1. EL DECÁLOGO
1. Carácter religioso del Decálogo
El Decálogo, término que significa "diez palabras" y, -efectivamente, los judíos lo
llaman "Las Diez Palabras", aparece en Éxodo 20:1-17 y Deut. 5:6-21, y consta de diez
mandamientos divididos en dos "tablas". Los tres primeros mandamientos tratan de la relación
con Dios. El 4.° y probablemente el 5.° tienen también una base religiosa. Los otros cinco tienen
un propósito social.
Esta íntima relación entre la religión y la vida, distingue al Decálogo de otros códigos,
por ejemplo, el de Hammurabi, los cuales se preocupan de la ley civil y criminal, especialmente
de la defensa de la propiedad.
2. Su orden
Aunque sabemos que estaba inscrito en dos tablas, el texto no indica cómo fue dividido
entre las dos. Por el contenido, se puede hacer la división después del 4.° o del 5.°. Los autores
evangélicos optan, en general, por esta última división; por ejemplo, W. S. Bruce17, quien ve en
los primeros cinco mandamientos el deber del hombre para con Dios, expresado en una
progresión que comienza por la adoración del corazón, pasando por las palabras a las acciones.
Dios debe ser honrado en su persona (Mand. I.°), en su culto (II.°), en su nombre (III.°), en su día
(IV.°), y en sus representantes (V.°), mandamiento que sirve de eslabón con la 2.a tabla, ya que
tiene también una relevancia social. La segunda tabla trata de la relación del hombre con su
prójimo, procediendo en orden inverso, de acciones a palabras y pensamientos. El prójimo debe
ser respetado en su vida (VI.°), en su mujer (VII.°), en sus bienes (VIII.°) y en su reputación
(IX.°), y todo esto desde dentro del corazón, además de por medio de acciones externas (X.°).
3. La primera tabla
El capítulo 20 de Éxodo comienza con un prólogo que proclama la existencia de Dios, y
su obra salvadora, como motivos de la obligación del pueblo del pacto para con El.
I. El no tener dioses ajenos es el fundamento de la Teología y de la Ética hebreo-cristiana.
La Ética tiene que estar basada en la religión, y no en el interés personal, ni siquiera en una
preocupación por el bien del prójimo. Lo primero es la obediencia al Dios santo, la cual implica
el respeto a la justicia y la práctica de la misma (V. Lev. 11:44; 1.a Ped. 1:15-17).
II. En el 2.° mandamiento tenemos la prohibición de un culto parecido al de Egipto y de
Canaán. Como ninguna imagen material podía ser adecuada para el culto a Dios, se prohíben
todas, para evitar la materialización del culto y, por ende, de la conducta. El peligro es
ejemplarizado en el caso de los cananeos, cuya conducta bestial era influida por su culto sensual
al toro, así como en el caso de la degradación de la moral israelita, retratada por los profetas, al
corromperse el culto, y en la conducta del mundo pagano, como consecuencia de su
rechazamiento de Dios, descrita por Pablo en Rom. l:22ss. Además el mandamiento se aplica a
cualquier cosa que pudiera usurpar el lugar de Dios como objeto único del culto y del servicio
del hombre (como, por ej. las riquezas —Mt. 6:24; Col. 3:5).
2. III. El legalismo judío procuraba —y procura— guardar este mandamiento evitando la
pronunciación del nombre sagrado (Yahveh o Jehová). Pero, más que una prohibición de usar el
nombre de Dios, o de jurar por dicho nombre (lo que es hasta recomendado en Deut. 10:20), se
trata de que se cumpla lo prometido bajo tal juramento (Sal. 15:4c; 24:4c). Como quiera que
el nombre representaba el carácter mismo de la persona (Ex. 33:19; Sal. 8:1), este mandamiento
prohibe cualquier conducta en el pueblo de Dios que pudiera deshonrar Su nombre (Sal. 30:9 —
el robo; Amos 2:7 —la inmoralidad). A. R. Osborn18 opina que aquí se incluye también la
hipocresía religiosa.
IV. Se trata de observar el día de Yahveh (o Jehová). Comparándolo con Deut. 5:12-15,
se pueden destacar tres propósitos: 1) religioso: la conmemoración del reposo divino después de
la creación, y de la redención de Egipto (Deut. 5:15); 2) social: una oportunidad para hacer bien
al prójimo y dar libertad a los esclavos (Deut. 15:12-15; 16:12; 24:17-22; Mt. 12:12); 3)
personal: recreación y descanso del trabajo de la semana (Gen. 2:3; Ex. 23:12; Deut. 5:14).
V. En el Antiguo Testamento, los padres son los responsables de instruir a los hijos
acerca de Dios (Deut. 4:9-10; 6:7; 11:19; 32:46; también Ex. 12:26; Deut. 6:20-25; Jos. 4:6-7), y
el respeto a los mayores es vinculado con el temor de Dios en Lev. 11:32. El mandamiento es
repetido en el Nuevo Testamento en Mt. 15:4-6; Ef. 6:1-4; Col. 3:20-21. Es el único
mandamiento que encierra una promesa: "para que tus días se alarguen en la tierra", lo cual
implica que la desobediencia a los padres puede ser a la vez señal y causa de la ruina social; de
aquí que los casos extremos merecían la pena de muerte (Deut. 21:18ss.) La falta de respeto a los
padres implica rebeldía contra la ley que ellos enseñan.
4. La segunda tabla
VI. La palabra de Dios enseña el carácter sagrado de la vida humana desde la muerte de
Abel en adelante, "porque a imagen de Dios es hecho el hombre" (Gen. 9:6). El homicidio es uno
de los pecados más graves, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (1.a Jn. 3:15). El
mandamiento no comprende la pena jurídica de muerte (Ex. 21:12), ni la matanza en la guerra
(Deut. 7:2; 20:13-18).
VII. El alto concepto que del matrimonio aparece en la Ley, se ve ya en Gen. 2:21-24.
Este mandamiento implica la protección del hogar y de la vida familiar. La pena era la muerte
(Lev. 20:10).
VIII. Este mandamiento presupone el derecho a la posesión de objetos legítimamente
adquiridos. "La propiedad —dice W. S. Bruce19— es la exteriorización y ampliación de la
propia personalidad del hombre".
IX. Se trata aquí de proteger la reputación, del prójimo. El falso testimonio denota malas
intenciones, procurando lograr de una manera más sutil lo que uno no se atreve a hacer
abiertamente (por ej. la falsa acusación de blasfemia a Nabot, con el fin de matarle y robarle —
1.a Rey. 21:9-10).
X. Se reconoce que la codicia es la raíz de otros pecados, como el robo y el adulterio.
Enseña que también el deseo es pecado (comp. con Mt. 5:22-28).
5. Evaluación del Decálogo
A) Sus puntos fuertes:
3. (a) Fundamenta la conducta ética en la religión (aunque queda superado en el N.
Testamento por el amor).
(b) Es a la vez breve y comprensivo. Incluye la conducta social, las relaciones
familiares, y las relaciones con Dios. Prohíbe cada ofensa en su grado más alto, y así comprende
las transgresiones menores; por lo tanto, (c) es capaz de ampliación.
B) Sus limitaciones:
(a') Es principalmente negativo, con excepción de los mandamientos IV y V. W. S.
Bruce hace la siguiente observación (pedagógicamente discutible): "En la infancia de una nación,
igual que en la de un niño, la parte primitiva de su formación moral debe siempre consistir en
preceptos concretos, expresados en, forma de prohibiciones".20 Y C.F.H. Henry añade: "Su
forma negativa pone en claro que están dirigidos al hombre en un estado de desobediencia."21
(b') Su aplicación es externa, con excepción del X. Habla más de las acciones que de la vida
interior del pensamiento y del deseo. Sería posible obedecer la letra, negando el espíritu.
Podríamos decir que el Decálogo ataca directamente a los frutos del pecado, mientras que el
Sermón del Monte ataca más directamente a las raíces del pecado.
(c') Es limitado en su alcance. Por ejemplo, no dice nada de las responsabilidades del
hombre para con la autoridad política, a menos que el mandamiento V se extienda a todos los
que tienen autoridad.
(d') Carece de dinámica para su cumplimiento. Por eso, Pablo llama a la Ley "débil"
(Rom. 8:3).
CUESTIONARIO:
I. ¿Qué es lo que distingue al Decálogo de otros códigos morales? —
2. División y orden de los mandamientos del Decálogo. —
3. Breve resumen del contenido de los mandamientos de ambas tablas. —
4. Valores positivos y limitaciones del Decálogo.
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