1. Angelina y el chocolate de leche de vaca
La Angelina vaca era muy especial, y tenía manchas blancas y el pelo
largo negro y dorado. Le gustaba usar maquillaje y siempre llevaba un
sombrero con una margarita y un lazo rojo.
Dentro de su vientre llevaba un ternero.
Él vivía en una granja que se encontraba en Argentina, rodeado de
tantos tulipanes. Allí vivían también caballos, ovejas, vacas y gatos
cuarenta y cuatro.
La vaca Angelina le encantaba comer dulces, así que en vez de ir a los
prados para pastar la hierba, se fue con la moto en una pastelería a
comprar dulces, que pagó con su leche.
A fuerza de comer galletas, dulces y tortas comenzaron a hacer la leche
más dulce que la normal, el chocolate, ya veces incluso un poco "de
crema batida.
Este chocolate con leche era tan bueno que todo el mundo le gustaba,
pero sobre todo a cuarenta y cuatro gatos, que se transformaron en
cuarenta y cuatro bolas, por lo que se convirtió en grasa.
Un gnomo, que vivía en aquellas partes había oído hablar de este
chocolate con leche de la vaca, y una noche mientras dormía Angelina
entró en el granero para robarla.
La vaca estaba tan aterrorizada que era un malestar estomacal y
comenzó a mugir. La niña que cuidaba de los caballos que él la escuchó
y llamó al veterinario.
Mientras que el veterinario estaba ayudando a la vaca para dar a luz a la
pantorrilla, la chica estaba tratando de mantener su silencio.
Mientras tanto, el gnomo cuando se enteró de que la vaca había caído
enfermo, que lo sentía por el robo de la leche y volvió a la granja para
pedir disculpas.
Así que desde ese día el gnomo se convirtió en un amigo de la yema y
dejó de vivir con todos los animales.
Desde el gnomo se había disculpado Angelina le dijo la vaca más el
chocolate con leche, pero bueno para la leche a su ternero.