Enfermedades carenciales dañinas para las aves.pptx
Nutricion y salud_en_los_peces_de_acuario
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NUTRICION Y SALUD EN LOS PECES
DE ACUARIO
Ejemplar de princesa de Burundi con evidentes
síntomas de inanición.
Es de sobra conocida la importancia que tiene una
correcta alimentación en la salud de cualquier ser
vivo, aunque, si cabe, en el caso de los peces de
acuario es aún mayor. En libertad, al buscar el pez el
alimento por si mismo, es capaz de equilibrar su
alimentación. En cautividad, acuario, estanque o
piscifactoría, debe alimentarse exclusivamente con
lo que se le suministra. Si la dieta no ha sido bien
calculada y equilibrada, los animales sufrirán con el
tiempo deficiencias nutricionales de consecuencias
graves e incluso mortales.
Las enfermedades consecuencia de una
malnutrición suelen ser difíciles de diagnosticar.
Habitualmente tienen un origen complejo y síntomas
ambiguos, que también son indicativos de otras
enfermedades de origen infeccioso y parasitario.
Además, en muchas ocasiones una alimentación
inadecuada no produce directamente ninguna
enfermedad, pero hace disminuir las defensas
naturales del pez y facilita la aparición de
infecciones.
En la actualidad, las investigaciones en este campo
cultivos masivos de peces están en pleno auge.
Como consecuencia cada vez son más las
patologías de origen nutricional conocidas en
peces, muchas de ellas aplicables a peces de
acuario. Algunas de las más frecuentes son las
siguientes:
1. ENFERMEDADES CARENCIALES.
Están producidas por una dieta desequilibrada,
deficiente en alguno de los principios bioquímicos
esenciales para el metabolismo del pez. Las más
frecuentes, y por tanto mejor estudiadas, son las
avitaminosis, originadas por la carencia de una o
más vitaminas. También se conocen, aunque no son
tan frecuentes en peces de acuario, enfermedades
carenciales por falta de ciertos aminoácidos,
minerales y ácidos grasos esenciales.
La sintomatología es diferente según la carencia
concreta de que se trate, sin embargo casi todas
comparten un retraso o parada del crecimiento e
inapetencia. Los síntomas de las avitaminosis más
corrientes en peces de acuario se describen en un
cuadro aparte Un ejemplo muy tipificado es la
lesión del globo ocular por una dieta con falta de
vitamina A, denominada químicamente retinol.
Una alimentación carencial (es decir con bajo o
nulo contenido) en esta vitamina no es rara en
peces en cautividad y, entre otros daños, reseca la
córnea hasta llegar a perderse el ojo. Otras
enfermedades carenciales en peces ornamentales
se producen por dietas pobres en ácidos grasos
esenciales y vitmaminas C, E, B1, B2, B5 y B6. En
este tipo de enfermedades nutricionales no
siempre es posible corregir las lesiones una vez
manifestadas. Como siempre, es mucho más
efectivo prevenir. El tratamiento consiste en
suministrar, lo más rápido posible, una dieta
equilibrada y rica en la sustancia cuya deficiencia
haya causado la enfermedad.
SINTOMAS DE LAS ENFERMEDADES CARENCIALES POR
AVITAMINOSIS MÁS FRECUENTES EN PECES DE
ACUARIO
CARENCIA DE VITAMINA A. (Retinol). Ceguera por
resecamiento de la córnea. Ritmo de crecimiento
lento.
CARENCIA DE VITAMINA B-1. (Tiamina).
Inapentencia. Movimientos desequilibrados. Atrofia
muscular.
CARENCIA DE VITAMINA B-2. (Riboflavina).
Pigmentación oscura del cuerpo. Ceguera por
formación de cataratas. Inapetencia. Anemia.
CARENCIA DE VITAMINA B-5. (Acido Pantoténico).
Secrección excesiva de mucosidad en las
branquias. Laminillas branquiales apelmazadas y
necrosadas.
CARENCIA DE VITAMINA B-6. (Piridoxina). Ritmo de
crecimiento lento. Hiperexcitabilidad.
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CARENCIA DE VITAMINA B-10. (Acido Fólico). Aleta
caudal muy frágil. Anemia.
CARENCIA DE VITAMINA C. (Acido Ascórbico).
Deformación de la espina dorsal.
Cicatrización lenta de las heridas. Hemorragias.
CARENCIA DE VITAMINA E. (Tocoferol).
Pigmentación de la piel. Enfermedades en el
sistema muscular. Fallos funcionales en hígado y
bazo por degeneración grasa.
Estas alteraciones de salud en peces no deben
aparecer nunca con una alimentación equilibrada
y variada, tanto si utiliza comidas preparadas de
calidad como si uno mismo prepara papillas. En
este último caso se debe saber que alimentos son
interesantes por su alto contenido en vitaminas,
como por ejemplo verduras (como acelga o
espinaca), pescado, gamba, hígado, etc.
El bocio está originado por una alimentación
deficitaria en iodo, que produce un crecimiento
excesivo de la glándula tiroidea. El único síntoma es
la inflamación de dicha glándula, situada en la zona
ventral entre las branquias. En muchos casos no es
fácil diferenciar entre un caso de bocio y un tumor
del tiroides, hecho no demasiado importante desde
un punto de vista práctico. El tratamiento requiere,
además de una dieta compensada en iodo, baños
de varias horas en agua con medio centímetro
cúbico por litro de una solución madre, que se
prepara diluyendo en un litro de agua destilada 1 gr.
de iodo y 100 gr. de ioduro potásico.
Las carencias nutricionales están relacionando en
las últimas décadas con las enfermedades
denominadas síndromes. Son enfermedades
complejas de origen aún desconocido a ciencia
cierta, pero seguramente múltiple, complejo y
relacionado con carencias nutricionales y factores
ambientales estresantes. No se conoce
tratamiento realmente efectivo, pero en ocasiones
los peces se recuperan parcialmente con
alimentos de calidad y más vitaminada,
renovando parcialmente el agua, cambiando de
acuario y mejorando en general las condiciones
de mantenimiento; además de medicar con
metronidazol y sus derivados para controlar las
infecciones oportunistas de protozoos.
Pez ángel marino con evidentes síntomas de la
enfermedad de la línea lateral.
Así por ejemplo, las deficiencias nutricionales se
consideran uno de los posibles agentes causales de
la enfermedad de la línea lateral, también
denominada erosión de la línea lateral o erosión
de la cabeza y la línea lateral (ECLL). En inglés se
conoce como “head-and-lateral-line-erosion”
(HLLE), que significa erosión de la linea lateral y la
cabeza, y “head-and-lateral-line-syndrome” (HLLS),
que significa síndrome de la cabeza y la línea
lateral. Se caracteriza por la aparición en aletas,
cabeza y costados del animal siguiendo la línea
latera, de erosiones, como si se hubiese quedado
sin piel, que se van agrandando y profundizando.
Es de destacar que los peces afectados continúan
aceptando alimento.
En agua dulce se conoce otra síndrome o
enfermedad parecida: la enfermedad de los
agujeros en la cabeza (en inglés HITH de “hole-in-
the-head disease”). A la que también se relaciona
con carencias nutricionales. En la actualidad
parece que la gran mayoría de los casos que
hasta hace se diagnosticaban en discos, y otros
grandes cíclidos como hexamitiasis, serían en
realidad casos de enfermedad de los agujeros en
la cabeza, en la que la hexamita, el protozoo
parásito, sólo tiene un papel secundario.
2. INANICION.
Si no existe alguna enfermedad que justifique la
pérdida de apetito, debemos pensar en una
inanición de comportamiento, consecuencia de
una situación de stress prolongado, como por
ejemplo: superpoblación del acuario, condiciones
higiénicas deficientes, alimentación monótona,
convivencia con especies marcadamente más
agresivas, etc. En principiantes existe otra
posibilidad, que el suministro de alimento sea
insuficiente; bien a nivel general de todo el acuario,
bien a nivel particular de uno o más peces.
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Pez cirujano (Acanthurus leucosternon) muerto por
inanición de comportamiento.
El síntoma más claro, aunque no específico, de la
inanición es la pérdida de peso; particularmente en
los alevines, cuya cabeza resalta mucho en relación
al cuerpo en cuanto adelgazan. El mejor
tratamiento, eliminar las situaciones estresantes,
ofrecer dosis suficientes de comida, sobre todo viva
que incite al pez a comer, y observar que todos los
ejemplares reciben su parte.
3. CRECIMIENTO LENTO EN ALEVINES.
Si tiene un origen nutricional, y aún no se han
producido daños irreparables en las formaciones
óseas, se debe lograr la recuperación del ritmo
normal de crecimiento en menos de una semana
con la administración de una comida de buena
calidad y variada.
4. PÉRDIDA DE COLOR.
Desde un punto de vista nutricional, la pérdida de
tonalidades brillantes o el "apagado" de los colores
corporales puede tener su origen en una
alimentación descompensada y pobre en algún
componente esencial. Con alimentos variados de
alta calidad, el pez recobrará sus colores habituales
en pocos días.
5. ANEMIA.
Los peces con anemia muestran generalmente
pérdida de peso, branquias descoloridas y
crecimiento lento. Si con una dieta completa y
compensada, con algunas raciones de alimento
vivo, los ejemplares afectados no mejoran, se debe
pensar en la existencia de infecciones bacterianas o
parásitos sanguíneos o branquiales.
6. DEGENERACION GRASA DEL HIGADO.
Es una enfermedad propia de peces alimentados
con alimento seco, en particular con pienso; por lo
que es más frecuente en piscifactorías. Se
caracteriza por exceso de peso, exoftalmia (ojos
saltones) e hinchazón de la zona abdominal. Un
diagnóstico más fiable requiere constatar, mediante
examen interno, la existencia de un hígado más
grande de lo normal e infiltrado entre las otras
vísceras.
Su origen aún sigue estando poco claro.
Actualmente se relaciona con una alimentación
pobre en ácidos grasos esenciales y vitaminas y rica
en hidratos de carbono y grasas rancias (ácidos
grasos insaturados oxidados). El hígado, órgano de
acumulación de grasas en muchas especies de
peces, es el más afectado.
El mejor tratamiento es una dieta baja en hidratos
de carbono y grasas durante dos o tres semanas. Los
alimentos vivos grasos, como el tubifex, deben
evitarse. La degeneración grasa del hígado es
curable en sus comienzos, pero si no se ataja
rápidamente ocasiona la muerte del pez.
7. TRANSTORNOS DIGESTIVOS.
Las especies de peces propias de acuarios sufren
corrientemente de trastornos digestivos,
principalmente enteritis (inflamación de parte del
tracto digestivo), diarrea y estreñimiento.
Una alimentación basada exclusivamente en
comida seca, rica en grasas y monótona suele
originar estreñimiento en los peces. Los síntomas son
ausencia de excrementos e inflamación del
abdomen, con posible erizamiento de las escamas.
El mejor tratamiento consiste en suministrar alimentos
variados, pobres en grasas y empapados en aceite,
mejor si es de ricino. Si se muestran inapetentes, y el
tamaño del pez lo permite, dos o tres gotas de
aceite pueden ser introducidas directamente en la
boca con la ayuda de una pipeta o un
cuentagotas.
La diarrea es difícil de diagnosticar, pues las heces
fecales casi líquidas, su principal síntoma, sólo son
observables en especies de un tamaño
relativamente grande. Además, casi nunca se llega
a determinar su causa. Si se consigue el diagnóstico,
se debe mantener a los ejemplares afectados en
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ayuno durante 3-4 días y posteriormente suministrar
alimento vivo.
La enteritis se caracteriza externamente por la
presencia de cortas heces semisólidas y el
abultamiento e irritación de la zona anal. Si con un
cambio de dieta y el mismo tratamiento descrito
para la diarrea no experimentan mejoras en una
semana, es posible que la enteritis tenga origen
infeccioso, parasitario o tóxico.
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