Contaminacion Rio Mantaro y propuesta de soluciones
Las concepciones del cosmos en los originarios americanos
1. LAS CONCEPCIONESDELCOSMOS EN LOS ORIGINARIOSAMERICANOS,SUMERIOS,EGIPCIOSY CHINOS
Introducción:
La observación del cielo ha sido un fenómeno universal, por lo que todas las grandes civilizaciones del pasado crearon complejas
explicaciones sobre el Universo y los distintos eventos que en él ocurren. La mayoría del conocimiento así generado se ha perdido
para el hombre occidental,pues al ser nuestra cultura heredera directa del saber griego, sólo estamos familiarizados con los logros
de esa civilización, así como con el conocimiento astronómico surgido entre los sumerios, pues los griegos tomaron gran parte de
esa información, la hicieron suya, y la trasmitieron al mundo occidental.
En el presente capítulo se hace una síntesis de los principales logros que en el terreno astronómico consiguieron algunas de las
grandes civilizaciones dela antigüedad,incluyendo a las dos más representativas (o quizás debamos decir más estudiadas) que hubo
en lo que hoy es el territorio mexicano. se hace énfasis en las i deas y modelos que esos pueblos tuvieron sobre la forma del
Universo, así como el lugar que en él creían ocupar.
Los Sumerios
Cualquier texto de historia antigua nos daráinformación amplia sobre los pueblos que hace unos 6 000 años vivieron en la eno rme
llanura asiática comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, así que no abundaremos en los detalles, únicamente señalaremos que
los sumerios,nombre genérico con el que se designa a las diferentes tribus que a lo largo de varios milenios ocuparon esa zo na de
nuestro planeta, crearon una cultura muy avanzada, siendo los introductores de muchos conceptos que en la actualidad siguen
teniendo vigencia.
El estudio de esa rica cultura se ha facilitado porque los arqueólogos han encontrado en las ruinas de sus pr incipales ciudades
numerosas tablillas hechas de barro cocido en las que, con caracteres cuneiformes ya descifrados por los especialistas, queda ron
registradas las actividades preponderantes de su vida. En la etapa temprana de su civilización el universo s umerio fue poblado por
dioses y diosas engendrados por el caos, personificado en Tiamat, la diosa madre, y por Apsu, el dios padre identificado con el
océano, y de cuya unión surgieron el hombre y los animales. En una lucha entre Marduk (Júpiter) y las dei dades protectoras de
Tiamat, éste las aniquiló,incluyéndolaa ella.Después partió el cadáver divino en dos: levantando una parte formó el Cielo, mientras
que la otra la puso a sus pies y surgió entonces la Tierra. Esta ingenua visión del cosmos se fue complicando al aumentar los
conocimientos matemáticos y astronómicos de esos pueblos.
Para los caldeos, herederos culturales de los pueblos sumerios, el Universo era una región completamente cerrada. En su
concepción la Tierra se encontraba al centro, flotando completamente inmóvil sobre un gran mar. Siendo esencialmente plana,
estaba formada por inmensas llanuras. En su parte central se elevaba una enorme montaña. Conteniendo al mar sobre el que
flotaba la Tierra y rodeándolo totalmente había una muralla altaeimpenetrable. Ese gran mar era un espacio vedado a los hombres,
por lo que se le llamó aguas de la muerte. Se afirmaba que una persona se perdería para siempre si se aventuraba a navegarlo. Se
requería un permiso especial para hacerlo, y éste sólo era otorgado por los dioses en muy pocas ocasiones, tal como lo relata la
Epopeya de Gilgamesh.
El cielo estaba formado por una gran bóveda semiesférica que descanzaba sobre la ya mencionada muralla. Fue diseñado y
construido por Marduk, quien la hizo de un metal duro y pulido que reflejaba la luz del Sol durante el día. Al llegar la noche, el cielo
tomaba un color azul oscuro porque se convertía en un telón que servía de fondo a la representación que hacían los dioses,
identificados con los planetas, la Luna y las estrellas. Es en esta cultura donde surge la idea de un cosmos con forma hemisférica,
concepción que será retomada por muy diversos conglomerados humanos en diferentes épocas y lugares.
Para explicar lasucesión del día y la noche supusieron que la mi tad de aquella muralla era sólida, mientras que la otra era hueca y
tenía dos aberturas opuestas. En la mañana la que se encontraba al este era abierta y Shamesh, el dios solar, salía a través de ella
conduciendo una gran carroza tirada por dos magníficos onagros. El disco solar visto por los hombres era una de las brillantes
ruedas doradas de ese carruaje. Con vertiginosa velocidad Shamesh arriaba a los onagros cruzando el cielo a lo largo de una
trayectoria circular bien definida. Cuando empezaba a atardecer, Shamesh disminuía su ímpetu y lentamente iniciaba el descenso,
entrando por la puerta oeste de la gran muralla. Al crepúsculo esa puerta era cerrada, llegando así la oscuridad. Toda la noc he la
carroza sedesplazaba dentro de una inmensa caverna para emerger de ella a la mañana siguiente, cuando era abierta nuevamente
la puerta del Este, dando así lugar a otro día.
Unos 4 000 años atrás los sacerdotes sumerios hicieron mapas celestes, y dividieron el cielo en constelaciones. También forma ron
los primeros catálogos estelares y registraron los movimientos planetarios. Construyeron calendarios y pudieron predecir los
eclipses de Luna. Se han encontrado diversas tablillas de barro cocido en las que fueron trazados tres círculos concéntricos,
divididos en 12 partes por igual número de rayos. En cada una de las 36 secciones así obtenidas se encuentra el nombre de un
agrupamiento particular deestrellas o constelación,acompañado por una seriede números simples cuyo significado aún no ha s ido
descifrado.Hasta donde seha podido establecer, éstos son los primeros mapas celestes hechos con fines prácticos y no como mera
representación del cielo.
Los caldeos miraron el firmamento pensando que los cuerpos celestes habían sido puestos ahí por los dioses para el ben eficio
humano, y que el propósito de su presencia era dar indicaciones sobre la fortuna de individuos y naciones. Las estrellas y los
planetas fueron vistos como portadores de misteriosas influencias que los hombres podrían leer adecuadamente estudiando su
desplazamiento. Por esa razón los llamaron interpretes de los dioses. Esta concepción convirtió a los caldeos en verdaderos
observadores del movimiento de los cuerpos celestes, comportamiento que los diferenció de otras culturas antiguas, pues no só lo
se dedicaron a ver e interpretar, sino que fueron capaces de medir. Esa actitud dio origen a la pseudociencia conocida como
astrología; sin embargo, del estudio de los movimientos planetarios hechos por los caldeos surgió también la ciencia de la
astronomía.
Al estudiar la bóveda celeste los astrónomos caldeos construyeron tablas planetarias donde anotaron cuidadosamente las
estaciones y retrogradaciones,8[Nota 8]ya que esos datos eran elementos básicos para determinar el curso de los planetas por la
bóveda celeste. Gracias a esetipo de estudios fueron capaces de diferenciarlos de las llamadas estrellas fijas. Como el estudio del
movimiento requiere del manejo del espacio y del tiempo, tan notables observadores inventaron la medición de esos conceptos e
2. introdujeron el año dividido en meses, días, horas, minutos y segundos. Asimismo, dividieron la semana en siete días, cada uno de
ellos asociado a un cuerpo celeste: el Sol (domingo), la Luna (lunes), Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Venus
(viernes) y Saturno (sábado). Además, como consecuencia de su determinación del año solar de 360 días (más cinco de ajuste),
dividieron angularmente el círculo en 360 grados, introduciendo también la división del grado en 60 minutos de arco (') y éste a su
vez en 60 segundos de arco(").
Ese tipo de mediciones permitieron que los caldeos pudieran determinar las estacionesy retrogradaciones delos planetas,así como
calcular su salida y ocaso. También calcularon las fechas en que algunas constelaciones apar ecían o desaparecían por puntos
notables del horizonte. Igualmente pudieron conocer con antelación el acercamiento de cada planeta a las estrellas más brilla ntes
localizadas dentro de una franja del cielo único y bien determinado, zona en la que advirtieron los movimientos del Sol y la Luna.Por
estas peculiaridades, los griegos llamaron eclíptica al plano central de esa banda. Fueron ellos también quienes bautizaron a la
mencionada franja como el zodiaco.
De esa división arbitraria del camino aparente que sigue el Sol en la bóveda celeste provienen los 12 signos del zodiaco que hemos
heredado, y que en la actualidad son: Aries (el carnero), Taurus (el toro), Géminis (los gemelos), Cáncer (el cangrejo), Leo (el león),
Virgo (la virgen), Libra (la balanza), Escorpio (el escorpión), Sagitario (el flechador), Capricornio (la cabra), Acuario (el aguador) y
Piscis(lospeces).Siguiendo una tradición milenaria,los astrónomos han continuado utilizando esos nombres para lasconstel aciones
eclípticas, de igual manera que han conservado los nombres de los días de la semana y la división sexagesimal de grados, horas,
minutos y segundos.
Cosmogonías de otros pueblos de Asia
La visión egipcia
Los egipcios,constructores de gigantescas pirámides,bellostemplos y magníficas esculturas fueron un pueblo que durante su largo
periodo de desarrollo cultural no mostró mayor interés en las especulaciones filosóficas, teniendo más bien una fuerte dispos ición
hacia lo práctico. Contemporáneos de los diversos grupos que vivieron en Mesopotamia, tuvieron una actitud diferente hacia la
astronomía,usándola sobre todo como base de su medida del tiempo, lo que les permitió desarrollar un calendario civil que, s i no
fue muy complejo astronómicamente, sí fue el más avanzado de los utilizados en la antigüedad.
Tal actitud muy probablemente se debió a que los sacerdotes centraron su atención en el más allá,haciendo del culto a los mu ertos
una verdadera religión. Aunque los egipcios no formularon teorías acerca del Sol y la Luna, ni tuvieron ideas específicas sobre el
movimiento de los planetas,sesabeque tuvieron sus propias constelaciones formadaspor grupos conspicuosdeestrellas brillantes.
Sin embargo los registros fueron muy vagos y se han perdido. En la actualidad solamente se sabe que, con las estrellas del
hemisferio norte, la única constelación que formaron fue la del Arado, ahora llamada Osa Mayor.
Egipto es un país que desde sus orígenes se formó y desarrolló a lo largo del río Nilo,que correparalelo a la costa del Mar Rojo. Esa
clara forma de rectángulo fue muy probablemente la causa de la teoría de que el mundo era alargado, como una caja rectangular .
En sus representaciones más primitivas del cosmos ya aparece esa forma. Así, en el papiro funeral de la princesa Nesitanebten hu,
sacerdotisa de Amón-Ra que vivió unos 1 000 años a.C., así como en algunas paredes de tumbas y templos, han sido encontradas
representaciones simbólicas de un universo alargado. En el mencionado papiro, el cielo es el cuerpo de la diosa Nut, quien
adoptando una incómoda posición en la que se apoya solamente con pies y manos cubre con su alargado cuerpo a Shibu, la Tierra,
representada abajo de Nut reposando sobre su costado izquierdo, mientras que el dios del aire Shu está entre ambos, ayudando a
sostener a Nut en su difícil pose. Hay otras variantes de esta representación. En algunas se mira el cuerpo de Nut cubierto de
estrellas, y sobre él se desplazan el Sol y la Luna en dos pequeños botes.
Sin embargo, esta representación del Universo resultó tan elemental para una civilización tan avanzada, incluso desde el punto de
vista de una cosmogonía religiosa, que posteriormente la modificaron. Fue así que consideraron que el mundo tenía forma de ca ja
rectangular, con un eje mayor orientado de norte a sur, mientras que el menor quedaba en dirección este-oeste. Pensaron que la
Tierra era el fondo plano de la caja, y que en ella alternaban las tierras y los mares. Egipto se encontraba al centro de ese plano,
mientras que en la parte superior de la caja estaba el cielo,formado por una superficiemetálica planasostenida por cuatro grandes
montañas localizadas en los extremos de la caja.Finalmente,y ante la evidencia observacional, no pudieron negar lo que indi caban
sus sentidos sobre la forma del cielo, por lo que terminaron por aceptar que éste era en realidad una superficie convexa en donde
había un gran número de agujeros de los que colgaban las estrellas suspendidas por cables. Para los egipcios de aquella época los
astros eran fuegos alimentados por emanaciones que se formaban y subían desde la Tierra, y que no eran visibles durante el día
porque solamente se encendían por la noche. Las cuatro montañas que sostenían el cielo se unían entre sí en su parte más baja ,
formando una pared rocosa que rodeaba al mundo. Al Sol, encarnación del dios Ra, se le representaba por un disco de fuego que se
desplazaba por el firmamento flotando en una barca.
De acuerdo con los más antiguos mitos egipcios, la Vía Láctea había sido hecha por Isis, quien la construyó regando una g ran
cantidad de trigo en el firmamento. Posteriormente fue considerada como el Nilo Celeste, el río sagrado que cruzaba el país d e los
muertos. La diferencia de altura que el Sol alcanza sobre el horizonte entre el verano y el invierno fue explicada por lo s egipcios
haciendo una analogía con lo que le sucede al río Nilo en esas dos temporadas. Sostenían que cada verano el río celeste se
desbordaba, de igual manera que su contraparte terrestre, ocasionando que la barca de Ra abandonara su lecho y quedara más
próxima a Egipto.
Todo ese esquema del mundo nada tenía que ver con teorías acerca del Sol y la Luna, ni contenía ninguna idea específica sobre el
movimiento planetario.La falta de interés de los sacerdotes egipcios por la naturaleza física del Universo se explica puesto que en
su concepción religiosa no eran fundamentales los pronósticos astrológicos. Por esto no especularon respecto a la posible
naturaleza de los planetas y se concentraron en el mundo espiritual. Así se marcó la diferencia entre la astr onomía y las
concepciones cosmogónicas manejadas por sumerios y egipcios.
El universo de los chinos
Aunque la civilización chinatienegran antigüedad,sólo setiene información segura sobre su desarrollo histórico a partir d el inicio
de la dinastía Shang, la cual consolidó su poder hacia el año 1500 a.C.
3. Los diversos registros dejados por los astrónomos chinos muestran que fueron buenos observadores. Sus catálogos de cometas,
eclipses y otros eventos astronómicos confirman que tuvieron un bien organizado grupo de observadores que de manera
sistemática y meticulosa realizaron un trabajo muy valioso, tanto, que en la actualidad sigue dando frutos. Utilizando el mis mo
sistema de coordenadas que ahora manejan los astrónomos para localizar los objetos celestes, pero que fue desarrollado en
Occidente sólo hasta el siglo XVII, los chinos determinaron más de 2 000 años atrás las posiciones aparentes de las estrellas de
mayor brillo del firmamento.En efecto, alrededor del año 350 a.C. Shih Shen construyó un mapa estelar donde catalogó más de 800
estrellas.
Seguramente en gran medida por su ubicación geográfica, estos observadores orientales no pusieron mayor atención en el estudi o
de las estrellas dela eclíptica,sino quedesarrollaron su sistema de referencia celes te en torno a las constelaciones circumpolares.
Alrededor del año 1400 a.C., los chinos ya habían determinado la duración del año solar, estimándola en 365.25 días, mientras que
la lunación la fijaron en 29.5 días. La exactitud de estos valores es notable y viene a confirmar la excelencia de los astrónomos
chinos.
Las observaciones de los movimientos planetarios también se realizaron en China en forma muy cuidadosa desde fechas muy
tempranas. Sin embargo, a pesar de que las realizaron durante periodos considerablemente largos, no formularon ninguna teoría
planetaria. Como sucedió en otras civilizaciones, los chinos asociaron a los planetas con los componentes básicos que, según su
filosofía, constituían a la naturaleza, así como con los puntos cardinales: Júpiter se asoció con la madera y el Este, Marte con el
fuego y el Sur, Saturno con la tierra y el centro, Venus con el metal y el Oeste, mientras que Mercurio quedó ligado al agua y al
Norte. Según sus ideas la madera, el fuego, la tierra, el metal y el agua eran los cinco elementos primarios con los que se formó el
Universo.
Para los chinos la Vía Láctea fue un objeto cósmico que no requería mayor explicación. Simplemente la llamaron Tian Ho, que
significa el Celeste Ho, siendo la contraparte cósmica del río Ho o Amarillo. Por su aspecto blanquecino consideraron que estaba
hecha de seda. En el aspecto práctico los chinosestablecieron una conexión entre la Vía Láctea y el agua de lluvia, ya que c uando en
China tiene mayor esplendor ese objeto celeste, es cuando la época de lluvias alcanza su máxima intensidad.
Las concepciones filosófico-religiosasdesarrolladas en China no consideraron a los objetos cósmicos como dioses que determinaran
los destinos humanos, y aunque sí tuvieron astrología y un equivalente al zodiaco formado por 28 casas, en lugar de los 12 signos
originados en Mesopotamia, fue diferente de la surgida en la región comprendida entre el Tigris y el Éufrates.
Los cálculos astronómicos chinos fueron más bien de tipo algebraico, ya que no contaron con una geometría teórica desarrollada
como la que hubo en Grecia. Esa falta de visión favoreció que no tuvieran una imagen intuitiva de la estructura geométrica del
cosmos.
La idea cosmogónica más antigua originadaen China aseguraba queel Universo estaba formado por el Cielo de forma esférica,y por
la Tierra,que era un cuenco con su abertura hacia abajo.Sus bordes o límites eran aristaslineales queen realidad ledaban forma de
un cuadrado convexo. Alrededor de ella había un gran océano en el que se hundía el firmamento. El Cielo y la Tierra se sostenían en
su sitio por virtud del aireatrapado debajo de ellos. Consideraban que la bóveda celeste era de forma irregular, más elevada al sur
que al norte, por lo que el Sol, que rotaba junto con ese hemisferio irregular, era visible cuando se encontraba al sur, e invisible
cuando ocupaba el norte de ese cielo deformado. Aunque el Sol, la Luna y los planetas se movían junto con el firmamento, tamb ién
tenían movimientos propios.Aseguraban que el Cielo se encontraba 80 000 li por encima de la Tierra, lo que con nuestras medidas
equivaldría a unos 43 kilómetros.
Posteriormente, alrededor de la segunda centuria antes de nuestra era modificaron algo este modelo, asegurando que el cosmos
era un esferoide de unos 2 000 000 li de diámetro, aunque en realidad era 1 000 li más corto en dirección norte-sur que en la este-
oeste. Según se sabe, el astrónomo Chang Heng del siglo I afirmaba que el Universo era como un huevo cuya yema sería la Tierr a,
que descansaba sobre agua, mientras que el Cielo, sostenido por vapores emanados del océano, equivalía al cascarón.
En un tercer modelo se aseguraba que el Universo era infinito y que carecía de forma y sustancia, encontrándose en él únicamente
la Tierra, el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas, todos flotando libremente. En ese universo los cuerpos celestes no estaban
sujetos a nada, y se movían en él por acción de fuertes vientos. Aunque sin ningún fundamento observacional, este último modelo
cósmico de los chinos fue el resultado de una verdadera abstracción, lo que lo ubica en un plano diferente del de todos los otros
que hasta aquí se han comentado.
Los pueblos mesoamericanos
El estudio de las civilizaciones americanas ha mostrado que entre el año 1000 a.C. y el pasado siglo XVI surgieron en Mesoamérica
diversas culturas, alcanzando algunas de ellas un notable grado de desarrollo. Entre los pueblos más notables de esta parte d el
mundo deben ser considerados los mayas y los aztecas. Los mayas fueron consumados obser vadores de los astros, lo que les
permitió determinar con precisión diversos ciclos celestes, como el lunar o el del planeta Venus. Además fueron capaces de
determinar la ocurrencia deeclipses.En el terreno práctico lograron establecer la duración verdadera del año con una exactitud no
alcanzada por ninguna otra cultura previa a la actual.
Los mayas, grandes astrónomos de América
Hasta ahora sólo se conocen fragmentos de cuatro códices mayas previos a la Conquista. De ellos, el Dresde, que ha sido
parcialmente descifrado,ha resultado ser un libro que contiene efemérides sobre los movimientos de Venus, así como información
acerca de cierto número de eclipses. Otro de esos códices, el Madrid, muestra el importante papel que los astrónomos tuvieron
entre los mayas.
Desgraciadamente la destrucción de libros de esta cultura ordenada por fray Diego de Landa durante el siglo XVI privó a los
estudiosos de gran cantidad de valiosos documentos, que seguramente habrían ayudado a entender la visión que del mundo
tuvieron esos pueblos. Existe una teogonía maya, fundamentalmente conocida por medio del Popol Vuh, libro escrito después de la
Conquista y en el que se relata el origen del hombre, así como la creación y destrucción cíclicadel mundo, idea que también aparece
en otras culturas de Mesoamérica. A pesar de los grandes avances astronómicos y matemáticos logrados por los mayas, hasta
donde se ha podido establecer, dichos conocimientos no reflejan de forma directa su visión sobre la estructura del cosmos, po r lo
4. cual los especialistashan tenido que recurrir al estudio delos patrones culturales delos descendientes actuales de esa civiliza ción, y
muy especialmente al grupo de los lacandones,quienes han logrado mantener su identidad más o menos intacta en los últimos 500
años. De esa forma han podido obtener una idea de cómo concebían los mayas el Universo, el cual dividían en tres niveles
superpuestos.El superior correspondía al Cielo, que se encontraba dividido en 13 capas. El Sol, la Luna y Venus tenían cada uno su
propia capa.El segundo nivel era el de la Tierra, formada por una plancha plana que flotaba sobre agua y que era sostenida p or un
monstruo acuático. La Tierra a su vez se dividía en cuatro rumbos, en cada uno de los cuales se encontraba una ceiba (el ár bol
sagrado),un pájaro cósmico y un color. Finalmente el tercer nivel estaba formado por el Inframundo, constituido por nueve ca pas.
La Vía Láctea desempeñaba un papel importante en la unión de los tres niveles,ya que la imaginaban como el cordón umbilic al que
unía al Cielo y al Inframundo con la Tierra.
Esta visión deun universo formado por capas sobrepuestas difiere radicalmente de cualquier otro modelo cosmogónico concebido
por las antiguas culturas asiáticas y europeas, y es original de los pueblos desarrollados de América. Debe señalarse que en el
modelo de los mayas la Tierra no ocupaba un lugar privilegiado; además, debido a las capas que lo conformaban, no pensaban qu e
la Tierra pudiera ser el centro del Universo, pues hasta donde se ha podido establecer, ese modelo realmente no lo tenía.
El Pueblo del Sol
Los aztecas fueron la última gran civilización mesoamericana previa a la Conquista, la cual truncó su desarrollo. A pesar de haber
sido contemporáneos de los europeos que vinieron al Nuevo Mundo durante el siglo XVI,su cultura desapareció deforma tan rápida
y completa que en la actualidad es bien poco lo que con seguridad sesabesobre la forma de pensar de esos habitantes del altiplano
mexicano.
Herederos de los mitos y patrones religiososdelas civilizaciones que les antecedieron, los aztecas se convirtieron en el siglo XIV en
los grandes conquistadores de Mesoámerica, ampliando considerablemente sus conceptos culturales originales. A principios del
siglo XVI las concepciones filosóficas de los aztecas eran realmente complejas, pero al igual que sucedió con sus predecesores, el
modelo cósmico que tenían sólo nos ha llegado mediante referencias indirectas y en forma incompleta. Sabemos por ejemplo que
Netzahualcóyotl,el gran rey sabio quegobernó Texcoco a mediados del siglo XV, mandó construir un templo al "dios desconocido",
"el que no tiene nombre, el que no ha sido visto". A ese respecto el historiador Fernando Alva Ixtlilxóchitl dice que le edif icó un
templo muy suntuoso,frontero al templo mayor de Huitzilopochtli,el cual además detener cuatro descansos,el cu y el fundamento
de una torre altísima, estaba edificado sobre él con nueve sobrados, que significaban nueve cielos; el décimo, que servía como
remate de los otros nueve sobrados, era por la parte de afuera matizado de negro y estrellado.
En esta descripción volvemos a encontrar el modelo de capas ya comentado, aunque en forma velada y evidentemente modificado.
Relatos similares a éste han permitido saber que los sacerdotes aztecas y los de otros grupos de origen náhuatl concebían al
Universo formado por capas,cada una delas cuales contenía un tipo particularde objeto celeste. Arriba de la capa correspon diente
a la Tierra se encontraba situada la Luna.Sobre ella y ocupando otra capa semovían las nubes.Las estrellas,el Sol y Venus lo hacían
también, cada uno en su propia capa.
Referente a la Vía Láctea se sabe que los aztecas la llamaban Mixcóatl Ohtli, lo que significa "nube en forma de culebra", y la
consideraban como la madre de todas las estrellas.
Los pueblos náhuatl que actualmente habitan la parte norte de la sierra de Puebla tienen la siguiente leyenda sobre la Vía Lá ctea y
el origen de las estrellas:Hacemucho tiempo, tanto que no se sabe cuánto,lo único que había en el cielo por las noches era la Luna
y Mixcóatl Ohtli, una serpiente preciosa de cristal. La Luna era muy caprichosa como ahora todavía lo es: unas veces alumbrab a,
otras no; unas veces lo hacía mal; por eso la serpiente de cristal sededicó a alumbrar constantemente al mundo, en las noches en el
Poniente y en las mañanas por el Oriente. A eso se debe que tenía que recorrer constantemente el camino que se ve en el Cielo , y lo
hizo tanto que quedó marcado para siempre. Pero sucedió que la Luna, envidiosa dela belleza de la serpiente y del cariño que todos
los hombres le tenían, le arrojó una piedra y la serpiente, que no pudo esquivar el golpe, se rompió en muchísimos pedazos. Estos
fragmentos se esparcieron por todo el cielo y son los puntos de luzque se llama n estrellas, que hacen tan bellas las noches cuando
no hay nubes. La cabeza de la serpiente cayó por el rumbo donde sale el Sol y es el lucero de la mañana; su corazón cayó en el
poniente y es el lucero de la tarde.
Para concluir el presente capítulo queremos destacar que aunque cosmovisiones como las de los pueblos chino, hindú o los
mesoamericanos no contribuyeron directamente al desarrollo de la ciencia y la cultura del mundo occidental, las hemos
mencionado porque además de señalarnos diferencias y coincidencias en la forma de enfocar un problema universal, muestran
claramente el interés que siempre ha tenido el hombre por conocer su sitio en la escala cósmica.
Podemos finalizar diciendo que aunque algunos de los modelos cosmogónicos aquí comentados pres entaban datos o conceptos
novedosos, como el caso de las dimensiones queseparaban a la Tierra del firmamento o el tamaño de éste, o bien la creación c íclica
del cosmos o la idea del espacio vacío,e incluso el origen mismo del Universo a partir de una mezcla primigenia de elementos, todos
ellos fueron producto de la necesidad que tenían los pueblos de adecuar sus ideas religiosas al mundo que los rodeaba, sin qu e
tuvieran prácticamente relación con la realidad observable. Por carecer de una base racional pueden ser considerados solamente
como bellas creaciones del intelecto,tal y como sucede con otras tempranas manifestaciones dela cultura,pero de ninguna ma nera
se puede pensar que tengan carácter científico.