El documento describe un proceso de 5 pasos para modificar la conducta: 1) identificar la conducta objetivo, 2) registrar la línea base de la conducta, 3) introducir un programa para aumentar o disminuir la conducta, 4) modificar el programa si es necesario, y 5) asegurar la generalización del cambio de conducta. También menciona que los reforzadores pueden ser verbales o concretos como golosinas y deben acompañarse siempre de palabras.
2. 1º- Identificar la conducta objetivo que ha de aumentar o
disminuir
2º - Registrar la conducta tan objetivamente como sea posible,
estableciendo una línea base con respecto a la cual evaluar los
efectos del procedimiento.
3º- Introducir un programa creado para producir el
aumento o la disminución deseados en la conducta.
3. 4º- Modificar el programa si no ocurre el aumento o la
disminución deseados en la conducta.
5º- Asegurar la generalidad del cambio de conducta; es decir, que el
cambio ocurra en el lugar escogido, que se generalice a otras conductas
deseables y que continúe o se mantenga después de la terminación del
programa.
4. Un reforzador puede ser verbal en forma de halago (“lo has hecho muy
bien”; “estoy muy contento de tu comportamiento”...) o puede concretarse con
la entrega de algún objeto del agrado del niño (golosinas, pequeños
juguetes, cromos, etc.). Muchas veces no es suficiente sólo con las palabras
pero éstas siempre deben acompañar la entrega de un reforzador.