N U E S T R A B U S Q U E D A D E L A F E L I C I D A D M
Vensigueme 2013 mayo 19 25
1. A fin de recibir tu bendición patriarcal debes (1) prepararte al acercarte más a tu Padre Celes al me-
diante la oración, el arrepen miento, el estudio de las Escrituras y la asistencia a la Iglesia; (2) reunirte
con tu obispo para determinar tu preparación; y (3) obtener de tu obispo la recomendación para recibir
tu bendición patriarcal. Después de recibir la recomendación, debes: (4) ponerte en contacto con el
patriarca para fijar una cita y (5) recibir tu bendición. La bendición se (6) transcribirá y (7) se enviarán
copias a (8) las Oficinas Generales de la Iglesia y a (9) para que te sirva de guía durante toda tu vida.
Una Estrella a Seguir
“La bendición patriarcal que recibamos de un patriarca ordenado es como una estrella
que nos guía, es decir, es una revelación personal de Dios para cada uno de Sus hijos. Si
seguimos los consejos que recibamos, seremos menos propensos a tropezar o a caer en
el engaño. Nuestra bendición patriarcal será como un ancla para nuestra alma, y si so-
mos dignos, ni la muerte ni el diablo podrán privarnos de las bendiciones prometidas;
son bendiciones de las que podemos gozar ahora y para siempre.”
Véase Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, “Las ben-
diciones del sacerdocio”, Liahona , enero de 1996, pág. 71.
Una Bendición Que Se Cumple
“A veces, alguien se preocupará porque alguna promesa hecha en su bendición patriarcal
todavía no se ha cumplido… Eso no significa que la bendición no se cumplirá. Conviene
saber que las cosas ocurren en el debido tiempo del Señor y no siempre en el nuestro.
Las cosas de naturaleza eterna no tienen límite de tiempo. Desde la existencia preterre-
nal hasta nuestra existencia más allá del velo de la muerte, nuestra vida es una vida
eterna”.
Presidente Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles,
“El patriarca de estaca”, Liahona , noviembre de 2002, pág. 45.
Los profetas
y la revelación
Mayo 2013
“VEN SIGUEME” SEMANA 4
¿Cómo me puede ayudar una
bendición patriarcal?
MAYO 19-25
VENSIGUEME 12
2. Cuando tenía 17 años, a punto de
graduarme de la escuela secun-
daria como alumno promedio con ciertas
deficiencias, según creía yo, todo a
nuestro alrededor se derrumbó un do-
mingo por la mañana. Al día siguiente
se nos convocó a una asamblea en el
auditorio de la escuela. En el escena-
rio había una silla donde habían coloca-
do una pequeña radio. El director encen-
dió la radio. Oímos la voz del presidente
Franklin Delano Roosevelt en el momen-
to en que anunciaba que Pearl Harbor
había sido bombardeada.
Los Estados Unidos entraban en guerra
con Japón.
Más tarde se volvió a repe r esa escena.
De nuevo oímos la voz del presidente
Roosevelt; esta vez anunciaba que nues-
tro país estaba en guerra con Alemania.
Se había desatado la Segunda Guerra
Mundial.
De repente el futuro de todos era incier-
to. No sabíamos lo que yacía por
delante. ¿Viviríamos para casarnos y
tener una familia?
Hoy en día hay “guerras y rumo-
res de guerras, y toda la erra [está]
en conmoción” . Ustedes, nuestros
jóvenes, tal vez sientan incer dumbre
e inseguridad en la vida. Quiero aconse-
jarles, enseñarles y adver rles acerca
de algunas cosas que se deben hacer
y otras que no.
El plan del Evangelio es “el gran plan de
felicidad”. La familia es el centro de ese
plan. La familia depende del empleo
digno de esos poderes que dan vida y
que se encuentran en el cuerpo de uste-
des.
En “La Familia: Una Proclamación para el
Mundo”, un documento inspirado que
¿Cómo puedo prepararme?
Debes hacer todo lo posible por acercarte más al Señor. La oración, el ayuno, el estudio
de las Escrituras, la meditación y el arrepentimiento te serán de utilidad. Las inquietudes
por las cosas del mundo deberán dejarse de lado en una ocasión tan sagrada.
¿Cómo debo ir vestido?
Debes ponerte tu ropa de domingo.
¿Cuándo se cumplirán las promesas de mi bendición?
En ocasiones, las bendiciones patriarcales revelan aspectos de nuestra vida preterrenal,
pero en su mayoría son guías para la vida presente y futura. Dada la naturaleza eterna
de las bendiciones, éstas pueden incluir posibilidades que trascienden la vida terrenal.
¿Se cumplirán todas las promesas de mi bendición patriarcal?
Toda bendición se basa en tu fidelidad y en el tiempo del Señor. Las bendiciones pueden
cumplirse de múltiples formas a lo largo de la vida, según tu madurez, habilidad y cir-
cunstancias.
¿Debo permitir que otras personas lean mi bendición?
Tu bendición es personal, algo entre tú y tu Padre Celestial. Puedes compartir tu bendi-
ción con tus familiares o con otras personas cercanas a ti, pero las bendiciones se deben
proteger y nunca compararse con la de otras personas.
La bendición patriarcal puede ser algo sumamente valioso a lo largo de tu vida. El pre-
pararte para las promesas de tu bendición y el vivir digno de ellas puede acercarte más a
tu Padre Celestial en esta vida y ayudarte a regresar a Él en la venidera.
VENSIGUEME 2 VENSIGUEME 11
3. ¿Quién puede recibir una bendición patriarcal?
Todos los miembros dignos de la Iglesia tienen derecho a recibir su bendición patriar-
cal, y deben hacerlo, sin importar el tiempo que hayan sido miembros.
¿Qué edad debo tener para recibir la bendición?
No hay una edad determinada, pero debes ser lo suficientemente maduro para apreciar
la naturaleza sagrada de la bendición.
¿Cómo se da la bendición?
El patriarca pondrá las manos sobre tu cabeza y te dará la bendición por medio de la
inspiración; serán instrucciones reveladas para ti. Después, la bendición se transcribirá
para que tengas una copia escrita que puedas estudiar durante toda tu vida. La Iglesia
también conservará una copia de tu bendición en caso de que pierdas la tuya.
¿Qué hago para recibir la bendición patriarcal?
Fija una cita para tener una entrevista con tu obispo. Él determinará tu preparación y
dignidad y te dará una recomendación o te ayudará a prepararte para recibir una. Tras
recibir la recomendación, puedes ponerte en contacto con el patriarca para concertar
una cita. Pregunta al obispo o al patriarca quién puede acompañarte a recibir la bendi-
ción, como por ejemplo tus padres. Debes llevar la recomendación a la cita.
¿Cómo sé si estoy preparado?
El deseo de recibir la bendición patriarcal debe proceder del deseo de conocer la vo-
luntad del Señor respecto a ti y vivir de acuerdo con ella. La curiosidad o la presión de
los demás no constituye un motivo adecuado para recibir la bendición. Tu obispo de-
terminará si estás preparado para recibirla.
emi eron la Primera Presidencia y el
Quórum de los Doce Apóstoles, aprende-
mos que en la existencia premortal
“todos los seres humanos, hombres y
mujeres, [fueron] creados a la imagen de
Dios.
Cada uno es un amado hijo o hija pro-
creado como espíritu por padres celes-
ales y, como tal, cada uno ene una
naturaleza y un des no divinos.
El ser hombre o el ser mujer es una ca-
racterís ca esencial [y se estableció
en esa existencia premortal]…
“También declaramos que Dios ha man-
dado que los sagrados poderes de la pro-
creación han de emplearse sólo entre el
hombre y la mujer legí mamente casa-
dos como esposo y esposa” .
El gran cas go que Lucifer y sus seguido-
res hicieron caer sobre sí mismos fue
que se les negara un cuerpo mortal.
Muchas de las tentaciones que ustedes
enfrentan, ciertamente las más graves,
se relacionan con su cuerpo.
Ustedes no sólo enen poder para crear
cuerpos para una nueva generación, sino
que también enen el albedrío.
Para cuando nos graduamos de la escue-
la secundaria, muchos de nuestros com-
pañeros de clase se habían marchado a
la guerra, de la cual muchos de ellos
nunca regresarían.
El resto de nosotros no tardaríamos en
alistarnos para el servicio militar.
No teníamos idea de nuestro futuro.
¿Sobreviviríamos a la guerra? ¿Que-
daría algo de nuestro mundo cuando
regresáramos?
Ante la certeza de que se me reclutaría
para el ejército, me uní a la fuerza aérea.
Al poco empo me encontraba en Santa
Ana, California, en el entrenamiento de
prevuelo.
En aquel empo no tenía un firme tes -
monio de que el Evangelio era verdade-
ro, pero sabía que mis maestros de semi-
nario, Abel S. Rich y John P. Lillywhite, sí
sabían que era verdadero. Los había oído
tes ficar, y les creía. Pensé: “Me apoya-
ré en sus tes monios hasta que adquiera
uno por mí mismo”. Y así fue.
Había oído acerca de las bendiciones pa-
triarcales, pero no había recibido una. En
cada estaca hay un patriarca ordenado
que ene el espíritu de profecía y el espí-
ritu de revelación. Él está autorizado pa-
ra dar bendiciones personales y priva-
das a aquellos que tengan la recomenda-
ción de su obispo, así que le escribí a mi
obispo para solicitar una recomenda-
ción.
J. Roland Sandstrom era el patriarca
ordenado que vivía en la Estaca Santa
Ana. Él no sabía nada de mí y nunca
antes me había visto, pero me dio la
bendición. En ella encontré respuestas
e instrucción.
Aunque las bendiciones patriarcales
son sumamente privadas, compar ré
una breve cita de la mía: “Serás guiado
por medio de los susurros del Santo
Espíritu y se te adver rá de los peli-
gros. Si das oídos a esas advertencias,
nuestro Padre Celes al te bendecirá
a fin de que puedas volver a reunirte
con tus seres queridos”.
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4. Esa palabra si, aunque impresa en letra
pequeña, parecía tan grande como la
página entera. Sería bendecido para re-
gresar de la guerra si guardaba los man-
damientos y si daba oídos a los susurros
del Espíritu Santo.
Aunque ese don se me había conferido
al ser bau zado, aún no sabía lo que era
el Espíritu Santo ni cómo funcionaban los
susurros.
Lo que necesitaba saber en cuanto a los
susurros lo encontré en el Libro de Mor-
món. Leí que los “ángeles hablan por el
poder del Espíritu Santo; por lo que de-
claran las palabras de Cristo. Por tanto…:
Deleitaos en las palabras de Cristo; por-
que he aquí, las palabras de Cristo os
dirán todas las cosas que debéis hacer”.
Tal vez la cosa más grandiosa que
aprendí al leer el Libro de Mormón es
que la voz del Espíritu viene como un
sen miento más que como un sonido.
Ustedes aprenderán, como yo lo he
hecho, a “escuchar” esa voz que se
siente en vez de oírse.
El don del Espíritu Santo, si ustedes lo
permiten, los guiará y los protegerá,
e incluso corregirá sus acciones. Se trata
de una voz espiritual que acude a la
mente como una idea o un sen miento
que les llega al corazón.
El profeta Enós dijo: “…la voz del Señor…
penetró mi mente”. Y el Señor le dijo a
Oliver Cowdery: “Sí, he aquí, hablaré a tu
mente y a tu corazón por medio del Espí-
ritu Santo que vendrá sobre ” .
No se espera que vayan por la vida sin
cometer errores, pero no cometerán un
error grave sin que primeramente reci-
ban una advertencia mediante los susu-
rros del Espíritu. Esa promesa se aplica a
todos los miembros de la Iglesia.
Algunos cometerán errores suma-
mente graves, transgrediendo las leyes
del Evangelio. Éste es el momento
para recordarles de la Expiación, del
arrepen miento y del perdón absoluto,
al grado de que pueden volver a ser pu-
ros. El Señor dijo: “He aquí, quien se ha
arrepen do de sus pecados es perdona-
do; y yo, el Señor, no los recuerdo más”.
Si el adversario llegara a tomarlos prisio-
neros debido a un comportamiento in-
debido, les recuerdo que ustedes enen
la llave que abrirá la puerta de la prisión
desde adentro.
Ustedes pueden ser limpiados por medio
del sacrificio expiatorio del Salvador Je-
sucristo.
En momentos de dificultades, tal vez
piensen que no son dignos de ser salvos
debido a que han come do errores,
grandes o pequeños, y piensen que ya
están perdidos. ¡Eso nunca es verdad !
Únicamente el arrepen miento puede
sanar lo que causa dolor. Es más, el arre-
pen miento puede sanar lo que causa
dolor, sin importar lo que sea.
Si comienzan a par cipar en cosas
en las que no deben, o si se están
relacionando con personas que los llevan
por el rumbo equivocado, ése es el mo-
mento de reafirmar su independencia,
su albedrío. Escuchen la voz del Espíritu
y no serán desviados.
Vuelvo a repe r que los jóvenes de hoy
Acerca de las
bendiciones patriarcales
Durante los años de la adolescencia, muchos miembros de la Iglesia empiezan a
pensar en recibir su bendición patriarcal. La siguiente información puede ayudarte
a entender lo que es la bendición patriarcal y a prepararte para recibirla.
¿Por qué es importante el linaje?
Todo miembro de la Iglesia pertenece a una de las doce tribus de Israel. Aque-
llos que no sean descendientes literales son “adoptados” en la casa de Israel por
medio del bautismo. El conocer tu linaje puede resultarte una guía útil en la vi-
da, ya que el pertenecer a una de las doce tribus conlleva las bendiciones y las
misiones propias de cada tribu. Las bendiciones que Jacob dio a sus hijos (los
que estaban a la cabeza de las respectivas tribus) se hallan en Génesis 49.
Liahona, marzo de 2004, págs. 18–21
¿Qué es una bendición patriarcal?
La bendición patriarcal cumple con dos propósitos. En primer lugar, el patriarca
será inspirado a declararte tu linaje, es decir, la tribu de Israel a la que pertene-
ces. En segundo lugar, guiado por el espíritu de profecía, el patriarca pronuncia-
rá bendiciones y quizá también promesas, advertencias o admoniciones que se
apliquen particularmente a ti. Tu bendición patriarcal puede señalarte ciertas
cosas que eres capaz de lograr y bendiciones que puedes recibir si ejerces la fe
y vives rectamente.
VENSIGUEME 4 VENSIGUEME 9
5. están creciendo en territorio enemigo
con normas morales en decadencia. No
obstante, como siervo del Señor, les pro-
meto que serán protegidos y resguarda-
dos de los ataques del adversario si pres-
tan atención a los susurros que provie-
nen del Santo Espíritu.
Vístanse con modes a; hablen con reve-
rencia; escuchen música edificante; evi-
ten toda clase de inmoralidad y prác cas
que degraden personalmente; tomen el
control de su vida y dénse el mandato a
ustedes mismos de ser valientes. Debido
a que dependemos tanto de ustedes,
serán extraordinariamente bendecidos.
Ustedes nunca están lejos de la vista de
su amoroso Padre Celes al.
Es posible que a veces se sientan tenta-
dos, como lo hice yo de vez en cuando
en mi juventud, a pensar: “A como van
las cosas, el mundo se va a acabar. El fin
del mundo vendrá antes de que llegue
hasta donde debo”. ¡No es así! Pueden
tener esperanza en hacer bien las cosas:
casarse, tener una familia, ver a sus hijos
y nietos, y tal vez incluso a sus bisnietos.
Si siguen estos principios, se les cuidará y
protegerá, y ustedes mismos llegarán a
saber, mediante los susurros del Espíritu
Santo, qué camino seguir, porque “por el
poder del Espíritu Santo podréis conocer
la verdad de todas las cosas”. Les prome-
to que así será e invoco una bendición
sobre ustedes, nuestra preciosa juven-
tud, en el nombre de Jesucristo. Amén
Liahona, noviembre de 2011, págs. 16–19
Las bendiciones están condicionadas a la
obediencia
D. y C. 82:10D. y C. 82:10D. y C. 82:10D. y C. 82:10D. y C. 130:20D. y C. 130:20D. y C. 130:20D. y C. 130:20––––21212121
VENSIGUEME 8 VENSIGUEME 5
Recuerda:
Proyecto Hombres Jovenes:
INVITAR A TODOS
A VENIR A CRISTO—DANDO UN
BUEN EJEMPLO
Mujeres Jovenes:
Trabaja 2 experiencias en tu pro-
greso personal¿Y tú, ya enes la tuya?
6. Debemos preparar nuestro corazón para
recibir instrucción del Señor.
Alma 16:16Alma 16:16Alma 16:16Alma 16:16––––17171717
3 Nefi 17 :23 Nefi 17 :23 Nefi 17 :23 Nefi 17 :2––––3333
La casa de Israel bendice a las familias de
la tierra
3 Nefi 20:253 Nefi 20:253 Nefi 20:253 Nefi 20:25––––27272727
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