El largo conflicto armado que padece Colombia tiene muchas facetas complejas y diversas etapas, cada una con sus peculiaridades. La Presidencia de Álvaro Uribe supuso un fortalecimiento del ejército y la policía, así como la adopción de una política más severa contra la guerrilla, en el marco de lo que Uribe definió como “política de seguridad democrática”.
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Los falsos positivos, la cara más oscura de la lucha contra la guerrilla
1. Los “falsos positivos”, la cara más oscura de la
lucha contra la guerrilla
http://justiciayleyescolombia.wordpress.com/2014/09/18/los-falsos-positivos-la-cara-mas-oscura-de-
la-lucha-contra-la-guerrilla/
El largo conflicto armado que padece Colombia tiene muchas facetas complejas y diversas
etapas, cada una con sus peculiaridades. La Presidencia de Álvaro Uribe supuso un
fortalecimiento del ejército y la policía, así como la adopción de una política más severa
contra la guerrilla, en el marco de lo que Uribe definió como “política de seguridad
democrática”.
Concepto de “falso positivo”
Por falso positivo se entienden las ejecuciones extrajudiciales de civiles, hechos pasar
por guerrilleros caídos en combate contra las fuerzas militares o policiales.
Profesores de la Universidad de la Sabana y la Universidad Externado de Colombia han
concluido que los casos de falsos positivos se incrementaron en más de un 150% bajo la
Presidencia de Uribe. Así se extrae del informe “La política de seguridad democrática y las
ejecuciones extrajudiciales”.
Se estima que más de 3.500 personas fueron asesinadas y hechas pasar por
guerrilleros. A su vez, gran cantidad de militares han sido detenidos por estos delitos.
Síndrome del “body count”
Según la organización National Security Archive de los Estados Unidos, el Ejército
Colombiano fue víctima del llamado “síndrome del body count” o síndrome del conteo de
bajas. Consiste en que se considera que la victoria en un enfrentamiento armado depende
exclusivamente del número de bajas personales que se infiera al enemigo.
Esta visión reduccionista de una confrontación armada, supone una obsesión para los
soldados y los mandos militares, que se limitan a organizar sus actividades siempre
2. teniendo como máxima premisa el causar el mayor número de muertos,
independientemente de la efectividad operativa, logística y militar de las operaciones.
Esta cultura del “body count”, según la inteligencia militar de los Estados Unidos, ha
permeado todo el Ejército Colombiano desde hace décadas, pero fue durante el
recrudecimiento de las operaciones militares contra la guerrilla cuando alcanzó su apogeo.
Incentivos perversos que aumentaron los “falsos positivos”
Existen numerosos testimonios de mandos militares y soldados que expresan que las
unidades operativas que lograban un mayor número de muertes de guerrilleros
eranprivilegiadas de diversas maneras: desde librar todo el mes de diciembre
hastacondecoraciones y ascensos, pasando por recompensas dinerarias y la elevación
del prestigio militar dentro del Ejército.
La política de mano dura contra la guerrilla que aplicó Álvaro Uribe logró recuperar mucho
terreno pero a un alto precio, ya que la falta de control sobre las actuaciones militares y la
adjudicación de recompensas, produjo un fuerte incentivo a presentar como guerrilleros
abatidos a campesinos inocentes.
El descontrol de las operaciones y la obsesión por presentar resultados en forma de
guerrilleros abatidos, llegó incluso a provocar la expulsión de soldados y unidades militares
enteras que se mostraron renuentes a ejecutar personas sin probada culpabilidad para
hacerlas pasar por guerrilleros.
Consecuencias de los falsos positivos
En el ejército y las fuerzas de seguridad colombianas ya se habían reportadoviolaciones de
los Derechos Humanos durante la década de los noventa. El incremento de los falsos
positivos y de la falta de control sobre las recompensas a los militares, propició que éstos se
aliaran con grupos paramilitares y a su vez, hizo más popular a la guerrilla en aquellas
zonas donde se dieron más casos de abusos de los soldados.
La erosión de la imagen del Estado, de la autoridad gubernamental y del Poder Judicial
resultó una consecuencia lógica de estos hechos.
Asimismo, aquellos integrantes de las fuerzas de seguridad que nunca se vieron implicados
en casos de falsos positivos, han padecido la ignominia de ser sospechosos de cometer o de
no denunciar, delitos de violaciones contra los Derechos Humanos.
3. Actualmente la Justicia sigue investigando y esclareciendo uno de los puntos más negros
de la reciente historia colombiana y diversas organizaciones internacionales y nacionales
demandan al Gobierno que siga avanzando para impedir estos hechos y cortar toda conexión
entre ejército y paramilitares.