El documento habla sobre la crisis en la planta nuclear de Fukushima en Japón tras el terremoto y tsunami de marzo de 2011. Los técnicos lograron detener la fuga de agua radiactiva al mar pero advierten que el hidrógeno acumulado podría causar más explosiones. También continúan vertiendo agua de baja radiactividad al océano para liberar espacio de almacenamiento. Casi un mes después, los reactores no están estabilizados y la crisis se alarga.
Fukushima amenaza con más explosiones por exceso de hidrógeno
1. Texto1
El exceso de hidrógeno en
Fukushima amenaza con causar más
explosiones
Los técnicos frenan la fuga de agua radiactiva al mar procedente
del reactor 2
JOSE REINOSO | Tokio (Enviado Especial) 07/04/2011
Tras varios días ensayando diferentes métodos, los técnicos lograron detener
ayer la fuga de agua altamente radiactiva al mar procedente del reactor número
2 de la central nuclear de Fukushima, en la costa nororiental de Japón. Pero el
logro apenas supuso un respiro en la peor crisis atómica que vive el mundo
desde Chernóbil (Ucrania, 1986). Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía
eléctrica propietaria de la planta, advirtió de que el hidrógeno se está
acumulando en los reactores, lo que podría provocar nuevas explosiones,
similares a las tres que ocurrieron en el complejo en los primeros días del
desastre y que liberaron grandes cantidades de radiactividad a la atmósfera. El
complejo atómico resultó seriamente dañado a causa del terremoto de magnitud
9 en la escala de Richter y el tsunami ocurridos el pasado 11 de marzo.
Los equipos de emergencia que trabajan desde hace casi un mes para controlar
la planta se han enfrentado a nuevos desafíos casi a diario, y ahora temen que el
hidrógeno producido en el proceso de fisión pueda reaccionar de forma violenta
si entra en contacto con grandes cantidades de oxígeno. Para evitarlo, Tepco
planea inyectar nitrógeno -un gas inerte, abundante en la naturaleza- en la
vasija de contención del reactor, con objeto de desplazar al oxígeno. Pretendía
iniciar la operación anoche, comenzando por el reactor número 1, de los seis que
tiene la central, ya que es el que registra presiones y temperaturas más altas;
para seguir quizás después con los números 2 y 3. "La inyección de nitrógeno
está siendo considerada como precaución", afirmó Hidehiko Nishiyama,
portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial.
La detención de la fuga del agua con altos niveles de radiactividad es un gran
paso porque limita la contaminación del océano; pero Yukio Edano, portavoz
del Gobierno, advirtió que aún había que comprobar si hay otras filtraciones.
2. Los niveles de radiactividad en el mar, a 330 metros de la central, cayeron ayer a
280 veces el límite legal, frente a más de 4.000 la semana pasada.
Pero el problema principal -evitar el escape de radiación a la atmósfera y enfriar
los reactores y estabilizarlos- sigue sin ser resuelto. Este trabajo ha sido frenado
por la existencia de gran cantidad de agua contaminada en la central,
procedente del regado de los reactores para evitar que se sobrecalienten. Un
proceso que tendrá que continuar hasta que puedan ser puestos en marcha de
nuevo los sistemas de refrigeración, que quedaron destruidos por el tsunami.
Ayer continuó la operación de vertido al mar de 11.500 toneladas de agua -el
equivalente a entre cuatro y cinco piscinas olímpicas- con baja radiactividad,
comenzada el lunes pasado, para liberar espacio en el que almacenar otra
mucho más contaminante. El vertido ha provocado la ira de los pescadores de la
zona, que han pedido compensaciones por la contaminación del océano. El
Gobierno dijo ayer que las habrá. La decisión fue adoptada un día después de
imponer por primera vez un límite de radiación al pescado, que será el mismo
que se aplica a las verduras, 2.000 becquerel por kilogramo para el yodo
radiactivo. La radiación ha sido detectada en algunos peces, lo que ha obligado a
las cooperativas de la prefectura de Ibaraki, justo al sur de Fukushima, a
suspender las actividades de pesca.
Casi un mes después del terremoto, los reactores de Fukushima están lejos de
ser estabilizados y la crisis se alarga, para inquietud de los japoneses, que no ven
la luz al final del túnel. Algunos analistas creen que Japón entrará en recesión
en los próximos meses, debido al desastre natural -que, según los últimos datos,
causó 12.554 muertos y 15.077 desaparecidos- y la crisis nuclear.
Texto 2
Verter
DAVID TRUEBA 06/04/2011
El vertido de agua radiactiva al océano Pacífico en la catástrofe de la central de
Fukushima es un episodio más de la historia de la humanidad. Tenemos la
suerte de que los libros, las películas y las narraciones épicas las fabricamos los
humanos y no los peces. De ser al contrario nuestra superlativa grandeza no
3. quedaría tan bien parada. El mar es nuestro cubo de la basura, pero solo porque
aún no hemos encontrado la manera de lanzar a la galaxia nuestros desechos.
Como vimos con el vertido de BP, la alarma social también se rige por la nueva
ley de tiempos. Todo pasa tan deprisa, que hasta la indignación nos fatiga al
cuarto día. Quizá el desecho radiactivo es una de nuestras apuestas más
decididas por la permanencia, al menos la permanencia de nuestra huella sobre
el planeta. Puesta en duda la eternidad, lo más longevo que conocemos es la
basura radiactiva. No será raro que un entregado romántico le esté susurrando
en la oreja a su amor, en este mismo instante, te querré hasta que Chernóbil
vuelva a ser habitable. Cualquier otra promesa es rácana.
Funcionamos de una manera digna de estudio. Es tal la sumisión al dinero, que
los bienes económicos cobran prioridad sobre cualquier otro asunto. Se ha visto
en la crisis, las soluciones vienen de lo intocable. Todo lo demás se puede
sacrificar. La dependencia energética se suma a una serie de hipotecas que
inhabilitan la reacción. El confort es nuestro sueño principal. Por él sacrificamos
cualquier otro valor. Huyan de discursos inflamados, nadie quiere límites ni
renuncias a lo que de verdad importa. Concedemos, por coherencia, el manejo
de nuestra vida a esas empresas que deciden lo que es un mal menor. Como
antes te pegaban por tu bien, ahora ellas también toman las decisiones por
nuestro bien. Han sustituido a las tiranías militares, a las ocupaciones
imperialistas, como una nueva religión. Son los Alejandro Magno de nuestra
época. Fíjense en que los políticos, en cuanto pasan al retiro, se convierten todos
en ecologistas y reformistas concienciados. Lo que habrán visto durante su vida
activa. Que Berlusconi privatice el Coliseo alumbra su pillería, pero también
están privatizados los océanos, el aire, la estratosfera, con mucho menos ruido.
Texto 3
Secuelas del cataclismo
Fukushima no acabará con la tecnología nuclear, pero elevará las
inversiones en seguridad
04/04/2011
4. No se ha conseguido todavía controlar los reactores de la central nuclear de
Fukushima, gravemente dañada durante el terremoto y tsunami del 11 de
marzo. Y siguen emitiendo material radiactivo fuera de los recintos de
contención, con una intensidad considerable en las cercanías de la central y
menor en localizaciones más alejadas, aunque preocupantes por su afectación a
alimentos y agua potable, además de haber contaminado las aguas marinas
próximas debido al agua utilizada durante todos estos días para refrigerar
núcleos y piscinas de almacenamiento de combustible usado. Los cadáveres de
dos operarios, desaparecidos durante los primeros días de la catástrofe,
aparecieron el sábado para subrayar la gravedad del accidente.
Pero las consecuencias de estos hechos no se limitan a Japón; sus efectos se
están haciendo notar en todo el mundo, en particular en los países con industria
nuclear. No parece que estos efectos vayan a acabar con una tecnología que está
contribuyendo de forma significativa al suministro de energía no generada a
partir de combustibles fósiles. Si se prescindiese de la energía nuclear, las
renovables, aún con un fuerte apoyo público, no podrían reducir nuestra
dependencia de los combustibles fósiles y al tiempo sustituir a la energía nuclear
en un horizonte temporal próximo. Pero se iniciará un periodo de reflexión
sobre las condiciones de seguridad y la localización de este tipo de plantas, junto
con la conveniencia de desconectar los reactores que no cumplan condiciones
exigentes de seguridad y su sustitución por otros más seguros.
Habrá un antes y un después de Fuku-shima. A ese cambio responde la
propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, para una conferencia
mundial de responsables de instalaciones nucleares para revisar las normas de
seguridad en el sentido de hacerlas más rigurosas, y por tanto más costosas, y
universales. La propuesta y su visita a Japón no son solo gestos de solidaridad
con el pueblo japonés; responden también al interés de Francia en un sector en
el que es líder, tanto por el papel que juega en su propio suministro eléctrico
como por su potente industria nuclear.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) debería tener una
presencia activa en la fijación de estándares técnicos que pudieran (y debieran,
a riesgo de sufrir sanciones) ser adoptados por todos los países que apuesten
por esta tecnología