1. La Caridad…
La caridad es una de las tres virtudes teologales, junto con
la fe y la esperanza. La mayoría de nosotros la entendemos
como dar dinero y ayuda a los pobres, y si éste es en alguna
forma su sentido, pero el valor de la caridad va mucho más
allá.
La caridad tiene que ver con dar una mano a quien es
menos afortunado o está más necesitado que nosotros y esto
cubre muchos aspectos, no solo el material. En esta virtud se
encierra también la bondad y se expresa en estas bellas
palabras de ese gran reformador social que fue Jesucristo
“Haz el bien sin mirar a quien”. Así estas siendo caritativas
cuando escuchas los problemas de un amigo en medio de un
día ocupado, y le brindes consuelo o un consejo.
Ejerces la caridad cuando ayudas a ese compañero de oficina
que no sabe hacer su trabajo, compartiendo con él tu
experiencia. La caridad esta en ti cuando sufres por los niños
que mueren de hambre en lugares lejanos, o cuando te
preocupas porque una especie desaparece del planeta gracias
a la voracidad humana.
Aunque no puedas hacer nada por ellos tu interés sincero es
ya un regalo caritativo. Serás caritativo cuando prestas ayuda
a alguien que alguna vez te hizo daño, pero que pasa por
momentos difíciles.
La caridad no solamente es un valor es un alimento para el
alma, porque cuando realizas un acto caritativo, cuando
sabes que ayudas a otros ser humano, lo mereciera o no;
2. cuando te desprendes de algo que tienes para dárselo a quien
lo necesita más que tu, percibes en el corazón una sensación
de paz y bienestar contigo mismo. Pero la caridad no debe
ejercer con fines egoístas porque entonces deja de ser un
valor para convertirse en una pantalla. La caridad autentica
debe nacer de un deseo sincero de ser útil, y no para quedar
bien ante los demás.
Cada acto de caridad que realizas te engrandece y te hace
mejor persona. Porque mientras exista caridad también podrá
haber fe, esperanza, amor y enaltecimiento de todos aquellos
valores que nos hacen dignos de llamarnos seres humanos.
La caridad, comienza con lo básico.- despréndete de una
moneda y deposítala en la mano de un anciano enfermo que,
en vez de apartársela con fastidio. Por un solo momento
participa de su sufrimiento y ponte en su lugar.-
Durante una semana, busca a alguien que esté en una
situación difícil y a quien puedas ofrecerle tu ayuda
desinteresada.-
La caridad comienza por casa; participa de los problemas de
su familia y hazles saber que pueden contar contigo.
COMO TRANSMITIRNO A LOS PEQUEÑOS:-
Hazles entender, mediante relatos o conversaciones, que hay
otros niños que no son tan afortunados como ellos, y que
debemos brindarles ayuda, simplemente porque son seres
humanos.-
3. Aliéntales a que vayan poniendo en una caja lo que ya no
usen y que este en buen estado y cuando esta se llene,
llevarlos a un dispensario o a un orfanato a que la donen
No permitas que se burlen de las personas discapacitadas o
pobres; enséñales que no son inferiores, sino que cada una
vale por lo que lleva dentro.