2. «Lumen Fidei»
«Lumen Fidei», la luz de la Fe, es la
primera encíclica del Papa Francisco.
Se trata de un texto que comenzó
Benedicto XVI con motivo del Año de la
Fe, y que no pudo terminar al renunciar a
su Pontificado.
El Papa Francisco la firmó el 29 de junio
2013 e introdujo algunas aportaciones.
3. Clave para entender el Texto
Para el Prefecto de la Congregación para
los Obispos, el Cardenal canadiense Marc
Ouellet
La clave principal para comprender este
texto, es considerarlo como una invitación
“a regresar a la estructura del Catecismo
de la Iglesia Católica para recordar que la
fe es una gracia, y es una gracia que se
celebra en familia, y que se reza con el
Padre Nuestro en familia”.
4. Los hilos conductores de la
Encíclica
La luz que procede de la fe
ilumina toda la existencia
humana, y eso es
particularmente importante en
una época en la que los
hombres tienen una especial
necesidad de luz.
5. «Lumen Fidei»
El documento que hoy ve la luz tiene:
Cuatro capítulos
Una introducción
Una conclusión con una oración a
María
Se estructura en 60 puntos
Tiene 50 notas a pie de pagina.
6. Las Encíclicas
Las encíclicas son los
documentos más
importantes que escriben los
Papas.
Juan Pablo II publicó catorce
Benedicto XVI, tres.
7. «Lumen Fidei»
“La Luz de la Fe” completa el cuadro de las
virtudes teologales que Benedicto XVI
había iniciado con sus encíclicas sobre la
esperanza y la caridad, pensando en dejar
la fe para este momento: el cincuenta
aniversario del Concilio Vaticano II,
celebrado con el Año de la Fe que se
clausura el próximo 24 de noviembre.
8. «Lumen Fidei»
El Papa Francisco subraya que
“el Vaticano II ha sido un
Concilio sobre la fe” que ha
mostrado “cómo la fe enriquece
la existencia humana en todas
sus dimensiones”.
9. «Lumen Fidei»
El Catecismo, por su parte, “es
un instrumento fundamental
para aquel acto unitario con el
que la Iglesia comunica el
contenido completo de la fe,
«todo lo que ella es, todo lo
que cree»”.
10. El primer capítulo
Presenta la fe de Jesucristo, el
verdadero “testigo fiable” que
revela cómo es Dios y que nos
ayuda a verlo del modo en
que él mismo lo veía, como
Padre.
11. El primer capítulo
Pero la fe no es sólo conocimiento,
“es un don gratuito de Dios que
exige la humildad y el valor de
fiarse y confiarse, para poder ver el
camino luminoso del encuentro
entre Dios y los hombres, la historia
de la salvación”.
12. El segundo capítulo
Más práctico, aborda la relación entre
“fe y verdad”, y también entre “fe y
amor”.
El Papa Francisco advierte que “la fe, sin
verdad, no salva. Se queda en una bella
fábula, la proyección de nuestros deseos
de felicidad”.
13. El segundo capítulo
Al mismo tiempo, se traduce
en amor a Dios y a los demás.
Por eso, la fe no es
intransigente, y el creyente no
es arrogante, sino que practica
de modo natural el diálogo.
14. El capítulo tercero
Se centra en la evangelización,
pues la fe es para difundirla
En el modo en que todo se
refuerza gracias a los
sacramentos del bautismo y la
eucaristía.
15. El capítulo cuarto
Se refiere al bien común, es decir, al
modo de organizar la sociedad
según los criterios de la fe.
Con detalles sobre el modo de vivirla:
En La familia fundada sobre el
matrimonio entre un hombre y una
mujer.
En las relaciones sociales.
16. El capítulo cuarto
Vivirla también en:
En el respeto a la naturaleza,
que es manifestación de Dios.
En los momentos difíciles del
sufrimiento y de la muerte.
17. Conclusión
El responsable del Vaticano para dirigir el Año de la
Fe, Mons. Rino Fisichella, dice de la encíclica que:
“La fe pertenece a nuestras vidas pero
también al camino de cada comunidad y
por esta razón, creer como dice el Papa
Francisco, es también una responsabilidad
para estar en el mundo y construir este
mundo con responsabilidad para tener
justicia, solidaridad y paz”
18. Conclusión
Entre otras cosas le Pide a María en la oración final:
¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra, para que
reconozcamos la voz de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos,
saliendo de nuestra tierra y confiando en su
promesa.
Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que
podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su
amor, sobre todo en los momentos de tribulación y
de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a
madurar.