parte, los sedimentos marinos indican que en los lapsos glaciares se desarrollaron pulsaciones más templadas y en los cálidos, pulsaciones frías. Desde 12.000 BP, el registro terrestre y marino ofrece vestigios de un proceso de deglaciación previo a la fase post- glaciar actual, con oscilaciones de menor intensidad que las pretéritas y que caracteriza al Holoceno. Las manifestaciones más importantes de ciclos fríos son las grandes acumulaciones de hielo en latitudes septentrionales de Europa y América. En las fases de máximo glaciar, el inlandsis escandinavo se extendía desde las llanuras del Volga hasta las Islas Británicas, alcanzando el norte de los Cárpatos. Se ha podido determinar la existencia de tres inlandsis, e incluso uno más antiguo. De este modo, podemos establecer una relación de la denominación del Norte de Europa con la alpina, aunque no existe una exacta correspondencia cronológica entre ambas secuencias, debido a distintas tasas de glaciación. Los científicos estadounidenses se basaron en datos geomorfológicos de Norteamérica, adoptando otra terminología. Tampoco existe un perfecto ajuste cronológico, debido a factores locales y a la extensión y características de las masas de hielo. La secuencia paleoclimática del continente africano es importante a la hora de reconstruir los ambientes donde tuvo lugar el origen de la Evolución Humana, especialmente en el Pleistoceno inferior y medio. El glaciarismo no tuvo tanto protagonismo como en Europa y Norteamérica, por lo que aquí la secuencia climática cuaternaria se establece por medio de la determinación de fases húmedas/pluviales y áridas/interpluviales. Las pluviales estuvieron caracterizadas por precipitaciones más abundantes y mayor productividad del medio, tal y como se documenta en los sedimentos lacustres (Este de África); los períodos interpluviales se caracterizan por aumento de sequías, empobrecimiento de la cobertera vegetal, menos productividad del medio y un aumento de la erosión eólica. Las condiciones climáticas establecidas en función de la circulación de las masas de aire, la influencia de las corrientes marinas y factores como la latitud, hacen difícil asumir que estos fenómenos fueran sincrónicos a los identificados en la geomorfología europea y norteamericana. Existen otras nomenclaturas de carácter más local como el caso de las Islas Británicas. Terminología Glaciar Interglaciar Glaciar Interglaciar Glaciar Interglaciar Glaciar Alpina Günz Günz/Mindel Mindel Mindel/Riss Riss Riss/Würm Würm Norte de Europa Menapian? Cromer Elster Holstein Saale Warthe/Eem Vistula Norteamericana Nebraska Afton Kansas Yarmout Illinois Sangamon Wisconsin Africana Kanguriense Interpluvial Kamusiense Interpluvial Kanjeriense Interpluvial Gambiliense Los estudios isotópicos del oxígeno (OIS) El análisis de sedimentos depositados en los fondos marinos iniciados a mitad del s. XX por Emiliani (Universidad de Chicago) han permitido establecer un nuevo método terminológico-cronológico de la variedad climática del Cuaternario comúnmente aceptada por las distintas ramas científicas, sustituyendo a la tradicional alpina. El método se basa en el estudio de la masa atómica de los isótopos del oxígeno 18 O/ 16 O. Las moléculas cargadas de 18 O tienden a condensar/precipitar mientras que el isótopo 16 O, más
  • 10. 10 ligero, se evapora con más facilidad. El resultado es que el agua oceánica es más rica en 18 O que las aguas continentales. Durante una etapa glaciar, las aguas continentales se hielan dando lugar a glaciares e inlandsis que interrumpen el retorno del ciclo hidrológico, se produce una menor evaporación relativa de moléculas de agua marina que contienen el isótopo pesado 18 O. Este hecho implica un incremento de la proporción de 18 O en aguas oceánicas en períodos fríos. Por el contrario, en etapas templadas, al restablecerse el ciclo hidrológico y aumentar el nivel del mar, aumenta la adición de 16 O y disminuye la abundancia relativa del isótopo 18 O. El análisis geoquímico e isotópico de oxígeno contenido en la caliza de foraminíferos fósiles (microorganismos que forman parte del zooplancton marino) depositados en el fondo del mar y el agua del hielo, permite determinar oscilaciones en el tiempo, de la concentración de 18 O y deducir la evolución de las temperaturas marinas y atmosféricas. Emiliani estableció en la década de los ’70, 16 estadios isotópicos del oxígeno -OIS (Oxigen Isotopic Stage)- aunque posteriormente su tabla cronológica fue completada y recalibrada, gracias al estudio de los foraminíferos bentónicos de las profundidades oceánicas. A cada fase se le asignó un número del 1 al 6, correspondiendo los impares con estadios cálidos y los pares a los de características frías y secas. (La cronología del OIS 16 se corresponde con los 659 Ka BP). Cabe señalar que, en el estudio paleoclimático del Cuaternario, no sólo hay una variación estadial – etapas glaciares e interglaciares- sino que además en cada uno de los OIS, se asiste a variaciones climáticas interestadiales. ¿Cuándo empieza el Cuaternario? El Cuaternario, desde junio de 2009, ha pasado a ser un Periodo/Sistema cuyo inicio ha sido fijado en el paso de la polaridad negativa Matuyama a la positiva de Gauss, lo que ha acaecido hace 2,588 Ma BP; abandonándose la convención del INQUA de 1973, que había fijado el origen del Cuaternario en el inicio del momento de polaridad de Olduvai (1,82 Ma BP). En 1948, se estableció el límite inferior del Cuaternario coincidiendo con el primer enfriamiento de clima que se detectó a partir de faunas neógenas mediterráneas. El cambio coincidía con el Piso Calabriense (facies marina) y Villafranquiense (facies continental), con numerosos elementos adaptados a ambientes fríos respecto a comunidades de períodos anteriores. Desde su definición hasta finales de los ’80, el Villafranquiense, fue el estratotipo continental (unidad estratigráfica de referencia) de la transición pliocena/pleistocena. Se dividía en Villafranquiense inferior y el superior, que conformaba el piso basal del Pleistoceno. La Comisión Estratigráfica Internacional dependiente de la IUGS, había definidon el límite Plioceno/Pleistoceno en el estratotipo definido por el corte geológico de Vrica (Italia), conformado por estratos margosos de escasa potencia y restos paleontológicos que denuncian la presencia de una fauna adaptada a condiciones microtérmicas o frías. Esto supondría una edad oficial de 1,84 Ma. Este límite cronológico indica un cambio hacia condiciones frías, tanto por fauna como por condiciones de sedimentación. Se relaciona con la magnetoestratigrafía, por debajo del techo del episodio magnético denominado Olduvai. Es importante debido a que se trata de fenómenos que pueden identificarse a escala planetaria, sin tener que limitarnos a unos estratos concretos que pudieron ser erosionados por procesos posteriores. En la actualidad, la comunidad científica ha establecido llevar el inicio del Pleistoceno, y por tanto del Cuaternario, a los 2,6 Ma. Su estratotipo está en el Monte San Nicola Lo que coincide con la base del
  • 11. 11 piso Gelasiense y el límite paleomagnético Gauss/Matuyama. En esta misma cronología, se han constatado cambios palinológicos y faunísticos, que indican transición hacia condiciones frías (registro continental de regiones loéssicas chinas y en los fondos marinos y márgenes continentales). Además, en esa época se aprecian considerables cambios en las paleoformas vegetales de Europa. Subdivisión del Cuaternario Existe una gran variedad de cronologías cuaternarias y sus consiguientes subdivisiones: la magnetoestratografía cuaternaria, la cronología isotópica, los ciclos de loess, las series climáticas, el registro glaciar, la clasificación de tecnocomplejos industriales usada por los prehistoriadores. Todas ellas, tienen una cronología absoluta numérica. Desde el punto de vista cronoestratigráfico, y con absoluto consenso científico, el Cuaternario se divide en dos series Pleistoceno y Holoceno (si el criterio es geológico se dice épocas). 2.4.1. La división del Pleistoceno Actualmente las divisiones del Pleistoceno reconocidas por la comunidad científica tienen categorías de subseries y sus límites se han definido utilizando en la mayoría de casos los criterios magnetoestratigráficos (cambios de polaridad). Pleistoceno inferior (2,588 Ma): se inicia en el límite entre los crones Gauss (+) / Matuyama (-) y se divide en dos pisos marinos: • Gelasiense: límite inferior es el límite del Cuaternario definido en el estratotipo del Monte San Nicola (Sicilia). • Calabriense: límite inferior situado en la sección de Vrica (Calabria) en 15 ka por encima del inicio del subcrón de Olduvai hace 1,806 Ma. Pleistoceno medio (0,781 Ma): se inicia en el límite entre Matuyama (-) / Brunhes (+), que coincide con el inicio de OIS 19. Contiene un único piso marino, Ionense, que coincide con el interglaciar Günz/Mindel de la tradicional división alpina. Pleistoceno superior (0,126 Ma): corresponde con el piso marino Tarantiense, definido por criterios climáticos, que coincide con la base interglacial Eemiense o inicio del OIS 5e y con la base del piso marino Tirreniense definido en el Mediterráneo. La división del Holoceno Corresponde con la última serie cuaternaria y momento en el que nos encontramos; desde hace 11.784 años (inicios de estadio isotópico OIS 1). La transición al Holocenose corresponde con el último episodio frío y seco del Tardiglaciar, Dryas reciente. La principal característica ambiental del Holoceno (o Postglacial) ha sido el incremento termopluviométrico en los climas de las zonas templadas. Las principales consecuencias son la colonización vegetal de frondosas, el retroceso de bosques de coníferas y la retirada paulatina de inlandsis con la práctica desaparición del casquete Finoescandinavo. El retroceso de masas de hielo implicó una variación del gradiente latitudinal del Frente Polar y la morfología de las corrientes marinas. Los estudios palinológicos y sedimentológicos de los depósitos glaciares han permitido establecer una alternancia de fases húmedas con otros de recrudecimiento térmico y aridez: • Preboreal (11.784-10.189 BP) Clima frío con tendencia sostenida al atenperamiento. • Boreal (10.189 —8.776 BP) continuación del calentamiento climático. • Atlántico (8.776-5.728 BP), óptimo climático holocénico, con temperaturas medias globales e índices de precipitación más altos que los actuales (3ºC), que supuso un aumento de la cobertera vegetal (sabana y desarrollo de lagos y sistemas fluviales); excepto el evento 8,2 ka, con un mínimo térmico provocado por una brusca entrada de agua dulce fría en el Atlántico Norte de agua de deshielo y que disminuyó la circulación termohalina.
  • 12. 12 • Subboreal (5.728 -2.728 BP) período menos cálido y más seco que el actual (Neoglaciación). El Sahara se convirtió en un desierto. El nivel de agua del Mar Negro aumentó por las aguas del Mediterráneo tras la apertura del estrecho del Bósforo, inundando extensas superficies den Bulgaria, Rumanía y Ucrania. • Subatlántico (2.728- ) fase climática actual. Se constata en múltiples estudios geomorfológicos oscilaciones. En el Pequeño Óptimo Climático Medieval (750-1.300 d. C), se produjo la retirada de los glaciares alpinos, los vikingos se establecieron en Terranova y aumento de cultivo de vid en Inglaterra. La Pequeña Edad del Hielo (1560-1860 d. C.), etapa fría y seca, tuvo claras repercusiones agrícolas en Europa y supuso un ligero avance en ciertos glaciares. Es necesario precisar que desde las dos últimas décadas del s. XX se han precisado años con temperaturas medias excepcionalmente altas. • (También se han establecido otras divisiones: Holoceno inferior, medio y superior). Durante el Holoceno (o Postglacial), el desarrollo de la agricultura y ganadería contribuirán al aumento de los gases de efecto invernadero (metano, CO2), invirtiendo la tendencia natural al enfriamiento determinada por los parámetros orbitales. El consumo de combustibles fósiles a partir de la RI conlleva un aumento generalizado de las temperaturas y un ascenso global del nivel de océanos desde finales del XIX. CAUSAS DE LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA DEL CUATERNARIO Los ciclos de Milankovitch Este astrofísico serbio fue el autor en los ‘20, de la teoría de los ciclos astronómicos y su influencia en el clima terrestre, partiendo de los presupuestos enunciados por el británico J. Croll en 1864. Este modelo sostiene que la alteración más acusada de la cantidad de radiación solar recibida por la Tierra, es la causada por los cambios de la órbita terrestre en su movimiento de traslación alrededor del Sol. De ahí que decidiera cuantificar el impacto de los cambios astronómicos sobre la insolación solar. Será en los ’80 cuando se compruebe con sondeos oceánicos y en los casquetes de hielo, la correlación entre las periodicidades descritas por Milutin Milankovitch y las etapas glaciares e interglaciares del Cuaternario. Según el modelo planteado por el serbio, hay tres factores astronómicos que, combinados, explican las variaciones en el transcurso del tiempo de la insolación solar recibida por la Tierra: del momento astronómico, la estación anual y la latitud. La precesión de los equinoccios Hace 11.000 años el perihelio (distancia mínima de la Tierra con respecto al Sol), coincidía con el verano del Hemisferio Norte y el afelio (distancia máxima de la Tierra respecto al Sol), con el invierno. Los veranos debieron ser más calurosos, con una mayor fusión de hielos y los inviernos más fríos y secos (menor aporte nival). El resultado fue una deglaciación generalizada (Holoceno). Además de los movimientos de rotación y traslación, el eje de la Tierra está sometido al movimiento de precesión que varía el punto estelar hacia el que señala. Actualmente señala a la Estrella Polar (N) pero en el pasado lo hacía a la Estrella Vega. Se produce un balanceo del eje de la Tierra, describiendo un cono imaginario respecto al plano de la órbita terrestre, con una variación máxima de 47º que se produce cada 22 ka. Este movimiento se debe a que la Tierra está sometida a fuerzas gravitatorias de otros cuerpos celestes, variando su posición. Variación de la inclinación del eje terrestre (ciclo de la oblicuidad) El imaginario eje sobre el que gira la Tierra en su movimiento rotatorio, que origina la sucesión de días y noches en los distintos puntos del planeta, presenta una inclinación respecto a su eje vertical teórico. En la actualidad es de 23º27’, mudando a lo largo del tiempo. Esta inclinación marca la latitud de los trópicos y círculos polares.
  • 13. 13 Cuando la inclinación del eje alcanza su valor mínimo de 21º06’, el círculo polar se sitúa a 68º54’ (resultado de restar a 90º el ángulo de inclinación). Es decir, las zonas frías del planeta se reducen en extensión y las áreas templadas aumentan su extensión zonal. En cambio, cuando la inclinación del eje alcanza su valor máximo (24º30’), los trópicos se ubican en la latitud más elevada. Cuando el valor del ángulo entre el eje geométrico y el de rotación es alto, la diferencia de insolación estacional es grande y viceversa. Esta variación de inclinación del eje de la Tierra se produce en un ciclo de 41.000 años. La excentricidad de la órbita terrestre La tierra en su movimiento de traslación, dibuja una órbita ligeramente elíptica, no siempre está a la misma distancia del Sol, variando entre los 147 millones de km (perihelio) y los 152 km (afelio) Pero la órbita no siempre dibujó el mismo trazado, de modo que en un ciclo de 96.000 años pasó de una geometría marcadamente elipsoidal a una tendencia más circular; esta variación implica una diferencia en la energía interestacional recibida de un 30% al 3,5% actual. Además debemos tener en cuenta que los momentos de perihelio (3 de enero) y afelio (4 julio) varían en el tiempo, entre otros factores, por la precesión equinoccial. El análisis de estos complejos y sincronizados movimientos astronómicos indica que: • En el HN el máximo calentamiento por distancia, perihelio (3 de enero), se compensa con la estacionalidad (invierno), mientras que el afelio coincide con el verano boreal, compensando la menor energía recibida por la distancia. • En el HS, la mayor o menor energía recibida en función de la distancia solar, coincide con la estacionalidad. Por este motivo, los inviernos serían más fríos y los veranos más calurosos, si no fuera por el carácter eminentemente oceánico y la función termorreguladora del agua. • La intensidad energética varía en función de la excentricidad de la órbita, además de la coincidencia del afelio/perihelio con las estaciones. Todo ello supone múltiples variables que, unidas a la inclinación del eje terrestre y precesión equinoccial, da lugar a una gran complejidad de situaciones. • En los inicios de la última glaciación (OIS 5d/ 115.000 años BP), la excentricidad de la órbita era mayor y el grado de inclinación menor respecto al actual, pero el afelio/perihelio coincidían con los actuales. El contraste estacional sería menor al actual y, sobre todo, los veranos tendrían menor insolación en latitudes templadas. El resultado es una menor fusión de las nieves y una mayor acumulación nival que dio lugar a la formación de glaciares. Además del factor astronómico intervienen elementos geográficos y oceanográficos que determinan la variabilidad climática de la Tierra. La circulación oceánica y su influencia en el clima terrestre La circulación oceánica del Atlántico en la actualidad. La circulación oceánica se manifiesta en dos niveles: uno superficial y otro en profundidad; ambas tienen sentidos de trayectorias opuestas y compensatorias. Además, el agua oceánica tiene una ordenación batimétrica, estratificándose en función de la densidad, determinada por la temperatura y salinidad. • A mayor temperatura, menor densidad. La temperatura depende de la insolación, siendo el calentamiento máximo en la zona intertropical (30º C en ciertos mares tropicales como el Mar Caribe y el Mar de Bengala) y mínimo en las zonas polares (el punto de congelación de las aguas oceánicas es -2º C debido a las sales) • A mayor salinidad, mayor densidad. El Mar Rojo es uno de los mares con más salinidad (42 %0), debido a que está situado en una zona con tasa de evaporación altas; mientras que las desembocaduras de los grandes ríos registran menor grado de salinidad (32%0) debido al aporte de agua dulce. La salinidad se incrementa de modo muy rápido hasta los 700 m.
  • 14. 14 Las Corriente del Golfo, situada en el Atlántico, permite el trasvase de ingentes volúmenes de agua, de hasta 20 Hm3 /s, transfiriendo el calor acumulado en el Mar Caribe hacia la zona subpolar de Escandinavia, con notables incidencias en el clima terrestre. Por un lado, se produce una suavización térmica, de tal modo que la temperatura media de la costa noruega en los 60ºN se sitúa unos 10-12ºC por encima de la que se registra en la misma latitud al otro lado del Atlántico. Esta corriente se va enfriando en latitudes más altas, lo que conlleva una densificación y hundimiento hacia capas más profundas que se denomina Corriente NADW (Aguas Profundas del Atlántico Norte) y cuyo caudal es de unos 13 Hm3 /s. Avanza en profundidad hacia el sur, siguiendo el margen occidental del Atlántico hasta latitudes subpolares del HS, en donde inflexiona con el Océano Índico y pasa al Pacífico. Esta circulación termohalina (determinada por temperatura y salinidad) del Atlántico, tuvo importantes modificaciones durante las etapas frías del Pleistoceno, lo que ayuda a comprender los cambios climáticos Cuaternarios. La circulación atlántica durante las etapas frías pleistocenas y variaciones del nivel marino. En las etapas frías pleistocenas, ante el avance del inlandsis escandinavo, disminuía la producción de agua profunda (NADW) y la Corriente del Golfo circulaba por latitudes más meridionales, lo que disminuía su influencia térmica y pluvial sobre el Norte de Europa (mayor impacto de las glaciaciones) y se desplazaba hacia los márgenes atlánticos ibéricos que se beneficiaban de la llegada de agua relativamente cálida. El incremento de la Criosfera (totalidad de hielos continentales y marinos), supuso un descenso en las reservas de agua en estado líquido. Durante el Cuaternario se produjeron constantes variaciones del nivel marino: en períodos fríos la acumulación de agua en inlandsis y glaciares produjo una regresión marina (descenso de nivel de aguas). Por el contrario, en los templados, la deglaciación produjo una liberación de aguas y una transgresión marina. La relación entre los isótopos de oxígenos y otras variables de sedimentos marinos como la proporción de carbonatos, permite una aproximación a las cantidades de hielo acumuladas en los glaciares durante cada estadio isotópico. La comparación de registros detallados del último ciclo glaciar, a partir del estudio de los foraminíferos bentónicos y planctónicos nos muestra en durante OIS 1, OIS 5e, OIS 9 y OIS 11 el nivel del mar habría sido semejante al actual. Se ha podido detallar el descenso del nivel de las aguas en OIS 2 o Último Máximo Glacial (LGM) entre 120-150 m. por debajo del nivel actual, quedando en posición emergida la práctica totalidad de las plataformas continentales, lo que facilitó la dispersión por vía terrestre de grupos humanos y faunas continentales. En Europa emergieron importantes plataformas costeras en torno al Estrecho de Dardanelos, las Cícladas, el Peloponeso, los mares Adriático y Jónico y el Golfo de León. Los Eventos Heinrich y las Oscilaciones cálidas Dansgaard-Oeschger A lo largo del OIS 3 o Interpleniglaciar (59.000-24.000 BP) y OIS 2 o Último Máximo Glaciar (24.000- 12.000 BP) hubo una fuerte variabilidad climática debida a extensos inlandsis y la circulación termohalina. Conforme se conocen más registros paleoclimáticos, se pone en evidencia que la variabilidad climática del último ciclo glaciar-interglaciar es más compleja de lo que asumen las teorías clásicas. Así, la curva de variación de isótopos del oxígeno encerrados en los hielos groenlandeses, ha permitido identificar 40 cambios bruscos de temperatura (de hasta 10º C) durante los últimos 123.000 años. Había períodos de frío intenso (estadiales) y periodos de elevación de temperatura (interestadiales o Oscilaciones D-O). La explicación a esta rápida alternancia climática, décadas de transición, está en la masiva liberación de icebergs desde los inlandsis que estudió H. Heinrich. Este investigador constató la presencia de sedimentos en el fondo oceánico atlántico entre los 40-50ºN, cuya composición mineralógica correspondía a los roquedos del zócalo Laurentino o canadiense. Con la máxima acumulación de hielo en
  • 15. 15 el inlandsis, se producía la fragmentación y liberación de icebergs, que fueron transportados por corrientes y deriva marina y que, al fusionarse, liberaban los sedimentos (disminuyendo el número de sedimentos de oeste a este). Heinrich detectó seis capas de sedimentación que se corresponden con episodios del final de un intenso período frío o estadial. (65 ka, 45 ka, 38 ka, 30 ka, 22 ka, 17,5 ka). La fusión del agua dulce de los icebergs provocaba la disminución de la salinidad y, por tanto, disminuía la densidad, interrumpiéndose el hundimiento de agua superficial. De este modo, se reducía la producción de agua profunda (NADW) drásticamente y se modificaba la circulación termohalina atlántica. Al producirse el rápido incremento de temperaturas (Oscilaciones D-O), cesaba el aporte de agua dulce al reducirse la liberación de icebergs, recuperándose la densidad de agua y el hundimiento de esta. La reducción de icebergs se explica por un equilibrio tectónico, cesando los mecanismos mecánicos y microsísmicos que los producían. LOS BIOMAS DE LAS ETAPAS FRÍAS Y CÁLIDAS La distribución de los grandes biomas terrestres se establece según la latitud, debido al que desarrollo de una comunidad concreta de especies vegetales y animales está condicionada básicamente por la climatología. Contamos con numerosos yacimientos paleontológicos y registros paleobotánicos (especialmente pólenes fósiles) que permiten aproximarnos a las diferentes especies animales según la época. Es necesario destacar que las respuestas de las especies animales y vegetales ante los cambios medioambientales no son inmediatas, existiendo una desincronización entre cronología de sucesiones climáticas y la recolonización de las comunidades vegetales y especies animales asociadas a ellas. Las variaciones latitudinales de los biomas europeos durante el Cuaternario Los biomas actuales han variado su posición durante el Cuaternario en función de las variaciones climáticas, existiendo en períodos fríos descenso latitudinal y longitudinal de biomas fríos que se establecieron en latitudes medias, frente al ascenso de otros como el bosque caducifolio, debido a la reducción de inlandsis en períodos cálidos. Esta variación ha sido estudiada a partir de los testigos de sondeos marinos, de lagos, turberas y otros análisis. Durante las fases frías los desiertos polares ampliaron sus superficies, desplazando los biomas de tundra su gradiente latitudinal hacia el sur, aumentando su rango de distribución. Al mismo tiempo, los biomas de taiga y boscosos se retrajeron hacia áreas de refugio, localizadas en la zona meridional, penínsulas Balcánica, Itálica e Ibérica. Estos entornos geográficos ofrecieron mejores condiciones para algunas masas forestales, debido al atenperamiento climático ejercido por el desplazamiento meridional de la Corriente del Golfo y al efecto “calefactor del Mediterráneo”. Se produjo una retracción meridional de determinadas especies vegetales, poco tolerantes al frío extremo y la aridez y los animales vinculados a ellas. Desde estas zonas y aprovechando los períodos más cálidos, estas comunidades faunísticas y vegetales recolonizaron los espacios ocupados por biomas esteparios durante fases frías (pudiendo existir filtros biogeográficos como los Alpes). Algunas áreas de refugio pudieron localizarse en valles, protegidos de factores de modelación climática, como los vientos dominantes y la influencia glaciar y periglaciar; o en superficies de la plataforma continental mediterránea emergidas durante las regresiones marinas. El espacio abandonado por biomas boscosos durante las fases frías fue ocupado por diferentes tipos de estepa: estepa loessica en los márgenes de la tundra y estepa templada, con áreas de transición hacia los bosques en retroceso. La estepa loessica es un ecotono de transición entre la tundra y la estepa continental (en Asia Central, China, Mongolia, desierto Gobi). Se caracteriza por una cobertera vegetal herbácea de poco desarrollo vertical, sin masas arboladas o monte bajo. La estepa continental arbolada sería el ecotono de transición entre la estepa y las masas forestales relictas, que estaría dominado por prados y
  • 16. 16 pastos, ofreciendo algunas masas boscosas de perennifolias y monte bajo, de escaso desarrollo superficial y vinculado a cursos de agua. Por último, en las zonas montañosas existiría el bioma de roquedo (vegetación rala de herbáceas y ocupado por cápridos) que descendería en cota, como el resto de franjas ecológicas de los ambientes de montaña. La vegetación durante las oscilaciones del Pleistoceno superior Las columnas sedimentarias del registro continental, que albergan el registro polínico terrestre son obtenidas en turberas, sedimentos lacustres (Padul, Granada) y yacimientos arqueológicos. Suelen ser pobres y poco fiables, ya que sólo son representativas de los biomas circundantes; no pudiendo extrapolar sus datos botánicos a escala general. Para paliar esas carencias, en los últimos años se ha desarrollado el análisis polínico de columnas sedimentarias marinas, concretamente en sondeos cercanos a los márgenes continentales (aporte de aguas fluviales que contienen pólenes de ecosistemas interiores). Gracias al análisis de pólenes sedimentados, isótopos marinos, carbonatos y estructura del sedimento; se ha podido deducir las oscilaciones térmicas de la superficie marina y reconstruir las variaciones de la vegetación ibérica (IMAGES: Estudio Internacional del Cambio Marino Global): 150-130 ka (OIS 5e). Ultimo Período Interglacial. Condiciones frías y áridas. 130-115 ka. Deglaciación. Condiciones cálidas y más húmedas. Recuperación de biomas de bosque caducifolio templado: enebros, abedules y regeneración del robledal (126 ka). Máxima extensión del bioma mediterráneo, con formaciones arbóreas: olivos, encinas • 115-105 ka. Descenso térmico y de humedad, aumento de la aridez. Las condiciones de predominio del bosque se mantuvieron hasta 110 ka. (6-5 años después de iniciarse un nuevo proceso de acumulación de hielo), produciéndose una asincronía debido a que las temperaturas atmosféricas de la región se mantuvieron estables hasta esta fecha. • 105-75 ka (Glaciar inicial; OIS 5d a OIS 5b). Inestabilidad de condiciones climáticas con cuatro pulsaciones frías (desarrollo de formaciones esteparias de gramíneas y ericáceas) y cuatro cálidas (avance de masas boscosas abiertas: roble y carpe al N. y roble y encina al S.) • 75-57 ka (Peniglaciar; OIS 4). Oscilación especialmente fría (65 ka). Máxima extensión de casquetes polares e intensa regresión marina (unos 100 m por debajo de nivel actual). Los testigos polínicos indican un amplio desarrollo de especies vegetales semidesérticas en el sur penínsulas y vegetales estépicos en la franja septentrional. • 57-25 ka (Interpleniglaciar; OIS 3).  Fases templadas (oscilaciones Dansgaard-Oeschger): alto grado de correspondencia con las respuestas de la vegetación. Desarrollo de masas arbóreas con robles y pinares en el norte y pinos, melojos y encinas en el Sur.  Fases frías (5 eventos Heinrich): en el Sur hubo una pérdida de masa arbórea y desarrollo de comunidades semidesérticas sobre los bosques mediterráneos poco densos. En el norte, predomino de especies vegetales estépicas. (En el transcurso del Interpleniglaciar (OIS 3), el LGM y el Tardiglaciar (OIS 2) el clima fue diferente de lo que la sedimentología y palinología continentales muestran. De modo que, los datos obtenidos en yacimientos franceses y belgas, no se ajustan a los obtenidos en sondeos marinos y del hielo de Groendlandia). Esta diferencia se explicaría, siguiendo a MªF. Sánchez Goñi, a que los datos continentales representarían oscilaciones climáticas locales.) • 25-15 ka (OIS 2 / LGM). Descenso térmico y de humedad importante (pequeños reductos boscosos en montañas del S europeo), • 14,7-12,6 ka (Tardiglacial). Aumento térmico y de humedad. Sustitución de comunidades herbáceas por arbóreas. La estepa del entorno mediterráneo fue sustituida por bosques,
  • 17. 17 persistiendo especies boreales como abedules y sauces (Salix) en Pirineos, desarrollo de bosques densos de pinos y hayas en los piedemontes pirenaicos y expansión de bosques mediterráneos con encinas y herbáceas como Artemisa. • 12,6-11,8 ka (Younger Dryas). Corto período muy frío y seco. Desaparición de bosques, sustituidos por estepa seca al S y tundra al N. • 11,8- (OIS 1 / Holoceno). Aumento de temperaturas, incluso superiores a actuales. Desarrollo de vegetación mediterránea. Deforestación por fuego debido a agricultura que se intensificó entre 3,5 y 2 ka. Especies resistentes: alcornoque (Quercus suber). Los mamíferos del Cuaternario en Europa A partir de los restos óseos pueden deducirse diferentes aspectos sobre las características físicas y conductuales de los animales, basándose en estudios etológicos (comportamiento de los animales actuales). Además, la observación de la morfología de su aparato masticador, los desgastes dentales, y de otros aspectos como la longitud de sus extremidades o la composición química de sus huesos; permite una aproximación razonadamente fiable a los hábitos alimenticios y características locomotrices, pudiendo deducir el nicho ecológico que ocuparon y ecosistemas que habitaron estos animales, al contrastar estos datos con los sedimentológicos y paleobotánicos asociados a los registros paleontológicos. Con todo ello, se pueden realizar estudios paleoecológicos, que ayudan a determinar posibles interrelaciones entre los distintos animales que integraron las paleocomunidades y el medioambiente en que se desenvolvieron. Los cambios climáticos que repercutieron en la composición faunística tuvieron relación con el enfriamiento del clima acontecido a comienzos del Pleistoceno (2,5 Ma.), que condujo a una aridificación general de los paleoambientes continentales. En algunos casos se produce una adaptación a las nuevas condiciones, mecanismo que afecta en mayor medida a microvertebrados con tolerancia reducida a variaciones medioambientales y ciclos biológicos cortos con tasas de reproducción alta. En cambio, las especies de mayor talla, tienen un rango de tolerancia más amplio a variaciones medioambientales y ciclos biológicos más lentos, que implican tasas lentas de reproducción y, por tanto, de cambio evolutivo. En este caso su respuesta hacia las oscilaciones climáticas está más relacionada con la retracción hacia áreas refugio, la disminución de efectivos y, en ocasiones, la extinción de taxas (especies). En estos casos, nuevas especies, mejor adaptadas, ocupan nichos ecológicos que quedan libres Los taxa que permiten conocer mejor las condiciones medioambientales de cada momento, son los más sensibles a las variaciones (moluscos y microvertebrados), constituyendo excelentes herramientas de datación bioestratigráfica y de reconstrucción paleoambiental. Sin embargo, serán los meso y macromamíferos, los que mejor ayudan a determinar el tipo de bioma de un lugar/época y a reconstruir los modos de vida de las comunidades humanas. Las faunas terrestres de la transición Plioceno-Pleistoceno En ese momento, tiene lugar un proceso continuado de reemplazo de fauna en Europa, relacionado con transformaciones de clima y de comunidades vegetales,que culmina en 1,5 Ma con la plena configuración de los ecosistemas que caracterizaron Europa hasta unos 900 ka. En torno a 2,5 Ma, tiene lugar una primera etapa que se correspondería, siguiendo el proceso de formalización estratigráfica internacional, con el piso basal del Pleistoceno, el Gelasiense. El paleontólogo A. Azzaroli ha denominado a este episodio como Evento Elefante-Caballo, haciendo alusión a especies representativas que comienzan a aparecer en los ecosistemas europeos. Ya desde hace 3,5 Ma., se aprecia un retroceso generalizado de los ambientes forestados, en favor de ecosistemas abiertos de herbáceas de tipo sabana. Comienzan a proliferar representantes de mamíferos modernos (leones, caballos, bisontes, gamos) que conviven con géneros arcaicos (mastodontes, perros-mapache,
  • 18. 18 felinos con dientes de sable Homotherium, gacelas de cuernos en espiral o guepardos gigantes). Este proceso se puede documentar en yacimientos peninsulares como Las Higueruelas (Ciudad Real). El reemplazo de faunas supuso por un lado, la desaparición de numerosos mamíferos que estaban adaptados a medios forestales y, por otro, la penetración y aclimatización de especies africanas y americano-asiáticas hacia Eurasia, debido al proceso de aridificación detectado en los ecosistemas del este y sur de África en esta época. Esta situación obligó a estas especias a ampliar sus áreas de dispersión, debido al descenso de productividad del medio, y favorecida por el descenso del nivel del mar (regresión Aquatraversan 2,5 Ma). Eventos Elefante-Caballo y Lobo: mamíferos del Pleistoceno Inferior Estos cambios en las faunas euroasiáticas en el paso del Terciario al cuaternario se conocen como Evento Elefante-Caballo. en 2,5 Ma. Durante el Pleistoceno inferior, la fauna de mamíferos del continente europeo se configuró con especies que habitaban Europa en el Plioceno Superior a las que se unieron especies de procedencia africana y asiática. Uno de los mejores marcadores biológicos de las condiciones medioambientales que caracterizaron el Pleistoceno inferior (Calabriense) fue el Allophaiomys pliocaenicus, roedor arvicólido del linaje evolutivo de los actuales topillos europeos. Su amplia dispersión geográfica abarcó el Dominio Holártico o Paleártico (Europa y latitudes altas y medias de Asia y Norteamérica), es indicativo bioestratigráfico del comienzo del Cuaternario en el HN. En 2,5 Ma. estaban asentadas en Europa dos especies originarias de África: • Mamut meridional (Mammuthus meridionalis). Estos proboscídeos ocuparon el nicho ecológico que dominaran los mastodontes (Anacus). • Caballo de pequeña alzada (Equus stenonis) que evolucionaron hacia las cebras y asnos. Su penetración europea supuso la sustitución de los équidos tridáctilos terciarios (Hipparion) por los monodáctilos (género Equus). En esa misma época y procedentes de Asia se instalaron también distintos cérvidos (Eucladoceros, Alces y Dama) Cara a 1,8 Ma, coincidiendo con la regresión Aullan, tiene lugar un 2º intercambio faunístico entre Eurasia y África, el Evento Lobo, que transformación de la fauna europea. Desde Asia llegaron especies herbívoras • Bóvidos: los primeros bisontes europeos (género Eobison), con menos alzada y corpulencia que los bisontes actuales. • Cápridos: el género Praeovibos y Sorgelia, a partir de los cuales evolucionó el género Hemitragus, representado actualmente por el robusto thar en el Himalaya. • Cérvidos: ciervos Megaceroides de gran talla y gran envergadura de astas que les impedía habitar ambientes forestados, evolucionó al ciervo gigante/alce irlandés (Megaloceros giganteus). Los gamos evolucionaron, apareciendo el gamo de Vallonet (Dama vallonetensis). • Cánidos: lobo etrusco (Canis etruscus) antecesor del lobo europeo. Sus restos óseos y la etología de sus descendientes actuales, indican que estaba caracterizado por hábitos sociales, especialmente por el desarrollo de estrategias de caza cooperativa. • Suideos: jabalí arcaico (Sus strozzii) Desde África se desplazaron los carnívoros más característicos: • Hiénidos: hiena gigante de hocico corto (Pachycrocuta brevirostris) • Félidos: tigre de colmillos de sable (Megantereon withei) • Cánidos: perro salvaje (Canis falconeri) con hábitos de vida más individuales. • Hipopotámidos: el hipopótamo antiguo (Hippopotamus antiquus) • Équidos: caballo de pequeña alzada (Equus altidens)
  • 19. 19 • Primates: gelada gigante que es un cercopitecode gran porte (Theropithecus oswaldi) y los primeros homínidos del género Homo en Europa. De este género se han encontrado restos fósiles en Dmanisi (Georgia) con una antigüedad de 1,8 Ma que corresponde a una especie intermedia entre Homo Habilis y H. Erectus, así como en la Sima del Elefante (Atapuerca) con una edad superior a 0,8 Ma clasificados como Homo Antecessor. Especies europeas del Plioceno final con continuidad en el Pleistoceno. Algunos taxa se aclimataron a las nuevas condiciones, pervivieron en los relictos de ambientes forestales y evolucionaron, conviviendo con las especies de origen afroasiático: • Primates: macaco de bosque (Macaca sylvana) que pervivió hasta hace 500.000 años. • Úrsidos: el oso etrusco. • Rinoceróntidos: rinocerontes de pradera de pequeña talla (Stephanorhinus etruscus) • Cánidos: antecesores de los zorros (Vulpes alopecoides); cánido de pequeño tamaño (Canis arnenesis) emparentado con los chacales actuales que desapareció en torno a 1,5 Ma. • Felinos: linces (Lynx issiodorensis); variante arcaica de felino de dientes de sable (Homotherium crenatidens) que sufrió la competencia del africano Megantereon withei. Biomas del Pleistoceno inferior en Europa meridional Los datos paleoambientales y faunísticos de la Europa mediterránea, indican que durante los primeros ¾ del Pleistoceno inferior predominaron biomas de herbáceas tipo sabana. El clima era más cálido y húmedo, existiendo numerosas cuencas palustres y lacustres. Los datos sedimentológicos, paleobotánicos y antracológicos (carbón vegetal) de yacimientos como la Sima del Elefante en Atapuerca, indican que el ciclo anual estuvo marcado por una estación estival muy seca, con episodios de incendio natural como en la sabana actual. El impacto de las oscilaciones climáticas de Günz no debió de ser significativo en las comunidades de macromamíferos y sus nichos ecológicos pues se mantuvieron muy estables hasta finales del Pleistoceno inferior. Los mamíferos del Pleistoceno Medio (Ioniense) 780.000-120.000 BP Poco antes del comienzo del Pleistoceno medio, sufrieron la extinción algunas especies como el Mammuthus meridionales, el gran felino Megantereon y la hiena gigante. A la vez aparecen nuevas especies procedentes de Eurasia y zona subsahariana de África y evolucionan algunos taxones establecidos en Europa. Estos reemplazos acontecidos en las poblaciones mamíferas y las transformaciones de ecosistemas europeos, se denominan Evento Galeriense. El resultado es el desarrollo de la Estepa del Mamut, bioma más característico de Europa en el Pleistoceno medio y buena parte del superior. En los micromamíferos, importantes marcadores cronológicos, se produce la sustitución de la rata acuática Mimomys savini por Arvícola terrestres cantiana, que coincide con el inicio de la fase final del reemplazo Galeriense que puede dividirse en dos fases: inicial (900.000-650.000 BP) y final (650.000- 550.000 BP). Mamíferos que evolucionaron in situ • Cánidos: el lobo etrusco dio lugar al lobo de Mosbach (Canis mosbachensis) que mantuvo los hábitos de caza cooperativa y que evolucionó al lobo actual (Canis lupus). Los cánidos más grandes y de hábitos individualistas (Canis falconeri), evolucionaron hacia Canis lycaonoides. Desaparecieron posiblemente por la competencia que supuso la llegada del cuón (Cuon priscus) desde Asia. La línea evolutiva de los zorros evolucionó localmente hacia Vulpes praeglacialis que dio lugar a los actuales zorros polar (Allopex lagopus) y zorro rojo (Vulpes vulpes) que aparecieron a finales del Pleistoceno.
  • 20. 20 • Úrsidos: el oso etrusco se dividió en dos líneas, la espeloide que manifiesta un progresivo aumento de tamaño y adaptado a un hábitat más abierto y frío y cavernario (Ursus deningeri, Ursus speleaeus); la segunda línea, arctoide vivía en masas más forestadas (Ursus dolinensis) que desembocó en el actual oso pardo europeo (Ursus arctos). • Felinos: el felino con colmillos de sable, Homotherium latidens, desapareció hacia 500.000 años que fue sustituido por leones y leopardos similares a los actuales. El lince redujo su tamaño (Linx pardina) y a partir de este surgió el lince actual (Lynx Lynx). • Cérvidos: el gamo evolucionó localmente, el gamo de Clacton (Dama clactoniana) se refugia en las penínsulas. El ciervo actual (Cervus elaphus priscus) aparece en 550.000. • Bóvidos: en los bisontes aparecieron dos variedades. El Bison schoetensacki estuvo adaptada a ambientes más abiertos y fríos y evolucionó hacia el bisonte de estepa (Bison priscus). El Bison voigtstedtensis se dispersaría en las fases templadas en los refugios meridionales europeos. • Cápridos: el género Praeovibos evolucionó hacia el buey almizclero (Ovibos moschatus), especie propia de biomas periglaciares como la tundra y la estepa loéssica. El thar evolucionó a Hemitragus bonalis y, más tarde, a Hemitragus cedrensis. Mamíferos extraeuropeos durante el Evento Galeriense • Mustélidos: los ejemplos más antiguos de nutrias (género Cyrnaonyx) procedieron de Asia y evolucionaron hacia la nutria común (Lutra lutra) plenamente configuradas a finales del Pleistoceno medio. Las comadrejas y martas también fueron introducidas desde Asia y en momentos fríos. En un momento más tardío, aparecieron los primeros ejemplos europeos de glotón o carcayú (Gulo gulo), de gran tamaño y voracidad, asociado a biomas de taiga. • Hiénidos: la actual hiena manchada (Crocuta crocuta) llegó de África, vía Próximo Oriente. Otra especie (Hyaena hyaena), adaptada a consumo de nutrientes en los huesos. • Félidos: los panterinos ocupan el nicho ecológico llegando desde África, como el leopardo de Gombaszoegen (Pantera gombaszoegensis) que desaparece en 600.000 BP, siendo sustituido por el león de las cavernas (Panthera leo speleaeus), mayor que el león actual. • Proboscídeos: el nicho ecológico del meridionalis fue ocupado por Mammuthus trogontherii, un inmigrante asiático mejor preparado para fases frías. (En Asia evolución al mamut lanudo). También en el Evento Galeriense se difundió otra especie (Elephas antiquus), variante arcaica del actual elefante asiático, bien adaptado a los biomas de estepa cálida. • Équidos: procedente de América vía asiática, llegan los primeros representantes europeos de los caballos modernos (Equus caballus) desde 600.000 BP. • Rinoceróntidos: en Europa permaneció una variedad adaptada a biomas esteparios (Stephanorhinus hundsheimensis). Desde Asia, en las fases cálidas avanzaron los rinocerontes de Merck (Stephanorhinus kirchbergensis), de gran tamaño y con hábitos alimenticios centrados en arbustos y matorrales. Además, la aparición de restos del rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis) procedente de Aisa, nos indica una distribución durante OIS 16, cada vez más amplia de los biomas de estepa fría. • Bóvidos: el búfalo enano (Bubalus murriensis), de procedencia asiática penetró en Europa occidental durante momentos cálidos del OIS 9 y OIS 5. • Suideos: el jabalí moderno (Sus scropha), procedente de Asia, dio lugar a diferentes variantes domésticas del cerdo. • Hipopotámidos: como fruto de una evolución paralela o bien resultado de una dispersión desde África, apareció el actual hipopótamos (Hippopotamus amphibius).
  • 21. 21 • Cérvidos: el corzo de Suessenborn (Capreolus suessenborniensis) es de origen asiático y se dispersó a Europa a inicios del Evento Galeriense. Sufrió una progresiva reducción de tamaño (Capreolus priscus) hasta generar a finales del Pleistoceno medio el corzo actual. El reno (Rangifer tarandus) se originó en el ámbito periglaciar asiático, introduciéndose en Europa durante OIS 16 (poco antes de 620.000 BP), manteniendo sus adaptaciones a ambientes de tundra y estepa loessica. • Cápridos: Praeovibos derivó hacia Ovibos, especie típicamente glaciar; el nicho ecológico dejado por Soergelia fue ocupado en Europa meridional y central por el carnero arcaico (Ovis antiqua) y las dos variantes del rebeco que perviven en Europa (Rupicabra rupicabra alpina y Rupicabra rupicabra pirenaica). Hacia 600.000 BP desaparece el thar (Hemitragus) en los ecosistemas montañosos europeos, en beneficio del íbice (Capra ibex) y en el Pleistoceno superior, la cabra montés (Capra pirenaica). • Antilopinos: durante las fases frías penetra hasta los sectores septentrionales de la Península Ibérica el antílope saiga (Saiga tartárica) de las estepas centroasiáticas. • Primates: al inicio del Evento Galeriense, el género Homo aumenta con una población que podría tener su origen en Asia; restos fósiles en la Gran Dolina de Atapuerca (Burgos) y Ceprano (Italia central). Homo antecesor. Homo Heildebergensis. Las faunas europeas del Pleistoceno superior (Tarantiense) En el Pleistoceno superior se producen ligeros ajustes en las faunas europeas de la Estepa del Mamut, que amplía sus áreas geográficas de dispersión en función de la climatología (complejo Würmiense). Así, las especies esteparias del norte y centro de Eurasia adaptadas al frío, llegaron a alcanzar la Península Ibérica: el rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis), el mamut lanudo (Mammuthus primigenius), el glotón (Gulo gulo) o el antílope saiga (Saiga tartárica). Durante los momentos fríos del Pleistoceno superior se constata la presencia de focas en las costas mediterráneas europeas, la del Atlántico Norte (Phoca vitulina) y la foca monje (Monachus monachus); ambas detectadas en el S de Iberia en el LGM. Las condiciones ambientales frías y secas hicieron que diversos taxa experimentaran modificaciones anatómicas para mejor adaptación al clima y condiciones de vida. Así el aumento de tamaño como adaptación a un medio más frío, pues permite conservar mejor el calor corporal, parece ser una tendencia generalizada entre los macromamíferos europeos (Ej. ciervo gigante Megaloceros giganteus), mayor cérvido de la historia o hiena manchada (Crocuta crocuta spelaea). Durante el Pleistoceno superior tiene lugar en Europa la llegada del Homo sapiens, humano anatómicamente modernos de procedencia africana, cuyo origen se remonta a 200 ka. A finales de esta subserie se extingue H. neanderthalensis. El registro paleobiológico conservado coincide en muchos casos con yacimientos arqueológicos que no representan fielmente el bioma en que se encuentran las distintas especies, debido a que están condicionados por la creciente actividad depredadora humana. Cada registro local muestra el predominio de una especie de rumiante sobre las demás, debido a la abundancia de unas especies sobre otras, la presencia de poblaciones en el entorno inmediato del asentamiento humano, la estacionalidad de la ocupación de los homínidos, el desarrollo de estrategias específicas de caza. Holoceno: Desaparición de especies frías y configuración de las faunas holocenas caracterizadas por la presencia de especies actuales. La domesticación por los grupos humanos da lugar a la aparición de animales domésticos como el asno (Equus asinus), caballo (E. caballus), toro (Bos taurus), oveja (Ovis aries), cabra (Capra hircus) cerdo (Sus domesticus), perro (Canis femiliaris), distintas especies de aves. La especie humana fue clave en la extinción de numerosas especies de vertebrados y en la modificación de los paisajes vegetales naturales, siendo un factor que interviene en la evolución del clima de la Tierra.
  • 22. 22 La Estepa del Mamut: bioma predominante en la Europa templada y meridional durante el Pleistoceno medio avanzado y el Pleistoceno superior. Desde hace 900.000 años las oscilaciones cuaternarias adquirieron una pauta diferente, pues comenzaron a sucederse ciclos cada vez más largos, regulares y contrastados entre si; condicionando intensamente el paisaje y hábitat de los mamíferos de la época. Si en el Pleistoceno inferior, la mayoría de los yacimientos se localizan en depósitos palustres, lacustres y fluviales; durante el Pleistoceno medio y superior hubo un clima más variable que durante la subserie precedente, constatándose hábitos cavernícolas parciales o totales en los mamíferos de la época. Son numerosos los yacimientos en ambientes kársticos: Atapuerca (Burgos), Villacastín (Segovia), Congosto (Guadalajara); mientras disminuyen los depósitos paleontológicos fluviales, lacustres y palustres (Torralba en Soria). El cambio en las pautas de las oscilaciones climáticas está relacionado con un cambio en la ciclicidad astronómica dominante. Desde 2,6 Ma-900.000 BP, el ciclo de la oblicuidad o inclinación del eje terrestre (41.000 años) que repercute más en las variaciones de estacionalidad, es el factor dominante en la sucesión de oscilaciones climáticas cuaternarias. A partir de ese momento, el ciclo de la excentricidad de la órbita terrestre (96.000 años) que afecta más intensamente al clima global, se vuelve predominante. El registro isotópico marino muestra claramente como desde hace 900.000 años esa variación se tradujo en unas temperaturas progresivamente más bajas, con mayor número de oscilaciones frías, lo que supuso una acumulación de hielo mayor en glaciares e inlandsis y un proceso menor de deglaciación en los estadios cálidos. Las comunidades vegetales, fueron volviéndose progresivamente más esteparias, reduciéndose la sabana y las masas boscosas. A nivel faunístico, las especies se adaptaron a los biomas estepario o desaparecieron, dejando paso a otras mejor capacitadas para estos ambientes. Las faunas que aparecen en Europa desde 650.000 BP en adelante son netamente glaciares, quedando las regiones meridionales del continente como áreas de refugio de especies vegetales y animales de ecosistemas templados desde los que recolonizarían espacios de Europa central y septentrional durante fase cálidas. Desde finales de OIS 12 (423.000 BP), en Europa central y occidental aparecen unos biotopos denomiandos por R. Guthrie como Estepa de Mamut, que albergan comunidades diversificadas de fauna con el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) como especie representativo; aunque la especie más numerosa fue el reno (Rangifer tarandus). Durante las fases templadas, estos animales glaciares se extinguían hasta que en las fases frías se recolonizaba el territorio con poblaciones procedentes de las estepas orientales. La alternancia de estos procesos de retracción y expansión y la mezcla de elementos procedentes de estepas y bosques dio lugar a coexistencias extrañas. En los lugares próximos a las zonas de refugio, la recolonización era más rápida; así como en la zona occidental debido a un menor impacto de estacionalidad derivado del efecto atemperador oceánico. Por tanto, los biomas boscosos y esteparios templados del oeste se recuperarían ecológicamente de forma más rápida, al estar menos amenazados por un descenso de poblaciones de animales. La Estepa de Mamut estaría compuesta por mosaicos de vegetación ecológicamente complejos, que albergaban comunidades diversificadas de fauna, dominada por herbívoros con una alimentación de tipo generalista. Su estabilidad dependía de la duración de estaciones que variaría en función de la latitud, longitud y altitud. Este “mosaico de ambientes” produjo una estructura muy productiva y con un alto grado de flexibilidad ecológica. La alternancia de ciclos fríos y cálidos alteraría el tamaño y disposición de las “cuadros” de las diferentes plantas y animales que componen el mosaico. El proceso de deglaciación y el desarrollo del Holoceno supusieron el establecimiento de biomas que caracterizan la Europa actual. Con la introducción y desarrollo de los sistemas agropecuarios, los grupos
  • 23. 23 humanos han ejercido un creciente influjo en la modificación de estos biomas, al ampliar las zonas de pasto y áreas agrícolas. La Revolución demográfica e Industrial supuso una modificación antrópica más intensa de los paisajes europeos hasta la situación actual. TEMA 3: PALEOLÍTICO INFERIOR (I). EL PALEOLÍTICO INFERIOR ARCAICO Y LOS PRIMEROS POBLAMIENTOS PENINSULARES PALEOLITICO INFERIOR: PROBLEMAS, LÍMITES CRONOLÓGICOS, SUBDIVISION INTERNA: El paleolítico inferior se define por la presencia de instrumental tallado en piedra y ausencia de objetos cerámicos y de metal. Problemática del estudio del Paleolítico Inferior: El paleolítico inferior abarca el 96% de la historia de la humanidad con diferentes especies humanas, tecnologías y comportamientos esto unido a los pocos restos encontrados en relación al extenso tiempo que abarcó y a las diferentes métodos de datación algunos de ellos relativos hace que no tengamos un conocimiento extenso de este periodo. Límites cronológicos: • Primeros datos de presencia humana en la península ibérica datan 1,5-1,25 Ma BP. Cronologia de Fuente Nueva-3, Barranco-León (Granada) y en los niveles inferiores de Atapuerca Sima del Elefante (Burgos). • Final del Paleolítico inferior final del pleistoceno medio 300-250.000BP(OIS8) y comienzo del medio. Utilización de lascas Levallois y generalización de lascas retocadas. Subdivisiones internas del Paleolítico Inferior: Según las industrias líticas. • Paleolítico inferior arcaico • Vacio arqueológico en Europa. • Paleolitico inferior clásico. • Paleolítico Inferior Arcaico: Conjunto de cantos trabajados (choppers -por una cara-, chopping tools -por 2 caras-, poliedros y discoides) y ausencia de bifaces. Talla por medio de percusión bastante elemental. Se delimitan así filo, puntas y escotacuras. Esquema de los modos tecnologicos: Propuesto por Desmond Clark 1977.
  • 24. 24 • Modo 1: Conjuntos con sistema de explotación de materias primas poco complejo basado en el aprovechamiento oportunista de la materia prima. Industrias de cantos trabajados. • Modo 2: Conjuntos líticos con mayor complejidad de los sistemas de talla y desarrollo de la estandarización y repetición de una misma secuencia de trabajo. El Achelense. • Modo 3: Aparición de procesos mentales más complejos que se manifiestan con la preparación del núcleo orientados a la producción de talla con una morfología determinada. Sistema Levallois y discoides. • Modo 4 y 5: Aparición de procesos de resolución de problemas y la expresión externa de la individualidad. Complejos de talla laminar y con microlitos del Paleolitico Superior y Epipaleolitico. Paleolítico Inferior Clásico: Presencia de bifaces y un utillaje técnicamente más elaborados. Desde 600.000 Bp. Persisten industrias de cantos trabajados. Se divide en industrias con bifaces (Achelense) e industrias SIN bifaces. Las industrias con Bifaces (Achelense): Se caracteriza por: • Un porcentaje elevado de útiles en núcleo (bifaces, triedros, hendedores) • Mayor abundancia de formas retocadas (raederas y raspadores) ausentes en el p.i arcaico. • Frecuencia alta de lastas utilizadas sin retocar. Las industrias SIN bifaces: Sin estos o con presencia residual de los mismos. Tampoco son habituales los hendedores aunque el resto de los elementos coinciden a grandes rasgos, con los del Achelense. Los mas conocidos son: Clactoniense y Tayaciense. EL PRIMER POBLAMIENTO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA: Actualmente se data al 1º poblamiento de Europa y concretamente en la Península Ibérica con fechas de1,5 - 1,25ma BP. La datación Africana de las primeras industrias líticas es de 2,6 -2,5 Ma BP. Hipótesis: Hipotesis de las cronologias antiguas (Investigadores Karel Valoch o Eugene Bonifay). Se desarrolló durante los años 1970-80. Decían que los 1º vestigios de presencia humana en Europa eran las fechas situadas entre 2 y 1,5Ma BP (anteriormente a lo establecido hoy) tras descubrir conjuntos líticos de cantos trabajados en lugares como el Macizo Central Francés, las terrazas fluviales del Guadalquivir, el litoral atlántico andaluz o las terrazas marinas del centro y sur de Portugal datados a finales del plioceno y diferentes momentos del Pleistoceno inferior (entre 2 y 1,5ma BP). Argumentos: 1º: Compararon el tipo de útiles con los africanos y decían que si eran similares deberían tener una cronología similar. 2º: Era la evaluación de la geología de los lugares en los que aparecían los conjuntos, que proporcionaban fechas relativas. Pero no fueron muy críticos a la hora de analizar si estos conjuntos europeos tuvieron un origen intencional (fabricado por homínidos) o fueron fracturados por causas naturales. Tampoco en si eran contemporáneos a los contextos geológicos donde se documentaban las supuestas herramientas líticas o, por el contrario, estas pudieran depositarse en fechas posteriores. Hipótesis de las cronologias recientes:( Clive Gamble, Will Roebroeks y Thijs Van Kolfschoten) En la década de los 90 algunos autores revisaron yacimientos y datos supuestamente antiguos. Concluyeron que Europa no tuvo un poblamiento anterior a unos 550.000 BP coincidiendo con la introducción del Achelense en Europa. También cuestionaron el origen humano de los conjuntos líticos más antiguos, así como el carácter intacto de los contextos sedimentarios con los que se relacionaron.
  • 25. 25 En la península ibérica también se dieron dos buenos ejemplos de desmentido de datación de fósiles y restos líticos atribuyendo algunos de los restos que se habían catalogado como homo a algún resto de animal inmaduro (bóvido, equino, etc). Actualmente estamos en disposición de afirmar que Europa Meridional contó con población en fechas bastante anteriores al 500.000 Bp. Otra cuestión es si este poblamiento fue continuado o intermitente. . El Impacto del Estrato Aurora 1994. La publicación del registro arqueológico y paleontológico del Estracto Aurora (Atapuerca) a finales del Pleistoceno inferior (800-850.000 ma BP, desmentía las propuestas básicas de la hipótesis de las cronologías recientes de que la primeros habitantes de Europa lo hicieron en torno al 500.000 ma BP (pleistoceno medio). EL POBLAMIENTO MÁS ANTIGUA DE LA PENINSULA IBERICA Son el complejo inferior de Atapuerca Sima del Elefante (Burgos) y los yacimientos de Fuente Nueva-3 y Barranco León-5 (Guadix-Baza, Granada). • Sima del Elefante (Atapuerca): es un relleno con una dilatada secuencia, cuyos niveles del pleistoceno inferior han proporcionado conjuntos líticos, aún pendiente de publicación detallada. Se cree que son de origen antropico(humano) y se asocian a restos de fauna con marcas de corte realizados por instrumental lítico. • Fuente nueva-3y Barranco León5 (Guadix-Granada): Conjuntos líticos numerosos, asociados a restos de fauna muy variada en la que fue la orilla de un antiguo lago. Tuvieron un clima más cálido y húmedo que el actual. Aún no hay dataciones radiométricas o paleo magnéticas concluyentes que permitan precisar su cronología. Los datos paleo ambientales y bioestratigraficos en especial los fósiles de roedores situan los yacimientos en el 1,5 - 1,25 Ma BP. Subsistencia: No se puede establecer si su medio de vida estuviera basado en la caza o en el carroñeo. En estos yacimientos encontramos restos de herbívoros que han sido intervenidos por humanos y carnívoros, pero no se puede asegurar en qué orden. Hay autores que creen que cazaban después de comparar los restos de fauna de aquel periodo con los despojos abandonados por carnívoros actuales. Dicen que los restos alimentados serian tan pocos que no hubieran tenido suficiente para alimentarse así que debieron cazar. En cambio, existen otros autores que creen los contrario basándose en las características físicas de los carnívoros que abundaban en aquel periodo (felino de dientes desable y la hiena gigante) Dicen que los felinos de dientes de sable abandonarían importantes porciones de carne por la forma de su dentición y que las hienas y los humanos las aprovecharían. Ademas las hienas gigantes se alimentaban de los nutrientes encerados en el hueso (médula ósea y tuétano) así que se habría concentrado en esas partes dejando el resto para los humanos. Rutas migratorias del poblamiento más antiguo de la península ibérica: Los reemplazos de fauna: Se produjo un reemplazo de fauna durante la transición del plioceno final/ pleistoceno inferior. El felino de dientes de sable como la hiena gigante formaron parte de estos cambios de fauna documentados en Europa. Antonio Azzarali llamó Episodio Elefante-Caballo y Episodio lobo a este cambio ecológico que se caracteriza por la desaparición de especies adaptadas a paisajes más arbolados, que abundaban en Europa. Esta extinción estuvo acompañada por la dispersión y aclimatación a Europa de otras especies, con un origen último en el de Africa subsahariana (elefante, caballo y una variante antigua del hipopótamo) y Ásia Oriental (antepasado del lobo y algunos herbívoros). La penetración en Europa de estos mamíferos se había visto favorecida por la expansión en Eurasia de ecosistemas similares a los
  • 26. 26 entonces imperantes en Africa subsahariana y algunas zonas de asia. Estos medioambientes herbáceos habían sido poco propicios para las comunidades de fauna autóctonas de Europa, mejor adaptadas a los medioambientes más forestados, en retroceso desde finales del terciario. Como parte de esta dispersión de faunas pudo penetrar desde África hacia Europa el ser humano, una vez alcanzado el próximo oriente y el Caucaso. Los escasos datos que documentasn este poblamiento más antiguo de Euorpa, por el momento aparece únicamente en la P.I. pero existen algunas razones para desestimar la posibilidad de que a la misma se accediera desde el Norte de África por medio del cruce del estrecho de Gibraltar. El estrecho no fue un ruta de acceso desde áfrica a Europa desde 5 Ma BP por en ella varias razones. • Los descensos marinos documentados no llegaron a eliminar la barrera marítima que continuaría siendo muy profunda. Y el Estrecho seria una serie de canales con islas intermedias lo que provocaría corrientes marinas entre el Mediterráneo y el Atlántico más fuertes que las actuales que solo podrían haber sido traspasado con una tecnología de navegación imposible en aquel periodo. • Las comunidades de mamíferos a un lado y otro del estrecho son significativamente diferentes. Así que fueron barreras infranqueables, también para los homínidos. • Industria lítica diferente en ambos lados: El 1º poblamiento del Norte de Africa dispuso de industrias líticas similares a las del próximo oriente (conjuntos preolduvaienses o Achelense antiguo caracterizado por bifaces esporádicos y una mayor presencia de choppings tools) y en la P.I. industrias similares al yacimiento Dmanisi (Caucaso) conjuntos pre-olduvayense. Las industrias líticas arcaicas de la Península Iberica en el contexto de Eurasia: Fuente nueva-3 y Barranco Leon-5 se asemejan a Dmanisi. • Características del Pre-Olduvayense: lascas sin retoque, núcleos y choppers y el empleo de sistemas de talla definidos como básicos o simples. Filos retocados y chopping-tools son escasos. • Características del Olduvayense clásico: ofrece técnicas de talla algo más sofisticadas. En especial la explotación multidireccionals de los núcleos, frente a única dirección preferente de golpeo o lascado que predomina en el Pre-Olduvayense. El Olduvayense también se caracteriza aunque en menor medida por el aprovechamiento recurrente de los núcleos. • Características del Oduvayense evolucionado o Achelense Antiguo: (1,6 y 1,5 Ma Bp en África y 1,4 Ma BP en el próximo oriente): se caracterizaría por una mayor incidencia del utillaje retocado y la presencia esporádica de bifaces y hendedores. Se considera, por tanto, que se trata de la manifestación más antigua de las industrias Achelenses. La similitud de los conjuntos penínsulares con el de Dmanisi y los del Pre-Olduvaiense africano invita a pensar que fueron producidos por poblaciones con un origen común en África Oriental. Su expansión haciá Eurasia se había iniciado en fechas anteriores a la aparición del Olduvayense. La encrucijada del próximo oriente y la ribera septentrional del mediterráneo: Se sabe que el Valle del Nilo no constituyó una vía de salida desde áfrica oriental hasta comienzos del Pleistoceno medio (750.000 años). Y que el poblamiento más antiguo de Europa se dio en el Pleistoceno inferior 1,5 a 1,4 Ma después hubo un vacio arqueológico y a los 900.000 años existe el 2º poblamiento. La pregunta es: ¿por dónde entraron fauna y homínidos Europa y de dónde procedían? Lo más factible es, que desde su foco originario en el Este de África, las poblaciones humanas y las faunas africanas se difundieron hacia Eurasia a través de las riberas del Mar Rojo, posiblemente ocupado la Península Arábica. A comienzos del pleistoceno el medio ambiente era similar al de África Oriental. Tanto Arabia como Próximo oriente ofrecen algunos conjuntos líticos datados en torno a 2 m.a Bp ( Erg ELAhmar y Yiron (Israel). Este primer poblamiento de Europa, así como la difusión de mamíferos originarios del áfrica subsahariana en el límite del Plio-pleistoceno podría haber sido impulsado por dos factores: