SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  2
Télécharger pour lire hors ligne
HAYA VIVE, VENCERÁ




Año 1, Nº 13 - Agosto 2008                                                                                   Lima - Perú



                                           César Atala
                                           Me dicen que el sábado pasado César Atala
                                           se recostó para dormir una siesta y que no
                                           despertó más. Se deslizó inadvertidamente del
                                           sueño de la tarde a la muerte apacible; y así
                                           en la hora final que culminó se vida longeva,
                                           Atala convirtió la intensidad en paz.
                                               Escribe: Gustavo Gorritti




     C
             onocí a Atala en la década del 90, en Washington, unas semanas luego del golpe de Fujimori y Montesinos.
             No éramos muchos entonces los que buscábamos organizar la resistencia contra la dictadura, y varios
             conocidos, aquí y allá, hacían a veces cómicos esfuerzos por no ser vistos no asociados con nuestro
     pequeño grupo. En Washington, sin embargo, contábamos con la hospitalidad de Luís Jiménez y muy pronto,
     con la del César Atala.
         Por alguna razón llamé siempre a Atala por su título de «embajador». Claro que lo había sido, pero era
     mucho más que eso y también la persona más sencilla y cordial. Me imagino que entre un provinciano uno
     siempre trata a su mayor con una forma precisa de respeto y que entre los varios títulos que se me pasaron por
     la cabeza, el de ´dóctor ` fue desechado por madido y topicazo; el de ´espiritista` por inconveniente; y que el de
     ´embajador` a quien no lo era de carrera expresaba el respeto y el afecto que inspiraba a Atala.

        César Atala había nacido 1917 y había vivido intensa y a veces pintorescamente casi todo la historia
     peruana y buena parte de la latinoamericana en el siglo XX en varias conversaciones traté que me contara los
     detalles de la conspiración de espiritistas contra Benavides, que terminó con el alzamiento del ministro de
     gobierno de éste, el general Antonio Rodríguez el 19 de febrero de 1939. Todo indica que el general Rodríguez
     se levantó convencido César Atala de estar obedeciendo órdenes de los espíritus, quienes lo guiaron hasta
     ocupar palacio de gobierno, pero no le previnieron del encuentro con el mayor Luís Rizo Patrón, de la guardia
     de asalto quien lo mató y abortó instantáneamente la hasta entonces triunfante insurrección de los fantasmas.
        (Hay dos novelas que desde diferentes perspectivas el papel del espiritismo en el levantamiento: «Las rayas
     del Tigre», de Guillermo Torndike, y el «APRA y la Sombra» Eduardo Sierralta editada en México, 1957).

       Atala no guardaba buenos recuerdos de Sierralta, un escritor chileno comunista, cuya novela es hostil al
     APRA. Sin embargo, Sierraalta era amigo de Manuel Cenzano, quien fue el articulador entre el espiritismo y el
     poder. En su novela Sierralta describió así al joven Atala:
       «Distinguían a César su gran sentido comercial y su actividad para el trabajo (…) Manuel me informó que
     Cesar era médium. En los primeros tiempos del Centro Esotérico en Lima, habían actuado juntos. Encarnaba



                                                         —1—
HAYA VIVE, VENCERÁ



                                                                                         medida en el espíritu
                                                                                         kenn ed iano de la
                                                                                         Alianza       para      el
                                                                                         Progreso- de desarrollo
                                                                                         económico, político y
                                                                                         social. Con una energía
                                                                                         que envidiaría la mayoría
                                                                                         de v ei nteañero s, el
                                                                                         invicto octogenario llegó
                                                                                         a Lima e hizo organizar
                                                                                         un      ev en to    para
                                                                                         presentar su estrategia.

                                                                                            Aparte de este
                                                                                        periodista, hubo dos
                                                                                        tipos de asistentes ese
                                                                                        día: de un lado, algunos
                                                                                        políticos y tecnócratas
                                                                                        c uarenton es m ed ios
                                                                                        yuppies, y del otro, un
                                                                                        grupo nutrido que
                                                                                        evidenciaba la vocación
                                                                                        del APRA por la
en Atala el espíritu del abate Cansino. Escribía           lon gevidad. Digam os que el más jo ven ah í
mensajes espiritualistas y ayudaba a Vladimiro             comparativamente casi un menor de edad, era Abel
(Cenzano) en las sesiones… (…) Cenzano me                  Salinas. Los otros, de haber sumado sus edades,
m an ifestó que su co mpad re era un ap ri sta             hubieran podido conversar con el faraón Ramsés,
convencido. Hombro con hombro habían luchado               pero ¡qué viejo tan notables! Desde David Tejada
por el partido y, a la sazón, César se contaba entre       hasta el gran Fufú, el empresario y mago, que a los
los grandes amigos del jefe máximo. En verdad, al          oc henta larg os año s seguía siendo un gran
turco Atala se le consideraba hombre de confianza          prestidigitador. Y lo extraordinario era ver mientras
en el comando aprista».                                    que las ambiciosas ideas de Atala eran recibidas con
   No es fácil imaginar ahora el auge que tuvo el          cautela y timidez por los cuarentones, los viejos no
espiritismo en Lima durante la década de los 30 y          tenían el menor complejo en pensar en grande; en
40 del siglo pasado. Buena parte de la elite limeña        razonar, manteniendo el sentido común, en términos
formaba parte de círculos espiritistas y creía en los      épicos sobre un continente épico. Habían vivido
mensajes que llegaban a través del trance de los           mucho, habían visto mucho, pero no tenían miedo
médium. El mariscal Benavides era un creyente y a          de las grandes empresas ni de los grandes proyectos
Haya de la Torre le apasionaba lo esotérico. Eso no        nacionales.
fue óbice para no guiar, a través de la voz de los             Le pedí a Atala que escribiera un artículo que
médium, la conversión del general Rodríguez, de            resumiera su programa. Lo hizo, aunque muy breve,
feroz perseguidor de apristas en aliado conspirativo.      y lo publicó la revista Ideele (lo pueden leer en: http:/
Si de operaciones de inteligencia se trata, aquella        /w ww. id l.o rg. pe /id lre v / rev ist as /1 5 6 /
fue una de las más audaces e imaginativas, que estuvo      156cesargatala.htm). ¿Qué frase lo expresa mejor?
a punto de coronarse con el éxito.                         «L a demo cracia gen uina es adv ersaria de la
    Aquel capítulo temprano en la vida de Atala fue        desigualdad»
seguido por varias décadas en las cuales el ‘turco’            Haber caminado casi un siglo por esta tierra y
huancavelicano fue, entre varias otras cosas, un           seguir teniendo visión de futuro, seguir sintiendo el
exitoso empresario, funcionario internacional y            reclamo de justicia con la misma fuerza que en la
embajador del Perú en Estados Unidos. Aún muy              juventud y seguir pensando lúcidamente en cómo
activo en la década del 90, Atala colaboró con la          hacerla posible: eso define una vida noble. Quizá por
oposición democrática al fujimorato a través de sus        eso, el vivir intenso terminó en el buen morir.
excelentes contactos, su inteligencia y su hospitalidad.   Apagarse en el sueño, como setenta años antes se
   Seguí conversando con él con cierta frecuencia          apagaban las velas cuando los espíritus ausentes
luego de la caída de la dictadura. Entonces empezó a       hablaban a la vida y sugerían caminos, enmiendas,
desarrollar lo que iba a ser su última gran campaña:       audacias.
una iniciativa latinoamericana -basada en buena


                                                      —2—

Contenu connexe

En vedette (12)

Identifique sus partes relacionadas
Identifique sus partes relacionadasIdentifique sus partes relacionadas
Identifique sus partes relacionadas
 
Copia seguridad blog
Copia seguridad blogCopia seguridad blog
Copia seguridad blog
 
Presentación
PresentaciónPresentación
Presentación
 
Pop art mapa
Pop art mapaPop art mapa
Pop art mapa
 
Pasos para crear blogger
Pasos para crear bloggerPasos para crear blogger
Pasos para crear blogger
 
Taller CEDI
Taller CEDITaller CEDI
Taller CEDI
 
Actualización de balances
Actualización de balancesActualización de balances
Actualización de balances
 
Trabajo sena
Trabajo senaTrabajo sena
Trabajo sena
 
Fredy gbi
Fredy gbiFredy gbi
Fredy gbi
 
Consultas conceptos 30
Consultas conceptos 30Consultas conceptos 30
Consultas conceptos 30
 
Consultas conceptos 30
Consultas conceptos 30Consultas conceptos 30
Consultas conceptos 30
 
Sofia final 30
Sofia final 30Sofia final 30
Sofia final 30
 

Plus de Wilbert Bendezu (20)

Indoamerica 01
Indoamerica 01Indoamerica 01
Indoamerica 01
 
Indoamerica 03
Indoamerica 03Indoamerica 03
Indoamerica 03
 
Indoamerica 04
Indoamerica 04Indoamerica 04
Indoamerica 04
 
Indoamerica 05
Indoamerica 05Indoamerica 05
Indoamerica 05
 
Indoamerica 06
Indoamerica 06Indoamerica 06
Indoamerica 06
 
Indoamerica 07
Indoamerica 07Indoamerica 07
Indoamerica 07
 
Indoamerica 08
Indoamerica 08Indoamerica 08
Indoamerica 08
 
Indoamerica 09
Indoamerica 09Indoamerica 09
Indoamerica 09
 
Indoamerica 2
Indoamerica 2Indoamerica 2
Indoamerica 2
 
Parlamento 4
Parlamento 4Parlamento 4
Parlamento 4
 
Parlamento 3
Parlamento 3Parlamento 3
Parlamento 3
 
Parlamento 1
Parlamento 1Parlamento 1
Parlamento 1
 
Haya vive 12
Haya vive 12Haya vive 12
Haya vive 12
 
Haya vive 11
Haya vive 11Haya vive 11
Haya vive 11
 
Haya vive 10
Haya vive 10Haya vive 10
Haya vive 10
 
Haya vive 09
Haya vive 09Haya vive 09
Haya vive 09
 
Haya vive 08
Haya vive 08Haya vive 08
Haya vive 08
 
Haya vive 07
Haya vive 07Haya vive 07
Haya vive 07
 
Haya vive 06
Haya vive 06Haya vive 06
Haya vive 06
 
Haya vive 06
Haya vive 06Haya vive 06
Haya vive 06
 

Haya vive 13

  • 1. HAYA VIVE, VENCERÁ Año 1, Nº 13 - Agosto 2008 Lima - Perú César Atala Me dicen que el sábado pasado César Atala se recostó para dormir una siesta y que no despertó más. Se deslizó inadvertidamente del sueño de la tarde a la muerte apacible; y así en la hora final que culminó se vida longeva, Atala convirtió la intensidad en paz. Escribe: Gustavo Gorritti C onocí a Atala en la década del 90, en Washington, unas semanas luego del golpe de Fujimori y Montesinos. No éramos muchos entonces los que buscábamos organizar la resistencia contra la dictadura, y varios conocidos, aquí y allá, hacían a veces cómicos esfuerzos por no ser vistos no asociados con nuestro pequeño grupo. En Washington, sin embargo, contábamos con la hospitalidad de Luís Jiménez y muy pronto, con la del César Atala. Por alguna razón llamé siempre a Atala por su título de «embajador». Claro que lo había sido, pero era mucho más que eso y también la persona más sencilla y cordial. Me imagino que entre un provinciano uno siempre trata a su mayor con una forma precisa de respeto y que entre los varios títulos que se me pasaron por la cabeza, el de ´dóctor ` fue desechado por madido y topicazo; el de ´espiritista` por inconveniente; y que el de ´embajador` a quien no lo era de carrera expresaba el respeto y el afecto que inspiraba a Atala. César Atala había nacido 1917 y había vivido intensa y a veces pintorescamente casi todo la historia peruana y buena parte de la latinoamericana en el siglo XX en varias conversaciones traté que me contara los detalles de la conspiración de espiritistas contra Benavides, que terminó con el alzamiento del ministro de gobierno de éste, el general Antonio Rodríguez el 19 de febrero de 1939. Todo indica que el general Rodríguez se levantó convencido César Atala de estar obedeciendo órdenes de los espíritus, quienes lo guiaron hasta ocupar palacio de gobierno, pero no le previnieron del encuentro con el mayor Luís Rizo Patrón, de la guardia de asalto quien lo mató y abortó instantáneamente la hasta entonces triunfante insurrección de los fantasmas. (Hay dos novelas que desde diferentes perspectivas el papel del espiritismo en el levantamiento: «Las rayas del Tigre», de Guillermo Torndike, y el «APRA y la Sombra» Eduardo Sierralta editada en México, 1957). Atala no guardaba buenos recuerdos de Sierralta, un escritor chileno comunista, cuya novela es hostil al APRA. Sin embargo, Sierraalta era amigo de Manuel Cenzano, quien fue el articulador entre el espiritismo y el poder. En su novela Sierralta describió así al joven Atala: «Distinguían a César su gran sentido comercial y su actividad para el trabajo (…) Manuel me informó que Cesar era médium. En los primeros tiempos del Centro Esotérico en Lima, habían actuado juntos. Encarnaba —1—
  • 2. HAYA VIVE, VENCERÁ medida en el espíritu kenn ed iano de la Alianza para el Progreso- de desarrollo económico, político y social. Con una energía que envidiaría la mayoría de v ei nteañero s, el invicto octogenario llegó a Lima e hizo organizar un ev en to para presentar su estrategia. Aparte de este periodista, hubo dos tipos de asistentes ese día: de un lado, algunos políticos y tecnócratas c uarenton es m ed ios yuppies, y del otro, un grupo nutrido que evidenciaba la vocación del APRA por la en Atala el espíritu del abate Cansino. Escribía lon gevidad. Digam os que el más jo ven ah í mensajes espiritualistas y ayudaba a Vladimiro comparativamente casi un menor de edad, era Abel (Cenzano) en las sesiones… (…) Cenzano me Salinas. Los otros, de haber sumado sus edades, m an ifestó que su co mpad re era un ap ri sta hubieran podido conversar con el faraón Ramsés, convencido. Hombro con hombro habían luchado pero ¡qué viejo tan notables! Desde David Tejada por el partido y, a la sazón, César se contaba entre hasta el gran Fufú, el empresario y mago, que a los los grandes amigos del jefe máximo. En verdad, al oc henta larg os año s seguía siendo un gran turco Atala se le consideraba hombre de confianza prestidigitador. Y lo extraordinario era ver mientras en el comando aprista». que las ambiciosas ideas de Atala eran recibidas con No es fácil imaginar ahora el auge que tuvo el cautela y timidez por los cuarentones, los viejos no espiritismo en Lima durante la década de los 30 y tenían el menor complejo en pensar en grande; en 40 del siglo pasado. Buena parte de la elite limeña razonar, manteniendo el sentido común, en términos formaba parte de círculos espiritistas y creía en los épicos sobre un continente épico. Habían vivido mensajes que llegaban a través del trance de los mucho, habían visto mucho, pero no tenían miedo médium. El mariscal Benavides era un creyente y a de las grandes empresas ni de los grandes proyectos Haya de la Torre le apasionaba lo esotérico. Eso no nacionales. fue óbice para no guiar, a través de la voz de los Le pedí a Atala que escribiera un artículo que médium, la conversión del general Rodríguez, de resumiera su programa. Lo hizo, aunque muy breve, feroz perseguidor de apristas en aliado conspirativo. y lo publicó la revista Ideele (lo pueden leer en: http:/ Si de operaciones de inteligencia se trata, aquella /w ww. id l.o rg. pe /id lre v / rev ist as /1 5 6 / fue una de las más audaces e imaginativas, que estuvo 156cesargatala.htm). ¿Qué frase lo expresa mejor? a punto de coronarse con el éxito. «L a demo cracia gen uina es adv ersaria de la Aquel capítulo temprano en la vida de Atala fue desigualdad» seguido por varias décadas en las cuales el ‘turco’ Haber caminado casi un siglo por esta tierra y huancavelicano fue, entre varias otras cosas, un seguir teniendo visión de futuro, seguir sintiendo el exitoso empresario, funcionario internacional y reclamo de justicia con la misma fuerza que en la embajador del Perú en Estados Unidos. Aún muy juventud y seguir pensando lúcidamente en cómo activo en la década del 90, Atala colaboró con la hacerla posible: eso define una vida noble. Quizá por oposición democrática al fujimorato a través de sus eso, el vivir intenso terminó en el buen morir. excelentes contactos, su inteligencia y su hospitalidad. Apagarse en el sueño, como setenta años antes se Seguí conversando con él con cierta frecuencia apagaban las velas cuando los espíritus ausentes luego de la caída de la dictadura. Entonces empezó a hablaban a la vida y sugerían caminos, enmiendas, desarrollar lo que iba a ser su última gran campaña: audacias. una iniciativa latinoamericana -basada en buena —2—