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Ponente: Carlos Nuño Molina, Profesor de Literatura
Tema: Conmemoración Día del Libro 2019: Lectura colectiva de poesía española de ahora mismo
Fecha: 23 de abril 2019
Lugar: Universidad Popular Carmen de Michelena de Tres Cantos, España.
Descripción:
Con motivo del Día del Libro, la Universidad Popular Carmen de Michelena celebra el florecimiento actual de la poesía española y le dedica una tarde para el disfrute y la participación del público.
En tiempos de crisis, cuando caen o se debilitan los referentes sobre los que hemos construido el mundo moderno y nuestras propias vidas, la poesía es la primera manifestación artística que lo detecta y la primera que apunta, aunque sea intuitivamente, al nuevo sistema de valores.
Dos características fundamentales de esta poesía:
1ª/ El mundo es visto como algo hostil, frente al que la persona se siente a la intemperie y sin esperanza de cambiarlo. Solo queda la ironía o el refugio en lo personal: El amor o la familia.
2ª/ La presencia dominante de la voz de las mujeres poetas, en justa correspondencia a la irrupción de lo femenino en el mundo actual y como compensación al largo silencio de las mujeres en la historia
Las personas que han participado en el seminario de la U.P. Carmen de Michelena "Lectura en Público y Declamación", serán las que lean la selección de poemas realizada. No obstante, si hay alguien entre el público que quiere leer algún poema propio, tendrá oportunidad de hacerlo contactando con el presentador de la sesión.
Cerraremos el acto con la intervención del coro de la U. P. Carmen de Michelena, preparado y dirigido por Dafne Figal Calaforra, que interpretará cuatro piezas sobre la vida, la muerte y el amor, de Juan del Enzina, Felice Giardini (en italiano), Federico García Lorca y Mario Benedetti.
Los autores de las poesía que se vana a leer son, principalmente:
Javier Gallego, Miriam Reyes, Carmen Jodra, Eduardo Jordá, J.C. Mestre, Manuel Vilas, Ajo, Esther Jiménez, Luna Miguel, Raquel Lanseros, Elvira Sastre, Martha Asunción, Isabel Pérez,
Poesía española de ahora mismo - Parte 2.-- Materiales para la lectura colectiva:
1. Poemas SXXI
Oremos
Líbranos de la pena porque ella
destroza el corazón larvadamente
y trae sombra a los ojos de los niños.
Líbranos de la dicha porque a ella
le siguen siempre penas que la hacen
aún más amarga que las penas mismas.
Líbranos del dolor que nos reduce
a tristes bestias de ojos humillados
que solo buscan un rincón caliente.
Líbranos del placer que nos obliga
a creer que este mundo es dulce y bueno
justo hasta que salimos del encanto.
Líbranos del mal hado y la pobreza
que nos azotan con mano invisible
hasta que maldecimos nuestros nombres.
Líbranos del buen hado y la abundancia
que vierten la ponzoña gris del tedio
en la copa de oro del cinismo.
Carmen Jodra.
No estoy hecha para los odios duraderos
pero no quiero dejar de odiar la llama eterna
que alumbra la memoria del soldado sin nombre,
de los muchachos sacrificados en el altar
de los alegres carniceros.
Ellos se erigen estatuas a sí mismos
con nombres y apellidos y coronas y cascos y
medallas…
Para los corderos la sangre,
para los matarifes la memoria.
Los escucho afilar de nuevo los cuchillos,
calcular beneficios y bajas,
preparar los discursos y escoger a los héroes.
¿Y qué haré, me pregunto, cuando lleguen los
días de los crímenes?
¿Me uniré a sus canciones?
¿Pondré rosas en torno a sus armas?
¿Les entregaré la gozosa carne que he parido?
¿Mataré yo también a los hijos de las otras?
No estoy hecha para los odios duraderos
pero si tengo que odiar,
que al menos escoja bien a mi enemigo,
que no olvide que tiene nombre y cargo,
se titula presidente o ministro o general
y se divierte en los campos de batalla.
Montserrat Cano, Barcelona. 2016
O Futuro ( 2018)
Reprimir la inquietud por el destino
aferrado al vigor de un pasaporte
es un gran logro de la democracia.
Toda esta gente y cada una,
con su derecho a desear,
2. en la cola estancada del vestíbulo,
en la luz terminal del aeropuerto,
si la noche hace oscura.
De camino, en el taxi, en duermevela,
oí llover sólo en los parques,
toqué la piel del mes de octubre
del año cero de la noche,
entre la inflamadura de las cúpulas
y la radiografía de los puentes.
Y vi edificios ciegos asomados
al temor de encontrarse sin querer en una
zona no autorizada
hablando en lenguas muertas.
Estos sitios históricos
no garantizan que el pasado esté
orgulloso de haber sobrevivido.
Este lugar es puro porvenir,
según las normas internacionales
que regulan las dimensiones
y la neutralidad del mobiliario.
Gente que sigue a gente.
Gente que se vigila.
Gente tenaz como la aguja
del segundero de un reloj
recién parado.
El alemán de raza negra envejecido
del escáner de códigos-producto
abrió sus ojos como el dios de un río
perturbado en su lecho por dos gotas de agua.
Éramos un acorde en la infinita
inmensidad del rostro
al pasar por tercera
vez el control de pasajeros.
Guantes de látex adecuaron
al protocolo nuestras pertenencias.
Y el arco detector del hombre de Vitruvio,
y la ausencia de insectos y otras formas de vida,
nos dejaron a solas definitivamente
con la medida humana.
Al otro lado del umbral
de la sospecha.
En el punto de no retorno.
Dueños al fin de nuestro hueco. Listos
para ser arrojados más arriba.
Abrahan Grajera
No me acostumbro a despertar contigo.
Es como amanecer en otra casa
con un siseo de aspersores
como niños jugando a llamar al que pica,
se da la vuelta y no ve a nadie;
como el mirlo, con su pico de oro cargado,
de lombrices, es la felicidad,
y la felicidad, más que mi fuerte,
es este estarse así, desprotegido.
No me acostumbro a despertar contigo
oyéndonos latir el corazón descalzo,
en la noche de siempre, por la casa desierta.
No sé quién soy, qué tengo
para darte,
pero si vienes a vivir conmigo
pondré mi mesa junto a la ventana
para verte llegar
cada tarde
porque me gusta verte
doblar la esquina,
cruzar la plaza,
de lejos, en silencio y preguntarme
cómo estuve contigo tanta muerte,
cómo pude volver y recordarte.
Abraham Gragera
Laura Rosal
Vuelvo al origen.
Vuelvo
Como un animal herido.
Como un poeta
3. Con la mano en la garganta.
Vuelvo.
Estoy donde debo.
Y sin embargo, nada me pertenece.
No es mío este jardín.
No estas ventanas sin respuesta.
Y entonces, el vino no me salva
Y el origen es sólo
Un cerrar los ojos.
Mirar al vacío, desafiante.
Dejar caer la vida,
Rogarle que no duela.
Laura Roal.
MANOS
Envuélveme en tus manos,
que su cuna serene a las mías,
ese molde perfecto al que se ajustan
como predestinadas desde el tiempo.
Transítame en tus manos
cada porción de piel y cada poro,
que nada quede al margen de su roce
para que nada mío desconozcan.
Disfrútame en tus manos
que conocen el ardor de mi tez
y el recóndito espacio en que me tiembla
la avaricia del aire en la garganta.
Descánsame en tus manos,
son la esfera perfecta en que me apreso
para dormir en ti, perpetuamente,
el canto acompasado de las horas.
Isabel Miguel.
CORSO REGINA MARGHERITTA
Dejemos que las cosas ocurran, esta vez de
verdad.
No nos perdamos otra vez en el viaje
de lo grande a lo pequeño.
Llegarás a Torino en avión, atravesando los
Alpes.
Prende il Pullman y baja en la estación de Porta
Susa,
camina San Donato y al pasar el cine Roma Blue
gira a la derecha. Yo no saldré a encontrarte.
Será de noche, poco después tu cara será
iluminada
por la luz naranja de la parada del tranvía:
Livorno.
Una ciudad bien iluminada por la noche
nos conducirá a la revolución,
de momento es la felicidad.
Japón. La terra torna ancora a tremare.
Y siento que ha sido el comunismo,
su éxito y su fracaso, la idea del comunismo,
lo que permite que nos encontremos año tras año
en ciudades tan lejanas, en poemas tan distintos.
Un poco más, y estarás conmigo.
Si consigues orientarte solo con mis palabras,
sin otros mapas ni otros libros,
tu mente se irá reparando y llegarás curada.
Creo que me has descubierto.
Palabra por palabra, recordamos la lengua en la
que crecimos,
y aún pienso que uno de los dos morirá joven.
Nos hemos quedado en Europa definitivamente
y eso es lo que distingue nuestro odio
del odio de los demás.
Si me he tomado el tiempo de explicarte esto
es para que entiendas que sé llegar a cualquier
sitio,
y que como tú dijiste un día: la geografía me
salvó.
Sigue un poco más y ya estarás en casa.
Por la mañana abrirás la ventana
y verás la nieve sobre la que hoy volaste.
Hemos vivido mucho tiempo solos.
La casa es pequeña,
nos costará aprender a movernos sin molestarnos
pero eso ya será parte del camino de vuelta.
Pablo Fidalgo.
4. Ya solo me queda una maleta y un libro
En esta casa.
Después, cerraré la puerta con llave.
Empiezo una nueva vida, es decir,
Deshago todas las maletas y las vidas anteriores en otro punto del mapa.
No, no tengo ganas de escribir,
Igual que no tenía ganas de hacer maletas;
Es penoso repartir muebles,
Dolores, daños,
No tenía ganas de decir tantos adioses sin decir
Y otros, tan cortos.
Y, sin embargo, es necesario escribir y empaquetar.
Luego, partir:
Intentar llegar a otro punto con todas las cargas, el peso, la evidencia
De quien solo
Se adhiere a objetos con forma de rostros doblados.
El próximo lunes, al llegar, el primer día de un mes cualquiera,
Estará todo repartido
Y habrá que deshacerlo bien.
A ti te dejo las copas de vino que robamos juntos, las fotos de carné
Y todos esos recuerdos
Que permanecen casi ilesos en los objetos con los que dormimos,
A los que observamos, con los que vivimos.
Solo un libro, una maleta y lo puesto.
El próximo lunes
Llegaré llena, hasta arriba, deshecha,
Llegaré cargada con algo que ya no será mío
Y que ni tú ni yo, hablando lenguas distintas,
Nombraremos ya jamás.
Sara R Gallardo.
CANCIÓN DEL MUNDO
Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.
También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.
Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.
Mientras alguien disfraza con plegaria su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.
Y mientras alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.
El mundo nos entona su canción.
Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
5. que de la nada viene y en todo se refleja.
Basta callar, dejar cantar al mundo
y oír su voz fugaz para entenderlo.
De Las ramas del azar, 2015
Constantino Molina.
EPITAFIO
Ni buscó la verdad, ni mendigó saberes.
En la noche escuchó cantar al ruiseñor,
y con su canto dentro, ignorando, vivió.
Constantino Molina
EXTRAÑA VOCACIÓN
Cueva de Catalina de Cardona, Casas
de Benítez
En esta oscura cueva
inició una mujer en soledad
su vida de ermitaña.
Aquí vivió, durante varios años
persiguiendo los dones más divinos
y la iluminación espiritual.
Años entre cilicios y pesares,
entre sangre y cadenas.
Vestida con andrajos miserables
y, como un animal, alimentándose
de hierbas y raíces.
Los libros, dicen de ella
que prefirió la vida de eremita
despreciando un palacio,
que sus flagelaciones y tormentos
fueron tantos que a muchos espantó.
Y que la acompañaban visiones
tan terribles como hermosas.
Me pregunto, incapaz de comprender,
qué laberintos trazan
el alma y el espíritu
para engañarse tanto.
Qué tormentos no habrán padecido antes
para buscar refugio en el sufrir.
Qué extraña vocación,
la vocación absurda del dolor.
(Las ramas del azar. Rialp, 2015)
Constantino Molina.
TAMBIÉN ACANTILADOS
No siempre acaba el mar
en apacibles playas arenosas.
También acantilados
delimitan las líneas de la costa.
No siempre
el que contempla el mar
obedece al sereno pensamiento
de la docilidad y de la mansedumbre.
Ya que también el vértigo
entiende de placeres y armonías.
(Silbando un eco extraño. Hiperión,
2016)
Constantino Molina.
6. Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no
ha escrito
Cualquiera diría al verte
que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.
Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima
del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me
toca
y no la chica más guapa del barrio.
Te sientasMarie Vorobieff Marevna - 01
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las
protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita las bragas
y se lanza a bailar con todos los semáforos en
rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos
abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.
Elvira Sastre.
Radiografía
He visto el esqueleto de mi alma,
y no he tenido miedo.
Yo no he visto los huesos
que calmarán el hambre de los buitres,
o encontrarán su tumba bajo el agua,
entre la sal y los naufragios.
No todavía.
Tampoco he visto en ellos cicatrices:
quizá no he estado nunca en la batalla,
siguiendo las estelas de los tanques,
7. golpeando otros huesos con mis huesos.
No todavía.
He visto el esqueleto de mi alma:
era una catedral del siglo XIII,
sólo nervios y vanos,
y nada alrededor, clara y oscura
María M Bautista.
Justicia poética, un poema de Rosa Berbel (1997)
Quiero conocer a todas mis madres
reconstruir mi linaje y mi conciencia
a partir de los versos las renuncias
las huellas de todas las mujeres
que he sido al mismo tiempo.
Quiero una larga estirpe de mujeres valientes
que han escrito poemas
después de hacer la cena
y han vivido el exilio
dentro del dormitorio.
Reconocerlas libres brillantes y caóticas
retratando monarcas
sublevando las formas
componiendo sonetos
en una Europa en llamas.
Quiero sobrellevar la carga de la historia
convertirme en relevo
nombrarlas
sin esfuerzo.
Pronunciar con propiedad
el término familia.
Rosa Berbel.
TORMENTA Y BREVEDAD
Querida mamá: estoy aprendiendo a ladrar
Olga Novo
Llueve sobre mis dedos sucios de pelar ajos
y no comprendo para qué sirve la desmemoria.
Hago cábalas con esta pena tremenda incertidumbre
que es herencia de mi abuela y de mi madre y pienso
‘ojalá no tenga hijas para ver madurar su dolor’.
Pintarse las uñas de los pies como un gesto de supervivencia
frente al grito agonía purpúrea que no sale de la garganta
sino de crines de rabia en el suelo del aseo anónimo.
He vivido y he sangrado al lamer los cuerpos de seres más frágiles
y si estoy aquí es para amar a las criaturas llanto de la especie.
Llueve muy lento entrecierro los ojos mientras ella se finge dormida:
la vida prosigue camina desnuda hacia la brevedad
hacia la transparencia.
(Simiente, 2019)Gema Palacios.