2. Creemos que Dios nos escogió desde el seno materno, nos llamó por su gracia y decidió revelar en nosotras a su Hijo, para que lo anunciásemos (Gl 1,15-16) hasta los confines de la tierra (Hch 1,8).
3. Creemos ser misioneras por vocación, siervas de Jesucristo, escogidas para anunciar el Evangelio de Dios (Rm 1,1) .
4. Creemos que la Misión no vino de nosotras, ella es la respuesta al designio del Padre que, en su inmenso amor, quiere la salvación de la humanidad, y por eso le “dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna” (Jn 3,16).
5. Creemos que Cristo Jesús nos consideró dignas de confianza, tomándonos para su servicio (1Tm 1,12) misionero y profético en nuestras comunidades que quieren “ver y encontrar a Jesús” (Jn 12,21), “ Camino, Verdad y Vida” (Jn 14,6).
6. Creemos que como bautizadas, debemos “comportarnos de forma digna de la vocación a la que fuimos llamadas” (Ef 4,1), llevando a los hermanos y hermanas el anuncio del Resucitado: “ Vimos al Señor” (Jn 20,25) .
7. Creemos que es tarea de la Iglesia continuar la misión iniciada por Jesús. Fue de Él que, el día de la Ascensión, recibió el mandato: “ Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones” (Mt 28,18-19)
8. Creemos que el Espíritu Santo acompaña a la Iglesia en su actividad misionera, puesto que Cristo prometió “ estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).
9. Creemos en la Iglesia misionera, generadora de esperanza, que camina al lado de los pobres y excluidos (Lc 4,18-20) y que anda en los caminos del mundo “ sin ser del mundo” (Jn 17,15) .
10. Creemos que María, Estrella de la Evangelización, hace camino con todos los misioneros y misioneras, enseñándoles a aceptar con alegría la petición realizada en las bodas de Caná: “ Hagan todo lo que Él les diga” (Jn 2, 5).