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Revista Complutense de Educación                                          ISSN: 1130-2496
Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279


   La Orientación Educativa: referente obligado
    en la formación de los actuales educadores
                               NARCISO GARCÍA NIETO
                          Catedrático de la Facultad de Educación
                           Universidad Complutense de Madrid




                                        RESUMEN

    En nuestra Facultad de Educación se forman educadores de distinto tipo y con dife-
rentes niveles de profundidad y proyección social: Maestros, educadores sociales, peda-
gogos y psicopedagogos. Cada grupo de estos profesionales va a desempeñar tareas edu-
cativas diferentes, pero todos ellos tienen como base común la de ser educadores. Dentro
de esta condición de educador, es de subrayar que la función y dimensión orientadora y
tutorial es fundamental y decisiva para todos ellos. Por lo que la formación en esta pers-
pectiva ha de ser una de las facetas que debe constituir el punto de enlace entre todos
estos profesionales.
    El presente artículo justifica la necesidad de formar a estos futuros profesionales en
habilidades, competencias y destrezas, todas ellas relacionadas con la disciplina de la
orientación educativa en sus diferentes modalidades: académica, profesional, personal,
familiar, ocupacional, etc.No parece que los actuales planes de estudios impartidos en
nuestra facultad estén siendo sensibles a esta dimensión tutorial-orientadora, acusando
lagunas lamentables en la formación de los estudiantes actuales, como bien lo prueba la
ausencia de materias, troncales y obligatorias, en sus respectivos currícula.

    Palabras clave: Orientación educativa, función tutorial, formación de profe-
sionales de la educación: maestros, educadores sociales, pedagogos y psicopedago-
gos, currículum.


                                        ABSTRACT

    In our Faculty of Education professionals of diverse types and different back-
grounds and social future are formed: Teachers, Social Educators, Pedagogues, Psycho-
pedagogues… Each of these groups are going to have different educative works, but

                                           251
Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


all of them have as a similar base to be educators in the future. Inside this educator
condition it is necessary to point out that the guidance and tutorial function and dimen-
sion is fundamental and decisive for all of them. Owing to this fact the educative pro-
cess within this perspective has to be one of the nexus among all these professionals.
     This article justifies the necessity to form theses group in abilities, competences,
skills, all of them in relation to the Guidance Discipline in its diverse modalities: aca-
demic, professional, personal, familiar, etc. Actual curriculums not seem to be sensi-
tive about this tutorial-guidance dimension. Lamentable holes within the students’ lear-
ning acquisitions are evident, as it is showed by the non-existence of main and
obligatory Disciplines in their respective curriculums.

     Key words: ATENCIÓN, FALTA LA TRADUCCIÓN DE PALABRAS CLAVE.




1.   Introducción: la Orientación Educativa en el actual contexto escolar

    Nuestro entorno europeo sitúa los aspectos, formativos, orientadores y
tutoriales de la educación como uno de los referentes fundamentales que ésta
debe tener presentes si aspira a un mínimum de calidad. Es un referente obli-
gado para la educación actual que ésta incluya y tenga en cuenta algunos aspec-
tos íntimamente ligados a la función orientadora y tutorial del actual profe-
sorado. Son de destacar, al respecto, algunos criterios o principios como los
siguientes:

     —    Se concibe la orientación y la tutoría como facetas esenciales de la edu-
          cación inmersas en el currículum e inseparablemente unidas a él.
     —    Se aspira a conseguir un desarrollo integral y armónico de la perso-
          nalidad del alumno en todas sus facetas, no sólo en las instructivas sino
          en las formativas.
     —    Se busca una individualización educativa que se singularice en las
          peculiaridades de cada alumno en concreto mediante las oportunas
          medidas de atención a la diversidad.
     —    Se intenta que sea una educación desde la vida y para la vida.
     —    Se pretende que sea un aprendizaje significativo, constructivo, fun-
          cional y vivencial
     —    También se procura la consecución de un aprendizaje activo, partici-
          pativo y significativo.

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Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


    —     Se desea que haya paridad entre los contenidos cognoscitivos, los acti-
          tudinales y los procedimentales contemplados en el currículum.
    —     Se busca la existencia de un difícil equilibrio entre la comprensividad
          y la diversidad del alumnado.
    —     Se señala la consideración de la orientación educativa como un factor
          de calidad al servicio de los sistemas educativos.

    Estos deseos y principios, de los que nadie duda en nuestro entorno euro-
peo, al llevarlos a su aplicación a la práctica suponen la asignación de unos nue-
vos roles y cambios en la función docente que comportan una forma de actua-
ción diferente, importante y, en cierto modo, comprometida para los actuales
profesores. Así para la consecución de los deseos anteriormente expresados, se
ha hecho preciso pasar: De la estrechez del programa, a la amplitud del currí-
culum; del control disciplinar, a la motivación interna de la alumnado; del maes-
tro que enseña, al alumno que aprende; del maestro como transmisor de cono-
cimientos, al maestro mediador del aprendizaje; del profesor, eminentemente
docente, al de maestro, sobre todo, orientador.
    Los aspectos mencionados describen un marco en el que encuadra per-
fectamente la necesidad de formación de los presentes y futuros educadores
en los aspectos orientadores, tutoriales y formativos que son de los que noso-
tros nos vamos a ocupar aquí. Si algún rasgo define a la práctica de la Orien-
tación Educativa actual, en contraste con la que hasta ahora tan precariamente
había existido, es considerarla como una faceta esencial e inseparable del pro-
ceso educativo; debe estar inmersa en el currículum, como parte integrante
de él; se le confía a todo profesor como un cometido esencial, considerando
que todo profesor, por el mero hecho de serlo, es, también y demás, educa-
dor y orientador.
    Esta faceta, que bien podemos denominar orientadora, tutorial y formati-
va de la educación viene a soldar la profunda brecha existente entre los conte-
nidos culturales y de tipo cognoscitivo, con aquellos otros que son, más bien,
de corte formativo-orientadores, que siempre debieron ir estrechamente liga-
dos e imbricados los unos con los otros en el currículum, pero que, con fre-
cuencia, no ha sucedido así. Ello significa asumir una nueva mentalidad y for-
ma de actuación de los educadores y maestros a la que no estábamos muy
acostumbrados y que está encontrando sus dificultades en la práctica, debido
a que choca con un tipo de mentalidad, no muy infrecuente, de creer que el rol
del profesor empieza y termina con la impartición o transmisión de unos con-
tenidos o programas que hay que trasladar al alumnado, sin más y al margen
de cualquier otro objetivo o responsabilidad. Se ha corrido así el peligro de des-

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Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


ligar los aspectos instructivos de la educación con los verdaderamente educa-
tivos que suponen una necesaria referencia a normas, valores, actitudes y pos-
turas frente a la vida, etc.
     No está resultando fácil este cambio de mentalidad ni de actitudes para los
actuales educadores, por lo que va a ser preciso insistir en ello y tenerlo muy
presente ya en su misma formación para los actuales maestros y profesores,
alguno de los cuales salen de nuestra facultad, bien como maestros, en cual-
quiera de sus siete especialidades; bien como diplomados en educación social;
bien como pedagogos o psicopedagogos; o como licenciados en el resto de dis-
ciplinas con incidencia y repercusión en la enseñanza, preparados mediante el
C.A.P. a cargo del I.C.E. de nuestra universidad y estrechamente ligado a nues-
tra Facultad de Educación
     Con esta exposición, pretendemos justificar la necesidad de una formación
de nuestro actual alumnado más a tono con las necesidades educativas del
momento para todos los educadores, sobre todo, para los que se forman en nues-
tra facultad, intensificando en su formación la perspectiva de la Orientación
Educativa. No haber considerado suficientemente esta estrecha relación entre
lo instructivo y lo educativo ha podido ser una de las causas por las que hayan
salido a la luz frecuentes quejas y denuncias sociales hacia la educación actual,
como ha ocurrido, por ejemplo, a propósito de problemas tan recientes como
el denominado, vulgarmente, problema del botellón, o el de la violencia esco-
lar, etc. Se les reprocha a los centros educativos, a los profesores y maestros
no estar al alcance de las circunstancias, afrentándoles con incómodas, y a
veces, injustas e impertinentes preguntas como las siguientes. ¿Qué les ense-
ñan a los niños y adolescentes en la escuela? ¿Qué hacen con ellos en los cole-
gios? ¿En qué se les nota que están educándose con maestros y educadores?,
etc. En el fondo, interpretamos que se quiere denunciar con todo ello el hecho
de que la escuela se está limitando a enseñar conocimientos y programas pero
no está trabajando suficientemente el campo de las actitudes, los valores y los
comportamientos. Aspectos todos ellos muy ligados a la dimensión orientado-
ra y tutorial de la educación que, sobre todo y ante todo, es una tarea formati-
va y educativa imprescindible e irrenunciable en cualquier tipo de educación
bien entendida.
     Esta nueva visión, que, por cierto, es muy antigua en la educación de todos
los tiempos, supone una nueva mentalidad y forma de actuar de los educado-
res a la que nos estábamos desacostumbrando. En algunos de los profesores se
ha llegado a generalizar la creencia de que todo su cometido comienza y ter-
mina con la explicación de unos contenidos culturales o programas de alguna
materia del currículum, lo que supone un claro reduccionismo de la educación.

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No va a ser fácil este cambio de mentalidad ni de actitudes educativas. Algu-
nos profesores actuales no quieren y rechazan positivamente ser tutores o lo
hacen un tanto a la ligera y sin considerar las responsabilidades que tal hecho
lleva consigo.
    Nos parece una responsabilidad, compartida, la que tenemos contraída tan-
to de los que educan en la práctica como de los que forman a quienes serán
educadores en un futuro próximo. Unos deberemos sensibilizar a nuestro actual
alumnado en esta faceta educativa y otros deberán llevarla a la práctica con los
niños, los adolescentes y los jóvenes. Bueno será que unos y otros asumamos
la importante parte que nos corresponde, muy conscientes de que la faceta orien-
tadora y tutorial se sustenta, irremediablemente, en el cuerpo profesoral y sin
contar con su contribución y protagonismo no llegará a buen puerto la educa-
ción y carecerá de la tan cacareada calidad educativa, que será una vez más
sofocada y no irá más allá de bonitos deseos e ilusiones sin ninguna inciden-
cia real en la práctica. Será preciso hacer tomar conciencia, sensibilizar y pre-
parar a los futuros profesionales de la educación, en la dimensión orientadora
y tutorial del alumnado, porque sobre ellos, en buena medida, va a pivotar y,
de su buen o mal hacer, va a depender, en buena medida, el éxito o fracaso de
la educación actual.


2.   Cambios en la formación de los actuales docentes

    Si algo es claro, en estos nuevos tiempos, en lo que a educación se refie-
re, es que la escuela no puede seguir siendo la que era ni la figura del edu-
cador o maestro puede seguir siendo la misma. Perfilar las nuevas señas de
identidad del maestro actual es una labor arriesgada, dificultosa y, tal vez, no
bien comprendida. Pero en cualquier caso, no puede prescindirse hoy en su
formación de la faceta orientadora y tutorial que en la actualidad se le exige
y encomienda al maestro y que está encontrando no pocas resistencias e in-
convenientes.
    Es cierto que, donde ha habido un buen maestro o educador, siempre ha
habido un orientador que ha marcado pautas y caminos a los alumnos, escla-
reciendo sus dudas e incertidumbres, así como modelando sus comportamien-
tos. En este sentido, la orientación no es una tarea nueva, sino tan antigua como
la misma escuela. Sin embargo, actualmente, lo novedoso reside en que se tra-
ta de dar consistencia a la función orientadora. Una cosa es orientar de una for-
ma casual, esporádica y basada en el puro voluntarismo y la improvisación y
otra, muy distinta, es hacerlo de una forma sistemática, rigurosa, bien planifi-

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Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


cada y formando una parte esencial de un currículum que se intenta que sea de
calidad.
    Nuestra actual normativa afirma con contundencia que todo profesor, por
el mero hecho de serlo, es a la vez, orientador, MEC (1990). Une la función
docente con la orientadora y tutorial de una forma inseparable y considera la
Orientación Educativa como una medida de calidad educativa, MEC (1990).
Ello significa un cambio importante en la función docente y, por tanto, con
serias repercusiones para su formación. Se trata de hacer de la orientación y la
función tutorial un elemento dinamizador e innovador de la educación, capaz
de dar respuesta a las necesidades globales del alumnado, procurando que el
proceso educativo tenga un sentido de unidad y coherencia, rompiendo así con
las antinomias que frecuentemente han tenido lugar en la educación sin que
haya resultado fácil resolverlas: instrucción vs. formación; letras vs. ciencias;
ciencia vs. técnica; etc.
    En este intento de enriquecer el proceso educativo, dando unidad a lo ins-
tructivo y lo educativo; intentando armonizar los intereses generales con los
particulares; el individuo con el grupo; lo personal con lo social; lo académi-
co con lo vivencial; etc. va a jugar un papel, decisivo y nada fácil, la figura del
nuevo educador. Lo que, a su vez, supone la formación del maestreo desde una
nueva perspectiva. Será preciso que el currículum de todo maestro o educador
esté impregnado de la disciplina de orientación como una de sus contenidos
más sustantivos, que hará posible contribuir a una educación más acorde con
las necesidades del alumnado y la sociedad actuales. Y si alguna necesidad es
apremiante en el alumnado actual es la demanda y necesidad de ser orientados
y asesorados en un mundo lleno de complejidad y no exento de cierta oscuri-
dad y confusión. Desde aquí es desde donde queremos justificar la necesidad
de la disciplina de orientación en la formación de los educadores y que tiene
mucho que aportar a todos los títulos que se imparten en nuestra facultad: Diplo-
matura de Magisterio, Diplomatura de Educación Social, Licenciatura en
Pedagogía, y Licenciatura en Psicopedgogía. En el currículum de todos estos
profesionales debe estar incluida la orientación aunque, por supuesto, sea con
niveles de profundidad y extensión diferentes. De hecho, en todos estos títu-
los hay alguna escasa materia o asignatura relacionada con la orientación y la
función tutorial.
    Pero la consideración de los actuales planes de estudio de nuestra facultad
llevan inevitablemente a un doloroso lamento que nace de una profunda decep-
ción. Desde los estudios pedagógicos se lleva más de medio siglo abogando
por una presencia real de la orientación en el sistema educativo; intentando
demostrar que la orientación es necesaria en todos los centros; que en ella resi-

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Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


de un verdadero potencial de auténtica calidad educativa;... Sin que nadie
hiciera mucho caso, hasta hace poco tiempo, a estos deseos y recomendacio-
nes. Por fin, cuando parece que el eco de este lamento llegó a resonar en las
autoridades educativas, concediéndole una importante entrada a la orientación
en el sistema educativo, resulta que se elaboran unos planes de estudio para
los diferentes títulos que se imparten en las facultades de educación que se
desentienden y dejan muy disminuida, sino en ausencia total, la presencia de
la orientación en el nuevo currículum de maestros, educadores sociales y peda-
gogos.
    Lamentable realidad y contundente decepción. Sirva como prueba, consta-
tar que, por lo que se refiere a los planes de estudio de la Universidad Com-
plutense, en los títulos de magisterio, educación social y pedagogía no hay nin-
guna materia, ni troncal ni obligatoria, referida a orientación. Con lo que habría
que invocar aquello de «demasiado tarde y demasiado poco».



3.   La orientación en el currículum de los títulos de Magisterio

Justificación

     Ya ha quedado dicho que nuestra actual normativa concibe la tarea docen-
te inseparablemente unida a la de educador, tutor, orientador... El quehacer del
maestro no termina con enseñar unos programas y con la transmisión de una
cultura que, por interesante y necesaria que sea, no es el único cometido exi-
gible a un maestro o profesor. El maestro debe ser formado con relación a la
orientación educativa desde una triple perspectiva:

     —    Es un agente de la orientación, en la parte que le corresponde, median-
          te el desempeño de la función tutorial que, para que sea eficaz, debe
          estar estrechamente ligada al departamento de orientación de los cen-
          tros. El maestro debe ser quien lleve a cabo el Plan de Acción Tuto-
          rial con el grupo de sus alumnos. Función orientadora fundamental,
          imprescindible y del todo necesaria.
     —    Es un destinatario de la orientación: Los técnicos y especialistas
          —psicólogos, pedagogos, psicopedagogos, orientadores...— pondrán
          en manos del maestro aquellos programas, aquellas medias y recur-
          sos, aquel asesoramiento que respalde y justifique la acción orienta-
          dora del maestro. En el modelo de consulta pueden encontrar los maes-

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          tros un apoyo para cumplir con rigor su tarea. Sobre todo, en lo que
          se refiera a casos problemáticos o de especial dificultad.
    —     Es un colaborador de la intervención orientadora y psicopedagógi-
          ca: Para que la orientación cuente con un mínimum de eficacia, supo-
          ne implicación de todos los agentes educativos. La hemos de consi-
          derar como una tarea colaborativa y de equipo. El maestro es un
          elemento clave al servicio de la orientación, contribuyendo con su
          experiencia, con el conocimiento vivencial que le aporta el trato dia-
          rio con los alumnos, para dar y recibir sugerencias, diseñar y aplicar
          programas de orientación, realizar adaptaciones curriculares...

    Toda esta función orientadora del maestro se concreta en su cualidad de pro-
fesor tutor. Ello nos lleva a dedicar unas breves reflexiones sobre la función
tutorial del educador que ya hemos tratado abundantemente en otras ocasiones
García Nieto (1990 y 1996), lo que nos permitirá ser en ésta más breves y sin-
téticos
    La función tutorial ha recobrado tal importancia en los últimos años que
han aparecido sobre ella un sinfín de tratados, libros, textos y programas. Segu-
ramente que todo lo relacionado con la tutoría es uno de los temas más fecun-
dos del actual ámbito educativo. Aquí nos fijaremos específicamente en los
aspectos diferenciales de la orientación y la tutoría, más estrechamente rela-
cionados con el maestro, como son la tutoría en Educación Infantil y la Tuto-
ría en Educación Primaria.
    Las siete especialidades de los actuales títulos de magisterio que se impar-
ten en nuestra facultad son un buen indicador de la variedad y riqueza de mati-
ces en que la profesión del maestro pueden concretarse. Sin embargo, todos
ellos cuentan con una base de formación curricular común, por lo que justifi-
caremos la faceta tutorial y orientadora per modum unius, aunque diferen-
ciándolos sobre todo, en razón de las edades del alumnado.


3.1.    Orientación y tutoría en Educación Infantil

    La Obligatoriedad y gratuidad de la educación en esta etapa, es un logro,
unánimemente aplaudido, por todos los agentes y estamentos de nuestra socie-
dad. Al fin, se ha plasmado en nuestro sistema educativo una mejora que, en
otros piases, ya décadas que lo están disfrutando y que ha sido una larga lucha
y reivindicación de muchos de los colectivos cercanos e interesados en la edu-
cación.

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Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


    En esta etapa, la situación educativa es teóricamente muy ventajosa si se
tiene en cuenta que en ella la función tutorial y la instructiva se funden en una
misma cosa y en una misma persona, que es el maestro único para todo el gru-
po de alumnos.


Breve caracterización de la etapa

    El desarrollo madurativo global del niño de esta edad es el objetivo prio-
ritario del currículum de esta etapa: De este desarrollo va a depender, en bue-
na medida, toda ulterior progresión del sujeto a lo largo de su escolaridad, al
ser en la que se sientan las bases fundamentales del aprendizaje y se procura
la madurez suficiente para acometer, posteriormente, tareas y objetivos más exi-
gentes. La plasticidad del organismo del niño a esta edad; la capacidad recep-
tiva; la repercusión que pueden tener los estímulos ambientales; y la satisfac-
ción de necesidades de este alumnado, por definición inmaduro y dependiente,
es vital para el desarrollo global, en todos los órdenes. Las tres áreas curricu-
lares que establece el currículum oficial: Identidad y autonomía personal; el
medio físico y social; y la de comunicación y representación, son un medio para
conseguir un desarrollo global del niño.
    La normativa actual sobre esta etapa (como puede verse en el Real Decre-
to 1.333, de Septiembre de 1991), impone a la función educativa de este maes-
tro unos matices que son claramente tutoriales y orientadores, no nos detene-
mos en justificarlos porque se justifican por sí mismos: La estimulación, la
prevención, la compensación, la detección temprana de sujetos de riesgo y la
atención especializada si hubiere lugar a ella. Una especial mención merece la
conexión que el tutor de esta etapa debe tener con los padres y las familias. Lo
que supone un entrenamiento de este maestro lleno de delicadeza y tacto para
saber establecer con las familias un clima cálido de cooperación e implicación
de los padres, así como saber estar atento a sus demandas y necesidades edu-
cativas que inevitablemente van a repercutir en los hijos.


Líneas de acción orientadora y tutorial en Educación Infantil

    De lo dicho, se deduce que, además de la preparación, científica y técnica
que requiere el maestro de esta etapa, la dimensión tutorial y orientadora es
decisiva para saber llevar a cabo programas de prevención, de estimulación,
de compensación y de análisis de necesidades y carencias del alumnado de esta

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Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


edad. Sin embargo, el currículum actual de nuestra facultad, para el título de
maestro, sólo cuenta, como se ha dicho, con un par de asignaturas optativas, a
toda luz insuficientes: «El maestro y la acción tutorial» y «Orientación esco-
lar». Es de observar además que estas dos asignaturas sólo se imparten con
carácter optativo en dos especialidades y no en las siete existentes para magis-
terio.
    El desarrollo madurativo del niño en cuanto a percepción, psicomotricidad,
lenguaje, socialización... deberán ser objeto de la máxima atención del maes-
tro. En íntima conexión con el Departamento de Orientación y los Equipos
Interdisciplinares, deberá recoger, valorar e interpretar los antecedentes peri-
natales de tipo médico, familiar, demográfico y social por la gran incidencia
que tienen en la evolución personal y escolar del niño condicionando, a veces
determinando, su ulterior desarrollo.



3.2.    Orientación y tutoría en Educación Primaria

Breve caracterización de la etapa

    La finalidad educativa de la enseñanza obligatoria, que se inicia en esta eta-
pa, es la de procurar que el niño realice los aprendizajes necesarios para saber
vivir e integrarse en la sociedad, de una forma crítica y creativa, procurando
que el proceso de enseñanza le resulte gratificante. Se pretende un desarrollo
integral de la persona y el logro de la propia autonomía y de su identidad per-
sonal y social. Las dimensiones de la personalidad del niño a cultivar en esta
etapa, pueden agruparse, un tanto simplificadamente, en los tres ámbitos
siguientes:

    —     Desarrollo de la autonomía personal: Se trata de que el alumno vaya
          adquiriendo una autonomía de acción en el medio en el que se desen-
          vuelve, como señala el decreto Curricular Base de la Etapa, MEC
          (1992). Para ello, se debe impulsar el desenvolvimiento y la acción
          autónoma en el medio, desarrollando las capacidades motrices y de
          dominio espacio-temporal, la observación de la realidad circundante
          y de un pensamiento, reflexivo y crítico, para favorecer la elaboración
          de criterios personales y de ideas creativas.
    —     En el ámbito de la socialización, la Educación Primaria, como tam-
          bién se indica en el Decreto Curricular Base de la Etapa, MEC (íbi-

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Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


          dem), pretende proporcionar al niño un medio estimulante y rico en
          relaciones personales con los compañeros y con los adultos, a través
          del juego, la comunicación, el dialogo y el trabajo cooperativo, favo-
          reciendo el desarrollo de la participación, la responsabilidad, el res-
          peto y el sentido crítico.
    —     Adquisición de los aprendizajes instrumentales básicos: Es el momen-
          to de iniciar al niño en las destrezas y rudimentos culturales, básicos,
          que le permitan interpretar distintos tipos de lenguajes y utilizar recur-
          sos expresivos capaces de aumentar su capacidad comunicativa. Es un
          momento de iniciación, adiestramiento y perfeccionamiento de las
          habilidades y contenidos culturales básicos —lectura, escritura y cál-
          culo—, así como la adquisición de conceptos, procedimientos y acti-
          tudes necesarios para interpretar el medio en el que viven e iniciarse
          en él de una forma activa.


Líneas de acción orientadora y tutorial

    También en esta etapa se da una relación personal educador / educando,
maestro / alumno, muy unificada, si se tiene en cuenta que el maestro lo es para
todo el grupo y para casi todas las áreas curriculares, con lo que la función
docente y la tutorial van estrechamente entrelazadas y unificadas en la perso-
na del maestro. Es de tener muy presente que la acción tutorial no debe olvi-
dar que su preocupación ha de ser el individuo integral y que, por tanto, con-
viene poner el énfasis en aspectos tales como los valores, las normas, los hábitos
y las actitudes. La acción tutorial requiere desarrollar una relación personal con
cada alumno para adecuar la intervención a sus necesidades singulares y espe-
cíficas.
    Al mismo tiempo, la acción tutorial tiene otros objetivos como son: la
cohesión del grupo clase; la prevención de conflictos; el seguimiento global
de los aprendizajes; la canalización de información hacia otros profesores y
la familia; la relación con otros grupos, etc. Para alcanzar estos objetivos, el
tutor deberá llevar a cabo acciones como: entrevistas personales con el alum-
no y las familias; detección de problemas, deficiencias y necesidades; acti-
vidades para facilitar el conocimiento de los alumnos favoreciendo la con-
vivencia, la buena integración y cohesión grupal; sin olvidar otras acciones
que el tutor deberá establecer con el resto del profesorado y que hacen refe-
rencia a programas, contenidos, metodología, actividades, seguimiento, eva-
luación, etc.

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                                                             Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


    Como es obvio, para realizar todo lo mencionado, no basta con la acción
puntual y voluntariosa de cada tutor. Es necesario que el centro se correspon-
sabilice y cuente con una estructura de su red tutorial que garantice la eficacia
de las intervenciones contando con los apoyos necesarios, tanto internos como
externos: Departamento de Orientación, coordinación de la red tutorial, profe-
sores de apoyo, equipo interdisciplinar del sector, etc.
    Oficialmente, se señalan unas líneas de acción tutorial específicas y dife-
renciales de esta etapa: Enseñar a ser persona, enseñar a convivir y enseñar a
pensar. Esto no quiere decir que, en modo alguno, se trate de añadir nuevos
contenidos a los ya existentes en las siete áreas curriculares de obligada pres-
cripción (Conocimiento del Medio Natural, Cultural y Social; Educación Artís-
tica; Educación Física; Lengua Castellana, en su caso también la autonómi-
ca y Literatura; Lengua Extranjera; Matemáticas); se trata de llevar a cabo
programas de intervención en el sentido descrito, pero vinculados a los conte-
nidos concretos de las áreas y temas de estudio establecidos. Con ellos debe
contribuirse a:

    —     Enseñar a ser persona o formación de la propia identidad: Es decir,
          ser uno y diferenciado, adquirir una imagen positiva de sí mismo,
          tomar conciencia de las propias capacidades, saberse útil y valora-
          do por los demás. Todo tan estrechamente relacionado con el auto-
          concepto, la autoimagen y la autoestima, que tan decisiva influencia
          van a jugar en el futuro del niño. Son dimensiones de la personali-
          dad tan importantes y decisivas que, por sí mismas, ya justificarían
          la acción educativa del tutor. La identidad personal se construye a
          partir de las propias experiencias y de las valoraciones procedentes
          de las personas significativas que conviven con el niño: padres, pro-
          fesores, compañeros. El medio escolar tiene una extraordinaria
          influencia sobre la imagen y el autoconcepto que los niños se for-
          man de sí mismos.
    —     Enseñar a convivir: Es tanto como enseñar a comunicarse, ser soli-
          dario y cooperador, respetar las reglas de juego acordadas, aceptar las
          normas de convivencia, ayudar a los demás, saber entenderse con los
          otros a través del dialogo. La gran ventaja de estos aprendizajes en la
          escuela es que pueden aprenderse por la práctica, por la misma vida
          en grupo, por la experiencia, que es la mejor forma de aprender. Para
          favorecer esta integración social y potenciar las habilidades sociales
          básicas, el tutor podrá intervenir sobre el propio individuo, sobre el
          grupo, mediante la modalidad de agrupamientos flexibles de alumnos,

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          con actitudes personales de respeto, justicia y cordialidad... En el ámbi-
          to de la socialización del alumnado de esta edad, tres elementos son
          destacables:
          •   Las conductas asertivas o aquellas por las que el sujeto protege sus
              legítimos intereses, rechazando con firmeza, pero sin violencia, y
              si es necesario, concesiones no razonables e ilógicas.
          •   Las habilidades sociales o capacidades específicas que permiten a
              una persona, de forma competente, realizar una tarea social o de
              relación interpersonal.
          •   La competencia social: Juicio positivo de la propia actuación por
              parte de los demás.
    —     Enseñar a pensar: Constituye la línea de acción tutorial más cercana
          a los aprendizajes escolares. Se trataría de enseñar estrategias de pen-
          samiento capaces de favorecer el desarrollo mental del sujeto, enri-
          queciendo sus posibilidades y estructuras mentales. El aprendizaje de
          estrategias generales de pensamiento ha de ser objeto de instrucción
          que puede y debe realizarse a través de las diferentes áreas y que apa-
          rece como objetivo explícito en alguna de ellas. La culminación de
          aprender a pensar está en aprender a aprender. Conocimiento y pen-
          samiento son dos aspectos interdependientes entre sí, pero distintos.
          El pensamiento hábil es la capacidad de aplicar el conocimiento de un
          modo eficaz. Ante la necesidad, frecuente, de dar respuesta a los alum-
          nos que presentan alguna limitación cognitiva que les impide obtener
          un adecuado rendimiento escolar, se han desarrollado con éxito en
          estos últimos años una cantidad considerable de programas con el obje-
          tivo de mejorar la inteligencia. Generalmente, incluyen estrategias de
          cuatro modalidades diferentes: Solución de problemas, creatividad,
          razonamiento deductivo y metacognición. Atendiendo a los objetivos
          que los diferentes programas pretenden se pueden agrupar en cinco
          categorías:
          •   Programas que se centran en la enseñanza de determinados proce-
              sos o habilidades cognitivas básicas, que se suponen esenciales para
              la competencia intelectual o que se cree componente de esta, como
              por ejemplo y modo de muestra pueden ser los siguientes: Pro-
              grama de Enriquecimiento Instrumental, de R. Feuerstein y col.
              (1991); o el Proyecto de Mejora de la Inteligencia de Harvard;
              Programas para enseñar a pensar, de Nickerson (1987); Desa-
              rrollo de habilidades mentales básicas, de García Nieto y col.

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              (1994); el programa PROGRESINT, de Yuste (1995); Aprender a
              pensar y pensar para aprender, de Torre Puente (1996)...
          •   Programas que resaltan la importancia de determinados métodos
              de pensamiento, como el Programa CORT, de De Bono.
          •   Programas que pretenden promover el pensamiento operativo for-
              mal de materias curriculares, como los Programas de Comprensión
              Lectora.
          •   Programas que tratan fundamentalmente de la manipulación sim-
              bólica del Lenguaje Interior y Autoinstrucciones, de Meichenbaum.
          •   Programas que se centran en el pensamiento como materia de estu-
              dio, como el programa de Filosofía para niños, de Lipman.

     La simple enumeración de los campos tutoriales señalados bien pueden
hacer caer en la cuenta de la complejidad y dificultad que entraña, para un maes-
tro-tutor de esta etapa saber conjugar, en una mezcla atractiva y motivante, los
aspectos instructivos y culturales con los otros factores de desarrollo humano,
sociorrelacionales y afectivos.
     Como cierre de este apartado, no queremos terminar sin formular un lamen-
to, tan dolido como necesitado de escucha. La normativa actual establece, con
carácter obligatorio, los Departamentos de Orientación en la Educación Secun-
daria, pero no hace lo mismo con los centros de Educación Infantil y Prima-
ria, dejando la orientación en manos del profesor tutor, quien, en muchas oca-
siones, no cuenta con ningún tipo de respaldo ni apoyo especializado, salvo el
que puedan ofrecer los equipos interdisciplinares de zona, en los centros de inte-
gración, que casi siempre es, por desgracia y escasez de recursos, esporádico,
lento y, frecuentemente, a destiempo. Esta situación es desafortunada, injusti-
ficable e insostenible: Se explica así el desánimo, el desagrado y la impoten-
cia que acusan muchos de los estos profesores tutores al querer desempeñar efi-
cazmente las tareas que tienen asignadas.


4.   La Orientación en el currículum de los diplomados
     en Educación Social

Justificación

    Los planes de estudio de la Diplomatura de Educación Social también debe-
rían incluir algunas materias y asignaturas relacionadas con la orientación. Pues

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bien, concretamente en ella se imparte una única asignatura, por supuesto opta-
tiva, referida a orientación: «Orientación y formación laboral».
    La Diplomatura de Educación Social, intenta formar educadores que, de
suyo y en sí, no ejercen la educación en el ámbito formal o perteneciente al
sistema educativo reglado. Estos estudios tienen como objetivo formar profe-
sionales de la educación para actuar en contextos un tanto dispares y de no fácil
delimitación. Los contextos más frecuentes de intervención de este profesio-
nal suelen ser los sociocomunitarios. Cada vez más, la sociedad está concien-
ciada en dar una oportunidad educativa a los que no la tuvieron ni a su debido
tiempo ni en un nivel mínimo de calidad. También es unánime el interés, al
menos teórico, puesto de manifiesto por la sociedad, con todos los sectores de
población que deben ser reinsertados, reconvertidos, readaptados e integrados
en el mundo laboral que les cierra herméticamente sus puertas si no disponen
de un mínimum de cultura.
    Por eso, no hay concejalía de cultura de cualquier ayuntamiento de tipo
medio, consejería de cultura o promoción social de las comunidades autóno-
mas u otras muchas entidades, públicas y privadas, que no sientan el deseo o
pretensión de cualificar mediante la educación, a grupos marginales, etnias
desfavorecidas, inmigrantes, grupos de riesgo, etc. en los que se requiere una
intervención educativa específica, como medio de promoción humana. Nadie
más indicados que los educadores sociales para llevarla a cabo.



Modalidad de intervención

    Es este un tipo de diplomado ejerce la educación, casi siempre, desde una
modalidad no académica y formal, estrechamente relacionada con la promo-
ción social y la reinserción laboral. Precisamente así nació y con estos matices
la orientación en los tiempos de Parsons en lo comienzos del siglo veinte. De
forma que aquí educación, promoción, formación, orientación e inserción socio-
laboral son facetas íntimamente conectadas entre sí e integrantes de un mismo
proceso.
    Los modelos de intervención, Bisquerra (1998), como Modelos Socioco-
munitarios o los Modelos Ecológicos y los Psicosociales, pueden estar espe-
cialmente indicados para una intervención orientadora en estos ámbitos. Es
frecuente la presencia del educador social en campañas de prevención (droga-
dicción, consumo de alcohol, embarazos no deseados, control de natalidad,
SIDA, enfermedades de diferentes tipo); campañas de alfabetización, educa-

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ción de adultos, promoción de grupos marginales: emigrantes, madres solte-
ras, reclusos...
    En todos estos ámbitos, se requiere y necesita algún tipo de orientación
específica, que aunque no sea, propiamente, académica o escolar, sí puede ser-
lo profesional, ocupacional, familiar y personal. Creemos que la actuación del
educador social en todas estas circunstancias le hacen acreedor y demandante,
sobradamente justificada, de una preparación y cualificación específica en algu-
nas aspectos o facetas de la educación estrechamente relacionados con las dis-
ciplinas de orientación.



Especificidad de la orientación en la Educación Social

    Desde la perspectiva de la Educación Social, es claro que la orientación
debe tener una finalidad preventiva y de promoción personal y social. Con fre-
cuencia sus objetivos son remediales, terapéuticos y de desarrollo personal y,
con frecuencia, sociocomunitarios. Los objetivos dependen, en buena medida,
de situaciones concretas y la intervención más adecuada es hacerlo por pro-
gramas aunque, también, con necesidades de atención individual o de counse-
ling. Ello supone, en la formación de estos diplomados, desde el punto de vis-
ta de la orientación, estar preparados, al menos en estas líneas:

    —     Formación, ocupación y empleo como ejes fundamentales que verte-
          bran el mercado laboral con sus difíciles leyes de oferta y demanda.
    —     Conocimiento de las aptitudes y valía del sujeto, motivaciones, expec-
          tativas e intereses para ajustarlo a un puesto de trabajo.
    —     Toma de conciencia de la dignidad humana, de los derechos funda-
          mentales y conocimiento de las instituciones de referencia a las que
          pedir ayuda.
    —     Promoción de hábitos y habilidades social y destrezas para poder rein-
          sertarse en la sociedad.
    —     Estima, aprecio y valoración de la cultura como medio de promoción
          social y personal.
    —     Conocimiento de las entidades sociales u organismos de los que se pue-
          den demandar ayudas sociales, familiares, sanitarias, educativas...
    —     Tercera Edad, organizaciones e instituciones.

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    Todo ello supone que este educador, además de otros conocimientos, sepa
poner en juego las cualidades propias de una profesión de ayuda: altruismo,
comprensión diálogo, escucha, apoyo, sensibilidad, humanidad... que
muchas de las veces va a poner en juego y necesitar en situaciones verda-
deramente límites y críticas. Pero, además, será preciso saber manejar y estar
bien entrenado en destrezas personales y en el uso de unas técnicas especí-
ficas: Evaluación y diagnóstico de necesidades, entrevistas, conducción de
grupos, liderazgo, empatía... Sobre todo, deberá ser un experto en el dise-
ño y aplicación de programas de intervención cultural y orientadora, sabien-
do aplicar las correspondientes técnicas de diseño, aplicación y evaluación
de los programas de intervención llevados a cabo, sabiendo recorrer los
pasos, etapas, momentos y fases que deban ser observados en este tipo de
intervenciones.
    De lo dicho, se desprende que el Diplomado en Educación Social deberá
ser formado en algunos aspectos de la orientación que entrarían de lleno en lo
que muchos autores, Bisquerra (1998), Vélaz (1998) denominan como la inter-
vención en contextos socio-comunitarios, para lo que se requiere una prepara-
ción en aspectos tales como la entrevista, la dinámica de grupos, la elabora-
ción y aplicación de programas de orientación... Los modelos de atención
individualizada, counseling, los modelos ecológicos y sociocomunitarios pue-
den ser un punto de referencia del todo necesario, en este tipo de profesiona-
les de la educación, en los que la dimensión orientadora, es fundamental para
poder colaborar y contribuir a ella.



5.   La Orientación en el currículum de los licenciados
     en Pedagogía


Breve caracterización del título

    La actual licenciatura en Pedagogía cuenta con tres posibles especializa-
ciones: Administración y Gestión de la Educación, Pedagogía Social y Labo-
ral, y Pedagogía Escolar. Es lamentable que estas especialidades sólo cuen-
ten con dos únicas asignaturas, por supuesto optativas, referidas a la
orientación: «Orientación Laboral» y «orientación Escolar y Tutorial». Es
curioso comprobar cómo, en este caso, quienes diseñaron los planes de estu-
dio de estas nuevas titulaciones, se situaban a mucha distancia de las necesi-
dades, los deseos, demandas y justas reivindicaciones de los docentes de la prác-

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tica y los que diseñaban un nuevo marco legal, en el que se subrayaba amplia-
mente la presencia de la orientación en los centros.
    En ello se observa una clara deficiencia y contradicción: Resulta que se crea
un título de expertos en administración y gestión de la educación, sin tener en
cuenta, en absoluto, una dimensión en su formación que parece necesaria y del
todo requerida por la actual educación. Con lo que bien pudiera ocurrir que
algunos de nuestros actuales estudiantes de pedagogía, podrían llegar a ser doc-
tores, inspectores del sistema educativo, diseñadores de un sistema educativo...,
sin haber cursado ninguna asignatura de orientación. Como dato aún más ver-
gonzante, es constatable, si nuestra información es correcta y hemos procura-
do que lo sea hasta donde nos ha sido posible consultar, que nuestra universi-
dad es de las pocas, tal vez la única, que en sus planes de estudio de pedagogía
no cuenta con ninguna asignatura obligatoria sobre orientación. Prueba evi-
dente de la falta de aprecio y sensibilidad hacia una dimensión de la actual edu-
cación que pone en la orientación y la tutoría una de sus principales señas de
identidad.
    Así las cosas, deberemos recoger en este apartado unas reflexiones justifi-
cativas de la presencia de la orientación en la formación del pedagogo, expre-
sando con ello el deseo de cómo las cosas deberían ser o estar aunque, de hecho,
no sea así.


Justificación

     Concebimos al pedagogo como un experto en el diseño de sistemas edu-
cativos. Un sistema educativo de la actualidad no puede prescindir de un ele-
mento tan importante como lo es la orientación, entendida como medio de
calidad, como ayuda a la individualización educativa, como forma de educar
para la vida, como prevención y tratamiento de problemas de aprendizaje,
como elemento de atención a la diversidad... Creemos por ello que el peda-
gogo debe ser un experto en la configuración y propuesta de unos currícula
que intenten dar respuesta, por una parte, a las necesidades del alumnado; y
por otra, conecten la escuela con la vida y la sociedad actuales, a través de
programas y metodologías vivenciales, activas, participativas... Ello no es
posible si no incluyen una organización y planificación de la orientación
inmersa en el currículum.
     Los currícula actuales son plurales, abiertos y diversificados, no es posible
que los alumnos tomen opciones realistas y oportunas si no hay un régimen tuto-
rial eficaz en los centros. La diversificación curricular exige una serie de medi-

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das de atención a la diversidad del alumnado que no pueden ser adecuadas si
no van precedidas de un análisis de necesidades y un diagnóstico serio y obje-
tivo. La escuela, actualmente, no puede ser ajena ni estar cerrada a los gran-
des problemas de la sociedad actual que requieren unas medidas, fundamen-
talmente educativas, como son los problemas de drogadicción, SIDA, consumo
de alcohol, tabaco... Lo que requiere programas orientadores y tutoriales bien
concebidos, desarrollados y evaluados, como medio de prevención de tales pro-
blemas a través de medidas educativas.
    Cada vez más, la educación se concibe como un proceso que comprende
toda la vida humana con lo que ello supone de educación para la carrera, edu-
cación permanente, reactualización, adaptación a nuevos aprendizajes... No será
fácil conseguirlo sin un adecuado y eficaz sistema de orientación para aseso-
rar en la elaboración de programas de intervención ad hoc. Cualquier empre-
sa que hoy desee ser competitiva y actualizada, no puede prescindir de un depar-
tamento de recursos humanos, de formación y adaptación de sus plantillas. Por
cierto, un campo prometedor para el futuro profesional de los titulados en peda-
gogía. La orientación entendida como intervención en contextos comunitarios
y en las organizaciones e instituciones puede ser una buena base para llevar a
cabo tal tarea.
    Por lo que se refiere a la especialización en la vertiente de la pedagogía
social y laboral, será preciso insistir en el papel que puede jugar la orientación
en la atención a poblaciones específicas como: grupos de marginación, reclu-
sos en instituciones penitenciarias, tercera edad, etnias desprotegidas social y
culturalmente... Por no hablar del papel que puede jugar la orientación en pro-
gramas de interculturalidad y de inmersión sociolingüística.
    Creemos sobradamente justificada, la necesidad de una preparación del
pedagogo en estos ámbitos tan distintivos de la educación en los tiempos que
vivimos. Saber articular programas de intervención orientadora con capacidad
para reactualizar a las personas o de facilitarles el tránsito de unos sistemas pro-
ductivos a otros, puede ser una buena contribución del pedagogo a las necesi-
dades de la sociedad actual, pero en las que no será fácil que juegue un buen
papel si no es experto en algunos de los muchos aspectos que configuran e inte-
gran la intervención psicopedagógica y orientadora.


Modalidad de intervención

    La forma de intervención en el ámbito de la profesión del pedagogo ha de
ser necesariamente variada porque variados son los campos en los que profe-

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sionalmente puede trabajar. Parecería especialmente afín a su cometido de pla-
nificador y gestor de la educación, el dominio de los modelos teóricos e insti-
tucionales de orientación, conociendo las posibilidades y limitaciones que
incluyen los modelos de servicios y los de programas. También sería una acti-
vidad muy afín al campo del pedagogo la evaluación de programas de orien-
tación e intervención psicopedagógica.
    Por lo que respecta a la otra rama de especialización —pedagogía social
y laboral— sería especialmente indicado contar con unas adecuadas compe-
tencias profesionales en la intervención desde modelos preventivos, de pro-
gramas, ecológicos y sociocomunitarios. No serían ajenos, tampoco a su
cometido, los modelos de consulta en cuanto que posibilitan cooperación entre
los diferentes agentes de la comunidad educativa para conseguir finalidades
comunes.



6.   La Orientación en el currículum de los licenciados
     en Psicopedagogía


Breve caracterización del título

    Si algo caracteriza al título de Psicopedagogía es precisamente el de for-
mar, oficialmente, a los profesionales de la orientación u orientadores. Hasta
tal punto que, los términos orientador y psicopedagogo se están utilizando
como sinónimos, y, con toda razón y frecuencia, son intercambiables. Como
no puede ser por menos, casi todas las asignaturas referidas a orientación pue-
den estudiarse desde este título: Como asignaturas troncales: Modelos de Orien-
tación e intervención psicopedagógica; como obligatoria Orientación Profe-
sional; como optativas todas las demás: La Orientación Escolar y Acción
Tutorial, Orientación Familiar y Orientación Personal.
    En esta ocasión, es de justicia manifestar que en el currículum actual de
Psicopedagogía está bien recogida y representada la materia de Orientación.
Sólo un matiz sería preciso constatar recogido de la opinión espontánea de los
mismos alumnos, la asignatura de Orientación Escolar y Acción Tutorial debe-
ría ser obligatoria, pero no pasa de ser una optativa vinculada únicamente a la
especialidad de orientación y asesoramiento. Con estas materias se intenta for-
mar al actual orientador o psicopedagógico en la dimensión especifica de la
orientación. A esta licenciatura, de segundo ciclo, acceden estudiantes de dife-
rente preparación: desde la diplomatura de magisterio, en cualquiera de sus

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especialidades; desde la diplomatura de educación social; desde el primer ciclo
de la licenciatura de pedagogía e incluso de psicología. Esta heterogeneidad va
a tener algunos inconvenientes: No partir de una base común y contar con unos
conocimientos sobre educación o formación básica un tanto dispares. Pero tam-
bién pudiera suponer alguna ventaja: El hecho de que estos titulados hayan sido
formados ya con un currículum concreto y en un campo específico — y mucho
más si lo han practicado de alguna manera — como por ejemplo, el magiste-
rio, puede ser un complemento en el realismo y la práctica, alejándose de la
preparación puramente teórica.
    Como nuevo profesional, el psicopedagogo está siendo muy esperado en
los centros y sobre él se están vertiendo grandes expectativas. Se ha llegado a
decir que la orientación es uno de los grandes y principales pilares sobre los
que se asentaba la reforma educativa propugnada en la LOGSE. Lo que es cier-
to es que dicha reforma pueda llegar a feliz puerto sin la presencia en los cen-
tros de este nuevo profesional al que, sintéticamente enunciados, se le enco-
miendan, entre otros muchos, los siguientes cometidos:

    —     Apoyar y mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
    —     Contribuir a la atención a la diversidad.
    —     Diseñar y llevar a cabo la orientación personal, académica y vocacio-
          nal de los alumnos.
    —     Coordinar y dinamizar la red tutorial de los centros con la puesta en
          práctica de un eficaz Plan de Acción Tutorial...
    —    Etc.

    Todo ello supone una considerable cantidad de funciones, tareas y objeti-
vos de máxima exigencia y complejidad, casi todos ligados a saberes propios
de la disciplina de orientación educativa.


Ámbitos y contextos de la orientación del psicopedagogo

    Este profesional de la psicopedagogía deberá llevar a cabo la orientación
en, al menos, cuatro ámbitos fundamentales: el institucional o en entidades
educativas o colegios; el de la familia, por los frecuentes problemas que la edu-
cación de los hijos está generando y planteando hoy en los hogares; en con-
textos sociocomunitarios como lugar idóneo para la prevención; y en organi-
zaciones e instituciones, tanto públicas como privadas. Es decir, como ámbitos

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                                                             Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


o contextos fundamentales de actuación serán los colegios, instituciones de
distinto tipo y medios sociocomunitarios.
    Como campos de actuación más frecuentes, podemos reiterar los si-
guientes:

    —     Educación para la carrera u orientación académica, vocacional o pro-
          fesional.
    —     Intervención especifica en procesos de enseñanza aprendizaje.
    —     En las medidas ordinarias y extraordinarias de atención a diversidad.
    —     En la orientación para la prevención y desarrollo de los alumnos u
          orientación personal.
    —     En el asesoramiento y apoyo a los profesores, sobre todo, al plan de
          acción tutorial, la elaboración del Proyecto Curricular y Educativo de
          Centro.
    —     En los departamentos de recursos humanos de las empresas.
    —     En gabinetes particulares.
    —     En programas de diferentes instituciones con el fin de llevar a cabo
          programas preventivos o remediales.
    —     Etc.

    Campos, todos ellos que entrañan una gran amplitud y complejidad.


Modalidades de intervención

    Finalmente, por lo que se refiere a las modalidades de la intervención orien-
tadora, deberá el actual psicopedagogo conocer desde los modelos teóricos,
como base y fundamento de su actuación, hasta los diferentes modelos de inter-
vención, preferentemente la modalidad de intervención por programas, pasan-
do por los modelos de atención individualizada y counseling, teniendo presente,
además, que actúa desde un modelo institucional concreto y echando mano, en
fin, hasta del modelo tecnológico si quiere llegar a una población tan amplia
como la escolar y tan sensible a los actuales recursos tecnológicos, informáti-
cos, audiovisuales. Estos medios indudablemente van a constituir un gran apo-
yo y una facilitación, con economía de recursos, esfuerzos y tiempos, para la
labor del psicopedagogo.

Revista Complutense de Educación           272
Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


    Si de aquí pasamos a considerar a los que se consideran, Bisquerra y cols.
(1998), como los «ejes fundamentales de la intervención psicopedagógica»,
caeremos en la cuenta de que la actuación deberá ser interna, grupal, indirec-
ta y preventiva, pero sin despreciar y acudir, por supuesto, con alguna fre-
cuencia, a la dimensión individual, la directa y la reactiva.
    Los expertos en la teoría general del currículum distinguen varias alterna-
tivas en su concepción o diseño. Así, suelen distinguir entre varias modalida-
des de currículum: logocéntrico, puerocéntrico, psicocétrico, androcéntrico,
tecnocéntico y sociocéntrico. Es fácilmente defendible que en cualquiera de las
modalidades citadas resulta difícil desligar de cualquiera de ellas la perspecti-
va orientadora de la educación se parta de la concepción que se parta: En un
currículum logocéntrico, potenciador del homo sapiens, es imposible prescin-
dir de los componentes psicopedagógicos y orientadores, dado que es funda-
mental unir la significatividad lógica con la significatividad psicológica. En
un currículum tecnocéntrico, basado en el homo faber, porque supondría des-
humanizarlo dejándole reducido a un mero artesano. En un currículum andro-
céntrico, basado en el andros, no sería tal si no se le considera al ser humano
como unidad global o desde toda la riqueza de las diferentes facetas que le
caracterizan como una unidad bio-psico-social, única y singular. En un currí-
culum sociocéntrico, basado en el homo socius, en el que es preciso despertar
los valores sociorrelacionales, éticos y culturales que le capaciten para parti-
cipar, colaborar, solidarizarse y mejorar la sociedad en la que convive con los
demás.
    En nuestro actual sistema educativo nos parece entrever una cierta mez-
cla de las dimensiones anunciadas. En él se apuesta por una educación capaz
de desarrollar las estrategias cognitivas de los alumnos – aprender a apren-
der. Se enfatiza la educación como medio de promoción, igualdad y partici-
pación social a través de la convivencia, el dialogo y los valores democráti-
cos —homo socius—; se intenta un desarrollo global y armónico del sujeto,
procurando posibilitar en él un buen autoconcepto, autoestima, uso respon-
sable de la libertad, potenciando sus señas de identidad y sus rasgos diferen-
ciales —homo humanus— Se procura una formación tecnológica para que el
alumnado sea capaz de diseñar, manejar y adaptarse a nuevos sistemas y apa-
ratos tecnológicos haciendo de él un profesional competitivo —homo faber—
, etc. En todo ello se acusa la necesidad de unificar todas estas facetas y
dimensiones, a veces tan dispares y contrapuestas, y ningún otro medio mejor
que la dimensión orientadora para buscar un equilibrio entre fuerzas tan con-
trarias, procurando hacer que confluyan en la unidad, original y única, que
es cada ser humano.

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                                                             Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


    El maestro, el educador social, el pedagogo y el psicopedagogo no pueden
eludir esta responsabilidad ni actuar al margen de la perspectiva orientadora al
educar, bien en la escuela, bien en las organizaciones o instituciones sociales,
bien en contextos sociocomunitarios o familiares.


7.   La Orientación en el currículum del profesorado
     de Educación Secundaria

    Los títulos de nuestra facultad no contemplan directamente al profesorado
de Educación Secundaria, aunque sí lo hacen indirectamente mediante el pre-
ceptivo Curso de Actualización Pedagógica (C.A.P.), dependiente del I.C.E. de
nuestra universidad que forma parte de nuestra facultad. En él se incluye un
módulo sobre Psicopedagogía y otro sobre la Función Tutorial, a todas luces
insuficientes. Comoquiera que somos autores del texto oficial, García Nieto
(2000), por razones de brevedad no vamos a repetir lo allí expuesto en los diez
temas desarrollados en el modulo de Acción Tutorial. Por ello, en este aparta-
do sólo nos permitimos hacer la consideración de que en nuestro contexto, por
imperativo de la actual normativa vigente, hablar de orientación es hacerlo refe-
rido primordial y casi exclusivamente a la Educación Secundaria. Por lo que
la mayor parte de estos contenidos están profusamente tratados en la amplia
gama de manuales que han aparecido sobre orientación educativa en la última
década y también en otras muchas publicaciones que vienen abordando temas
o programas tutoriales. Dentro de la orientación de nuestro país, el tema de la
tutoría en Secundaria es, sin duda, el más tratado, el más fecundo y también
uno de los más controvertidos y problemáticos. Por eso, intencionadamente
renunciamos a hacerlo expresamente y remitimos a los muchos autores que se
han ocupado del tema. Sea suficiente indicar que es opinión generalizada la
necesidad de una preparación más intensa y completa en aspectos educativos
y didácticos por lo que se está insistiendo cada vez más en la formación de los
profesores de educación secundaria y, entre otros, en los aspectos orientadores
y tutoriales.


8.   Conclusión: la disciplina de Orientación como punto de encuentro
     para los diferentes títulos de la Facultad de Educación

   No queremos concluir sin reafirmar la necesidad de tener muy presente y
potenciar en la formación de los futuros educadores, sobre todo, de los titula-

Revista Complutense de Educación           274
Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


dos en nuestra facultad, la dimensión orientadora como un componente bási-
co de su formación. Es obvio que los diferentes títulos y especialidades que se
imparten en las facultades de educación, al menos en la nuestra, tienen un refe-
rente común que es la educación, a la que cada uno contribuye y sirve desde
perspectivas diferentes pero complementarias. No parece, por tanto, exagera-
do afirmar que, si algo debe ser común a todos estos titulados dentro de la pre-
paración básica que necesitan, tal vez ninguna otra faceta como la disciplina
de orientación constituya el mayor punto de convergencia común a todos ellos.
Es una faceta que no se puede eludir en ninguno de ellos, a menos que se quie-
ra traicionar el cometido y finalidad más primigenio de la educación. Porque
no debemos olvidar que orientar (del latín «orior»; en su participio activo,
oriens/tis; en su forma de acusativo: orientem) da origen en nuestro idioma a
«oriente». Ahora bien, «oriente» es por donde nace la luz, por donde amane-
ce, por donde llega el día. Y también es el punto geográfíco y posicional, en
virtud del cual nos situamos para saber dónde estamos y hacia donde desea-
mos dirigir nuestros pasos.
    Será preciso situar a los estudiantes de nuestra facultad de educación miran-
do hacia oriente, hacia donde viene la luz para saber, primero, dónde se encuen-
tran ellos mismos y hacia dónde quieren ir; y, posteriormente, para ayudar a los
niños, adolescentes y jóvenes, de los que serán educadores mañana, a buscar la
claridad, a encontrar la luz, a seguir sus propios caminos. Por eso, vemos en las
materias de orientación, como ya hemos afirmado, el punto de encuentro entre
los actuales planes de estudio de todos los títulos, de todas las especialidades
relacionadas con la educación, sobre todo, con los de nuestra facultad:

    •   En cuanto al maestro, porque es un destinatario y agente de la orien-
        tación, sobre todo, en el ejercicio competente de una función tutorial
        bien desarrollada. Para ello deberá tener algún conocimiento de algu-
        nos de los Modelos Teóricos de Orientación, sobre todo, los referidos
        al desarrollo humano, vocacional y profesional, como los de Súper,
        Holland, Gelatt. Deberá conocer las características y requisitos funda-
        mentales de la intervención por programas; deberá poner en juego algu-
        nas de las destrezas y habilidades personales necesarias que se des-
        prenden de los modelos de atención individual, counseling... Sobre todo,
        en lo referente a la realización de entrevistas con alumnos, padres y com-
        pañeros. Finalmente, deberá conocer y asumir los Modelos Organizati-
        vos e Institucionales, bien del MEC bien de la Comunidad Autónoma
        en la que trabaje, e incluso del modelo de orientación vigente en el pro-
        pio centro.

                                         275             Revista Complutense de Educación
                                                             Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


            Por relación a la intervención psicopedagógica, el profesor tutor
        deberá saber contribuir y cooperar en el diseño, aplicación y evaluación
        de programas de intervención en la realización de adaptaciones curri-
        culares, programas de diversificación, programas de apoyo y refuerzo,
        etc. Las modalidades de intervención del profesor tutor serán, funda-
        mental y preferentemente, Bisquerra y cols. (1998): grupal - individual,
        directa, interna, preventiva - reactiva.

    •   En cuanto a la figura del psicopedagogo: Porque sobre él va a reca-
        er directamente, la responsabilidad de encarnar y hacer realidad, en los
        centros, la orientación, con su presencia y liderazgo al frente del depar-
        tamento de orientación de los centros. A él le corresponde el diseño, pla-
        nificación y coordinación de toda la actividad orientadora del centro o
        de la demarcación territorial o sectorial si ha de trabajar en un equipo
        interdisciplinar. La formación del psicopedagogo deberá garantizar que
        este profesioal sepa conjugar los contenidos de tipo teórico con los de
        tipo práctico y aplicado, con lo cual debe conocer, dominar, y a veces
        combinar, todos los Modelos Teóricos: Rasgos y factores, conductua-
        les, psicodinámico, humanistas, existencialistas, fenomenológicos, cen-
        trado en el cliente; los Modelos de Intervención en sus diferentes moda-
        lidades: Clínico, consulta, programas, mixtos, psicopedagógico; los
        Modelos Organizativos: Institucionales: MEC, Comunidades Autóno-
        mas, de la Unión Europea; Modelos Particulares: del propio centro,
        gabinetes particulares.
            Las modalidades de intervención, aún siendo susceptibles de ser
        todas requeridas, por la variedad de campos y contextos en los que el
        psicopedagogo puede intervenir, serán más frecuentemente: grupal, indi-
        recta, interna y preventiva. No descartando las dimensiones: individual,
        curativa y directa.

    •   En referencia a los Diplomados en Educación Social: Porque además
        de la promoción, humana, social y personal, mediante la cultura, de gru-
        pos específicos de población a los que se les denegó o no tuvieron o no
        aprovecharon la oportunidad educativa, sobre todo, requieren la orien-
        tación para poder vislumbrar nuevos caminos y cauces de acceso tanto
        al mercado laboral como a una correcta integración y participación en
        la vida social, laboral y comunitaria. Por lo que en su formación será
        preciso aportarles el conocimiento y dominio, sobre todo, de los Mode-
        los Sociocomunitarios, ecológicos, socio-psico-pedagógicos, no debien-

Revista Complutense de Educación           276
Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


        do ser ajenos a su formación algunos componentes de los modelos de
        atención individual: Clínico y counseling. Sobre todo, se deberá poten-
        ciar, en estos profesionales, el dominio de la intervención por progra-
        mas. Por lo demás, estos profesionales deberán ser formados en las
        dimensiones de relaciones interpersonales, dinámica y conducción de
        grupos, entrevistas, orientación socioambiental y familiar, etc.

    •   Finalmente, por referencia al pedagogo, porque como un experto en
        el diseño, planificación y evaluación de sistemas y programas educati-
        vos, tanto a nivel institucional como organizacional, no podrá prescin-
        dir de la dimensión orientadora de la educación como elemento de cali-
        dad, innovación y cambio de la educación actual, como medio para
        conseguir una sociedad más humana, más justa y más adulta, mediante
        una educación de calidad. Como un profesional teórico de la educación
        deberá ser formado y dominar los Modelos Teóricos y los Organizati-
        vos— Institucionales, fundamentalmente. No siendo ajenos a su for-
        mación conocimientos de los principales Modelos de Intervención, sobre
        todo, en su modalidad de Servicios y Programas.
            En la especialidad de Pedagogía Social y Laboral pueden tener cabi-
        da, según los contextos diferentes de actuación, otros modelos como los
        de Intervención, básicos y mixtos e incluso, los sociocomunitarios, eco-
        lógicos... en los que la prevención y la atención, directa — indirecta, gru-
        pal o colectiva, sean algunos de sus componentes más sustantivos.

    Finalmente, abogamos porque en la formación de todos los profesionales
que se forman en nuestra facultad esté presente esta faceta orientadora que veni-
mos invocando, basándonos en tres razones fundamentales: Los países de nues-
tro entorno así lo vienen haciendo. Sería lamentable concluir que el currícu-
lum español es diferente. Los planes de estudio de algunas universidades de
nuestro país han suplido la carencia de asignaturas pertenecientes a la disci-
plina de orientación con carácter troncal, incluyendo asignaturas obligatorias
de universidad, nuestra universidad también parece ser diferente al no haber
incluido ninguna. Por último, en nuestra facultad se están revisando algunos
planes de estudio y las materias referidas a orientación siguen quedándose fue-
ra de cada revisión que se lleva a cabo.
    Es un desatino que se sigan repitiendo hasta el absurdo los mismos errores
y despropósitos que estuvieron en el origen de la elaboración de los actuales
planes de estudio. Si se sigue sin poner remedio a esta situación: Mal para los
estudiantes de nuestra facultad porque se verán disminuidos en su formación;

                                         277             Revista Complutense de Educación
                                                             Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto     La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


mal para los futuros profesionales de la educación porque no estarán prepara-
dos a la altura de las circunstancias; mal para la educación de nuestro país por-
que acusaría una laguna en una dimensión fundamental de la educación de
imponderables alcances.


Referencias bibliográficas

Bisquerra Alzina, R. (1996). Orígenes y desarrollo de la orientación psicopedagógi-
   ca. Madrid: Narcea.
— (1997). Tipología de modelos de Orientación psicopedagógica. Documento inédi-
  to presentado a las VIII Jornadas de la AEOP sobre «La Orientación Educativa y
  la intervención psicopedagógica integradas en el currículum». Valencia, 8-11 de
  septiembre.
— (Coord.) (1998). Modelos de Orientación e Intervención Psicopedagógica. Barce-
  lona: Praxis.
Feuerstein, R., y Hoffman, M. (1991). Programa de enriquecimiento instrumental.
   Madrid: Bruño.
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Revista Complutense de Educación           278
Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
Narciso García Nieto   La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores


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   to, modelos, programas y evaluación. Granada: Aljibe.
Yuste Hernanz, C. (1995): Programa de Estimulación de la Inteligencia (PROGRE-
   SINT). Madrid: CEPE.




                                         279             Revista Complutense de Educación
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  • 1. Revista Complutense de Educación ISSN: 1130-2496 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279 La Orientación Educativa: referente obligado en la formación de los actuales educadores NARCISO GARCÍA NIETO Catedrático de la Facultad de Educación Universidad Complutense de Madrid RESUMEN En nuestra Facultad de Educación se forman educadores de distinto tipo y con dife- rentes niveles de profundidad y proyección social: Maestros, educadores sociales, peda- gogos y psicopedagogos. Cada grupo de estos profesionales va a desempeñar tareas edu- cativas diferentes, pero todos ellos tienen como base común la de ser educadores. Dentro de esta condición de educador, es de subrayar que la función y dimensión orientadora y tutorial es fundamental y decisiva para todos ellos. Por lo que la formación en esta pers- pectiva ha de ser una de las facetas que debe constituir el punto de enlace entre todos estos profesionales. El presente artículo justifica la necesidad de formar a estos futuros profesionales en habilidades, competencias y destrezas, todas ellas relacionadas con la disciplina de la orientación educativa en sus diferentes modalidades: académica, profesional, personal, familiar, ocupacional, etc.No parece que los actuales planes de estudios impartidos en nuestra facultad estén siendo sensibles a esta dimensión tutorial-orientadora, acusando lagunas lamentables en la formación de los estudiantes actuales, como bien lo prueba la ausencia de materias, troncales y obligatorias, en sus respectivos currícula. Palabras clave: Orientación educativa, función tutorial, formación de profe- sionales de la educación: maestros, educadores sociales, pedagogos y psicopedago- gos, currículum. ABSTRACT In our Faculty of Education professionals of diverse types and different back- grounds and social future are formed: Teachers, Social Educators, Pedagogues, Psycho- pedagogues… Each of these groups are going to have different educative works, but 251
  • 2. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores all of them have as a similar base to be educators in the future. Inside this educator condition it is necessary to point out that the guidance and tutorial function and dimen- sion is fundamental and decisive for all of them. Owing to this fact the educative pro- cess within this perspective has to be one of the nexus among all these professionals. This article justifies the necessity to form theses group in abilities, competences, skills, all of them in relation to the Guidance Discipline in its diverse modalities: aca- demic, professional, personal, familiar, etc. Actual curriculums not seem to be sensi- tive about this tutorial-guidance dimension. Lamentable holes within the students’ lear- ning acquisitions are evident, as it is showed by the non-existence of main and obligatory Disciplines in their respective curriculums. Key words: ATENCIÓN, FALTA LA TRADUCCIÓN DE PALABRAS CLAVE. 1. Introducción: la Orientación Educativa en el actual contexto escolar Nuestro entorno europeo sitúa los aspectos, formativos, orientadores y tutoriales de la educación como uno de los referentes fundamentales que ésta debe tener presentes si aspira a un mínimum de calidad. Es un referente obli- gado para la educación actual que ésta incluya y tenga en cuenta algunos aspec- tos íntimamente ligados a la función orientadora y tutorial del actual profe- sorado. Son de destacar, al respecto, algunos criterios o principios como los siguientes: — Se concibe la orientación y la tutoría como facetas esenciales de la edu- cación inmersas en el currículum e inseparablemente unidas a él. — Se aspira a conseguir un desarrollo integral y armónico de la perso- nalidad del alumno en todas sus facetas, no sólo en las instructivas sino en las formativas. — Se busca una individualización educativa que se singularice en las peculiaridades de cada alumno en concreto mediante las oportunas medidas de atención a la diversidad. — Se intenta que sea una educación desde la vida y para la vida. — Se pretende que sea un aprendizaje significativo, constructivo, fun- cional y vivencial — También se procura la consecución de un aprendizaje activo, partici- pativo y significativo. Revista Complutense de Educación 252 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 3. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores — Se desea que haya paridad entre los contenidos cognoscitivos, los acti- tudinales y los procedimentales contemplados en el currículum. — Se busca la existencia de un difícil equilibrio entre la comprensividad y la diversidad del alumnado. — Se señala la consideración de la orientación educativa como un factor de calidad al servicio de los sistemas educativos. Estos deseos y principios, de los que nadie duda en nuestro entorno euro- peo, al llevarlos a su aplicación a la práctica suponen la asignación de unos nue- vos roles y cambios en la función docente que comportan una forma de actua- ción diferente, importante y, en cierto modo, comprometida para los actuales profesores. Así para la consecución de los deseos anteriormente expresados, se ha hecho preciso pasar: De la estrechez del programa, a la amplitud del currí- culum; del control disciplinar, a la motivación interna de la alumnado; del maes- tro que enseña, al alumno que aprende; del maestro como transmisor de cono- cimientos, al maestro mediador del aprendizaje; del profesor, eminentemente docente, al de maestro, sobre todo, orientador. Los aspectos mencionados describen un marco en el que encuadra per- fectamente la necesidad de formación de los presentes y futuros educadores en los aspectos orientadores, tutoriales y formativos que son de los que noso- tros nos vamos a ocupar aquí. Si algún rasgo define a la práctica de la Orien- tación Educativa actual, en contraste con la que hasta ahora tan precariamente había existido, es considerarla como una faceta esencial e inseparable del pro- ceso educativo; debe estar inmersa en el currículum, como parte integrante de él; se le confía a todo profesor como un cometido esencial, considerando que todo profesor, por el mero hecho de serlo, es, también y demás, educa- dor y orientador. Esta faceta, que bien podemos denominar orientadora, tutorial y formati- va de la educación viene a soldar la profunda brecha existente entre los conte- nidos culturales y de tipo cognoscitivo, con aquellos otros que son, más bien, de corte formativo-orientadores, que siempre debieron ir estrechamente liga- dos e imbricados los unos con los otros en el currículum, pero que, con fre- cuencia, no ha sucedido así. Ello significa asumir una nueva mentalidad y for- ma de actuación de los educadores y maestros a la que no estábamos muy acostumbrados y que está encontrando sus dificultades en la práctica, debido a que choca con un tipo de mentalidad, no muy infrecuente, de creer que el rol del profesor empieza y termina con la impartición o transmisión de unos con- tenidos o programas que hay que trasladar al alumnado, sin más y al margen de cualquier otro objetivo o responsabilidad. Se ha corrido así el peligro de des- 253 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 4. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores ligar los aspectos instructivos de la educación con los verdaderamente educa- tivos que suponen una necesaria referencia a normas, valores, actitudes y pos- turas frente a la vida, etc. No está resultando fácil este cambio de mentalidad ni de actitudes para los actuales educadores, por lo que va a ser preciso insistir en ello y tenerlo muy presente ya en su misma formación para los actuales maestros y profesores, alguno de los cuales salen de nuestra facultad, bien como maestros, en cual- quiera de sus siete especialidades; bien como diplomados en educación social; bien como pedagogos o psicopedagogos; o como licenciados en el resto de dis- ciplinas con incidencia y repercusión en la enseñanza, preparados mediante el C.A.P. a cargo del I.C.E. de nuestra universidad y estrechamente ligado a nues- tra Facultad de Educación Con esta exposición, pretendemos justificar la necesidad de una formación de nuestro actual alumnado más a tono con las necesidades educativas del momento para todos los educadores, sobre todo, para los que se forman en nues- tra facultad, intensificando en su formación la perspectiva de la Orientación Educativa. No haber considerado suficientemente esta estrecha relación entre lo instructivo y lo educativo ha podido ser una de las causas por las que hayan salido a la luz frecuentes quejas y denuncias sociales hacia la educación actual, como ha ocurrido, por ejemplo, a propósito de problemas tan recientes como el denominado, vulgarmente, problema del botellón, o el de la violencia esco- lar, etc. Se les reprocha a los centros educativos, a los profesores y maestros no estar al alcance de las circunstancias, afrentándoles con incómodas, y a veces, injustas e impertinentes preguntas como las siguientes. ¿Qué les ense- ñan a los niños y adolescentes en la escuela? ¿Qué hacen con ellos en los cole- gios? ¿En qué se les nota que están educándose con maestros y educadores?, etc. En el fondo, interpretamos que se quiere denunciar con todo ello el hecho de que la escuela se está limitando a enseñar conocimientos y programas pero no está trabajando suficientemente el campo de las actitudes, los valores y los comportamientos. Aspectos todos ellos muy ligados a la dimensión orientado- ra y tutorial de la educación que, sobre todo y ante todo, es una tarea formati- va y educativa imprescindible e irrenunciable en cualquier tipo de educación bien entendida. Esta nueva visión, que, por cierto, es muy antigua en la educación de todos los tiempos, supone una nueva mentalidad y forma de actuar de los educado- res a la que nos estábamos desacostumbrando. En algunos de los profesores se ha llegado a generalizar la creencia de que todo su cometido comienza y ter- mina con la explicación de unos contenidos culturales o programas de alguna materia del currículum, lo que supone un claro reduccionismo de la educación. Revista Complutense de Educación 254 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 5. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores No va a ser fácil este cambio de mentalidad ni de actitudes educativas. Algu- nos profesores actuales no quieren y rechazan positivamente ser tutores o lo hacen un tanto a la ligera y sin considerar las responsabilidades que tal hecho lleva consigo. Nos parece una responsabilidad, compartida, la que tenemos contraída tan- to de los que educan en la práctica como de los que forman a quienes serán educadores en un futuro próximo. Unos deberemos sensibilizar a nuestro actual alumnado en esta faceta educativa y otros deberán llevarla a la práctica con los niños, los adolescentes y los jóvenes. Bueno será que unos y otros asumamos la importante parte que nos corresponde, muy conscientes de que la faceta orien- tadora y tutorial se sustenta, irremediablemente, en el cuerpo profesoral y sin contar con su contribución y protagonismo no llegará a buen puerto la educa- ción y carecerá de la tan cacareada calidad educativa, que será una vez más sofocada y no irá más allá de bonitos deseos e ilusiones sin ninguna inciden- cia real en la práctica. Será preciso hacer tomar conciencia, sensibilizar y pre- parar a los futuros profesionales de la educación, en la dimensión orientadora y tutorial del alumnado, porque sobre ellos, en buena medida, va a pivotar y, de su buen o mal hacer, va a depender, en buena medida, el éxito o fracaso de la educación actual. 2. Cambios en la formación de los actuales docentes Si algo es claro, en estos nuevos tiempos, en lo que a educación se refie- re, es que la escuela no puede seguir siendo la que era ni la figura del edu- cador o maestro puede seguir siendo la misma. Perfilar las nuevas señas de identidad del maestro actual es una labor arriesgada, dificultosa y, tal vez, no bien comprendida. Pero en cualquier caso, no puede prescindirse hoy en su formación de la faceta orientadora y tutorial que en la actualidad se le exige y encomienda al maestro y que está encontrando no pocas resistencias e in- convenientes. Es cierto que, donde ha habido un buen maestro o educador, siempre ha habido un orientador que ha marcado pautas y caminos a los alumnos, escla- reciendo sus dudas e incertidumbres, así como modelando sus comportamien- tos. En este sentido, la orientación no es una tarea nueva, sino tan antigua como la misma escuela. Sin embargo, actualmente, lo novedoso reside en que se tra- ta de dar consistencia a la función orientadora. Una cosa es orientar de una for- ma casual, esporádica y basada en el puro voluntarismo y la improvisación y otra, muy distinta, es hacerlo de una forma sistemática, rigurosa, bien planifi- 255 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 6. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores cada y formando una parte esencial de un currículum que se intenta que sea de calidad. Nuestra actual normativa afirma con contundencia que todo profesor, por el mero hecho de serlo, es a la vez, orientador, MEC (1990). Une la función docente con la orientadora y tutorial de una forma inseparable y considera la Orientación Educativa como una medida de calidad educativa, MEC (1990). Ello significa un cambio importante en la función docente y, por tanto, con serias repercusiones para su formación. Se trata de hacer de la orientación y la función tutorial un elemento dinamizador e innovador de la educación, capaz de dar respuesta a las necesidades globales del alumnado, procurando que el proceso educativo tenga un sentido de unidad y coherencia, rompiendo así con las antinomias que frecuentemente han tenido lugar en la educación sin que haya resultado fácil resolverlas: instrucción vs. formación; letras vs. ciencias; ciencia vs. técnica; etc. En este intento de enriquecer el proceso educativo, dando unidad a lo ins- tructivo y lo educativo; intentando armonizar los intereses generales con los particulares; el individuo con el grupo; lo personal con lo social; lo académi- co con lo vivencial; etc. va a jugar un papel, decisivo y nada fácil, la figura del nuevo educador. Lo que, a su vez, supone la formación del maestreo desde una nueva perspectiva. Será preciso que el currículum de todo maestro o educador esté impregnado de la disciplina de orientación como una de sus contenidos más sustantivos, que hará posible contribuir a una educación más acorde con las necesidades del alumnado y la sociedad actuales. Y si alguna necesidad es apremiante en el alumnado actual es la demanda y necesidad de ser orientados y asesorados en un mundo lleno de complejidad y no exento de cierta oscuri- dad y confusión. Desde aquí es desde donde queremos justificar la necesidad de la disciplina de orientación en la formación de los educadores y que tiene mucho que aportar a todos los títulos que se imparten en nuestra facultad: Diplo- matura de Magisterio, Diplomatura de Educación Social, Licenciatura en Pedagogía, y Licenciatura en Psicopedgogía. En el currículum de todos estos profesionales debe estar incluida la orientación aunque, por supuesto, sea con niveles de profundidad y extensión diferentes. De hecho, en todos estos títu- los hay alguna escasa materia o asignatura relacionada con la orientación y la función tutorial. Pero la consideración de los actuales planes de estudio de nuestra facultad llevan inevitablemente a un doloroso lamento que nace de una profunda decep- ción. Desde los estudios pedagógicos se lleva más de medio siglo abogando por una presencia real de la orientación en el sistema educativo; intentando demostrar que la orientación es necesaria en todos los centros; que en ella resi- Revista Complutense de Educación 256 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 7. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores de un verdadero potencial de auténtica calidad educativa;... Sin que nadie hiciera mucho caso, hasta hace poco tiempo, a estos deseos y recomendacio- nes. Por fin, cuando parece que el eco de este lamento llegó a resonar en las autoridades educativas, concediéndole una importante entrada a la orientación en el sistema educativo, resulta que se elaboran unos planes de estudio para los diferentes títulos que se imparten en las facultades de educación que se desentienden y dejan muy disminuida, sino en ausencia total, la presencia de la orientación en el nuevo currículum de maestros, educadores sociales y peda- gogos. Lamentable realidad y contundente decepción. Sirva como prueba, consta- tar que, por lo que se refiere a los planes de estudio de la Universidad Com- plutense, en los títulos de magisterio, educación social y pedagogía no hay nin- guna materia, ni troncal ni obligatoria, referida a orientación. Con lo que habría que invocar aquello de «demasiado tarde y demasiado poco». 3. La orientación en el currículum de los títulos de Magisterio Justificación Ya ha quedado dicho que nuestra actual normativa concibe la tarea docen- te inseparablemente unida a la de educador, tutor, orientador... El quehacer del maestro no termina con enseñar unos programas y con la transmisión de una cultura que, por interesante y necesaria que sea, no es el único cometido exi- gible a un maestro o profesor. El maestro debe ser formado con relación a la orientación educativa desde una triple perspectiva: — Es un agente de la orientación, en la parte que le corresponde, median- te el desempeño de la función tutorial que, para que sea eficaz, debe estar estrechamente ligada al departamento de orientación de los cen- tros. El maestro debe ser quien lleve a cabo el Plan de Acción Tuto- rial con el grupo de sus alumnos. Función orientadora fundamental, imprescindible y del todo necesaria. — Es un destinatario de la orientación: Los técnicos y especialistas —psicólogos, pedagogos, psicopedagogos, orientadores...— pondrán en manos del maestro aquellos programas, aquellas medias y recur- sos, aquel asesoramiento que respalde y justifique la acción orienta- dora del maestro. En el modelo de consulta pueden encontrar los maes- 257 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 8. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores tros un apoyo para cumplir con rigor su tarea. Sobre todo, en lo que se refiera a casos problemáticos o de especial dificultad. — Es un colaborador de la intervención orientadora y psicopedagógi- ca: Para que la orientación cuente con un mínimum de eficacia, supo- ne implicación de todos los agentes educativos. La hemos de consi- derar como una tarea colaborativa y de equipo. El maestro es un elemento clave al servicio de la orientación, contribuyendo con su experiencia, con el conocimiento vivencial que le aporta el trato dia- rio con los alumnos, para dar y recibir sugerencias, diseñar y aplicar programas de orientación, realizar adaptaciones curriculares... Toda esta función orientadora del maestro se concreta en su cualidad de pro- fesor tutor. Ello nos lleva a dedicar unas breves reflexiones sobre la función tutorial del educador que ya hemos tratado abundantemente en otras ocasiones García Nieto (1990 y 1996), lo que nos permitirá ser en ésta más breves y sin- téticos La función tutorial ha recobrado tal importancia en los últimos años que han aparecido sobre ella un sinfín de tratados, libros, textos y programas. Segu- ramente que todo lo relacionado con la tutoría es uno de los temas más fecun- dos del actual ámbito educativo. Aquí nos fijaremos específicamente en los aspectos diferenciales de la orientación y la tutoría, más estrechamente rela- cionados con el maestro, como son la tutoría en Educación Infantil y la Tuto- ría en Educación Primaria. Las siete especialidades de los actuales títulos de magisterio que se impar- ten en nuestra facultad son un buen indicador de la variedad y riqueza de mati- ces en que la profesión del maestro pueden concretarse. Sin embargo, todos ellos cuentan con una base de formación curricular común, por lo que justifi- caremos la faceta tutorial y orientadora per modum unius, aunque diferen- ciándolos sobre todo, en razón de las edades del alumnado. 3.1. Orientación y tutoría en Educación Infantil La Obligatoriedad y gratuidad de la educación en esta etapa, es un logro, unánimemente aplaudido, por todos los agentes y estamentos de nuestra socie- dad. Al fin, se ha plasmado en nuestro sistema educativo una mejora que, en otros piases, ya décadas que lo están disfrutando y que ha sido una larga lucha y reivindicación de muchos de los colectivos cercanos e interesados en la edu- cación. Revista Complutense de Educación 258 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 9. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores En esta etapa, la situación educativa es teóricamente muy ventajosa si se tiene en cuenta que en ella la función tutorial y la instructiva se funden en una misma cosa y en una misma persona, que es el maestro único para todo el gru- po de alumnos. Breve caracterización de la etapa El desarrollo madurativo global del niño de esta edad es el objetivo prio- ritario del currículum de esta etapa: De este desarrollo va a depender, en bue- na medida, toda ulterior progresión del sujeto a lo largo de su escolaridad, al ser en la que se sientan las bases fundamentales del aprendizaje y se procura la madurez suficiente para acometer, posteriormente, tareas y objetivos más exi- gentes. La plasticidad del organismo del niño a esta edad; la capacidad recep- tiva; la repercusión que pueden tener los estímulos ambientales; y la satisfac- ción de necesidades de este alumnado, por definición inmaduro y dependiente, es vital para el desarrollo global, en todos los órdenes. Las tres áreas curricu- lares que establece el currículum oficial: Identidad y autonomía personal; el medio físico y social; y la de comunicación y representación, son un medio para conseguir un desarrollo global del niño. La normativa actual sobre esta etapa (como puede verse en el Real Decre- to 1.333, de Septiembre de 1991), impone a la función educativa de este maes- tro unos matices que son claramente tutoriales y orientadores, no nos detene- mos en justificarlos porque se justifican por sí mismos: La estimulación, la prevención, la compensación, la detección temprana de sujetos de riesgo y la atención especializada si hubiere lugar a ella. Una especial mención merece la conexión que el tutor de esta etapa debe tener con los padres y las familias. Lo que supone un entrenamiento de este maestro lleno de delicadeza y tacto para saber establecer con las familias un clima cálido de cooperación e implicación de los padres, así como saber estar atento a sus demandas y necesidades edu- cativas que inevitablemente van a repercutir en los hijos. Líneas de acción orientadora y tutorial en Educación Infantil De lo dicho, se deduce que, además de la preparación, científica y técnica que requiere el maestro de esta etapa, la dimensión tutorial y orientadora es decisiva para saber llevar a cabo programas de prevención, de estimulación, de compensación y de análisis de necesidades y carencias del alumnado de esta 259 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 10. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores edad. Sin embargo, el currículum actual de nuestra facultad, para el título de maestro, sólo cuenta, como se ha dicho, con un par de asignaturas optativas, a toda luz insuficientes: «El maestro y la acción tutorial» y «Orientación esco- lar». Es de observar además que estas dos asignaturas sólo se imparten con carácter optativo en dos especialidades y no en las siete existentes para magis- terio. El desarrollo madurativo del niño en cuanto a percepción, psicomotricidad, lenguaje, socialización... deberán ser objeto de la máxima atención del maes- tro. En íntima conexión con el Departamento de Orientación y los Equipos Interdisciplinares, deberá recoger, valorar e interpretar los antecedentes peri- natales de tipo médico, familiar, demográfico y social por la gran incidencia que tienen en la evolución personal y escolar del niño condicionando, a veces determinando, su ulterior desarrollo. 3.2. Orientación y tutoría en Educación Primaria Breve caracterización de la etapa La finalidad educativa de la enseñanza obligatoria, que se inicia en esta eta- pa, es la de procurar que el niño realice los aprendizajes necesarios para saber vivir e integrarse en la sociedad, de una forma crítica y creativa, procurando que el proceso de enseñanza le resulte gratificante. Se pretende un desarrollo integral de la persona y el logro de la propia autonomía y de su identidad per- sonal y social. Las dimensiones de la personalidad del niño a cultivar en esta etapa, pueden agruparse, un tanto simplificadamente, en los tres ámbitos siguientes: — Desarrollo de la autonomía personal: Se trata de que el alumno vaya adquiriendo una autonomía de acción en el medio en el que se desen- vuelve, como señala el decreto Curricular Base de la Etapa, MEC (1992). Para ello, se debe impulsar el desenvolvimiento y la acción autónoma en el medio, desarrollando las capacidades motrices y de dominio espacio-temporal, la observación de la realidad circundante y de un pensamiento, reflexivo y crítico, para favorecer la elaboración de criterios personales y de ideas creativas. — En el ámbito de la socialización, la Educación Primaria, como tam- bién se indica en el Decreto Curricular Base de la Etapa, MEC (íbi- Revista Complutense de Educación 260 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 11. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores dem), pretende proporcionar al niño un medio estimulante y rico en relaciones personales con los compañeros y con los adultos, a través del juego, la comunicación, el dialogo y el trabajo cooperativo, favo- reciendo el desarrollo de la participación, la responsabilidad, el res- peto y el sentido crítico. — Adquisición de los aprendizajes instrumentales básicos: Es el momen- to de iniciar al niño en las destrezas y rudimentos culturales, básicos, que le permitan interpretar distintos tipos de lenguajes y utilizar recur- sos expresivos capaces de aumentar su capacidad comunicativa. Es un momento de iniciación, adiestramiento y perfeccionamiento de las habilidades y contenidos culturales básicos —lectura, escritura y cál- culo—, así como la adquisición de conceptos, procedimientos y acti- tudes necesarios para interpretar el medio en el que viven e iniciarse en él de una forma activa. Líneas de acción orientadora y tutorial También en esta etapa se da una relación personal educador / educando, maestro / alumno, muy unificada, si se tiene en cuenta que el maestro lo es para todo el grupo y para casi todas las áreas curriculares, con lo que la función docente y la tutorial van estrechamente entrelazadas y unificadas en la perso- na del maestro. Es de tener muy presente que la acción tutorial no debe olvi- dar que su preocupación ha de ser el individuo integral y que, por tanto, con- viene poner el énfasis en aspectos tales como los valores, las normas, los hábitos y las actitudes. La acción tutorial requiere desarrollar una relación personal con cada alumno para adecuar la intervención a sus necesidades singulares y espe- cíficas. Al mismo tiempo, la acción tutorial tiene otros objetivos como son: la cohesión del grupo clase; la prevención de conflictos; el seguimiento global de los aprendizajes; la canalización de información hacia otros profesores y la familia; la relación con otros grupos, etc. Para alcanzar estos objetivos, el tutor deberá llevar a cabo acciones como: entrevistas personales con el alum- no y las familias; detección de problemas, deficiencias y necesidades; acti- vidades para facilitar el conocimiento de los alumnos favoreciendo la con- vivencia, la buena integración y cohesión grupal; sin olvidar otras acciones que el tutor deberá establecer con el resto del profesorado y que hacen refe- rencia a programas, contenidos, metodología, actividades, seguimiento, eva- luación, etc. 261 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 12. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores Como es obvio, para realizar todo lo mencionado, no basta con la acción puntual y voluntariosa de cada tutor. Es necesario que el centro se correspon- sabilice y cuente con una estructura de su red tutorial que garantice la eficacia de las intervenciones contando con los apoyos necesarios, tanto internos como externos: Departamento de Orientación, coordinación de la red tutorial, profe- sores de apoyo, equipo interdisciplinar del sector, etc. Oficialmente, se señalan unas líneas de acción tutorial específicas y dife- renciales de esta etapa: Enseñar a ser persona, enseñar a convivir y enseñar a pensar. Esto no quiere decir que, en modo alguno, se trate de añadir nuevos contenidos a los ya existentes en las siete áreas curriculares de obligada pres- cripción (Conocimiento del Medio Natural, Cultural y Social; Educación Artís- tica; Educación Física; Lengua Castellana, en su caso también la autonómi- ca y Literatura; Lengua Extranjera; Matemáticas); se trata de llevar a cabo programas de intervención en el sentido descrito, pero vinculados a los conte- nidos concretos de las áreas y temas de estudio establecidos. Con ellos debe contribuirse a: — Enseñar a ser persona o formación de la propia identidad: Es decir, ser uno y diferenciado, adquirir una imagen positiva de sí mismo, tomar conciencia de las propias capacidades, saberse útil y valora- do por los demás. Todo tan estrechamente relacionado con el auto- concepto, la autoimagen y la autoestima, que tan decisiva influencia van a jugar en el futuro del niño. Son dimensiones de la personali- dad tan importantes y decisivas que, por sí mismas, ya justificarían la acción educativa del tutor. La identidad personal se construye a partir de las propias experiencias y de las valoraciones procedentes de las personas significativas que conviven con el niño: padres, pro- fesores, compañeros. El medio escolar tiene una extraordinaria influencia sobre la imagen y el autoconcepto que los niños se for- man de sí mismos. — Enseñar a convivir: Es tanto como enseñar a comunicarse, ser soli- dario y cooperador, respetar las reglas de juego acordadas, aceptar las normas de convivencia, ayudar a los demás, saber entenderse con los otros a través del dialogo. La gran ventaja de estos aprendizajes en la escuela es que pueden aprenderse por la práctica, por la misma vida en grupo, por la experiencia, que es la mejor forma de aprender. Para favorecer esta integración social y potenciar las habilidades sociales básicas, el tutor podrá intervenir sobre el propio individuo, sobre el grupo, mediante la modalidad de agrupamientos flexibles de alumnos, Revista Complutense de Educación 262 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 13. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores con actitudes personales de respeto, justicia y cordialidad... En el ámbi- to de la socialización del alumnado de esta edad, tres elementos son destacables: • Las conductas asertivas o aquellas por las que el sujeto protege sus legítimos intereses, rechazando con firmeza, pero sin violencia, y si es necesario, concesiones no razonables e ilógicas. • Las habilidades sociales o capacidades específicas que permiten a una persona, de forma competente, realizar una tarea social o de relación interpersonal. • La competencia social: Juicio positivo de la propia actuación por parte de los demás. — Enseñar a pensar: Constituye la línea de acción tutorial más cercana a los aprendizajes escolares. Se trataría de enseñar estrategias de pen- samiento capaces de favorecer el desarrollo mental del sujeto, enri- queciendo sus posibilidades y estructuras mentales. El aprendizaje de estrategias generales de pensamiento ha de ser objeto de instrucción que puede y debe realizarse a través de las diferentes áreas y que apa- rece como objetivo explícito en alguna de ellas. La culminación de aprender a pensar está en aprender a aprender. Conocimiento y pen- samiento son dos aspectos interdependientes entre sí, pero distintos. El pensamiento hábil es la capacidad de aplicar el conocimiento de un modo eficaz. Ante la necesidad, frecuente, de dar respuesta a los alum- nos que presentan alguna limitación cognitiva que les impide obtener un adecuado rendimiento escolar, se han desarrollado con éxito en estos últimos años una cantidad considerable de programas con el obje- tivo de mejorar la inteligencia. Generalmente, incluyen estrategias de cuatro modalidades diferentes: Solución de problemas, creatividad, razonamiento deductivo y metacognición. Atendiendo a los objetivos que los diferentes programas pretenden se pueden agrupar en cinco categorías: • Programas que se centran en la enseñanza de determinados proce- sos o habilidades cognitivas básicas, que se suponen esenciales para la competencia intelectual o que se cree componente de esta, como por ejemplo y modo de muestra pueden ser los siguientes: Pro- grama de Enriquecimiento Instrumental, de R. Feuerstein y col. (1991); o el Proyecto de Mejora de la Inteligencia de Harvard; Programas para enseñar a pensar, de Nickerson (1987); Desa- rrollo de habilidades mentales básicas, de García Nieto y col. 263 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 14. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores (1994); el programa PROGRESINT, de Yuste (1995); Aprender a pensar y pensar para aprender, de Torre Puente (1996)... • Programas que resaltan la importancia de determinados métodos de pensamiento, como el Programa CORT, de De Bono. • Programas que pretenden promover el pensamiento operativo for- mal de materias curriculares, como los Programas de Comprensión Lectora. • Programas que tratan fundamentalmente de la manipulación sim- bólica del Lenguaje Interior y Autoinstrucciones, de Meichenbaum. • Programas que se centran en el pensamiento como materia de estu- dio, como el programa de Filosofía para niños, de Lipman. La simple enumeración de los campos tutoriales señalados bien pueden hacer caer en la cuenta de la complejidad y dificultad que entraña, para un maes- tro-tutor de esta etapa saber conjugar, en una mezcla atractiva y motivante, los aspectos instructivos y culturales con los otros factores de desarrollo humano, sociorrelacionales y afectivos. Como cierre de este apartado, no queremos terminar sin formular un lamen- to, tan dolido como necesitado de escucha. La normativa actual establece, con carácter obligatorio, los Departamentos de Orientación en la Educación Secun- daria, pero no hace lo mismo con los centros de Educación Infantil y Prima- ria, dejando la orientación en manos del profesor tutor, quien, en muchas oca- siones, no cuenta con ningún tipo de respaldo ni apoyo especializado, salvo el que puedan ofrecer los equipos interdisciplinares de zona, en los centros de inte- gración, que casi siempre es, por desgracia y escasez de recursos, esporádico, lento y, frecuentemente, a destiempo. Esta situación es desafortunada, injusti- ficable e insostenible: Se explica así el desánimo, el desagrado y la impoten- cia que acusan muchos de los estos profesores tutores al querer desempeñar efi- cazmente las tareas que tienen asignadas. 4. La Orientación en el currículum de los diplomados en Educación Social Justificación Los planes de estudio de la Diplomatura de Educación Social también debe- rían incluir algunas materias y asignaturas relacionadas con la orientación. Pues Revista Complutense de Educación 264 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 15. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores bien, concretamente en ella se imparte una única asignatura, por supuesto opta- tiva, referida a orientación: «Orientación y formación laboral». La Diplomatura de Educación Social, intenta formar educadores que, de suyo y en sí, no ejercen la educación en el ámbito formal o perteneciente al sistema educativo reglado. Estos estudios tienen como objetivo formar profe- sionales de la educación para actuar en contextos un tanto dispares y de no fácil delimitación. Los contextos más frecuentes de intervención de este profesio- nal suelen ser los sociocomunitarios. Cada vez más, la sociedad está concien- ciada en dar una oportunidad educativa a los que no la tuvieron ni a su debido tiempo ni en un nivel mínimo de calidad. También es unánime el interés, al menos teórico, puesto de manifiesto por la sociedad, con todos los sectores de población que deben ser reinsertados, reconvertidos, readaptados e integrados en el mundo laboral que les cierra herméticamente sus puertas si no disponen de un mínimum de cultura. Por eso, no hay concejalía de cultura de cualquier ayuntamiento de tipo medio, consejería de cultura o promoción social de las comunidades autóno- mas u otras muchas entidades, públicas y privadas, que no sientan el deseo o pretensión de cualificar mediante la educación, a grupos marginales, etnias desfavorecidas, inmigrantes, grupos de riesgo, etc. en los que se requiere una intervención educativa específica, como medio de promoción humana. Nadie más indicados que los educadores sociales para llevarla a cabo. Modalidad de intervención Es este un tipo de diplomado ejerce la educación, casi siempre, desde una modalidad no académica y formal, estrechamente relacionada con la promo- ción social y la reinserción laboral. Precisamente así nació y con estos matices la orientación en los tiempos de Parsons en lo comienzos del siglo veinte. De forma que aquí educación, promoción, formación, orientación e inserción socio- laboral son facetas íntimamente conectadas entre sí e integrantes de un mismo proceso. Los modelos de intervención, Bisquerra (1998), como Modelos Socioco- munitarios o los Modelos Ecológicos y los Psicosociales, pueden estar espe- cialmente indicados para una intervención orientadora en estos ámbitos. Es frecuente la presencia del educador social en campañas de prevención (droga- dicción, consumo de alcohol, embarazos no deseados, control de natalidad, SIDA, enfermedades de diferentes tipo); campañas de alfabetización, educa- 265 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 16. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores ción de adultos, promoción de grupos marginales: emigrantes, madres solte- ras, reclusos... En todos estos ámbitos, se requiere y necesita algún tipo de orientación específica, que aunque no sea, propiamente, académica o escolar, sí puede ser- lo profesional, ocupacional, familiar y personal. Creemos que la actuación del educador social en todas estas circunstancias le hacen acreedor y demandante, sobradamente justificada, de una preparación y cualificación específica en algu- nas aspectos o facetas de la educación estrechamente relacionados con las dis- ciplinas de orientación. Especificidad de la orientación en la Educación Social Desde la perspectiva de la Educación Social, es claro que la orientación debe tener una finalidad preventiva y de promoción personal y social. Con fre- cuencia sus objetivos son remediales, terapéuticos y de desarrollo personal y, con frecuencia, sociocomunitarios. Los objetivos dependen, en buena medida, de situaciones concretas y la intervención más adecuada es hacerlo por pro- gramas aunque, también, con necesidades de atención individual o de counse- ling. Ello supone, en la formación de estos diplomados, desde el punto de vis- ta de la orientación, estar preparados, al menos en estas líneas: — Formación, ocupación y empleo como ejes fundamentales que verte- bran el mercado laboral con sus difíciles leyes de oferta y demanda. — Conocimiento de las aptitudes y valía del sujeto, motivaciones, expec- tativas e intereses para ajustarlo a un puesto de trabajo. — Toma de conciencia de la dignidad humana, de los derechos funda- mentales y conocimiento de las instituciones de referencia a las que pedir ayuda. — Promoción de hábitos y habilidades social y destrezas para poder rein- sertarse en la sociedad. — Estima, aprecio y valoración de la cultura como medio de promoción social y personal. — Conocimiento de las entidades sociales u organismos de los que se pue- den demandar ayudas sociales, familiares, sanitarias, educativas... — Tercera Edad, organizaciones e instituciones. Revista Complutense de Educación 266 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 17. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores Todo ello supone que este educador, además de otros conocimientos, sepa poner en juego las cualidades propias de una profesión de ayuda: altruismo, comprensión diálogo, escucha, apoyo, sensibilidad, humanidad... que muchas de las veces va a poner en juego y necesitar en situaciones verda- deramente límites y críticas. Pero, además, será preciso saber manejar y estar bien entrenado en destrezas personales y en el uso de unas técnicas especí- ficas: Evaluación y diagnóstico de necesidades, entrevistas, conducción de grupos, liderazgo, empatía... Sobre todo, deberá ser un experto en el dise- ño y aplicación de programas de intervención cultural y orientadora, sabien- do aplicar las correspondientes técnicas de diseño, aplicación y evaluación de los programas de intervención llevados a cabo, sabiendo recorrer los pasos, etapas, momentos y fases que deban ser observados en este tipo de intervenciones. De lo dicho, se desprende que el Diplomado en Educación Social deberá ser formado en algunos aspectos de la orientación que entrarían de lleno en lo que muchos autores, Bisquerra (1998), Vélaz (1998) denominan como la inter- vención en contextos socio-comunitarios, para lo que se requiere una prepara- ción en aspectos tales como la entrevista, la dinámica de grupos, la elabora- ción y aplicación de programas de orientación... Los modelos de atención individualizada, counseling, los modelos ecológicos y sociocomunitarios pue- den ser un punto de referencia del todo necesario, en este tipo de profesiona- les de la educación, en los que la dimensión orientadora, es fundamental para poder colaborar y contribuir a ella. 5. La Orientación en el currículum de los licenciados en Pedagogía Breve caracterización del título La actual licenciatura en Pedagogía cuenta con tres posibles especializa- ciones: Administración y Gestión de la Educación, Pedagogía Social y Labo- ral, y Pedagogía Escolar. Es lamentable que estas especialidades sólo cuen- ten con dos únicas asignaturas, por supuesto optativas, referidas a la orientación: «Orientación Laboral» y «orientación Escolar y Tutorial». Es curioso comprobar cómo, en este caso, quienes diseñaron los planes de estu- dio de estas nuevas titulaciones, se situaban a mucha distancia de las necesi- dades, los deseos, demandas y justas reivindicaciones de los docentes de la prác- 267 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 18. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores tica y los que diseñaban un nuevo marco legal, en el que se subrayaba amplia- mente la presencia de la orientación en los centros. En ello se observa una clara deficiencia y contradicción: Resulta que se crea un título de expertos en administración y gestión de la educación, sin tener en cuenta, en absoluto, una dimensión en su formación que parece necesaria y del todo requerida por la actual educación. Con lo que bien pudiera ocurrir que algunos de nuestros actuales estudiantes de pedagogía, podrían llegar a ser doc- tores, inspectores del sistema educativo, diseñadores de un sistema educativo..., sin haber cursado ninguna asignatura de orientación. Como dato aún más ver- gonzante, es constatable, si nuestra información es correcta y hemos procura- do que lo sea hasta donde nos ha sido posible consultar, que nuestra universi- dad es de las pocas, tal vez la única, que en sus planes de estudio de pedagogía no cuenta con ninguna asignatura obligatoria sobre orientación. Prueba evi- dente de la falta de aprecio y sensibilidad hacia una dimensión de la actual edu- cación que pone en la orientación y la tutoría una de sus principales señas de identidad. Así las cosas, deberemos recoger en este apartado unas reflexiones justifi- cativas de la presencia de la orientación en la formación del pedagogo, expre- sando con ello el deseo de cómo las cosas deberían ser o estar aunque, de hecho, no sea así. Justificación Concebimos al pedagogo como un experto en el diseño de sistemas edu- cativos. Un sistema educativo de la actualidad no puede prescindir de un ele- mento tan importante como lo es la orientación, entendida como medio de calidad, como ayuda a la individualización educativa, como forma de educar para la vida, como prevención y tratamiento de problemas de aprendizaje, como elemento de atención a la diversidad... Creemos por ello que el peda- gogo debe ser un experto en la configuración y propuesta de unos currícula que intenten dar respuesta, por una parte, a las necesidades del alumnado; y por otra, conecten la escuela con la vida y la sociedad actuales, a través de programas y metodologías vivenciales, activas, participativas... Ello no es posible si no incluyen una organización y planificación de la orientación inmersa en el currículum. Los currícula actuales son plurales, abiertos y diversificados, no es posible que los alumnos tomen opciones realistas y oportunas si no hay un régimen tuto- rial eficaz en los centros. La diversificación curricular exige una serie de medi- Revista Complutense de Educación 268 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 19. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores das de atención a la diversidad del alumnado que no pueden ser adecuadas si no van precedidas de un análisis de necesidades y un diagnóstico serio y obje- tivo. La escuela, actualmente, no puede ser ajena ni estar cerrada a los gran- des problemas de la sociedad actual que requieren unas medidas, fundamen- talmente educativas, como son los problemas de drogadicción, SIDA, consumo de alcohol, tabaco... Lo que requiere programas orientadores y tutoriales bien concebidos, desarrollados y evaluados, como medio de prevención de tales pro- blemas a través de medidas educativas. Cada vez más, la educación se concibe como un proceso que comprende toda la vida humana con lo que ello supone de educación para la carrera, edu- cación permanente, reactualización, adaptación a nuevos aprendizajes... No será fácil conseguirlo sin un adecuado y eficaz sistema de orientación para aseso- rar en la elaboración de programas de intervención ad hoc. Cualquier empre- sa que hoy desee ser competitiva y actualizada, no puede prescindir de un depar- tamento de recursos humanos, de formación y adaptación de sus plantillas. Por cierto, un campo prometedor para el futuro profesional de los titulados en peda- gogía. La orientación entendida como intervención en contextos comunitarios y en las organizaciones e instituciones puede ser una buena base para llevar a cabo tal tarea. Por lo que se refiere a la especialización en la vertiente de la pedagogía social y laboral, será preciso insistir en el papel que puede jugar la orientación en la atención a poblaciones específicas como: grupos de marginación, reclu- sos en instituciones penitenciarias, tercera edad, etnias desprotegidas social y culturalmente... Por no hablar del papel que puede jugar la orientación en pro- gramas de interculturalidad y de inmersión sociolingüística. Creemos sobradamente justificada, la necesidad de una preparación del pedagogo en estos ámbitos tan distintivos de la educación en los tiempos que vivimos. Saber articular programas de intervención orientadora con capacidad para reactualizar a las personas o de facilitarles el tránsito de unos sistemas pro- ductivos a otros, puede ser una buena contribución del pedagogo a las necesi- dades de la sociedad actual, pero en las que no será fácil que juegue un buen papel si no es experto en algunos de los muchos aspectos que configuran e inte- gran la intervención psicopedagógica y orientadora. Modalidad de intervención La forma de intervención en el ámbito de la profesión del pedagogo ha de ser necesariamente variada porque variados son los campos en los que profe- 269 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 20. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores sionalmente puede trabajar. Parecería especialmente afín a su cometido de pla- nificador y gestor de la educación, el dominio de los modelos teóricos e insti- tucionales de orientación, conociendo las posibilidades y limitaciones que incluyen los modelos de servicios y los de programas. También sería una acti- vidad muy afín al campo del pedagogo la evaluación de programas de orien- tación e intervención psicopedagógica. Por lo que respecta a la otra rama de especialización —pedagogía social y laboral— sería especialmente indicado contar con unas adecuadas compe- tencias profesionales en la intervención desde modelos preventivos, de pro- gramas, ecológicos y sociocomunitarios. No serían ajenos, tampoco a su cometido, los modelos de consulta en cuanto que posibilitan cooperación entre los diferentes agentes de la comunidad educativa para conseguir finalidades comunes. 6. La Orientación en el currículum de los licenciados en Psicopedagogía Breve caracterización del título Si algo caracteriza al título de Psicopedagogía es precisamente el de for- mar, oficialmente, a los profesionales de la orientación u orientadores. Hasta tal punto que, los términos orientador y psicopedagogo se están utilizando como sinónimos, y, con toda razón y frecuencia, son intercambiables. Como no puede ser por menos, casi todas las asignaturas referidas a orientación pue- den estudiarse desde este título: Como asignaturas troncales: Modelos de Orien- tación e intervención psicopedagógica; como obligatoria Orientación Profe- sional; como optativas todas las demás: La Orientación Escolar y Acción Tutorial, Orientación Familiar y Orientación Personal. En esta ocasión, es de justicia manifestar que en el currículum actual de Psicopedagogía está bien recogida y representada la materia de Orientación. Sólo un matiz sería preciso constatar recogido de la opinión espontánea de los mismos alumnos, la asignatura de Orientación Escolar y Acción Tutorial debe- ría ser obligatoria, pero no pasa de ser una optativa vinculada únicamente a la especialidad de orientación y asesoramiento. Con estas materias se intenta for- mar al actual orientador o psicopedagógico en la dimensión especifica de la orientación. A esta licenciatura, de segundo ciclo, acceden estudiantes de dife- rente preparación: desde la diplomatura de magisterio, en cualquiera de sus Revista Complutense de Educación 270 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 21. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores especialidades; desde la diplomatura de educación social; desde el primer ciclo de la licenciatura de pedagogía e incluso de psicología. Esta heterogeneidad va a tener algunos inconvenientes: No partir de una base común y contar con unos conocimientos sobre educación o formación básica un tanto dispares. Pero tam- bién pudiera suponer alguna ventaja: El hecho de que estos titulados hayan sido formados ya con un currículum concreto y en un campo específico — y mucho más si lo han practicado de alguna manera — como por ejemplo, el magiste- rio, puede ser un complemento en el realismo y la práctica, alejándose de la preparación puramente teórica. Como nuevo profesional, el psicopedagogo está siendo muy esperado en los centros y sobre él se están vertiendo grandes expectativas. Se ha llegado a decir que la orientación es uno de los grandes y principales pilares sobre los que se asentaba la reforma educativa propugnada en la LOGSE. Lo que es cier- to es que dicha reforma pueda llegar a feliz puerto sin la presencia en los cen- tros de este nuevo profesional al que, sintéticamente enunciados, se le enco- miendan, entre otros muchos, los siguientes cometidos: — Apoyar y mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. — Contribuir a la atención a la diversidad. — Diseñar y llevar a cabo la orientación personal, académica y vocacio- nal de los alumnos. — Coordinar y dinamizar la red tutorial de los centros con la puesta en práctica de un eficaz Plan de Acción Tutorial... — Etc. Todo ello supone una considerable cantidad de funciones, tareas y objeti- vos de máxima exigencia y complejidad, casi todos ligados a saberes propios de la disciplina de orientación educativa. Ámbitos y contextos de la orientación del psicopedagogo Este profesional de la psicopedagogía deberá llevar a cabo la orientación en, al menos, cuatro ámbitos fundamentales: el institucional o en entidades educativas o colegios; el de la familia, por los frecuentes problemas que la edu- cación de los hijos está generando y planteando hoy en los hogares; en con- textos sociocomunitarios como lugar idóneo para la prevención; y en organi- zaciones e instituciones, tanto públicas como privadas. Es decir, como ámbitos 271 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 22. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores o contextos fundamentales de actuación serán los colegios, instituciones de distinto tipo y medios sociocomunitarios. Como campos de actuación más frecuentes, podemos reiterar los si- guientes: — Educación para la carrera u orientación académica, vocacional o pro- fesional. — Intervención especifica en procesos de enseñanza aprendizaje. — En las medidas ordinarias y extraordinarias de atención a diversidad. — En la orientación para la prevención y desarrollo de los alumnos u orientación personal. — En el asesoramiento y apoyo a los profesores, sobre todo, al plan de acción tutorial, la elaboración del Proyecto Curricular y Educativo de Centro. — En los departamentos de recursos humanos de las empresas. — En gabinetes particulares. — En programas de diferentes instituciones con el fin de llevar a cabo programas preventivos o remediales. — Etc. Campos, todos ellos que entrañan una gran amplitud y complejidad. Modalidades de intervención Finalmente, por lo que se refiere a las modalidades de la intervención orien- tadora, deberá el actual psicopedagogo conocer desde los modelos teóricos, como base y fundamento de su actuación, hasta los diferentes modelos de inter- vención, preferentemente la modalidad de intervención por programas, pasan- do por los modelos de atención individualizada y counseling, teniendo presente, además, que actúa desde un modelo institucional concreto y echando mano, en fin, hasta del modelo tecnológico si quiere llegar a una población tan amplia como la escolar y tan sensible a los actuales recursos tecnológicos, informáti- cos, audiovisuales. Estos medios indudablemente van a constituir un gran apo- yo y una facilitación, con economía de recursos, esfuerzos y tiempos, para la labor del psicopedagogo. Revista Complutense de Educación 272 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 23. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores Si de aquí pasamos a considerar a los que se consideran, Bisquerra y cols. (1998), como los «ejes fundamentales de la intervención psicopedagógica», caeremos en la cuenta de que la actuación deberá ser interna, grupal, indirec- ta y preventiva, pero sin despreciar y acudir, por supuesto, con alguna fre- cuencia, a la dimensión individual, la directa y la reactiva. Los expertos en la teoría general del currículum distinguen varias alterna- tivas en su concepción o diseño. Así, suelen distinguir entre varias modalida- des de currículum: logocéntrico, puerocéntrico, psicocétrico, androcéntrico, tecnocéntico y sociocéntrico. Es fácilmente defendible que en cualquiera de las modalidades citadas resulta difícil desligar de cualquiera de ellas la perspecti- va orientadora de la educación se parta de la concepción que se parta: En un currículum logocéntrico, potenciador del homo sapiens, es imposible prescin- dir de los componentes psicopedagógicos y orientadores, dado que es funda- mental unir la significatividad lógica con la significatividad psicológica. En un currículum tecnocéntrico, basado en el homo faber, porque supondría des- humanizarlo dejándole reducido a un mero artesano. En un currículum andro- céntrico, basado en el andros, no sería tal si no se le considera al ser humano como unidad global o desde toda la riqueza de las diferentes facetas que le caracterizan como una unidad bio-psico-social, única y singular. En un currí- culum sociocéntrico, basado en el homo socius, en el que es preciso despertar los valores sociorrelacionales, éticos y culturales que le capaciten para parti- cipar, colaborar, solidarizarse y mejorar la sociedad en la que convive con los demás. En nuestro actual sistema educativo nos parece entrever una cierta mez- cla de las dimensiones anunciadas. En él se apuesta por una educación capaz de desarrollar las estrategias cognitivas de los alumnos – aprender a apren- der. Se enfatiza la educación como medio de promoción, igualdad y partici- pación social a través de la convivencia, el dialogo y los valores democráti- cos —homo socius—; se intenta un desarrollo global y armónico del sujeto, procurando posibilitar en él un buen autoconcepto, autoestima, uso respon- sable de la libertad, potenciando sus señas de identidad y sus rasgos diferen- ciales —homo humanus— Se procura una formación tecnológica para que el alumnado sea capaz de diseñar, manejar y adaptarse a nuevos sistemas y apa- ratos tecnológicos haciendo de él un profesional competitivo —homo faber— , etc. En todo ello se acusa la necesidad de unificar todas estas facetas y dimensiones, a veces tan dispares y contrapuestas, y ningún otro medio mejor que la dimensión orientadora para buscar un equilibrio entre fuerzas tan con- trarias, procurando hacer que confluyan en la unidad, original y única, que es cada ser humano. 273 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 24. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores El maestro, el educador social, el pedagogo y el psicopedagogo no pueden eludir esta responsabilidad ni actuar al margen de la perspectiva orientadora al educar, bien en la escuela, bien en las organizaciones o instituciones sociales, bien en contextos sociocomunitarios o familiares. 7. La Orientación en el currículum del profesorado de Educación Secundaria Los títulos de nuestra facultad no contemplan directamente al profesorado de Educación Secundaria, aunque sí lo hacen indirectamente mediante el pre- ceptivo Curso de Actualización Pedagógica (C.A.P.), dependiente del I.C.E. de nuestra universidad que forma parte de nuestra facultad. En él se incluye un módulo sobre Psicopedagogía y otro sobre la Función Tutorial, a todas luces insuficientes. Comoquiera que somos autores del texto oficial, García Nieto (2000), por razones de brevedad no vamos a repetir lo allí expuesto en los diez temas desarrollados en el modulo de Acción Tutorial. Por ello, en este aparta- do sólo nos permitimos hacer la consideración de que en nuestro contexto, por imperativo de la actual normativa vigente, hablar de orientación es hacerlo refe- rido primordial y casi exclusivamente a la Educación Secundaria. Por lo que la mayor parte de estos contenidos están profusamente tratados en la amplia gama de manuales que han aparecido sobre orientación educativa en la última década y también en otras muchas publicaciones que vienen abordando temas o programas tutoriales. Dentro de la orientación de nuestro país, el tema de la tutoría en Secundaria es, sin duda, el más tratado, el más fecundo y también uno de los más controvertidos y problemáticos. Por eso, intencionadamente renunciamos a hacerlo expresamente y remitimos a los muchos autores que se han ocupado del tema. Sea suficiente indicar que es opinión generalizada la necesidad de una preparación más intensa y completa en aspectos educativos y didácticos por lo que se está insistiendo cada vez más en la formación de los profesores de educación secundaria y, entre otros, en los aspectos orientadores y tutoriales. 8. Conclusión: la disciplina de Orientación como punto de encuentro para los diferentes títulos de la Facultad de Educación No queremos concluir sin reafirmar la necesidad de tener muy presente y potenciar en la formación de los futuros educadores, sobre todo, de los titula- Revista Complutense de Educación 274 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 25. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores dos en nuestra facultad, la dimensión orientadora como un componente bási- co de su formación. Es obvio que los diferentes títulos y especialidades que se imparten en las facultades de educación, al menos en la nuestra, tienen un refe- rente común que es la educación, a la que cada uno contribuye y sirve desde perspectivas diferentes pero complementarias. No parece, por tanto, exagera- do afirmar que, si algo debe ser común a todos estos titulados dentro de la pre- paración básica que necesitan, tal vez ninguna otra faceta como la disciplina de orientación constituya el mayor punto de convergencia común a todos ellos. Es una faceta que no se puede eludir en ninguno de ellos, a menos que se quie- ra traicionar el cometido y finalidad más primigenio de la educación. Porque no debemos olvidar que orientar (del latín «orior»; en su participio activo, oriens/tis; en su forma de acusativo: orientem) da origen en nuestro idioma a «oriente». Ahora bien, «oriente» es por donde nace la luz, por donde amane- ce, por donde llega el día. Y también es el punto geográfíco y posicional, en virtud del cual nos situamos para saber dónde estamos y hacia donde desea- mos dirigir nuestros pasos. Será preciso situar a los estudiantes de nuestra facultad de educación miran- do hacia oriente, hacia donde viene la luz para saber, primero, dónde se encuen- tran ellos mismos y hacia dónde quieren ir; y, posteriormente, para ayudar a los niños, adolescentes y jóvenes, de los que serán educadores mañana, a buscar la claridad, a encontrar la luz, a seguir sus propios caminos. Por eso, vemos en las materias de orientación, como ya hemos afirmado, el punto de encuentro entre los actuales planes de estudio de todos los títulos, de todas las especialidades relacionadas con la educación, sobre todo, con los de nuestra facultad: • En cuanto al maestro, porque es un destinatario y agente de la orien- tación, sobre todo, en el ejercicio competente de una función tutorial bien desarrollada. Para ello deberá tener algún conocimiento de algu- nos de los Modelos Teóricos de Orientación, sobre todo, los referidos al desarrollo humano, vocacional y profesional, como los de Súper, Holland, Gelatt. Deberá conocer las características y requisitos funda- mentales de la intervención por programas; deberá poner en juego algu- nas de las destrezas y habilidades personales necesarias que se des- prenden de los modelos de atención individual, counseling... Sobre todo, en lo referente a la realización de entrevistas con alumnos, padres y com- pañeros. Finalmente, deberá conocer y asumir los Modelos Organizati- vos e Institucionales, bien del MEC bien de la Comunidad Autónoma en la que trabaje, e incluso del modelo de orientación vigente en el pro- pio centro. 275 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 26. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores Por relación a la intervención psicopedagógica, el profesor tutor deberá saber contribuir y cooperar en el diseño, aplicación y evaluación de programas de intervención en la realización de adaptaciones curri- culares, programas de diversificación, programas de apoyo y refuerzo, etc. Las modalidades de intervención del profesor tutor serán, funda- mental y preferentemente, Bisquerra y cols. (1998): grupal - individual, directa, interna, preventiva - reactiva. • En cuanto a la figura del psicopedagogo: Porque sobre él va a reca- er directamente, la responsabilidad de encarnar y hacer realidad, en los centros, la orientación, con su presencia y liderazgo al frente del depar- tamento de orientación de los centros. A él le corresponde el diseño, pla- nificación y coordinación de toda la actividad orientadora del centro o de la demarcación territorial o sectorial si ha de trabajar en un equipo interdisciplinar. La formación del psicopedagogo deberá garantizar que este profesioal sepa conjugar los contenidos de tipo teórico con los de tipo práctico y aplicado, con lo cual debe conocer, dominar, y a veces combinar, todos los Modelos Teóricos: Rasgos y factores, conductua- les, psicodinámico, humanistas, existencialistas, fenomenológicos, cen- trado en el cliente; los Modelos de Intervención en sus diferentes moda- lidades: Clínico, consulta, programas, mixtos, psicopedagógico; los Modelos Organizativos: Institucionales: MEC, Comunidades Autóno- mas, de la Unión Europea; Modelos Particulares: del propio centro, gabinetes particulares. Las modalidades de intervención, aún siendo susceptibles de ser todas requeridas, por la variedad de campos y contextos en los que el psicopedagogo puede intervenir, serán más frecuentemente: grupal, indi- recta, interna y preventiva. No descartando las dimensiones: individual, curativa y directa. • En referencia a los Diplomados en Educación Social: Porque además de la promoción, humana, social y personal, mediante la cultura, de gru- pos específicos de población a los que se les denegó o no tuvieron o no aprovecharon la oportunidad educativa, sobre todo, requieren la orien- tación para poder vislumbrar nuevos caminos y cauces de acceso tanto al mercado laboral como a una correcta integración y participación en la vida social, laboral y comunitaria. Por lo que en su formación será preciso aportarles el conocimiento y dominio, sobre todo, de los Mode- los Sociocomunitarios, ecológicos, socio-psico-pedagógicos, no debien- Revista Complutense de Educación 276 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 27. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores do ser ajenos a su formación algunos componentes de los modelos de atención individual: Clínico y counseling. Sobre todo, se deberá poten- ciar, en estos profesionales, el dominio de la intervención por progra- mas. Por lo demás, estos profesionales deberán ser formados en las dimensiones de relaciones interpersonales, dinámica y conducción de grupos, entrevistas, orientación socioambiental y familiar, etc. • Finalmente, por referencia al pedagogo, porque como un experto en el diseño, planificación y evaluación de sistemas y programas educati- vos, tanto a nivel institucional como organizacional, no podrá prescin- dir de la dimensión orientadora de la educación como elemento de cali- dad, innovación y cambio de la educación actual, como medio para conseguir una sociedad más humana, más justa y más adulta, mediante una educación de calidad. Como un profesional teórico de la educación deberá ser formado y dominar los Modelos Teóricos y los Organizati- vos— Institucionales, fundamentalmente. No siendo ajenos a su for- mación conocimientos de los principales Modelos de Intervención, sobre todo, en su modalidad de Servicios y Programas. En la especialidad de Pedagogía Social y Laboral pueden tener cabi- da, según los contextos diferentes de actuación, otros modelos como los de Intervención, básicos y mixtos e incluso, los sociocomunitarios, eco- lógicos... en los que la prevención y la atención, directa — indirecta, gru- pal o colectiva, sean algunos de sus componentes más sustantivos. Finalmente, abogamos porque en la formación de todos los profesionales que se forman en nuestra facultad esté presente esta faceta orientadora que veni- mos invocando, basándonos en tres razones fundamentales: Los países de nues- tro entorno así lo vienen haciendo. Sería lamentable concluir que el currícu- lum español es diferente. Los planes de estudio de algunas universidades de nuestro país han suplido la carencia de asignaturas pertenecientes a la disci- plina de orientación con carácter troncal, incluyendo asignaturas obligatorias de universidad, nuestra universidad también parece ser diferente al no haber incluido ninguna. Por último, en nuestra facultad se están revisando algunos planes de estudio y las materias referidas a orientación siguen quedándose fue- ra de cada revisión que se lleva a cabo. Es un desatino que se sigan repitiendo hasta el absurdo los mismos errores y despropósitos que estuvieron en el origen de la elaboración de los actuales planes de estudio. Si se sigue sin poner remedio a esta situación: Mal para los estudiantes de nuestra facultad porque se verán disminuidos en su formación; 277 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 28. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores mal para los futuros profesionales de la educación porque no estarán prepara- dos a la altura de las circunstancias; mal para la educación de nuestro país por- que acusaría una laguna en una dimensión fundamental de la educación de imponderables alcances. Referencias bibliográficas Bisquerra Alzina, R. (1996). Orígenes y desarrollo de la orientación psicopedagógi- ca. Madrid: Narcea. — (1997). Tipología de modelos de Orientación psicopedagógica. Documento inédi- to presentado a las VIII Jornadas de la AEOP sobre «La Orientación Educativa y la intervención psicopedagógica integradas en el currículum». Valencia, 8-11 de septiembre. — (Coord.) (1998). Modelos de Orientación e Intervención Psicopedagógica. Barce- lona: Praxis. Feuerstein, R., y Hoffman, M. (1991). Programa de enriquecimiento instrumental. Madrid: Bruño. García Nieto, N. (1996): Los contenidos de la Función Tutorial. Rev. Complutense de Educación, vol. 7, núm. 1. — (1997): La tutoría en la Educación Secundaria (4 tomos). Madrid: Publicaciones ICCE. García Nieto, N., y Yuste Hernanz, C. (1994). Desarrollo de habilidades mentales bási- cas (12 tomos). Madrid: ICCE. García Nieto, N., y otros (1990). La tutoría en las Enseñanzas Medias. Esquemas y guiones de trabajo. Madrid: Publicaciones ICCE. — (2000). Formación de profesores de Educación Secundaria. Madrid: ICE de la Uni- versidad Complutense-CAP. Hargreaves, D. (1977). Las relaciones interpersonales en educación. Madrid: Narcea. Ministerio de Educación y Ciencia (1989). Diseño Curricular Base. Madrid: Servicio de Publicaciones del MEC. — (1990) La Orientación educativa y la intervención psicopedagógica. Madrid: Direc- ción General de Renovación Pedagógica. — (1990). Ley Orgánica de Ordenación General del sistema Educativo (LOGSE). Ar- tículo 55. Madrid: MEC. — (1992). Orientación y Tutoría. Secundaria Obligatoria. Madrid: MEC, Materiales para la Reforma («Cajas Rojas»). — (1992). Decreto del currículum. Adaptaciones curriculares. Madrid: MEC. Revista Complutense de Educación 278 Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279
  • 29. Narciso García Nieto La Orientación Educativa en la formación de los actuales educadores — (1995) Plan de Acción Tutorial y Plan de Orientación Académico-Profesional. Madrid: Dirección General de Renovación Pedagógica. Nikerson, R. S. (1987). Enseñar a pensar. Barcelona: Paidos-MEC. Torre Puente, J. C. (1996). Aprender a pensar y pensar para aprender. Estrategias de aprendizaje. Madrid: Narcea. Velaz de Medrano, C. (1998). Orientación e Intervención psicopedagógica: Concep- to, modelos, programas y evaluación. Granada: Aljibe. Yuste Hernanz, C. (1995): Programa de Estimulación de la Inteligencia (PROGRE- SINT). Madrid: CEPE. 279 Revista Complutense de Educación Vol. 13 Núm. 1 (2002) 251-279