3. Una de las características más resaltantes que
poseemos a nivel país es la gran población con
la que se cuenta, que es un activo muy preciado
y un gran compromiso a la vez por ser quienes
tienen en sus manos el futuro y porque no decir
el presente de nuestra nación tanto económica
como socialmente. Por ello uno de los
problemas más urgentes de resolver debería ser
la del desempleo, fenómeno que acarrea no sólo
el estancamiento económico, sino además
genera un creciente desánimo en esta población
4. La situación de los trabajadores asalariados y
autoempleados se ha deteriorado de manera
importante en los últimos años en nuestro país,
resalta un documento sobre el “Mercado
Laboral Paraguayo”, elaborado y presentado
recientemente por la Oficina Internacional del
Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), en base a
datos de las dos últimas encuestas de hogares
realizadas por la Dirección General de
Estadísticas, Encuestas y Censos.
5. El informe es lapidario: El desempleo creció
del 5,3% al 7,6% entre 1998 y 2001; existe un
alto grado de informalidad; solo uno de cada
cinco trabajadores tiene seguro médico; dos
tercios de la población ocupada gana menos
del salario mínimo, y el 88% de la Población
Económicamente Activa tiene educación
secundaria o inferior
6. Un componente importante de la PEA son los
desocupados abiertos, es decir, las personas que
son parte de la oferta laboral pero que, por
razones diversas, no tienen empleo. La relación
entre el número de desocupados y la PEA indica
cuál es la tasa del desempleo. La última
encuesta integrada de hogares 2000/2001
reveló que el número de desocupados abiertos
alcanzó 182.950 personas, lo que representa un
desempleo de 7,6%.
7. El número de desocupados es más alto en
hombres que en mujeres, y en jóvenes que en
adultos. Haciendo una comparación con la
encuesta de 1997/1998, se observa un
crecimiento del desempleo de 5,3% al 7,6%, es
decir, existen 74.849 nuevos desocupados.
Las condiciones del mercado laboral se han
deteriorado, la demanda de trabajo no se ha
expandido al ritmo necesario para acomodar el
mayor aumento en la oferta laboral, lo que se ve
reflejado en la tasa indicada anteriormente.
8. La tasa de desempleo urbano alcanza el 10,2%,
mientras que el desempleo rural llega a solo
4,1%. En cuanto al área geográfica se refiere, se
puede apreciar que en los sectores urbanos, el
mayor número de desocupados pertenece a los
sectores más pobres de la población, mientras
que en los sectores rurales el mayor número de
desocupación tiende a concentrarse en los
sectores de más altos ingresos.
9. Al analizar el desempleo según la duración de
este, se observa que en los sectores rurales, las
personas tardan menos tiempo que en los
sectores urbanos para encontrar un nuevo
empleo. En los sectores urbanos, el período de
desempleo promedio es de 4,6 meses, en el
área rural este promedio es de solo 1,6 meses.
En Asunción, el período de desempleo es aún
mayor, debido a que los desocupados tardan en
promedio 5,6 meses en encontrar un nuevo
trabajo.
10. La Encuesta Continua de Empleo (ECE) 2011
elaborada por la Secretaría Técnica de
Planificación del Paraguay revela que en el
tercer trimestre de este año, cerca del 25,4%
de la población económicamente activa (PEA)
se encuentra con problemas de subempleo. Es
decir, alrededor de 311.000 personas dedican
a sus actividades económicas un número
menor de 30 horas en la semana
(subocupación visible) o bien dedican a sus
actividades 30 horas o más a la semana
11. Percibiendo un ingreso inferior al mínimo
legal vigente (subempleo invisible), en
comparación con el mismo trimestre del año
anterior. Con esto se registra un aumento de
1,5 puntos. Por otra parte, el informe que
presentaron ayer los técnicos de STP, más del
42% de los asalariados, todavía percibe
salarios por debajo del mínimo legal vigente
(G. 1.658.232).
12. De acuerdo a los resultados de la encuesta
integrada de hogares 2000/2001, la población
infante-adolescente perteneciente al tramo de
edad entre 5 y 14 años asciende a 1.465.192
personas, de las cuales 118.488 se encuentra
en situación ocupada, equivalente al 7,9% del
total; en tanto que 1.376.314 están
desocupadas, representando esto el 92,1% del
total.
13. Distinguiendo los tramos de edad de 5 a 9 años
y 10 a 14 años, se aprecia una mayor tasa de
ocupación en el tramo de mayor edad, que en
promedio tiene una ocupación del 13,6%,
mientras que los de menor edad solo llegan al
2,8%.
14. La Población en Edad de Trabajar (PET) está
constituida por la Población
Económicamente Activa (PEA) y los
inactivos. La PEA constituye la oferta
laboral, la cual, de acuerdo a la situación de
la demanda de trabajo, puede encontrarse
ocupada o desocupada. Los inactivos se
clasifican en cuatro grandes grupos:
Estudiantes, jubilados y pensionados,
labores de hogar y otros.
15. La cantidad de la población en edad de
trabajar de 15 años o más puede ser
observada en la infografía que acompaña el
material. La distribución por sexo revela que
49,1% de la PET es hombre, mientras que el
50,9% es mujer. Esta estructura no presenta
cambios significativos en los últimos años. En
cuanto al sector de los inactivos (los que
están fuera de la fuerza de trabajo o PEA), se
aprecia un leve incremento en cuanto a la
cantidad, pero no en la incidencia sobre la
población en edad de trabajar
16. Entre los aspectos más significativos, se ve un
aumento en el número de estudiantes,
reflejando esto un logro en la retención escolar,
el abandono por parte de las mujeres de las
labores del hogar (por motivos de estudios) y
el aumento en la participación de los
ocupados.
17. Del total de la PEA ocupada, el 56,4% trabaja en
zonas urbanas, mientras que el 43,8% lo hace en
zonas rurales. Un aspecto resaltante en materia
de ocupación, es que en el sector público, el
empleo de las mujeres aumentó en 42,1% (unas
21.000 personas), en tanto que para los
hombres se redujo en 8% (6.000 personas).
Entre las encuestas de hogares que fueron
tomadas como parámetros se puede ver que se
crearon 121.598 nuevos empleos urbanos, de
los cuales 106.405 correspondieron al sector
privado y 15.193 al sector público
18. Los ocupados urbanos del sector privado se
desempeñan mayoritariamente en el sector
informal (unas 540.000 personas). Estos
ocupados que trabajan en empresas están
vinculados principalmente a microempresas.
Las ramas de actividad económica a las que
pertenecen los empleos de los paraguayos se
distribuyen de manera distinta, según habiten
en el sector urbano o rural.
19. En el sector urbano, la actividad económica que
genera más empleos entre los hombres es el
comercio, restaurantes y hoteles, en tanto que
para las mujeres, la principal fuente de empleo
es la actividad de servicios comunales, sociales
y personales.
Respecto a la seguridad social, los indicadores
revelan que solo el 20,9% del total dispone de
un seguro médico, y el 13,2% cotiza en un
sistema de pensión o jubilación.
20.
21. A pesar de mostrar una tendencia a
reducirse, la fuerza de trabajo rural continúa
siendo muy significativa (41% del total), a
diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de
los países del Cono Sur (donde alcanza al 25%).
Los indicadores confirman, que los mercados de
trabajo rural y urbano se encuentran
segmentados. Las cifras de desempleo abierto a
nivel nacional parecen ser bastantes moderadas
(7,6% en el 2000/2001); sin embargo, su
incidencia es mucho mayor en el ámbito urbano
(10,2%) que en el rural (4,1%).
22. Un segundo aspecto del mercado de
trabajo en el Paraguay, es su alto grado de
informalidad, que alcanza al 49% en el sector
urbano privado. Si a ello se suma los
trabajadores en microempresas, también
caracterizados por su baja productividad, el
porcentaje se eleva al 65% de los ocupados
urbanos en el sector privado.
23. El empleo urbano en las empresas privadas
muestra una estructura eminentemente
desarrollada en pequeños establecimientos. En
la encuesta realizada en el período 2000/2001,
apenas un 7% de los ocupados privados
urbanos trabajaban en empresas de más de 50
trabajadores.
24. Los datos muestran una importante tasa de
ocupación en el tramo de edad de 10 a 14 años
(13,6% en el 2000/2001). Las cifras revelan
que existe un problema del trabajo infantil
bastante significativo, pero abordable en un
plazo corto, a partir de una política pública
decidida.
25. La cantidad de fuerza de nuestro país es una
oportunidad que necesita ser utilizada para el
desarrollo de nuestra economía. Esto redundará
en beneficio no sólo económico, sino a nivel
social y a parte no sólo de un sector sino de la
generalidad. Nuestra tarea como futuros
profesionales es la de tener conciencia de todo
esto e incidir positivamente en el crecimiento de
la misma. Nuestro deber de cristianos es que este
desarrollo se dé dentro de los márgenes del
respeto a la dignidad humana y del crecimiento
integral.