3. La primera noche en el hotel, no fue la mejor, pero se pudo dormir un poco más que la noche anterior en el viaje en barco, gracias sobretodo, a la hora de regalo por el cambio al horario de invierno. Bajamos a desayunar al buffet libre del hotel, y nos pusimos las botas, entre: embutidos, carnes, huevos fritos, todo tipo de pastelería, zumos, cereales, fruta, yogures, etc. Volvemos a subir a la habitación para cambiarnos y ponernos el “traje” de ciclista, y a mi no se me ocurre mejor idea, que hacer el cafre con el gorro de baño. Se me había ocurrido que saliéramos de esta guisa, la última etapa, para “celebrar” Halloween, y quedarnos con la peña, pero no hubo consenso y desechamos la idea. Este día llevaba el maillot de la 2ª Marcha en BTT de Castelldefels.
4. ¡¡¡ SORPRESA !!! Este es el vehículo que iba a llevar nuestras “máquinas” hasta Maó. No hubo nadie que no esbozara una sonrisa al ver el camión.
5. Como vemos que va para rato, decidimos hacer una escapada.
6. Y como ya es sabido que nos gusta ir los últimos, mientras los bikers cargan sus “máquinas” en el volquete, nosotros aprovechamos para sacar unas fotos de la playa más cercana, Cala Blanca.
7. Cuando volvimos no quedaba sitio para nuestras bicis, así que las metimos en el maletero del autocar. Mejor, más protegidas.
8. El autocar nos deja cerca de la salida, así que cogemos la bicicleta y vamos hasta la Plaça de la Constitució. La famosa muralla medieval de Maó, donde se pueden ver sus dos torres.
9.
10. El Pont de Sant Roc, con sus dos torreones, formaba parte de la antigua muralla medieval. El camino conducía, por el camino viejo, a Alaior. Al lado la iglesia de Santa María, donde los profesionales invitados esperaban, sentados en la escalera, el comienzo de la segunda etapa de “Sa Volta”.
11. Emilio al lado de un coche de la policía local de Maó. Al principio de las etapas nos escoltaban por las calles, por delante y por detrás del pelotón.
12. Muchos participantes dejan sus bicicletas en la salida para ir al control de firmas, donde se deja constancia que se toma la salida, anotando el DNI y la firma.
14. La salida desde la Plaça de la Constitució, estaba a punto de comenzar.
15. Esta segunda etapa fue, con diferencia, por la que más asfalto rodamos. Pero como digo yo: “Mientras sea subida … ”
16. Una cosa que nos sorprendió fue que toda la vegetación estaba muy verde, no parecía que estuviéramos en otoño, casi recién salidos del verano. Se ve que en la isla la humedad es muy elevada y por ello estos paisajes tan verdes.
17. Como una rosa estaba Emilio después de un tramo rompe-piernas y una durilla subida final.
18. Esta segunda etapa, la más larga de las tres de las que constaba esta Volta a Menorca, transcurrió principalmente por el interior de la isla, no en su totalidad, ya que es prácticamente imposible no visitar alguna playa o cala de la costa menorquina. Desde el sudeste de la isla, en Maó, fuimos hacia el norte, para visitar el Parque Natural de S’Albufera des Grau, donde todo era pista ancha muy ciclable, para después bajar hacia el sur hasta la población interior de Alaior, donde tuvimos nuestro avituallamiento. Después fuimos más hacia el sur hasta la costa, más concretamente hasta Cala en Porter. Una vez allí fuimos bordeando las calas por un estrecho sendero hasta Calescoves, donde disfrutamos de las vistas, para después volver hacia el interior y hacia el este hasta llegar a Maó, final de etapa.
19. Emilio por delante de los dos bikers vascos, de San Sebastián, que conocimos en Menorca, Fernando y Asier. Menuda casualidad, para una vez que vamos por delante de ellos, va y nos hacen una foto.
21. En Alaior tenemos el avituallamiento fuerte del día, donde nos esperan unos mini-bocadillos, bebida isotónica, zumos, fruta, y barritas energéticas para atiborrar a cualquiera.
22. Y mientras comemos y descansamos todo el pelotón, algunos bikers con mucha pericia hacen una demostración de control sobre las dos ruedas. Desde simples caballitos, hasta subir escalones demostrando su equilibrio. Emilio y yo nos quedamos pasmados.
23. Este biker era el más habilidoso, incluso se sentó en el manillar y pedaleó al revés, como podéis ver.
24. Fotos de la organización que nos hicieron bajando el Camí de Cutaines, que vendían al final de las etapas.
25. ¡Vaya hombre, que mala suerte! Después de una bajada bastante rápida y con muchas piedras, Emilio tuvo el único pinchazo que tuvimos durante toda la Volta a Menorca. Mucho “tubeless” que se supone que no pinchan con facilidad, pero tuvimos que poner una cámara que llevaba de repuesto. Una “vaca” del club de Ciutadella, nos prestó sus desmontables y se marchó. Estuvimos buscándolo para devolvérselos, pero no lo encontramos y se los dimos a otro miembro del club.
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27. Nos acercamos a una de las calas más bonitas de toda la ruta, Calescoves.
29. En algunos tramos se podía pedalear fácilmente, pero en otros la prudencia invitaba a bajarse de la bici e ir a pie.
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31. Toda la zona está llena de pequeñas cuevas. Por algo se llama Calescoves.
32. Las fotos de rigor para dejar constancia de nuestro paso por Calescoves. A mi me pillan poniéndome el culote en su lugar, y Emilio no pierde oportunidad para enseñar su número de la “suerte”.
33. Desde la Plaça de la Conquesta, donde se encontraba la meta, se puede ver esta vista de la entrada natural al puerto de Maó.
34. El puerto de Maó donde atracamos la madrugada anterior.
35. Y en la meta, de nuevo, el espectáculo de David Cachón sobre su bici de trial. Una vez acabada la exhibición, fuimos al encuentro del autocar para volver al hotel, deseando pillar la ducha y una buena cena en el buffet. Mañana más.