TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
Artículo desde chile
1. ARTÍCULO DESDE CHILE...
Increíble… y preocupante!!!
DESPUES DE MAS DE 100 AÑOS SE VUELVE A DAR LA MISMA COYUNTURA QUE DEBEMOS APROVECHARLA,
SE TIENE QUE ATACAR POR SORPRESA COMO LOS JAPONESES EN PEARL HARBOR, POR LA RAZON O POR LA
FUERZA TENDREMOS LO QUE PERDIMOS EN LA HAYA
ESTE ES CHILE, NUESTRO ETERNO ENEMIGO, EL INVASOR DEL TRIANGULO TERRESTRE A LA QUE EL
TRAIDOR HUMALA QUIERE VENDER ENERGIA PARA POTENCIAR Y DESARROLLAR EL NORTE DE CHILE
LIQUIDANDO EL DESARROLLO Y EL CRECIMIENTO DEL SUR DEL PERU…
ARTÍCULO DESDE CHILE
(Este es un artículo escrito por el chileno Alejandro Pavez Wellmann. No esconde la posición chilena sobre
el tema marítimo, pero lo que dice sobre nuestra realidad ES TERRIBLE. Lean con calma, pero esto es lo que
piensan nuestros vecinos del país "amigo" del sur).
Naciones y territorialidad en los Andes Centrales.- Bolivia: ¿Un país sin salida?
Alejandro Pavez Wellmann
Bolivia está en un callejón sin salida.
Más que un país sin salida al mar ES UN LUGAR SIN SALIDA AL DESARROLLO. Para la mayor parte del mundo
desarrollado lo que acontece en Bolivia es un conflicto típico del Cuarto Mundo, un conflicto de pobres,
revoltosos, excluidos e inviables; como otros que presentan los noticieros sobre Liberia, Sierra Leona,
Eritrea, Zimbabwe o Haití. Sólo que este conflicto está aquí, en el “patio trasero” de Sudamérica y lo que
acontezca en Bolivia será un detonante para revertir la estructura del poder en hasta tres países andinos.
En los Andes Centrales están ocurriendo acontecimientos trascendentes, preocupantes y decisivos.
Ciertamente Bolivia no se parece a Suiza, República Checa, Luxemburgo y otros países mediterráneos de
Europa. Ni siquiera a Austria y Hungría que perdieron su salida al mar en 1918 después de la Primera
Guerra Mundial.En cambio Bolivia sí que se parece a las zonas alto andinas del sur del Perú - soberanas
para su acceso al mar - en especial Puno, Cuzco, Arequipa, Apurimac, Ayacucho y Huancavelica. Las tierras
altas de los Andes Centrales. Cualquiera que visite estas zonas se dará cuenta de esto menos los
gobernantes y dirigentes políticos que han dominado el poder en el Altiplano. ¿Un engaño histórico y
sistemático?
¿Una salida al mar acortará un centímetro la distancia que separa a los productos de Bolivia de sus
mercados y clientes en el mundo? ¿O mejorará las carreteras, ferrovías y accesos a puertos de embarque
de que ya dispone? ¿PORQUÉ BOLIVIA NO HA CREADO UNA MARINA MERCANTE SI EL DERECHO
INTERNACIONAL LE ASISTE, O CONSTRUIDO UN PUERTO EN ILO EN TERRENOS OFRECIDOS POR EL PERÚ? ¿O
acaso la mediterraneidad de Bolivia por causa de la guerra con Chile hace más de cien años, sólo ha sido un
chivo expiatorio para justificar ante un pueblo ignorante y oprimido el fracaso de sus gobernantes para
administrar este país de grandes riquezas, cuna de culturas notables y del nacimiento del Tawantinsuyo?
Es que el acceso soberano al mar no garantiza el desarrollo y no existe evidencia geográfica en el mundo
que la sustente. El problema de la falta de desarrollo y las dramáticas carencias sociales de las zonas
andinas de Bolivia y el Perú, tienen que buscarse en el contexto geográfico, sociopolítico, cultural y étnico
en que está inmersa esta región. Esto no viene desde el fin de la guerra del Pacífico (1879 a 1884), cuando
Chile ocupa y anexa Antofagasta y deja a Bolivia sin mar. Esto viene desde muy atrás, desde la irrupción de
la conquista española en los Andes en el siglo XVI.
Espacios geosociales en conflicto:
Las naciones étnicas. Tierras altas y tierras bajas son temas complejos en los Andes Centrales. Las divisiones
2. entre la sierra y la costa en el Perú y el Ecuador (los serranos versus criollos) son tan profundas COMO LAS
QUE EXISTEN ENTRE EL ALTIPLANO Y EL ORIENTE BOLIVIANO (ENTRE COLLAS Y CAMBAS). Son dos mundos
distintos en lo geográfico y cultural, con una complejidad única y con relaciones aún desconocidas para
nuestra comprensión y tecnología y con un componente étnico en creciente efervescencia.
Bolivia y el Perú ocupan hoy un espacio geográfico que es una división territorial artificial y exógena, más
no étnica ni cultural. De un lado las sociedades y economías de las tierras bajas mas o menos integradas al
desarrollo global de corte occidental. De otro lado las sociedades de las tierras altas, localistas, recelosas y
resistentes al conocimiento y al cambio. Pero en estos países y a diferencia de Chile las primeras son sólo
enclaves o islas de modernidad (los barrios selectos de las principales ciudades y centros turísticos),
extendidas e inmersas en un mar de atraso y miseria como es el resto del territorio.
Ciertamente Bolivia (como el Perú y Ecuador en Sudamérica), son países y repúblicas soberanas y
democráticas de corte occidental, PERO NO SON NACIONES a diferencia de Chile. En estas repúblicas aún
prevalece el culto a la formalidad del Estado y la creencia en que la sola virtud de las leyes escritas y
promulgadas organizará al Estado y a la sociedad. Pero son países que no han podido crear una Nación,
aquel conjunto de fuerzas espirituales superiores que transforman al Estado en un ser viviente, provisto de
un espíritu y de un alma colectiva. La conciencia de Nación es una mano invisible, la que mueve al control
ciudadano contra la corrupción, al bien común por sobre el interés personal y al empleo en el Estado como
un servicio público. Esto no ha ocurrido en gran parte de las repúblicas de América Latina y es su gran
problema desde su independencia hasta la actualidad. Esta es la “madre del cordero”. La mayoría de países
no han podido ir más allá de este Estado orgánico y formal heredado de la Colonia. ¿Es que acaso el Estado
aquí no ha sido una estructura para la dominación del pueblo, un resabio colonial burocratizado,
monstruoso e indolente y el botín que hay que repartir entre quienes asumen el poder? Entonces, TRAS
180 AÑOS DE VIDA REPUBLICANA, AQUÍ EL ESTADO... HA FRACASADO.
Ciertamente, 500 años de colonialismo español e institucionalidad republicana han dejado huella en los
pueblos originarios de los Andes centrales. Pero aquí ha sido para mal. Si no¿Cómo explicamos que quienes
construyeron Tiawanaku y Machu Picchu cultivaron millones de hectáreas en los Andes, domesticaron
plantas y animales y descubrieron los métodos y técnicas para regar y ocupar el desierto... hoy deban ser
alimentados con alimentos donados por la caridad internacional? ¿Es que acaso no han sido casi 500 años
de dominio mediante el alcoholismo, LA COCA (y la consiguiente involución genética masiva), la extirpación
de idolatrías y del conocimiento ancestral, la dominación de la masa popular por la ignorancia, el imperio
de los “grandes señores de horca y cuchillo?”
De allí que podemos explicar cómo los pueblos originarios de estas tierras sólo sienten a la institucionalidad
republicana que los gobierna como una imposición cultural externa y ajena a sus costumbres e intereses.
Por lo cual reivindican un estatus de nación prevaleciente o anterior a las repúblicas, e incluso a la
conquista española misma. La opción de la conciencia nacional en los habitantes de los Andes centrales se
remite paradójicamente..., al imperio del Tawantinsuyo.
La opción étnica.
Un ordenamiento territorial andino en colisión con la modernidad. Los pueblos originarios andinos se
aprestan a resistir a la globalización y la modernidad. La globalización les encontró sin empresas, sin
conocimientos, sin educación y en un espacio geográfico y social profundamente desestructurado. Es que
ahora casi no tienen opciones de desarrollo y no confían en los extranjeros ni ONG´s o “desarrollos
alternativos”. Razones no les faltan, porque además de las históricas y antropológicas están las
geográficas: El ordenamiento territorial de los Andes Centrales está en colisión con la modernidad, con la
“globalidad”. Las tierras altas están en desventaja a la hora de competir en un mundo globalizado, porque
es más caro vivir y producir en ellas respecto a las tierras bajas. De una parte, las nuevas redes de flujos de
materias, información y conocimiento interrumpen los corredores tradicionales y el cuerpo social en estos
espacios geográficos antes aislados. De otra parte, la urbanización, el crecimiento y hegemonía de las
ciudades, países y empresas exitosas; se extienden sobre territorios cada vez más extendidos.
3. Ambos procesos provocan una fragmentación de los hábitat naturales y culturales y una desestructuración
social y económica y deterioro ambiental. Asimismo, provocan un drenaje de recursos naturales
(renovables o no) y conocimientos sin compensación y sin visión estratégica de desarrollo hacia los espacios
geográficos, actividades y sociedades tradicionales de las tierras altas. El resultado: los pueblos alto-andinos
se encuentran hoy entre los de menor desarrollo humano del planeta.
¿Qué opción de desarrollo tienen los 10 millones de habitantes que habitan el Altiplano de los Andes
Centrales, sobre los 3500 metros de altitud? Muy pocas en el contexto actual. Las fabulosas riquezas
mineras de antaño (plata y estaño) ya no son fuente de poder. Y en la Era Post-industrial o del
Conocimiento, la razón, el juicio crítico, el debate y la proactividad al cambio no son precisamente los
atributos de los cuales se han nutrido los pueblos originarios de los Andes Centrales en su estructura
social. Han sido educados para obedecer, no para pensar. Así las cosas, no es de extrañar que sigan el
designio de líderes oportunistas que no tienen cabida en otro contexto de racionalidad en el siglo XXI.
Hoy no existe una segunda o tercera vía al desarrollo en el mundo. Hay una sola: la del conocimiento y el
cambio basado en la razón. Pero, en sociedades como las alto-andinas donde no impera la razón, tiende a
producirse la involución. Quien grita más fuerte o disemina más odio y conflicto, es considerado el líder, un
Mesías al cual seguirán ciegamente... hasta que la cruda realidad retrotraiga a estos pueblos a su real
condición, cada vez más precaria. De allí que muchos consideren viable la opción de convertirse en narco-
repúblicas exportadoras de cocaína: el negocio que mueve más dinero en el mundo después de las armas
¿Y de qué vale cuidarle las narices a los gringos, si Santa Cruz de la Sierra, Cali o Panamá han surgido por el
narcotráfico?
Ese es el escenario histórico, geográfico y cultural del conflicto en desarrollo en los Andes Centrales. Una
mezcla explosiva y un círculo vicioso de resentimiento, exclusión y miseria, donde satisfacer la reclamación
boliviana de salida al mar poco cambiarán las cosas.
Los grandes negocios globales fuera del Altiplano. Los grandes negocios globales y las herramientas del
desarrollo legal están en las tierras bajas colindantes con el Altiplano. El Oriente petrolero de Santa Cruz y
Tarija con el 30% de la población, producen la mayor parte del ingreso y los impuestos en Bolivia y poseen
las reservas de hidrocarburos más importantes del continente junto con Venezuela, así como condiciones
naturales para la agricultura y ganadería a gran escala. Uno de los procesos de crecimiento más dinámicos
de Sudamérica y en un territorio mediterráneo: ha atraído a un millón de collas a emigrar allí en los últimos
20 años.
Sin embargo, la república de Bolivia ha quedado excluida del negocio global de exportación del gas y con
ello se cierra ciertamente una opción de desarrollo para sus tierras bajas, ya dependientes de la
exportación de hidrocarburos a Argentina y Brasil. Ciertamente, los intereses globales de las tierras bajas
del Oriente petrolero y las reivindicaciones locales xenofóbicas de las tierras altas del Altiplano, han hecho
crisis y ahondarán la desestructuración de este país. En la vertiente del Pacífico el milagro económico
minero ha permitido que el norte de Chile produzca hoy el 45% del cobre del mundo, mediante la inversión
de 24.000 millones de dólares a partir de 1985, a la vez que otros $12.000 millones esperan concretarse
hasta el 2010. La prosperidad y el éxito de Chile dependen de sus territorios del norte, hoy el principal
“cluster” minero del planeta. Pero necesitan de agua y de energía a precios competitivos.
Con los tratados de libre comercio ya suscritos y en vigencia con el mundo desarrollado, con una
formidable infraestructura y logística exportadora y una calidad reconocida a nivel mundial; Chile dispone
en sus regiones del norte un millón de hectáreas para desarrollar la agricultura de desierto y convertirse
también en una potencia agroalimentaria de productos de climas cálidos subtropicales y de altura, en el
hemisferio sur y en contra estación. Esto es, multiplicar por cinco el área actual de cultivos de exportación
de Chile y arraigar allí varios millones de personas en pocas décadas. Pero falta el agua ¿Dónde está el
agua? En las tierras altas de los Andes. Chile ha detectado 45.000 millones de m3 de aguas en el altiplano
de Arica en su territorio. Pero esto no es nada comparado con los 950.000 millones de m3 de aguas del
Titicaca y del “acuífero aymara” que esconden las tierras de la meseta del Collao. Una de las reservas de
4. agua dulce más grande de Sudamérica y que alimenta un avenamiento subterráneo natural gigantesco.
¿Chile negociará agua y energía en desventaja frente a quienes controlarán el acceso en las tierras altas de
Bolivia? ¿El sol y el viento no constituyen la mayor reserva energética del planeta y el desierto de Atacama
acaso no es uno de los lugares mejor dotados por la naturaleza? ¿Qué dicen los aymaras? El conocimiento
ancestral ¿tiene algo que decir? ¿Y si el Dios Viracocha tuviera razón y las aguas fluyeran por grandes
“venas de agua subterránea” desde las tierras altas de los Andes y las cuencas del Titicaca hasta el mar y las
tierras bajas de Tarapacá?
En realidad, negociar agua y energía por el acceso soberano al mar es un eufemismo en este nuevo
escenario. Un nuevo engaño y una nueva falsa ilusión a los habitantes de las tierras del Altiplano que
merecen saber la verdad. Chile NO NECESITA del gas ni del agua de Bolivia, ni les dará un centímetro de
territorio. En 1975 y 1976 Pinochet utilizó magistralmente el canje de territorios con Bolivia para ganar
tiempo... frente al Perú entonces decidido a recuperar Arica. Hoy, el equilibrio militar es distinto. A Chile
sólo le basta desarrollar conocimiento y tecnología para resolver estas necesidades en su territorio... y en
forma natural.
Las naciones pluriculturales de Sudamérica en crisis. Los conflictos ahora no surgen por la ideología política,
por el nacionalismo o por la economía. En este siglo XXI SE LUCHA POR LA CULTURA, por la identidad
cultural de los pueblos.¿Cómo enfrentar estos desafíos en la Globalidad? Con la pluriculturalidad, la
tolerancia y el destino común de los pueblos. Los europeos son un buen ejemplo: supieron dejar de lado
sus diferencias nacionales que causaron 50 millones de muertos en el pasado siglo constituyendo la Unión
Europea basada en la cultura como valor supremo y el bienestar común de los pueblos que la integran. Y
los asiáticos están en lo mismo.
Pero en Sudamérica, el concepto de naciones pluriculturales está haciendo crisis en Bolivia, Perú y Ecuador.
Con las inmensas y crecientes carencias e injusticias, la pluriculturalidad aquí es asimétrica. Es
INSOSTENIBLE. La desestructuración y exclusión social y económica y el deterioro del medio ambiente son
el “leitmotiv” para convencer a las inmensas masas de desposeídos, ignorantes y excluidos de los Andes
Centrales, a la lucha contra todo lo establecido y a la recuperación de la territorialidad.
Es así como las etnias originarias de los Andes centrales están en un proceso de revertir la estructura
política en sus respectivos países y arremeter contra quienes culpan de sus males. Cuentan con una
identidad cultural fuerte reconocida mundialmente y en crecimiento y con medios masivos de
comunicación impensados en otros tiempos. En Perú, Ecuador y Bolivia son la mayoría de la población,
ocupan casi todo el espacio rural y rodean las principales ciudades y centros del poder político con
inmensos asentamientos humanos. En “invasiones” dicen los criollos y el estado formal. Pero para sus
ocupantes son la “recuperación” del territorio ancestral; el espacio de su nación prevaleciente o anterior a
las repúblicas. Ahora ellos están para quedarse allí definitivamente, mientras los criollos retroceden y se
enrumban por centenares de miles al aeropuerto... a Miami y al primer mundo. El conflicto de etnias es el
fundamento ideológico de Evo Morales y su Movimiento al Socialismo en Bolivia, de Lucio Gutiérrez y el
Consejo Nacional Indígena en Ecuador y del movimiento Humala en Perú. Para bien o para llevarlos al
magnicidio, las opciones étnicas están allí como respuesta al descrédito de la política e ideologías
tradicionales y del fracaso del Estado.
La recuperación de la “Nación Aymara” según Evo Morales y Felipe Quispe, puede significar el fin de la
república de Bolivia y unificar el Collao boliviano con la región de Puno en Perú el Collasuyo y apartar las
tierras bajas de Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni, colonizadas por extranjeros (sijs y mennonitas). ¿La Nación
Aymara llegará al mar? Esta opción es viable porque los aymaras ya son mayoría en las tierras costeras de
Tacna y Moquegua y allí la bandera de siete colores está reemplazando al bicolor peruano. ¿Acaso un
“estado-colchón” entre Perú y Chile?
En Perú, los Humala (réplica oportunista de los movimientos étnicos consolidados de Ecuador y Bolivia) ya
sueñan con instalarse en la Plaza Mayor de Lima, someter a la antigua Ciudad de los Reyes a la autoridad de
la “choledad” y de sus reservistas analfabetos y efectuar una limpieza étnica...¡los blancos a Miami o al
paredón! Pero sueñan aún más en un país nostálgico de su grandeza imperial incaica de antaño: la
5. reconformación del Tawantinsuyo desde el sur de Colombia hasta el norte de Argentina y Chile. Los cuatro
suyos. Algo que está por verse, porque por lo menos por el norte las etnias originarias son mayoría en los
Andes del Ecuador y el Consejo Nacional Indígena del Ecuador es un movimiento político fuerte que hoy
gobierna allí (más mal que bien) con Lucio Gutiérrez. ¿Guayaquil, los “monos” y las tierras costeras
formarán otra nación, si dominan el comercio, las exportaciones y el sustento tributario del Estado
ecuatoriano? ¿Sabremos enfrentar este conflicto no convencional? En la década de 1990 asistimos al
desmembramiento de poderosos Estados como la Unión Soviética y Yugoslavia en múltiples naciones, y a la
“limpieza étnica” como forma de asegurar la territorialidad de un espacio geográfico. Pero eran conflictos
lejanos. Ahora asistimos al desarrollo de conflictos “étnicos” en nuestra propia casa o vecindad. ¿Cómo
enfrentaremos este conflicto? Esta confrontación es distinta y no será convencional.
En esta nueva forma de conflictos, el estado de derecho, los ejércitos más poderosos y los más resonantes
éxitos económicos NO SERVIRAN DE NADA. Nos guste o no, los excluidos y los desposeídos tienen en la
identidad cultural su más eficiente arma en el siglo XXI. La resistencia del Islam en Irak y Palestina frente a
la ocupación de los más poderosos ejércitos del mundo y el poder del dinero es un buen ejemplo. ¿Chile
será la muralla de tope al estallido étnico en los Andes Centrales y el asilo a los grupos sociales
desarraigados por el conflicto? Es el único Estado nacional en la zona. Sólo Chile tuvo a un Diego Portales
como forjador de la Nación y esa es su principal fortaleza como país desde hace 170 años. Hoy confía en su
condición de país líder de Latinoamérica y en su mejor momento histórico en una férrea vigilancia y control
de fronteras y en una superioridad militar evidente. Además Chile se dirige a ser gobernado desde el
2006... por el neo-pinochetismo de base popular con Joaquín Lavín.
El previsible y a la vez inquietante retorno del neo-pinochetismo al poder en Chile, sin duda transformará el
escenario y el equilibrio en la región. Un régimen fuerte en una nación con territorios e intereses en tres
continentes y sobre una extensión de 13 millones de Km2 en el Océano Pacífico hasta Isla de Pascua y la
Antártica, son prioridades mayores de geopolítica global, pero muy distintas al “lejano” conflicto étnico de
los Andes Centrales.
En el caso de los prósperos territorios de Santa Cruz, Tarija, Pando y el Beni en Bolivia, se levanta el
concepto de República Federal o el secesionismo de la agónica república gobernada desde La Paz,
confiados en su génesis histórica, su progreso económico y capacidad de organización. La génesis de una
nueva Nación. En similitud con Ecuador, en Bolivia los habitantes de las tierras bajas tienen “al toro por las
astas”; es decir, sostienen económicamente al Estado republicano residente en las tierras altas y pueden
escindirse de la capital.
En Perú, ¿los grupos étnicos blancos, criollos o foráneos tienen conciencia de esta situación? Pocos ven en
el Perú como las etnias originarias ocupan ciudades, calles y plazas, agrediendo con su suciedad,
informalidad y estridencia, para recuperar espacios. Para que los “blanquiñosos” y “colorados” sean
desplazados. En Perú, la salida parece será el aeropuerto... porque a diferencia de sus vecinos Bolivia y
Ecuador, hoy los grupos criollos han perdido el poder y la voluntad de liderazgo son minoría incluso en Lima
y aspiran a vivir en Miami.
Estas son las tremendas y crecientes asimetrías y desigualdades socioeconómicas y culturales entre países y
tierras altas y bajas en los Andes Centrales. ¿Se necesitan refundar las repúblicas, pero creando
simultáneamente una Nación? Parece ser ya muy tarde y no aparece el líder que pueda personificar esta
tarea en el marco democrático tradicional. Los Estados republicanos en Bolivia (y pronto puede ser el Perú)
están agonizando y sus líderes políticos no los salvarán. Bolívar ha sido superado por Pachacútej... Se
vienen tiempos difíciles sin duda y extraños incomprensibles para muchos. Los conflictos no serán entre
países sino al interior de los países, frente a la ebullición de naciones ancestrales en demanda de su
territorialidad. Al punto que Arica y El Alto serán los puntos neurálgicos del conflicto.
¿Porqué El Alto la aglomeración indígena que rodea a La Paz? Es la nueva capital cultural del Altiplano, una
creación aymara en las tierras altas pobladas por 10 millones de personas en vigorosa efervescencia.
¿Porqué Arica? Siempre ha sido clave para el control de la costa del Pacífico en Sudamérica, el punto
6. neurálgico entre el norte y el sur, y entre el mar y la cordillera. Ambos puntos simbolizan dos naciones y
dos organizaciones y estilos de vida distintos. Un conflicto de ideas y símbolos, de migración y desarraigo
de los ciudadanos más prósperos y capacitados, de intensificación de asimetrías y desigualdades.
¡A leer y comprender la historia, la cultura y la territorialidad de las naciones en conflicto en los Andes
Centrales! El mapa político de Sudamérica está por cambiar, Por la Fuerza o La Razón. Cundo se tiene
seguro el capital eje principal de la política no queda otra situación que la de inclinarse ante la adversidad,
tenemos todos los puertos con cartas políticas y control de suministros básicos como energía en puntos
cruciales de la geografía de los vecinos del norte.
Nuestra gente los aventaja por el civismo practico, no hay analfabestismo, ellos los del norte, son
indiferente prefieren la seguridad de sus bolsillos como hace más de 100 años, aprovechemos esa
oportunidad que pocas veces se presenta en el mundo, como hace cien años, se vuelve a dar las mismas
coyonturas y las condiciones, eso no podemos de dejar de lado preocupaciones tacticas inexistentes, por la
preparación y equipamiento que tenemos desde hace 12 años que por razón o por la fuerza, tendremos lo
que perdimos en la Haya.
Con la candidata japonesa no hay problema con ellos porque sabemos que tienen un precio alto y los
interesados están de acuerdo solventar; PERO con el cholo Ollanta Humala ese parece peor que Juan
Velasco Alvarado y se tiene que efectuar medios blanco o negros con el fin de tenerlo como puente roto,
ante sus electores se tiene que actuar por medio de la sorpresa como los japonese en Pearl Harbor, sino es
muy dificil acabarlo, el pueblo lo apoya y adios a los privilegios.
-- "La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los
conocimientos"...