1. INSTITUTO DEL DESIERTO DE SANTA
ANA
Innovación Educativa
PROFESORA: Amanda Rivas
ALUMNA: Yazmin Yesenia Puebla Palma
TEMA: Programas Educativos actuales.
Cd. Obregón, Sonora a 17 de Enero del 2015.
2. Introducción
La educación es el pilar fundamental de un país. El conocimiento que se genera a partir de ella se ha
convertido en el motor económico de las sociedades modernas, las cuales afianzan su prosperidad a
través de su innovación tecnológica y la exportación de su capital intelectual. La cuestión es
preocupante si se estima que en México de 100 estudiantes que entran al sistema escolar sólo 36
terminan el bachillerato.
Pese a lo que se podría presuponer, la falta de ingresos no es la principal causa que orilla a los
jóvenes a abandonar sus estudios. Instancias públicas y privadas han desarrollado programas de
apoyo económico para estudiantes de escasos recursos, entre los que destacan: Prepa Sí y Niños
Talento de la asociación Mexicanos Primero. Asimismo, cifras presentadas por la Subsecretaría de
Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP) revelan que, durante el
2012, del 25% de la tasa de deserción escolar en el país, el 15.3%, ocurrió en los sectores de altos
ingresos y sólo el 9.6% en las zonas marginadas. Datos que señalan que el problema va más allá de
las limitaciones económicas de la población.
En palabras de Blanca Heredia, Directora de la Organización de Cooperación y Desarrollo
Económicos (OCDE), el fondo del asunto está “en la falta de calidad en los modelos educativos y de
las oportunidades laborales en México.” La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que
21% de los jóvenes mexicanos entre 14 y 29 años no estudian ni trabajan. “Hecho que a su vez
desencadena otros inconvenientes: por un lado, la incursión en actividades delictivas por parte de
éstos jóvenes para generar ingresos y, por otro, la migración de nuestro capital intelectual a otros
países.
Una vez detectada la posible causa de la deserción educativa ¿por qué no poner empeño a una
mejor calidad en la elaboración de programas educativos realmente competentes?
3. Desarrollo
La educación ha perdido prioridad en la política pública nacional. En el Plan Nacional de Desarrollo
2007-2012, no aparece como prioridad, sino como tercer asunto en el acápite de Igualdad de
Oportunidades. Durante el sexenio en curso, la atención que se le ha dado a los grandes problemas
educativos, que son los de equidad y calidad, ha sido insuficiente y en muchos casos equívoca.
Los problemas de equidad se reflejan en hechos como los siguientes:
México sigue teniendo a una tercera parte de su población, casi la mitad de la misma mayor de 15
años, en situación de rezago educativo, es decir, sin haber concluido la educación básica. La
educación secundaria sigue reportando niveles inaceptables de deserción (sólo dos terceras partes
de los alumnos que ingresan en un año determinado la terminan en tres años), a pesar de que el
nivel es obligatorio desde 1993. Las acciones tendientes a atender educativamente a la población
adulta que tuvo la oportunidad de cursar su educación básica, para mejorar su calidad de vida,
reciben progresivamente menores recursos de parte del gobierno federal. Sin embargo, el derecho
humano a la educación es de todas las personas, por lo que sería de justicia elemental fortalecer
esta actividad.
Las desigualdades socioeconómicas siguen explicando la mayor parte de las desigualdades en el
acceso, la permanencia y, lo que es más alarmante, en el aprendizaje. Hay estudios recientes
(Backhoff, 2011) que muestran que para que un niño pobre logre niveles de aprendizaje
satisfactorios, es necesario que asista a una escuela a la que van niños no pobres. Esto en parte se
debe a que los recursos de todo tipo (de infraestructura, materiales, didáctico, humanos) se siguen
distribuyendo en forma opuesta a como debieran: se da más a los que de antemano se encuentran
en una posición de ventaja socioeconómica, y menos a los que menos tienen. Esto tendría que
cambiar radicalmente.
El curriculum sigue siendo uno mismo para todo el país, siendo que la diversidad cultural del mismo
es enorme. Esto significa que la educación no resulta significativa para una proporción incluso
mayoritaria de niños que no comparten las condiciones del alumno imaginario de clase media urbana
a quien se dirige dicho curriculum. El resultado es el escaso aprendizaje y en muchas ocasiones el
abandono de la escuela, precisamente de los sectores culturalmente más lejanos de la cultura de la
escuela. El curriculum tendría que dejar de ser extrarregulado y prescriptivo, para dar lugar a un
curriculum finalista, donde los resultados esperados de cada grado y nivel educativo queden claros,
4. pero en el que se le deje en libertad a docentes y directivos para adaptar los procesos a las
condiciones del contexto.
Los problemas de calidad, por su parte, se manifiestan parcialmente en los bajos resultados de
aprendizaje que obtienen los alumnos en los ejercicios nacionales e internacionales de evaluación
de los aprendizajes. En ellos resulta que una parte importante de nuestros alumnos (40% en la
escala de lectura en 2009 de la prueba PISA) no obtiene las competencias consideradas necesarias
para sobrevivir en la sociedad actual de acuerdo con parámetros internacionales (prueba
PISA). Incluso evaluados con nuestro curriculum (prueba ENLACE), un porcentaje mayoritario (60%
en español y primaria y 83% en español en secundaria) se encuentra por debajo del nivel básico. En
gran parte estos problemas de deficiencias en la calidad de los aprendizajes se derivan del
predominio en las aulas de un modelo pedagógico de corte transmisionista que se centra en el
maestro, se dirige al grupo completo y privilegia la memoria sobre la comprensión y la crítica. Este
modelo privilegia los conocimientos por encima de las habilidades y los valores. Los maestros
tienden a reproducir la manera como ellos fueron formados, y desgraciadamente, siguen formándose
de la misma manera. Habría que ir transformando este modelo transmisionista en un verdadero
constructivista que convierte a los alumnos, individual y colectivamente, en agentes activos de su
propio aprendizaje. En lugar de privilegiar, en este curriculum finalista, los conocimientos, habría que
darle mucha mayor importancia a las habilidades básicas (escuchar con atención, hablar con
precisión, leer con comprensión, escribir con eficacia comunicativa) y a las superiores de
pensamiento (analizar, sintetizar, deducir, inducir, inferir, discernir), entre las cuales una de las más
importantes es aprender a aprender y aprender a querer aprender. También habría que darle una
importancia mucho mayor a la que actualmente se da en las escuelas y en las aulas a la formación
para la convivencia y la ciudadanía democrática, es decir, a la formación en valores.
En el fondo tenemos un problema grave de formación inicial de los docentes, y deficiencias
importantes en el desarrollo de los procesos de actualización y desarrollo profesional. El docente es
el principal factor capaz de mejorar la calidad educativa (la calidad educativa no puede ser mayor
que la calidad de los docentes, según dice el informe McKinzie), por lo que parece indispensable
priorizar una política docente congruente desde la selección de los aspirantes a formarse para ser
docentes, pasando por su formación inicial, su selección para el servicio, su actualización
permanente y su carrera docente, tal y como lo sugiere la OCDE en sus recomendaciones para
México. Estos docentes tendrán que poder trabajar en escuelas que cuenten con un liderazgo
académico de su director, que gocen de cierto grado de autonomía para tomar decisiones, y que
asuman la responsabilidad del mejoramiento continuo de su planta docente y de la calidad de la
educación que imparten. Para ello, es muy conveniente que el sistema educativo considere la
5. importancia de estructurar un sistema de apoyo de naturaleza pedagógica y vigilante de la equidad
centrado en la escuela y cercano a ella, para lo cual parecería necesario profundizar en la
descentralización educativa, que quedó trunca, para hacerla realidad en unidades más pequeñas y
viables, con personal capacitado para atender las búsquedas de cada escuela singular para mejorar
el aprendizaje de sus alumnos con equidad y pertinencia.
Hay muchas otras cosas que habría que hacer para volver a hacer de la educación una prioridad
nacional y contar con las bases para realmente ir mejorando la calidad y la equidad de la base de
nuestra pirámide educativa. Pero basten éstas para iniciar una reflexión sobre medidas necesarias y
posibles. Es importante que la sociedad informada tenga la capacidad de proponer y vigilar la
puesta en marcha de reformas de esta naturaleza. La sociedad también tiene que convertir a la
educación de nuestro país, y a su mejoramiento con equidad, en una prioridad.
6. Conclusión
La solución al problema de la deserción escolar en México está en canalizar los ingresos
económicos al mejoramiento de los contenidos y no de los planteles. En apostar por el capital
intelectual más que por el material. En comenzar a entender que es la educación, por encima de
todo, la fuente que posicionará a México en la escala de la competencia mundial.