Te invitamos a rezar, Triduo en honor a San José
“Entre todos los demás santos, se tendrá especial devoción a San José” San Juan Eudes, OC IX, 177
La vida cristiana, arma San Juan Eudes: es continuar y completar la vida de Jesús y esta va a consistir en un profundo amor al Padre, a su Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, y de una forma particular al hombre, por lo que todo lo que tenemos en nuestro entorno y lo que nos acontezca a diario dentro de nuestras labores cotidianas debe servirnos para corresponder al amor que Dios nos ha profesado desde los siglos.
1. Triduo en honor
a San José
“Entre todos los demás santos, se tendrá
especial devoción a San José”
San Juan Eudes, OC IX, 177
PRESENTACIÓN
La vida cristiana, afirma San Juan Eudes: es
continuar y completar la vida de Jesús y
esta va a consistir en un profundo amor al
Padre, a su Espíritu Santo, a la Santísima
Virgen, y de una forma particular al
hombre, por lo que todo lo que tenemos en
nuestro entorno y lo que nos acontezca a
diario dentro de nuestras labores cotidia-
nas debe servirnos para corresponder al
amor que Dios nos ha profesado desde los
siglos.
Ahora bien, dentro de la vida de la Iglesia, tenemos como don de Dios la vida de los
santos que, serán para nosotros nuestros hermanos y amigos que nos han antecedi-
do de manera especial a la Gloria de Dios. Pero ¿en que influyen los santos en este
tiempo? Se diría que mucho, pues todos ellos buscaron amar a Dios y hacerlo amar,
por tal motivo, San Juan Eudes le tendrá a ellos gran devoción y buscará de su ayuda
para responder al amor incomprensible de Dios, un amor que se desborda y se hace
patente en el Misterio de la Encarnación.
2. Dicho lo anterior, San Juan Eudes le
tendrá gran devoción de manera especial
a los santos y santas que participaron de
la vida de Jesús y que saben como
amarlo, por ello, San José será uno de sus
santos predilectos, porque supo amar a
Jesús y María de una manera singular; es
decir, este santo supo fortalecer su capa-
cidad de decisión y de donación; optó
por asumir el rol de padre de Jesús, aún
en las condiciones tan particulares en las
que se consolidó esta realidad, y por con-
siguiente, su decisión estuvo enraizada
desde el amor, dado que, se donó de tal
manera al Hombre-Dios que no impor-
tándole lo que pudiera pasar, luchó para
que Él tuviera lo necesario.
De esta manera, San José es el modelo
perfecto de los santos para imitar por su
amor a Dios y a la Santísima Virgen María;
por lo que este Triduo en honor a San José
tendrá como objetivo rendirle a Dios un
homenaje por la presencia de San José en
la vida de la Iglesia, de manera que,
orando a este gran santo, se logre amar a
Dios con un corazón puro y con puro
amor.
Por tanto, desde la Unidad de Espiritualidad Eudista, les propiciamos este Triduo de
amor que les apoyara en su vida espiritual; esperamos que sea de gran provecho y
puedan así, vivirlo de tal manera que su único fin sea el de morir de amor por Jesús y
María.
3. ¿Cómo rezar
este Triduo?
San Juan Eudes nos enseña: Al comenzar la lectura elevemos el espíritu a
Dios declarándole que queremos hacerla por amor a él y rogándole que nos
dé luz y gracia para hacerla debidamente
Después:
1.Invocar el Nombre de la Santísima Trinidad
2.Oración para todos los días: Ave Joseph Imago Dei Pater
3.Lectura Eudista
4.Rosario de amor de San José
5.Oración conclusiva
6.Algunas recomendaciones de San Juan Eudes entorno a la devoción
a San José y su Solemnidad
7.Bendición final
4. Ave Joseph imago Dei Pater
Alégrate, José, padre de Dios Hijo
Alégrate, José sagrario del Espíritu Santo
Alégrate, José, amado de la Santa Trinidad
Alégrate, José, compañero fiel de gran
consejo
Alégrate, José, digno esposo de la Virgen
Madre
Alégrate, José, padre de todos los fieles
Alégrate, José, guardián de las santas
vírgenes
Alégrate, José, observante del sagrado
silencio
Alégrate, José, amante de la Santa pobre-
za
Alégrate, José, ejemplo de mansedumbre
y de paciencia
Alégrate, José, espejo de humildad y de
obediencia
Bendito tú entre todos los hombres
Bendito tus ojos que vieron lo que tú viste
Bendito tus oídos que oyeron lo que tú
oíste
Benditas tus manos, que tocaron a la Pala-
bra hecha carne
Bendito tus brazos que cargaron al que
todo sostiene
Bendito tu pecho donde el Hijo de Dios
descansó suavemente
Bendito tu corazón encendido en su
ardiente amor
Bendito el Padre eterno, que te ha elegido
Bendito el Hijo que te ha amado
Bendito el Espíritu Santo que te ha santifi-
cado
Bendita María, tu esposa, que te amó
como esposo y como hermano
Bendito el Ángel que te cuidó
Y, benditos para siempre todos los que te
bendicen y te aman. Amén
Oración para todos los días
5. El Santo de la Encarnación
Día 1
Rosario de amor de San José
Lectura Eudista
Cuando el arcángel san Gabriel le anunció que concebiría al Hijo de Dios le respondió: Soy
la esclava del Señor; que se cumpla en mí su palabra . Sin embargo, en ese momento sufrió
uno de los mayores martirios que soportó en su vida, según opina san Bernardino , pues
hubiera preferido morir mil veces antes que dar a san José ocasión para sospechar algo en
contra de su felicidad; con todo no pronunció palabra alguna y dejó que siguiera el curso de
la Divina Providencia. Es cierto, entonces, que una Virgen, y tal Virgen, esposa de tal esposo,
verse encinta, saber que su esposo la conocía, que padecía en su alma una pena increíble,
sin saber qué decir al respecto, y que tenía motivos, no conociendo todo, para terribles sos-
pechas, ella que vivía todo esto y que era en extremo sensible al pudor virginal, que podía
sanar todo esto con una palabra y librar a san José y librarse ella misma de esta experiencia
picante; sin embargo jamás dijo algo sino que prefirió sufrir en silencio esta confusión que
le era más dolorosa que la muerte.
¡Qué conformidad total a la voluntad divina! ¡Qué suplicio intolerable! ¡Que abandono total
a los caminos de Dios! ¡Fue necesario que san Gabriel de nuevo viniera desde el cielo para
advertir a san José, abrirle el secreto del acontecimiento y sacarlo de su pena!
V/. Ruega por nosotros, bienaventurado José.
R/. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo
Este rosario cuenta con treinta y cuatro cuentas o granitos en honor a los treinta y cuatro
años de la vida de Jesús y en honor a los treinta y cuatro años que la virgen permaneció con
Él.
Este rosario tiene por finalidad, de acuerdo con lo que nos enseña San Juan Eudes, el pedir-
le a San José que ame a Jesús y a María por nosotros, y que se sirva de nosotros para que
ellos sean glorificados.
Cabe señalar, que cada cuenta es una flecha encendida de amor que le lanzamos a Jesús y
a María por intercesión de San José, que como bien dice SJE, los santos aman y acogen de
manera inmediata la oración de amor a Dios.
1. Rosario elaborado por una comunidad laical que vive la espiritualidad Eudista
1
6. ¿Cómo se debe rezar?
ORACIÓN CONCLUSIVA
1. Invocación de la Trinidad (nos bendecimos)
2. Se invoca al Divino Espíritu tres veces para
que sea el orando por nosotros :
Ven Espíritu Santo
Lo anterior se debe hacer en amor y adoración
a la Santísima Trinidad que nos ha dado al
Divino Espíritu para que sea el Corazón de
nuestro corazón para orar de acuerdo con la
voluntad de Dios.
3. En las cuentas o granitos, se debe decir con
todo el gran Corazón.
Ama a Jesús y a María por mí, San José
Cada cuenta debe de decirse con todo el amor
que sea posible, para que uniéndose al de
José, sean amados Jesús y María por nosotros.
4. En las cuentas del gloria se debe decir:
Alégrate, José, imagen de Dios Padre, padre
de Dios Hijo, sagrario del Espíritu Santo:
Amado de la Santa Trinidad
Al decir esta oración, se debe tener los
mismos sentimientos de Cristo de adorar,
amar, alabar y bendecir a la Santísima Trinidad
por la persona de José.
4. oración conclusiva
Te rogamos, Señor, que nos ayuden los méritos del Esposo de tu santísima Madre, a fin de
que lo que no obtiene nuestra posibilidad nos sea dado por su intercesión. Dios que, por el
bienaventurado arcángel san Gabriel, anunciaste a la sacratísima Virgen María la concep-
ción del Salvador del mundo, concédenos que lo concibamos con mente pura y lo imitemos
con fervoroso afecto. Dios que ves que nuestros males nos perturban por doquier, concéde-
nos, te rogamos, que nos proteja la intercesión gloriosa de tu bienaventurado apóstol y
evangelista Juan. Por Cristo nuestro Señor. R/ Amén.
2. El gran corazón para San Juan Eudes entrar en el corazón de Jesús que contiene el corazón de María y de todos sus santos, que
unido al de nosotros forman un solo corazón para amar a Dios, entonces, orar esta parte del rosario de amor de San José
3. Eudes OC III, 285 Nota del tomo III: La primera de estas oraciones es la de la fiesta de San José, el 19 de marzo; la tercera, el de la
fiesta de San Juan frente a la Porte Latine, el 6 de mayo. El segundo estaba en uso en el Oratorio; Cfr. Obras del Card. de Bérulle,
ed. Migne, coll. 1752
2
3
7. ¡Oh con cuánta complacencia el Padre eterno miraba esas tres
maravillosas personas, Jesús, María y José, que le tributaban
infinitamente más gloria que todos los habitantes del cielo y
todas las criaturas del universo! ¡Oh con cuánta veneración y
admiración los ángeles contemplaban esta admirable Trini-
dad, Jesús, María y José! ¿Oh, san José, no estabas en éxtasis
continuo? (…) El sexto efecto de la humildad del Corazón
augusto de la Madre de Dios consiste en su trato con san José
a quien consideraba su esposo. Es algo maravilloso, dice santo
Tomás de Villanueva. Es la reina de las Vírgenes, la Señora del
mundo, la Madre de Dios, que no desdeña servir a un pobre
carpintero, que le ofrece de comer, a quien obedece como a
su esposo. Pero lo que más es de admirar es que prefiere sufrir
la humillación sin parangón posible antes que hacerle cono-
cer el misterio admirable que Dios ha obrado en ella, y su cali-
dad de Madre de Dios a la cual la elevó. ¡Humildad prodigiosa!
No ha tenido ni tendrá nunca otra semejante.
Lectura Eudista
Lectura Eudista
El Santo de la Familia
Día 2
El Santo del amor
Día 3
Todo como el día primero
Entre todos los santos que hay en el cielo hay varios que tienen relación especial con este
Corazón real de la Madre de Dios, el primero de ellos san José. Ciertamente, después de Dios,
san José es el primer objeto del amor de su santísima esposa y ocupa el primer puesto en su
Corazón. Siendo María toda ella de san José como la esposa lo es de su esposo, el Corazón de
María era de José. No solo le pertenecía, pues, si se dice de los primeros cristianos que tenían
un corazón y un alma, cuanto más puede decirse de la bienaventurada Virgen y de su santo
esposo, pues ellos no tenían sino un alma y un Corazón por un vínculo sagrado de amor y cari-
dad. Es claro que José no tiene sino un Corazón con María, y por tanto podemos decir que
María, no teniendo sino un Corazón con Jesús, José por consiguiente no tiene sino un Cora-
zón con Jesús y María. De suerte que como en la Trinidad adorable del Padre, del Hijo y del
8. Todo como el día primero
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Jesús, óyenos.
Jesús, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Espíritu Santo, hay tres personas que no tienen sino un
Corazón, así en la Trinidad de Jesús, María y José hay tres
corazones que no hacen sino un solo Corazón. ¡Bendito
seas, ¡Padre eterno, por haber unido tan estrechamente a
este gran santo con tu Hijo Jesús y con su dignísima
Madre! ¡Bendito seas Tú, oh buen Jesús, por haberle dado
tu Corazón y el Corazón de tu santa Madre para que fuera
su Corazón! ¡Bendito seas Tú, oh amabilísimo Corazón de
María, por todo el cariño que profesas a este gran santo!
¡Bendito sea eternamente tu noble Corazón, oh san José,
por todo el amor que ha tenido y tendrá eternamente a
Jesús y a María, por todos los cuidados que tuvo al aten-
der a las necesidades del Hijo y a la Madre, y por todos los
dolores y angustias que sufrió en medio de los sufrimien-
tos, desprecios y malos tratos que le vio soportar de parte
de los hombres ingratos! ¡Oh gran santo, te ofrecemos
nuestros corazones; únelos con el tuyo y con el de Jesús y
María, ¡y ruégales hacer esta unión inviolable y eterna!
Este es el primer santo del Corazón admirable de la reina
de los santos. (...) San José es el esposo y es amado como
esposo en el Corazón de la Madre del salvador
Algunas recomendaciones de
San Juan Eudes entorno a la
devoción a San José y su
Solemnidad
LETANÍAS
en honor de san José
-Ruega por nosotros-
9. Trinidad santa, un solo Dios,
Santa María, ruega por nosotros
San Gabriel,
Santo ángel custodio del justo José,
San José, espejo de la divina paternidad,
San José, imagen del Hijo de Dios,
San José, sagrario del Espíritu Santo,
San José, amado por la adorable Trinidad,
San José, guardián del Salvador,
San José, esposo de la Virgen Madre,
San José, nobilísimo Hijo de David,
San José, guía prudentísimo de Jesús,
San José, fidelísimo padre nutricio de Jesús,
San José, a quien Dios amó desde la eterni-
dad con especial
predilección,
A quien el Padre eterno hizo señor de su
casa,
A quien el Hijo de Dios quiso llamar padre
suyo,
A quien el Espíritu Santo colmó de todos sus
dones.
Quien no quiso acusar a la Virgen Madre,
Quien preparó el pesebre para el Hijo que
nacía de la Virgen,
Quien, después de María, fue el primero en
adorar a Jesús,
Quien le puso el nombre de Jesús,
Quien llevó al Niño Jesús a Egipto,
Quien lo condujo de regreso a Nazaret,
Quien, angustiado, en unión de María, lo
buscó y lo halló en el templo.
Quien trabajó con Jesús en el taller de
carpintero,
A cuya potestad, el Rey y la Reina del cielo
estuvieron
sometidos.
Compañero solícito de Jesús y de María,
En todo semejante a Jesús y a María,
Predilecto de Jesús y de María,
Que en brazos de Jesús y María terminaste
la vida terrena,Coronado de gloria inefable
en unión de Jesús y María, San José, que
despreciaste el mundo,
Amante de la cruz,
Rosa de caridad,
Lirio de castidad,
Espejo de humildad,
Ejemplar de mansedumbre,
Norma de obediencia,
Ejemplo de todas las virtudes,
Consuelo de los pobres,
Defensor de los afligidos,
Alivio de los trabajadores,
Guía de los que peregrinan,
Auxilio de quienes te invocan,
Padre de todos los fieles,
Acompañado por los ángeles,
Prez de los patriarcas,
Gozo de los profetas.
Admiración de los apóstoles.
Júbilo de los mártires,
Alegría de los sacerdotes,
Corona de los confesores,
Virgen, custodio de las vírgenes,
Gloria de todos los santos,
San José, santísimo patrono nuestro,
San José, fortísimo protector nuestro,
San José, amantísimo padre nuestro,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del
mundo, perdónanos,
Jesús, Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, escúchanos, Jesús,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del
mundo, ten misericordia de nosotros, Jesús.
Jesús, óyenos. Jesús, escúchanos.
10. OREMOS
Oh Dios, que quisiste que san José fuera llamado padre de tu Hijo y esposo de la Virgen
María, y que viviera en íntima comunión con Jesús y María, concédenos, te rogamos, que,
arraigados y fundamentados en la caridad, la humildad y la castidad, sigamos en la tierra
en perfecta imitación de Jesús, María y José, para que merezcamos amarte y alabarte con
eternamente en la gloria. Por el mismo Jesucristo, etc.
Devoción particular y recomendaciones
Para el 18 y el 19 de marzo, fiesta de san José
En estos dos días se dicen, a las once y media, las letanías de san José, como se señala
arriba.
El tres, la celebrarán por los favores concedidos a San José y por él a la Congrega-
ción y para ello, se dirá una votiva del Santo.
Se hará también una predicación sobre la devoción a San José
Se preocuparán con todas sus fuerzas para que la devoción a la santísima Virgen
y a su esposo San José se acreciente cada vez más.
Tendremos particular devoción a la santa Virgen, Madre de Dios, a su esposo san
José y trataremos de inculcarla a los demás. También tendremos devoción a los santos
de las diócesis y del lugar de nuestra residencia, así como a los santos de nuestra orden,
es decir, a los santos pontífices, sacerdotes y levitas. Celebraremos sus fiestas con espe-
cial afecto, como fiestas de nuestros padres, hermanos y patronos. Porque hijos de
santos somos.
San Juan Eudes recomienda en la quinta parte del Memorial de la Vida Eclesiásti-
ca la forma de conducirse para conocer la voluntad de Dios en lo que reviste importan-
cia extraordinaria, es invocar la presencia de San José y realizarse siete misas en las que
la quinta, la sexta y la séptima en honor de san José, de san Gabriel y de los santos ánge-
les de la guarda de la casa.
El que ejerza el cargo (ecónomo) lo hará con un afecto particular, por el amor de
Jesús y de María y en honor e imitación de San José que fue dado por el Padre Eterno a
su Hijo, para ser su padre nutricio y a la santa Virgen, para ser su ayuda y su consuelo en
todas las cosas exteriores y que El nombró ecónomo de su casa y de su familia en la
tierra.
4. Eudes, OC III, 392. San Juan Eudes recomienda que sobre las once y media del día se reciten las letanías a San José antes de
examen y del ejercicio de medio día
4
11. Al Caminar
Se recita el Itinerario como está al fin del breviario;
luego las letanías de Jesús con el Bajo tu amparo, y
las oraciones a san José, a san Gabriel, a san Juan
Evangelista y a los santos ángeles de la guarda, y des-
pués del mediodía, las letanías de la santa Virgen,
con las mismas oraciones.
Cuando empiecen a caminar, estando ya fuera
de la ciudad, dirán el Itinerario, las Letanías de nues-
tro Señor y de su santa Madre, el Sub tuum praesi-
dium, las oraciones de San José, de San Gabriel, de
San Juan Evangelista, los santos es custodios, luego
el Benedictum sit, etc. Nos cum prole pía, etc.
Cuando pasen por delante de una iglesia, se dice:
”Adoramus te Christe, etc. Ave Maria, Avete omnes
Ángeli et omnes Sancti, etc.
Que tengas especial devoción a san José; y
que finalmente tu corazón sea imagen viva de la
bondad y mansedumbre del Corazón compasivo de
la Madre de amor; por este medio sentirás los efectos
de la misericordia incomparable y de la benignidad
inefable de este buenísimo Corazón.
Entre todos los Santos, se tendrá especial
devoción a los siguientes:
A San José, a San Gabriel, a San Juan Evangelista,
como Patronos secundarios de la Congregación, que
ha escogido también a San Gabriel, el servidor de
nuestro Señor y guardián de su santa Madre, su
Ángel tutelar y protector. En la oración“A cunctis”de
la misa, se hará memoria de estos tres santos.
Se las expondrá en las fiestas de Navidad,
Pascua, Pentecostés, la Santísima Trinidad, el Santísi-
mo Sacramento, Todos los Santos y en las de Nuestro
Señor, de su santa Madre, de San José, de San
Gabriel, de San Miguel, de San Joaquín, de Santa
Ana, de los Santos Apóstoles, de los Santos Sacerdo-
tes y Levitas y las reliquias de cada Santo, el día de su
fiesta y las de la Verdadera Cruz, el Viernes Santo y en
las fiestas de la Invención y de la Exaltación de la
Santa Cruz.
5. Eudes, OC III, 467 San Juan Eudes recomienda que, al caminar, tengamos a san José presente, al igual que a otros santos,
pero en este caso, se resalta la figura de José, que como en otras ocasiones en oraciones diversas, se habla de pedir
la intercesión de este gran santo que es importante en la vida de la Iglesia y por su puesto de esta espiritualidad.
12. DEBERES A
SAN JOSÉ
Oh bienaventurado san José, te honro, te alabo y te agra-
dezco de todo mi corazón y ruego a todos los ángeles y
santos que te honren y agradezcan conmigo por cuanto
eres para el Niño Jesús y para su santísima Madre, y por
todos los servicios que les prestaste. Me ofrezco y me doy
a ti; ofréceme y entrégame, por favor, al Hijo y a la Madre;
hazme partícipe del amor que les tienes y alcánzame parte
en el espíritu de la Infancia de mi Salvador.
13. Referencias Bibliográficas
Juan Eudes, obras completas I, ed. La-
folye Fréres (Vannes, 1905)
Juan Eudes, obras completas III, ed.
Gabriel Beauchesne (Rennes: librai
re de L’Homme et Briguet, 1906)
Juan Eudes, obras completas VI, ed
Lafolye Fréres (Vannes, 1908)
Juan Eudes, obras completas VII, ed.
Gabriel Beauchesne (Rennes: libraire
de L’Homme et Briguet, 1908)
Juan Eudes, obras completas IX, ed.
Gabriel Beauchesne (Rennes: libraire
de L’Homme et Briguet, 1909)
Unidad de Espiritualidad Eudista
FEBIPE