El Corazón de Jesús y María nos revelan el amor extremo de Dios por nosotros y nos enseña a amar hasta el extremo de dar la vida por los demás.
En 1648, durante una gran misión que Juan Eudes daba en Autun, obtuvo del obispo Claudio Ragny de la Madeleine la autorización para celebrar solem-nemente en la catedral la fiesta del Corazón de María, instituida por él en 1643. Para la ocasión hizo imprimir en Autun los textos, compuestos por él, de la Misa y del Oficio del Corazón de María y añadió la Misa y el Oficio de su Santo Nombre, así como dos salutacio-nes: el AVE COR SANCTISSIMUM y el AVE MA-RÍA, FILIA DEI PATRIS, precedidos cada uno de una introducción y seguidos de las aprobaciones requeridas.
34 Razones según san Juan Eudes para admirar el Corazón de la Santísima Virgen María.
1. 34Razones según san Juan Eudes para
admirar el Corazón de la Santísima Virgen María.
El Corazón de María es llamado justamente Corazón admirable, pues es abismo
de maravillas.
El Espíritu divino hace que en todo el universo se cante este glorioso elogio:
Madre admirable.
Admirable en todos sus pensamientos, sus palabras, sus acciones.
1.Admirable por la
belleza angélica y la
pureza seráfica de
tu cuerpo virginal.
2.Admirable por la
santidad
eminentísima de tu
alma
bienaventurada.
3.Admirable por
todas las facultades
de ambos de las
que hiciste siempre
santísimo uso para
gloria del Santo de
los santos.
4.Admirable en tus
sufrimientos que te
hicieron digna de
ser asociada con el
Salvador a la obra
de la redención del
mundo.
5.Admirable en todos
los estados y misterios
6.Admirable en su
Concepción inmaculada,
7.Admirable en su santo
nacimiento, fuente
2. de tu vida, todos ellos,
abismos de maravillas.
colmada de milagros. indecible de gozo eterno
para todo el universo.
8.Admirable por su
nombre sagrado de María,
tesoro de grandezas y
maravillas.
9.Admirable por
tu angelical y
divino matrimonio
con san José.
10.Admirable en tu
celeste coloquio con el
arcángel san Gabriel
cuando te anunció el
misterio inefable de la
Encarnación.
11.Admirable en todo lo que
pasó en ti, en el momento feliz
en que este misterio
incomparable se realizó.
12.Admirable en
todos los instantes de
los nueve meses
durante los cuales el
Verbo encarnado
permaneció en
calidad de Hijo único
en tus benditas
entrañas.
13.Admirable en todos los
pasos su viaje para visitar a su
prima Isabel.
14.Admirable en todas las
palabras contenidas en el
cántico divino que
pronunciaste luego de
saludarla.
15. Admirable por
los efectos
milagrosos de luz, de
gracia y santificación
que obraste en el
alma del pequeño
Juan Bautista y en el
alma de sus padres,
durante los tres
meses que
permaneció con ella
en su casa.
16.Admirable en todos los
milagros sucedidos en el
divino alumbramiento.
17.Admirable en la cruenta y
dolorosa circuncisión de su
Hijo.
18.Admirable al
imponerle el santo
nombre de Jesús que
con san José le diste,
según el mandato que
recibieron de parte
19.Admirable en la caridad
inigualable que tuviste en el
primer milagro que él hizo en
las bodas de Caná.
3. del Padre eterno por
mediación de san
Gabriel
20.Admirable en el
poder absoluto que tu
Hijo te ha dado sobre
todos los seres
corporales y
espirituales, temporales
y eternos, que
dependen de él.
21.Admirable en la
parte infinita que
tienes en el Santísimo
Sacramentos del altar.
¿Por qué digo parte, si
lo tienes todo allí?
22.Admirable en la
caridad incomprensible
con la que continuaste a
darnos, con tu Hijo, por
este divino sacramento,
los inmensos tesoros
que diste a todos los
hombres en general por
el misterio de la
encarnación.
23.Admirable en la vida
soberanamente gloriosa e
infinitamente dichosa que
tienes en el cielo desde que
estás allí y que tendrás por
toda la eternidad.
24.Admirable finalmente
por todos los privilegios
muy singulares y las
prerrogativas exclusivas,
con que Dios te honró.
25.Admirable por todas
las virtudes que practicaste
en este mundo, en el grado
más alto que es dable
pensar.
26.Admirable en la
participación
especialísima que te
hizo de su cruz y sus
sufrimientos.
27.Admirable en el
sacrificio que hiciste de
él mismo al pie de la
cruz, con de tantísimo
dolor y amor, por el
género humano y por
quienes lo crucificaron.
28.Admirable por tus
oraciones fervorosas
para su gloriosa
Resurrección.
29.Admirable por todo lo
que ocurrió de forma
extraordinaria entre tu Hijo
y tú misma cuando
resucitado te visitó en
primer lugar.
30.Admirable por la parte
privilegiada que tuviste en
su triunfante Ascensión.
31.Admirable en las
divinas disposiciones con
las que recibiste el Espíritu
Santo el día de Pentecostés
y en los efectos prodigiosos
que obró en tu alma.
4. Nuestra inteligencia no puede llegar a estimar y a amar algo sin conocer lo que lo
hace digno de ser estimado y amado.
Saint Jean Eudes, OC VI, 156, 157, 158, 159, 160, 161, 162.
32.Admirable en el
celo ardentísimo y en la
caridad incomparable
que ejerciste en la
Iglesia naciente,
mientras estuviste en la
tierra, después de la
Ascensión de tu Hijo.
33.Admirable en
todos los momentos de
tu vida, plenos de
prodigios, empleados
en el servicio y el amor
del Rey de los siglos.
34.Admirable en tu
santa muerte, mejor
llamada vida que
muerte.