Una mirada a los fenómenos de Internet, sus mecanismos, características sistemas y la poca importancia oficial que se les ha dado, especialmente con respecto a los creepypastas y memes. Lamentablemente, no pude corregir el error del final (repetición anómala de la última página). Pido a su indulgencia que ignore esa extraña falta, que el sistema de Slideshare parece obstinado en mantener.
Racionalidad y reflexión en el avance posmoderno - Fernández Golinsky, Adina
Fenómenos de internet: Creepypastas y memes.
1. Fenómenos de Internet: Memes y Creepypastas.
(Mariano Villa.)
Introducción:
He notado recientemente que el enorme conjunto inventivas colectivas que
Internet ha permitido, si bien es un hecho, no ha sido propiamente puesto en
relieve. No aspiro a lograr esa propiedad, pero sí a colaborar para que alguien más
la logre, lo cual es lo que los hombres venimos haciendo hace tiempo con nuestro
avance como raza. Para quienes están más versados en el uso convencional de
redes sociales como Facebook, Youtube, Twitter, Tumblr, etcétera, esto, suerte de
ensayo ilustrativo de los memes y los creepypastas, parecerá fútil, pero quiero
adelantar una sola cosa en mi defensa: este pequeño trabajo que emprendo no
intenta explicar los fenómenos sobre los que habla, sino su carácter casi esotérico,
la desatención que los medios oficiales les han merecido. Ése es el único propósito
que me impongo al escribir estas palabras, y el único que creo que debería tener en
cuenta quien las leyera.
Desarrollo:
A través de su historia, la humanidad ha descubierto y explotado gran
cantidad de medios y sistemas de comunicación. La mayoría no son un misterio;
debido a la tendencia tan humana de escrutar los documentos abstractos e
incunables de la existencia pretérita, muchos forman parte de las más divulgadas
facetas de la Historia: desde los primitivos sistemas de señas, acaso improvisados,
que se presume que nuestros antecesores evolutivos manejaron, hasta los
complejos e intrincados códigos protocolares de la actualidad, pasando por el uso
de jeroglíficos y los poemas homéricos bajo la divulgación de rapsodas en la
Antigua Grecia, las memorias del Hombre1 registran un sinuoso rumbo de
alteraciones en materia de comunicación. No obstante esa cuantiosa suma de
reportes históricos, no es loable asumir que todo ha sido explorado e inmortalizado
como seguridad; al contrario, lo más lógico es entender que buena parte de los
procesos comunicacionales que hemos atravesado se encuentran enterrados ahora
en la inexistencia del olvido, y sobre todo aquellos que se dieron antes de forjarse
1
Arthur Schopenhauer dijo: “Destino y vida de leones quiere la leonidad que, considerada en el tiempo,
es un león inmortal que se mantiene mediante la infinita reposición de los individuos, cuya generación y
cuya muerte forman el pulso de esa imperecedera figura.” En base a esto postulo al hombre elevado por
una mayúscula a la condición genérica de un Hombre, cuyos recuerdos y certezas representan la colectiva
acepción de nuestra historia y nuestra sabiduría.
2. la compulsión por retener sucesos pasados y prolongar los presentes al futuro, que
creo que invade hace milenios2 a nuestra raza.
Ya sea por voluntaria omisión (eclesiástica y moral, en su mayoría), por
falta de capacidad para verlas y manejarlas, es un hecho que un buen porcentaje de
los acontecimientos de la comunicación se ha marchitado abandonando su
potencial “momento de gloria” en una inmerecida anonimidad, lejos de la
apoteosis que le habría correspondido. Entre esta presunta cifra porcentual creo
que podemos intuir a ciertos códigos que las comunidades sociales de la World
Wide Web han suscitado (en adelante, “fenómenos de Internet”, o semejantes,
para fácil evocación). Éstos son simples personajes, bromas, o cualquier otro tipo
de productos (no necesariamente comerciales) que se dan en plataformas sociales
y se divulgan luego, muy generalmente anónimos. Muy de vez en cuando, estos
entes del metaverso virtual alcanzan una mención significativa en los medios de
comunicación oficiales o convencionales3, pero la más considerable parte de ellos
se desarrollan y expiran como tendencias únicamente de Internet.
Los fenómenos de Internet que más me llaman la atención actualmente son
dos: los “creepypastas” y los “memes”4. Estas dos variantes fenomenales de
Internet son harto conocidas por quienes la frecuentan. Sin embargo, como
salvedad, anoto a continuación una pequeña referencia de cada uno, de la que los
internautas regulares pueden bien prescindir.
Memes.
Son caricaturas o efigies preestablecidas que expresan sentimientos u
opiniones, y se utilizan por lo general en tiras cómicas virtuales contenidas en
imágenes que recorren las redes sociales. Su desarrollo es muy semejante al de los
emoticones, sólo que se acostumbra usarlos más a menudo en ámbitos colectivos,
poniéndoselos en situaciones específicas que generan una singular forma de
creación: la originalidad en función del contexto y no del individuo; la trama,
aunque simple, está sobre el protagonista. En principio se podía identificar a los
memes como caricaturas, algunas plenamente imaginativas, y otras parodias o
caricaturizaciones de personajes preexistentes; mas luego, la variedad se fue
diversificando, incluyendo todo tipo de elementos visuales, y hoy día no es tan
clara la diferencia entre una simple imagen cómica y un meme. Tal vez, alguna
persona más instruida en el asunto pueda ilustrarme al respecto.
2
Nótese que, en contemplación del tiempo que llevamos en este planeta, algunos milenios no son tanto
como los pueden parecer para nuestros fugaces y meramente seculares ojos.
3
Como ejemplos recuerdo ahora mismo, sin demasiado esfuerzo, dos: el “Gangam Style”, que fue una
suerte de tendencia veraniega, y “The Annoying Orange”, hoy día una caricatura para infantes. (Cabe
observar que el Gangam Style fue un producto musical y muy comercial, y es incluso plausible imaginar
que hubo en su rápida divulgación dinero o influencias de por medio.)
4
He optado por dejar de lado a las “desmotivaciones” por no considerarlas tan distintas a los otros dos,
además de que me parecen una categoría demasiado híbrida e inestable como para encuadrarla
simplemente.
3. (Algunos
memes, de los más célebres y también clásicos del género.)
(“Yao Ming”, nombre del
meme y de la persona en la cual está basado. Claro ejemplo del meme en base a un
personaje real.)
(Otros
tipos de memes.)
Creepypastas.
El término es un evidente derivado del término inglés “creepy”
(espeluznante, aterrador) y “pasta” (proveniente de la combinación “Copy-paste”
que refiere a las acciones de “Copiar” y “Pegar” de las computadoras). Se trata de
4. historias de horror variadas que se publicaron en Internet, mayormente de forma
escrita, y que luego se divulgaron hasta lograr un alcance masivo. Como los
memes, son diversos, y alcanzan en casos el terreno de la realidad. Muchas
comenzaron de manera resumida y acaso anodina, y se expandieron luego, con
colaboraciones de distintas personas, hasta convertirse en historias logradas y con
apoyo audiovisual5. Críticamente me atrevo a aventurar la idea de que, al ser tan
libre su creación y promulgación, muchos carecen de auténtica calidad; pero, en
vista del total, no puedo más que admirar este portento, pues se pueden hallar en
su seno relatos excelentemente elaborados y redactados, por gente con verdadero
talento para las letras.
Entre los más famosos de la especie de los que son o aparentan ser
plenamente originales (si algo así puede existir) se encuentran Slenderman, The
Rake y posiblemente Jeff The Killer, entre otros. Los que involucran a la ficción
inmiscuyéndose con la realidad6 son muy populares, y suelen involucrar videos u
otras precisiones que, a simple vista, las aseveran. Entre éstos se cuentan El
suicidio de Calamardo, Capítulo perdido de El Chavo del 8, Suicide Mouse.
(También podría incluirse en esta categoría al famoso video “Username: 666”, que
propinó durante su auge unos cuantos sustos a usuarios de Youtube.)
(Ilustración de “Jeff The Killer”.)
5
Un ejemplo fácil es el de los “youtubers” (usuarios de Youtube) como DrossRotzank, que se han dado a
la labor de relatar, en forma de videos, las historias, fraguando con su propio estilo una renovación y
muchas veces una resucitación de creepypastas que habían desaparecido.
6
Esta forma de literatura, la del elemento apócrifo alterando la realidad material, es muy antigua, tanto
como la elaboración de redes abstractas por parte del hombre. El relato “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, de
Borges, es un ejemplo intencionado; la Biblia y cualquier otra forma de texto sacro son uno no
intencionado, tan obvio como poco denotado.
5. (Imagen
de “El suicidio de Calamardo”.)
Bien, habiendo aclarado, al menos superficialmente, lo que cada cosa es
(quienes hayan aceptado mi sugerencia, pasando por alto las explicaciones, no
deben darse por aludidos), me permito decir lo que reste decir.
Los dos tópicos que detallé más arriba me parecen un hecho social
remarcable. El proceso mediante el cual se dan es maravilloso, y creo que
cualquier sociólogo se daría un festín observándolos. Su desarrollo creo que es
semejante al de las ciencias del Hombre durante su historia: personas que aportan
individualmente al fraguar de un concepto que les es ajeno a ellos como seres,
pero que los involucra en el plano general. Aún, a diferencia de esto, se dan de una
forma más trivial y, si se quiere, epicúrea, pues se crean sin un interés tan austero,
buscando la mera diversión o la exhibición; o quizás algo más: lo cierto es que es
imposible establecer un interés común a esta forma de elaboración, así como lo
sería intentar fundar una personalidad común para todos: la corriente no es una
maquinaria organizada, sino algo más parecido a la conducta de los cardúmenes de
peces o las pandadas de aves, que se indican el acto de virar del grupo con un rose
lateral espontáneo. El sistema de estos fenómenos comparte esa espontaneidad
viral, que se propaga a una velocidad y con una eficacia hiperbólicas
(responsabilidad natural de las facilidades que otorgan los medios de Internet).
Lo que no encuentro lógico es la escasa mirada analítica que se les ha sido
dirigida. He visto, verbigracia, a un “notero” de un programa de televisión oyendo
con perplejidad las particularidades de los memes. Y no se trataba de un enviado
de un programa de especial seriedad, sino de uno destinado al espectáculo, con
toda la frivolidad y la supuesta jovialidad que éstos conllevan. Por eso me
sorprendió la conducta de craso desconcierto de aquel notero, que evidenciaba,
cuando menos, no ser precisamente un experto en el tema. No obstante, esa
ignorancia podría haberse compensado de haber buscado más información del
tema, o al menos de haberlo remarcado especialmente, pero eso, como imaginará
usted, no se dio más que es una medida de cortesía entrevistador-entrevistado.
Eso, siendo respectivo a los memes, puede admitirse, pues lo destinado al
humor tiende a ser tomado por un bureo irrisorio si no se lo investiga
6. correctamente7. Lo que más me sobresalta es la falta de una mirada seriamente
enfocada al tema de los creepypasta. De éstos no he hallado nada considerable que
los introdujera en los ámbitos comunes de las personas. Sí me consta que existen
programas que les han puesto su interés, pero suele tratarse de los más
relacionados al tema del horror, lo cual no creo que llegue a ser lo que merece este
nuevo estilo, tan heterogéneo y vasto.
Creo tener una posible justificación para la falta de fijación de los medios:
edades. Tiene que ver con el hecho de que la gran mayoría de los involucrados en
los creepypasta y los memes son personas jóvenes, sobre todo adolescentes. Aquí
se introduce un tema más antiguo que esta disyuntiva: las personas que atraviesan
la adolescencia, padecen un trato dual. Por un lado, son lo bastante grandes como
para comenzar a asumir, en mayor o menor grado, responsabilidades; por el otro,
no lo suficientemente crecidos como para ser tomados totalmente en cuenta. Es un
limbo que nuestra sociedad no sabe sortear. Así pues, lejos de prestarle la
meritoria atención que requieren, estos fenómenos son pasados por alto, gracias al
prejuicio incongruente que mencioné antes, y apenas se los toma en serio (¡oh
casualidad!) cuando se trata de una oportunidad de marketing, propagandista o
publicitaria; sintéticamente, cuando se mezcla con el dinero o lo intereses de ese
tipo.
En fin, más allá de lo molesto que me resulte no encontrar un propio
recibimiento para los fenómenos que he tratado, no puedo dejar de alegrarme por
un hecho: pese a que prácticamente nadie obtiene casi ningún reconocimiento o
rédito de los memes y los creepypasta, la empresa sigue su sano rumbo,
proliferando lejos de los altavoces típicos pero cerca del oído de cada uno de los
que los crean y disfrutan de ellos. Eso tiene dentro algo de bienaventuranza y algo
de nobleza, que, esperanzo, el infalible correr del tiempo y la historia logrará, de
una u otra forma, descubrir.
●●●
No he trabajado más que con mis propias certidumbres y opiniones, con
ayuda reminiscente y meramente circunstancial de alguna que otra fuente menor.
Sí me han sido serviciales, para observar la mirada del mundo hacia los
fenómenos de Internet (así como esa definición de ellos), los siguientes artículos
de Wikipedia y otros:
Fenómeno de Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Fen%C3%B3meno_de_Internet
Meme de Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Meme_de_Internet
Maximizing the spread of influence through a social network (David
Kempe, Jon Kleinberg, Éva Tardos, New York, 2003):
http://dl.acm.org/citation.cfm?doid=956750.956769
Buenos Aires, 2014.
7
En el caso de los memes es elemental introducirse en el submundo, pues creo que gran parte de su
atractivo reside en la dinámica que los perpetra.
7. correctamente7. Lo que más me sobresalta es la falta de una mirada seriamente
enfocada al tema de los creepypasta. De éstos no he hallado nada considerable que
los introdujera en los ámbitos comunes de las personas. Sí me consta que existen
programas que les han puesto su interés, pero suele tratarse de los más
relacionados al tema del horror, lo cual no creo que llegue a ser lo que merece este
nuevo estilo, tan heterogéneo y vasto.
Creo tener una posible justificación para la falta de fijación de los medios:
edades. Tiene que ver con el hecho de que la gran mayoría de los involucrados en
los creepypasta y los memes son personas jóvenes, sobre todo adolescentes. Aquí
se introduce un tema más antiguo que esta disyuntiva: las personas que atraviesan
la adolescencia, padecen un trato dual. Por un lado, son lo bastante grandes como
para comenzar a asumir, en mayor o menor grado, responsabilidades; por el otro,
no lo suficientemente crecidos como para ser tomados totalmente en cuenta. Es un
limbo que nuestra sociedad no sabe sortear. Así pues, lejos de prestarle la
meritoria atención que requieren, estos fenómenos son pasados por alto, gracias al
prejuicio incongruente que mencioné antes, y apenas se los toma en serio (¡oh
casualidad!) cuando se trata de una oportunidad de marketing, propagandista o
publicitaria; sintéticamente, cuando se mezcla con el dinero o lo intereses de ese
tipo.
En fin, más allá de lo molesto que me resulte no encontrar un propio
recibimiento para los fenómenos que he tratado, no puedo dejar de alegrarme por
un hecho: pese a que prácticamente nadie obtiene casi ningún reconocimiento o
rédito de los memes y los creepypasta, la empresa sigue su sano rumbo,
proliferando lejos de los altavoces típicos pero cerca del oído de cada uno de los
que los crean y disfrutan de ellos. Eso tiene dentro algo de bienaventuranza y algo
de nobleza, que, esperanzo, el infalible correr del tiempo y la historia logrará, de
una u otra forma, descubrir.
●●●
No he trabajado más que con mis propias certidumbres y opiniones, con
ayuda reminiscente y meramente circunstancial de alguna que otra fuente menor.
Sí me han sido serviciales, para observar la mirada del mundo hacia los
fenómenos de Internet (así como esa definición de ellos), los siguientes artículos
de Wikipedia y otros:
Fenómeno de Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Fen%C3%B3meno_de_Internet
Meme de Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Meme_de_Internet
Maximizing the spread of influence through a social network (David
Kempe, Jon Kleinberg, Éva Tardos, New York, 2003):
http://dl.acm.org/citation.cfm?doid=956750.956769
Buenos Aires, 2014.
7
En el caso de los memes es elemental introducirse en el submundo, pues creo que gran parte de su
atractivo reside en la dinámica que los perpetra.