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Ponente: D. Miguel Arévalo, Historiador.
Tema: Conferencia sobre las causas de los motines contra Esquilache.
Fecha: 6 de mayo de 2016
Lugar: Universidad Popular Carmen de Michelena de Tres Cantos.
Resumen: "Motín de Esquilache" es la denominación de la revuelta que tuvo lugar en Madrid en marzo de 1766, siendo rey Carlos III.
El reinado de Carlos III podemos dividirlo en 2 etapas: antes y después del Motín o motines contra Esquilache. Estalla cuando un gobierno ilustrado reformista, con ministros extranjeros, pretende llevar a cabo una serie de reformas en la capital de una España absolutista, con una sociedad estamental profundamente reluctante al progreso, económicamente depauperada y donde el pueblo llano estaba al borde de la asfixia económica y cultural.
2. Carlos III
Nació en Madrid en 20.1.1716 y murió en Madrid en 14.12.1788
Era el tercer hijo varón de Felipe V y el primero de Isabel de Farnesio.
Era virtuoso, familiar y sencillo en su trato y en su vestir.
La regularidad de sus actos era inalterable, tenía horror a los cambios.
Dedicaba todas las tardes del año a la caza excepto el viernes santo.
Dedicaba bastante tiempo a los asuntos de Estado y tomaba sus
propias resoluciones.
Fue, seguramente, el mejor de nuestros reyes del siglo XVIII; el más
informado, el más consciente de sus deberes y el más independiente en
sus decisiones. Tenía un sentimiento exagerado de dignidad.
En un siglo volteriano era un monarca profundamente religioso, pero
tan alejado del fanatismo como del agnosticismo.
3. Eficaz colaborador de Carlos en Nápoles, nada más llegar a España fue nombrado secretario
de Hacienda, luego de Guerra y hasta 1765, interinamente, de Gracia y Justicia.
Esquilache
D. Leopoldo de Gregorio, a quien se llama siempre Esquilache, de acuerdo con la grafía de su
pronunciación (Squillace), nació en Mesina (Sicilia) en 1700.
Yo, el gran Leopoldo primero
marqués de Esquilache augusto,
a España rijo a mi gusto
y a su rey Carlos tercero.
Entre todos me prefiero,
ni lo consulto ni lo informo,
al que obra bien lo reformo,
a los pueblos aniquilo,
y el buen Carlos, mi pupilo,
dice a todo: me conformo.
Desde 1772 ejerció de embajador en Venecia, hasta su muerte en 1785.
4. Condiciones de vida en el Madrid del
XVIIIEl pueblo llano vivía en cuchitriles, con un paupérrimo mobiliario, sin agua corriente, sin
saneamiento, sin cocina, sin casi luz y menos ventilación. Sólo el 3% era propietario.
La Guerra de Sucesión, la terrible hambruna castellana de 1709, dejó Madrid con 109.000 h.
Se fue recuperando y en 1766 tenía 150.000 (a lo largo del Antiguo Régimen entre la mitad y las
tres cuartas partes de la población madrileña habían nacido fuera de la cerca).
Las unidad familiar era pequeña (2+1) por la economía, por la edad tardía del casarse (25/40),
la alta mortalidad infantil y por el recurso extremo del abandono. En la inclusa la mayoría moría
antes del año de vida.
Madrid concentraba el 2% de la población de la Corona de Castilla y el
20% de su renta nacional.
Monarquía: 6.000 funcionarios
Nobleza: 200 grandes títulos + 8.000 hidalgos
Iglesia: casi 1.000 instituciones + 4.600 eclesiásticos
Burguesía: capitalistas mercantiles, 600
clase media, 3.000
Pueblo llano: más del 70%
manol
a
5. Mercado
laboral
1º - Servicio doméstico: más del 20% de los madrileños.
2º - Producción manufacturera: 11.000 en 66 oficios.
3º - Construcción: 10.000 directos.
4º - Industria alimentaria y comercio al por menor
5º - Amplio grupo heterogéneo sin cualificar.
Evolución de los precios reales
Al final de la Guerra de Sucesión, el retroceso poblacional
hizo aumentar los salarios un 7% sobre el costa de la vida.
Entre 1711 y 1740 los salarios se estancaron pero se
compensó con la moderación de los precios.
A partir de 1750, el índice salarial se hundió mientras los
precios, fundamentalmente de los productos más básicos,
se disparó.
El poder adquisitivo del pueblo llano inició una brusca caída que
se mantuvo toda la segunda mitad del s. XVIII.
El albañil herido (Goya)
6. Las basuras, deposiciones y demás inmundicias eran arrojadas
a la mismísima calle (¡agua va!). Discurría por los albañales que
surcaban el centro de las vías. El hedor era insoportable.
Había una notable contaminación ambiental.
Las calles sin pavimentar, con más de 1.800 animales de carga.
El Manzanares y sus afluentes urbanos se envenenaban con
los productos químicos que usaban curtidores, sombrereros,
tintoreros, pintores y otros artesanos.
Los cementerios de más de cien iglesias de intramuros.
Todo ello, junto a la falta de agua, explica los graves
problemas de salud y la propagación periódica de
enfermedades contagiosas.
Un menú diario de pan para desayunar, un pucherito de Madrid (garbanzos, alguna
hortaliza y uno o dos cuartos de tocino) con lo que comían y cenaban le costaba a un albañil
algo más de la mitad de su renta anual. Si estaba casado y tenía un hijo, 68%.
7. Orígenes inmediatos
Al poco de iniciar su reinado Carlos y su favorito deciden acometer un ambicioso plan de
policía para transformar Madrid. Esquilache encargó a Sabatini un plan que hiciera del “pueblo
más asqueroso del mundo, el más limpio de Europa”.
Plan: Embaldosar las aceras y empedrar las calles.
Construir un embrionario alcantarillado.
Saneamientos en las casas y prohibir el “agua va” incluso en las horas permitidas.
Una vez al día los vecinos barrerían y fregarían su calle.
A las medidas de profilaxis se añadían otras contra la delincuencia:
Se reimplantaba la pena de muerte para robos >50 pesos.
Se crearon nuevos cuarteles de Inválidos.
Se creó una milicia urbana de los gremios.
En 1765 se había inaugurado el alumbrado público: una red de
4.000 faroles, llamadas popularmente “esquilaches”.
Sereno.
Grabado de 1802
8. Como los propietarios pagaban el embaldosado, se les permitió subir hasta un 5% los ya
elevados alquileres (entre 1760-1764 un 14,75%).
El alumbrado se costeó con nuevos tributos. Además agotó las velas de sebo y obligó al uso
del aceite en un año que había subido mucho su precio debido a la mala cosecha.
Todo ello en medio de una gran crisis de subsistencia por
una serie continuada de malas cosechas.
Esquilache decidió asumir la gestión del Pósito. Se
compró todo el grano posible, incluso del Báltico, Nápoles y
Sicilia. Dichas operaciones generaron un alto déficit para la
Hacienda real y, además, no evitaron que el precio del pan
se doblara con respecto al de 1759.
La Real Pragmática de 11 de julio de 1765 liberalizó el
comercio al suprimir la tasa de granos, pero su entrada en
vigor se tuvo que retrasar lo que agravó la escasez y fomentó
todavía más la especulación.
9. El 10 de marzo de 1766, Esquilache, molesto con la impunidad de los embozados en diversas
protestas, sacó un decreto sobre la vestimenta de los varones, prohibiendo la capa larga y el
sombrero redondo por dificultar la identificación y difuminar las diferencias sociales.
La medida se había intentado en 1716, 1723, 1729, 1737, 1740 y 1745.
Pero ahora se encomienda a los alguaciles y al cuerpo de Inválidos su cumplimiento.
El dinero de las sanciones se repartirá entre los alguaciles, escribanos, denunciantes y el
juez instructor.
10. Tras diversas algaradas el motín comenzó el Domingo de Ramos de 1766.
¡¡El motín!!
¿QueMadrid se ha de limpiar?
Sí señor
¿Y cómoha de ser?
Quitándonosde comer
Y dexandode cagar.
A las 5 de la tarde un embozado se paseó
desafiante frente al cuartel de Inválidos de
Antón Martín. Interpelado por el oficial de
guardia, respondió mal y le arrojó al suelo.
Cuando trataron de detenerle, unos 50
embozados, con armas de fuego lo impidieron
al tiempo que proferían gritos contra el mal
gobierno y el favorito real, Esquilache.
11. Diversas cuadrillas se fueron reuniendo en la Puerta del Sol
y la Plaza Mayor. A la noche eran unos 20.000.
Un grupo asaltó la residencia de Esquilache. En la lucha con
la guardia y la servidumbre del marqués se produjeron las
primeras víctimas: 2 amotinados murieron.
Casa de las 7 ChimeneasSe asaltaron varios cuarteles de Inválidos para liberar a
los detenidos. En ello murieron otros 3/4 hombres.
En una representación muy simbólica, se ejecutó ritualmente al superministro. Una pira en
el centro de la Plaza Mayor quemó un retrato D. Leopoldo como un hereje o convicto de lesa
majestad.
Los alborotadores terminaron el día entrando en bares y tabernas, bebiendo gratuitamente
al grito de “¡qué pague Esquilache!”.
En total, al concluir la jornada, habían muerto, al menos, 17 personas y cerca de otras 30
ingresadas con heridas en hospitales.
También se había destruido casi todo el alumbrado, los “esquilaches”
12. Amaneció Madrid tomado por las tropas pero pronto empezaron a
juntarse grupos armados con piedras, palos, navajas y armas de fuego, a eso
de las 10, entre 30.000 y 50.000 eran dueños de Madrid.
En el Arco de Palacio la Guardia Valona disparó contra la multitud, también en la Pza. Mayor.
Un valón fue bárbaramente asesinado por la multitud lo que causó nuevos ataques y nuevas
bajas, entre ellas 7/8 soldados.
Gabinete de crisis en Palacio, con 3 partidarios de la represión,
3 de hacer concesiones. El conde de Revillagigedo que presidía la
reunión decidió con su voto la vía pacífica.
Guardia valona
Tomada la decisión, Carlos III envió una comisión de nobles con el
duque de Medinaceli para que concediera cuanto pidiera el pueblo.
Asimismo, un bando real volvía a autorizar el uso de capas largas y
el chambergo y ordenaba una rebaja del precio del pan y del aceite
al tiempo que concedía el perdón a todos si se disolvían y
regresaban en paz a sus casas.
13. Pero al escuchar el edicto la gente gritaba, ¡no es eso!, querían la destitución de Esquilache,
exponerle directamente las demandas y que el rey fuese a la Pza. Mayor a confirmarlas.
El papel con las peticiones de la multitud se redactó en una tienda
cerca de la Puerta de Guadalajara por uno “en traje de clérigo”.
1.Que el marqués de Esquilache y su familia salgan
desterrados de el reino.
2. Que seamos gobernados por ministros españoles, destituyéndose a los extranjeros.
3. Que se suprima la Junta de Abastos.
4. Que baje el precio de los comestibles “precisos a la vida humana”.
5. Que salgan de la corte las tropas valonas.
6. Que todos vistamos a nuestro gusto.
7. Que el rey acuda por la tarde a la Plaza Mayor para confirmar todas las concesiones,
pues, de lo contrario, ”esta noche ha de perder Madrid”.
14. Una comisión llegó a Palacio y el rey tuvo que oír de boca de
uno de los rebeldes las peticiones.
Carlos III concedió todo pero se le exigió que lo confirmase
públicamente.
Humillado, tuvo que salir al balcón de Palacio para ratificar
ante el pueblo las concesiones.
Esa misma tarde salía el decreto donde, además, se ordenaba
la inmediata libertad de los presos, el cese de reconocimiento
de los cadáveres y un perdón general.
Balcón de Palacio sobre la armería
Huida de la familia real
Pero esa noche, ofendido y asustado huía a Aranjuez
en compañía de la familia real, varios ministros y unos
100 guardias de corps.
15. Al conocerse la huida saltó otra vez la chispa de la revolución. Tras reuniones
y asambleas populares se decidió su rescate y humildemente pedir su perdón.
2.000 hombres pedirían al gobernador del C. de Castilla que redactara una
carta para el rey solicitándole la vuelta. 3.000 acamparían en Villaverde para
recibirle y otros tanto harían guardia en la Puerta de Toledo.
La carta la llevó un calesero de El Toboso, uno de los líderes. Carlos III mantuvo las concesiones
y el regresar pero siempre que depusieran su actitud y se desarmaran pacíficamente.
16. Mientras en Madrid se habían tomado varios cuarteles de
Inválidos y un batallón habían acudido a las cárceles de mujeres y
las habían liberado; éstas organizaron un desfile por la calle
Atocha con orden y marcialidad.
Al anochecer Madrid seguía en manos de los amotinados.
Entraban en tiendas, tahonas, tabernas y aguardienterías
pidiendo los víveres con “mucha cortesía”, diciendo que se les
pagaría todo después; pero a los que se negaban les apedreaban
el negocio y requisaban los artículos.
Los Inválidos o
“blanquillos”
Sabatini
Esa misma noche algunas cuadrillas apedrearon y tirotearon
la vivienda de Sabatini, a quien incorrectamente apodaban
“el napolitano” por su activa participación en las reformas
urbanísticas del marqués de Esquilache.
17. A eso de las 9 regresó el calesero de Aranjuez con una carta del rey que
leyó ante el Consejo de Castilla.
Al concluir fueron a la Plaza Mayor y desde un balcón de la Casa de la
Panadería se leyó hasta 3 veces en voz alta, además de un nuevo bando donde se exigía
el abandono de las actividades y la permanencia de todos los vecinos en sus casas.
De inmediato, entre vivas al rey, comenzó el desarme del ejército popular. A las 4 de la tarde
estaba concluida dicha operación.
Palacio de los Consejos
A las 4 se iniciaba la procesión del Miércoles Santo con su escenificación jerárquica y
corporativa de la capital, seguidos de cofradías, gremios, la plebe y la típica legión de pobres.
Al terminar todos los amotinados se recogieron en sus casas. Madrid estaba, al fin, en paz.
Casa de la Panadería
18. Motínes en provincias
Desde el 31 de marzo, todo abril y los más tardíos en
mayo/junio, se dieron más de 70 motines de subsistencia.
Los tipos de alboroto y su intensidad pueden quedar en 3
. Los de máxima intensidad y sangre.
. Los disturbios con amenazas y a veces relevo de
autoridades.
. Los de malestar difuso, expresado, sobre todo, con
pasquines y libelos. Los más numerosos.
Se centraron en las autoridades locales.
Tras el problema coyuntural de la carestía, existía el problema estructural de las oligarquías
municipales. El 86,9% de los cargos municipales en manos de la clase dominante.
La motivación más general: carestía debido a malas cosechas, pero también a la mala gestión
de las autoridades.
En Levante tuvieron un carácter antiseñorial, en Sevilla el encierro de 500 soldados
reclamando pagas no satisfechas, en Guipúzcoa el anticlericalismo…..
19. LAS RESPUESTAS GUBERNAMENTALES A LA SUBVERSIÓN
La reacción fue rápida, Múrquiz y Muniáin ocuparon Hacienda y Guerra. Hizo venir a Aranda y
el 11 de abril fue nombrado Presidente del Consejo de Castilla y Capitán General de Castilla la
Nueva, con todos los poderes para pacificar Madrid y llevar a cabo todas las reformas necesarias.
Aranda y Roda perfilaron un plan de pacificación.
Acusaron a los vagabundos de ser los autores mate-
riales y lo usaron para limpiar Madrid de población
marginal con levas, encierros, destierros…
Por otro lado había que descubrir a los autores de pasquines, sátiras, amenazas y papeles
anónimos que seguían circulando.
20. Las investigaciones del
momento
Nada más concluir el motín se iniciaron las investigaciones para descubrir
sus raíces y sus promotores. Los resultados eran sorprendentes: no había un
líder importante y todo apuntaba a una organización y autoría popular.
Conde de Aranda
No fue apresurado y sin rigor. La hicieron al unísono la Sala de Alcaldes, el Ayuntamiento, una
fiscalía del C. de Castilla y la Secretaría de Estado. Además Aranda hizo otra propia.
Estas conclusiones asustaron a Aranda, Campomanes, Roda… pues mostraban a un pueblo
políticamente mayor de edad y capaz de introducir cambios en la dirección del Estado.
Para estos gobernantes defensores de la sociedad estamental en la que el pueblo carecía de
derechos políticos y a los que había que tutelar dada su incultura, lo descubierto les resultó
inadmisible.
Por ello negaron la realidad y buscaron otros agentes sociales que, indudablemente debían de
estar detrás de esa “escandalosa revolución”. Sólo se había demostrado la participación de la
hez de la República, pero, sin duda, había sido un instrumento de una clase más hábil, con
alguna autoridad y poder.
21. Los autores de semejante jaque al rey sólo podían ser ciertos nobles y algunos eclesiásticos.
Se adujeron diversas cuestiones:
La disciplina y el orden que había imperado.
Se había visto a gente bien vestida repartiendo pasquines.
Se había comido y bebido gratis y se decía que pronto se pagaría.
Un canónigo le dijo a Rojas que “esto lo ha movido gente muy rica”.
Uno vestido de cura había participado en la redacción de las propuestas.
Según informes, los rebeldes habían sido adoctrinados por religiosos de alguna orden.
Carlos III comiendo ante su corte. Paret
Estas “pruebas” fueron bien aceptadas por las clases
privilegiadas. Algunos habían sufrido afrentas, pero ahora
podían dormir tranquilos, los causantes de las humillaciones ,
los autores de tan graves acciones eran de su propia sangre;
la chusma sólo había sido un instrumento.
l
22. Una Real Orden desterraba al Marqués de La Ensenada al destierro
en Medina del Campo donde falleció 15 años después.
Marqués de La Ensenada
El 21 de abril se creaba la “Sala especial de pesquisas reservadas o
Consejo Extraordinario” y se privaba de cualquier fuero privilegiado a
los encausados.
El tribunal colocó casi de inmediato a dos chivos expiatorios:
. Los vagabundos
. Los jesuitas
A los vagabundos se les concedían 4 días para abandonar la ciudad. La primera gran leva de
pobres comenzó el 1 de junio. A los inicios de 1768 se llevaban detenidas en Madrid, 5.790
personas acusadas de vagancia, cerca del 4% de su población total.
Lo de los jesuitas llevaría más tiempo.
Para Aranda la falta de representación popular en el Ayuntamiento también les había llevado
al motín. En 1766, el 86,9% de los cargos estaba en manos de las clases dominantes.
En mayo se crearon los diputados y síndicos personeros del común. Ambos sin retribución por
lo que terminaron recayendo en las clases más acomodadas.
También se crearon los alcaldes de barrio pero con funciones muy distintas pues se ocupaban
de mantener el orden en los distritos o barrios en que se dividió la ciudad.
23. Aranda consiguió que entre mayo y junio llegasen memoriales de las corporaciones pidiendo
disculpas. Con ellos el C. de Castilla elaboró un informe sobre la inconstitucionalidad de las
concesiones hechas. Por fin se remitió un escrito a Carlos III solicitando, conforme al dictamen,
se anulase la rebaja de los precios, la derogación de los bandos de policía, la supresión de la
Junta de Abastos y el destierro de los valones. Nada se decía, significativamente, de Esquilache.
El auto concluía con la conformidad del rey, manteniendo el indulto y el nuevo modelo de
aprovisionamiento.
Las Guardias valonas entraron otra vez en Madrid entre un silencio sepulcral y después de
una ejecución pública como consecuencia de las protestas.
Poco después se restablecía el alumbrado público con 2 importantes novedades:
. se cobraría 64,54 reales por casa y farol a los dueños, nunca a los inquilinos.
. se utilizaría aceite y no las costosas velas de sebo.
En octubre Aranda convocó a los gremios para comunicarles
que al rey le encantaría que en Madrid se “restableciera la
antigua costumbre de llevar sombreros levantados”.
24. Con docilidad muchos maestros salieron al día siguiente con sombreros de tres picos. Los
disturbios llevaron a actuar a un contingente militar y hacer detenciones.
Entre los arrestados figuraban los representantes de los dos grupos sobre los que recaían las
sospechas: los jesuitas y los ensenadistas.
El 21 de febrero de 1767, un decreto real expulsaba a los jesuitas del reino por su participación
activa en el motín y por haber adoctrinado a la plebe.
Un grupo de jesuitas camino del puerto.
Grabado s. XVIII
Imagen extraída del libro “La España de la
Ilustración (1700-1833)” de Jean-Pierre Almaric y
Lucienne Domergue
25. En el decreto final Carlos III señalaba que no podía confesar las razones profundas de tan
difícil determinación.
Ningún jesuita fue directamente relacionado con el motín.
El gobierno ilustrado liquidaba a una orden que debido a su especial voto de obediencia al
Papa se oponía a la política regalista de la Corona y constituía un Estado dentro del Estado. A la
vez se accedía al cuantioso patrimonio jesuítico.
Disolución
Clemente XIV en 1773
Colegio Imperial
Reales Estudios de San Isidro
Clemente XIII
Es informado 1767
Notes de l'éditeur
2 cosas: 1º, no es verdad, Carlos no se dejaba manejar de esa forma y 2º, el pueblo dice eso porque está intentando absolver al rey.
Servicio doméstico: criados de todo tipo (lacayos, mozos, recaderos, amas de cría, ayudas de cámara, lavanderas, cocheros, mayordomos, doncellas, cocineras, etc.) de librea y algunos esclavos.