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Facultad de Ciencias Humanas y Educación
Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Seminario de Título


                               Trabajo de Titulación
               Propuesta Didáctica para la Enseñanza de la
      Unidad Nº2 "Las Bases Culturales del Mundo Moderno"
                                   Octavo Año Básico




                             Docente Guía: Ana Henríquez Orrego.

                               Fecha: 17 de Diciembre de 2010.




                         Autores: Patricia Gómez1– Víctor Salazar.
Referencia imagen de portada:
Hombre de Vitruvio, Leonardo Da Vinci 1490 a 1492, Galería de la academia de Venecia



                                  2
ÍNDICE

ÍNDICE                                                                        3

INTRODUCCIÓN                                                                  5

CAPÍTULO I : Cimientos culturales y religiosos de la Edad Moderna             10

   -   El Renacimiento en la historiografía                                   12

   -   Renacimiento: significado y controversias historiográficas.            13

   -   El Renacimiento Artístico                                              24

   -   El Humanismo                                                           28

   -   Reforma y Contrarreforma: Referentes historiográficos                  35

   -   Martín Lutero y la Reforma Protestante                                 36

   -   Reforma católica o Contrarreforma                                      56

CAPÍTULO II: los inicios de la Edad Moderna en el ajuste curricular
2009: estado actual de las propuestas                                         61

   -   Ajuste curricular 2009                                                 62
   -
   -   Planes y Programas de 8º Básico                                        66

   -   Paradigma educacional en base al Constructivismo                       72

   -   Método del historiador en la enseñanza de la historia y las ciencias
       sociales                                                               75


   -   La Importancia de los textos escolares para el proceso de Enseñanza-
                                                                              80
       Aprendizaje




                                              3
-   Análisis de material didáctico actual:
                                                                         87
       Ficha de análisis: texto escolar

   -   Análisis Texto Escolar                                            91


   -   Ficha de análisis: página web, www.odisea.ucv.cl                  93


   -   Análisis Página Web ―Odisea‖                                      96


   -   Ficha de análisis: Página web, www.salonhogar.net                 101


   -   Análisis Página Web ―Salón hogar‖                                 104

CAPÍTULO III : Propuesta didáctica para la enseñanza de la Unidad Nº2,
“Las Bases Culturales del Mundo Moderno” de 8º Año Básico                108

   -   Actividades de la propuesta didáctica:
                                                                         109
       Fundamentos teóricos
   -   Estructura General de las Guías                                   133

   -   Material de aprendizaje: Guías didácticas                         136

   -   Material de aprendizaje: PPT                                      234

   -   Material de aprendizaje: Cronologías                              249

   -   Material de aprendizaje: WebQuest                                 253


CONCLUSIONES                                                             264


BIBLIOGRAFÍA                                                             269




                                                4
Introducción


      Las problemáticas relacionadas con la enseñanza y aprendizaje de la Historia,
Geografía y Cs. Sociales constituyen ejes vertebrales de nuestro trabajo de titulación. ¿Cómo
enfrentar la tarea de ser profesor en el siglo XXI, con qué métodos, con qué paradigmas
educativos? O incluso, ¿qué contenidos enseñar?, son preguntas que todo profesor debe
plantearse permanentemente. En la actualidad, el profesorado de historia y Cs. Sociales se
enfrenta a nuevos desafíos que implica reestructurar el qué y cómo se enseña, para así
producir un aprendizaje significativo en los alumnos.


      En el 2009 se gesta el denominado “ajuste curricular”, que aun no termina de
consolidarse. Hoy comienza una nueva etapa de transformaciones frente a las que no
podemos pronunciarnos aun, por estar en procesos de discusión. No obstante, ambos
involucran cambios en cuanto a los Objetivos Fundamentales, Objetivos Fundamentales
Transversales, Contenidos Mínimos Obligatorios e incorporan Mapas de Progreso, que
buscan desarrollar en los alumnos habilidades de búsqueda y análisis de la información,
proceso guiado bajo el parámetro del Constructivismo, que en complemento, tienen como
objetivo que el alumno sea protagonista y partícipe activo de su aprendizaje y que el rol
docente pase de un transmisor de conocimientos a un guía en el proceso de la enseñanza-
aprendizaje.


      Por ello, con el ajuste curricular, las temáticas históricas, relacionadas con los inicios de
la edad moderna, han sido reordenadas y se han ubicado en el nivel de 8º Año Básico,
específicamente en la Unidad Nº2 “Las Bases Culturales del Mundo Moderno”. Unidad en
la que se especifican como temas principales: el Renacimiento, Humanismo, Reforma y
Contrarreforma.


      De esta manera, la propuesta didáctica que se elaboró en este trabajo, responde a los
nuevos planteamientos curriculares del ajuste 2009. Además, se tiene como objetivo

                                                5
reconocer y superar las falencias de los materiales didácticos actuales, que están siendo
utilizados en la enseñanza de las temáticas relacionadas con los inicios de la modernidad, y
así presentar nuevas y atractivas herramientas para el aprendizaje de los alumnos de octavo
básico.


Para alcanzar las metas señaladas, se han planteado los siguientes Objetivos Generales:
                          -   Analizar las distintas vertientes historiográficas sobre los
                              procesos que sentaron las bases del mundo moderno,
                          -   Examinar los cambios o el efecto en la asignatura de historia
                              del ajuste curricular 2009,
                          -   Crear una propuesta didáctica para la enseñanza de la unidad
                              Nº 2 de 8º año básico.


Mientras que entre los Objetivos Específicos contamos:
                          -   Distinguir   las       posturas   de   los   principales   exponentes
                              historiográficos de las temáticas abordadas,
                          -   Identificar ideas y planteamientos que han cambiado a través
                              de la historia a partir de la bibliografía atinente,
                          -   Analizar los textos escolares bajo los parámetros que la
                              didáctica actual exige,
                          -    Explicar los aspectos educacionales necesarios en el proceso
                              de enseñanza-aprendizaje (OF, OFT, CMO, mapas de
                              progreso),
                          -   Argumentar las distintas actividades que contiene la propuesta
                              didáctica,
                          -   Elaborar material didáctico teniendo en cuenta elementos
                              historiográficos, didácticos y curriculares
                          -   Incorporar el uso de Tic’s en los procesos de enseñanza-
                              aprendizaje de la Historia, Geografía y Cs. Sociales.

                                                 6
Para alcanzar los objetivos de la investigación, este trabajo se dividirá en tres capítulos.
El primero titulado “Cimientos culturales y religiosos de la Edad Moderna”, en el que se
pueden evidenciar las diversas perspectivas historiográficas y debates en torno a los
conceptos Renacimiento, Humanismo, Reforma y Contrarreforma. En el segundo capítulo,
titulado “Los inicios de la Edad Moderna en el ajuste curricular 2009: estado actual de
las propuestas”, se exponen los planteamientos ministeriales sobre el ajuste curricular 2009,
el modelo Constructivista de la educación, el uso del método del historiador según Joaquín
Prats, el uso de los manuales de estudio y de las imágenes, fundamentado principalmente en
Rafael Valls. Como segundo elemento, este capítulo presenta una descripción crítica del texto
escolar Mare Nostrum de 8° básico y de dos sitios web utilizados para ver el estado del
material en la actualidad.


        Por último, el tercer capítulo titulado “Propuesta didáctica para la enseñanza de la
Unidad Nº2, „Las Bases Culturales del Mundo Moderno‟ Octavo Año Básico”, considera
aspectos sobre las teorías y fundamentos del tipo de actividades que se utilizarán en el
material didáctico, que permite justificar su uso en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Luego se presentan 13 guías de aprendizaje, 4 PPT con contenidos y actividades, 4 líneas de
tiempo de las temáticas principales y 2 WebQuest, todo ello con el objeto de fomentar el
aprendizaje crítico reflexivo de los estudiantes, respondiendo así a los objetivos planteados.


        Finalmente cabe señalar los principales referentes que permitieron fundamentar
nuestra propuesta desde el punto de vista historiográfico y didáctico. En relación al
Renacimiento, se trabajará con Giorgio Vasari “Las Vidas…”1 (1568), contemporáneo y
primero en acercarse             al concepto de Renacimiento. También se considerarán como
referentes a Jacob Burckhardt ―La cultura del Renacimiento en Italia‖ 2 (1860) y a Eugenio
Garín ―El Renacimiento Italiano‖3 (1941), ambos autores explican tanto el Renacimiento como


1
   Vasari, Giorgio. “Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros
tiempos (Antología). Ed. Tecnos. Madrid, España, 1998.
2
  Burckhardt, Jacob. “La cultura del Renacimiento en Italia”. Editorial Iberia. Barcelona, España 1964.
3
  Garín, Eugenio. “El Renacimiento italiano”, Ed. Ariel. Barcelona España, 1986.

                                                            7
el Humanismo, plantean una definición, una cronología, y se refirieren a su desarrollo y
protagonistas. La única diferencia que se pude apreciar entre ambos historiadores, es que
Garín enfatiza más en la explicación del cambio de la oscuridad y la luz que trae consigo el
Renacimiento. En contraparte a estos autores, se trabajará con Julio retamal ―El
Renacimiento una invención historiográfica‖ 4 (1997), tal como señala el nombre de su libro,
este autor considera la invención del concepto, sostiene que nada renace, nada devuelve la
luz, y que el Renacimiento fue un invento sin argumento válido, planteando por Burckhardt,
quien le puso este nombre y que la historiografía se acostumbró a llamarlo así.


        En cuanto a los referentes a utilizar en la Reforma Protestante, se trabajará con Lucien
Febvre ―Martín Lutero: Un Destino‖5 (1927), donde estudia una época y un contexto a través
de este personaje. La obra de Febvre es un ejemplo del cambio que experimenta la
historiografía con el aporte de la Escuela de los Anales Franceses, ya que hasta la fecha se
escribía desde el punto de vista de la política. Febvre fue uno de los fundadores de la Escuela
de los Anales, la que, sin duda, produjo un cambio en la manera de investigar y en los
historiadores posteriores. Otro autor destacado es Joseph Lortz ―La Historia de la Iglesia‖6
(1982), trabajo por el que es considerado el mayor referente sobre la temática, puesto que
renueva la imagen de Lutero ante la historiografía Católica.


        Jean Delumeau en ―La Reforma‖7 (1977), historiador Católico, demuestra una pluma
mucho más crítica respecto de la figura de Lutero y los otros reformadores. Finalmente, en
relación a la Contrarreforma, también se utiliza a Delumeau y a Hubert Jedin ―El concilio de
Trento en su última etapa‖8 (1965). Este último tuvo la ventaja de haber trabajado en el
archivo del Vaticano, cuestión que le permitió adentrarse en los pormenores de la
Contrarreforma.



4
  Retamal, Julio. “El Renacimiento una invención historiográfica”. Ed. Universidad Gabriela Mistral. Santiago, Chile. 1997.
5
  Febvre, Lucien. “Martín Lutero: Un Destino”. Editorial fondo de cultura económica. México. 1927.
6
  Lortz, Joseph, “Historia de la Iglesia”, Madrid, 1982, ISBN: 84-7057-308-X.
7
  Delumeau, Jean. “La Reforma”. Editorial Labor S.A. Barcelona, España 1977.
8
  Jedin, Hubert. “El concilio de Trento en su última etapa”. Editorial Herder. Barcelona, España 1965.

                                                               8
Habiendo mencionado nuestros referentes historiográficos, finalmente procedemos a
señalar los principales autores que constituyen el sustento de nuestro aparato teórico de la
didáctica. Se trabajará con Joaquín Prats, Joan Santacana, Joan Pages, Rafael Valls,
entre otros. La mayor parte de los artículos y libros analizados se encuentran alojados en
www.hitodidactica.es, página que sirve como repositorio de artículos y revistas relacionadas
con la didáctica de la Historia y las ciencias sociales. El principal texto utilizado es “Enseñar
Historia: notas para una didáctica renovadora”9 (2001) cuya autoría la comparten múltiples
especialistas en Didáctica. Rafael Valls, a través de sus artículos, libros y conferencias, nos
permite contar con sustento teórico para analizar los textos escolares, fundamentar el uso de
las imágenes, el método del historiador en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales.


           De este modo, las problemáticas historiográficas, los desafíos curriculares y los aportes
de la didáctica general y específica de la Historia, fueron las fuentes de motivación que nos
permiten presentar el trabajo titulado: ―Propuesta Didáctica para la Enseñanza de la Unidad
Nº2 "Las Bases Culturales del Mundo Moderno" Octavo Año Básico‖.




9
    Prats, Joaquín. “Enseñar Historia: Notas para una didáctica renovadora”. Edita Junta de Extremadura. Mérida 2001.

                                                               9
CAPÍTULO I


             Cimentos Culturales y Religiosos de la Edad Moderna


      El presente capítulo abarcará       las distintas posturas historiográficas que se han
planteado a partir de los acontecimientos ocurridos en los inicios de la Edad Moderna. Estos
procesos que marcaron la primera parte del siglo XVI, han sido temas discutidos por la
historiografía occidental, como parte fundamental para comprender una nueva época en la
historia del hombre. El desarrollo de los postulados historiográficos, se considerará a partir de
autores que señalen sus ideas sobre el concepto de Renacimiento, Renacimiento Artístico y
Humanismo, lo mismo ocurrirá con los autores frente al tema de la Reforma y Contrarreforma.


      El primer tema abordado será el Renacimiento, que como tema historiográfico, a lo
largo de los años ha sufrido grandes críticas como también reconocimientos, por parte de los
distintos historiadores, seducidos por investigar lo sucedido en aquel periodo histórico, dado
que las interrogantes que se plantean frente a este tema aún son a discutidas, como por
ejemplo ¿El Renacimiento realmente saca de la oscuridad al hombre, devolviéndole la luz a
su vida? Estos y otros cuestionamientos se tratarán en este capítulo, dado que no se puede
entender un Mundo Moderno, sin que el hombre y las sociedades hayan experimentado este
cambio en su forma de vivir denominado por la historiografía como Renacimiento.


      Otro de los procesos que será analizado es el Humanismo, éste como fuente principal
para la comprensión del cambio en la cosmovisión del hombre, dado que este movimiento
cambia la postura del hombre en la tierra, y no sólo cambia en el sentir de las sociedades,
sino que además se inician fuertes críticas por parte de los humanistas a las cosas que no
son vistas como justas para el hombre. Así vemos, por ejemplo, los escritos satíricos de
Erasmo en contra de los abusos del Papa Julio II, no obstante sin ir en contra de la Iglesia
Católica; o también las 900 tesis de Pico Della Mirándola, quien solo pretendía reformular para
bien el catolicismo, y así otros autores que se mencionarán en este capítulo.

                                               10
La Reforma Protestante, es otro proceso fundamental para entender el desarrollo de
la edad moderna, porque genera un quiebre en la Iglesia Católica de la época. Este
acontecimiento será tratado en profundidad con los distintos exponentes del tema, dado que
el gran revuelo y cambio que generó esto en las sociedades, no sólo queda plasmado en
aquel periodo, ya que en la actualidad nos encontramos con un acervo innumerable de
Iglesias que profesan la religión protestante, teniendo su germen en este acontecimiento
histórico. Este tema clave será abarcado como parte fundamental de las bases del Mundo
Moderno, porque acá no solo nace la posibilidad de nuevas doctrinas dogmáticas, sino que
además trae consigo cambios políticos para la composición geopolítica de Europa, del siglo
XVI.


       La contra parte de la reforma protestante, es el último pilar que conforma la discusión
bibliográfica, nos referimos al proceso llamado Contrarreforma o Reforma Católica, donde
los autores utilizados, describen lo importante que era comenzar con ella mucho antes del
siglo XVI, también se refieren al desarrollo y principios que se transformaron en sus
postulados principales al final de este proceso.


       Para incorporarnos al estudio de la Edad Moderna es preciso comprender los
fundamentos de sus bases culturales. Éstas se sustentan en cuatro ejes axiales.
Primeramente, el Renacimiento relacionado con el rescate           y revalorización de la cultura
grecorromana; seguido del Humanismo y el cambio en la mentalidad del hombre; la Reforma
religiosa,   que permitió el surgimiento de otras Iglesias cristianas; y,         por último, la
Contrarreforma que combatió la desestabilización interna y externa de la Iglesia Católica.


       El relato histórico que a continuación se presenta, se constituirá de dos partes
fundamentales. Teniendo en cuenta la vinculación de procesos, hitos y conceptos,
determinamos que en la primera parte abordaremos el Renacimiento y el Humanismo, para
luego referirnos a la Reforma y Contrarreforma del Cristianismo.



                                               11
El Renacimiento en la historiografía


        El Renacimiento fue una época de grandes cambios y transformaciones, cuestión que
ha incidido para que la historiografía vea en ella una etapa de tránsito entre una época y otra.
Donde los atávicos medievales van dejando paso al hombre nuevo. La historiografía cataloga
esta nueva etapa como Edad Moderna. El Renacimiento como concepto ha sido fuente de
inspiración para muchos trabajos historiográficos. En la presente investigación nos
encontraremos con autores fundamentales, como Jacob Burckhardt y Eugenio Garín, quienes
serán utilizados a lo largo de nuestra discusión sobre Renacimiento y Humanismo, por sus
aportes cruciales para la comprensión del tema tratado. Otro autor fundamental para el
desarrollo del trabajo es Giorgio Vasari, quien, como contemporáneo de la época estudiada,
nos permitirá tener un punto de contraste con la postura que plantea Julio Retamal, sobre la
invención y “ficción” involucrada en el concepto de Renacimiento, autor que fundamenta su
idea en Oswald Spengler10. Estos autores serán claves para la comprensión del Renacimiento
como periodo histórico, catalogado así por la historiografía occidental.


        Además, serán acompañados de otros autores, que si bien no tienen una postura
analítica en sus escritos, nos aportan elementos contextuales, por lo que su utilización es
pieza fundamental para entender los procesos y características del Renacimiento como
también del Humanismo. Estos autores son: Roland Mousnier,                                    Jean-Claude Margolin,
Enrique Martínez Ruiz, Ellauri Secco. Todos ellos nos aportan los datos y el desarrollo de
cambios experimentados en el proceso histórico del Renacimiento, que dio inicio a la Edad
Moderna y que fue fuente de vida para el nacimiento del Humanismo.




10
  Oswald Spengler escribe el libro “La decadencia de Occidente”, comenzando la gestación del movimiento pesimista
sobre la historia occidental. Por lo que Julio Retamal sientas sus bases y postulados sobre este autor, quedando en manifiesto
desde su libro “Y después de occidente ¿qué?”.

                                                             12
Renacimiento: significado y controversias historiográficas.


        El Renacimiento es el concepto fundamental en la Edad Moderna, pero ¿qué renace?,
¿una cultura?, ¿una forma de vida?, tal vez ¿una nueva forma de arte?, o preguntas como
¿Dónde surge?, ¿Cómo se desarrolla?, o finalmente ¿se puede catalogar aquel periodo como
renacimiento o simplemente es un invento historiográfico 11?, preguntas como estas son
abordadas por la historiografía especializada de la “Edad Moderna”. Nuestro trabajo se hará
cargo de la explicación de tales vertientes interpretativas, y así se pretenderá confeccionar
una útil síntesis para docentes y estudiantes que tengan la intención de profundizar sobre el
tema.
        Para comenzar a tratar el concepto de Renacimiento se partirá con una definición de
Roland Mousnier quién sostiene que, “El renacimiento consistió en una prodigiosa expansión
de la vida en todas sus formas, que, en conjunto, alcanzó sus más altas manifestaciones de
1490 a 1560, sin que quedará estrictamente delimitado entre esas fechas. El renacimiento
consistió en este impulso vital de las cosas del espíritu. Mas que una doctrina y un sistema,
fue un conjunto de aspiraciones y un despliegue interior que renovó la vida de la inteligencia y
de los sentidos, el saber y el arte”12. De estas palabras se debe rescatar algo primordial, la
delimitación del tiempo en que se da el Renacimiento, dado que no se puede interpretar una
fecha exacta, debido a la constante discusión sobre si existió un quiebre como tal con la Edad
Medieval o bien fue un proceso de cambio progresivo entre estas dos edades históricas.


         Otro aspecto importante es la expansión de la vida, que se ve relacionada con los
cambios o transformaciones que ocurrieron en aquel periodo, donde además se puede hacer
la conexión con otras definiciones que también le otorgan a este periodo, grandes cambios,
primeramente en Italia y posteriormente en Europa, es así como nos encontramos con la
definición de Secco quien sostiene que “Se designa con el nombre de renacimiento a las



11
  Tesis del libro “Renacimiento una invención Historiográfica” de Julio Retamal Favereau.
12
  Mousnier, Roland. “Los siglos XVI Y XVII, Historia general de las civilizaciones”. Editorial Destino. Barcelona, España
1981. Pág. 17.

                                                           13
profundas transformaciones que se produjeron en la vida intelectual, literaria y artística de
Europa y especialmente de Italia, durante los siglos XV y XVI. El renacimiento fue el epílogo
del movimiento iniciado en Italia desde comienzos del siglo XIV y que en el orden literario dio
una dominante importancia a las obras de la antigüedad grecorromana”13. En esta breve cita,
se define el Renacimiento como una época de cambios, de trasformaciones, que se
comienzan a gestar en Italia, lo que nos indica que el comienzo del Renacimiento lo
encontramos en este país, postulado que también evidenciamos en las palabras Burckhardt,
quien nos expresa que el Renacimiento no pudo haberse dado en otro país de aquel tiempo,
por que Italia era la punto exacto que contenía las aristas necesarias para un futuro desarrollo
de cambios en la sociedad intelectual, artística, literaria, social, entre otros; “Este movimiento
de retorno a la Antigüedad puede decirse que, en gran escala y de una manera general y
decidida, solo se inicia en los italianos con el siglo XIV. Requería un desarrollo de la vida
urbana como sólo se dio en Italia y en aquellos tiempos: convivencia e igualdad efectiva entre
nobles y ciudadanos y constitución de una sociedad general que sintiera la necesidad de la
cultura y que dispusiera de tiempo y de medios para satisfacerla. Pero la cultura al pretender
liberarse del mundo fantástico de la Edad Media no podía llegar, de súbito, por simple
empirismo, al conocimiento del mundo físico y espiritual. Necesitaba un guía, y como
admiración, y ella llegó a construir, por lo pronto, el contenido principal de la cultura. También
las circunstancias generales eran propicias”14, como podemos observar, este autor
engrandece a la cultura italiana de tal manera, que nos permite interpretar que el surgimiento
del Renacimiento se debió en gran parte a la cultura y forma de vida en la Italia de aquella
época.


           Ahora bien, esto como primera aproximación conceptual dado que si revisamos otras
definiciones de Renacimiento, nos encontramos que todas apuntan a cambios y
transformaciones en líneas generales comenzadas en Italia, y por sobre todo en la ciudad de



13
     Secco Ellauri, Oscar. “Los tiempos modernos y contemporáneos”. Editorial Kapelusz. Buenos Aires, Argentina 1992. Pág.
2.
14
     Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 136.

                                                             14
Florencia cuna del Renacimiento artístico. “El renacimiento se difundió primero, en las
grandes ciudades comerciales: en Florencia, de donde partió el movimiento desde el siglo
XIV, Venecia una ciudad de aristócratas dedicados al negocio.            Inmediatamente, el
renacimiento triunfó en la corte pontificia, donde los papas fueron unos verdaderos mecenas
como León X”15. Esta cita de Mousnier, no solo nos indica la ciudad de Florencia como el
lugar génesis de este concepto, sino que sólo menciona ciudades Italianas, por lo que
podríamos relacionarlo directamente con los postulados de Burckhardt, en cuanto a que su
gloriosa Italia puede ser el factor primordial para la cultura renacentista. Además no solo se
habla de una inmortal Italia renacentista, sino que también, una Italia cuna de los grandes
Humanistas de la época “Especialmente en Florencia merecen, en primer término, nuestra
atención aquellos ciudadanos que hicieron cuestión principal de su vida el trato con el mundo
antiguo y que llegaron a ser grandes eruditos o grandes aficionados, protectores a su vez de
los eruditos. Tuvieron la máxima importancia especialmente por lo que se refiere al periodo de
transición de comienzos del siglo XV, porque en ellos aparece por vez primera el humanismo
como elemento práctico y necesario de la vida cotidiana. Sólo después de ellos se entregan
seriamente a su cultivo los papas y los príncipes”16. Entonces vemos una Italia propicia para
el Renacimiento, el que se afirma de este vasto territorio geográfico, para consolidarse como
un periodo de tiempo en que comienza el reencuentro con la cultura grecorromana, el rescate
de la antigüedad, pero que sin embargo es amoldado a esta nueva cosmovisión de la vida,
donde el hombre comienza a ser cada vez más importante, pero no sólo lo importante si no
que además comienza a estar en el centro de los dilemas, de los discursos, de las artes, se
recupera un patrimonio cultural de una época pasada, para muchos perdida, para otros no
tanto, dado que expresan vestigios de una cultura clásica en la Edad Media, pero que sin
embargo no se compara con el esplendor vivido con el periodo del Renacimiento, donde
aparece una explosión de lo clásico que marcó profundamente en la historia del hombre, con
su belleza humana, artística, literaria, social, etc.


15
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 19-20.
16
     Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 162.




                                                  15
Quien expresa mejor las características del Renacimiento es Fernández, planteando
los cambios que trajo consigo el Renacimiento, además de manera breve nombra los
aspectos más relevantes que tuvo la llegada o el surgir del Renacimiento, “Para M. Fernández
Álvarez las principales características del Renacimiento son la veneración por la Antigüedad,
pero sustituyendo la patrística por la filosofía clásica; el afán filológico, manifestado en la
búsqueda de textos y documentos desaparecidos de los que sólo se guardan vagas
referencias y el hallazgo de un método científico, rasgo de evidente modernidad; la valoración
de la historia como magistra vitae; creciente secularización de las manifestaciones culturales;
laicización de los mecenazgos sobre las manifestaciones culturales, frente al control
eclesiástico de los centros universitarios, de lo que fue exponente la ―Academia‖ fundada por
Lorenzo el Magnífico en Florencia; las nuevas directrices –valoración del desnudo,
representación de la naturaleza, utilización de la perspectiva… --y las manifestaciones de
signo igualitario por encima de las distinciones sociales; ideal académico de la belleza;
valoración de la personalidad, y una evidente tendencia a la racionalización de la existencia”17.
Como se puede apreciar Fernández sostiene que, los cambios ocurridos con la llegada del
Renacimiento repercutieron en todas las esferas de la vida del hombre, por lo que sí se puede
catalogar como periodo histórico que afectó y trasformó la sociedades en aquel entonces.


           Después de hacer una primera definición del concepto de Renacimiento, es necesario
exponer los postulados que critican la conceptualización renacentista como periodo histórico.
Básicamente expresan que nada renace, que nada se reinventa, que no fue el proceso de
cambio para entrar a la Edad Moderna, entre otras cosas que se contraponen directamente
con los postulados de Burckhardt, Garín y Vasari; por ejemplo, nos encontramos que Julio
Retamal, quien expresa “El renacimiento no constituye, hoy por hoy, una etapa histórica del
mundo, plena de brillo y significación, que abre las puertas a la Modernidad, sino apenas un
problema historiográfico para los estudiosos de algunos aspectos de la cultura europea”18, es
así como este autor en su libro desmenuza cada parte del Renacimiento, criticando su


17
     Martínez Ruiz, Enrique y Otros. “Introducción a la Historia Moderna”. Editorial Istmo. Pág. 28.
18
     Op. Cit. Retamal, Julio. Pág.7

                                                                16
carácter de inadecuado, fuera de contexto, falso,                      dado que él lo cataloga como una
concepción antinatural y ahistórica, que no se puede comparar de ninguna manera, ni siquiera
por la especulación, por lo tanto simplemente lo que sucede, es que este renacer que abarca
los inicios de la edad moderna es una falacia19.


        De este modo, Julio Retamal va construyendo su argumento en contra del
Renacimiento, pero no es sólo en este libro donde ataca directamente el énfasis
historiográfico que ha tenido el concepto, dado que mucho tiempo antes en otra publicación
exponía que, “Evidentemente, no se puede dejar de mencionar en esta breve visión del
Imperio Carolingio el llamado ―Renacimiento‖. Este término que es equívoco, engañoso y
hasta falso, cubre, no obstante, el rubro de la actividad intelectual, que es preciso destacar”20,
así se puede ver que dos décadas antes, este autor ya exponía que el Renacimiento era un
periodo falso, que no otorgaba y aportaba nada a la historia, sino que simplemente pasaba a
ser una discusión por parte de los historiadores y que además estos estaban equivocados
hablando y dedicando trabajos a un concepto inventado. Julio retamal en su tono irónico y
sarcástico que caracteriza partes del libro “El renacimiento una invención historiográfica”, se
desprende finalmente del Renacimiento de la siguiente manera, “¡Adiós Renacimiento,
empapado en conceptos erróneos, confusos o superados! Tuviste una vida artificial, corta y
llena de contradicciones y ambigüedades; tal vez cumpliste, en algún momento, una función
válida en la comprensión del pasado. Pero ahora yace inerte e infecundo, como una
verdadera rémora, que deforma nuestra comprensión del pasado, nuestra visión del presente
y nuestra previsión del futuro”21, con este sarcasmo metafórico termina su libro, que
simplemente emplea sus recursos disponibles para descalificar un periodo histórico, que logró
cambiar la concepción del hombre en la tierra y que vivió un florecimiento en Europa del siglo
XV.




19
   Op. Cit. Retamal, Julio. Pág. 10-11
20
   Retamal, Julio. “Y después de occidente ¿qué?”, Ed. Conquista. Año… Pág. 54
21
   Op. Cit. Retamal, Julio. “El renacimiento…” Pág. 337

                                                          17
Ahora bien, el contrapunto a lo que afirma Julio Retamal lo encontramos en un
contemporáneo de esta época renacentista, la que según Retamal es un invento
historiográfico. Nos referimos a Giorgio Vasari, quien en la primera edición de su libro datado
en el año 1550 expone, “Y realmente fue un milagro que en esos tiempos Giotto pintara con
tal delicada belleza, sobre todo, sin haber aprendido de maestro alguno”22, esa pequeña frase
va a dirigida al pintor Giotto, un avanzado en su época para Vasari, que inicia esta nueva
forma de ver la vida y es quien cambia el constante modo de crear arte, Giotto es para Vasari
el iniciador del Renacimiento, dado que su forma de pintar diferente, comienza a preponderar
los rasgos de la rinascere, como este autor denomina este periodo. Ahora, en palabras de Mº
Teresa Méndez y Juan Montijano, Vasari reafirma su contemplación hacia Giotto expresando
que “él ha encontrado toda la doctrina que había quedado enterrada por más de seiscientos
años; ha conducido al arte a una gran perfección”23, es importante establecer que con Giotto
ocurre un cambio que Vasari connota y resalta, dado que con esto nace una nueva forma de
interpretación de la vida y del hombre, que sienta bases para entender esta etapa de cambios
y transformaciones que llevaron a consolidar un Renacimiento como periodo crucial para el
inicio de una nueva edad histórica, la Edad Moderna.

        A lo visto en el párrafo anterior, se puede sumar las palabras de Eugenio Garín quien
nos dice “El Renacimiento renovó verdaderamente el milagro griego conquistado para el
mundo una perenne verdad de vida”24, o sea simplemente con el renacimiento se rescata esa
cultura olvidada por las sociedades, y que los artistas como Giotto comienzan por la génesis
de este rescate, creando un arte diferente al que se venía haciendo, y poco a poco se va
consolidando la creación de un movimiento, que será iniciado en Italia abriéndose camino
entre las sociedades y el tiempo. Así se puede ver que el Renacimiento claramente marca
una época de cambios y trasformaciones en el amplio espectro, donde todo está relacionado
por sus elementos configurativos que tiene este proceso, es por esto que el acontecimiento
que viene a brindarnos un cambio en la historiografía, dado que nos encontramos con el punto

22
   Op. Cit. Vasari, Giorgio. Pág. 166.
23
   Méndez, Mº Teresa; Montijano, Juan en: Vasari, Giorgio. “Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y
escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos (Antología). Ed. Tecnos. 1998, Madrid, España. Pág. 17
24
   Op. Cit. Garín, Eugenio. Pág. 38.

                                                             18
de partida de una nueva edad histórica; esto se ve relacionado con los postulados de
Burckhartd, quien nos expresa que el renacimiento no hubiera sido tan fundamental ni tan
grande como cambio histórico-cultural, si su comprensión, si sus elementos estructurales
pudieran ser disociados, con facilidad25, lo que provoca que el movimiento renacentista al ser
de tan grande envergadura y tan complejo en su composición, permitió el avance del nuevo
despertar del hombre en el mundo, un despertar que sin duda recupera las raíces perdidas,
dejando al arte y humanismo como su más grande expresión, que a su vez logra no solo
consolidar este nuevo periodo sino que conseguir cambios fundamentales para la concepción
y cosmovisión del hombre. Si bien, estos autores (Vasari, Burckhartd y Garin) no hablan del
Renacimiento como periodo histórico explícitamente, en la forma de expresarse a favor del
Renacimiento, en la manera que ven este movimiento permiten la interpretación de que ellos
representan una postura clara, donde entienden que el Renacimiento marca un cambio de
época, convirtiéndose así, en un periodo de la historia donde el hombre rescata sus raíces
grecorromanas, y sienta la nueva forma de comprender el tiempo y el espacio habitado por el
hombre.

           Otro elemento que ha formado parte de la discusión historiográfica sobre el
renacimiento, es la ponderación que se ha dado a este fenómeno como una etapa en la que
se retorna a la luz, a la claridad, después de un periodo oscuro en la vida del hombre, que
alude a la Edad Media. Por ende la discusión historiográfica se basa, en que si realmente se
trató o no de un reencuentro con la cultura grecolatina de un momento a otro, produciendo un
quiebre en el cambio de época, o bien fue un proceso paulatino, constante que comenzó
previó a la consolidación de un mundo moderno. Es así como encontramos en palabras de
Jean Delumeau, una postura clara con respecto a que no se debiera pensar que el
Renacimiento devuelve la luz, dado que este periodo no tiene una claridad temporal26 y
además se puede encontrar apoyo a estas palabras en Burckhardt, quién también expresa
que el Renacimiento no fue un resurgir de la antigüedad, por lo que se puede interpretar que



25
     Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 133.
26
     Op. Cit. Martínez y Otros. Pág. 26-27.

                                              19
hubo un proceso de cambio en el trascurso de los años de la Edad Media. Entonces Martínez
nos dice “Jean Delumeau escribía en 1964: ―Si de los libros de historia se suprimieran los dos
términos solidarios –y solidariamente inexactos –de Edad Media y Renacimiento, se haría
más fácil nuestra comprensión del periodo que se extiende desde Felipe el Hermoso a
Enrique IV. Con ello se abandonaría un montón de prejuicios. Principalmente desecharíamos
la idea de que un corte tajante separó una época de tinieblas de otras de luz”27. Como pueden
ver con palabras claras como “un corte tajante”, hacen que los eruditos en el tema,
mantengan una postura de que en realidad no hubo un cambio brusco, explosivo, total, si no
que fue más bien un proceso que se llevó a cabo con el trascurso de los años, “Pese a que
Burckhardt hace más de cien años afirmó que el Renacimiento no había sido una resurrección
de la Antigüedad, todavía hoy permanece anclado tal concepto en algunos libros de
divulgación y en manuales escolares”28. Así, se puede ver que en gran medida se habla de
un Renacimiento que lo encontramos en una Edad Media, pero que sin embargo no tiene
tanto auge como se le dio en la Edad Moderna. Lo que se puede interpretar es que en la
Edad Media sólo estaba el proceso embrionario de lo que después sería el Renacimiento en
su plenitud, en su grandeza, en su gloria alcanzada en los siglos XV Y XVI. Ahora, el no ser
un resurgimiento repentino de la Antigüedad y ser un proceso paulatino, no quita el carácter
de periodo histórico que marca el desarrollo de la historia del hombre, dado que con esto se
da inicio a una nueva época marcada por el auge y alzamiento de la figura del hombre,
cambiando así toda una cosmovisión social sobre el hombre y su lugar en el mundo. Por lo
que claramente se puede concluir en que el Renacimiento fue un periodo histórico, lleno de
cambios y que si bien no tiene una temporalidad establecida, marcó profundamente el sentir
del hombre, logrando así un cambio en su mentalidad.


             La delimitación temporal del Renacimiento, trae consigo la discusión recientemente
mencionada, sobre la iluminación que trajo el Renacimiento para las sociedades de la época,
después de vivir en la oscuridad medieval nos encontramos que, el Renacimiento emerge


27
     Op. Cit. Martínez y Otros. Pág. 27.
28
     Ídem.

                                                 20
como la luz salvadora de la penumbra pasada, empero se ha encontrado evidencia que la
edad oscura, no fue tan oscura y que en realidad por esta evidencia encontrada los eruditos
en el tema, hablan de un proceso que comienza en la Edad Media; es por esto que Eugenio
Garín nos dice “Ahora bien, en el preciso momento en que la producción                            historiográfica
contemporánea comprendió cuál era la conciencia que el Renacimiento había tenido de sí
mismo, realizó una extraña inversión de esta última que consistió en negar su novedad. Si el
tema luz-oscuridad tienen muchos siglos de vida y sus raíces se hunden en una antigua
tradición religiosa; si, por consiguiente, la oscuridad medieval, y junto con ella el
^Renacimiento^, no es más que un recurso polémico fácilmente reconocible, que el propio
Renacimiento ha legado a la posterioridad; si sólo se trata de un argumento de batalla
utilizado de diferentes maneras, pero cuyo origen resulta fácilmente detectable, entonces toda
afirmación de novedad y ruptura debería ponerse en tela de juicio. Por otra parte, la constante
labor crítica orientada a buscar en el pasado medieval los contenidos propios de las
posiciones más representativas del Renacimiento, ha obtenido fáciles éxitos: la Edad Media
amaba los clásicos tanto como el Renacimiento; Aristóteles estaba en boca de todos, quizá
más que en el siglo XV; otro tanto sucedía con platón y no sólo indirectamente. Los poetas,
los historiadores y los oradores eran conocidos y apreciados”29. Como se puede observar,
Garín analiza la postura historiográfica sobre el Renacimiento, llegando a la conclusión que
mediante la facilidad que hay, para encontrar legado de la antigüedad en la Edad Media,
rompe con el tema de lo nuevo, de lo novedoso que se comienza a gestar con el auge del
Renacimiento.


            Además vemos cómo Burckhardt asegura que ya se encontraba parcialmente una
antigüedad influenciando la Edad Media, dice “La antigüedad romana y griega, que, desde el
siglo XIV, de modo tan poderoso intervino en la vida italiana como punto de apoyo y fuente de
cultura, como meta e ideal de la existencia y en parte también como nuevo y consciente
contraste, esta misma antigüedad había influido ya parcialmente en toda la Edad Media no



29
     Garin, Eugenio. “Medioevo y Renacimiento”, Editorial Taurus. Madrid, España 1981. Pág. 78.

                                                              21
italiana”30. Si bien los eruditos en el tema delimitan que la antigüedad tuvo cabida y vida en
una Edad Media, una edad oscura, donde el hombre vivía en las tinieblas, y que además se
puede interpretar que el Renacimiento no nace algo nuevo, sino más bien es el resultado de
un proceso que se venía dando desde siglos anteriores, empero coincidimos con Eugenio
Garín, quién expone lo que ocurre con el Renacimiento, lo que éste trae consigo a los
hombres y sociedades, “El altivo mito del renacimiento, de la luz que ahuyenta las tinieblas,
del retorno de lo antiguo, cargado de fuerza polémica, no nos remite materialmente a un
contenido, sino que subraya un nuevo espíritu, una forma nueva, una nueva manera de mirar
las cosas; subraya, sobre todo, la conciencia despierta de este nuevo nacimiento del hombre
para sí mismo. Precisamente, la antigüedad, aquel mundo clásico mirado con ojos
nostálgicos, es considerado y amado ahora desde una perspectiva totalmente distinta”31.
Como se puede ver, Garín acepta que la antigüedad estuvo presente en la Edad Media, pero
hubo un cambio en la forma de entenderla, de interpretarla, de crearla en el Renacimiento que
es totalmente distinta, y esto es lo que lleva a la confusión con que este periodo de tiempo,
rompe con la oscuridad que se venía dando desde la edad pasada, por lo que ahora nace y se
gesta una época nueva, llena de luz y engrandecimiento de lo clásico y del hombre; se podría
decir que esta frase de Garín refleja de manera muy clara lo que ocurre con la llegada del
Renacimiento a la vida de los hombres y sociedades en la Edad Moderna, porque si bien no
se habla de un cambio brusco o un quiebre, sí se habla de cambios graduales e importantes
en la forma que el Renacimiento sobre exalta la figura de la antigüedad. Finalmente Garín
señala que “El mito renacentista de la antigüedad entraña la muerte de esta última en el
momento mismo en que se llega a la definición de sus características propias. Por eso no hay
ruptura entre la antigüedad y la Edad Media, o, si la hay, es mucho menor que la que existe
entre la Edad Media y el Renacimiento; porque sólo éste, o mejor, la filología humanista, tomó
conciencia de una ruptura, cuya maduración, sin embargo, se había ido produciendo –y
exacerbando—en la Edad Media”32. Una vez más nos encontramos que la ruptura que tanto



30
   Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 134.
31
   Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 79.
32
   Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 80.

                                              22
se menciona entre el Renacimiento y la Edad Media se gesta en un proceso que llevó al
rescate de lo clásico de manera exacerbada.


      Hasta aquí, hemos expuesto la conceptualización de Renacimiento, presentando,
primeramente, una definición del concepto, seguido de la discusión historiográfica que trae
consigo el Renacimiento, por no tener la absoluta claridad de ser o no un periodo histórico, y
finalmente se ha tratado el tema de si el Renacimiento fue un proceso en el tiempo
gestándose en la Edad Media, o bien un cambio brusco, rotundo y espontáneo que llegó
transformando de un momento a otro la concepción y la vida del hombre. Todos estos puntos
nos llevan a comprender que el Renacimiento es un proceso de rescate de las raíces y cultura
grecolatina, que tiene como inicio claramente en una Edad Media, que vivía en un estado de
oscuridad no sólo en arte con el Gótico, sino que además en la cosmovisión de la vida del
hombre. Es por eso que el Renacimiento quiebra con lo establecido de la época, y cambia la
compresión sobre la relación del hombre y el mundo, y con eso convierte la oscuridad de la
que tanto se enseña en los manuales escolares, en una luz de renacer, en una luz que
devuelve el destino a las manos del hombre y convierte a este hombre en un erudito, un
intelectual de las artes y letras. Como se pudo ver, la temporalidad es parte de este proceso
de formación que tuvo el periodo renacentista, por lo tanto, sería una equivocación expresar
una fecha exacta del inicio del Renacimiento, sin embargo lo que se puede esclarecer
temporalmente es que su despegue, y su auge comienza en los primeros pasos del siglo XV.
Finalmente es necesario acotar que, desde nuestro punto de vista, el Renacimiento es un
periodo histórico, que tiene su apogeo en el siglo XV, y que logra establecer los nuevos
patrones y cánones de la vida del hombre de aquella época, hasta entrado el siglo XVI. Este
Renacimiento que surge en Italia, y que luego comienza su expansión por el resto de Europa,
trae consigo cambios radicales en la cosmovisión del hombre, que llevan a catalogarlo por la
historiografía occidental como el inicio de una nueva era, como un nuevo presente histórico,
simplemente como la causa de que comience la Edad Moderna. Nuestra perspectiva, en
nada invalida la necesidad de conocer e incorporar en el conocimiento de los escolares el




                                              23
hecho de que el concepto Renacimiento es un constructor histórico, que tiene detractores y
defensores.


El Renacimiento Artístico


           Un aspecto destacado del Renacimiento es su manifestación artística. En efecto, son
los artistas quienes mediante sus obras dejaron plasmado los cambios ocurridos con la
llegada del Renacimiento a sus vidas. “(el) Renacimiento artístico experimenta también tres
fases: un primer Renacimiento, un Renacimiento clásico y una decadencia que conduce al
estilo Barroco. Como en la literatura Italia domina las manifestaciones artísticas. Tuvo su
primer Renacimiento en el siglo XV y alcanzó su época clásica en el primer tercio del XVI. En
el suelo italiano se formaron los artistas extranjeros, mientras el país enviaba los suyos
propios a las demás naciones para dirigir las empresas artísticas. El arte de la época es laico
y se vincula a la vida cotidiana. Los artistas crean el cuadro de las fiestas y alagan todos los
sentidos. Las fiestas son perpetuas y habitúan los ojos a las construcciones, a las
agrupaciones de personajes, a los colores que llegan a constituir palacios, esculturas y
pinturas. La moda los triunfos profanos, a imitación de los triunfos romanos”33. Estas palabras
de Mousnier, nos inician en el conocimiento de lo que fue el Renacimiento artístico de la
época, y como hubo fases que marcaron su desarrollo, además de los primeros pasos en la
Italia gloriosa de Burckhardt, y por supuesto la recreaciones que el arte hacía; se puede decir
que es una definición bastante acertada dado que mezcla las distinta formas de crear y de
realizar el arte en el Renacimiento. Mousnier continua con su explicación, descripción y
definición del arte en el Renacimiento en su libro expresando las múltiples características que
encontramos en el arte, si bien mezcla entre aspectos técnicos e interpretativos de las obras,
se puede connotar la importancia del hombre en todo sentido, desde el embellecimiento que
tuvo, de su grandeza, de su forma, hasta de la manera en que se recreaba sus cuerpos
perfectos, simplemente se busca la perfección y enaltecer la figura del hombre:



33
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 46.

                                                24
―El arte toma un aspecto nuevo, el aspecto clásico, derivado de una visión artística,
                de un nuevo sentimiento de la reforma pura, inspirado por todo el impulso del renacimiento
                hacia la realización y el goce de la perfección humana. El tema principal y, dentro de él, la
                belleza corporal. Este arte es pagano, incluso cuando trata temas religiosos. Sus santos
                son atléticos, sus cristos, vencedores de sus juegos olímpicos, sus madonas, bellezas que
                esperan la caricia. El cuerpo humano de grandes dimensiones, llena la superficie, arboles,
                paisajes y edificios solos se conciben como bellos accesorios. El fin consiste en la forma:
                un mundo corporal, divino o heroico, superior o perfecto. La grandeza, la dignidad humana,
                aparecen en el paso firme, la pasión profunda, el gusto de lo solemne. A los tipos delgados
                del siglo XV, el renacimiento opone los cuerpos opulentos, de porte magnifico, plenitud de
                formas, cuellos redondeados caderas anchas y pechos salientes; a los vestidos cortos y
                tiesos, la indumentaria antigua, larga y solemne, la que resalta la anatomía, a los
                movimientos rápidos y la atención inmoderada, la gravedad clásica, la reserva, la elegancia,
                la ausencia de todo esfuerzo aparente característica del hombre bien nacido, la línea suave
                y flexible, la libertad de los movimientos; a la fantasía desbordada, la ponderación y la
                mesura‖34.


           Se puede decir que es un relato idóneo para desarrollar el tema del arte en el
renacimiento, hasta es detallista en describir cuáles son los aspectos fundamentales que
caracterizan al arte de esta época.


           Tampoco se debe dejar de lado los artistas quienes eran los responsables de realizar
estas obras de arte y que las artes en general tuvieran su máximo desarrollo, donde la
restauración de la antigüedad con una mirada distinta y propia del Renacimiento, fue lo que
marcó el quiebre para algunos y la culminación del proceso para otros. Estos artistas vivían en
complicidad con el periodo que se estaba viviendo, y esto es lo que señala Garin, “El mundo
del artista es realmente imaginación viva, como la que anima la naturaleza de las cosas; el
artista crea, y sus formas toman cuerpo y nos alegran, ocupan su lugar entre nosotros, viven
con nosotros y transfiguran nuestra vida, como las bellas fábulas de la superstición antigua”35,
en este punto encontramos coincidencia entre lo que propone Garín y Mounsier, para quien el
artista crea y busca la perfección de la gloria humana en sus obras, la perfección de sus
líneas, la recreación de la antigüedad con una mirada Moderna; lo que hace de los artistas un


34
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 49.
35
     Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 73.

                                                        25
pilar fundamental en la desarrollo y consolidación del arte renacentista, dado que son ellos los
que tuvieron la responsabilidad de interpretar el cambio que estaba ocurriendo, y que sin lugar
a dudas lo lograron con creces.


       Finalmente es propicio señalar que el tema del arte renacentista fue un proceso
paulatino que experimentó distintos ritmos en Europa. Comenzó en Italia y allí desarrolló un
notorio adelanto respecto de las técnicas usadas, la búsqueda e interpretación de la cultura
grecolatina.




 "El Nacimiento de Venus. 1478 de Sandro Botticelli. Galería        “El Parnaso (detalle). 1551. Rafael. Museos Vaticanos, Roma”
 de los Uffizi, Florencia"




       Con respecto a lo expuesto en el párrafo anterior, Margolin señala que “Entre 1490 y
1520, las tendencias artísticas de Europa responden a una bipolarización. En el sur, Italia es
el escenario de prodigiosas realizaciones, el centro de una febril y apasionada actividad que
hace añico los vínculos con las últimas tradiciones medievales. En el norte, en toda la Europa
septentrional, que abarca tanto los Países Bajos como a Francia, a los territorios germánicos y
–paradójicamente –a España, el medievalismo, ligeramente todavía viva la expresión gótica.
La única excepción es Durero, que consigue igualarse con los artistas italianos y desarrollar


                                                               26
un arte esencialmente caracterizado por las aspiraciones propias del Renacimiento”36. Como
se puede apreciar Margolin utiliza el término bipolaridad, que es lo que describía el desarrollo
del arte renacentista en la época, dado que mientras en Italia emerge con gran ímpetu la
nueva forma de hacer arte, en el resto de Europa, aún se mantenía con fuerzas el arte gótico
de la Edad Media, por lo que inmediatamente se puede relacionar con las palabras de
Burckhardt, el cual expresa que Italia era el lugar propicio para que se diera este cambio o
emergiera el Renacimiento, dado que su sociedad estaba preparada y las características
adecuadas hacían de este territorio el lugar idóneo                         para el renacer propio de la cultura
grecolatina. Entonces Margolin nos reafirma en su texto que “En Italia, las ambiciones de los
artistas del Quatrrocento se desarrollan y enriquecen. El Renacimiento alcanza su plenitud
clásica y el cénit de su esplendor. En cambio, la Europa septentrional apenas acepta
tímidamente, como con escrúpulos, el nuevo arte que se integra en las últimas formas del
gótico –gótico tardío –de las que no logrará escapar completamente ni el mismo Durero”37.


           Es así como Margolin, en su texto nos expresa esta característica fundamental que
tiene el arte renacentista, el cual no tuvo una aceptación inmediata por parte del resto de
Europa, como sí lo fue en Italia cuna del Renacimiento; ahora bien se podría interpretar una
cierta contradicción a simple vista en las palabras de Margolin con respecto a Durero, pero se
debe entender que este artista se trató de incluir o integrar a esta nueva forma de crear arte,
pero la tendencia del gótico era tan fuerte por su predominancia en Europa, que se le hizo
imposible despegarse totalmente de sus raíces para trasladarse por completo al Renacimiento
artístico.      Así es como se vivenció el Renacimiento artístico en la época, llegando a la
conclusión de fue un proceso paulatino que comenzó en Italia y se fue expandiendo por el
resto de Europa. Además se debe precisar que el                            Renacimiento artístico tuvo conexión
directa con el Humanismo, al menos así queda demostrado en palabras de Mousnier
“Esencialmente humanista, el arte los es, también, por el predominio de la razón humana y de
la armonía en la creación. Los artistas van en pos de un sistema de relaciones que le permita


36
     Margolin, Jean-Claude. “Los inicios de la edad moderna”. Editorial Akal. Madrid, España 1992. Pág. 210.
37
     Op. Cit. Margolin, Jean-Claude. Pág. 211.

                                                              27
dar al hombre la impresión de un acuerdo perfecto de la obra con su lógica y su
sensibilidad”38, o sea sencillamente este autor trata al arte de Humanista por la interrelación
de la razón humana, la exaltación de la figura humana, la búsqueda de la recreación perfecta
y por sobre todo la sensibilidad con que se trata al hombre en aquel periodo, por lo tanto el
Humanismo no solo influencia a los eruditos e intelectuales de la época sino que también
tiene conexión con el arte que se comienza a desarrollar.




"El Diluvio Universal, detalle de la bóveda, de la capilla        “La escuela de Atenas. 1510. Rafael. Museos Vaticanos,
Sixtina. 1508 a 1512. Miguel Ángel. Museos Vaticanos,                                     Roma”.
Roma".




El Humanismo


           ¿Qué es el humanismo? ¿Quiénes fueron los precursores y principales representantes
del Humanismo? Y cuáles fueron sus principales características? Son algunas de las
interrogantes que responderemos en este apartado.


           La historiografía señala como precursores del humanismo a personajes que podríamos
circunscribir por cronología netamente a ámbitos medievales. Entre éstos se cuenta a Dante



38
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 50.

                                                             28
(1265-1321),         Petrarca (1304-1374) y Bocaccio (1313-1375). Más adelante se encuentran
Pico Della Mirandola (1463-1494), Erasmo de Rotterdam (1466-1536), Tomás Moro (1478-
1535), quienes surgen en la consolidación del humanismo. Todos los mencionados son
considerados grandes referentes de la cultura occidental, y pertenecen a la corriente
intelectual denominada “Humanismo”.


         Ahora bien, es pertinente comenzar a responder por dónde se gesta el Humanismo.
Con la revisión historiográfica sobre el Renacimiento ya se ha asociado el Humanismo con
Italia renacentista. Mounsier señala que en sus inicios “Italia fue la patria del humanismo, de
donde irradió a toda Europa. La edad heroica de los grandes eruditos descubridores de textos
acaba en la península de los Apeninos a fines del siglo XV, pero Italia continuará siendo el
centro del humanismo”39. Mousnier sostiene que el Humanismo nace en Italia, y
posteriormente se expande por Europa. A estas palabras se le suman las de Secco quién
asevera el nacimiento del humanismo en Italia, “El humanismo nació en Italia en el siglo XIV.
La vida política, económica y social de las ciudades italianas creó el clima propicio para el
estudio de la antigüedad clásica. La Prosperidad económica de aquéllos y el deseo de brillar
de los burgueses, favorecieron el movimiento humanista, cuyos principales centros fueron
Roma, Venecia y Florencia. Esta última, donde ya habían actuado Dante, Petrarca y
Bocaccio”40. Como se puede ver, difícilmente puede entregarse una fecha de inicio al
movimiento intelectual denominado Humanismo. En la misma línea, Martínez señala que
Florencia se convirtió en la capital del Renacimiento y del Humanismo, “Florencia, al amparo
de la corte de los Medici, se convirtió en el núcleo original del Humanismo y del
Renacimiento”41. Por ende podemos ver que ambos conceptos –renacimiento y humanismo-
son considerados como una díada, dos dimensiones de una misma realidad cultural que se
expresa en todo su esplendor a los inicios de lo que denominamos Edad Moderna.




39
   Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 28.
40
   Op. Cit. Secco Ellauri, Oscar. Pág. 4.
41
   Op. Cit. Martínez y Otros. Pág. 32.

                                                29
Es necesario determinar las características del Humanismo, dado que provoca el
cambio en la cosmovisión del hombre en la tierra. Una primera definición de Humanismo que
expresaremos es la de Margolin, quién sostiene que definir el Humanismo no es nada fácil,
pero no obstante se puede interpretar que a medida que se comienzan a expresar las
características, se puede ir construyendo una definición de lo que fue realmente el
Humanismo, “Del Humanismo, con el que se suele identificar generalmente el movimiento
intelectual y cultural del Renacimiento, no es posible dar una definición sencilla. Si se puede
resumir, sin mayores dificultades               que fue Italia la que abrió el camino conducente a la
trasformación de la visión del mundo, a la renovación de las formas de conocimiento, a la
ampliación de las fuentes de inspiración literaria y artística al cambio radical de la pedagogía,
a una crítica liberadora de las tradiciones y de las instituciones, a un optimismo creador
fundado en la razón y, en resumen, a una nueva imagen del hombre, se reconocerá
igualmente su carácter precursor”42, como se puede evidenciar, para Margolin existe una
trasformación en la visión del mundo, junto con un proceso de renovación del pensamiento, y
a una nueva imagen del hombre; por esta razón es necesario recurrir a Mousnier, quien alude
a la exaltación de la grandeza humana, donde todo está basado en la vida del hombre, “El
humanismo del Renacimiento parece ser una especie del gran género del humanismo eterno.
Como místico de la nobleza humana, el humanista exalta la grandeza del hombre y reclama
del mismo un esfuerzo constante para realizas la más alta perfección de las relaciones
humanas. Acepta la naturaleza y el mundo como buenos, se encuentra a gusto en ellos,
experimenta el placer de vivir y tiene una confianza inquebrantable en el progreso indefinido
de la obra humana, del pensamiento, del individuo y de la sociedad”43, como se puede
interpretar, el Humanismo trae en su itinerario transportar el eje de la cosmovisión de la
sociedad, en que ahora el hombre común y silvestre se torne el centro de la belleza, de la
admiración, de la magnificencia; estos son los cambios que comienzan a prolongarse con la
llegada el Humanismo, donde el hombre pasa a ser actor, y es él quien define su vida, se
enfrenta, en palabras de Garín, a la barbarie medieval, y resalta su figura “En un único acto,


42
     Op. Cit. Margolin, Jean-Claude. Pág.183.
43
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 29.

                                                        30
el hombre tomó conciencia de su propia acción y de sí mismo, se enfrentó a la barbarie
medieval, definió la antigüedad y se definió a sí mismo basándose en ese punto de referencia.
Precisamente, esa determinación detallada y a veces pedante de la antigüedad, ese deseo de
conocer el sentido preciso de cada palabra antigua, de distinguirla y de no confundirla con la
propia, para después imitarla, pero sin olvidar su alteridad, en eso consiste el sentido de la
historia que con tanta riqueza e intensidad vital desarrolló el Humanismo”44.


           Entonces, es en este momento cuando el hombre se libera de esa carga oscura de
existencia, heredada de las épocas pasadas, y comienza con el desarrollo de un nuevo
periodo, que enaltece la belleza del hombre como nunca se había visto, las distintas formas
artísticas demuestran que el hombre toma el protagonismo de su vida, y junto con los escritos
de los Humanistas, vemos que se recobra el interés por lo antiguo, pero desde la mirada
actual de la época, una mirada donde el hombre está en el centro, donde el hombre se
encuentra apto en todo sentido para ser dueño de sus propias decisiones, es así como una
vez más Mousnier sostiene que, “El humanismo del Renacimiento se caracteriza por los
rasgos descritos, es evidente además, que los humanistas de dicha época poseyeron la
inquietud de la belleza jamás ausente en ningún humanismo, pero especialmente intensa en
aquellos, los humanistas del Renacimiento buscaron una forma superior de belleza en los
textos antiguos: exactitud de observación, asunto plasmado en plena vida, puesto de relieve
por un carácter dominante, jerarquía de       ideas, encadenamiento natural, eliminación de
detalles inútiles, propiedad y rigor de términos, riquezas de imágenes, exactitud y continuidad
de metáforas, número y armonía, perfección continua. El humanismo del Renacimiento fue,
desde luego, una estética. El gusto estético les impulsa a querer realizar entre ellos el ideal
del hombre, la idea platónica del hombre; pero les mueve también el apetito de los placeres
terrenales”45.




44
     Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 148.
45
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 29-30.

                                               31
Pasamos ahora a delinear las características de los humanistas, intentando responder
qué hace a los humanistas los personajes más importantes para el desarrollo de la época en
cuanto a la intelectualidad, escuela y cambio en las mentalidades de los hombres. Aquí es
preciso destacar algunos de los postulados de              Mousnier, quien sostiene que      “Los
Humanistas fueron aquellos que adoptando el ideal del Renacimiento, se apasionaron por las
letras y las artes clásicas. En sentido estricto, los humanistas fueron profesionales de las
letras, generalmente salidos de la burguesía, eclesiásticos, profesores de universidad,
médicos, funcionarios, a veces publicistas al servicio de una empresa editorial, que expresan
la tendencia de la sociedad y le proporcionan su utillaje intelectual. Pensionados y protegidos
por los príncipes, actuaron a menudo como propagandistas de estos”46. Apasionados por las
artes y las letras, nos dice Mousnier, los cuales se desempeñaron en distintos cargos de la
sociedad, pero que por sobre todo supieron abordar y desarrollar el ideal renacentista de la
manera más correcta posible, es por esto que el autor expresa nuevamente que los
humanistas fueron quienes revivieron una cultura clásica, una antigüedad de manera cabal,
“Los humanistas fueron los apóstoles de la antigüedad y pretendieron revivirla. Se esforzaron
por resucitar el mundo antiguo como eruditos e historiadores, y, al mismo tiempo, por
comprenderlo por sí mismo, saborear su belleza helénica y penetrar en sus razones para
vivir”47. Pero para Mousnier, los humanistas tienen una característica muy importante, ellos
son religiosos, por lo tanto sus postulados muchas veces tomados como reformas no son más
que un intento por mejorar la condición y la religión católica, es lo que sucede con Pico Della


            Pero para Mousnier, los humanistas tienen una característica muy importante, ellos son
religiosos, por lo tanto sus postulados muchas veces tomados como reformas no son más que
un intento por mejorar la condición y la religión católica, es lo que sucede con las 900 tesis de
Giovanni Pico Della Mirándola, donde encontramos “El discurso de la dignidad del hombre”,
que es la introducción de esta obra monumental, claramente este autor no solo demuestra su




46
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 27.
47
     Idem.

                                                  32
carácter devoto a la iglesia católica, sino que además logra mostrar el cambio en la
cosmovisión del hombre en relación a su lugar en el mundo:


           -―Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa
           peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa que conscientemente
           elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves. La naturaleza definida de los
           otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescriptas. Tú, en cambio, no
           constreñido por estrechez alguna, te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he
           consignado. Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto
           en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú,
           como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que
           prefirieses.

           Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu
           ánimo, en las realidades superiores que Son divinas‖48.



           En el “discurso…” puede connotarse el carácter religioso de las palabras de Pico,
donde el creador le habla al hombre representado por Adán, a quien deja en libertad de ser el
amo y señor de sus propias decisiones, postura que viene con el humanismo, donde el
hombre cambia su rol en la tierra, cambia su visión de la naturaleza de las cosas. Ahora bien,
otro personaje de la época es Erasmo de Rotterdam quien escribe de manera satírica en
contra de los abusos realizados por el poder eclesiástico, como por ejemplo en su obra “Julio
II excluido del reino de los cielos”, historia que trata de la llegada del Papa a las puertas del
cielo, y tiene una conversación con San Pedro, en este escrito Erasmo ridiculiza la figura
papal de Julio, además de dejar al descubierto los abusos que este ha cometido como el
máximo monarca del catolicismo:


           “Julio. ¿Por qué no abres la puerta tanto como te sea posible a quien convenía haber salido al
           encuentro, incluso con todo el séquito celeste, si hubieras querido cumplir con tu deber?

           Pedro. Mucho mandas. Eres tú, sin embargo, el que debe decir antes quién eres.

           Julio. ¡Como si no lo vieras tú mismo!


48
     Pico Della Mirándola, Giovani. “Dscurso de la dignidad del hombre”. Año 1486. Disponible en: www.historia1imagen.cl

                                                              33
Pedro. ¿Qué hay que ver? Yo no veo sino un espectáculo

           Julio. Si no estás completamente ciego, supongo que reconocerás esta llave de plata, en el
           caso de que no conozcas el roble de oro. Ves además la triple corona y el manto reluciente por
           doquier de pedrería y oro.

           Pedro. Reconozco, ciertamente, una llave de plata, aunque sola y muy diferente de aquellas
           que en otro tiempo me confió el verdadero pastor de la Iglesia, Cristo. Pero en cuanto a esa
           corona tan soberbia, ¿cómo podría reconocerla, si ningún tirano bárbaro se ha atrevido a
           portarla nunca, tanto más si se dispone a pedir la entrada a este recinto? El manto ese en nada
           me conmueve, pues siempre pisé y desprecié las piedras preciosas y el oro como si de
           desechos se tratara. Pero ¿qué es esto? Veo por todas partes, tanto en la llave como en la
           corona y en el manto, las señales del traficante e impostor más infame, que ostenta ciertamente
           mi nombre, mas no mi proceder, del Simón que yo una vez expulsé con la ayuda de Cristo‖49.



           Como se puede ver, la sátira de este escrito, no hace de Erasmo un reformador, sino
que simplemente buscar la limpieza dentro del dogma católico, y así conseguir una iglesia
más pura y honorable como siempre debió ser. Esto se ve argumentado en palabras de
Mousnier quien nos dice, “Estos humanistas no son reformadores, pues aceptan, en suma, las
grandes líneas del dogma católico y de la iglesia, y desean leer el verdadero texto de la biblia,
establecidos siguiendo las reglas de la erudición y comprendido gracias a la resurrección del
medio hebreo. Están persuadidos de que el hombre no es irremediablemente malo, si no que
puede elevarse al bien, a la grandeza y al heroísmo por sus propias fuerzas, pues el alma
razonable posee en ella un rayo del haz divino”50. Claro está, que la grandeza del hombre y la
nueva forma de concebir al hombre en el mundo, recae en los grandes trabajos realizado por
los humanistas, sin lugar a duda ellos mediante sus recreaciones, trabajos, relatos, textos,
llevaron a la concepción del hombre fuera de lo normal, donde una nueva cosmovisión llegó
para instaurarse en sus vidas.


           Finalmente después de que los Humanistas tuvieran su auge y fueran muy requeridos
en todos los espectros sociales en el siglo XVI comienza un periodo donde se ven


49
     Rotterdam, Erasmo. “Julio II excluido del reino de los cielos”. Año. Disponible en: www.historia1imagen.cl
50
     Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 34-35.

                                                                34
desplazados, rechazados y muchos declarados heréticos por la Iglesia Católica, como lo fue
en momentos Pico Della Mirándola, Erasmo de Rotterdam, entre otros, por esta razón es que
finalmente Burckhardt nos dice, “A mediados del siglo XVI estas asociaciones parecen haber
pasado por una total transformación. Los humanistas, desplazados ya de su posición
influyente en la vida de la nación, sospechosos para la naciente Contrarreforma, pierden
también la dirección de las Academias, y en éstas la poesía italiana substituye asimismo a la
latina”51.


Reforma y Contrarreforma


Referentes historiográficos


           Para trabajar las temáticas relacionadas a la Reforma religiosa, sus efectos en el
surgimiento de una nueva Iglesia Cristiana y la respuesta de la Iglesia Católica a través de su
Reforma o más conocida a nivel historiográfico como Contrarreforma, utilizaremos una gama
de autores, que van desde autores contemporáneos a Martín Lutero, como son el sacerdote
Cochleaus, y un historiador de fines del siglo XIX, Denifle. Ambos expresan severas críticas
contra las propuestas del Monje Agustino, que si bien se basan en las fuentes, dejan entrever
una postura más bien subjetiva y totalmente avasalladora contra la imagen de Lutero. En el
análisis historiográfico que se expondrá, consideraremos como aporte fundamental el que nos
entrega Joseph Lortz, quien ha sido considerado como un referente en el análisis de la
Reforma propiciada por Martín Lutero. Lortz, a pesar de ser católico, y exponer el análisis de
Lutero en el contexto de su “Historia de la Iglesia”, vino a renovar la imagen que se tenía de
Lutero, al menos por parte de la Iglesia Católica, considerando a un Lutero Católico, que la
Iglesia no supo escuchar y que por evidente consecuencia se separó de esta, provocando la
división más grande de la cristiandad. Otro autor de fundamental relevancia es Lucien
Febvre, quien a través de su obra estudia a Lutero desde su contexto, aporta una nueva



51
     Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 213.

                                                35
mirada sobre el proceso. Jean Delumeau, también historiador católico, analiza la época,
considerando tanto los errores de la Iglesia Católica como los de Lutero, tratando de hacer un
relato objetivo desde su postura Católica, sin embargo, en él se aprecian comentarios más
allegados a defender algunos aspectos de la Iglesia en el siglo XVI. Lortz, Febvre y
Delemeau, constituyen el eje principal de nuestro análisis historiográfico, tanto por su
destacada trayectoria como por sus postulados sobre las temáticas a tratar.

      De autores como Marco A. Huesbe, César Vidal, Michael Muller y Wolfhart
Pannenberg también podemos extraer interesantes y fundamentados comentarios a modo de
diversificar la discusión historiográfica. También rescataremos algunas definiciones o
aspectos más bien complementarios de autores como Hermann Tuchle, Leopold Ranke,
Roland Mousnier, Federico Fliedner y de Martínez Ruiz, Enrique y Otros.




Martín Lutero y la Reforma Protestante


      Enmarcado en un proceso de profundos cambios de los cánones tradicionales que se
tenían del hombre y del mundo, la Institución más sólida hasta esos momentos, siglo XVI, se
vio en la encrucijada que provocó la división y crisis religiosa más contundente en toda su
historia. Nos referimos a la Iglesia Católica y a la gran influencia que poseía en Europa. Para
abarcar esta temática, es necesario analizar el      contexto, tanto de la Iglesia como del
personaje que desencadenó dicha división, un monje alemán, que bajo el alero del dogma
católico protestó en contra de la jerarquía eclesiástica, hasta separarse completamente de los
que fueron en primera instancia sus formadores espirituales.


      A los procesos desencadenados a partir de la postura crítica establecida por Lutero se
le denomina Reforma Protestante, porque en un principio Martín Lutero, criticó y protestó en
contra de la venta de Indulgencias. Otro aspecto sumamente relevante, es la protesta de los
Príncipes Alemanes, lo cual sucedía en el contexto previo a las 95 tesis, quienes sostenían
“¿creen que no se podrá prescindir de ellos? Cada uno para sí. Que trabajen, en lugar de

                                              36
percibir el diezmo sobre los que laboran. Que tomen parte, con las camisas remangadas y los
corazones valerosos, en la tarea común.” 52 Protestas fundamentales a la hora de
complementar las postuladas por Lutero, veremos más adelante cómo los Príncipes de
Alemania ven en las críticas de Lutero la excusa perfecta para liberarse de Roma, expresando
su malestar en contra del pago de diezmos.


           Además del protagonismo de Martín Lutero en el desencadenamiento de la Reforma
Protestante, cabe señalar la importancia de los otros dos reformadores más destacados
durante el siglo XVI. Nos referimos a Juan Calvino y Enrique VIII, el primero considerado
como un reformador religioso y de quien se desprende la teoría de la predestinación y las
Iglesia Presbiteriana; el segundo no es considerado un reformador religioso como tal, ya que
sus postulados no fueron en base a un sustento espiritual, sino algo más bien estratégico y
conveniente para sus intereses personales.


           Por consiguiente, en este apartado, se abarcarán a los personajes reformadores, sin
embargo, el énfasis se hará con el precursor de los tres, ya que es fundamental comprender a
Lutero y su contexto como base de la Reforma, y así identificar las principales características
de los inicios de la Edad Moderna desde el punto de vista religioso-cultural. A modo de
conocer, relacionar y, en algunos casos, contrastar las diferentes visiones que se han tenido
de Lutero en la historiografía, es necesario hacer referencia tanto a autores que vivieron la
reforma, como a los que fueron trazando sus críticas en los siglos posteriores. Para ello es
fundamental comprender sus bases ideológicas y posturas religiosas, lo cual nos permitirá
tener una concepción general tanto de historiadores católicos como protestantes.


           En primera instancia, nos referimos al contexto histórico donde se desarrollan los
hechos considerados cruciales y detonantes de la Reforma Protestante. Este periodo va
desde fines del siglo XVI y principios del XVI, porque, tal como sostiene el Historiador católico



52
     Op. Cit. Febvre, Lucien. Pág. 107.

                                                37
de la segunda mitad del siglo XX, Jean Delumeau, en su obra “La Reforma”, “en primer lugar,
la Reforma fue una respuesta religiosa a la gran angustia de fines de la Edad Media, cuando
toda una serie de catastróficos acontecimientos sacudieron y desorientaron las almas: la
guerra de los Cien Años: la peste negra: hambres frecuentes: el Cisma de Occidente que se
prolongó durante treinta y nueve años ante la indignada sorpresa del mundo cristiano. Los
individuos y las sociedades tomaron conciencia de su maldad, se sintieron culpables y
pensaron que sólo el pecado podía ser causa de tanta desgracia.”53 A partir de esto, se puede
ver que las personas vivían inmersas en una concepción del mundo a través del pecado y el
castigo, donde sus almas iban a pagar por todo lo malo hecho en lo terrenal. Es por esto que
existía una profunda preocupación por la salvación de las almas y pánico a la muerte.
Delumeau también sostiene que “la muerte fue el gran tema de la iconografía durante la baja
Edad Media, y a ella se dio más importancia que al Juicio final y al infierno.”54 Dejando de
manifiesto el ambiente que rodeaba a las personas en el aspecto religioso, sobre todo a fines
de la Edad Media, es decir, fines del siglo XV.


        Otro autor que hace referencia a estos hechos, es el Historiador Católico de principios
del siglo XX, Joseph Lortz, quien sostiene que “bajo el aspecto religioso, moral y espiritual, la
Edad Moderna ha estado presidida por una nueva imagen del mundo, surgida exclusivamente
del hombre y, más en concreto, de la razón humana y construida sobre bases matemáticas y
científico-naturales, una imagen del mundo cuyas verdades científicas fueron luego, durante el
siglo XIX, consideradas con ingenua superficialidad por una generación aeclesiástica y
antieclesiástica como la verdad completa.”55 Lortz, expone la historia de la Iglesia,
evidenciando así sus etapas más relevantes, connotación en que la Reforma tiene un lugar
preponderante. Lortz señala que        “aun cuando la Reforma, en sus valores religiosos
nucleares, constituyó al comienzo un proceso de crecimiento enteramente positivo, no cabe
duda de que luego se convirtió en un ataque realmente amenazador, e incluso en muchos



53
   Op. Cit. Delumeau, Jean. Pág. 6.
54
   Ídem. Pág.8.
55
   Op. Cit. Lortz, Joseph. Pág.23.

                                                  38
aspectos consciente, contra la Iglesia.”56 Planteando que la Reforma en sus inicios pudo
haber sido algo positivo para la Iglesia, sin embargo, los acontecimientos y personajes fueron
arrastrados a cambios absolutos.


          En relación a los inicios de la Reforma, Delumeau considera que “el humanismo
preparó la Reforma en dos sentidos: contribuyó a este retorno a la Biblia, que era una
aspiración de la época, e insistió en la religión interior desvalorizando la jerarquía, el culto de
los santos y las ceremonias. Pero su concepción del hombre coincidía más con el catolicismo,
que con el pesimismo luterano y calvinista.”57 Relacionando de esta manera, las visiones del
humanismo con los inicios de la Reforma, sin embargo, este autor hace un claro énfasis a que
éstas, pueden verse más ligadas hacia el catolicismo que a las posteriores concepciones de
los reformadores. Al menos por ahora, se puede apreciar una relación en las palabras tanto
de Delumeau como de Lortz, ya que si bien ambos son historiadores católicos, más adelante
podremos apreciar que discrepan en ideas sobre la Reforma, como por ejemplo, que
Delumeau si bien reconoce la culpa que tubo la Iglesia Católica en dejar que estos hechos se
desenvolvieran sin retroceso, intenta exponer una imagen de un Lutero un tanto aburguesado,
sosteniendo que luego de 1517, pudo tener una vida cómoda, más que de revolucionario,
ideas que se contraponen a los postulados de Lortz, explicando que Lutero siempre guardó un
criterio de religiosidad tanto en sus criticas como en su comportamiento, denominándolo así
como un hombre de creencias firmes, lo mismo que se puede apreciar en Febvre, quien
argumenta que la personalidad de Lutero era de profunda espiritualidad y sus protestas
surgieron de la mano de sus convicciones dogmáticas.


          Otro aporte sobre el contexto hacia fines del siglo XV, viene por parte del historiador y
escritor César Vidal, quien en la actualidad se declara como un cristiano protestante. En su
obra “El caso Lutero”, sostiene el concepto de “crisis espiritual”, afirmando “que no se trataba
solo de que la Iglesia católica hubiera pasados por episodios de terrible desunión como el


56
     Op. Cit. Lortz, Joseph. Pág. 9.
57
     Delumeau, Jean. “La Reforma”… Op. Cit. Pág.25.

                                                      39
papado de Aviñón o el gran Cisma de Occidente. En realidad, la tremenda crisis institucional
del papado constituía un síntoma innegable de una no menos profunda crisis espiritual.”58 A
través de estas palabras y sobre todo por el concepto de “crisis espiritual” es como podemos
ver una evidente dilatación de las falencias de la Iglesia Católica a fines de la Edad Media,
donde la cristiandad se preocupaba más de una expansión territorial que de guiar
espiritualmente a sus fieles. Vidal, también señala que los Papas que más destacaron por su
alejamiento como guías espirituales fueron Alejandro VI, quien reunió una gran fortuna que le
permitía pagar sobornos y su pontificado estuvo marcado por razones políticas de carácter
familiar, además utilizaba cuantiosas sumas de la venta de indulgencias para financiar
aventuras militares de su hijo César. Y Julio II, por su parte consiguió el pontificado a través
de sobornos, fue benefactor y protector de artistas como Miguel ángel, Bramante y Rafael.
Este papa se destacó por ser un hábil diplomático y un terrible militar, tenía como objetivo el
aumento del territorio de los Estados pontificios. Los papas eran diplomáticos, mecenas,
incluso guerreros, pero, en el ámbito espiritual, dejaban mucho que desear.59 Con lo que se
puede apreciar una crisis más profunda de lo que se creía, ya que la figura de los Papas
estaba siendo puesta en duda, por preferir otros ámbitos, en vez de priorizar lo espiritual, que
era, sin duda, lo que esperaban los fieles, a modo de poder tener la esperanza de que sus
almas fueran salvadas ante una evidente preocupación y necesidad espiritual. La visión de
Vidal, desde el punto de vista protestante, puede ser considerada como crítica de la Iglesia
Católica, sin embargo, sus postulados van dirigidos a una realidad que hasta los mismos
historiadores católicos más relevantes como Lortz o Delumeau han reconocido.


           Otro importante aporte de Delumeau, se puede apreciar en su libro “El catolicismo de
Lutero a Voltaire” donde destaca que, “Así pues, la Iglesia conservaba, en tiempos de la
Prerreforma, importantes reservas de juventud y salud. Pero un gobierno estaba viciado.
Ahora bien, éste había adquirido, sobre todo desde el siglo XIV, una enorme importancia. En
la medida en que conservaba sus tradicionales estructuras. La Iglesia romana, tomada en


58
     Vidal, César. “El caso Lutero”. Editorial Edaf. Madrid, 2008. Pág. 25.
59
     Op. Cit. Vidal, César. Pág. 28-30.

                                                                  40
conjunto, no podía regenerarse si no se reformaba la cabeza. El choque de la secesión
protestante fue necesario para decidirse.”60 Dejando en evidencia que la Iglesia, si bien, tenía
una destacada relevancia en la época, estaba desgastada, y la Reforma fue necesaria para
los cambios por parte de la Iglesia Católica, a pesar que sólo ocurrieron a partir del Concilio
de Trento (1545 - 1563).


           Joseph Lortz hace referencia a que “Los signos del tiempo, desde el punto de vista
eclesiástico y religioso y, en último término, también espiritual, lejos de apuntar hacia una
reconstrucción, presagiaban la tormenta. Y la tormenta llegó: fue la Reforma de Lutero.”61 El
autor sostiene que Lutero comienza un proceso, que ya estaba en curso, también se puede
inferir que si bien la Iglesia Católica reconoce, en la actualidad, que sus postulados se
estaban desgastando a fines del siglo XV, Martín Lutero, fue el que inició un camino del que a
partir de 1517 no habría marcha atrás. Principalmente porque como sostiene Delumeau “el 31
de octubre Lutero envió sus 95 tesis al arzobispo Alberto de Maguncia, quien, molesto, las
remitió a Roma. Allí se encargó a un renombrado tomista, el cardenal Cayetano, que las
estudiara. No tardó en abrirse proceso al hermano Martín ante la Cámara apostólica. En
Alemania se desencadenó la polémica.”62 Bajo este punto de vista, y considerando que no
está comprobado históricamente que Lutero clavara sus 95 Tesis en la puerta de la Iglesia de
Wittenberg, se puede apreciar que las envió a este arzobispo, esperando ser escuchado por
las autoridades y con la firme convicción de poseer la verdad en sus palabras apoyadas de la
lectura en las Sagradas Escrituras.


           En relación a las 95 Tesis, palabras escritas por un Lutero aún católico, que deseaba
dar a conocer sus críticas más profundas sobre lo que estaba ocurriendo con la venta de
indulgencias, dinero que sería recolectado para la construcción de la Basílica de San Pedro,
una de las obras máximas del Renacimiento Artístico, y prueba irrefutable de la preocupación



60
     Delumeau, Jean. “El Catolicismo de Lutero a Voltaire”. Editorial Labor s.a. Barcelona, España. 1973. Pág. 6.
61
     Op. Cit. Lortz, Joseph. Pág. 86.
62
     Delumeau, Jean. “La Reforma”… Op. Cit. Pág.33.

                                                                41
por embellecer los aposentos Papales como principal objetivo, llegando a vicios tales como
vender el perdón de los pecados y la salvación del alma a través de una indulgencia. Lo que
podemos apreciar directamente desde la fuente: Entre las 95 tesis, que dejan de manifiesto el
malestar y crítica de Lutero hacia las indulgencias, se pueden destacar las siguientes:


              Nº 6. El Papa no puede remitir culpa alguna, a no ser cuando declara y aprueba que ha sido
             ya perdonada por Dios, o cuando remite con seguridad los casos que le están reservados; si
             estos se despreciaran, la culpa permanecería íntegramente.
             Nº 27. Predican a los hombres que el alma vuela en el mismo instante en que la moneda
             arrojada suena en el cepillo.
             Nº 52. E vano confiar en la salvación sobre la base de las cartas de indulgencias, aunque el
             comisario, incluso aunque el mismo papa, pusiesen su alma como garantía.
             Nº 75.Es una locura la opinión de que las indulgencias papales tienen tanto valor que pueden
             absolver a un hombre, incluso aunque, por un imposible, hubiese violado a la madre de Dios 63


           A través de estas 4 tesis se puede ver la intención de fondo, que Lutero tenía al
publicarlas, ya que al declarar en la tesis 6, que el Papa sólo estaría otorgando el perdón a
través de Dios y no por mérito propio, está restándole importancia a la figura de Papa en la
Iglesia, quien puede otorgar el perdón, considerando que es el representante de Dios en la
tierra. Sin embargo, Lutero reafirma esto a través de la tesis 27, donde aclara que es sólo del
ser humano decir o pensar que un alma se salve al sólo echar una moneda en un recipiente,
manifestando así que esta no sería la voluntad de Dios por la cual se liberaran las almas del
pecado. A la vez en la tesis 52, se expone que ni siquiera el papel de la indulgencia vale el
perdón, aunque el mismo sumo pontífice se pusiera como garantía de aquello. A modo de ser
más enfático en sus críticas, en a tesis 75 queda explícito al considerar aberrante que las
indulgencias Papales, puedan absolver a un hombre que haya violado a la madre de Dios,
queriendo decir con esto que a pesar de intentar vender el perdón de los pecados, es absurdo



63
     Op. Cit. Vidal, César. Pág. 205- 211.


                                                      42
pensar en que un papel obtenido a través de dinero, pueda disolver una acción tan aberrante
y que vaya en contra de los principios de un cristiano.


           A esto se deben anexar las preocupaciones de Lutero en estos aspectos, sobre todo al
no encontrar la paz interior que tanto buscaba, sobre todo de la mano de ayunos y constantes
penitencias. Es así como se interesa enormemente por la lectura de la Biblia, para ver si
encontraba las respuestas que requería su espíritu para vivir tranquilo y salvar su alma al
morir.       En este sentido, podemos mencionar al Historiador católico Francés Lucien Febvre,
quien dedicó una obra completa al relato historiográfico de Lutero, considerando los inicios de
la reforma hasta los hechos posteriores, llamada “Lutero: Un destino”, sosteniendo que Lutero
fue, “un hombre de imaginación viva, de sensibilidad sobre aguda y que embellecía
fácilmente, con la mejor fe del mundo.”64 Mostrado así las características más íntimas de
quien durante tantos siglos se habló como si fuese el peor hombre de la historia, sin embargo,
en Febvre, se puede ver a un Lutero muy creyente, preocupado constantemente por la
salvación de su alma y el perdón de los pecados.


           Febvre también sostiene que “En el convento, Lutero había tratado ansiosamente de
lograr su salvación por el cumplimiento de obras meritorias.”65 Dejando de manifiesto la
constante preocupación del monje agustino porque sus buenas obras le dieran la tranquilidad
espiritual que tanto ansiaba, sin embargo, al no encontrarla se angustiaba cada vez más y
seguía tratando de encontrar la solución a sus preocupaciones a través de la palabra de Dios.


           Es por estas circunstancias que Lutero llega a la siguiente conclusión ―¿La salvación?,
nos proviene de sentir en nosotros, siempre, el mal activo y nuestra imperfección. Pero
también si tenemos fe, de llevar en nosotros mismos a Dios. De su sola presencia nace la
esperanza de ser justificado, de colocarse entre aquellos elegidos que, desde toda la
eternidad, predestina a la salvación, porque los ama lo suficiente para llamarlos a la vida


64
     Op.Cit. Febvre, Lucien. Pág. 19.
65
     Op.Cit. Febvre, Lucien. Pág. 56.

                                                  43
eterna. Así ese insondable misterio de la predestinación se encuentra lleno de promesas y de
amor para las almas religiosas.”66 Este es el principal postulado de Martín Lutero, el de la
salvación por la fe, es decir, de nada sirve que el hombre haga méritos para lograrla sino más
bien debe creer firme y fielmente en Dios, en su misericordia y de esta manera logrará ser
salvado y sus pecados serán perdonados en la medida que crea mucho más en la bondad de
Dios y en su palabra.


        También se puede considerar el aporte del libro Introducción a la Historia Moderna,
escrito por Martínez y otros, quienes sostienen que, “Aunque se han magnificado
frecuentemente las consecuencias de su viaje a Roma –dado el espectáculo nada ejemplar de
la corte romana, mundana, corrompida y secular-, qué duda cabe que si bien aquellas
imágenes actuaron como revulsivo en el espíritu inquieto del joven fraile, nada nuevo
aportaron en el proceso formativo de su espiritualidad ni en la conformación de la gran duda
que atormentará toda su vida: el problema de la salvación eterna, que se le manifiesta como
una verdadera obsesión.”67 Considerando así el tan discutido viaje de Lutero a Roma, como el
inicio de su descontento con la jerarquía eclesiástica, sin embargo, estos autores ponen de
manifiesto, que sólo fue un suceso específico que en el fondo, no tuvo mayor relevancia a lo
que en Lutero se venía desarrollando, como ya se menciona su constante preocupación por el
perdón de los pecados y la salvación de su alma.


        Martín Lutero comenzó a buscar las respuestas necesarias para la tranquilidad de su
alma, sin embargo, en un principio no buscaba una separación de la Iglesia, a lo que hace
referencia Marco Antonio Huesbe, al decir que “las grandes transformaciones que trajo
consigo la reforma luterana fueron iniciadas por Martín Lutero, pero sin un plan
preconcebido.”68 Dejando en evidencia, que las intenciones del monje no fueron provocar
consecuencias tales como en las que se vio envuelto tiempo después de escribir sus tan


66
   Op.Cit. Febvre, Lucien. Pág. 61.
67
   Op. Cit. Martínez y otros. Pág. 111-112.
68
   Huesbe Llanos, Marco Antonio, “La propuesta política de Martín Lutero a través de su doctrina de los dos reinos”, Rev.
estud. hist.-juríd. n.22 Valparaíso 2000. ISSN 0716-5455.

                                                           44
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  • 1. Facultad de Ciencias Humanas y Educación Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Seminario de Título Trabajo de Titulación Propuesta Didáctica para la Enseñanza de la Unidad Nº2 "Las Bases Culturales del Mundo Moderno" Octavo Año Básico Docente Guía: Ana Henríquez Orrego. Fecha: 17 de Diciembre de 2010. Autores: Patricia Gómez1– Víctor Salazar.
  • 2. Referencia imagen de portada: Hombre de Vitruvio, Leonardo Da Vinci 1490 a 1492, Galería de la academia de Venecia 2
  • 3. ÍNDICE ÍNDICE 3 INTRODUCCIÓN 5 CAPÍTULO I : Cimientos culturales y religiosos de la Edad Moderna 10 - El Renacimiento en la historiografía 12 - Renacimiento: significado y controversias historiográficas. 13 - El Renacimiento Artístico 24 - El Humanismo 28 - Reforma y Contrarreforma: Referentes historiográficos 35 - Martín Lutero y la Reforma Protestante 36 - Reforma católica o Contrarreforma 56 CAPÍTULO II: los inicios de la Edad Moderna en el ajuste curricular 2009: estado actual de las propuestas 61 - Ajuste curricular 2009 62 - - Planes y Programas de 8º Básico 66 - Paradigma educacional en base al Constructivismo 72 - Método del historiador en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales 75 - La Importancia de los textos escolares para el proceso de Enseñanza- 80 Aprendizaje 3
  • 4. - Análisis de material didáctico actual: 87 Ficha de análisis: texto escolar - Análisis Texto Escolar 91 - Ficha de análisis: página web, www.odisea.ucv.cl 93 - Análisis Página Web ―Odisea‖ 96 - Ficha de análisis: Página web, www.salonhogar.net 101 - Análisis Página Web ―Salón hogar‖ 104 CAPÍTULO III : Propuesta didáctica para la enseñanza de la Unidad Nº2, “Las Bases Culturales del Mundo Moderno” de 8º Año Básico 108 - Actividades de la propuesta didáctica: 109 Fundamentos teóricos - Estructura General de las Guías 133 - Material de aprendizaje: Guías didácticas 136 - Material de aprendizaje: PPT 234 - Material de aprendizaje: Cronologías 249 - Material de aprendizaje: WebQuest 253 CONCLUSIONES 264 BIBLIOGRAFÍA 269 4
  • 5. Introducción Las problemáticas relacionadas con la enseñanza y aprendizaje de la Historia, Geografía y Cs. Sociales constituyen ejes vertebrales de nuestro trabajo de titulación. ¿Cómo enfrentar la tarea de ser profesor en el siglo XXI, con qué métodos, con qué paradigmas educativos? O incluso, ¿qué contenidos enseñar?, son preguntas que todo profesor debe plantearse permanentemente. En la actualidad, el profesorado de historia y Cs. Sociales se enfrenta a nuevos desafíos que implica reestructurar el qué y cómo se enseña, para así producir un aprendizaje significativo en los alumnos. En el 2009 se gesta el denominado “ajuste curricular”, que aun no termina de consolidarse. Hoy comienza una nueva etapa de transformaciones frente a las que no podemos pronunciarnos aun, por estar en procesos de discusión. No obstante, ambos involucran cambios en cuanto a los Objetivos Fundamentales, Objetivos Fundamentales Transversales, Contenidos Mínimos Obligatorios e incorporan Mapas de Progreso, que buscan desarrollar en los alumnos habilidades de búsqueda y análisis de la información, proceso guiado bajo el parámetro del Constructivismo, que en complemento, tienen como objetivo que el alumno sea protagonista y partícipe activo de su aprendizaje y que el rol docente pase de un transmisor de conocimientos a un guía en el proceso de la enseñanza- aprendizaje. Por ello, con el ajuste curricular, las temáticas históricas, relacionadas con los inicios de la edad moderna, han sido reordenadas y se han ubicado en el nivel de 8º Año Básico, específicamente en la Unidad Nº2 “Las Bases Culturales del Mundo Moderno”. Unidad en la que se especifican como temas principales: el Renacimiento, Humanismo, Reforma y Contrarreforma. De esta manera, la propuesta didáctica que se elaboró en este trabajo, responde a los nuevos planteamientos curriculares del ajuste 2009. Además, se tiene como objetivo 5
  • 6. reconocer y superar las falencias de los materiales didácticos actuales, que están siendo utilizados en la enseñanza de las temáticas relacionadas con los inicios de la modernidad, y así presentar nuevas y atractivas herramientas para el aprendizaje de los alumnos de octavo básico. Para alcanzar las metas señaladas, se han planteado los siguientes Objetivos Generales: - Analizar las distintas vertientes historiográficas sobre los procesos que sentaron las bases del mundo moderno, - Examinar los cambios o el efecto en la asignatura de historia del ajuste curricular 2009, - Crear una propuesta didáctica para la enseñanza de la unidad Nº 2 de 8º año básico. Mientras que entre los Objetivos Específicos contamos: - Distinguir las posturas de los principales exponentes historiográficos de las temáticas abordadas, - Identificar ideas y planteamientos que han cambiado a través de la historia a partir de la bibliografía atinente, - Analizar los textos escolares bajo los parámetros que la didáctica actual exige, - Explicar los aspectos educacionales necesarios en el proceso de enseñanza-aprendizaje (OF, OFT, CMO, mapas de progreso), - Argumentar las distintas actividades que contiene la propuesta didáctica, - Elaborar material didáctico teniendo en cuenta elementos historiográficos, didácticos y curriculares - Incorporar el uso de Tic’s en los procesos de enseñanza- aprendizaje de la Historia, Geografía y Cs. Sociales. 6
  • 7. Para alcanzar los objetivos de la investigación, este trabajo se dividirá en tres capítulos. El primero titulado “Cimientos culturales y religiosos de la Edad Moderna”, en el que se pueden evidenciar las diversas perspectivas historiográficas y debates en torno a los conceptos Renacimiento, Humanismo, Reforma y Contrarreforma. En el segundo capítulo, titulado “Los inicios de la Edad Moderna en el ajuste curricular 2009: estado actual de las propuestas”, se exponen los planteamientos ministeriales sobre el ajuste curricular 2009, el modelo Constructivista de la educación, el uso del método del historiador según Joaquín Prats, el uso de los manuales de estudio y de las imágenes, fundamentado principalmente en Rafael Valls. Como segundo elemento, este capítulo presenta una descripción crítica del texto escolar Mare Nostrum de 8° básico y de dos sitios web utilizados para ver el estado del material en la actualidad. Por último, el tercer capítulo titulado “Propuesta didáctica para la enseñanza de la Unidad Nº2, „Las Bases Culturales del Mundo Moderno‟ Octavo Año Básico”, considera aspectos sobre las teorías y fundamentos del tipo de actividades que se utilizarán en el material didáctico, que permite justificar su uso en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Luego se presentan 13 guías de aprendizaje, 4 PPT con contenidos y actividades, 4 líneas de tiempo de las temáticas principales y 2 WebQuest, todo ello con el objeto de fomentar el aprendizaje crítico reflexivo de los estudiantes, respondiendo así a los objetivos planteados. Finalmente cabe señalar los principales referentes que permitieron fundamentar nuestra propuesta desde el punto de vista historiográfico y didáctico. En relación al Renacimiento, se trabajará con Giorgio Vasari “Las Vidas…”1 (1568), contemporáneo y primero en acercarse al concepto de Renacimiento. También se considerarán como referentes a Jacob Burckhardt ―La cultura del Renacimiento en Italia‖ 2 (1860) y a Eugenio Garín ―El Renacimiento Italiano‖3 (1941), ambos autores explican tanto el Renacimiento como 1 Vasari, Giorgio. “Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos (Antología). Ed. Tecnos. Madrid, España, 1998. 2 Burckhardt, Jacob. “La cultura del Renacimiento en Italia”. Editorial Iberia. Barcelona, España 1964. 3 Garín, Eugenio. “El Renacimiento italiano”, Ed. Ariel. Barcelona España, 1986. 7
  • 8. el Humanismo, plantean una definición, una cronología, y se refirieren a su desarrollo y protagonistas. La única diferencia que se pude apreciar entre ambos historiadores, es que Garín enfatiza más en la explicación del cambio de la oscuridad y la luz que trae consigo el Renacimiento. En contraparte a estos autores, se trabajará con Julio retamal ―El Renacimiento una invención historiográfica‖ 4 (1997), tal como señala el nombre de su libro, este autor considera la invención del concepto, sostiene que nada renace, nada devuelve la luz, y que el Renacimiento fue un invento sin argumento válido, planteando por Burckhardt, quien le puso este nombre y que la historiografía se acostumbró a llamarlo así. En cuanto a los referentes a utilizar en la Reforma Protestante, se trabajará con Lucien Febvre ―Martín Lutero: Un Destino‖5 (1927), donde estudia una época y un contexto a través de este personaje. La obra de Febvre es un ejemplo del cambio que experimenta la historiografía con el aporte de la Escuela de los Anales Franceses, ya que hasta la fecha se escribía desde el punto de vista de la política. Febvre fue uno de los fundadores de la Escuela de los Anales, la que, sin duda, produjo un cambio en la manera de investigar y en los historiadores posteriores. Otro autor destacado es Joseph Lortz ―La Historia de la Iglesia‖6 (1982), trabajo por el que es considerado el mayor referente sobre la temática, puesto que renueva la imagen de Lutero ante la historiografía Católica. Jean Delumeau en ―La Reforma‖7 (1977), historiador Católico, demuestra una pluma mucho más crítica respecto de la figura de Lutero y los otros reformadores. Finalmente, en relación a la Contrarreforma, también se utiliza a Delumeau y a Hubert Jedin ―El concilio de Trento en su última etapa‖8 (1965). Este último tuvo la ventaja de haber trabajado en el archivo del Vaticano, cuestión que le permitió adentrarse en los pormenores de la Contrarreforma. 4 Retamal, Julio. “El Renacimiento una invención historiográfica”. Ed. Universidad Gabriela Mistral. Santiago, Chile. 1997. 5 Febvre, Lucien. “Martín Lutero: Un Destino”. Editorial fondo de cultura económica. México. 1927. 6 Lortz, Joseph, “Historia de la Iglesia”, Madrid, 1982, ISBN: 84-7057-308-X. 7 Delumeau, Jean. “La Reforma”. Editorial Labor S.A. Barcelona, España 1977. 8 Jedin, Hubert. “El concilio de Trento en su última etapa”. Editorial Herder. Barcelona, España 1965. 8
  • 9. Habiendo mencionado nuestros referentes historiográficos, finalmente procedemos a señalar los principales autores que constituyen el sustento de nuestro aparato teórico de la didáctica. Se trabajará con Joaquín Prats, Joan Santacana, Joan Pages, Rafael Valls, entre otros. La mayor parte de los artículos y libros analizados se encuentran alojados en www.hitodidactica.es, página que sirve como repositorio de artículos y revistas relacionadas con la didáctica de la Historia y las ciencias sociales. El principal texto utilizado es “Enseñar Historia: notas para una didáctica renovadora”9 (2001) cuya autoría la comparten múltiples especialistas en Didáctica. Rafael Valls, a través de sus artículos, libros y conferencias, nos permite contar con sustento teórico para analizar los textos escolares, fundamentar el uso de las imágenes, el método del historiador en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales. De este modo, las problemáticas historiográficas, los desafíos curriculares y los aportes de la didáctica general y específica de la Historia, fueron las fuentes de motivación que nos permiten presentar el trabajo titulado: ―Propuesta Didáctica para la Enseñanza de la Unidad Nº2 "Las Bases Culturales del Mundo Moderno" Octavo Año Básico‖. 9 Prats, Joaquín. “Enseñar Historia: Notas para una didáctica renovadora”. Edita Junta de Extremadura. Mérida 2001. 9
  • 10. CAPÍTULO I Cimentos Culturales y Religiosos de la Edad Moderna El presente capítulo abarcará las distintas posturas historiográficas que se han planteado a partir de los acontecimientos ocurridos en los inicios de la Edad Moderna. Estos procesos que marcaron la primera parte del siglo XVI, han sido temas discutidos por la historiografía occidental, como parte fundamental para comprender una nueva época en la historia del hombre. El desarrollo de los postulados historiográficos, se considerará a partir de autores que señalen sus ideas sobre el concepto de Renacimiento, Renacimiento Artístico y Humanismo, lo mismo ocurrirá con los autores frente al tema de la Reforma y Contrarreforma. El primer tema abordado será el Renacimiento, que como tema historiográfico, a lo largo de los años ha sufrido grandes críticas como también reconocimientos, por parte de los distintos historiadores, seducidos por investigar lo sucedido en aquel periodo histórico, dado que las interrogantes que se plantean frente a este tema aún son a discutidas, como por ejemplo ¿El Renacimiento realmente saca de la oscuridad al hombre, devolviéndole la luz a su vida? Estos y otros cuestionamientos se tratarán en este capítulo, dado que no se puede entender un Mundo Moderno, sin que el hombre y las sociedades hayan experimentado este cambio en su forma de vivir denominado por la historiografía como Renacimiento. Otro de los procesos que será analizado es el Humanismo, éste como fuente principal para la comprensión del cambio en la cosmovisión del hombre, dado que este movimiento cambia la postura del hombre en la tierra, y no sólo cambia en el sentir de las sociedades, sino que además se inician fuertes críticas por parte de los humanistas a las cosas que no son vistas como justas para el hombre. Así vemos, por ejemplo, los escritos satíricos de Erasmo en contra de los abusos del Papa Julio II, no obstante sin ir en contra de la Iglesia Católica; o también las 900 tesis de Pico Della Mirándola, quien solo pretendía reformular para bien el catolicismo, y así otros autores que se mencionarán en este capítulo. 10
  • 11. La Reforma Protestante, es otro proceso fundamental para entender el desarrollo de la edad moderna, porque genera un quiebre en la Iglesia Católica de la época. Este acontecimiento será tratado en profundidad con los distintos exponentes del tema, dado que el gran revuelo y cambio que generó esto en las sociedades, no sólo queda plasmado en aquel periodo, ya que en la actualidad nos encontramos con un acervo innumerable de Iglesias que profesan la religión protestante, teniendo su germen en este acontecimiento histórico. Este tema clave será abarcado como parte fundamental de las bases del Mundo Moderno, porque acá no solo nace la posibilidad de nuevas doctrinas dogmáticas, sino que además trae consigo cambios políticos para la composición geopolítica de Europa, del siglo XVI. La contra parte de la reforma protestante, es el último pilar que conforma la discusión bibliográfica, nos referimos al proceso llamado Contrarreforma o Reforma Católica, donde los autores utilizados, describen lo importante que era comenzar con ella mucho antes del siglo XVI, también se refieren al desarrollo y principios que se transformaron en sus postulados principales al final de este proceso. Para incorporarnos al estudio de la Edad Moderna es preciso comprender los fundamentos de sus bases culturales. Éstas se sustentan en cuatro ejes axiales. Primeramente, el Renacimiento relacionado con el rescate y revalorización de la cultura grecorromana; seguido del Humanismo y el cambio en la mentalidad del hombre; la Reforma religiosa, que permitió el surgimiento de otras Iglesias cristianas; y, por último, la Contrarreforma que combatió la desestabilización interna y externa de la Iglesia Católica. El relato histórico que a continuación se presenta, se constituirá de dos partes fundamentales. Teniendo en cuenta la vinculación de procesos, hitos y conceptos, determinamos que en la primera parte abordaremos el Renacimiento y el Humanismo, para luego referirnos a la Reforma y Contrarreforma del Cristianismo. 11
  • 12. El Renacimiento en la historiografía El Renacimiento fue una época de grandes cambios y transformaciones, cuestión que ha incidido para que la historiografía vea en ella una etapa de tránsito entre una época y otra. Donde los atávicos medievales van dejando paso al hombre nuevo. La historiografía cataloga esta nueva etapa como Edad Moderna. El Renacimiento como concepto ha sido fuente de inspiración para muchos trabajos historiográficos. En la presente investigación nos encontraremos con autores fundamentales, como Jacob Burckhardt y Eugenio Garín, quienes serán utilizados a lo largo de nuestra discusión sobre Renacimiento y Humanismo, por sus aportes cruciales para la comprensión del tema tratado. Otro autor fundamental para el desarrollo del trabajo es Giorgio Vasari, quien, como contemporáneo de la época estudiada, nos permitirá tener un punto de contraste con la postura que plantea Julio Retamal, sobre la invención y “ficción” involucrada en el concepto de Renacimiento, autor que fundamenta su idea en Oswald Spengler10. Estos autores serán claves para la comprensión del Renacimiento como periodo histórico, catalogado así por la historiografía occidental. Además, serán acompañados de otros autores, que si bien no tienen una postura analítica en sus escritos, nos aportan elementos contextuales, por lo que su utilización es pieza fundamental para entender los procesos y características del Renacimiento como también del Humanismo. Estos autores son: Roland Mousnier, Jean-Claude Margolin, Enrique Martínez Ruiz, Ellauri Secco. Todos ellos nos aportan los datos y el desarrollo de cambios experimentados en el proceso histórico del Renacimiento, que dio inicio a la Edad Moderna y que fue fuente de vida para el nacimiento del Humanismo. 10 Oswald Spengler escribe el libro “La decadencia de Occidente”, comenzando la gestación del movimiento pesimista sobre la historia occidental. Por lo que Julio Retamal sientas sus bases y postulados sobre este autor, quedando en manifiesto desde su libro “Y después de occidente ¿qué?”. 12
  • 13. Renacimiento: significado y controversias historiográficas. El Renacimiento es el concepto fundamental en la Edad Moderna, pero ¿qué renace?, ¿una cultura?, ¿una forma de vida?, tal vez ¿una nueva forma de arte?, o preguntas como ¿Dónde surge?, ¿Cómo se desarrolla?, o finalmente ¿se puede catalogar aquel periodo como renacimiento o simplemente es un invento historiográfico 11?, preguntas como estas son abordadas por la historiografía especializada de la “Edad Moderna”. Nuestro trabajo se hará cargo de la explicación de tales vertientes interpretativas, y así se pretenderá confeccionar una útil síntesis para docentes y estudiantes que tengan la intención de profundizar sobre el tema. Para comenzar a tratar el concepto de Renacimiento se partirá con una definición de Roland Mousnier quién sostiene que, “El renacimiento consistió en una prodigiosa expansión de la vida en todas sus formas, que, en conjunto, alcanzó sus más altas manifestaciones de 1490 a 1560, sin que quedará estrictamente delimitado entre esas fechas. El renacimiento consistió en este impulso vital de las cosas del espíritu. Mas que una doctrina y un sistema, fue un conjunto de aspiraciones y un despliegue interior que renovó la vida de la inteligencia y de los sentidos, el saber y el arte”12. De estas palabras se debe rescatar algo primordial, la delimitación del tiempo en que se da el Renacimiento, dado que no se puede interpretar una fecha exacta, debido a la constante discusión sobre si existió un quiebre como tal con la Edad Medieval o bien fue un proceso de cambio progresivo entre estas dos edades históricas. Otro aspecto importante es la expansión de la vida, que se ve relacionada con los cambios o transformaciones que ocurrieron en aquel periodo, donde además se puede hacer la conexión con otras definiciones que también le otorgan a este periodo, grandes cambios, primeramente en Italia y posteriormente en Europa, es así como nos encontramos con la definición de Secco quien sostiene que “Se designa con el nombre de renacimiento a las 11 Tesis del libro “Renacimiento una invención Historiográfica” de Julio Retamal Favereau. 12 Mousnier, Roland. “Los siglos XVI Y XVII, Historia general de las civilizaciones”. Editorial Destino. Barcelona, España 1981. Pág. 17. 13
  • 14. profundas transformaciones que se produjeron en la vida intelectual, literaria y artística de Europa y especialmente de Italia, durante los siglos XV y XVI. El renacimiento fue el epílogo del movimiento iniciado en Italia desde comienzos del siglo XIV y que en el orden literario dio una dominante importancia a las obras de la antigüedad grecorromana”13. En esta breve cita, se define el Renacimiento como una época de cambios, de trasformaciones, que se comienzan a gestar en Italia, lo que nos indica que el comienzo del Renacimiento lo encontramos en este país, postulado que también evidenciamos en las palabras Burckhardt, quien nos expresa que el Renacimiento no pudo haberse dado en otro país de aquel tiempo, por que Italia era la punto exacto que contenía las aristas necesarias para un futuro desarrollo de cambios en la sociedad intelectual, artística, literaria, social, entre otros; “Este movimiento de retorno a la Antigüedad puede decirse que, en gran escala y de una manera general y decidida, solo se inicia en los italianos con el siglo XIV. Requería un desarrollo de la vida urbana como sólo se dio en Italia y en aquellos tiempos: convivencia e igualdad efectiva entre nobles y ciudadanos y constitución de una sociedad general que sintiera la necesidad de la cultura y que dispusiera de tiempo y de medios para satisfacerla. Pero la cultura al pretender liberarse del mundo fantástico de la Edad Media no podía llegar, de súbito, por simple empirismo, al conocimiento del mundo físico y espiritual. Necesitaba un guía, y como admiración, y ella llegó a construir, por lo pronto, el contenido principal de la cultura. También las circunstancias generales eran propicias”14, como podemos observar, este autor engrandece a la cultura italiana de tal manera, que nos permite interpretar que el surgimiento del Renacimiento se debió en gran parte a la cultura y forma de vida en la Italia de aquella época. Ahora bien, esto como primera aproximación conceptual dado que si revisamos otras definiciones de Renacimiento, nos encontramos que todas apuntan a cambios y transformaciones en líneas generales comenzadas en Italia, y por sobre todo en la ciudad de 13 Secco Ellauri, Oscar. “Los tiempos modernos y contemporáneos”. Editorial Kapelusz. Buenos Aires, Argentina 1992. Pág. 2. 14 Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 136. 14
  • 15. Florencia cuna del Renacimiento artístico. “El renacimiento se difundió primero, en las grandes ciudades comerciales: en Florencia, de donde partió el movimiento desde el siglo XIV, Venecia una ciudad de aristócratas dedicados al negocio. Inmediatamente, el renacimiento triunfó en la corte pontificia, donde los papas fueron unos verdaderos mecenas como León X”15. Esta cita de Mousnier, no solo nos indica la ciudad de Florencia como el lugar génesis de este concepto, sino que sólo menciona ciudades Italianas, por lo que podríamos relacionarlo directamente con los postulados de Burckhardt, en cuanto a que su gloriosa Italia puede ser el factor primordial para la cultura renacentista. Además no solo se habla de una inmortal Italia renacentista, sino que también, una Italia cuna de los grandes Humanistas de la época “Especialmente en Florencia merecen, en primer término, nuestra atención aquellos ciudadanos que hicieron cuestión principal de su vida el trato con el mundo antiguo y que llegaron a ser grandes eruditos o grandes aficionados, protectores a su vez de los eruditos. Tuvieron la máxima importancia especialmente por lo que se refiere al periodo de transición de comienzos del siglo XV, porque en ellos aparece por vez primera el humanismo como elemento práctico y necesario de la vida cotidiana. Sólo después de ellos se entregan seriamente a su cultivo los papas y los príncipes”16. Entonces vemos una Italia propicia para el Renacimiento, el que se afirma de este vasto territorio geográfico, para consolidarse como un periodo de tiempo en que comienza el reencuentro con la cultura grecorromana, el rescate de la antigüedad, pero que sin embargo es amoldado a esta nueva cosmovisión de la vida, donde el hombre comienza a ser cada vez más importante, pero no sólo lo importante si no que además comienza a estar en el centro de los dilemas, de los discursos, de las artes, se recupera un patrimonio cultural de una época pasada, para muchos perdida, para otros no tanto, dado que expresan vestigios de una cultura clásica en la Edad Media, pero que sin embargo no se compara con el esplendor vivido con el periodo del Renacimiento, donde aparece una explosión de lo clásico que marcó profundamente en la historia del hombre, con su belleza humana, artística, literaria, social, etc. 15 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 19-20. 16 Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 162. 15
  • 16. Quien expresa mejor las características del Renacimiento es Fernández, planteando los cambios que trajo consigo el Renacimiento, además de manera breve nombra los aspectos más relevantes que tuvo la llegada o el surgir del Renacimiento, “Para M. Fernández Álvarez las principales características del Renacimiento son la veneración por la Antigüedad, pero sustituyendo la patrística por la filosofía clásica; el afán filológico, manifestado en la búsqueda de textos y documentos desaparecidos de los que sólo se guardan vagas referencias y el hallazgo de un método científico, rasgo de evidente modernidad; la valoración de la historia como magistra vitae; creciente secularización de las manifestaciones culturales; laicización de los mecenazgos sobre las manifestaciones culturales, frente al control eclesiástico de los centros universitarios, de lo que fue exponente la ―Academia‖ fundada por Lorenzo el Magnífico en Florencia; las nuevas directrices –valoración del desnudo, representación de la naturaleza, utilización de la perspectiva… --y las manifestaciones de signo igualitario por encima de las distinciones sociales; ideal académico de la belleza; valoración de la personalidad, y una evidente tendencia a la racionalización de la existencia”17. Como se puede apreciar Fernández sostiene que, los cambios ocurridos con la llegada del Renacimiento repercutieron en todas las esferas de la vida del hombre, por lo que sí se puede catalogar como periodo histórico que afectó y trasformó la sociedades en aquel entonces. Después de hacer una primera definición del concepto de Renacimiento, es necesario exponer los postulados que critican la conceptualización renacentista como periodo histórico. Básicamente expresan que nada renace, que nada se reinventa, que no fue el proceso de cambio para entrar a la Edad Moderna, entre otras cosas que se contraponen directamente con los postulados de Burckhardt, Garín y Vasari; por ejemplo, nos encontramos que Julio Retamal, quien expresa “El renacimiento no constituye, hoy por hoy, una etapa histórica del mundo, plena de brillo y significación, que abre las puertas a la Modernidad, sino apenas un problema historiográfico para los estudiosos de algunos aspectos de la cultura europea”18, es así como este autor en su libro desmenuza cada parte del Renacimiento, criticando su 17 Martínez Ruiz, Enrique y Otros. “Introducción a la Historia Moderna”. Editorial Istmo. Pág. 28. 18 Op. Cit. Retamal, Julio. Pág.7 16
  • 17. carácter de inadecuado, fuera de contexto, falso, dado que él lo cataloga como una concepción antinatural y ahistórica, que no se puede comparar de ninguna manera, ni siquiera por la especulación, por lo tanto simplemente lo que sucede, es que este renacer que abarca los inicios de la edad moderna es una falacia19. De este modo, Julio Retamal va construyendo su argumento en contra del Renacimiento, pero no es sólo en este libro donde ataca directamente el énfasis historiográfico que ha tenido el concepto, dado que mucho tiempo antes en otra publicación exponía que, “Evidentemente, no se puede dejar de mencionar en esta breve visión del Imperio Carolingio el llamado ―Renacimiento‖. Este término que es equívoco, engañoso y hasta falso, cubre, no obstante, el rubro de la actividad intelectual, que es preciso destacar”20, así se puede ver que dos décadas antes, este autor ya exponía que el Renacimiento era un periodo falso, que no otorgaba y aportaba nada a la historia, sino que simplemente pasaba a ser una discusión por parte de los historiadores y que además estos estaban equivocados hablando y dedicando trabajos a un concepto inventado. Julio retamal en su tono irónico y sarcástico que caracteriza partes del libro “El renacimiento una invención historiográfica”, se desprende finalmente del Renacimiento de la siguiente manera, “¡Adiós Renacimiento, empapado en conceptos erróneos, confusos o superados! Tuviste una vida artificial, corta y llena de contradicciones y ambigüedades; tal vez cumpliste, en algún momento, una función válida en la comprensión del pasado. Pero ahora yace inerte e infecundo, como una verdadera rémora, que deforma nuestra comprensión del pasado, nuestra visión del presente y nuestra previsión del futuro”21, con este sarcasmo metafórico termina su libro, que simplemente emplea sus recursos disponibles para descalificar un periodo histórico, que logró cambiar la concepción del hombre en la tierra y que vivió un florecimiento en Europa del siglo XV. 19 Op. Cit. Retamal, Julio. Pág. 10-11 20 Retamal, Julio. “Y después de occidente ¿qué?”, Ed. Conquista. Año… Pág. 54 21 Op. Cit. Retamal, Julio. “El renacimiento…” Pág. 337 17
  • 18. Ahora bien, el contrapunto a lo que afirma Julio Retamal lo encontramos en un contemporáneo de esta época renacentista, la que según Retamal es un invento historiográfico. Nos referimos a Giorgio Vasari, quien en la primera edición de su libro datado en el año 1550 expone, “Y realmente fue un milagro que en esos tiempos Giotto pintara con tal delicada belleza, sobre todo, sin haber aprendido de maestro alguno”22, esa pequeña frase va a dirigida al pintor Giotto, un avanzado en su época para Vasari, que inicia esta nueva forma de ver la vida y es quien cambia el constante modo de crear arte, Giotto es para Vasari el iniciador del Renacimiento, dado que su forma de pintar diferente, comienza a preponderar los rasgos de la rinascere, como este autor denomina este periodo. Ahora, en palabras de Mº Teresa Méndez y Juan Montijano, Vasari reafirma su contemplación hacia Giotto expresando que “él ha encontrado toda la doctrina que había quedado enterrada por más de seiscientos años; ha conducido al arte a una gran perfección”23, es importante establecer que con Giotto ocurre un cambio que Vasari connota y resalta, dado que con esto nace una nueva forma de interpretación de la vida y del hombre, que sienta bases para entender esta etapa de cambios y transformaciones que llevaron a consolidar un Renacimiento como periodo crucial para el inicio de una nueva edad histórica, la Edad Moderna. A lo visto en el párrafo anterior, se puede sumar las palabras de Eugenio Garín quien nos dice “El Renacimiento renovó verdaderamente el milagro griego conquistado para el mundo una perenne verdad de vida”24, o sea simplemente con el renacimiento se rescata esa cultura olvidada por las sociedades, y que los artistas como Giotto comienzan por la génesis de este rescate, creando un arte diferente al que se venía haciendo, y poco a poco se va consolidando la creación de un movimiento, que será iniciado en Italia abriéndose camino entre las sociedades y el tiempo. Así se puede ver que el Renacimiento claramente marca una época de cambios y trasformaciones en el amplio espectro, donde todo está relacionado por sus elementos configurativos que tiene este proceso, es por esto que el acontecimiento que viene a brindarnos un cambio en la historiografía, dado que nos encontramos con el punto 22 Op. Cit. Vasari, Giorgio. Pág. 166. 23 Méndez, Mº Teresa; Montijano, Juan en: Vasari, Giorgio. “Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos (Antología). Ed. Tecnos. 1998, Madrid, España. Pág. 17 24 Op. Cit. Garín, Eugenio. Pág. 38. 18
  • 19. de partida de una nueva edad histórica; esto se ve relacionado con los postulados de Burckhartd, quien nos expresa que el renacimiento no hubiera sido tan fundamental ni tan grande como cambio histórico-cultural, si su comprensión, si sus elementos estructurales pudieran ser disociados, con facilidad25, lo que provoca que el movimiento renacentista al ser de tan grande envergadura y tan complejo en su composición, permitió el avance del nuevo despertar del hombre en el mundo, un despertar que sin duda recupera las raíces perdidas, dejando al arte y humanismo como su más grande expresión, que a su vez logra no solo consolidar este nuevo periodo sino que conseguir cambios fundamentales para la concepción y cosmovisión del hombre. Si bien, estos autores (Vasari, Burckhartd y Garin) no hablan del Renacimiento como periodo histórico explícitamente, en la forma de expresarse a favor del Renacimiento, en la manera que ven este movimiento permiten la interpretación de que ellos representan una postura clara, donde entienden que el Renacimiento marca un cambio de época, convirtiéndose así, en un periodo de la historia donde el hombre rescata sus raíces grecorromanas, y sienta la nueva forma de comprender el tiempo y el espacio habitado por el hombre. Otro elemento que ha formado parte de la discusión historiográfica sobre el renacimiento, es la ponderación que se ha dado a este fenómeno como una etapa en la que se retorna a la luz, a la claridad, después de un periodo oscuro en la vida del hombre, que alude a la Edad Media. Por ende la discusión historiográfica se basa, en que si realmente se trató o no de un reencuentro con la cultura grecolatina de un momento a otro, produciendo un quiebre en el cambio de época, o bien fue un proceso paulatino, constante que comenzó previó a la consolidación de un mundo moderno. Es así como encontramos en palabras de Jean Delumeau, una postura clara con respecto a que no se debiera pensar que el Renacimiento devuelve la luz, dado que este periodo no tiene una claridad temporal26 y además se puede encontrar apoyo a estas palabras en Burckhardt, quién también expresa que el Renacimiento no fue un resurgir de la antigüedad, por lo que se puede interpretar que 25 Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 133. 26 Op. Cit. Martínez y Otros. Pág. 26-27. 19
  • 20. hubo un proceso de cambio en el trascurso de los años de la Edad Media. Entonces Martínez nos dice “Jean Delumeau escribía en 1964: ―Si de los libros de historia se suprimieran los dos términos solidarios –y solidariamente inexactos –de Edad Media y Renacimiento, se haría más fácil nuestra comprensión del periodo que se extiende desde Felipe el Hermoso a Enrique IV. Con ello se abandonaría un montón de prejuicios. Principalmente desecharíamos la idea de que un corte tajante separó una época de tinieblas de otras de luz”27. Como pueden ver con palabras claras como “un corte tajante”, hacen que los eruditos en el tema, mantengan una postura de que en realidad no hubo un cambio brusco, explosivo, total, si no que fue más bien un proceso que se llevó a cabo con el trascurso de los años, “Pese a que Burckhardt hace más de cien años afirmó que el Renacimiento no había sido una resurrección de la Antigüedad, todavía hoy permanece anclado tal concepto en algunos libros de divulgación y en manuales escolares”28. Así, se puede ver que en gran medida se habla de un Renacimiento que lo encontramos en una Edad Media, pero que sin embargo no tiene tanto auge como se le dio en la Edad Moderna. Lo que se puede interpretar es que en la Edad Media sólo estaba el proceso embrionario de lo que después sería el Renacimiento en su plenitud, en su grandeza, en su gloria alcanzada en los siglos XV Y XVI. Ahora, el no ser un resurgimiento repentino de la Antigüedad y ser un proceso paulatino, no quita el carácter de periodo histórico que marca el desarrollo de la historia del hombre, dado que con esto se da inicio a una nueva época marcada por el auge y alzamiento de la figura del hombre, cambiando así toda una cosmovisión social sobre el hombre y su lugar en el mundo. Por lo que claramente se puede concluir en que el Renacimiento fue un periodo histórico, lleno de cambios y que si bien no tiene una temporalidad establecida, marcó profundamente el sentir del hombre, logrando así un cambio en su mentalidad. La delimitación temporal del Renacimiento, trae consigo la discusión recientemente mencionada, sobre la iluminación que trajo el Renacimiento para las sociedades de la época, después de vivir en la oscuridad medieval nos encontramos que, el Renacimiento emerge 27 Op. Cit. Martínez y Otros. Pág. 27. 28 Ídem. 20
  • 21. como la luz salvadora de la penumbra pasada, empero se ha encontrado evidencia que la edad oscura, no fue tan oscura y que en realidad por esta evidencia encontrada los eruditos en el tema, hablan de un proceso que comienza en la Edad Media; es por esto que Eugenio Garín nos dice “Ahora bien, en el preciso momento en que la producción historiográfica contemporánea comprendió cuál era la conciencia que el Renacimiento había tenido de sí mismo, realizó una extraña inversión de esta última que consistió en negar su novedad. Si el tema luz-oscuridad tienen muchos siglos de vida y sus raíces se hunden en una antigua tradición religiosa; si, por consiguiente, la oscuridad medieval, y junto con ella el ^Renacimiento^, no es más que un recurso polémico fácilmente reconocible, que el propio Renacimiento ha legado a la posterioridad; si sólo se trata de un argumento de batalla utilizado de diferentes maneras, pero cuyo origen resulta fácilmente detectable, entonces toda afirmación de novedad y ruptura debería ponerse en tela de juicio. Por otra parte, la constante labor crítica orientada a buscar en el pasado medieval los contenidos propios de las posiciones más representativas del Renacimiento, ha obtenido fáciles éxitos: la Edad Media amaba los clásicos tanto como el Renacimiento; Aristóteles estaba en boca de todos, quizá más que en el siglo XV; otro tanto sucedía con platón y no sólo indirectamente. Los poetas, los historiadores y los oradores eran conocidos y apreciados”29. Como se puede observar, Garín analiza la postura historiográfica sobre el Renacimiento, llegando a la conclusión que mediante la facilidad que hay, para encontrar legado de la antigüedad en la Edad Media, rompe con el tema de lo nuevo, de lo novedoso que se comienza a gestar con el auge del Renacimiento. Además vemos cómo Burckhardt asegura que ya se encontraba parcialmente una antigüedad influenciando la Edad Media, dice “La antigüedad romana y griega, que, desde el siglo XIV, de modo tan poderoso intervino en la vida italiana como punto de apoyo y fuente de cultura, como meta e ideal de la existencia y en parte también como nuevo y consciente contraste, esta misma antigüedad había influido ya parcialmente en toda la Edad Media no 29 Garin, Eugenio. “Medioevo y Renacimiento”, Editorial Taurus. Madrid, España 1981. Pág. 78. 21
  • 22. italiana”30. Si bien los eruditos en el tema delimitan que la antigüedad tuvo cabida y vida en una Edad Media, una edad oscura, donde el hombre vivía en las tinieblas, y que además se puede interpretar que el Renacimiento no nace algo nuevo, sino más bien es el resultado de un proceso que se venía dando desde siglos anteriores, empero coincidimos con Eugenio Garín, quién expone lo que ocurre con el Renacimiento, lo que éste trae consigo a los hombres y sociedades, “El altivo mito del renacimiento, de la luz que ahuyenta las tinieblas, del retorno de lo antiguo, cargado de fuerza polémica, no nos remite materialmente a un contenido, sino que subraya un nuevo espíritu, una forma nueva, una nueva manera de mirar las cosas; subraya, sobre todo, la conciencia despierta de este nuevo nacimiento del hombre para sí mismo. Precisamente, la antigüedad, aquel mundo clásico mirado con ojos nostálgicos, es considerado y amado ahora desde una perspectiva totalmente distinta”31. Como se puede ver, Garín acepta que la antigüedad estuvo presente en la Edad Media, pero hubo un cambio en la forma de entenderla, de interpretarla, de crearla en el Renacimiento que es totalmente distinta, y esto es lo que lleva a la confusión con que este periodo de tiempo, rompe con la oscuridad que se venía dando desde la edad pasada, por lo que ahora nace y se gesta una época nueva, llena de luz y engrandecimiento de lo clásico y del hombre; se podría decir que esta frase de Garín refleja de manera muy clara lo que ocurre con la llegada del Renacimiento a la vida de los hombres y sociedades en la Edad Moderna, porque si bien no se habla de un cambio brusco o un quiebre, sí se habla de cambios graduales e importantes en la forma que el Renacimiento sobre exalta la figura de la antigüedad. Finalmente Garín señala que “El mito renacentista de la antigüedad entraña la muerte de esta última en el momento mismo en que se llega a la definición de sus características propias. Por eso no hay ruptura entre la antigüedad y la Edad Media, o, si la hay, es mucho menor que la que existe entre la Edad Media y el Renacimiento; porque sólo éste, o mejor, la filología humanista, tomó conciencia de una ruptura, cuya maduración, sin embargo, se había ido produciendo –y exacerbando—en la Edad Media”32. Una vez más nos encontramos que la ruptura que tanto 30 Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 134. 31 Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 79. 32 Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 80. 22
  • 23. se menciona entre el Renacimiento y la Edad Media se gesta en un proceso que llevó al rescate de lo clásico de manera exacerbada. Hasta aquí, hemos expuesto la conceptualización de Renacimiento, presentando, primeramente, una definición del concepto, seguido de la discusión historiográfica que trae consigo el Renacimiento, por no tener la absoluta claridad de ser o no un periodo histórico, y finalmente se ha tratado el tema de si el Renacimiento fue un proceso en el tiempo gestándose en la Edad Media, o bien un cambio brusco, rotundo y espontáneo que llegó transformando de un momento a otro la concepción y la vida del hombre. Todos estos puntos nos llevan a comprender que el Renacimiento es un proceso de rescate de las raíces y cultura grecolatina, que tiene como inicio claramente en una Edad Media, que vivía en un estado de oscuridad no sólo en arte con el Gótico, sino que además en la cosmovisión de la vida del hombre. Es por eso que el Renacimiento quiebra con lo establecido de la época, y cambia la compresión sobre la relación del hombre y el mundo, y con eso convierte la oscuridad de la que tanto se enseña en los manuales escolares, en una luz de renacer, en una luz que devuelve el destino a las manos del hombre y convierte a este hombre en un erudito, un intelectual de las artes y letras. Como se pudo ver, la temporalidad es parte de este proceso de formación que tuvo el periodo renacentista, por lo tanto, sería una equivocación expresar una fecha exacta del inicio del Renacimiento, sin embargo lo que se puede esclarecer temporalmente es que su despegue, y su auge comienza en los primeros pasos del siglo XV. Finalmente es necesario acotar que, desde nuestro punto de vista, el Renacimiento es un periodo histórico, que tiene su apogeo en el siglo XV, y que logra establecer los nuevos patrones y cánones de la vida del hombre de aquella época, hasta entrado el siglo XVI. Este Renacimiento que surge en Italia, y que luego comienza su expansión por el resto de Europa, trae consigo cambios radicales en la cosmovisión del hombre, que llevan a catalogarlo por la historiografía occidental como el inicio de una nueva era, como un nuevo presente histórico, simplemente como la causa de que comience la Edad Moderna. Nuestra perspectiva, en nada invalida la necesidad de conocer e incorporar en el conocimiento de los escolares el 23
  • 24. hecho de que el concepto Renacimiento es un constructor histórico, que tiene detractores y defensores. El Renacimiento Artístico Un aspecto destacado del Renacimiento es su manifestación artística. En efecto, son los artistas quienes mediante sus obras dejaron plasmado los cambios ocurridos con la llegada del Renacimiento a sus vidas. “(el) Renacimiento artístico experimenta también tres fases: un primer Renacimiento, un Renacimiento clásico y una decadencia que conduce al estilo Barroco. Como en la literatura Italia domina las manifestaciones artísticas. Tuvo su primer Renacimiento en el siglo XV y alcanzó su época clásica en el primer tercio del XVI. En el suelo italiano se formaron los artistas extranjeros, mientras el país enviaba los suyos propios a las demás naciones para dirigir las empresas artísticas. El arte de la época es laico y se vincula a la vida cotidiana. Los artistas crean el cuadro de las fiestas y alagan todos los sentidos. Las fiestas son perpetuas y habitúan los ojos a las construcciones, a las agrupaciones de personajes, a los colores que llegan a constituir palacios, esculturas y pinturas. La moda los triunfos profanos, a imitación de los triunfos romanos”33. Estas palabras de Mousnier, nos inician en el conocimiento de lo que fue el Renacimiento artístico de la época, y como hubo fases que marcaron su desarrollo, además de los primeros pasos en la Italia gloriosa de Burckhardt, y por supuesto la recreaciones que el arte hacía; se puede decir que es una definición bastante acertada dado que mezcla las distinta formas de crear y de realizar el arte en el Renacimiento. Mousnier continua con su explicación, descripción y definición del arte en el Renacimiento en su libro expresando las múltiples características que encontramos en el arte, si bien mezcla entre aspectos técnicos e interpretativos de las obras, se puede connotar la importancia del hombre en todo sentido, desde el embellecimiento que tuvo, de su grandeza, de su forma, hasta de la manera en que se recreaba sus cuerpos perfectos, simplemente se busca la perfección y enaltecer la figura del hombre: 33 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 46. 24
  • 25. ―El arte toma un aspecto nuevo, el aspecto clásico, derivado de una visión artística, de un nuevo sentimiento de la reforma pura, inspirado por todo el impulso del renacimiento hacia la realización y el goce de la perfección humana. El tema principal y, dentro de él, la belleza corporal. Este arte es pagano, incluso cuando trata temas religiosos. Sus santos son atléticos, sus cristos, vencedores de sus juegos olímpicos, sus madonas, bellezas que esperan la caricia. El cuerpo humano de grandes dimensiones, llena la superficie, arboles, paisajes y edificios solos se conciben como bellos accesorios. El fin consiste en la forma: un mundo corporal, divino o heroico, superior o perfecto. La grandeza, la dignidad humana, aparecen en el paso firme, la pasión profunda, el gusto de lo solemne. A los tipos delgados del siglo XV, el renacimiento opone los cuerpos opulentos, de porte magnifico, plenitud de formas, cuellos redondeados caderas anchas y pechos salientes; a los vestidos cortos y tiesos, la indumentaria antigua, larga y solemne, la que resalta la anatomía, a los movimientos rápidos y la atención inmoderada, la gravedad clásica, la reserva, la elegancia, la ausencia de todo esfuerzo aparente característica del hombre bien nacido, la línea suave y flexible, la libertad de los movimientos; a la fantasía desbordada, la ponderación y la mesura‖34. Se puede decir que es un relato idóneo para desarrollar el tema del arte en el renacimiento, hasta es detallista en describir cuáles son los aspectos fundamentales que caracterizan al arte de esta época. Tampoco se debe dejar de lado los artistas quienes eran los responsables de realizar estas obras de arte y que las artes en general tuvieran su máximo desarrollo, donde la restauración de la antigüedad con una mirada distinta y propia del Renacimiento, fue lo que marcó el quiebre para algunos y la culminación del proceso para otros. Estos artistas vivían en complicidad con el periodo que se estaba viviendo, y esto es lo que señala Garin, “El mundo del artista es realmente imaginación viva, como la que anima la naturaleza de las cosas; el artista crea, y sus formas toman cuerpo y nos alegran, ocupan su lugar entre nosotros, viven con nosotros y transfiguran nuestra vida, como las bellas fábulas de la superstición antigua”35, en este punto encontramos coincidencia entre lo que propone Garín y Mounsier, para quien el artista crea y busca la perfección de la gloria humana en sus obras, la perfección de sus líneas, la recreación de la antigüedad con una mirada Moderna; lo que hace de los artistas un 34 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 49. 35 Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 73. 25
  • 26. pilar fundamental en la desarrollo y consolidación del arte renacentista, dado que son ellos los que tuvieron la responsabilidad de interpretar el cambio que estaba ocurriendo, y que sin lugar a dudas lo lograron con creces. Finalmente es propicio señalar que el tema del arte renacentista fue un proceso paulatino que experimentó distintos ritmos en Europa. Comenzó en Italia y allí desarrolló un notorio adelanto respecto de las técnicas usadas, la búsqueda e interpretación de la cultura grecolatina. "El Nacimiento de Venus. 1478 de Sandro Botticelli. Galería “El Parnaso (detalle). 1551. Rafael. Museos Vaticanos, Roma” de los Uffizi, Florencia" Con respecto a lo expuesto en el párrafo anterior, Margolin señala que “Entre 1490 y 1520, las tendencias artísticas de Europa responden a una bipolarización. En el sur, Italia es el escenario de prodigiosas realizaciones, el centro de una febril y apasionada actividad que hace añico los vínculos con las últimas tradiciones medievales. En el norte, en toda la Europa septentrional, que abarca tanto los Países Bajos como a Francia, a los territorios germánicos y –paradójicamente –a España, el medievalismo, ligeramente todavía viva la expresión gótica. La única excepción es Durero, que consigue igualarse con los artistas italianos y desarrollar 26
  • 27. un arte esencialmente caracterizado por las aspiraciones propias del Renacimiento”36. Como se puede apreciar Margolin utiliza el término bipolaridad, que es lo que describía el desarrollo del arte renacentista en la época, dado que mientras en Italia emerge con gran ímpetu la nueva forma de hacer arte, en el resto de Europa, aún se mantenía con fuerzas el arte gótico de la Edad Media, por lo que inmediatamente se puede relacionar con las palabras de Burckhardt, el cual expresa que Italia era el lugar propicio para que se diera este cambio o emergiera el Renacimiento, dado que su sociedad estaba preparada y las características adecuadas hacían de este territorio el lugar idóneo para el renacer propio de la cultura grecolatina. Entonces Margolin nos reafirma en su texto que “En Italia, las ambiciones de los artistas del Quatrrocento se desarrollan y enriquecen. El Renacimiento alcanza su plenitud clásica y el cénit de su esplendor. En cambio, la Europa septentrional apenas acepta tímidamente, como con escrúpulos, el nuevo arte que se integra en las últimas formas del gótico –gótico tardío –de las que no logrará escapar completamente ni el mismo Durero”37. Es así como Margolin, en su texto nos expresa esta característica fundamental que tiene el arte renacentista, el cual no tuvo una aceptación inmediata por parte del resto de Europa, como sí lo fue en Italia cuna del Renacimiento; ahora bien se podría interpretar una cierta contradicción a simple vista en las palabras de Margolin con respecto a Durero, pero se debe entender que este artista se trató de incluir o integrar a esta nueva forma de crear arte, pero la tendencia del gótico era tan fuerte por su predominancia en Europa, que se le hizo imposible despegarse totalmente de sus raíces para trasladarse por completo al Renacimiento artístico. Así es como se vivenció el Renacimiento artístico en la época, llegando a la conclusión de fue un proceso paulatino que comenzó en Italia y se fue expandiendo por el resto de Europa. Además se debe precisar que el Renacimiento artístico tuvo conexión directa con el Humanismo, al menos así queda demostrado en palabras de Mousnier “Esencialmente humanista, el arte los es, también, por el predominio de la razón humana y de la armonía en la creación. Los artistas van en pos de un sistema de relaciones que le permita 36 Margolin, Jean-Claude. “Los inicios de la edad moderna”. Editorial Akal. Madrid, España 1992. Pág. 210. 37 Op. Cit. Margolin, Jean-Claude. Pág. 211. 27
  • 28. dar al hombre la impresión de un acuerdo perfecto de la obra con su lógica y su sensibilidad”38, o sea sencillamente este autor trata al arte de Humanista por la interrelación de la razón humana, la exaltación de la figura humana, la búsqueda de la recreación perfecta y por sobre todo la sensibilidad con que se trata al hombre en aquel periodo, por lo tanto el Humanismo no solo influencia a los eruditos e intelectuales de la época sino que también tiene conexión con el arte que se comienza a desarrollar. "El Diluvio Universal, detalle de la bóveda, de la capilla “La escuela de Atenas. 1510. Rafael. Museos Vaticanos, Sixtina. 1508 a 1512. Miguel Ángel. Museos Vaticanos, Roma”. Roma". El Humanismo ¿Qué es el humanismo? ¿Quiénes fueron los precursores y principales representantes del Humanismo? Y cuáles fueron sus principales características? Son algunas de las interrogantes que responderemos en este apartado. La historiografía señala como precursores del humanismo a personajes que podríamos circunscribir por cronología netamente a ámbitos medievales. Entre éstos se cuenta a Dante 38 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 50. 28
  • 29. (1265-1321), Petrarca (1304-1374) y Bocaccio (1313-1375). Más adelante se encuentran Pico Della Mirandola (1463-1494), Erasmo de Rotterdam (1466-1536), Tomás Moro (1478- 1535), quienes surgen en la consolidación del humanismo. Todos los mencionados son considerados grandes referentes de la cultura occidental, y pertenecen a la corriente intelectual denominada “Humanismo”. Ahora bien, es pertinente comenzar a responder por dónde se gesta el Humanismo. Con la revisión historiográfica sobre el Renacimiento ya se ha asociado el Humanismo con Italia renacentista. Mounsier señala que en sus inicios “Italia fue la patria del humanismo, de donde irradió a toda Europa. La edad heroica de los grandes eruditos descubridores de textos acaba en la península de los Apeninos a fines del siglo XV, pero Italia continuará siendo el centro del humanismo”39. Mousnier sostiene que el Humanismo nace en Italia, y posteriormente se expande por Europa. A estas palabras se le suman las de Secco quién asevera el nacimiento del humanismo en Italia, “El humanismo nació en Italia en el siglo XIV. La vida política, económica y social de las ciudades italianas creó el clima propicio para el estudio de la antigüedad clásica. La Prosperidad económica de aquéllos y el deseo de brillar de los burgueses, favorecieron el movimiento humanista, cuyos principales centros fueron Roma, Venecia y Florencia. Esta última, donde ya habían actuado Dante, Petrarca y Bocaccio”40. Como se puede ver, difícilmente puede entregarse una fecha de inicio al movimiento intelectual denominado Humanismo. En la misma línea, Martínez señala que Florencia se convirtió en la capital del Renacimiento y del Humanismo, “Florencia, al amparo de la corte de los Medici, se convirtió en el núcleo original del Humanismo y del Renacimiento”41. Por ende podemos ver que ambos conceptos –renacimiento y humanismo- son considerados como una díada, dos dimensiones de una misma realidad cultural que se expresa en todo su esplendor a los inicios de lo que denominamos Edad Moderna. 39 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 28. 40 Op. Cit. Secco Ellauri, Oscar. Pág. 4. 41 Op. Cit. Martínez y Otros. Pág. 32. 29
  • 30. Es necesario determinar las características del Humanismo, dado que provoca el cambio en la cosmovisión del hombre en la tierra. Una primera definición de Humanismo que expresaremos es la de Margolin, quién sostiene que definir el Humanismo no es nada fácil, pero no obstante se puede interpretar que a medida que se comienzan a expresar las características, se puede ir construyendo una definición de lo que fue realmente el Humanismo, “Del Humanismo, con el que se suele identificar generalmente el movimiento intelectual y cultural del Renacimiento, no es posible dar una definición sencilla. Si se puede resumir, sin mayores dificultades que fue Italia la que abrió el camino conducente a la trasformación de la visión del mundo, a la renovación de las formas de conocimiento, a la ampliación de las fuentes de inspiración literaria y artística al cambio radical de la pedagogía, a una crítica liberadora de las tradiciones y de las instituciones, a un optimismo creador fundado en la razón y, en resumen, a una nueva imagen del hombre, se reconocerá igualmente su carácter precursor”42, como se puede evidenciar, para Margolin existe una trasformación en la visión del mundo, junto con un proceso de renovación del pensamiento, y a una nueva imagen del hombre; por esta razón es necesario recurrir a Mousnier, quien alude a la exaltación de la grandeza humana, donde todo está basado en la vida del hombre, “El humanismo del Renacimiento parece ser una especie del gran género del humanismo eterno. Como místico de la nobleza humana, el humanista exalta la grandeza del hombre y reclama del mismo un esfuerzo constante para realizas la más alta perfección de las relaciones humanas. Acepta la naturaleza y el mundo como buenos, se encuentra a gusto en ellos, experimenta el placer de vivir y tiene una confianza inquebrantable en el progreso indefinido de la obra humana, del pensamiento, del individuo y de la sociedad”43, como se puede interpretar, el Humanismo trae en su itinerario transportar el eje de la cosmovisión de la sociedad, en que ahora el hombre común y silvestre se torne el centro de la belleza, de la admiración, de la magnificencia; estos son los cambios que comienzan a prolongarse con la llegada el Humanismo, donde el hombre pasa a ser actor, y es él quien define su vida, se enfrenta, en palabras de Garín, a la barbarie medieval, y resalta su figura “En un único acto, 42 Op. Cit. Margolin, Jean-Claude. Pág.183. 43 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 29. 30
  • 31. el hombre tomó conciencia de su propia acción y de sí mismo, se enfrentó a la barbarie medieval, definió la antigüedad y se definió a sí mismo basándose en ese punto de referencia. Precisamente, esa determinación detallada y a veces pedante de la antigüedad, ese deseo de conocer el sentido preciso de cada palabra antigua, de distinguirla y de no confundirla con la propia, para después imitarla, pero sin olvidar su alteridad, en eso consiste el sentido de la historia que con tanta riqueza e intensidad vital desarrolló el Humanismo”44. Entonces, es en este momento cuando el hombre se libera de esa carga oscura de existencia, heredada de las épocas pasadas, y comienza con el desarrollo de un nuevo periodo, que enaltece la belleza del hombre como nunca se había visto, las distintas formas artísticas demuestran que el hombre toma el protagonismo de su vida, y junto con los escritos de los Humanistas, vemos que se recobra el interés por lo antiguo, pero desde la mirada actual de la época, una mirada donde el hombre está en el centro, donde el hombre se encuentra apto en todo sentido para ser dueño de sus propias decisiones, es así como una vez más Mousnier sostiene que, “El humanismo del Renacimiento se caracteriza por los rasgos descritos, es evidente además, que los humanistas de dicha época poseyeron la inquietud de la belleza jamás ausente en ningún humanismo, pero especialmente intensa en aquellos, los humanistas del Renacimiento buscaron una forma superior de belleza en los textos antiguos: exactitud de observación, asunto plasmado en plena vida, puesto de relieve por un carácter dominante, jerarquía de ideas, encadenamiento natural, eliminación de detalles inútiles, propiedad y rigor de términos, riquezas de imágenes, exactitud y continuidad de metáforas, número y armonía, perfección continua. El humanismo del Renacimiento fue, desde luego, una estética. El gusto estético les impulsa a querer realizar entre ellos el ideal del hombre, la idea platónica del hombre; pero les mueve también el apetito de los placeres terrenales”45. 44 Op. Cit. Garin, Eugenio. Pág. 148. 45 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 29-30. 31
  • 32. Pasamos ahora a delinear las características de los humanistas, intentando responder qué hace a los humanistas los personajes más importantes para el desarrollo de la época en cuanto a la intelectualidad, escuela y cambio en las mentalidades de los hombres. Aquí es preciso destacar algunos de los postulados de Mousnier, quien sostiene que “Los Humanistas fueron aquellos que adoptando el ideal del Renacimiento, se apasionaron por las letras y las artes clásicas. En sentido estricto, los humanistas fueron profesionales de las letras, generalmente salidos de la burguesía, eclesiásticos, profesores de universidad, médicos, funcionarios, a veces publicistas al servicio de una empresa editorial, que expresan la tendencia de la sociedad y le proporcionan su utillaje intelectual. Pensionados y protegidos por los príncipes, actuaron a menudo como propagandistas de estos”46. Apasionados por las artes y las letras, nos dice Mousnier, los cuales se desempeñaron en distintos cargos de la sociedad, pero que por sobre todo supieron abordar y desarrollar el ideal renacentista de la manera más correcta posible, es por esto que el autor expresa nuevamente que los humanistas fueron quienes revivieron una cultura clásica, una antigüedad de manera cabal, “Los humanistas fueron los apóstoles de la antigüedad y pretendieron revivirla. Se esforzaron por resucitar el mundo antiguo como eruditos e historiadores, y, al mismo tiempo, por comprenderlo por sí mismo, saborear su belleza helénica y penetrar en sus razones para vivir”47. Pero para Mousnier, los humanistas tienen una característica muy importante, ellos son religiosos, por lo tanto sus postulados muchas veces tomados como reformas no son más que un intento por mejorar la condición y la religión católica, es lo que sucede con Pico Della Pero para Mousnier, los humanistas tienen una característica muy importante, ellos son religiosos, por lo tanto sus postulados muchas veces tomados como reformas no son más que un intento por mejorar la condición y la religión católica, es lo que sucede con las 900 tesis de Giovanni Pico Della Mirándola, donde encontramos “El discurso de la dignidad del hombre”, que es la introducción de esta obra monumental, claramente este autor no solo demuestra su 46 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 27. 47 Idem. 32
  • 33. carácter devoto a la iglesia católica, sino que además logra mostrar el cambio en la cosmovisión del hombre en relación a su lugar en el mundo: -―Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves. La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescriptas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna, te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que Son divinas‖48. En el “discurso…” puede connotarse el carácter religioso de las palabras de Pico, donde el creador le habla al hombre representado por Adán, a quien deja en libertad de ser el amo y señor de sus propias decisiones, postura que viene con el humanismo, donde el hombre cambia su rol en la tierra, cambia su visión de la naturaleza de las cosas. Ahora bien, otro personaje de la época es Erasmo de Rotterdam quien escribe de manera satírica en contra de los abusos realizados por el poder eclesiástico, como por ejemplo en su obra “Julio II excluido del reino de los cielos”, historia que trata de la llegada del Papa a las puertas del cielo, y tiene una conversación con San Pedro, en este escrito Erasmo ridiculiza la figura papal de Julio, además de dejar al descubierto los abusos que este ha cometido como el máximo monarca del catolicismo: “Julio. ¿Por qué no abres la puerta tanto como te sea posible a quien convenía haber salido al encuentro, incluso con todo el séquito celeste, si hubieras querido cumplir con tu deber? Pedro. Mucho mandas. Eres tú, sin embargo, el que debe decir antes quién eres. Julio. ¡Como si no lo vieras tú mismo! 48 Pico Della Mirándola, Giovani. “Dscurso de la dignidad del hombre”. Año 1486. Disponible en: www.historia1imagen.cl 33
  • 34. Pedro. ¿Qué hay que ver? Yo no veo sino un espectáculo Julio. Si no estás completamente ciego, supongo que reconocerás esta llave de plata, en el caso de que no conozcas el roble de oro. Ves además la triple corona y el manto reluciente por doquier de pedrería y oro. Pedro. Reconozco, ciertamente, una llave de plata, aunque sola y muy diferente de aquellas que en otro tiempo me confió el verdadero pastor de la Iglesia, Cristo. Pero en cuanto a esa corona tan soberbia, ¿cómo podría reconocerla, si ningún tirano bárbaro se ha atrevido a portarla nunca, tanto más si se dispone a pedir la entrada a este recinto? El manto ese en nada me conmueve, pues siempre pisé y desprecié las piedras preciosas y el oro como si de desechos se tratara. Pero ¿qué es esto? Veo por todas partes, tanto en la llave como en la corona y en el manto, las señales del traficante e impostor más infame, que ostenta ciertamente mi nombre, mas no mi proceder, del Simón que yo una vez expulsé con la ayuda de Cristo‖49. Como se puede ver, la sátira de este escrito, no hace de Erasmo un reformador, sino que simplemente buscar la limpieza dentro del dogma católico, y así conseguir una iglesia más pura y honorable como siempre debió ser. Esto se ve argumentado en palabras de Mousnier quien nos dice, “Estos humanistas no son reformadores, pues aceptan, en suma, las grandes líneas del dogma católico y de la iglesia, y desean leer el verdadero texto de la biblia, establecidos siguiendo las reglas de la erudición y comprendido gracias a la resurrección del medio hebreo. Están persuadidos de que el hombre no es irremediablemente malo, si no que puede elevarse al bien, a la grandeza y al heroísmo por sus propias fuerzas, pues el alma razonable posee en ella un rayo del haz divino”50. Claro está, que la grandeza del hombre y la nueva forma de concebir al hombre en el mundo, recae en los grandes trabajos realizado por los humanistas, sin lugar a duda ellos mediante sus recreaciones, trabajos, relatos, textos, llevaron a la concepción del hombre fuera de lo normal, donde una nueva cosmovisión llegó para instaurarse en sus vidas. Finalmente después de que los Humanistas tuvieran su auge y fueran muy requeridos en todos los espectros sociales en el siglo XVI comienza un periodo donde se ven 49 Rotterdam, Erasmo. “Julio II excluido del reino de los cielos”. Año. Disponible en: www.historia1imagen.cl 50 Op. Cit. Mousnier, Roland. Pág. 34-35. 34
  • 35. desplazados, rechazados y muchos declarados heréticos por la Iglesia Católica, como lo fue en momentos Pico Della Mirándola, Erasmo de Rotterdam, entre otros, por esta razón es que finalmente Burckhardt nos dice, “A mediados del siglo XVI estas asociaciones parecen haber pasado por una total transformación. Los humanistas, desplazados ya de su posición influyente en la vida de la nación, sospechosos para la naciente Contrarreforma, pierden también la dirección de las Academias, y en éstas la poesía italiana substituye asimismo a la latina”51. Reforma y Contrarreforma Referentes historiográficos Para trabajar las temáticas relacionadas a la Reforma religiosa, sus efectos en el surgimiento de una nueva Iglesia Cristiana y la respuesta de la Iglesia Católica a través de su Reforma o más conocida a nivel historiográfico como Contrarreforma, utilizaremos una gama de autores, que van desde autores contemporáneos a Martín Lutero, como son el sacerdote Cochleaus, y un historiador de fines del siglo XIX, Denifle. Ambos expresan severas críticas contra las propuestas del Monje Agustino, que si bien se basan en las fuentes, dejan entrever una postura más bien subjetiva y totalmente avasalladora contra la imagen de Lutero. En el análisis historiográfico que se expondrá, consideraremos como aporte fundamental el que nos entrega Joseph Lortz, quien ha sido considerado como un referente en el análisis de la Reforma propiciada por Martín Lutero. Lortz, a pesar de ser católico, y exponer el análisis de Lutero en el contexto de su “Historia de la Iglesia”, vino a renovar la imagen que se tenía de Lutero, al menos por parte de la Iglesia Católica, considerando a un Lutero Católico, que la Iglesia no supo escuchar y que por evidente consecuencia se separó de esta, provocando la división más grande de la cristiandad. Otro autor de fundamental relevancia es Lucien Febvre, quien a través de su obra estudia a Lutero desde su contexto, aporta una nueva 51 Op. Cit. Burckhardt, Jacob. Pág. 213. 35
  • 36. mirada sobre el proceso. Jean Delumeau, también historiador católico, analiza la época, considerando tanto los errores de la Iglesia Católica como los de Lutero, tratando de hacer un relato objetivo desde su postura Católica, sin embargo, en él se aprecian comentarios más allegados a defender algunos aspectos de la Iglesia en el siglo XVI. Lortz, Febvre y Delemeau, constituyen el eje principal de nuestro análisis historiográfico, tanto por su destacada trayectoria como por sus postulados sobre las temáticas a tratar. De autores como Marco A. Huesbe, César Vidal, Michael Muller y Wolfhart Pannenberg también podemos extraer interesantes y fundamentados comentarios a modo de diversificar la discusión historiográfica. También rescataremos algunas definiciones o aspectos más bien complementarios de autores como Hermann Tuchle, Leopold Ranke, Roland Mousnier, Federico Fliedner y de Martínez Ruiz, Enrique y Otros. Martín Lutero y la Reforma Protestante Enmarcado en un proceso de profundos cambios de los cánones tradicionales que se tenían del hombre y del mundo, la Institución más sólida hasta esos momentos, siglo XVI, se vio en la encrucijada que provocó la división y crisis religiosa más contundente en toda su historia. Nos referimos a la Iglesia Católica y a la gran influencia que poseía en Europa. Para abarcar esta temática, es necesario analizar el contexto, tanto de la Iglesia como del personaje que desencadenó dicha división, un monje alemán, que bajo el alero del dogma católico protestó en contra de la jerarquía eclesiástica, hasta separarse completamente de los que fueron en primera instancia sus formadores espirituales. A los procesos desencadenados a partir de la postura crítica establecida por Lutero se le denomina Reforma Protestante, porque en un principio Martín Lutero, criticó y protestó en contra de la venta de Indulgencias. Otro aspecto sumamente relevante, es la protesta de los Príncipes Alemanes, lo cual sucedía en el contexto previo a las 95 tesis, quienes sostenían “¿creen que no se podrá prescindir de ellos? Cada uno para sí. Que trabajen, en lugar de 36
  • 37. percibir el diezmo sobre los que laboran. Que tomen parte, con las camisas remangadas y los corazones valerosos, en la tarea común.” 52 Protestas fundamentales a la hora de complementar las postuladas por Lutero, veremos más adelante cómo los Príncipes de Alemania ven en las críticas de Lutero la excusa perfecta para liberarse de Roma, expresando su malestar en contra del pago de diezmos. Además del protagonismo de Martín Lutero en el desencadenamiento de la Reforma Protestante, cabe señalar la importancia de los otros dos reformadores más destacados durante el siglo XVI. Nos referimos a Juan Calvino y Enrique VIII, el primero considerado como un reformador religioso y de quien se desprende la teoría de la predestinación y las Iglesia Presbiteriana; el segundo no es considerado un reformador religioso como tal, ya que sus postulados no fueron en base a un sustento espiritual, sino algo más bien estratégico y conveniente para sus intereses personales. Por consiguiente, en este apartado, se abarcarán a los personajes reformadores, sin embargo, el énfasis se hará con el precursor de los tres, ya que es fundamental comprender a Lutero y su contexto como base de la Reforma, y así identificar las principales características de los inicios de la Edad Moderna desde el punto de vista religioso-cultural. A modo de conocer, relacionar y, en algunos casos, contrastar las diferentes visiones que se han tenido de Lutero en la historiografía, es necesario hacer referencia tanto a autores que vivieron la reforma, como a los que fueron trazando sus críticas en los siglos posteriores. Para ello es fundamental comprender sus bases ideológicas y posturas religiosas, lo cual nos permitirá tener una concepción general tanto de historiadores católicos como protestantes. En primera instancia, nos referimos al contexto histórico donde se desarrollan los hechos considerados cruciales y detonantes de la Reforma Protestante. Este periodo va desde fines del siglo XVI y principios del XVI, porque, tal como sostiene el Historiador católico 52 Op. Cit. Febvre, Lucien. Pág. 107. 37
  • 38. de la segunda mitad del siglo XX, Jean Delumeau, en su obra “La Reforma”, “en primer lugar, la Reforma fue una respuesta religiosa a la gran angustia de fines de la Edad Media, cuando toda una serie de catastróficos acontecimientos sacudieron y desorientaron las almas: la guerra de los Cien Años: la peste negra: hambres frecuentes: el Cisma de Occidente que se prolongó durante treinta y nueve años ante la indignada sorpresa del mundo cristiano. Los individuos y las sociedades tomaron conciencia de su maldad, se sintieron culpables y pensaron que sólo el pecado podía ser causa de tanta desgracia.”53 A partir de esto, se puede ver que las personas vivían inmersas en una concepción del mundo a través del pecado y el castigo, donde sus almas iban a pagar por todo lo malo hecho en lo terrenal. Es por esto que existía una profunda preocupación por la salvación de las almas y pánico a la muerte. Delumeau también sostiene que “la muerte fue el gran tema de la iconografía durante la baja Edad Media, y a ella se dio más importancia que al Juicio final y al infierno.”54 Dejando de manifiesto el ambiente que rodeaba a las personas en el aspecto religioso, sobre todo a fines de la Edad Media, es decir, fines del siglo XV. Otro autor que hace referencia a estos hechos, es el Historiador Católico de principios del siglo XX, Joseph Lortz, quien sostiene que “bajo el aspecto religioso, moral y espiritual, la Edad Moderna ha estado presidida por una nueva imagen del mundo, surgida exclusivamente del hombre y, más en concreto, de la razón humana y construida sobre bases matemáticas y científico-naturales, una imagen del mundo cuyas verdades científicas fueron luego, durante el siglo XIX, consideradas con ingenua superficialidad por una generación aeclesiástica y antieclesiástica como la verdad completa.”55 Lortz, expone la historia de la Iglesia, evidenciando así sus etapas más relevantes, connotación en que la Reforma tiene un lugar preponderante. Lortz señala que “aun cuando la Reforma, en sus valores religiosos nucleares, constituyó al comienzo un proceso de crecimiento enteramente positivo, no cabe duda de que luego se convirtió en un ataque realmente amenazador, e incluso en muchos 53 Op. Cit. Delumeau, Jean. Pág. 6. 54 Ídem. Pág.8. 55 Op. Cit. Lortz, Joseph. Pág.23. 38
  • 39. aspectos consciente, contra la Iglesia.”56 Planteando que la Reforma en sus inicios pudo haber sido algo positivo para la Iglesia, sin embargo, los acontecimientos y personajes fueron arrastrados a cambios absolutos. En relación a los inicios de la Reforma, Delumeau considera que “el humanismo preparó la Reforma en dos sentidos: contribuyó a este retorno a la Biblia, que era una aspiración de la época, e insistió en la religión interior desvalorizando la jerarquía, el culto de los santos y las ceremonias. Pero su concepción del hombre coincidía más con el catolicismo, que con el pesimismo luterano y calvinista.”57 Relacionando de esta manera, las visiones del humanismo con los inicios de la Reforma, sin embargo, este autor hace un claro énfasis a que éstas, pueden verse más ligadas hacia el catolicismo que a las posteriores concepciones de los reformadores. Al menos por ahora, se puede apreciar una relación en las palabras tanto de Delumeau como de Lortz, ya que si bien ambos son historiadores católicos, más adelante podremos apreciar que discrepan en ideas sobre la Reforma, como por ejemplo, que Delumeau si bien reconoce la culpa que tubo la Iglesia Católica en dejar que estos hechos se desenvolvieran sin retroceso, intenta exponer una imagen de un Lutero un tanto aburguesado, sosteniendo que luego de 1517, pudo tener una vida cómoda, más que de revolucionario, ideas que se contraponen a los postulados de Lortz, explicando que Lutero siempre guardó un criterio de religiosidad tanto en sus criticas como en su comportamiento, denominándolo así como un hombre de creencias firmes, lo mismo que se puede apreciar en Febvre, quien argumenta que la personalidad de Lutero era de profunda espiritualidad y sus protestas surgieron de la mano de sus convicciones dogmáticas. Otro aporte sobre el contexto hacia fines del siglo XV, viene por parte del historiador y escritor César Vidal, quien en la actualidad se declara como un cristiano protestante. En su obra “El caso Lutero”, sostiene el concepto de “crisis espiritual”, afirmando “que no se trataba solo de que la Iglesia católica hubiera pasados por episodios de terrible desunión como el 56 Op. Cit. Lortz, Joseph. Pág. 9. 57 Delumeau, Jean. “La Reforma”… Op. Cit. Pág.25. 39
  • 40. papado de Aviñón o el gran Cisma de Occidente. En realidad, la tremenda crisis institucional del papado constituía un síntoma innegable de una no menos profunda crisis espiritual.”58 A través de estas palabras y sobre todo por el concepto de “crisis espiritual” es como podemos ver una evidente dilatación de las falencias de la Iglesia Católica a fines de la Edad Media, donde la cristiandad se preocupaba más de una expansión territorial que de guiar espiritualmente a sus fieles. Vidal, también señala que los Papas que más destacaron por su alejamiento como guías espirituales fueron Alejandro VI, quien reunió una gran fortuna que le permitía pagar sobornos y su pontificado estuvo marcado por razones políticas de carácter familiar, además utilizaba cuantiosas sumas de la venta de indulgencias para financiar aventuras militares de su hijo César. Y Julio II, por su parte consiguió el pontificado a través de sobornos, fue benefactor y protector de artistas como Miguel ángel, Bramante y Rafael. Este papa se destacó por ser un hábil diplomático y un terrible militar, tenía como objetivo el aumento del territorio de los Estados pontificios. Los papas eran diplomáticos, mecenas, incluso guerreros, pero, en el ámbito espiritual, dejaban mucho que desear.59 Con lo que se puede apreciar una crisis más profunda de lo que se creía, ya que la figura de los Papas estaba siendo puesta en duda, por preferir otros ámbitos, en vez de priorizar lo espiritual, que era, sin duda, lo que esperaban los fieles, a modo de poder tener la esperanza de que sus almas fueran salvadas ante una evidente preocupación y necesidad espiritual. La visión de Vidal, desde el punto de vista protestante, puede ser considerada como crítica de la Iglesia Católica, sin embargo, sus postulados van dirigidos a una realidad que hasta los mismos historiadores católicos más relevantes como Lortz o Delumeau han reconocido. Otro importante aporte de Delumeau, se puede apreciar en su libro “El catolicismo de Lutero a Voltaire” donde destaca que, “Así pues, la Iglesia conservaba, en tiempos de la Prerreforma, importantes reservas de juventud y salud. Pero un gobierno estaba viciado. Ahora bien, éste había adquirido, sobre todo desde el siglo XIV, una enorme importancia. En la medida en que conservaba sus tradicionales estructuras. La Iglesia romana, tomada en 58 Vidal, César. “El caso Lutero”. Editorial Edaf. Madrid, 2008. Pág. 25. 59 Op. Cit. Vidal, César. Pág. 28-30. 40
  • 41. conjunto, no podía regenerarse si no se reformaba la cabeza. El choque de la secesión protestante fue necesario para decidirse.”60 Dejando en evidencia que la Iglesia, si bien, tenía una destacada relevancia en la época, estaba desgastada, y la Reforma fue necesaria para los cambios por parte de la Iglesia Católica, a pesar que sólo ocurrieron a partir del Concilio de Trento (1545 - 1563). Joseph Lortz hace referencia a que “Los signos del tiempo, desde el punto de vista eclesiástico y religioso y, en último término, también espiritual, lejos de apuntar hacia una reconstrucción, presagiaban la tormenta. Y la tormenta llegó: fue la Reforma de Lutero.”61 El autor sostiene que Lutero comienza un proceso, que ya estaba en curso, también se puede inferir que si bien la Iglesia Católica reconoce, en la actualidad, que sus postulados se estaban desgastando a fines del siglo XV, Martín Lutero, fue el que inició un camino del que a partir de 1517 no habría marcha atrás. Principalmente porque como sostiene Delumeau “el 31 de octubre Lutero envió sus 95 tesis al arzobispo Alberto de Maguncia, quien, molesto, las remitió a Roma. Allí se encargó a un renombrado tomista, el cardenal Cayetano, que las estudiara. No tardó en abrirse proceso al hermano Martín ante la Cámara apostólica. En Alemania se desencadenó la polémica.”62 Bajo este punto de vista, y considerando que no está comprobado históricamente que Lutero clavara sus 95 Tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, se puede apreciar que las envió a este arzobispo, esperando ser escuchado por las autoridades y con la firme convicción de poseer la verdad en sus palabras apoyadas de la lectura en las Sagradas Escrituras. En relación a las 95 Tesis, palabras escritas por un Lutero aún católico, que deseaba dar a conocer sus críticas más profundas sobre lo que estaba ocurriendo con la venta de indulgencias, dinero que sería recolectado para la construcción de la Basílica de San Pedro, una de las obras máximas del Renacimiento Artístico, y prueba irrefutable de la preocupación 60 Delumeau, Jean. “El Catolicismo de Lutero a Voltaire”. Editorial Labor s.a. Barcelona, España. 1973. Pág. 6. 61 Op. Cit. Lortz, Joseph. Pág. 86. 62 Delumeau, Jean. “La Reforma”… Op. Cit. Pág.33. 41
  • 42. por embellecer los aposentos Papales como principal objetivo, llegando a vicios tales como vender el perdón de los pecados y la salvación del alma a través de una indulgencia. Lo que podemos apreciar directamente desde la fuente: Entre las 95 tesis, que dejan de manifiesto el malestar y crítica de Lutero hacia las indulgencias, se pueden destacar las siguientes: Nº 6. El Papa no puede remitir culpa alguna, a no ser cuando declara y aprueba que ha sido ya perdonada por Dios, o cuando remite con seguridad los casos que le están reservados; si estos se despreciaran, la culpa permanecería íntegramente. Nº 27. Predican a los hombres que el alma vuela en el mismo instante en que la moneda arrojada suena en el cepillo. Nº 52. E vano confiar en la salvación sobre la base de las cartas de indulgencias, aunque el comisario, incluso aunque el mismo papa, pusiesen su alma como garantía. Nº 75.Es una locura la opinión de que las indulgencias papales tienen tanto valor que pueden absolver a un hombre, incluso aunque, por un imposible, hubiese violado a la madre de Dios 63 A través de estas 4 tesis se puede ver la intención de fondo, que Lutero tenía al publicarlas, ya que al declarar en la tesis 6, que el Papa sólo estaría otorgando el perdón a través de Dios y no por mérito propio, está restándole importancia a la figura de Papa en la Iglesia, quien puede otorgar el perdón, considerando que es el representante de Dios en la tierra. Sin embargo, Lutero reafirma esto a través de la tesis 27, donde aclara que es sólo del ser humano decir o pensar que un alma se salve al sólo echar una moneda en un recipiente, manifestando así que esta no sería la voluntad de Dios por la cual se liberaran las almas del pecado. A la vez en la tesis 52, se expone que ni siquiera el papel de la indulgencia vale el perdón, aunque el mismo sumo pontífice se pusiera como garantía de aquello. A modo de ser más enfático en sus críticas, en a tesis 75 queda explícito al considerar aberrante que las indulgencias Papales, puedan absolver a un hombre que haya violado a la madre de Dios, queriendo decir con esto que a pesar de intentar vender el perdón de los pecados, es absurdo 63 Op. Cit. Vidal, César. Pág. 205- 211. 42
  • 43. pensar en que un papel obtenido a través de dinero, pueda disolver una acción tan aberrante y que vaya en contra de los principios de un cristiano. A esto se deben anexar las preocupaciones de Lutero en estos aspectos, sobre todo al no encontrar la paz interior que tanto buscaba, sobre todo de la mano de ayunos y constantes penitencias. Es así como se interesa enormemente por la lectura de la Biblia, para ver si encontraba las respuestas que requería su espíritu para vivir tranquilo y salvar su alma al morir. En este sentido, podemos mencionar al Historiador católico Francés Lucien Febvre, quien dedicó una obra completa al relato historiográfico de Lutero, considerando los inicios de la reforma hasta los hechos posteriores, llamada “Lutero: Un destino”, sosteniendo que Lutero fue, “un hombre de imaginación viva, de sensibilidad sobre aguda y que embellecía fácilmente, con la mejor fe del mundo.”64 Mostrado así las características más íntimas de quien durante tantos siglos se habló como si fuese el peor hombre de la historia, sin embargo, en Febvre, se puede ver a un Lutero muy creyente, preocupado constantemente por la salvación de su alma y el perdón de los pecados. Febvre también sostiene que “En el convento, Lutero había tratado ansiosamente de lograr su salvación por el cumplimiento de obras meritorias.”65 Dejando de manifiesto la constante preocupación del monje agustino porque sus buenas obras le dieran la tranquilidad espiritual que tanto ansiaba, sin embargo, al no encontrarla se angustiaba cada vez más y seguía tratando de encontrar la solución a sus preocupaciones a través de la palabra de Dios. Es por estas circunstancias que Lutero llega a la siguiente conclusión ―¿La salvación?, nos proviene de sentir en nosotros, siempre, el mal activo y nuestra imperfección. Pero también si tenemos fe, de llevar en nosotros mismos a Dios. De su sola presencia nace la esperanza de ser justificado, de colocarse entre aquellos elegidos que, desde toda la eternidad, predestina a la salvación, porque los ama lo suficiente para llamarlos a la vida 64 Op.Cit. Febvre, Lucien. Pág. 19. 65 Op.Cit. Febvre, Lucien. Pág. 56. 43
  • 44. eterna. Así ese insondable misterio de la predestinación se encuentra lleno de promesas y de amor para las almas religiosas.”66 Este es el principal postulado de Martín Lutero, el de la salvación por la fe, es decir, de nada sirve que el hombre haga méritos para lograrla sino más bien debe creer firme y fielmente en Dios, en su misericordia y de esta manera logrará ser salvado y sus pecados serán perdonados en la medida que crea mucho más en la bondad de Dios y en su palabra. También se puede considerar el aporte del libro Introducción a la Historia Moderna, escrito por Martínez y otros, quienes sostienen que, “Aunque se han magnificado frecuentemente las consecuencias de su viaje a Roma –dado el espectáculo nada ejemplar de la corte romana, mundana, corrompida y secular-, qué duda cabe que si bien aquellas imágenes actuaron como revulsivo en el espíritu inquieto del joven fraile, nada nuevo aportaron en el proceso formativo de su espiritualidad ni en la conformación de la gran duda que atormentará toda su vida: el problema de la salvación eterna, que se le manifiesta como una verdadera obsesión.”67 Considerando así el tan discutido viaje de Lutero a Roma, como el inicio de su descontento con la jerarquía eclesiástica, sin embargo, estos autores ponen de manifiesto, que sólo fue un suceso específico que en el fondo, no tuvo mayor relevancia a lo que en Lutero se venía desarrollando, como ya se menciona su constante preocupación por el perdón de los pecados y la salvación de su alma. Martín Lutero comenzó a buscar las respuestas necesarias para la tranquilidad de su alma, sin embargo, en un principio no buscaba una separación de la Iglesia, a lo que hace referencia Marco Antonio Huesbe, al decir que “las grandes transformaciones que trajo consigo la reforma luterana fueron iniciadas por Martín Lutero, pero sin un plan preconcebido.”68 Dejando en evidencia, que las intenciones del monje no fueron provocar consecuencias tales como en las que se vio envuelto tiempo después de escribir sus tan 66 Op.Cit. Febvre, Lucien. Pág. 61. 67 Op. Cit. Martínez y otros. Pág. 111-112. 68 Huesbe Llanos, Marco Antonio, “La propuesta política de Martín Lutero a través de su doctrina de los dos reinos”, Rev. estud. hist.-juríd. n.22 Valparaíso 2000. ISSN 0716-5455. 44