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34 Razones según san Juan Eudes para admirar el Corazón de la Santísima Virgen María.
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NOVENA AL CORAZÓN DE MARÍA CON TEXTOS DE SAN JUAN EUDESNOVENA AL CORAZÓN DE MARÍA CON TEXTOS DE SAN JUAN EUDES
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34 Razones según san Juan Eudes para admirar el Corazón de la Santísima Virgen María.

  1. 34Razones según san Juan Eudes para admirar el Corazón de la Santísima Virgen María. El Corazón de María es llamado justamente Corazón admirable, pues es abismo de maravillas. El Espíritu divino hace que en todo el universo se cante este glorioso elogio: Madre admirable. Admirable en todos sus pensamientos, sus palabras, sus acciones. 1.Admirable por la belleza angélica y la pureza seráfica de tu cuerpo virginal. 2.Admirable por la santidad eminentísima de tu alma bienaventurada. 3.Admirable por todas las facultades de ambos de las que hiciste siempre santísimo uso para gloria del Santo de los santos. 4.Admirable en tus sufrimientos que te hicieron digna de ser asociada con el Salvador a la obra de la redención del mundo. 5.Admirable en todos los estados y misterios 6.Admirable en su Concepción inmaculada, 7.Admirable en su santo nacimiento, fuente
  2. de tu vida, todos ellos, abismos de maravillas. colmada de milagros. indecible de gozo eterno para todo el universo. 8.Admirable por su nombre sagrado de María, tesoro de grandezas y maravillas. 9.Admirable por tu angelical y divino matrimonio con san José. 10.Admirable en tu celeste coloquio con el arcángel san Gabriel cuando te anunció el misterio inefable de la Encarnación. 11.Admirable en todo lo que pasó en ti, en el momento feliz en que este misterio incomparable se realizó. 12.Admirable en todos los instantes de los nueve meses durante los cuales el Verbo encarnado permaneció en calidad de Hijo único en tus benditas entrañas. 13.Admirable en todos los pasos su viaje para visitar a su prima Isabel. 14.Admirable en todas las palabras contenidas en el cántico divino que pronunciaste luego de saludarla. 15. Admirable por los efectos milagrosos de luz, de gracia y santificación que obraste en el alma del pequeño Juan Bautista y en el alma de sus padres, durante los tres meses que permaneció con ella en su casa. 16.Admirable en todos los milagros sucedidos en el divino alumbramiento. 17.Admirable en la cruenta y dolorosa circuncisión de su Hijo. 18.Admirable al imponerle el santo nombre de Jesús que con san José le diste, según el mandato que recibieron de parte 19.Admirable en la caridad inigualable que tuviste en el primer milagro que él hizo en las bodas de Caná.
  3. del Padre eterno por mediación de san Gabriel 20.Admirable en el poder absoluto que tu Hijo te ha dado sobre todos los seres corporales y espirituales, temporales y eternos, que dependen de él. 21.Admirable en la parte infinita que tienes en el Santísimo Sacramentos del altar. ¿Por qué digo parte, si lo tienes todo allí? 22.Admirable en la caridad incomprensible con la que continuaste a darnos, con tu Hijo, por este divino sacramento, los inmensos tesoros que diste a todos los hombres en general por el misterio de la encarnación. 23.Admirable en la vida soberanamente gloriosa e infinitamente dichosa que tienes en el cielo desde que estás allí y que tendrás por toda la eternidad. 24.Admirable finalmente por todos los privilegios muy singulares y las prerrogativas exclusivas, con que Dios te honró. 25.Admirable por todas las virtudes que practicaste en este mundo, en el grado más alto que es dable pensar. 26.Admirable en la participación especialísima que te hizo de su cruz y sus sufrimientos. 27.Admirable en el sacrificio que hiciste de él mismo al pie de la cruz, con de tantísimo dolor y amor, por el género humano y por quienes lo crucificaron. 28.Admirable por tus oraciones fervorosas para su gloriosa Resurrección. 29.Admirable por todo lo que ocurrió de forma extraordinaria entre tu Hijo y tú misma cuando resucitado te visitó en primer lugar. 30.Admirable por la parte privilegiada que tuviste en su triunfante Ascensión. 31.Admirable en las divinas disposiciones con las que recibiste el Espíritu Santo el día de Pentecostés y en los efectos prodigiosos que obró en tu alma.
  4. Nuestra inteligencia no puede llegar a estimar y a amar algo sin conocer lo que lo hace digno de ser estimado y amado. Saint Jean Eudes, OC VI, 156, 157, 158, 159, 160, 161, 162. 32.Admirable en el celo ardentísimo y en la caridad incomparable que ejerciste en la Iglesia naciente, mientras estuviste en la tierra, después de la Ascensión de tu Hijo. 33.Admirable en todos los momentos de tu vida, plenos de prodigios, empleados en el servicio y el amor del Rey de los siglos. 34.Admirable en tu santa muerte, mejor llamada vida que muerte.
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