La narradora oral Margarita Castillo presentó cuatro cuentos para niños en el Museo de la SHCP. Ella considera que la narración oral es una herramienta básica que ha sido desperdiciada. Sugiere que la Secretaría de Educación Pública cree más espacios para cuentacuentos, ya que hay muchos jóvenes interesados en esta labor pero pocas oportunidades.
1. Los niños y las artes
■ La cuentacuentos platicó cuatro historias en el Museo de la SHCP
La narración oral es una herramienta
básica que se ha desperdiciado: Castillo
Carlos Paul
Ampliar la imagen Margarita Castillo durante su lectura de cuentos realizada ayer en el
Museo de la SHCP Foto: Cristina Rodríguez
Una caricia a la inteligencia y la imaginación. Así es el trabajo de la narradora oral
Margarita Castillo, por cuya voz se hacen presentes personajes de niños o mayores, así
como evocaciones de diversos paisajes y lugares.
Desde 1980, la también profesora, poeta y videasta es reconocida por ser la voz de
Radio UNAM. En esta ocasión se presentó la tarde del domingo en el Museo de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ubicado en el Centro Histórico.
Cuatro fueron los cuentos que los pequeños y sus padres disfrutaron: La vaca seca, Un
viento nace, Cadena del sabor y La historia de Juan Manuel o de cómo salvar a la
manzana.
Entre las expresiones artísticas tradicionales, como la música o los títeres, los
cuentacuentos, la narración oral, “es una de las actividades primigenias del hombre, la
manera más primaria de comunicar historias, leyendas, chismes, maneras de explicarse
el mundo, cierta cosmovisión”, consideró Castillo.
“La palabra hablada fue pasada de generación en generación, antes que cualquier
escrito, porque era mucho más difícil hacer un glifo que decir una palabra. Siempre
existió alguien que era considerado un sabio y el que le contaba a los demás como había
sido la historia. Hoy día esa tradición oral –además de que su costo es mínimo– es
ejercida tanto por profesionales como casi por cualquiera. En las familias siempre hay
alguien que tiene más gracia para contar las cosas. Se podría decir que todos tenemos en
casa un cuentacuentos tradicional.
“La narración oral es una de las herramientas básicas que se han desperdiciado”,
continua la autora. “La Secretaría de Educación Pública, para no hablar de la persona
que supuestamente la maneja, debería generar, a nivel institucional, espacios para los
jóvenes creadores, músicos, teatreros, escritores, que pagaran su servicio social,
2. realizando por ejemplo la labor de cuentacuentos, pues hoy día hay mucha gente que
puede decir y mucha gente que quiere oír”.
Para concluir, Margarita Castillo, cuya labor de cuentacuentos la ha ejercido
mayormente vía la radio, destacó que el trabajo que realizan los narradores orales “se
encuentra en una etapa de crisis, debido a que siguen siendo muy pocos los espacios
para los que se dedican a esta labor, que son muchos”.
Los niños y las artes
■ La cuentacuentos platicó cuatro historias en el Museo de la SHCP
La narración oral es una herramienta
básica que se ha desperdiciado: Castillo
Carlos Paul
Ampliar la imagen Margarita Castillo durante su lectura
de cuentos realizada ayer en el Museo de la SHCP Foto: Cristina Rodríguez
Una caricia a la inteligencia y la imaginación. Así es el trabajo de la narradora oral
Margarita Castillo, por cuya voz se hacen presentes personajes de niños o mayores, así
como evocaciones de diversos paisajes y lugares.
Desde 1980, la también profesora, poeta y videasta es reconocida por ser la voz de
Radio UNAM. En esta ocasión se presentó la tarde del domingo en el Museo de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ubicado en el Centro Histórico.
Cuatro fueron los cuentos que los pequeños y sus padres disfrutaron: La vaca seca, Un
viento nace, Cadena del sabor y La historia de Juan Manuel o de cómo salvar a la
manzana.
Entre las expresiones artísticas tradicionales, como la música o los títeres, los
cuentacuentos, la narración oral, “es una de las actividades primigenias del hombre, la
manera más primaria de comunicar historias, leyendas, chismes, maneras de explicarse
el mundo, cierta cosmovisión”, consideró Castillo.
“La palabra hablada fue pasada de generación en generación, antes que cualquier
escrito, porque era mucho más difícil hacer un glifo que decir una palabra. Siempre
existió alguien que era considerado un sabio y el que le contaba a los demás como había
sido la historia. Hoy día esa tradición oral –además de que su costo es mínimo– es
ejercida tanto por profesionales como casi por cualquiera. En las familias siempre hay
3. alguien que tiene más gracia para contar las cosas. Se podría decir que todos tenemos en
casa un cuentacuentos tradicional.
“La narración oral es una de las herramientas básicas que se han desperdiciado”,
continua la autora. “La Secretaría de Educación Pública, para no hablar de la persona
que supuestamente la maneja, debería generar, a nivel institucional, espacios para los
jóvenes creadores, músicos, teatreros, escritores, que pagaran su servicio social,
realizando por ejemplo la labor de cuentacuentos, pues hoy día hay mucha gente que
puede decir y mucha gente que quiere oír”.
Para concluir, Margarita Castillo, cuya labor de cuentacuentos la ha ejercido
mayormente vía la radio, destacó que el trabajo que realizan los narradores orales “se
encuentra en una etapa de crisis, debido a que siguen siendo muy pocos los espacios
para los que se dedican a esta labor, que son muchos”.