2. Prólogo
Se relata la historia de un hombre llamado John, el cual cree tenerlo todo por su alto nivel
adquisitivo, pero se comienza a cuestionar si realmente lo tiene todo, pues tiene
problemas familiares y fallas en la empresa dónde ocupaba el cargo de Director General.
El destino llevó a John a buscar solución a sus problemas en un pequeño monasterio
cristiano, y es ahí donde conoce al hermano Simeón y éste es quien le enseña una forma
diferente de llevar su relación con los demás.
Los Siete capítulos del libro describen didácticamente las enseñanzas impartidas por
Simeón acerca del liderazgo que corresponden a siete días en el monasterio.
3. Capítulo I. Las definiciones
El primer día John admiraba el monasterio y a los monjes, tratando de buscar a Leonard Hoffman.
Leonard Hoffman al entrar al monasterio adopta el nombre de Simeón. ÉL había sido un exitoso líder
empresario que había escrito un libro titulado La gran paradoja: para mandar hay que servir.
“Simeón” era el nombre que desde el nacimiento de John lo había perseguido en sus sueños, donde
alguien le decía “¡Encuentra a Simeón, encuentra a Simeón y escúchale!”.
Los compañeros de John en el monasterio eran personas de muy distintas profesiones y lo único que era
común era que cada uno de ellos tenía un puesto de liderazgo en la organización donde se
desempeñaban.
Como punto importante en éste primer capítulo se desprende que Simeón indicó que: El objetivo del líder
es buscar cómo influir en las personas y éste podrá influir cuando practique en mayor medida ciertos
comportamientos, como por ejemplo, los que más se observan en los líderes ( Ser honrado, estar atento,
animar a la gente, apreciar a la gente, entre otros) . Esto hizo que John no dejara de pensar en las
responsabilidades que había asumido como jefe, padre, marido, y que le daban vértigo al ser unidas al
estilo del liderazgo.
4. Capítulo II. El paradigma antiguo
El segundo día tuvo como tema principal el cambio de paradigmas.
Uno de los actuales paradigmas en el mundo empresarial es el del modelo piramidal, en el cual en la
punta de la pirámide, está el presidente.
El nuevo paradigma, a su vez, consiste en invertir la pirámide y así sería el cliente el que se ubique
en lo más alto; los empleados de primera línea estén en el escalón inmediato inferior, dándole
servicio y satisfaciendo las necesidades de los clientes y los superiores en el nivel más bajo de la
pirámide, considerarían a sus empleados como clientes, por lo cual también los servirían
satisfaciendo sus necesidades.
5. Capítulo III. El modelo
En el tercer día Simeón se dedica a explicar el modelo de Liderazgo de Servicio que consiste en una
pirámide invertida, que tiene su apoyo en el vértice donde se encontraría la voluntad, ya que el
liderazgo requiere esfuerzo.
Según el monje, el mayor líder de todos los tiempos ha sido Jesucristo. Según la definición de que el
liderazgo es el arte de influir, el cristianismo es la religión más grande del mundo dada la cantidad de
creyentes, por lo que se podría decir que Jesucristo ha influido en la vida de millones de personas sin
utilizar ningún tipo de poder, sólo una gran influencia llamada autoridad.
El liderazgo comienza con la voluntad, la cual se encuentra en el vértice de la pirámide invertida, con
la cual podemos elegir amar y amar a su vez, tiene que ver con identificar y satisfacer las
necesidades legítimas de los liderados. De esta forma estamos sirviendo e incluso sacrificándonos
por ellos, forjando nuestra Autoridad o influencia y ganándonos así el papel de Líderes.
6. Capítulo IV. El verbo
El cuarto día Simeón escribió en la pizarra dos palabras: AMOR Y LIDERAZGO. Según la definición
de amor como ágape del Nuevo Testamento, el amor es: paciencia, afabilidad, humildad, respeto,
generosidad, indulgencia, honradez y compromiso. Éstas características también conforman la
definición del liderazgo, por lo que se puede decir que amor como ágape es sinónimo de liderazgo.
Es por esto que cuando lideras con autoridad, estás obligado a dar lo mejor de ti mismo, a amar, a
servir y si es necesario a sacrificarte por los demás. Es así como se llega a la conclusión de que el
amor no consiste en lo que sientes por los demás, sino en lo que haces por ellos.
7. Capítulo V. El entorno
El quinto día el tema principal fue la importancia de crear un ambiente sano en el que la gente pueda
crecer y prosperar. Simeón explicó que nosotros no podemos hacer que las plantas crezcan, aunque
las plantemos, pero sí podemos poner las condiciones adecuadas para que esto ocurra, fertilizando
la tierra, eliminando las hierbas malas y regando las plantas. Lo mismo ocurre en el ambiente de
trabajo.
Todos sabemos como funcionan las cuentas bancarias donde hacemos ingresos y reintegros, esta
metáfora nos enseña que debemos mantener relaciones sanas, a medida que la relación va
desarrollándose, vamos haciendo una serie de movimientos en esas cuentas imaginarias, ingresos o
reintegros, según nos comportemos. Por lo tanto, hacemos ingresos cuando somos sinceros, dignos
de confianza, sabemos escuchar; mientras que hacemos reintegros cuando somos antipáticos,
criticamos a los demás y rompemos promesas
8. Capítulo VI. La Elección
El sexto día, Simeón se dedica a destacar las cuatro etapas en el desarrollo de nuevos hábitos o
destrezas que se aplican al aprendizaje de hábitos buenos y malos, destrezas buenas y malas y
comportamientos buenos y malos.
Éstas etapas se aplican perfectamente al aprendizaje de nuevas destrezas para el liderazgo.
• En la primera etapa (Inconsciente e inexperto) se desconoce el comportamiento o hábito en
cuestión. No se está interesado en aprender esa nueva destreza en la que, por supuesto, se es
inexperto.
• En la segunda etapa (Consciente e inexperto) es en la que eres consciente de un nuevo
comportamiento, pero aún no has desarrollado las destrezas necesarias.
• En la tercera etapa (Consciente y experimentado) es en la cual ya has adquirido las destrezas y te
encuentras cada vez más a gusto con el nuevo comportamiento o con las nuevas técnicas.
• En la cuarta etapa (Inconsciente y experto) un líder no necesita intentar ser buena persona, porque
es buena persona. El comportamiento resulta natural.
9. Capítulo VII. El resultado
El objetivo de Simeón era que los aportes e ideas suyas y de los participantes, produjeran resultados
que mejoren la vida de todos ellos y de las personas que los rodean.
Cada uno fue expresando sus reflexiones:
• Si elegimos dar lo mejor de nosotros mismos y sacrificamos por los demás, tendremos influencia
sobre ellos. Un líder que sabe cómo influenciar a los demás es un líder muy solicitado.
• La misión de forjarse una autoridad sirviendo a aquellos que están bajo su responsabilidad puede
dar a ese hombre, o a esa mujer, un verdadero objetivo en esta vida. Es una misión que conlleva
un propósito y un sentido.
• No olvidemos que la gente se deja convencer más fácilmente por el líder que por el ideario. Una
vez que hayan dado por bueno el líder, darán por bueno cualquier ideario que el líder apoye.
• Si realmente dirigimos con autoridad, si damos lo mejor de nosotros mismos a los otros, estaremos
siguiendo la Regla de Oro. Nuestras vidas serán conformes a la ley de Dios.
• No sé cuál es nuestro destino, pero de una cosa estoy seguro: los únicos que conseguirán ser
realmente felices serán aquellos que hayan intentado ver en qué forma podían servir y que hayan
dado con ella.
10. Epílogo
Los seis participantes del retiro comieron juntos por última vez antes de decirse adiós. En esa última comida se
dedicaron a abrazarse, reír y también a llorar. Propusieron y a su vez prometieron que volvieran a verse en seis
meses.
Finalmente, John y Simeón se dieron un abrazo de despedida, pero antes de partir, John le dijo a Simeón que no
sabía como agradecerle esa semana llena de aprendizaje y que esperaba ser capaz de poner en práctica algo de lo
que he aprendido cuando vuelva a casa. Simeón lo miró fijamente a los ojos y le dijo—Hace mucho tiempo, un
hombre llamado Siro dijo que” de nada vale haber aprendido bien algo si no se hace bien”. Lo harás bien, John,
estoy seguro. El saber que Simeón pensaba que John haría las cosas bien, le dio esperanzas a éste y preguntó qué
por donde debía empezar, a lo que Simeón respondió que por una elección.
John se dispuso a esperar a su esposa y al llegar, la abrazó hasta que ella lo soltó.
“—¡Qué sorpresa! —bromeó—. ¡No recordaba cuándo fue la
última vez que te solté yo primero! Me ha encantado.
—Pues es sólo el primer paso de un nuevo viaje —le contesté
con orgullo.”