2. Los Conservadores y el período
Autoritario
Los Presidentes de este período fueron:
José Joaquín Prieto (1831-1836) (1836-
1841).
Manuel Bulnes (1841-1846) (1846-1851).
Manuel Montt (1851-1856) (1856-1861).
3. El decenio presidencial de José
Joaquín Prieto representa para
muchos historiadores e historiadoras el
inicio de la estabilidad política en el
país, luego de los años comprendidos
entre 1823 y 1831. Esta época se
caracterizó por el poder del
gobernante, la acción de sus ministros
y un fuerte control por parte del
gobierno. Estos aspectos, junto a cierta
estabilidad, crearon las bases propicias
para que el interés nacional se pusiera
sobre las luchas políticas internas.
El primer gobierno de este período se
inició con un fuerte y decidido apoyo
de un amplio e influyente sector
político del país: los conservadores. La
victoria en Lircay y el consiguiente
desplazamiento político de los pipiolos,
facilitaron el consenso entre los grupos
conservadores en torno a la tarea de
afianzar una nueva institucionalidad.
4. Sin embargo, esta tranquilidad fue alterada por
varias razones, fundamentalmente la guerra en
contra de la Confederación Peruano-Boliviana
en el plano externo (1836-1839), y el comienzo
de una ascendente oposición al sistema
autoritario que representaba el gobierno de
Prieto. La primera acción que vino a perturbar
los últimos años del hasta entonces tranquilo
Chile fue la “disidencia” de los filopolitas o
“amigos del pueblo”, quienes se resistían al
excesivo autoritarismo, que era el aspecto
básico que caracterizaba la concepción
portaliana de gobierno. Entre los miembros más
destacados de los filopolitas figuraban ex
pipiolos como Manuel José Gandarillas y el
antiguo carrerino Diego José Benavente. La
acción de este grupo opositor alarmó al
Presidente Prieto, quien buscó apoyo en
Portales, convirtiéndolo, en septiembre de 1835,
en una especie de súper-ministro a cargo de
las carteras de Interior y Relaciones Exteriores,
Guerra y Marina.
La fuerte intervención electoral que los
presidentes del período autoritario ejercieron,
unida a las acciones acertadas en el campo
económico del gobierno de Prieto, posibilitaron
su reelección en 1836, cuestión que autorizaba
la Constitución de 1833.
5. Bulnes llega al poder en 1841
En 1841 asume la primera magistratura
de la nación el general Manuel Bulnes,
militar de una dilatada carrera, que
había logrado su máxima expresión con
la victoria en la guerra contra la
Confederación Peruano-Boliviana, de la
cual regresó al país como un héroe
nacional. El nuevo presidente dio
muestras de una clara actitud
conciliatoria: hizo aprobar una “ley de
amnistía” (perdón de los delitos políticos
de pipiolos o liberales, en septiembre de
1842), a la que siguió otra (octubre de
1842). En virtud de ellas, rehabilitaba a
los oficiales vinculados al pipiolismo que
habían sido dados de baja por sus
vinculaciones a este grupo liberal. Estas
medidas distendieron las difíciles
relaciones entre los liberales y los
conservadores, muy complicadas luego
de la victoria de Lircay.
6. El gobierno de Manuel Bulnes, tranquilo
y próspero en grandes realizaciones
económicas, llegó a su término en
medio de agitaciones políticas. Esto se
explica porque en 1849 irrumpe en el
escenario político nacional una nueva
organización partidaria, que venía
insinuándose como tendencia desde
años atrás. Se trata del Partido Liberal,
estructurado con el aporte de distintas
vertientes del liberalismo existente en
nuestro país en ese entonces: jóvenes
estudiantes de la Universidad de Chile
liderados por José Victorino Lastarria y
los antiguos pipiolos, e intelectuales
imbuidos del liberalismo europeo y
fuertemente influidos por el positivismo
francés muy de moda en aquellos años.
Hacia finales de la década de 1840, la
oposición al sistema autoritario se
organizaba y comenzaba a discutir
públicamente la necesidad de
transformar la Constitución de 1833 en
una carta legal en que se reconocieran
las libertades públicas y privadas
7. A comienzos de 1851, año que ponía fin
al decenio de Bulnes, la agitación
alcanzó su punto más álgido. El 20 de
abril se sublevó el regimiento
Valdivia, de la guarnición de la capital.
Su jefe, el coronel Pedro Urriola, murió
en el motín y los conspiradores, entre los
cuales se encontraban Benjamín
Vicuña Mackenna, José Miguel
Carrera, Fontecilla y Francisco
Bilbao, fueron desterrados o relegados.
Secundado por su ministro y amigo
Antonio Varas, el gobierno del
presidente Montt (1851-1861) fue el
último gobierno del período
conservador.
El decenio de Montt fue
aparentemente tranquilo, aunque
muchos historiadores lo consideran
como una dictadura legal, ya que se
gobernó con el principio de autoridad
como lo establecía la Constitución de
1833.
8. La relativa bonanza económica permitió el desarrollo de
distintas actividades productivas y Chile comenzó a
perfilarse como un país exportador de materias primas.
En 1859 estalló una nueva revolución en Copiapó, La
Serena, San Felipe, Talca y Concepción, como una
oposición a una candidatura presidencial oficialista -la
de Antonio Varas- y con el ánimo de introducir reformas
constitucionales que aumentaran el poder del Congreso
y disminuyeran el poder del Presidente de la República.
Esta revuelta fue sofocada rápidamente en todas partes,
con la excepción de Copiapó, donde fue apoyada por
ricos empresarios mineros, tales como Pedro León Gallo y
la familia Matta. León Gallo organizó un ejército para
enfrentar al ejército oficialista, e incluso hubo una batalla
favorable a los insurrectos: “Los Loros”, al norte de La
Serena. Sin embargo, fueron derrotados definitivamente
en la batalla de Cerro Grande. Pedro León Gallo huyó
hacia Argentina y la situación interna quedó
completamente controlada por el gobierno.
La revolución de 1859 fue decisiva para el posterior
desarrollo político del país, ya que el candidato del
oficialismo para las elecciones de 1861, el conservador
Antonio Varas, desistió de su candidatura y asumió un
candidato de consenso, José Joaquín Pérez, dirigiendo
una fusión entre los sectores liberales y conservadores